El Congreso de Amantes del Coche Deportivo se celebró este pasado miércoles en las Instalaciones de la Real Casa del Automóvil de Sant Petitit del Circolet y tenía como punto fundamental del encuentro el hacer una exposición de las ventajas del coche deportivo en tiempos en los que muchos alzan sus voces contra el Congreso de Amantes del Coche Deportivo y tenía el sentido de una cierta reafirmación grupal. Y así comenzó el congreso, con las ponencias de dos de los integrantes de la Junta Directiva del Club de Amantes del Coche Deportivo de la que hacemos aquí un pequeño resumen.
Un resumen que consiste en explicar que el coche deportivo tiene unos motivos fundacionales que son ir más allá del mero coche y convertir el automóvil no solo en un medio de transporte sino en un motivo de distinción. Distinción en la línea, en la figura y en la capacidad de ir más rápido. Confundir la velocidad con el tocino es algo que se acostumbra a hacer con bastante asiduidad. Y en este caso los miembros de la junta directiva hicieron exaltación sí, de la velocidad, que a fin de cuentas hace que la definición de coche deportivo sea cierta en un setenta por ciento, aunque esa cifra sea ciertamente discutible. El asunto del treinta por ciento restante lo repartimos indudablemente entre el diseño y las prestaciones. La velocidad y el diseño como elementos indisociables del coche deportivo, naturalmente. Los miembros de la junta directiva vinieron a coincidir que el futuro y el presente del coche deportivo son estables, dado que hay un espacio todavía en un mundo en el que se quiere hacer del automóvil o bien un enemigo o bien un elemento aglutinador de muchos automóviles en un solo automovil. Hay un futuro para el coche deportivo y la junta directiva saludó a los presentes con la promesa de seguir trabajando para que el coche deportivo siga teniendo su lugar entre el olimpo de los automóviles.
Se dio paso a los turnos de palabra.
La primera persona que hizo uso del turno de palabra se congratuló del esfuerzo de los miembros de la Junta Directiva pero quiso hacerles algunas puntualizaciones al trabajo realizado, en el sentido de que sí, el coche deportivo, claro, pero que no se podía hacer esa descalificación tanto de los nuevos automóviles que son muchos automóviles como de quienes no quieren automóviles en absoluto. Que en el trabajo por el coche deportivo se habían cometido fallos y que era necesaria la autocrítica. El resto de las intervenciones se fueron refiriendo sistemáticamente al coche deportivo como algo loable pero algo que no debía ser defendido a ultranza. Hubo cada vez más voces que fueron hablando de las bondades de la velocidad limitada, de la seguridad al volante, de lo necesario de no resultar el coche deportivo un elemento amenazador, de la simbiosis quizás futura con otros tipos de coche, del respeto a las normativas y a los nuevos o clásicos procesos de construcción de automóviles que la gente pudiera asumir como propios, haciendo del coche deportivo no un coche deportivo basado en los parámetros en los que la Junta Deportiva establecía los cánones, sino en un coche deportivo amigable, un coche deportivo amable. Un coche amable. Finalmente las palabras que se fueron sucediendo abundaron el la sensación de que el coche deportivo quizás había ido demasiado lejos y que era preferible darle un nuevo enfoque al coche. Ya pocas veces se aludía como coche deportivo al objeto del debate.
Finalmente uno de los asistentes pidió la palabra para cagarse en el coche deportivo recogiendo un aplauso entusiasta de las personas que quedaban en la sala ante la mirada estupefacta de los miembros de la Junta Deportiva.
Al final, se volvió a convocar otro congreso de amantes del coche deportivo, sin embargo, y los asistentes tomaron nota del nuevo encuentro.
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