Recogemos ahora un texto de Evelina Dorivalic, que recoge en un curioso libro llamado 'Charlas con peregrinos', en el que recoge sus conversaciones con diversos personajes a las puertas de la catedral de Barcelona. El relato que sigue a continuación se llama 'Asdrúbal Arantes Villarroel', título que coincide con el nombre del personaje y que responde al patrón elegido para titular cada texto con el nombre del... en fin.
'La mañana estaba fresquita y no correspondía con el tiempo que debía hacer en aquella época del año, por eso no me sorprendió ver a un moreno mozo vestido de traje y chaqueta entre tanto tirante y tanta bermuda y tanta pierna suelta. Aquel moreno sonriente llevaba además una cruz ostensiblemente visible fuera de la camisa y arrastraba una maleta de viaje. Me pareció interesante acercarme a él y preguntarle por su viaje, el motivo de peregrinación y qué pensaba de la ciudad. Lo habitual. El chico, que dijo llamarse Asdrúbal Arantes Villarroel, venía del Perú y pertenecía a la Concesión Católica de Elementos Itinerantes, asociación o entidad de la que en mi vida había oído hablar. Según Asdrúbal, dicha Concesión respondía a un interés de la curia en mantener una estrecha vigilancia del sentido del peregrinaje a lo largo y ancho del mundo, recoger experiencias y a partir de ahí diseñar una estrategia para ofrecer y proponer nuevos itinerarios, relatos y elementos que pudieran satisfacer a este cuerpo de militantes de la Fé.
Casualmente, le dije, soy una persona que está realizando un trabajo muy similar al que vosotros realizáis, ya que me dedico a entrevistar a personas que acuden a esta Catedral que, aunque catedral y católica, ve acudir cada día a multitud de visitantes que ni tienen interés en la religión verdadera o bien son herejes convencidos e incluso quienes vienen a esta Catedral como el que acude a una taberna o un espectáculo típico. Mi trabajo consiste en...
No me dejó acabar. Con una sonrisa resplandeciente y un gesto que enamoraría a las masas si esas masas tuvieran tiempo de escuchar la verdadera palabra, me dijo 'lo siento señora, pero yo cobro por lo que hago, que no digo yo que su trabajo y el mío no tengan mérito, pero el mero hecho de yo recibir un estipendio por la labor que realiza, como se figura, ya le da un realce y un sentido que en su caso no le encuentro. No se ofenda.' Me dejó algo descolocada, la verdad.
Asdrúbal se adentró en la Catedral y sacó de un bolsillo una llave que dirigió a una de las muchas huchas que allí se encuentran para limosnas, en concreto en la del Culto a los Santos Lugares, la vació, se guardó las monedas y volvió a salir tan ancho.
Un profesional.'
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