Antes de comenzar, advertirles, queridos lectores, de que no soy una persona optimista. No soy una persona que se crea mucho lo de que con palabras de ánimo vamos a conseguir lo que los hechos y la realidad nos indica que no va a pasar. Así que lo del título no es más que un recurso. Un recurso que he copiado de un artículo de Diario 16 en el que el autor nos dice que esto ya está al caer. En 2018. Una marea de referéndums y de convocatorias desde la base que está haciendo temblar a la monarquía. Estamos en 2021 y efectivamente, avanzamos inexorablemente hacia la República. Lo que no sé si nos está valiendo hasta ahora es el porqué queremos una República y si entendemos porqué mucha gente no quiere una República. O bien considera que esto ya es 'casi' una República, como nos intentan explicar y aplicar reiteradamente los compañeros socialistas. ¿Somos ya una República? Naturalmente que no, porque no tenemos un jefe del estado que haya sido elegido por los propios ciudadanos y lo que se llaman 'valores republicanos' no son los que nos rigen. Entonces, ¿porqué cuando hacemos concentraciones por la República (unitarias o partidarias) vamos un reducido número de personas tan reducido que no quisiéramos tener que volver a concentrarnos en estas circunstancias si lo que queremos es una República ya a no ser que lo que queramos con estas concentraciones es otra cosa?
Creo que en este país, en el que nos conformamos con tan poco, el concepto de democracia ha suplido al de república. Es decir, como ya tenemos una democracia, votamos, elegimos, podemos ir por la calle más o menos con cierta libertad de que no va a venir nadie a pegarnos dos hostias por pensar como pensamos, convocamos actos, manifestaciones, en algunas nos calientan el lomo y en otras no, pero como eso ya lo tenemos más o menos asumido, realmente... ¿qué es entonces una República? Y para explicar lo que es una República, zas, caemos en la trampa y nos ponemos trascendentes y explicamos lo que era la Segunda República. Una República que termina mal, no porque la república tenga que terminar mal, sino porque los fascistas y la derecha más chunga que te puedas imaginar, inició una guerra de exterminio que queda en la memoria. En la memoria de tanta gente que dice sí, República, pero que con esto yo ya voy tirando.
Ir tirando es, creo, lo que define a este país. Y ahora me quiero referir a otra cosa que tampoco le importará a nadie pero es una sensación. ¿Por qué me parece más moderno, nuevo, actual, bien trabajado, estimulante, atractivo, joven, el proyecto de una República catalana que el de la República española? ¿Qué hacemos mal? ¿Es porque es mejor? No creo que sea mejor, de hecho la República catalana y quien la tiene en la boca con más pasión, muchas veces creo que no piensa en una República de ciudadanos catalanes sino en unos catalanes concretos. Pero aún así, hay más republicanos 'indepes' hoy que 'republicanos' ibéricos, por llamarlo de una manera que no me obligue a decir españoles. Al menos, esos republicanos catalanes tienen medios con pasta currándose campañas guapas, modernas, vistosas, actuales, con gente así como guay, que te irías con ellos de gintonics a cualquier parte. Y nosotros qué tenemos. Tenemos lo que podemos. Tenemos la nostalgia. Tenemos los slogans, tenemos las banderas, pero se nota que detrás no tenemos los medios. Es igual, la República va a llegar porque el Rey acabará cometiendo un error fatal y entonces...
¿La República va a llegar? Todavía nos enternecemos con los tweets de la JSC de rigor. Todavía sacamos la bandera tricolor y la colgamos de las fachadas del Ajuntament o las colgamos en los mástiles. Está a punto. El rey la cagará en algún momento y se tendrá que desmoronar todo y volverá otro 14 de abril.
La República llegará cuando refundemos o se tenga que refundar este Estado. Y quiera dios que se refunde de la manera que a nosotros nos gustaría. Porque puede pasar, como nos pasa aquí mismo, que se esté refundando de una manera en la que no todos seamos iguales a ojos del Señor. La República deberá significa algo nuevo, algo joven (pero no de jóvenes diciendo cosas viejas), de fotos en color, de valores nuevos, no de olvido sino de futuro. Ya llevo mucho rato diciendo cosas y acaba uno soltando lemas y frases para quedar bien.
No sé cuándo va a llegar la República. Pero que no es esto de ahora, seguro. Y que no podemos seguir vendiendo la misma República de hace 90 años, tampoco.
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