Se aficiona uno a cada cosa... bueno, que como estoy que no paro y si eso otro día os cuento que de verdad que llevo una vida que ya la quisiera para sí... bueno, que no sé. No me puedo concentrar ni para escribir un par de líneas. Que he vuelto a coger la crónica del debate televisivo que el profesor de Ciencia Política y Comunicación Política por la Universidad de Grünefreund, Nadio Teins ha realizado para 'El Mercurio de Safaretjos'. Este me lo he leído entero y la verdad es que los diarios locales tienen un valor tremendo a la hora de ir a buscar a gente para escribir. En fin.
'Quisiera comenzar, bueno, de hecho voy a comenzar, recordando unas palabras de mi buen amigo, el profesor de la Universidad de Moiño, Xosé Pedrito Barrantes, en torno al carácter de los gallegos, que puede que no vengan muy a cuento, pero que ayer me saltaron al rostro como si fueran agua fresca del avellano. Dice así mi buen amigo Barrantes 'los gallegos somos personas que somos difíciles de encuadrar dentro de un ámbito concreto'. Yo estoy muy de acuerdo con esto y diría más, pero no es este el sentido del texto, ya que hoy tengo un encargo y este encargo no lo voy a cumplir. Digo lo siguiente. El director del Mercurio solicitó de mí una opinión favorable a la candidata de la formación filocomunista Gente de la Izquierda. Yo, incorruptible y totalmente ajeno, como saben, al universo femenino que me impide de todas todas manifestarme en torno a lo que mujer o fémina diga o piense, me negué en redondo a someterme a las peticiones del director. No y mil veces no, dije. Lo tengo grabado. Y con este firme propósito vi ayer el debate. Sí que he de decir que, por seguir creciendo como profesional y como persona, he consultado revistas y publicaciones, incluso varios libros en los que se analiza la psicología femenina, con tal de poder, al menos, dar otra visión del asunto que nos concierne. Insisto, nada más lejos que someterme a presiones ni a componendas. Lo hago y lo haré siempre que el saber y el anhelo de más conocimiento me alcance. Y nada más. El debate de ayer giraba en torno a dos temas bien complejos pero de fácil resumen: urbanismo y educación. Cambios. El moderador ya no era el mismo, que lo sustituyó una joven profesional de la comunicación que mostraba ademanes pausados, calmosa actitud y una manifiesta predisposición al laissez faire, que la honraba. En ocasiones, su presencia parecía que no fuera necesaria, lo que es lo mejor que se puede decir de un árbitro. No entraré, como ya se imaginarán en consideracines programáticas. Y no puedo, porque me veo en la necesidad de abrir mi corazón. Enamorado estoy. Perdidamente. Mi buen amigo, el doctor en ciencias de la Salud por la Universidad de Nebrija Facundo Cundemann siempre tiene a bien recordar unas palabras del poeta Desidio que decía 'el amor sabes cuando llega y a veces llega y tú no quieres y es así'. Sevilla. El acento sevillano, el deje andaluz, me turba desde que yo hiciera en tiempos remotos unos retiros espirituales en la Alpujarra granadina, y la candidata que no sé ahora si es filocomunista o de izquierdas o patrona de la virgen de... me da lo mismo, me enamoró con su arte y salero andaluz, con sus palabras graciosas y su donaire herencia de lo moruno y gitano. Es por eso que hoy vengo a verte, sevillista seré hasta la muerte. La giralda se pone orgullosa de ver a su Sevilla en el Sánchez Pizjuan. Palabras que me salen del corazón, palabras que son sinceras. Palabras que no tienen que ver más que con el sentimiento que me produce escuchar a una persona entonar con ese gracejo andaluz lo que quiera que dijera. ¿Qué dijo? No lo sé. Se me enturbió el espíritu y se me nubló el entendimiento. Todo al garete. Del resto de intervenciones, datos, malas caras, gesto contrahecho, personas que se van encogiendo a medida que va avanzando el debate, personas que tienen un discurso muy bien escrito pero muy mal interpretado. Tan sólo quisiera hacer una consideración sobre la no presencia de los cabezas de lista, hecho que no interfiere de ninguna manera en mi crónica, pero que me da que pensar sobre la pertinencia de los procesos de elección de cabezas de lista. Es decir. ¿Sirve para algo un proceso de elección de un representante si luego ese representante no va a aparecer cuando se le demanda porque tiene otro compomiso? Considero que no. Ya que los valerosos representantes de las formaciones que no enviaron a sus cabezas de cartel, hicieron un gran papel, papel. Papel. Escrito en el papel quedan los recuerdos de una noche en la que Andalucía entera se encarnó en las palabras de una candidata joven y de ecosocialistas modos. Andalucía en su verbo, Andalucía en su donaire. Andalucía. Ejemplo de sevillanía. Ole ole, betis ole. Insisto. Poca cosa más. Galicia, gente diversa. O muy moderna y muy capaz o bien 'familias no nacionales', concepto peliagudo ya que yo no soy de aquí directamente y me siento aludido, aunque como me lavo regularmente, debo estar a salvo de... quién sabe. Por lo demás, datos, proyectos, zonas de aparcamiento, una radio que nadie supo a qué venía, la palabra mierda que aparece por primera vez en un debate, trilinguismo, datos, rogativas a la Unión Europea, solicitudes de ayudas en base a proyectos que 'no hace falta que nos pongamos tan así que esto es sólo para pedir pasta joder, que os ponéis como motos y no tenéis ni puta idea, ostia ya', miradas al tendido para comprobar si la faena ha tenido éxito, papel, el papel, bueno, ehm, bueno, ehm, los sustitutos de los sustitutos, caras largas, caras tristes, encogimiento. Y Sevilla. Qué arte. Qué buen jamón el de Huelva y qué gracia hablando los de Cádiz. El mar, la rumba, ole betis ole. No sé. Se me confunde todo en la memoria y no sé cómo he de concluir este relato que he iniciado recordando que Galicia tiene de todo también. Del resto, no sabría qué decir. Datos y la sensación de que el tercer debate sí que sí que no me lo pienso perder porque yo quiero escuchar más ese acento andaluz de la candidata de la izquierda sevillana y comprobar hasta qué punto desconozco más datos lanzados como si fueran latigazos que fuertemente se clavan en mi espalda. Qué recuerdos. Espero señor director que este texto responda de alguna manera a sus reclamos, muy agradecido quedo de usted y le rogaría que un polo de la talla S quizás me vendría también muy bien.'
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