miércoles, 2 de octubre de 2024

Pequeños cuentos centroeuropeos


Fue un instante, pero fue decisivo. Llevábamos tiempo juntos, ella me había confesado cosas, yo ya no tenía secretos. Salimos a pasear y nos decidimos por ir a un parque al que acudíamos al principio de todo, cuando hablábamos por los codos, a sentarnos en la hierba y pasar la tarde. Encontramos el lugar que nos acogía y ella se sentó. Yo no quise mancharme los pantalones, estaban limpios y quería aprovecharlos al menos tres días más antes de lavarlos. Dudé. Fue ahí. 

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