Cuando éramos pequeños, en el Seimar teníamos como libro de lengua el Santillana. Y en el libro de lengua, venían pequeñas lecturas de un libro que se llamaba Alfanhuí. No lo entendíamos. No sé si alguno de mis compañeros o compañeras de clase, si leen esto, se acordarán de aquello. Y si llegaron a entender algo. Era un niño que iba por ahí y se encontraba con gente. Solo me acuerdo de eso. Su autor era Rafael Sánchez Ferlosio, que acaba de morir.
Creo no haber leído nada de Sánchez Ferlosio. Tenía un hermano que se llamaba Chicho que hizo la canción del Gallo Rojo. Sánchez Ferlosio era hijo de Sánchez Mazas, el protagonista de la novela de Cercas y uno de los principales ideólogos del falangismo. No sé si he leído algo de Sánchez Ferlosio, aseguraría que no. Como si no lo hubiera leído. He leído un artículo sobre su legado, su figura, creo que no es póstumo. Me ha gustado mucho. Sobre lo que es el periodismo, sobre escribir, sobre el poder de los medios, sobre las cosas.
Las cosas que pasan y cómo las contamos. Esto lo iba a contar en otro texto que siempre tengo ganas de escribir sobre todo esto del juicio y demás. Una amiga dice que está viendo el jucio del Procés con las mismas ganas que uno ve una serie. Lo ve sin comentarios, a pelo, en uno de esos canales en los que lo enchufan y lo dejan. Sin intervenciones de nadie. Y ve un juicio y saca unas conclusiones. Y de ahí pasa luego a ver los informativos, sobre todo los informativos de Tv3, y de ahí extraen una realidad que no tiene que ver con lo que ella ha visto. Otra realidad.
Hace unos pocos días, periodistas hablaban en una tertulia de periodistas de un bando y de otro bando. De cómo las listas de los partidos políticos se llenan de periodistas. El PP, los neoconvergentes, Ciudadanos. Yo mismo soy periodista, pero siempre he dicho que soy un periodista ful, un periodista fake. Y pocas veces, etc. El periodismo y la búsqueda de la verdad, de la objetividad, en tiempos en los que, ahora sí, eso parece ya una pérdida de tiempo. Discutir sobre eso es una pérdida de tiempo. Los periodistas incrustados en los partidos políticos. Los periodistas que trabajamos para partidos políticos y los que terminan trabajando para partidos políticos.
No sé porqué no me gustaba nada Alfanhuí. Ese niño solo, encontrándose con gente. Sánchez Ferlosio escribió otra obra, llamada El Jarama, sobre... no lo recuerdo, dicen que era literatura realista, o realismo social, o... de esas épocas no leí demasiado. No leo nada.
Una escritora, en la radio, Milena Busquets, acaba de decir que hay un momento en el que te repites y que hay que parar. Rafael Sánchez Ferlosio ha muerto con más de noventa años, creo. Intelectuales, gente que habla de cosas que hacen daño. Cuando hablaba la escritora, en la radio se reían, porque todo lo que decía, parecía gracioso.
Mi madre quiere que escriba un texto sobre la mierda que supone el querer poner un ascensor en el edificio y que entre pitos, flautas y mierdas no haya subvenciones o no estén en curso o yoquesé qué mierda. No sé si cuando lo escriba me saldrá realismo mágico o realismo social. O si lo entenderá alguien.
Mientras tanto, en la tele, en twitter, contarán y contaremos otra cosa. Haremos campañas, nos iremos entreteniendo. Me he sentido muy reconfortado leyendo el artículo sobre Sánchez Ferlosio, entendiéndolo, procesándolo.
A Sánchez Ferlosio, tiempo después, mucho tiempo después, se nos ocurrió llamarle Sánchez Pérez. Y nos reíamos. Qué vas a hacer.
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