'Uy, esos. Esos eran maoístas y luego se pasaron todos al PSC, como el Montilla. Montilla era del PTE...'. 'Si, si, conozco ese libro. Los que lo han escrito son precisamente los que salieron mejor parados de todo aquellos, los que se acomodaron bien y dejaron a la gente tirada'.'Uy, ese. Ese es un jeta, ese es de los que se vendió...'.
Estos son los comentarios con los que me he ido encontrando cuando intentaba convencer a compañeros o amigos de distinta procedencia de las bondades del libro que me estaba leyendo. Y cuando no de sus bondades, al menos, de la rareza del libro, por la rareza del partido, y por la particular visión que da de un capítulo de la vida política y social de nuestro país. La lucha contra el franquismo y la mal llamada 'modélica' transición democrática. Las viejas historias de vendidos, de traidores, de gente que puso toda su esperanza, su energía, su compromiso... y su dinero en algunas ocasiones, en una idea, en un proyecto y que se encontraron con que, de un año para otro, no existía nada. Que sus ideales se habían ido a la mierda, que sus dirigentes habían desaparecido o aparecían colocados en otros sitios, y que todo había sido en vano. Ni ideas, ni partido, ni nada.
La historia del PTE es, primero, la historia del PCE (i). Partido surgido como una escisión del PSUC, en principio, capitaneada por Manuel Valverde, a la que se unieron un grupo de estudiantes y trabajadores, que veían en la posición interna del PCE y el PSUC, partidos dominantes en la oposición antifranquista, una tendencia al pacto desde arriba y a no llevar la lucha contra el franquismo hasta las últimas consecuencias de ruptura democrática. Personalismo.
Desde la primera página se dice que la historia del partido, desde su nacimiento está marcada por el personalismo. Uno y los que le sigan. Carrillo contra Semprún y Claudín. Valverde contra Carrillo. Unas veces unos por unas cosas y luego por las contrarias. Los primeros años del partido son muy precarios. Hay muchos grupos, ellos quieren ser maoístas, pero el maoísmo ya está cogido, pero es igual. Siguen. Unidad. Unidad pero con matices. Unidad pero nosotros. Y así van intentando subsistir. La policía, las infiltraciones, el comisario que aconseja a un infiltrado que lo deje ya, que ya ha hecho mucho, que ya vale, pero el infiltrado insiste y al final... Historias que darían mucha risa si no fuera porque cuestan la cárcel, palizas, mucho sufrimiento. Compromiso a muerte. Proletarización. No es usted lo suficientemente proletario. No es broma. No estamos jugando a nada. Estamos yendo a por todas. No eres lo suficientemente proletario, no tienes conciencia de lo que es ser un trabajador de verdad. Burgueses contra trabajadores. Guerra a muerte.
Es la historia de nunca acabar. Escisiones desde la escisión. Un cubano de dudosa procedencia, el ala militar, una historia fascinante de embajadas cubanas, de 'Charquito de Sangre', de Barcelona y sus movidas. Y llegan las redadas, y las operaciones y prácticamente se llevan por delante a todo el partido.
¿Qué fue de Manuel Valverde? Dicen que lo metieron en la cárcel, pero... qué fue de él. No dicen nada.
Se nos cuenta luego la reconstrucción del partido. Eladio González Castro. Un partido que va formándose de nuevo. Que va formándose. Textos, libros, formación. Después de todo... vamos a saber qué estamos haciendo. Seguimos con la Unidad. Unidad de todos. Vamos a unirnos todos. Una búsqueda de la unidad desde la izquierda más allá del PCE. Pero con la vista puesta en el PCE. Y los esfuerzos, y las plataformas, las huelgas, los barrios, las distintas luchas.
El libro es fascinante porque habla de otra cosa que no se dice. De cómo surgen partidos de la nada, de cómo aparece un PSOE del que nadie había oído hablar, no aparece UGT en todo el libro, sí las Comisiones Obreras, las escisiones de las Comisiones, esto, lo otro. De los movimientos de los nacionalistas moderados, de los socialdemócratas, de los liberales, de los renovadores del régimen, de las embajadas, de lo que es y lo que nos cuentan.
Una historia fascinante. Va llegando el final de la dictadura, es el momento de romper, de pasar al ataque, de avanzar, de no quedarse en el compromiso, de no pactar. No pactar.
No pactar. No pactar. No pactar.
Pero se quedan solos. El pacto se consuma. Todos transigen. Elecciones y lo dejamos en un ni para mí ni para ti, pero ya sabes que es para mí. El final. El final es tristísimo.
¿Por qué pactaron con ERC en las primeras elecciones? ¿Cómo pueden pasar por alto una decisión tan importante sin clarificar nada? ¿Qué pasó? El esfuerzo, el voluntarismo, la nada. Al final, sin diputados, sin algo de poder, algo, lo que sea, te quedas en nada. La nada. El diputado que sacan, Heribert Barrera, al que oír hablar ya daba que tiritar, rápidamente pone la banderita a un lado y la clase al otro y se alía con CDC. Todos los votos del PTE al servicio de CDC. Qué jugada.
El partido va de mal en peor. Unidad otra vez. Vamos a unirnos todos. Nadie se da cuenta de que España no es tan roja. España es azul clarito y rosa pálido. Todos queremos vivir sin preocuparnos. Todos. Hasta los cuadros principales del partido. Desaparecen y aparecen.
Francesc José María ayer compareció como implicado en el caso que investiga Cafè amb Llet sobre la Sanidad Catalana. Fue dirigente del PTE en su tiempo. Desaparecen y aparecen.
Otros, por ejemplo, se chuparon algunos años de cárcel por asuntos turbios. Otros se implicaron en sindicatos y siguen creyéndose las ideas que sostuvieron. Otros no quieren saber nada del tema y les duele que se lo recuerden. Otros considerarán lo pasado cosas de juventud.
Un libro para recordar, para aprender y para que no nos vuelva a pasar. Que pasará. Una pena tremenda.
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