En un invierno que no fue excesivamente duro, mientras veía un partido de fútbol en el que jugaban unas leyendas del balón contra otras leyendas del mismo balón, con motivo de la llegada de las fiestas navideñas, recordé unas palabras del mítico pensador magiar Antas Maryassi, en las que venía a decir que 'las desgracias nunca vienen solas'. El rato que tenemos lo vamos a aprovechar de la siguiente manera. Yo les cuento una cosa y ustedes hacen como que están a lo suyo, pero me van prestando atención que lo que tengo que decirles es importante.
Antas Nekermann no soy yo. Muchos de ustedes estarán todavía dándole vueltas a la cabeza a todo lo que hemos comentado estos días. Les habrá llamado la atención sobremanera que según que experiencias de un personaje histórico, que a todas luces parece inventado, concuerden de una manera tan viva con lo que podría ser la vida de cualquiera de ustedes, de mi vida misma. Pues no. Yo no soy Antas Nekermann. Eso que quede claro. Lo voy repitiendo de vez en cuando para no llamarnos a equívocos. El fútbol a mediados de los años sesenta en Hungría ya no era lo que había sido. Puskas, Kubala, Koczis, Czibor, ya no estaban allí. Pero su recuerdo perduraba en todos los que seguían dándole al balón. Y sigue en nuestros días siendo el pesado baldón que nunca se quitan de encima. Nunca serán como ellos. Nunca llegarán a aquel nivel de excelencia. Jamás.
Antas Nekermann recupera poco a poco el pulso de la vida gracias a que le entra el virus del combate. Su aspecto se va endureciendo con el paso del tiempo y ya no es un muchacho flojón con un ojo de menos y una dificultad perenne para respirar. Ya no. Ahora es un tipo que tiene en el fondo de sus ojos una pena muy pena. Antas Nekermann se involucra de lleno en la lucha contra el opresor austriaco. Contra el opresor húngaro que colabora con el austriaco. Contra el opresor que colabora contra otro opresor. Contra la opresión. Contra el opresor. Escribe un panfleto para un llamado 'Ateneo Estudiantil', en el que habla de que el pueblo debe dejar sus miedos atrás y desprenderse de ataduras, huir, alejarse de lo que se espera de él, salir, correr, cantar, gritar, luchar.
Antas Nekermann se enemista profundamente con un compañero de lucha. Antas Andrassy. Yo no conozco a Antas Andrassy pero las descripciones que nos llegan de él son suficiente para entender la animadversión que una persona sensible como Antas Nekermann puede llegar a tener sobre él. Antas Andrassy es un poco mayor que Antas Nekermann. En una reunión, Antas Andrassy arroja la sospecha sobre Nekermann de que nunca ha sido detenido, como el resto de compañeros. Lo empiezan a mirar como a un infiltrado. Nekermann es progresivamente apartado de las reuniones y deliberaciones.
Completamente ofuscado por el comportamiento del grupo al que pertenece, se va dejando caer por las tabernas y encuentra allí a una mujer que le cautiva de nuevo. Qué vida esta. Siempre el muchacho cae cautivado por la mujer. Ella, la mala, la que juega con él. Siempre. Qué cosas. Qué narración tan previsible.
Ya pueden seguir con lo suyo.
Si conozco estas grandes leyendas del fútbol que son muy posteriores a la época del imperio Austro- Húngaro. Mas que tu relato que es muy ameno detecto una cierta nostalgia....
ResponderEliminarPorque tanto interés por Antas Nekermann y lo que ocurrió en el mismo corazón de Europa.
Seguro que hay algo de misterio en todo esto:-)
Sigo con mucho intrés tu historia y hecho mucho de menos los comentarios de madame Diana
Un abrazo
En mi blog agradeciendo regalos tienes uno que va con cariño. Al igual que nadie me impide regalarlo así , nadie ni nada obliga a recogerlo ni subirlo a tu blog
Eliminarhttp://katy-agradeciendoregalos.blogspot.com.es/2012/10/un-nuevo-regalo-esta-vez-de-viene-de-dur.html
Un abrazo
Yo tambièn echo de menos a madame diana. Que vuelva pronto!
ResponderEliminarQué gracia volver a curiosear por este blog después de tanto tiempo. Y qué gracia la suya contando cosas. ¡Pobre Antas! Parece que el muchacho no aprende; o al igual cada vez es más bueno sofisticando su previsibilidad. Incluso para eso hay formas.
ResponderEliminarentonces fue a ostende? si al final los grises vamos a terminar siendo nosotros...
Eliminarme alegro de verla de nuevo por aquí!
Grises y en blanco y negro. Como la TV de antes y el informativo ése de los cuarenta. Nos iremos al blocspot de elgelidotoya a refrescar.
EliminarAcabo de ver la metedura de pata echo es sin "H" uff que horror. Lo siento
ResponderEliminarUn abrazo