Después de una ligerísima pausa, vamos a seguir con las 'Espantosas escenas en la vida de Quirino Barrantes', de Benito Repojo Ostiz. Nos habíamos quedado en...
'Eres una persona con una cabeza... pero tu prima Poli es la peor. Sois todos unos tarados que no sabéis dónde tenéis la cabeza. Pero tu prima Poli tiene encima mala leche. Tu prima y yo llevamos peleando durante años. Hoy, como ella no estaba en casa, he conseguido quedarme aquí tranquilo, pero cuando ella está, me anula. La madre que la parió. Tu prima Poli me tiene completamente anulado, y aún así, cuando no está yo soy el que manda, yo soy el que tiene el control del pueblo. Tu prima Poli...', en ese momento el viejo Jonás se tocó imperceptiblemente el escudo de su bata. Es lo que haces normalmente cuando llevas un escudo en el pecho, te lo tocas, de alguna manera, lo rozas. Ese pequeño roce generó algo. Quirino Barrantes, que llevaba un rato escuchando a Jonás, notó algo. De repente, detrás de Jonás comenzó a formarse algo. Unas luces, una bruma. Un reflejo. Quizás eran los rayos del sol que se colaban por la ventana. Quizás la cristalera de colores que separaba el corral de la casa. Quizás... algo estaba pasando. De la cabeza de Quirino Barrantes comenzaron a brotar ideas que le confundían. No podía ser. Se estaba formando una Aurora Boreal detrás de Jonás.
En la casa de la Guardia Civil, la agente Galarreta ya no tenía más motivo para tener a Poli encerrada. Se encaminó a la celda donde estaba la mujer del pelo rojo y le dijo que por el momento la dejaban en libertad, pero que debía estar localizable en todo momento. Poli vio como abrían la puerta y pudo salir. Delante de la agente Galarreta dirigió su mano a la cara de la agente y la acarició. Acto seguido pasó detrás de ella y le sacó la goma del pelo dejándoselo suelto. 'Así estás mejor. Además no hay que ponerle ataduras a lo que quiere volar'. La agente Galarreta se quedó clavada en su sitio. No podía articular palabra. 'La Aurora Boreal la ve solamente quien tiene condiciones para verla. Tú la has visto. Y ya sabes que yo no soy la que ha matado a Facundo Kohlthenberg. También creo que empiezas a comprender que a Facundo Kohlthenberg no lo ha matado nadie de este pueblo.'. La agente Galarreta, la verdad, no había llegado tan lejos en esos pensamientos. Cierto que había visto la Aurora Boreal aquella mañana, pero, de ahí a... 'Lo sabes, no te empeñes en que parezca que no te has enterado'. Poli podía leer el pensamiento. La agente Galarreta sabía que había fuerzas, energías, todo eso. Pero aquello la estaba superando. Una cosa era creer y otra cosa era ver. Poli salió de la casa de la Guardia Civil y se fue hacia su casa.
En su casa, Quirino Barrantes había matado al señor Jonás'.
Pos vaya con Quirino...
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