viernes, 2 de enero de 2015

El piano - Jane Campion

En realidad de lo que voy a hablar es de media película. Empecé a ver El Piano cuando ya llevaba creo que más de media hora de película, por no decir una hora de película, empezada. Sin embargo, lo que vi me gustó tanto que me dije, qué narices. El Piano es una película de la directora Jane Campion y tiene ya unos cuantos años. Es una de esas películas que se convierten en un fenómeno de temporada, que todo el mundo tiene que haber visto y que, sin embargo, servidor jamás había visionado, ni disfrutado en consecuencia. ¿Por qué? Pues porque yo que sé.
Cuando empiezo a ver la película, la historia va por donde sigue. Están en un teatro, viendo una representación donde suena un piano, precisamente. Está sentado Harvey Keytel con su cara rayada como un maorí y dos asientos más para allá, Holly Hunter y Sam Neill a su lado. En un momento, Sam Neill coge de la mano a Holly Hunter, Harvey Keitel se da cuenta, se levanta y se va. Yo en ese momento me hago la composición de lugar. Parece que el personaje de Keitel, que se llama Baines, debe ser algo rudo, o tosco, o asilvestrado y se ha enamorado o le gusta Edda, que es como se llama el personaje de Holly Hunter. Pero Edda está con Sam Neill. Edda es muda. No habla, aunque Sam Neill y Baines hacen esfuerzos para que hable. O creen que no habla porque no quiere. No recuerdo cómo se llama el personaje de Sam Neill. La escena sigue con la representación teatral, dándose una situación curiosa, ya que los maorís presentes entre el público no distinguen entre realidad y ficción. Así, cuando uno de los personajes dice de matar a su mujer adúltera, los maorís se lanzan al escenario a liarla parda.
Edda va a casa de Baines a tocar el piano. Al cabo de un rato, Baines le propone, en pelotas, a Edda que quiere echarse con ella desnudos los dos y que le pagará por ello. Muy bonito. Ella accede. A ver que me entere yo.
Resulta que, según dice el argumento, Edda viene de Escocia a casarse con Sam Neill en Nueva Zelanda. Ella viene con su piano, pero el piano no se lo puede llevar a casa con Neill y éste se lo vende a Baines, que más o menos contrata a Edda para que le toque el piano y él a cambio la pueda tocar también. Claro, ya está el lío montado.
A Edda le gusta Baines. Está casada con Sam Neill, que parece una persona trabajadora y eso, pero que no le toca el cuore realmente a Edda. Edda tiene una hija pequeña, que hace de intérprete de ésta con el mundo, Flora, una chica que lo hace muy bien, y ésta mete la pata con bastante facilidad. Debe preferir a Sam Neill antes que a Baines, porque Neill parece más formal y a los niños no les gustan los problemas. Con Baines la cosa va creciendo y Edda está contenta. Neill intenta que ella le quiera a él, pero no lo consigue. Neill se entera de lo de Baines y le prohíbe seguir viéndose con él, además Baines le da el piano, ya no tiene que ir a su casa para nada. Ella intenta estar bien con Neill, tocándole y poniéndole como una moto, pero la cabeza la tiene en otra cosa. Baines decide irse de Nueva Zelanda. Edda le manda un mensaje. 'Mi corazón te pertenece'. La hija, encargada de enviar el mensaje, con toda la mala idea, se lo entrega al marido y éste monta en cólera. Coge el hacha y le atiza al piano, pero además... uf. Qué escena. Se la lleva y parece que le va a cortar la cabeza, pero no, le corta un dedo o dos o los que pilla. Para que no toque más el piano, claro. Pobrecita.
Que se vaya con él. Que se vaya con Baines, con el piano, con todo. Se van. Aquí hay un doble final. Se van y los maorís dicen que el piano pesa mucho, que mejor dejarlo. Baines no quiere. Finalmente, en mitad del mar, Edda quiere tirar el piano. Lo tiran, pero ella hace que la cuerda con la que está ligado se anude en su pie y así la arrastre a ella también al mar. Al fondo del mar. Y es lo que pasa. Parece que el final va a ser este, que prefiere morir a dejar de tocar el piano (en una escena interesante, una mujer dice que Edda toca el piano como si hablase, como si sólo ella entendiese lo que dice, no como otra chica que toca el piano que sí que se le entiende todo), pero reacciona y se desata el nudo.
Al final, vive con Baines, le hace un dedo mecánico para que siga tocando y tan felices.
Una media película muy buena, la verdad. Los actores son bestiales, Holly Hunter lo hace de miedo sobre todo. Y la música de Michael Nyman, también hace lo suyo.
Una pena no ver la película entera. Pero tantas cosas son una pena que no le vamos a dar importancia a esto, precisamente.

2 comentarios:

  1. Ay por favor, monsieur. Lo perdono porque se ve que se perdió la mitad del rollo, y claro, así no se hace tan pesada y soporífera. No es lo mismo aguantarla solo un ratito. Pero póngase, póngase a verla entera, ¿qué se lo impide?

    Feliz tarde

    Bisous

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  2. Esa es de mi época de estudiante... La disfruté mucho entonces. Probablemente todavía esté bien.

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