Son muchos los grupos, conjuntos, dúos que siguen haciendo Blues. Me habían avisado de que La Mula y la Pa (la mula es Carlos Mulero, guitarra y la pa es Patricia, voz y armónica) eran muy buenos, que no me fijase solo en el vídeo que me enviaban sino que fuese a verlos. Ya tocaron en Santa Coloma en el Berenguer, pero no les pude ver hasta ayer en El Cinc. Una epifanía.
¿Qué es el Blues? Hay, supongo, muchas maneras de disfrutar el blues, y por ende, cualquier tipo de música. De una manera festiva, relajada, por rellenar la vida con algo, como un pasatiempo, profundamente, sentidamente. Es muy difícil que, con un conocimiento del inglés medio o bajo, uno pueda llegar a meterse en el blues, el rock o el pop anglosajón, Es fácil sentir la música, pero no tanto sentir lo que expresan las canciones. Argumentos un poco flojos para explicar lo que quiero decir. Según como, una canción de Chiquetete puede llegarte más que un blues de Lightnin Hopkins, están diciendo lo mismo, pero la música es distinta. Quizás vaya más por ahí.
La Mula y la Pa proponen un blues básico, guitarra y voz, armónica. Pero ojo, qué guitarra, qué voz y qué armónica. Ir pregonando la edad de estos individuos no hace sino agrandar la sorpresa del público '¿cómo, son tan jóvenes?'... y siendo tan jóvenes, te los crees. Aunque no entiendas mucho inglés, aunque se te escapen la mitad de las cosas y muchas de ellas vengan condicionadas por la introducción de los temas que hacen, te los crees. Y eso es muy importante.
Creerte al que está haciendo algo de cara al público. Creerte que lo que hace y dice y siente es sincero. Que todo eso que está cantando, le está pasando de verdad. Que en esa canción de Lightnin Hopkins en la que te dice que va a pillar una neumonía porque anda buscando a su chica por las calles, es eso, está enfermando por su chica. Que el blues, ese canto de lamento, ese gritar que no puedes tener al lado a la persona con la que quieres estar, que no tienes lo que te falta, que te has levantado esa mañana y... pues eso, que todo eso es verdad. Que está pasando.
El repertorio combina canciones propias y versiones. Hay canciones propias en las que, oh, de repente se cuela un toque flamenco, y la Pa, una pedazo de cantante, se transmuta en cantaora y lo hace igual de bien. Sin aspavientos. Es eso, sin aspavientos, sin amaneramientos, ni cuando canta blues, ni cuando flamenquea. Si La Mula toca la guitarra como Dios, La Pa hace la estés mirando todo el rato. Versionean clásicos, versionean canciones desconocidas, se atreven al final con La Leyenda del Tiempo de Camarón y con Lole y Manuel cantando Todo es de Color. Incluso culebrean con Bob Dylan y se marcan en el bis un A change is gona come de Sam Cooke, que se te va la castaña, compañero.
Pocas veces tiene uno la sensación de que ha visto algo diferente. En los últimos meses, en el Cinc y en otros recintos de la ciudad, hemos asistido a conciertos buenos, muy buenos, otros más convencionales. Algunos de géneros que tendrán más o menos que ver conmigo, pero el de ayer, el de La Mula y la Pa, sea por los condicionantes, por venir predispuesto, o por los condicionantes (y digo dos veces condicionantes y no digo tres veces condicionantes, porque soy modesto), era especial. Algo tienen de especial. Que ella no canta como te esperas, que no son puristas, que parecen muy ortodoxos y no lo son, que se te hace corto, que estás esperando cuál será la siguiente sorpresa, el duelo de armónicas, el giro flamenco, el retorno al blues.
¿Qué es el blues? Cantar por lo que no se tiene, lo que se ha ido, lo que no está. Espero que haya más veces con la Mula y la Pa y que no me digan nada, que ni me entere, que todo me resulte ajeno. Pero será difícil. Son muy buenos.
Me gusta el blues. Voy a ver quiénes son esos.
ResponderEliminarUy... no me gustan. Además, cantan en inglés. No es buena idea.
ResponderEliminarVaya, pues todo un descubrimiento, monsieur. A mí también me gusta el blues, muchas gracias.
ResponderEliminarBisous