viernes, 27 de septiembre de 2019
La opinión de la Krupskaya
Yo creo que ya empezamos mal con lo de 'la krupskaya'. Y como ya empezamos mal no sé cómo vamos a acabar. Te diré que yo siempre le decía que por aquí no o que por aquí vas mal y que te están tomando el pelo o que aquel me tiene a mi también un poco hasta el moño. Todo eso que lógicamente se dice porque se tiene que decir y porque teníamos que decírnoslo porque estas cosas si no se hablan pues no se avanza. Y se lo decía. Le decía, oye, esto, no sé si estás tú muy pendiente pero te están pasando la mano por la cara y mucho mucho mucho pero a la hora de la verdad hay una cantidad de gente que te tiene ganas que yo no sé qué haces. Y muchas veces le decía también que no se fiase. Anda que no se lo dije veces. Yo era mucho de decirle muchas cosas, porque todo el mundo piensa que estas cosas pasan porque uno tiene la iluminación y ya está, pero esto pasa porque hay mucha gente diciéndote cosas y lo que tú opines al final pues vale lo que te dije. Yo no sé. Pero al final, no sé si mereció la pena. El pobrecito lo malito que se puso y encima lo mató una de esas que se pensaba que era de la punta alante. Con lo que se había dejado él la salud en todos los países del universo y venir aquí y ya con casi todo tirado para delante, tracatrán, va y la chunga aquella se lo intenta cargar. Es que no sé. Yo le decía muchas veces muchas cosas, cómo no le voy a decir cosas. Porque yo parece que no, pero yo tengo también mis opiniones y mis cosas y no quiero ahora pasarte aquí todo el curriculum, pero que hacer, joder si he hecho cosas. Yo lo que te quiero decir es que todo esto, finalmente no sé si tiene sentido. Que si ahora bien con aquel, mal con este, con el otro peor, a aquel nos lo tendremos que quitar de en medio. Y es una mierda como un pan porque joder, que hemos estado en los peores tugurios de Europa y ahora tener que pasar por todo esto. Y reconozco que yo tampoco soy una santa ni que tampoco haya malmetido, porque una será lo que sea, pero ya te digo que mis pelotas son como las de cualquiera. Pero no sé. Es que es todo un tema que te pones a pensar y realmente no llegas a ningún sitio porque a lo mejor, y digo, a lo mejor, es que no tenemos que llegar a ningún sitio. Y yo le decía que no se fiase de nadie. Y la movida con el otro. Y con el otro. La movida del final. Aquello fue muy triste, pobrecito tan malito. Y que no se fiase de nadie. Pero él se lo tomaba a mal y me decía que a lo mejor de quien no tenía que fiarse era de mí. Y entonces sí que la liábamos Pravda. Ay. Perdón.
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