domingo, 10 de marzo de 2019

Zona de Confort


Como dijo Lenin, que estuvo en Mallorca y anduvo flipando con todas las cosas que vio por allí. Hay que leerse las cosas. Y luego opinar. Leninismo. No confíes. No te fíes de la palabra del Secretario General. Lee. Como dijo Lenin, tengo las piernas inquietas. Como dijo Lenin, hay que tener paciencia. Como dijo mi madre, hay que tener paciencia. Como todas las cosas. Hay muchos puntos de vista. Como en todas partes, hay un grupo de personas que comparten un diagnóstico, pero la conclusión no es la correcta. Porque después de las soflamas revolucionarias, de los alardes teóricos sobre lo que es ser comunista, quiénes son los comunistas, las bienvenidas comunistas y las identificaciones de lo revolucionario con el comportamiento propio, lo queda es identificar una solución y lo que hay es una imagen. La solución más clara, la más radiante, la más estupenda y lógica, es la de poner en marcha toda la parafernalia de los partidos instrumentales y las coaliciones instrumentales y las piezas instrumentales con la CUP. Si se decide que se es revolucionario, comunista y se sabe distinguir entre táctica y estrategia. Con la CUP. Porque está claro, es evidente y no queda otra. Si somos, o son, comunistas de los comunistas los más, deben ir, por lógica con hermanos de revolución teórica y retórica. Si es evidente que la verdadera llama de la revolución ya no brilla en estos campos y es hora de transportar el fuego a otra cueva, son ellos, los alternativos auténticos y anticapitalistas de tomo y lomo con los que hay que juntarse. Pero no con ERC. Porque si de lo que se trata es de buscar el aliado con ERC, el movimiento es muy otro y sobran los golpes en el pecho comunista sobre el comunismo, ejemplos exóticos, el partido por delante y aquí estoy yo para lo que gustéis. Son muchas cosas.
Son muchas cosas de arremangarse y buscar y trabajar y ver cómo se hacen las cosas. De aguantar huelgas de metro y acoso contra una compañera regidora que ahora verá cómo sus compañeros hacen campaña contra su gestión y eso cómo va a poder ser. Pues siendo. Con camaradería. Vótate contra ti misma. Son muchas reuniones viendo orgulloso cómo jugando a campo abierto éramos parte fundamental del nuevo espacio y ver cómo compañeros y compañeras participaban en… y era que no, que no pasó. O pasó. Confío en lo que diga el Secretario General.
El coco. Tengo un sofá que me compré en el Ikea. Es un sofá muy cómodo, de los que te abrazan y te acogen y te sirven para iniciativa descansar. Me lo compré cuando entré a vivir en el iniciativa piso. Pero se iniciativa está haciendo viejo y quizás un día. Y ya no os lo podéis iniciativa quitar de la cabeza. Y ya no importan los ejemplos, las parábolas, las citas a Mao, a Lenin o al Payacho. Ha dicho usted iniciativa. Y lo ha dicho varias veces. Qué está buscando.
La zona de confort. Si no fuera porque al final de la jornada, en el resumen, se nos explica a las claras el movimiento táctico que incide en lo estratégico, pareciera una tomadura de pelo. Y no lo es. La zona de confort. Los tiempos nos exigen salir de la zona de confort, salir de nuestros marcos tradicionales de sometimiento izquierdista, de sufrimiento y dolor, para entrar en el Nirvana de los hombres buenos. Los tiempos, nos dicen en el editorial, nos exigen agilidad, soluciones líquidas, no estancarnos. Y llega la explicación diáfana: el ciclo que comenzó en subida y en éxito y en victoria, se estanca en 2016 y de ahí ya todo es cuesta abajo. Por lo que hay que saltar y viajar a una pecera más grande. Sin despeinarnos demasiado. Es decir, salir de la zona de confort no es salir de un espacio en el que uno lo encuentra todo a favor y de repente siente la necesidad de buscar algo nuevo, que rompa con la normalidad autoimpuesta. En este caso, en nuestro caso, de lo que se trata es de salir de una zona castigada, amenazada, atacada, estigmatizada, para viajar a praderas más tranquilas y remar a favor del viento. Salir de la zona de confort, desde la izquierda, no es eso. Al menos no lo veo yo así. Salir de la zona de confort es salir del discurso teórico y retórico y arremangarse y superar lo que se te pone por delante empleando tácticas o estrategias diferentes. Pero qué sabré yo que no he leído a Mao ni a Lenin ni me han hecho una bienvenida cero comunista. Si salir de la zona de confort es entrar en el espacio de Esquerra Republicana de Catalunya, no se trata ya de una contradicción. Se trata de un timo.
Como dijo Lenin, no me hace falta leer a Lenin. Como dijo Lenin, nos deja con el trasero sintiendo el fresco del mes de marzo a quienes en su día seguimos su línea no sé si táctica o estratégica. Como dijo Lenin, cuando me alío con los mencheviques luego se supone que me los tengo que zumbar y si considero mencheviques a unos, no me alío con liberal demócratas porque la palabra republicano es que la escucho y no puedo dejar de temblar. Lenin dijo tantas cosas. Lenin presentándose con los social revolucionarios. Lenin presentándose con Mao y haciendo anuncios en McDonalds. Lenin jugando en el Barça y entrenando al Madrid. Lenin dejándote jugar a tu jueguecito artesanal mientras él se pide la xBox. Lenin apareciendo en las televisiones. Lenin siendo uno más de lo que se llama la buena gente. Lenin ya no quiere unir los tranvías. Lenin haciendo un acto de campaña criticando a Lenin. Lenin tomando la iniciativa, ha dicho iniciativa, iniciativa, iniciativa.
Lenin, después de anunciar que se presentará con Esquerra Republicana de Catalunya y de que ha causado un trauma entre tu propia gente, dinamitando un espacio que pedía fraternidad y que se ha transformado en una coalición con todo lo oscuro que eso tiene, después de todo eso, se va de calçotada con tus nuevos amigos. Porque Lenin se iba de calçotadas también.

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