Chinas - Arantxa Echevarría

Es el peor día de mi vida. Esta es la frase con la que la niña amiga de Lucía saluda los manjares que la familia de ésta le ofrece para celebrar su cumpleaños. Luego, cuando la cena acabe y vayan a la habitación de Lucía y de ahí pasen a... se arregla la cosa. Estamos hablando de Chinas, una película de esas que no te llama la atención en la cartelera, que asumes que te va a hacer pensar y que tú no tienes ganas de pensar o de ponerte de mal humor o de cuestionarte cosas o yo que sé, pero que vas a ver y cuando la ves lo primero que haces es recomendársela a todo el mundo. Porque Chinas habla de chinas, sí, pero habla de tantas cosas que parece mentira en una película así tan pequeña, sencilla, simple. Una película que habla de la comunidad china aquí y habla de nosotros con la comunidad china y habla de cuatro maneras y de cuatro ejemplos. Una niña, una adolescente, la madre de ambas y una niña adoptada. Cómo cada una de ellas se enfrenta a la realidad de ser alguien en un mundo que las considera chinas por las buenas o por las malas, quieran o no, se sientan o no. Una película que habla de cuatro historias y de muchas más, que son las de la gente que les rodea y que comparte sus vidas. Una película que ni es sensiblera, ni maniquea, ni panfletaria. Una  película cuya principal virtud es la de contar una historia que te suena, historias que puedes llegar a conocer, que nosotros aquí en Santa Coloma tendríamos que conocer más, y que inmediatamente te engancha. Las interpretaciones son magníficas, pero la de la niña Lucía es brutal. En definitiva, una película que habla de chinas, de chinos, pero que al final de lo que está hablando no es de una comunidad en concreto, habla de todos y de todas.