Supongo que el día mundial de la poesía se ha hecho coincidir con el primer día de la Primavera por algún motivo. Ahora mismo, desconozco si este día mundial de la poesía siempre es el mismo o cambia según la época. No me puedo creer que alguien haya asociado la primavera con la poesía así porque sí. Porque hay muy poca primavera en la poesía. Si por primavera entendemos florecimiento, renacimiento, el comienzo de un nuevo ciclo, esperanza, ilusión, no podemos decir que la poesía, o al menos la poesía que está en contacto conmigo, tenga nada que ver con eso.
La poesía es un arma cargada de futuro, decía creo que Celaya. La poesía como un conjunto de imágenes ya dichas por Celaya o por otro u otra, al gusto. Para los poetas parece que nunca es primavera. Los poetas parecen estar sumergidos en angustias que tienen que ver con el crecimiento, con los cambios, con un mundo que parece difícil de entender, con cambios en el mundo que parecen difícil de entenderse, con el crecimiento en un mundo que no cambia como a nosotros nos gustaría y no nos damos cuenta ninguno salvo esos poetas que como profetas se esmeran en señalarnos el camino. ¿No lo veis? ¿Es que no os estáis dando cuenta de que somos simples marionetas, números, que hemos perdido nuestra alma, alma que solo conservan los poetas que dándose cuenta de su privilegio se quedan extasiados en la amargura que les provoca que no todo el mundo sea como ellos? ¿Es que no sabes escribir? ¿Es que no tenemos memoria de lo que nos han hecho? ¿Es que nadie es capaz de hacer una poesía sobre las flores? ¿Se hizo alguna vez algún poema interesante sobre la floración?
Los poetas están cargados de futuro. Conozco a algunos poetas. He escuchado a algunas poetas. No hay primavera en sus voces. Es un largo octubre y noviembre su existencia, pendientes de un mañana que intuyen tenebroso y recordando un pasado horrible. Amores que no son, temores, hambres, recuerdos, familias a las que rendir tributo y de las que siempre esperamos ser dignos, personas que se fueron, sábanas que huelen a nosequé, el humo del cigarro, juventudes que fueron algo que no fueron, juventudes que son la imitación de otras juvendutes.
Un día, quizás ese día no llegue nunca, yo también me atreveré y contaré mi versión de los hechos. Y seré grande. Y mi obra no habrá manera de interpretarla. Las flores.
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