David Byrne es un... Voy a empezar otra vez.
'Cómo funciona la música' es un libro escrito por David Byrne. David Byrne fue miembro, (por no decir líder), de la mítica y nunca bien ponderada banda norteamericana Talking Heads y desde finales de los ochenta ha desarrollado una carrera musical en solitario que tiene sus altos y sus bajos, por decirlo de una manera suave. Su trabajo como músico no desmerece su tarea como divulgador e investigador musical. Así, por ejemplo, gracias a él, servidor de ustedes ha podido conocer la obra de Os Mutantes o Tom Zé, ya que recopiló canciones de estos fenómenos brasileños para su sello Luaka Bop. Por lo que respecta a su trabajo como músico, muy recientemente editó un disco junto a St. Vincent que el aquí escribiente no ha tenido el gusto de escuchar más de una canción del mismo y, pese a no estar mal, no invita a ir más allá.
'Cómo funciona la música' es un intento por parte de David Byrne de explicar qué es la música, porqué se hace música, porqué la música nos gusta o no nos gusta, qué es la buena música y porqué hay buena y mala música y quién decide que así sea, cómo funciona el negocio musical, qué diferencias hay entre los distintos soportes de audio, por qué los discos duran lo que duran, cuál es la gracia de 'hacer una recopilación de canciones', porqué se prima 'escuchar' música a 'hacer' música en las escuelas y en la vida en general, qué significa actuar en directo, qué diferencias hay entre la música en directo y la música en estudio, qué significa escuchar música... Como ven, muchas preguntas, algunas de las cuales parecen demasiado sencillas y que, bien al contrario, tienen una respuesta bastante compleja.
El libro está escrito de una forma muy amena y directa. Cuando tiene que tirar de referencias personales, lo hace sin ningún pudor, pero así, de esa manera, uno entiende mucho mejor lo que nos quiere decir. Así, por ejemplo, nos cuenta su experiencia como artista en directo, como músico que tiene que ofrecer un espectáculo. Cómo lo hace cómo piensa lo que va a hacer, cómo se van a colocar, qué actitud, qué vestuario, todo. Tanto con los Talking Heads (sabido es que Byrne no terminó muy bien con el resto de la banda, pero aquí ese tema no se toca y se habla siempre muy elegantemente de sus excompañeros) como en solitario (aquí se hace hincapié en la figura de Brian Eno, productor y socio musical de Byrne en algunas aventuras). Todo está pensado. También nos cuenta cómo se graba un disco, cómo lo planifican, quién compone, cómo se colabora con otros músicos, también desde una perspectiva personal.
Nos introduce en la música de una manera que dan ganas de 'hacer música', de escuchar música también, pero sobre todo de hacerla, de crearla. Sea como sea. Nos cuenta cómo la música es tan diversa y plural que no puede haber una música mejor que otra, que la música que se oye en los auditorios no es mejor que la que se oye en el CBGB, que los virtuosos quizás no sepan transmitir, que el gran guitarrista es posible que no sepa tocar un rock primario, que hay una música para cada espacio y para cada momento y que no se puede 'educar' el oído, sino es con un fin ideológico, clasista y al final comercial.
David Byrne también tiene momentos para la ida de pelota. La parte final del libro nos habla del gran sonido del Universo, de planetas que giran y que crean una melodía que se nos escapa, de ondas, de líneas, de cuerpos y de fenómenos que le pillan a uno un poco lejos. Hasta habla de un debate con Steve Pinker, glups. Pero el daño ya está hecho. El libro enseña a no dejarse apabullar por la experiencia o la inexperiencia, a no creer que hay que saber de música para poder crear música, que la verdadera educación musical consiste en hacer tú mismo lo que buenamente puedas, que lo adornes, lo vistas, lo ejecutes y disfrutes con ello. O no. Que de todo hay en la viña del señor y músicos atormentados también los ha habido y no pocos precisamente.
David Byrne cita a investigadores, científicos, pensadores, productores, músicos, él mismo... para que lo que cuente no sea una simple sucesión de majaradas sin más. El bueno de David Byrne lo tiene todo muy bien preparado y calculado. Al final del libro, como un apéndice, recoge una serie tanto de lecturas como de referencias musicales para ayudar al lector a comprender de qué está hablando.
Fascinante libro y muy ilustrativo para los que sin música no sabríamos vivir. Mentira. Viviríamos como vive mucha gente, claro. Pero la vida sería infinitamente peor.
Muchas gracias a las chicas más chulas de Santaco por semejante regalo. Me dieron en el hueso del gusto.
De niña me gustaban los Talking heads. No los he vuelto a escuchar, me dan pereza. David Byrne en solitario no me hizo nunca tilín.
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