martes, 8 de diciembre de 2015

De cajón

Del catálogo 'Vivencias' de Alfred Icalent, hemos seleccionado para este día un pequeño texto, llamado 'De Cajón', que esperemos que, al menos, no sea para tirarlo.
'Viendo la tele, un sábado de 1980, Josep Maria Resafé vio a Paco de Lucía en un programa de televisión. Como le había visto a él, habá visto a unos cuantos miles de personas antes. Durante el programa, habían aparecido cantantes, humoristas, algún personaje curioso y hacia el final, Paco de Lucía interpretó alguno de sus éxitos del momento. Josep Maria Resafé no era un seguidor de la música flamenca, ni de ningún típo de música y sin embargo, aquel ritmillo que salía de la tele, le pareció interesante. No lo pudo comentar con nadie, ya que a la sazón, Josep Maria Resafé vivía solo. Solo. Los días pasaron y en un diario de tirada nacional, apareció una noticia que hablaba del fenómeno de Paco de Lucía en el mundo de la música. Hablaban de cómo había introducido el cajón en la música flamenca y de su afán por innovar relacionándose con nuevos artistas. Josep Maria Resafé no consideró que el artículo le aportase nada realmente emocionante. A él no le gustaba el flamenco. Le gustó aquella vez Paco de Lucía y poco más. Camarón, Morente, Gerena, lo que fuera, no le interesaba. No tenía porqué. En fin. Sí que le llamó la atención 'lo del cajón'.
Paseando por una calle del Eixample barcelonés, pasó por delante de una tienda de música. Por curiosidad entró. 'Hola, buenas tardes, quisiera saber si ustedes tendrían un cajón flamenco'. El dependente le explicó que en realidad no era un cajón flamenco, sino un cajón peruano, pero que gracias a Paco de Lucía... a Josep Maria Resafé no le interesaba nada de eso. Quería, sin saber porqué, un cajón flamenco. El dependiente le sacó uno, se lo enseñó e intentó hacer una prueba de sonido. Josep Maria Resafé atendió a lo que decía el dependiente y cuando concluyó, pagó, se llevó el cajón flamenco y se fue.
Desde 1980 a nuestros días, el cajón flamenco ha ocupado la casa de Josep Maria Resafé. A veces ha vivido sin tapar y otras veces ha sido tapado con un visillo. A veces ha tenido fotos encima, otras no. A veces ha estado en este rincón, otras en otra. Durante unos cuarenta años, el cajón flamenco ha sido un elemento indisoluble de la casa de Josep Maria Resafé. No se casó, no tuvo hijos, pero sus amistades venían a casa y miraban aquel cajón flamenco con interés. Por h o por b, nadie preguntó nada.
Hace unos meses, una de las sobrinas de Josep Maria Resafé, durante una comida de aniversario de la yaya Olivia, le preguntó a su tío 'tiet, qué tiene dentro el cajón flamenco?'. Josep Maria Resafé, miró extrañado a su sobrina y le dijo 'ah, pues no sé, trae la caja con los destornilladores que está en el armario al lado del...'.

3 comentarios:

  1. Usted siempre creando tendencia, Tolya. Seguro que lo pone de moda como elemento decorativo. En cuestión de una semana se habrán terminado los cajones flamencos en toda España. Hasta en el norte se van a estilar.

    Bisous

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  2. ¿Y no vale cualquier cajón, nacionalidades a parte, mientras suene bien?

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