La sencillez. La humildad. La honestidad. La humildad. La sencillez. La honestidad. Pistolas se iba a quedar, después de la segunda cerveza estaba entrando en calor, pero decidió que no, que su madre se había currado la comida y había que ir. Ya tendría tiempo de hacer el monguer con los colegas otro día. El primer día vamos a portarnos bien. La humildad. La sencillez. La vuelta a casa, camino de la calle Cultura. El piso de sus padres, donde se crió. El piso en el que sigue viviendo su hermano. Saca las llaves del bolsillo de la chaqueta, todavía tiene las llaves del piso de Barcelona. Recuerdos.
- Javi, lávate las manos y a la mesa ya. El redondo está a punto. Toni, ponte a hacer algo, pon la mesa, lo que sea, pero levántate de ahí ya.
Javi es el Pistolas. Toni es su hermano. El hermano mayor. El hermano que sigue viviendo en casa de sus padres. El hermano que nunca se fue. El hermano que no lo intentó. El hermano que estudió pero que se quedó encerrado en un cajón. El hermano que se borró. El hermano que le enseñó cuáles eran los discos guapos. Cuáles eran las pelis guapas. El hermano que le enseñó lo que era y lo que no era. El hermano con el que le gustaba ir y venir. El hermano que se fue apagando y que se quedó en una habitación. El hermano que estudió Magisterio y que nunca hizo las oposiciones. El hermano al que le empezó a dar pánico la gente. El hermano que no sabía lo que le pasaba. El hermano que vivía triste. El hermano que no hacía nada. El hermano al que no te querías parecer. Javi es el Pistolas. Javier Garrido Hernández. Nacido en Barcelona en la Clínica Quirón. En el seno de una familia trabajadora, sencilla, humilde, honesta. Su padre Antonio Garrido, trabajador de la RAM, jubilado. Su madre Benigna, Beni Hernández, limpiadora de la empresa municipal que no es municipal pero es la empresa… es igual, jubilada también.
- ¿Qué pasa Javi? ¿Qué se mueve por Los Pinos? ¿Quién estaba?
Su hermano Toni hace tiempo que no sale. Va a darse una vuelta de vez en cuando. Es posible verlo alguna vez sentado solo en el parque del Motocrós. O pensando en algo mientras deambula por entre los bloques de Can Franquesa. Pero a ojos de todo el mundo, el Toni hace tiempo que no está. Que no sale. Aunque lo veas, no está.
- He estado con el Mac y el Mic. Y también he visto a la Laia.
- La Laia. ¿Cómo está?
- Bien, la he visto más o menos como siempre.
El Toni no le pregunta a su hermano, pero su hermano sabe.
- Pero no he visto a ninguno de los tuyos. Esa gente ya no para por Los Pinos.
- Normal. Si todavía está alguno por Los Pinos, malas cartas.
- Ya te digo.
El padre del Pistolas sale de la cocina con el redondo. Lo pone en la mesa. Lo empieza a cortar. La madre trae los vasos y los cubiertos. Abren una botella de vino.
- ¿Dónde has comprado este vino? - pregunta el Pistolas.
- De un súper nuevo que han puesto en la Avenida. - responde su madre. La humildad. La sencillez. Todo eso.
En estos temps d'incertea, fa goig saber segur que em llegiré La Gran Novel·la diligentment.
ResponderEliminar