martes, 31 de octubre de 2017

El relato

Al final, todo está bien. Lo que a ti te parece una cagada manifiesta, una decisión completamente fuera de lugar, un disparate, un locurón, una burrada, un acierto tremendo, la mejor explicación, el desastre total, no lo es. Porque si se construye bien... el relato.
El relato. El relat. Construir un relato. Una historia, un cuento. Armar una explicación. Es más antiguo que el mismo mundo. Lo que estás viendo no lo estás viendo como es. Es como yo te voy a decir que es. Es así. Te lo voy a contar.
Vivimos en tiempos en los que todo ha de ser interpretado por alguien. Pero no son tiempos tan distintos a todos los tiempos anteriores. Lo que pasa es que ahora tenemos mucha más necesidad de encontrar un camino. O no. Según lo que me digan y según el relato que me interese contar.
Puigdemont, que puede ser president de la Generalitat, President de la República, @Krls, o Carles Puigdemont según lo que nos interese, viaja a Bruselas. Al parecer parte de su equipo de gobierno no sabía lo que estaba pasando. Llega a Bruselas, se queda en Bruselas, acogido por un partido de extrema derecha, o invitado, según lo que nos interese incluir en el relato. Según lo que contemos decantaremos la balanza para un lado o para el otro lado. Se queda allí, pasa la noche, llega el día cuenta que se va a quedar en Bruselas pero que no pide asilo político, pero lo que hace es como si se exiliara. O no. Da igual.
Lo importante no es lo que pasa. Lo importante es que escuchemos se adapte a nuestro esquema. No estamos perdiendo, nada de lo que hacen nuestros representantes está mal, todo va bien, todo tiene un sentido que no sabemos interpretar al principio, pero que, efectivamente encaja al final en alguna parte. Es una decisión sabia, lo ha hecho genial, tenemos que seguir estando con él.
El 155 es lo peor que nos ha podido pasar, pero al mismo tiempo nos sirve para cargarnos las instituciones autonómicas y construir nuevas instituciones y si no tenemos ni una cosa ni la otra, es porque es bueno. Es bueno y está bien. Y será culpa de otro.
Elecciones en diciembre. Es fatal, nos están imponiendo unas elecciones, es como si te obligaran a ser demócrata a su manera, no puede ser, no puede ser que seas tan vendido y tan rastrero como para plantearte participar en estas elecciones, con presos políticos, con la violencia, con el Estado fascista y represor, pero yo me voy a presentar y no sé si en lista única y los resultados serían más o menos los mismos, y sería una oportunidad histórica de volver a contarnos y de...
Y todo está bien. Según nos interese. Si mi responsable va a un acto y no me gusta, encontraré la manera de justificarlo para que encaje en mi marco. Si va el tuyo, diré que es lo peor que nos puede pasar y que qué vergüenza hacerle el juego así a la derecha.
Y así van pasando los días. Y al final todo está bien. El viernes hubo república, lo celebramos, a las diez estábamos en casa, y ya está hecho y hecho se quedará para los restos. Ahora ven y cuéntame otra cosa, pero lo que es, es. Si no estuviste, dónde estabas. No me interesa que me cuentes nada.
Es una decisión acertada, ahora el problema lo tienen los otros. Ya hemos movido pieza y no sólo la hemos movido, hemos convenido en explicar que hemos movido la pieza de esta manera. A lo mejor tú no lo ves.
Altura moral. Superioridad moral, perdón. La izquierda con su superioridad moral. Repítelo, mételo en el texto. La izquierda española, con su superioridad moral...
Y eso.
Y vamos pasando el tiempo y lo vamos contando.
Y voy a poner un Tweet pero primero voy a ver qué está diciendo la gente que piensa más o menos como yo, no vaya a ser que me precipite y me esté cagando en alguien y resulta que ese alguien me esté esperando con otra cosa. Espera. Ahora.
Ahora no. Esto es tan viejo como la piedra Rosetta. Pero con caras nuevas.
Alentir la república. El corrector de word lo marca como incorrecto. Pero el corrector no sabe de relato. Chupito.

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