Hoy, 23 de julio, se celebran los 80 años de la fundación del PSUC en el Bar del Pi. Eran momentos chungos, días antes Barcelona se había escapado de un pelo, a tiros, de que el Alzamiento triunfara gracias a que la gente, gente de todo tipo y condición, se echara a la calle para parar el golpe. De esa necesidad de unión, dicen, nació el PSUC.
Leerán hoy y estos días artículos en los que se analiza y se ensalzan las glorias y las miserias del partido. El partido. No hubo otro durante muchos, muchos años. Luego hubo otros que gobernaron, gestionaron, olvidaron, Los nuestros no. Yo soy del PSUC. No significa que no pueda ser de otros, pero si tengo que elegir, soy del PSUC. Así a nivel general. Puedo militar ahora en un movimiento político y social que represente, en parte, una parte, la parte contratante de una manera de sentir el PSUC, que quizás, leyendo lo que se dice ahora, no tenga que ver con lo que realmente el PSUC quiso ser, pero que, llegados a este punto, podemos decir que no fue. O fue.
Sólo sé, que ayer la parte mayoritaria de lo que fue el PSUC celebró los 80 años en una cena. Que otra parte celebró el aniversario el mismo día y por separado en dos fiestas diferentes. Que me hubiera gustado estar en las tres fiestas. En la del PCC. En la del PSUCviu. En la de ICV. En todas.
Leo entrevistas en las que la gente habla y cuenta su experiencia. He estado con gente que era del PTE, por ejemplo, y cuentan su historia de lucha, de precariedad, de... y ahí estaban. Y no eran el PSUC. Pero fueron, y unos volvieron y otros nunca estuvieron y da igual.
El PSUC. Mi padres y mis titos de Ciudad Badia nos llevaron a un mitin de Santiago Carrillo en el Parque de la Ciudadela. Y mi padre y mi tito Basilio nos llevaban a mi primo Edu y a mí en coscoletas y los dos gritábamos 'psuc, psuc'. Así que eso es lo que hay.
Ojo. Como todo el mundo, nadie puede ser fiel a una misma cosa durante todo el tiempo, a nadie se le puede pedir monacato. Pero todos éramos del PSUC y si tengo que elegir, yo soy PSUC.
No PSUCviu, no PCC, no ICV. Ni EUiA. Y aunque me parezca, hoy por yo, mucho más entendible y más pasable y más vendible y qué coño, más útil, la idea de un proyecto como En Comú Podem, yo creo que soy PSUC. Y por eso estoy donde estoy.
Yo me creo lo que era el PSUC. Me creo lo que me cuentan los que decidieron que ya estaba bien de PSUC y que el momento para hacer otra cosa había llegado. Me lo creo. Me creo también a los que en el 81 decidieron que el PSUC se había dejado atrás cierta firmeza leninista y que... me los creo también. Me creo a los que creen que nunca debería haberse dejado pulir al PSUC para dar paso a una ICV verde y forman el PSUCviu. La verdad, es que me los creo a todos.
Leo el artículo de Jordi Guillot en el que dice que el error es haberte quedado como oferta comunista y me lo creo. Leo los tweets de mi joven compañero Carlos, inflamados de fervor y me los creo también. Y por eso soy PSUC.
Porque el PSUC es, y aquí creo que hay un acierto tremendo por parte de quien haya tenido la idea, es el mejor partido de la historia de Catalunya. Porque estábamos todos y todo teníamos claro qué era lo que hacía falta. Y hay mucha gente que creció contra el PSUC y que hoy son compañeros y ahí están. O no. Que nunca se sabe. Que siempre hemos sido hermanos, pero no primos. Y otros que dan muestras de fervor revolucionario sin medida, y otros que descubren que sin tocar poder no se puede estar y se cansan y se pasan al PSOE, al PSC y tocan poder y te pasan la mano por la cara. Y ahí estás, muy digno, pero yo dirijo y digo lo que se hace y lo que no y la gente pasa de vosotros, compañero.
Me consuela una cosa. Nosotros somos el futuro.
El PSUC es un partido fundado hace 80 años y dado por finiquitado en los años ochenta, a finales. Yo podría haber militado en las juventudes, pero venía de mi propia pelea. Y que uno es vago. Y hubo quien quiso mantener viva la llama, quizás convirtiendo su idea en una idea alejada de la realidad. Quizás. El PSUC es un partido que se fundó como confluencia y que ha de pervivir como confluencia. Cuando yo milito en EUiA, creo que milito en el PSUC. Si no milito en ICV es porque creo que si es que no, es que no, aunque muy dignamente ahora recuperen memoria y demás. Pero una cosa es una cosa y otra es otra.
Mi PSUC es algo difuso, pero es lo que es. Yo lo sé. Vuestro PSUC puede ser el enemigo. El partido que no quiso la revolución, el partido al que había que pulirle (hasta hoy) cuadros y bagajes, el partido amenaza, el partido del que aprender. El partido de la gente.
Quería escribir algo sobre el PSUC, joder, es el 80 aniversario. Si tenemos algo de sangre en las venas, si nos corre algo, si nos acordamos de la gente que estuvo, que sin estar hizo, que lo votó, que levantaba el puño en,... joder. Hay que decir algo.
Visca el Partit Socialista Unificat de Catalunya. Que vivan los escindidos, los disidentes, los que se aburrieron, los que se pelearon, los que aguantaron, los que peleron, los que organizaron, los que teorizaron, los que ponían las mesas, los del PSUC, los del PCC, los del PSUCviu, los de ICV, los de EUiA (con perdón de los troskos), los de Podemos que no lo saben pero están ahí, los de En Comú. Porque todos somos lo mismo y todos somos PSUC. Los que estamos en lo cierto y los que estamos equivocados.
Los que levantamos el puño y los que no. Los reformistas y los ortodoxos.
Al final, hemos sido, libra por libra, los que más hemos (han) hecho por que esto sea siempre diferente. Por estar en la vanguardia y en el tajo. Por saber verlo venir y por aferrarse a lo que era ya un caso perdido.
Hoy el PSUC no existe. Pero está más vivo que nunca.
Miremos las caras de los de siempre. Ese miedo. Ese saber que nosotros vamos de verdad.
Es ese miedo.
Es el PSUC.
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