lunes, 31 de agosto de 2015

Con todo mi apoyo

El otro día dije... ¿por qué no organizo una movida absolutamente contra todo y contra todos? No lo dije, lo pensé, que hay una diferencia muy grande entre decir y pensar. Si lo digo, se supone que hay alguien delante y me puede escuchar y me obliga, quizás, a cumplir lo dicho. Si lo pienso en cambio, no tengo que dar explicaciones ante nadie. Lo pensé, entonces. Lo pensé. El caso es que lo pensé, pero me ví obligado a cumplirlo. Tuve que hacerlo. El grandísimo comecome que me tiene todo el día y buena parte de la noche hasta que caigo rendido de tanto luchar y luchar, intentando adivinar nuevas formas de combatir contra el sistema, me obligó a tomar una decisión y, efectivamente, armarla.
No soy, como se imaginan ustedes, y también vosotros, por dirigirme a todo el mundo de una manera llana y cercana si fuera necesario y a otros de otra manera más formal y correcta, no soy, como digo, y empleo muchas comas porque no sé por dónde empezar, no soy, insisto, persona con una concepción cerrada de las cosas. No soy, para ser sincero, una persona dogmática. Y si combato contra el sistema, si lucho contra los poderes que nos asfixian, si me parece que las instituciones que nos gobiernan conspiran constemente para procurarnos la desgracia más siniestra, no por ello dejo de creer que, en fin, que, vamos, que, no todo ha de ser tan drástico y que, a fin de cuentas, lo que uno reclama no es más que lo que es suyo también.
Por decirlo de una manera más clara, ya que estoy dándole vueltas a un tema por el que se me reclama una explicación y yo la tengo que dar. Pensé en montar un grandioso circo ambulante de pensadores, cantantes, filósofos, artistas multidisciplinares, profesores de zumba, tradicionalistas revolucionarios, más cantantes, más pensadores, bailarinas y coreógrafos, expertos en temas que cuecen el espíritu de los más sensibles, organizadores de debates sobre la lucha y la lucha y la lucha y las diferentes luchas y el rostro verdadero del verdugo que al alba, oh, al alba, vendrá a buscarme un día, y unos chicos colegas de otro colega que vive lejos del mundo pero cerca de mí y que me dijo o me dijeron porque creo que he perdido el hilo que ponían música a partir de un pen drive con muchas canciones y que hacen bailar a la gente de manera desaforada mezclando consignas revolucionarias que me entusiasman y entusiasman a los más acendrados y encendidos luchadores con otros ritmos más ligeros y distendidos, resultando una mezcla que es difícil de resistir, y más expertos en otras luchas que no son tan candentes pero que tocan la patata, y todo ello en un escenario que fuera rotando por diversos espacios, y la gente vendría y sería como hacer la revolución en dos días o tres, sin movernos del sitio, aunque la denominación de circo ambulante dijera otra cosa, pero es bonito jugar con el equívoco. Es saludable jugar con denominar a una cosa de una manera, alternativa, revolucionaria, lucha, y luego no ser exactamente eso. Provoca debate y ganas de pensar. Y eso también es bonito.
Y claro, en tanto en cuanto mis posibilidades y mis medios son escasos, si jugamos al equívoco, qué menos que solicitar el apoyo de la institución, cuando durante todo mi trayecto en la vida he sido un fuerte... cómo decirlo, un fuerte opositor a cualquier forma de colaboración con las instituciones, sobre todo si son otros las que lo hacen. Y solicitar las infraestructuras, solicitar quizás un pequeño aporte en tanto a que estoy promoviendo el pensamiento y el dinamismo sociocultural del pueblo, al que tanto quiero, y solicito la luz y el agua, y solicito el esto y lo otro, y solicito mayor tiempo de exposición al sol y a la sombra, y mayor tiempo para poder difundir la palabra, mi palabra, nuestra palabra que es de todos y es del pueblo y es de la lucha y necesito más tiempo porque el mensaje es difícil. Con todo mi apoyo por las causas que son más auténticas cuando las lucho yo. Con todo mi apoyo. Con el apoyo de una institución que ha de volcarse en luchar contra sí misma. Con todo el morro. Con todo. Qué menos.

jueves, 27 de agosto de 2015

Zurda mágica

Como bien sabéis, no soy una persona a la que le guste mucho alardear de lo que tiene o lo que hace. Antes al contrario, me parece que, en muchas ocasiones, me pongo trabas, me obstaculizo a mí mismo a la hora de sacar partido a mis virtudes, si es que las tuviera. Muchos son los que me dicen que debería valorar más lo que hago, lo que tengo y lo que soy, porque podría ser mucho más feliz o bien conseguir un reconocimiento a partir de lo que hago si lo pusiera en valor. Y como quiera que Septiembre es un buen momento para iniciar una nueva época de propósitos y de 'pues voy a', he decidido comenzar a sacarle partido a mi pierna izquierda. También sabéis que no soy muy partidario de las soluciones mágicas, de recurrir al oscurantismo, a lo irracional, que no confío en lo sobrenatural, que tengo poca fe en dioses, amuletos y demás zarandajas, pero eso no es óbice para que, uno mismo, no sea consciente de que lo que es, es. Y contra eso no se puede luchar.
Dicho esto, he decidido volver a sacar a pasear a mi pierna izquierda. Durante muchos años, si habíais notado de alguna manera que vuestro mundo, mi mundo también en definitiva, vivía en un estado de placidez francamente fuera de norma, mucho tenía que ver con mi pierna izquierda. Aunque diestro para manejarme con las manos, en lo que concierne al balompié, soy zurdo por un extraño designio que en sí mismo ya es una señal de que algo extraño, y quizás marvilloso, ocurre conmigo y concretamente con mi pierna izquierda. Esa sensación de bienestar y buena onda que habréis sentido en determinados momentos de vuestra vida, no tiene otra explicación que el contacto de mi pierna izquierda con un balón de fútbol. Los que me conocéis sabéis que si algo me ha gustado a mí en la vida, ha sido jugar a fútbol. Pasear conmigo por una plaza, descampado o terreno cualesquiera en la que niños o mayores jueguen a la pelota, implica que se me vayan los ojos detrás del balón y desee fervientemente que esa pelota llegue a mí. Y cuando llega, golpeo. Chispazo de felicidad universal. Sin embargo, y sin duda debido a las malas artes de algún elemento que no me quiere bien, una terrible lesión en mi pierna débil, la derecha, me ha alejado de forma indefinida de los terrenos de juego. Desde hace años, mi pierna izquierda ya no entra en contacto, ni entrará de manera continuada tal y como lo hacía antes, con un esférico salvo por esas pequeñas casualidades que acabo de comentar.
Y sin embargo, durante estos días de vacación, he tenido tiempo para pensar. Para pensar mucho. Y he decidido que voy a regalar felicidad. De alguna manera. Y esa felicidad la voy a regalar volviendo a poner a mi pierna izquierda, a la zurda de oro, a la siniestra mágica, en el circuito. De la siguiente manera.
Toda vez que ya no puedo practicar deporte como un león desatado tal y como acostumbraba, voy a instalar un pequeño tenderete en la plaza de la Vila de Santa Coloma, en el cual instalaré una silla y si ustedes lo tienen a bien, si vosotros lo queréis, en un horario determinado, puedo pisar un balón durante unos minutos al día y reajustar de una manera eficiente, lo que podríamos considerar el mecanismo por el que la felicidad y la paz cósmica, llega a nosotros. Simplemente pisando una pelota, con mi zurdita, posando mi pie en el cuero, durante unos minutos, sin abusar, creo que podríamos llegar entre todos a alcanzar ese estado que ansiamos y que perdimos en su día por los pecados de otros. Yo creo que sí. Yo creo que si me pongo, lo hacemos. Nada, simplemente pisándola, sin más. Calidad. Toque. Ya no podré aplicar la visión y el gusto y el orden con el que jugaba antes, pero ahora simplemente me dedicaré a los demás. A pisarla y alumbrar al mundo.
Pásamela.

miércoles, 26 de agosto de 2015

Una movida nietzscheana

Teníamos un amigo al que le llamánamos Niche. Se creía Dios, Era tan tópico que nos caía bien. Venía a vernos y nos contaba que si la muerte de la humanidad, que si el fin de las nosecuantas. No le prestábamos mucha atención. Yo me quedaba nada más que con dos o tres cosas que decía cuando llegaba, y con que se parecía a Nietzsche. Lo conocimos a través de una chica que se llamaba Ish y que había coincidido con él en el colegio. Se apuntó a nuestras reuniones y nos hicimos amigos todos. Se le fue poniendo cara de loco con el tiempo. Un día vino vestido de Superman. Tenía esos puntos.

Niche tenía puntazos. Una vez dijo que iba a matar a Dios. Lo que vino a explicar después ya no tuvo interés. No abundó en cómo iba a matar a Dios. Yo sabía que él se creía Dios y me asusté. Estuvo varios días sin venir. Luego cogí un gripazo y estuve fuera de circulación durante unas semanas. Cuando volví, me dijeron que estaba haciendo demasiado frío para la época del año en la que estábamos. El tiempo volvió a mejorar. Niche volvió diciendo que había estado a punto de conseguirlo, pero que al final le había faltado valor.

Un día, con el traje de Superman puesto, se levantó de la mesa y se fue a un rincón. Miraba fíjamente a la pared. Estuvo así, concentrado, mirando hacia la pared como una hora. Los demás hablábamos. Al cabo de una hora, no aguanté más y le pregunté qué hacía. No me contestó. Tampoco necesitaba yo una respuesta muy concreta, solo quería pegar la hebra con él. No dijo nada. Se fue. Al día siguiente vino vestido normal y me comentó que sin el traje también era capaz de atravesar las paredes con la mirada. Que ser Superman no es cuestión de traje.

Niche tenía dos hijos, uno se llamaba Mozart y el otro Strauss. Uno ya estaba casi en la universidad. Nunca le pregutamos, pero un día yo me lancé y le inquirí sobre el porqué de los nombres y que porqué no le había puesto a alguno Wagner. Me miró como si fuera gilipollas.

Nunca conocimos a la mujer de Niche. No venía. Decían que era una persona muy reconcentrada, que no salía casi de casa, que tenía problemas. Un día Niche nos dijo que se había separado, que su mujer le había dicho que ya no aguantaba más, que quería vivir. A todos nos entró la duda sobre quién era el que tenía problemas de los dos. Ish, que tenía más relación con Niche, se puso muy colorada y dijo así como sin salirle la voz del cuerpo, que no es que uno de los dos estuvier mejor o peor... yo creo que Ish era la mujer de Niche y que ninguno de los dos quería que se supiera. Tengo mucha imaginación, pero peor es vestirse de Superman y creérselo.

El dueño del bar le preguntó a Niche que porqué no se dejaba bigote, como Nietzsche. El dueño del bar se llamaba Rosendo y tenía el bar lleno de fotos de Rosendo. El bar se llamaba Rosendo. Rosendo intentaba vendernos la moto de que era familia de Rosendo, pero no era verdad. Niche le dijo que no lo había pensado, que le daba pereza, que no se veía, pero que claro... hicieron muy buena amistad. Cómo sería que Rosendo puso una foto de Nietzsche en el bar y todo.

Fuimos a una romería, porque nos invitó el presidente de una hermandad. Estábamos en el campo y Niche abrió una mochila que llevaba y se puso el traje de Superman. Se subió a un árbol y saltó. Se rompió la columna vertebral pero se curó milagrosamente. Cuando volvió a venir, Niche comentó que quería romper su relación con Dios definitivamente, en su propio terreno y que no había podido. Que Dios era más fuerte. Pregunté porque yo pensaba que Niche se creía Dios y me dijeron que no. Que no estaba pendiente. Que él lo que quería era matar a Dios. Que ya me valía.

martes, 25 de agosto de 2015

Pierre Lemaitre - Vestido de novia

Hay gente que tiene su pedrada. Hay gente que cree que tiene una pedrada. Hay gente que juega a que tiene una pedrada y va por ahí diciendo que es que está muy loco y que le disculpes porque joder, tío, es que estoy muy loco. Hay gente que sufre por los que están locos. Hay gente que no sabe que está loca. Hay quien se cree que alguien está loco o loca y lo que hace es quedar como un gilipollas. Las variables son infinitas. Las posibilidades son variables. Mi vocabulario es el que es. Mi capacidad de expresión, más o menos sabemos dónde llega.
El libro de de Pierre Lemaitre, Vestido de novia, nos cuenta la historia de una persona que se vuelve loca, de una persona está loca y en definitiva, de gente que está como unas maracas, de otros a los que se les supone que están peor y que en realidad no lo están y de peña que se pone por medio y acaba recibiendo el palo. Un libro muy entretenido, aquí viene el comentario de calidad, un libro muy entretenido, de esos que se leen con ganas, que no los sueltas. Y no porque a cada página las sopresas se vayan sucediendo y en cada capítulo haya una vuelta de tuerca. Pues no, es que la sucesión de acontecimientos se van disparando y alcanzan la dimensión de un torrente de desgracias infinitas que van alcanzando a la protagonista,
Una chica que trabaja de ñiñera no anda muy fina de la maceta. Ella lo sabe pero no es del todo consciente de hasta donde le puede llegar la pedrada. A su marido se lo ha ido cargando poco a poco a disgustos y de repente un día se encuentra con un pifostio en la casa y con el niño que está cuidadando y ella supone que se le ha vuelto a ir la castaña. Que la ha liado parda. Tiene que huir y escapar. A medida que va escapando la va liando y se va liando. Pero escapa y la poli no consigue encontrarla. Se construye una falsa identidad y considera que su plan tendrá el éxito definitivo si se casa, y qué mejor que un soldado que puede ser destinado a ultramar para conseguirlo.
Ole con ole. El libro, como digo, se lee casi de un tirón. En principio, se vende como un libro 'contestación' a la fiebre de novelas escandinavas de intriga, esta vez, por la parte francesa, y a fe que consigue tenerte ahí con el corazón en un puñillo hasta el final.
No he leído nada antes de Pierre Lemaitre, que al parecer tiene varios libros muy vendidos. Me regalaron el libro y de la misma manera, yo recomiendo el libro tanto como regalo, como para el autoconsumo. Ya saben, eso de ir a una librería y comprarse un libro. Para leérselo uno. Esa cosa.
Lo dicho, que si queremos volvernos locos, tranquilos que no dejan de presentársenos oportunidades para pensar que estamos locos. Si queremos volver loco a alguien, con tiempo y dinero y estando nosotros al mismo tiempo como unas devanaderas, se puede conseguir. Si estamos locos y tal, pues nos vamos viendo y lo comentamos.
Seguimos para bingo.

lunes, 24 de agosto de 2015

La ansiedad de Veronika Voss - Rainer Werner Fassbinder

No recuerdo haber visto nunca una película de Fassbinder. He mirado en la wikipedia para asegurarme y no. Tiene una película que se llama El amor es más frío que la muerte, que se llama igual que una canción de Dan Warehouse que me gusta mucho. Bueno. La ansiedad de Veronika Voss es una película del año 1981, ambientada y rodada como si fuera de 1955, salvo por la música, que a veces suena como fuera de tiempo. La música. Una música que rompe muchas veces con lo que estamos viendo, que parece pegar mejor para otra película, no para esta película. No he visto ninguna película de Fassbinder, no sé si veré muchas más. Esta película de Fassbinder cuenta la historia de una actriz alemana, Veronika Voss, una gloria del cine de la UFA, productora durante la época nazi y de la que se dice que fue protegida de Goebbels. La primera escena nos dice el final de la película. En un cine se proyecta una película en la que una paciente con fuertes dolores le pide a una enfermera lo que sea para paliar el dolor. Lo que sea a cambio de lo que sea, a cambio de su propia muerte si fuera necesario. La enfermera se lo concede, una inyección y listos. Veronika Voss, es la protagonista y está en el cine. Sale corriendo y llorando. En un bosque, con la barraquera, un hombre le ofrece ayuda. Llueve. Ella agradece la ayuda pero es algo borde. En el autobús en el que se suben se comporta como una loca. A él le mola, claro. Ella se queda con su nombre y le vuelve a buscar.
Se inicia una relación extraña. Ella le busca a él. A él le mola ella. Él es periodista deportivo y tiene una medio pareja. Veronika Voss está trastornada. Vive en una clínica, la tienen a base de morfina. Todo es chungo. Vive obsesionada con que la reconozcan y con que no la reconozcan. La reconocen nostálgicos, como la pareja de una joyería. Hay otra pareja, de ancianos judíos supervivientes de Treblinka, que también te dejan el cuerpo bueno.
El periodista investiga, el periodista conoce al marido de ella, Armin Mueller-Stahl, que le dice que pase del tema, que no intente salvarla, que está enferma y no tiene remedio. El periodista se encabezona. ¿Qué conseguirá al final?
Rainer Werner Fassbinder es un director de cine alemán que, junto con Herzog y Wenders, conforman el trío resplandor de cineastas alemanes que debes conocer. De Herzog habrán visto las chaladuras protagonizadas junto a Kinski, con Wenders quizás aquella del Buena Vista Social Club, de Fassbinder... Esta es rara. Como vacía. Las caras de los protagonistas, la del marido, la del periodista, parecen aburridos, cansados. La amiga del periodista, ni se enfada ni se deja de enfadar. Veronika Voss... pues está ahí. Enganchada.
Déjese querer por una loca. El final de la peli ya se lo he contado al principio. Él quiere salvarla, llega con la policía, vámonos, pero ella prefiere la droga. Se cumple la profecía. Sala llena en la Filmoteca un viernes por la tarde. Estamos jodidos.

PD: Si no pasa nada, hoy este blog llegará a las 100.000 visualizaciones, según el contador de estadísticas. Muchas gracias a todos los que alguna vez se han tomado la molestia de asomarse por aquí.

viernes, 21 de agosto de 2015

Miscelánea

La escuché por primera vez en una disco móvil en las fiestas del barrio de... Serra de Marina, creo. No tenía ni idea y me dije... ojo, qué cancionón. No la he escuchado demasiado más, tampoco me preocupé en buscarla. Pensaba 'seguro que este verano la van a poner en mil sitios'. Pero claro, qué mil sitios son esos donde la van a poner si tú no vas a esos sitios. Así que ha sido en el pueblo donde la he escuchado algo más. Pero no mucho más. Las orquestas la tocan y las atracciones la tienen. Pero se hace corta. La canción dura unos cinco minutos. Mi hermano dice que mola tanto que parece india, como si fuera banghra o así. El Taxi. Me lo paró el taxi. Perdón, la coma creo que tiene importancia. Me lo paró, el taxi. Es un reggaetón... pero no lo es, a mí me suena más a una canción jamaicana de estas modernas que a otra cosa. Quizás sea eso, que con el reggaetón uno no se ve con traza de mover el culo y aquí... tampoco es que la haya bailado, al menos he levantado la mano como si parase el taxi. Qué tonto, parando el taxi. Parar. Lo paró con una mano, lo paró que yo la vi. Parar. Lo dice todo y no dice nada. En el vídeo salen muchachas vistosas y se supone que deberían salir Pitbull y otro pavo cantando, además del autor, Osmani García, que no sé si es de los nuestros o no, pero el tal Pitbull no sale. Y el otro tampoco. Y da lo mismo. Qué canción. Qué pena.
https://www.youtube.com/watch?v=qRp3-D3SMwI

La polémica del verano, el disco de Tame Impala. Las informaciones primeras decían que el disco no molaba mucho, que era pesado, que demasiados sintetizadores y pocas guitarras... yendo de viaje pusieron una canción sin avisar y creo que era esta, la de Let it Happen. Esta canción es buenísima, tendrá más o menos guitarras y tendrá altos y bajos, pero es muy buena. Aquí la tenemos interpretada en directo, con el Parker haciendo guiños porque le cuesta llegar. Hacer este disco en directo le va a costar la vida. Y cambiar de guitarra mil veces para hacer... nada. Con la primera guitarra no hace nada y es que en todo el disco las guitarras, no salen. El disco se escucha bien, claro, no es como los otros que molaban más, pero tiene sus puntos. Y sobre todo, el recuerdo de esta primera canción. ¿Qué ocurre? Que creo que es una canción gafe. Un disco gafe. El disco me lo grabé en el pueblo un día antes de que mi madre se cayera. Lo puse con determinación, ese tono tristuncio que siempre tienen las canciones de Tame Impala y todo eso. Pero cuando se cayó mi madre, he dejado de ponerlo. Tengo estas cosas. Me llevé un disco de Gong, por ejemplo, que pienso que me... es igual, no es fácil de explicar. Supongo que todos tenemos cosas así. Cuando se me pase lo de esta canción, dejaré de escuchar el disco o quizás ya no lo escuche nunca. Y con el de Gong, pues a ver qué hago.
https://www.youtube.com/watch?v=Qay6t5UpnhM

Y ya está. Yo debería dejar de escribir aquí, porque no ha habido más música que me haya tocado así por algo en especial. Un verano poniendo música, por poner música. El verano. El verano duele. Duele escuchar los viajes proyectados, los viajes contados, los viajes que se van contando, los viajes que se hicieron. Las estancias. Los trayectos. Los proyectos. Un verano que ha durado doce días, muy corto. Un verano de vacaciones, ir a un sitio, decir que te estás tomando esto, que has visto un collar con el yugo y las flechas en la ermita del pueblo, la foto de mi hermano en la piscina... este año no me he hecho yo la foto en la piscina. Para qué. Fotos con los amigos, fotos con la familia, Contar cómo te va en Barcelona, qué pasa con el rollo este de Catalunya que tenéis una montada que párate, dónde andas ahora... Contar durante las vacaciones cómo es tu vida durante el año. Sistemáticamente. Poco que contar, la verdad. Trabajo y eso, bueno. Como siempre, todo el mundo tiene trabajos interesntes, vacaciones molonas, proyectos ilusionantes y emprende nuevos retos en base a... O se pone a nadar, por ejemplo. Nadar puede ser el nuevo correr. Este año ni siquiera he escuchado la radio como otros años. En la piscina, esperando, esperando a nada.
https://www.youtube.com/watch?v=c5aPIDLzmvI

Lo de Grecia. Lo de aquí. Tsipras dimite y convoca elecciones. Los que hemos hecho profesión de fé con lo de Syriza y que era posible hacer las cosas de otra manera, nos enfrentamos a todos los listos de derechas que nos dicen que 'ves, ves, todo era una patraña, al final a chuparla'. También nos enfrentamos con todos los valientes de izquierdas que desde el teclado instan a una revolución sin red por la cual los de Syriza son unos cacas y no hay más alternativa que... leña. Claro que lo de Syriza ha sido un palo, que Varoufakis monte su propio chiringo, igual sirve para que ese grupo de gente que quiere mantener la esencia no se quede en su casa... no sé. No tengo ni idea. Lo de aquí. Nos dirán que con qué cara nos presentamos si sabemos que lo de allí ha fallado. Bueno. Nos quedaremos entonces entonces en manos de la derecha de toda la vida, que construya un nuevo país. Primero el país, y luego ya veremos cómo. Gente con los logos de Juntspelsi y la Cup en el avatar. Hace años vi una pintada que decía CiU + Erc= Catalunya. Hay que sumar a la Cup ahora. Gente que nos achaca haber estado en gobiernos con sociatas, no le hace ascos no sólo a ir en listas con la derecha neoliberal que consideró que la reforma laboral se quedaba corta, Pero los malos somos nosotros. No somos rupturistas. Apoyar a Mas, si. Apoyar la patada a seguir, si. Entre eso y haber plantado cara, me quedo con Tsipras. Entre poner cara de prócer y decir que 'declaramos la desobediencia hacia el estado español', como el yerno perfecto, para obedecer a la oligarquía local, me quedo con Tsipras. Aunque igual votaría a Varoufakis. Pero no soy griego. Soy de aquí. Catalán.
https://www.youtube.com/watch?v=dGsWzOVxmLw&list=PLTKwEA7VzFKFjgSy1mzj-e6R0dFZ6ij61&index=3

Ahora sí que de verdad, ya no sé qué decir. Aquel momento en el que no tienes nada que contar. Que la exposición de hechos se ha agotado y que lo que queda es marear la perdiz. Ir contando cosas por contar, por rellenar. Porque son seis canciones. Seis canciones. Casi todas las canciones vienen de un tronco común: el rock. Cierto es que la del Taxi, no. Mira, otro tema. La derrota del rock. Nos empeñamos en seguir escuchando rock y todo eso, pero eso es ya una falacia. A la mayoría de la gente hace tiempo que le ha dejado de interesar el rock. En muchas de sus vertientes. Canal Nostalgia. Gente de edad más o menos madura, empeñada en pensar que lo que mola es lo que les mola a ellos. Cuarentones, cincuentones... y la gente joven y la gente a la que el rock jamás les interesó, levantando las manos con el follow the leader. El rock ya no interesa. Nos interesa a unos pocos, que seguimos manteniendo la llama de la esperanza, pero ya está bien de recuperar el rock de los ochenta, de los noventa... eso ya pasó. Chumba chumba, rollo grupal, movida colectiva, gente haciendo lo mismo y sintiéndose parte de una comunidad. Todo más así, más sencillo. Sin necesidad de estar de acuerdo en todo, sólo en un punto mínimo, en algo común, la masa. Y no hace falta que sea música disco, o pachangueo, los que bailan son los nuestros. Es la derrota del rock. Este año. Así mismo. Se trata, como siempre, de ponerse de perfil y maquillar el resultado como sea.
https://www.youtube.com/watch?v=Xu3FTEmN-eg

Siempre hay un tema. Algo para ir hablando. Masilla conversacional. La política, el curro, la familia... ir rellenando el tiempo. Ir pasando. Siempre hay algo para ir tirando más o menos, en relación con los demás. Ir pasando. Ir tirando. El curro, la familia, la política..., masilla. Beber, dormir, comer. Ir al supermercado. Perder el tiempo conscientemente en el supermercado, sabiendo que ya lo tienes todo y que da igual, porque, total, prisa no hay. Masilla. ¿Qué tal en el pueblo? Bien. ¿Mucho calor? No, qué va. ¿Empiezas a currar ya? Sí, el lunes ya, aunque he venido antes para empezar ahora. ¿Tocáis? Si, en las fiestas. ¿Y lo de la maqueta? No sé. ¿Y la política? Bueno, ahora en septiembre. Masilla conversacional. Cosas de las que ir hablando. Me he comprado unas bambas rosas. Me las compré antes de irme, en las rebajas, son un 41. No creo que me queden justas y se irán dando, como todo. Unas Munich, claro. Pero son diferentes, no son como todas las que tengo. Son rosas, o fucsias. Masilla converscional. Ya no tengo muchas más cosas que contar.
https://www.youtube.com/watch?v=lsCT-3mzN3Y

Ya está. Que tengan un buen fin de semana todos y todas y apuren lo que puedan.

jueves, 20 de agosto de 2015

Summer in Vilches coming down

Vilches es un pueblo de cuestas. Cuesta arriba siempre. Cuando bajas no tiene importancia. Siempre estás subiendo. Vilches es un pueblo cuesta arriba. A los que vivimos en la Estación, todo nos parece que está arriba y lo de bajar no significa nada. Bajar no tiene importancia, porque cuando estás bajando es porque te estás volviendo. Si estás yendo, subes. Si estás volviendo, bajas. El mero hecho de ir a Vilches, en tren, en coche, en piragua, es subir. Volver es bajar. Subir a Vilches. En Vilches, además, como solo sabemos los nativos y oriundos, en Vilches se sube para arriba. Y se baja para abajo. Este año, subir y bajar ha sido lo de menos. Este año, lo importante ha sido el tiempo. El tiempo que hace, no el tiempo que pasa. El tiempo en Vilches sufre lapsos, vacíos, horas que parecen la misma hora, agujeros negros por los que puedes pasar y dejar de ser y ya no saber si estás en Vilches, en Santa Margarida i els Monjos, en Santaco otra vez o en un remoto lugar que esquivas en la vida consciente y que no deja de aparecer en sueños.
Este año, Vilches ha sido un poco menos Vilches. Buena parte de culpa la tiene el Consistorio, la Corporación, los comunistas que seguramente ponen todo lo que pueden y más para que Vilches no tenga ningún rasgo típico de los que le han caracterizado a lo largo de su gloriosa historia y han decidido también, mediante sabrán ellos qué artes, cargarse el clima. Los comunistas del pueblo de al lado siempre son mejores que los del pueblo propio. No me tienen que contar nada. El facebook se ha convertido en el gran 'cruce'. Si antes el cruce del camino real y la carretera de Linares era el gran lavadero, hoy lo es el facebook. Todos somos la virgen del castillo. No ha hecho calor en Agosto. Así, con esta crudeza. Y si no hace calor, si pasan cosas que nunca han pasado, es el momento de hacer cosas que nunca se han hecho. Para bien y para mal. Porque nuestro señor Dios, tendrá las cosas que tenga en cuanto a virtudes y demás, pero cuando se pone juguetón, no mira para nadie y premia o castiga sin saber, creo, ciertamente qué está haciendo. Eso con Baal no pasa.
Este año, la historia comienza con la dichosa conferencia sobre rock radical vasco, enmarcada dentro del Novato Rock, que ya os lo estáis cargando también. Todo tabaco, todo bálago. No vino mucha gente, pero vino gente. La gente propagó la palabra y lo que dije de Barricada no sentó bien. Yo pensaba que iba a ser la atracción de las fiestas, pero no. Lo de simpre. Nada. Estar y no estar. Conciertos del Novato y primeros días rescatado por M., que sin qué ni porqué, contaba conmigo para ir y para venir, para birrear. Incluso, desconocedora de quién es el gafitas de la estación, para ir a la piscina. Glups. Novato Rock, arbi, te has cargado el partido. Como al parecer no hay mucha pasta, no hay grupos que molan y el sector inconformista no va al Festival, se van a Huelma, donde los comunistas son mejores y traen a grupos del Canal Nostalgia, como Gatillazo. Da igual, cerveza a cascoporro y risas y música en vivo, que es lo que cuenta. Y cuando suena 'veo todo en blanco y negro', el Yani (¿?) viene corriendo a decir que esa es para mí. Ea. Con aquel agrado.
Primera semana de hacer cosas que no se hacen. Semana de ir a tomar algo al bar del Frederico, yo solo, por ir, porque nadie quiere ir, porque pasamos por la puerta mil veces y nunca vamos, pero si es el bar del Frederico original, tiene que tener algo. Y lo tiene. Un bar sin luz, un bar con fotos pasadas de vueltas, un bar de otro tiempo, en otro lugar, pero las tapas no son malas y la cerveza está fresquita. Y va mi tito Basilio. Y me encuentro allí con mis primos de Baza, y si van ellos, por algo será, A rescatar y a incluir dentro de las paradas técnicas a realizar. Subir. Paradas técnicas. Desde la Estación, subiendo, bares. Tortilla de patatatas con pimientos. ¿De qué estoy hablando? ¿Porqué estoy hablando de tortillas de patatas con pimientos?
Cosas que no se hacen. Nunca he ido a la piscina. Fui de pequeño y luego me negué a ir ya jamás. No he llevado ni a las visitas. Nada. Prefería morir de calor en la estación a ir a la piscina. Tan blanco, la gente puede morirse de risa si me ven aparecer. Ya da igual. Me acerco a la piscina a las seis de la tarde, cuando falta poco para que cierren. Este año no ha hecho calor, así que se puede estar más o menos decentemente sin morir aplastado por el soletarrón. No me quemo. Dios está vigilando. Me baño, no me pongo crema. Dios está vigilando. Me vuelvo a bañar, no me pongo crema aunque la llevo en la mochila. Me siento y me pongo las gafas para ver. Agradable charla, trajes, ganchitos que no como, es la hora de irse. Dios ha tomado una decisión. Capto el mensaje, no vuelvo a ir a la piscina. Mi madre se rompe la muñeca saliendo de la piscinilla de casa. Visita a Urgencias en Linares. Cosas que nunca se hacen cuando vas de vacaciones. Dios también quiere jugar. En cierto modo, se acaba la cosa ahí. Coming down.
Sin mis padres dando vueltas por el pueblo, sin encontrarte a mi madre por ahí bailando, saludando a este o el otro, dirigiendo a la banda, organizando comidas, encuentros, visitas, más comidas, más visitas, otra salida, vamos, vamos, venga, sin mi madre al frente de la band... coming down. Supongo que harto de escuchar el soniquete de que 'estas vacaciones vienen torcidas', nuestro Señor decidió torcerlas de verdad. Ya nos veremos. Coming down.
Pregón y teatro nuevo. Como los del Ayuntamiento son compañeros, y la M, es compañera, colegueo con los compas. El pregonero al parecer también es nuestro, y hace tantas alabanzas a la virgen del castillo madremía que... paz y amor. Tolerancia y respeto. El compañero cree. No hay ningún problema. Estar con los rojos tiene el premio de que un colega de la infancia te diga que 'eres muy rojo', como sorprendido, en fin. Mesa institucional, ven aquí, siéntate aquí, me siento un poco incómodo. Pero los compas son muy majos y al final, poco más o menos, acabamos sabiendo que somos medio primos todos.
Mis primas. Este año no he visto a mis primas. Mi prima Juli, mi prima Juani. Lo dicho, sin mi madre organizando, todo se viene abajo. Mis otros primos, bien, como siempre. La Elena de viaje, que viaja más que Bob Dylan y el resto en perfecto estado de revista. Lalíder tampoco ha venido, con lo que le gustó el Macondo del norte de Jaén. Con lo que se hubiera reído con los problemas con las llaves, con el fresquito que ha hecho y lo que apetecía pasear... o no.
Viene mi hermano y empiezan las fiestas. Las eternas discusiones, este año hay más gente, este año viene menos gente, este año no hay nada, este año piscina (orquestas esta vez), a tope. Programa de festejos, Charangas, orquestas, colchonetas. Cerveza all the time. He comido de manera decente, creo que un día, no me han visto el pelo en la mesa. Con mi hermano para arriba y para abajo, como siempre. Paradas técnicas, con la calma. Yo hablo con gente, pero mi hermano habla con mucha más gente. No podemos ir a ningún sitio sin una hora de retraso. Juntamos a toda la banda histórica. La Pepa más guapa que nunca, la Raka ídem, la Marijose (con la Roma, qué guapa), la Montse... la Rocío también está por allí, El pequeño Airú danza por el pueblo y habla. Habla mucho. Este año se ha soltado a hablar. Tiene una pistola de burbujas que se llena con agua y fairy. Huelo a fairy casi todas las noches. Y quiere una bola. Orquestas, victoria aplastante de follow the leader y destierro definitivo de paquito el chocolatero. Pero la canción es la del Taxi. Ya hablaremos.
Y ganamos la Supercopa y la alegría dura lo que dura, que es una noticia muy guapa, ver (o no ver, no ví el partido de vuelta, no me atreví, me cagué vivo, no lo soporté, iba viendo las caras de mi hermano... qué cacas) al Athletic ganar. Se acuerdan, verdad, de lo que era ganar. Se acuerdan que dije que cuando ganáramos no haríamos tanta gracia. Pues era esto. Ganar y ganar fuera de casa.
Y más subir y más bajar. Y todo lo contado está muy bien. Y van pasando los días. Y saludas, te ríes, bebes, la fiesta de la espuma, la charanga, el flamenco en la plaza con una chica que canta y que tiene a su maestro delante y el maestro no la conoce y la primera que canta es de Lole y Manuel, los ríos de mi..., y volvemos a casa más temprano y no coincidimos con los que van a los toros. Y mucho subir, y mucha cerveza, y mucho bajar.
Y la cuesta de la piscina ahí delante, con el asfalto que resbala y la tierrecilla (tierrecilla así con la ll casi como una s), la cuesta, subir, Vacaciones. Ir al pueblo. Este año. Ha sido este año. Todo lo que ha pasado ha sido este año. Pero hay algo que no se va. El año pasado. Este año ha pasado esto que he contado, esta visita al pueblo. Pero el año pasado no se ha ido. La cuesta de la piscina no la subí el año pasado, creo que ni una sola vez. Siempre por los trancos, siempre por otro sitio. Este año, cuesta de la piscina. Este año ha estado bien. Vienes más delgado. He engordado un poco aquí. Este año. El año pasado. Y así doce días. Yo estuve aquí el año pasado y no estuve. Yo estuve el año pasado y no era yo. Este año no he estado tampoco. Pero este año soy yo. Coming down.
Mi madre está mejorcillo del ojo, que también se lo puso así.
Muchas gracias por todo, M.

sábado, 8 de agosto de 2015

Crónica de una conferencia sobre rock radical vasco a 900 kilómetros del lugar de los hechos.

Que te encarguen, o que te inviten a hacer una conferencia sobre un tema, es todo un motivo de satisfacción personal. Alguien confía en ti para que cueantes algo, para que aportes información, para que alumbres la llama del conocimiento, sobre un tema cualesquiera. Determinado. El tema es el rock radical vasco. Yo hace mil años que no escucho nada de este género, pero en su tiempo, en mi tiempo, en el tiempo pasado, hace mil años, yo escuchaba esta música con devoción. Supongo que, de la misma manera que hay quien todavía me pregunta si trabajo en la radio y hace... quinientos años de eso. La conferencia es en mi pueblo, en Vilches, Jaén, donde tiene lugar todos los años desde hace 20 años un festival de rock, con marcado acento punk. Aquí han venido estrellas del género, como Rosendo (¿?), La Polla Records, Siniestro Total, Potato... y yo he visto muchos de estos conciertos. Y yo he venido al pueblo, en mis tiempos mozos, con camisetas de Kortatu.... y de Tijuana. El caso es que la intención es ampliar el espectro de actividades del festival, con conferencias, exposiciones y más conciertos. Hay que revivir el festival y atraer a nuevos públicos. Y se supone que aquí entro yo.
Que yo de una conferencia sobre un género con el que guardo las distancias desde hace tiempo, supone que tengo que decir delante de mucha gente, que yo antes era así y ya no soy así. Que antes me gustaba y ya no. Que antes lo escuchaba y ahora no. Mucha gente. En realidad, va a venir gente cercana y poco más. Ya lo sé. Pero siempre tiene uno la esperanza de que venga gente y sobre todo, la gente que es de aquí que siempre ha escuchado este tipo de música. Pero no.
La idea es que yo no voy a hacer una enumeración de datos, si no que me gustaría que hubiera debate. Por que lo que tengo que decir es importante. El contenido es el siguiente. A mí esto me gustaba antes porque era una música que molestaba mucho. Vascos, antisistema, mala gente en general, con mensajes políticamente ilegalizables, peña chunga. Y no todos los grupos me gustaban, sé que lo que voy a decir generará controversia y sobre todo en el pueblo: Barricada apestaban. Ya está. Esto es más o menos todo lo que iba a decir. Y que perdimos. Que tanto rollo radical, tanto punkarrismo, para nada. Para perder. Para acabar como acabamos. Socialmente no hemos llegado a nada. Musicalmente... grupos jóvenes que parecen bandas de tributo y sucedáneos pestosos como Marea y Fito. Muy mal.
Pues eso es. Viene gente, doy la conferencia, al final aplauden, me felicitan, algunos apuntan y me dicen que ha habido uno al que le he dado en el hueso del gusto diciendo lo de Barricada. Que la he liado pero bien. Si recuerdan, hace unos años tocamos en este festival con eltoni, elpako & elchristian, y no vino nadie, pero todo el mundo se enteró y comentó el concierto. Pues unas horas después, alguien que no había venido, me comentaba en un bar que lo que había dicho de Barricada... cosas del pueblo. Vengo a decirles que el punk es molestar, que el punk es firmar lo que decía Eskorbuto, que el presente es un fracaso y el futuro no se ve y que lo demás es hacer el chorra. Les comento que en mi tierra se quiere hacer la revolución con rumbas y sonriendo, que así no se hace nada. Pero es que uno tiene unas ideas que párate parao. En fin.
Al final, se proyecta un documental sobre el movimiento, que congrega a poca gente. Entendamos la historia, estamos en Jaén, por mucho que haya interés sobre el tema, no hay ganas de escuchar a un fulano hablando sobre algo, un fulano que viene de fuera, un fulano que además ya ha avisado que lo que va a contar no tiene un interés... pero que es una visión personal sobre el tema.
Sobre todo, personal. Lo que me parece a mí y que puede que no comparta nadie más. Al final, uno se va contento porque ha soltado su rollo, una hora y cinco de cháchara. Cantamos el eusko gudariak, o al menos lo escuchamos, a mikel laboa, incluso el himno del Athletic por MCD, ya que ayer fue San Mamés, etc. Pues ya está. Agradezco la invitación, la paciencia y me preocupa no haber sido suficientemente serio. Mi tita M., comenta que ya sabía que yo era raro, pero que no era tan raro. Touché.
El final de la noche transcurre entre cervezas fresquitas ecuchando a un grupo de jóvenes entusiastas versioneando a Metallica ante un público no menos joven y no menos entusiasta.
Hoy llueve.
Echo de menos a la gente de Santako.

Foto tocada por A.

jueves, 6 de agosto de 2015

La mirada ovoide

De la Universidad de Burzhuagrad nos llega un trabajo realizado por el profesor Dorión Plegamanov, que relata un caso ciertamente interesante y que muchos consideramos que tiene que ver con la teoría de la Mirada Ovoide del profesor Almayr. Atentos.
'Quien no quiera verlo, que no lo vea. Pero yo lo estoy sintiendo de esta manera. Noto que la influencia de algo o alguien en mí, me está llevando por el camino... por un camino. Iba a decir que este era un camino de la amargura, haciendo caso al tópico, pero no es verdad. Quiero decir que algo, desde lejos, me está haciendo algo. En un principio pensé que era la televisión. Ni que decir tiene que los medios de comunicación ya están pensados para cubrir esta función, la de dirigir nuestro comportamiento, pero me ocurría en programas relacionados con cocina y bricolaje que, sin que yo tuviera el más mínimo interés en estos asuntos de nunca jamás, me veía obligado, en cuanto el protagonista de un programa de cocina cortaba cebolla o troceaba carne de ciervo, a hacer lo mismo. Sin dudarlo, acudía al mercado y consideraba que era bueno preparar esto o lo otro. Más grave era el bricolaje, ya que jamás se me ocurrió pensar en reparar un enchufe o colocar una tarima y ahí estaba yo, puliendo, barnizando, haciendo. Sólo por que algo en la tele me decía... yo me veía en la obligación de hacerlo. Esto es algo muy normal. Pero me resultó extraño que, incluso sin estar delante de la televisión, ese algo me seguía instando a hacer cosas. Un día, dejé de considerar la posibilidad de beber cerveza de manera sistemática. Sin más, pensé que beber cerveza, sin otro objeto que el de tener que beberla por que así estaba escrito que un adulto ya no pide refrescos o limonadas sino cerveza, ya no me satisfacía y dejé de hacerlo. Pedía aguas, gaseosas, incluso me aficioné al vino blanco. Y yo sabía que no era mi voluntad la que pedía hacer estas cosas, que era otra cosa. Un algo. No voy a hacer toda una enumerción de cosas extrañas que nunca hice, pero resalto hechos como cortarme el pelo con más frecuencia de la debida, por ejemplo. Algo pasaba. Me recluí en casa. Hice propósito de no tener contacto con nada ni con nadie, no veía la televisión, ni siquiera leía libros. Dejé de hacer mi trabajo previa petición expresa de excedencia temporal y estuve en mi casa sin más contacto humano, ni mediático ni nada de nada durante... tres días. Al cuarto día me ví en la necesidad imperiosa de ducharme, arreglarme un poco, ponerme una camiseta negra y salir a la calle. Sin más explicación que la de que algo, algo, me estaba llamando. Algo, una cosa, no sé el qué, algo y no era una voz, era una fuerza, una energía, no lo sé explicar. No lo sabía explicar. Me puse una ropa que me ponía pero que siempre dudaba de que me quedara bien. Me sentía bien. Me sentía muy bien y no sabía porqué, salí a la calle y me puse a caminar. No sabía porqué estaba caminando dando tumbos de un lado para otro, parecía estar buscando algo, o parecía estar dando rodeos para llegar a algún sitio. Llegué a la plaza Kudriavy y había un grupo de gente sentado y de pie discutiendo sobre algo. Una mujer del grupo me miró y sonrió. Estoy convencido de que no la conocía de nada'.

miércoles, 5 de agosto de 2015

Orden

Un interesante pasaje de los diarios de Erman Klast.
'Salimos todos los días a dar un paseo por los alrededores de nuestra casa. No nos gusta alejarnos mucho porque no sabemos qué nos podemos encontrar más allá de nuestro barrio. Hemos oído cosas horribles. Mi mujer dice que son horribles y a mí, por una vez, me parece bien la definición. Salimos a dar un paseo por que el médico, el doctor Frömm nos dijo que nos vendría bien algo de ejercicio. Yo nunca he sido partidario de moverme demasiado. Creo que eso de la actividad física es una reminiscencia del pasado animal, de nuestra pertenencia a la especie de los simios, y que lo que nos caracteríza como humanos es el sedentarismo, estar en un sitio, pararnos. Y parados, pensar. Pienso mucho en mi casa. Mi mujer me dice que tengo suerte de que los negocios vayan solos y que nuestro gerente Prastkowitz se ocupe de todo. Mi mujer siempre tiene algo que decir. Yo no digo nada. Simplemente pienso y si acaso, con algún movimiento de cabeza, asiento o niego. Y pienso. Pienso en cómo la vida transcurre y va pasando y de qué manera le podemos sacar un beneficio a todo este pensamiento. He tenido suerte en la vida. Pienso en esa frase. No es suerte. Es capacidad de decisión, voluntad. Y persuasión. Hacer que otros hagan lo que tú piensas. Situarme por encima de los que, por desgracia, no dejan de ser sino herederos directos de esos simios y vivir de ellos. Mi mujer muchas veces me critica por tener esos pensamientos. Lo que no sé es cómo es capaz de saber lo que pienso, si nunca lo digo. Debe mirar mis escritos. No me importa. Mi mujer es muy importante para mí, siempre tiene una palabra o una idea que, bien trabajada, puede ser utilizada en provecho común. Salir a dar un paseo nos ha servido para conocer a otra gente del barrio, que más o menos, comparte nuestra posición y gustos. No hablamos con ellos demasiado, pero si viven aquí, serán así como digo. Los Lobert, los Krauss, los Bowe, los Mandelstam. Estos últimos son judíos y pese a eso, no son mala gente. A mi mujer no le gustan, pero piensa que hay que llevarse bien con ellos. Nos cruzamos, saludamos, hacemos alguna observación sobre el tiempo y nos vamos. Jamás les invitamos a casa. No invito a nadie a mi casa. Un gasto innecesario de tiempo, invitar a nadie a cenar, a merendar, a tomar una copa. Me interesa bien poco lo que diga la gente, su pensamiento. Creo que si nos dejamos contaminar con las ideas y pensamientos de otros, estamos perdidos. El contacto con otros seres humanos nos hace peores, nos resta pureza. Puede ser que acabemos con gente que piense de manera opuesta o diferente simplemente y eso nos haga virar en nuestro camino. O bien que demos con personas aún simias. Lo mejor es ahorrarnos todo eso y pensar para nosotros. Mi mujer siempre dice que lo de los demás estará bien para los demás, pero no para ella. Ella quiere que lo suyo sea como es y que no pase nada más. Ella me dice muchas veces que estos paseos por los alrededores, que no nos ocupan más de media hora, le sirven para reafirmarse en lo que piensa. Que es mejor estar en casa. Sin embargo, hace unos días ocurrió algo. Un terrible dolor de espalda me dejó clavado en la cama y no pude levantarme para acudir a nuestro paseo rutinario. Por más que lo intenté, era imposible salir de la cama. Intenté ir al cuarto de baño y me sentía morir. Mi mujer se enfadó muchísimo. No se creía que semejante dolor fuera posible y que me impidiera salir. Le dije que al día siguiente estaría mejor y que recuperaríamos ese paseo quizás haciendo un paseo doble, si me lo permitía la espalda. La oía llorar desde mi habitación. Al día siguiente volvimos a salir, aunque mi espalda no estaba del todo bien y nos cruzamos con los Krauss. Mi mujer se entretuvo algo más de lo debido hablando con ellos, ya que le preguntaron por nuestra ausencia del día anterior. Yo me puse algo nervioso y le dije a mi mujer que nos fuéramos, que teníamos prisa. Algo le pasa.'

martes, 4 de agosto de 2015

China - Bombay

M. se está dejando barba. Desde tiempo inmemorial, M. y A. llevan una lucha contra su propio ser, intentando dejarse barba, pero no hay manera. Tan sólo A., con un tesón que sorprende a cuantos le conocemos, ha conseguido desarrollar una mata de pelo, un mocho, un gato acostado ante sus morros digno de admirar. M., en cambio, por mucho que persevera, no consigue que la barba pueble toda la cara. Perilla. Lo primero que le dije cuando le ví fue eso, 'eres un perillas', y ya me lo explicó todo.
Hacía por lo menos... no sé el tiempo que hacía que M., no volvía por Santa Coloma. Después de un montón de meses sin vernos, desde las navidades, y reeditando un encuentro que ya se dió el año pasado por estas fechas y que fue desencadenante de muchas cosas, como si me estuviera leyendo el pensamiento M., volvió a dar señales de vida. Esta vez le atraje a Santa Coloma y esta vez no puso ninguna pega. Cuando le ví en la esquina de la General Óptica, estaba sacándole fotos a la Rambla Sant Sebastiá y a la antigua esquina de la Lionesa para enviárselas a su hermana. Flipaba con cómo había cambiado la calle. Su calle. Mientras íbamos camino de los pinos, me iba diciendo que era muy difícil sentirse de algún sitio. Pasábamos por la puerta de los alcohólicos, del estudio de arquitectura, por la calle de la cuesta chunga que ninguno de los dos sabemos cómo se llama... 'sentimientos encontrados', decía M.
Nos sentamos en los pinos y pedimos unos quintos y algo para comer. Al primer trago, M., cae en la cuenta de que esos quintos son una trufa y que mejor empezar a pedir medianas. Yo había dicho de pedir medianas, pero como siempre, mi opinión no es la primera en ser considerada casi nunca. O nunca.
Evaluación de la situación. M., considera así a grandes rasgos, que nos movemos por afinidades. Y que esas afinidades se basan en un mínimo común múltiplo. Decía que no tenía la teoría muy desarrollada, pero que podía afirmar que, según había apreciado en un nuevo círculo de amigos que había formado, siempre había un dato, un hecho, que hacía que nos sintiésemos a gusto con alguien. Aquel, al final, resulta que tenía una novia de Santa Coloma, me vale. Aquel, por lo que fuera, había estudiado unos cursos de arquitectura, me vale. Ese otro, al cabo de un rato, confesaba que había estudiado algo de comunicación. Muy bien, eso está muy bien. Dos medianas más tarde, M., se suelta y desarrolla un poco más la teoría. La vida es una mierda.
Ese es el dato. Al final, nos acabamos sintiendo a gusto con la gente que piensa igual que nosotros. Gente que no asume retos, que no afronta nada. Gente que parte de una premisa muy simple y muy dura de asumir. La vida es una mierda. Suena fácil. La vida es una mierda. Siendo así, no merece la pena pelearse por nada, porque no tiene sentido perder el tiempo por algo que no lo vale. La vida. La vida, así puesta al trasluz de una ventana, es una mierda. El niño está bien. V2.0 está perfecto, con unas piernas largas como un día sin pan, con sus camisetas del Barça, M., dice que le ha enseñado un par o tres de trucos para jugar a fútbol. La gente es muy simple y con dos tonterías te la metes en el bolsillo. V2.0 marcó el otro día dos goles desde medio campo. Su padre, M., le dijo, mira al portero, ves que es muy pequeño y que la portería es muy grande, así que chútale por arriba y no la olerá. Desde medio campo, el animal, pum pum. Dos golazos. M., decía, tengo más ideas de estas, no os preocupéis. La gente. La vida es una mierda. AG., está estupendamente, en el curro lo pasaron mal hace unos años y ahora están bien, porque nosequé de una empresa polaca o algo así.
Todo fantástico. Otros años hemos hecho un poco de rutilla por bares del pueblo, pero ayer era lunes y no había mucha variedad en Santa Coloma. Estamos en los Pinos hasta las mil quinientas. Casi hasta las doce. M., tiene que trabajar. El trabajo. Los cambios. Le pregunto por BCN en Comú, por la Ada Colau. Me dice que bueno, que muy bien, pero que con once regidores no van a poder cambiar nada, nada más que lo que les dejen. Que ya le parece bien eso de los sueldos, pero que mira por dónde les ha salido. Sobre el tema, tiene una teoría. Ojo. Salo de párrafo.
Considera que todo este tema de la independencia y tal es perder el tiempo. El no lo llama así, lo llamo yo para simplificar. Es perder el tiempo. Ahí va. Tiene un amigo que dice que eso de la Primavera Árabe es una historia de los americanos y los ingleses para fundirse a los chinos. Que se llevarán las fábricas de China y que las pondrán en Libia, Egipto, Túnez, etc. Que hasta que esta gente no esté funcionando y puedan ir tirando, que aquí, lo de montar un estado propio, que nos vayamos olvidando. Porque nuestro papel aquí es el de no dejar pasar a la peña. Hasta que ahí abajo no esté la cosa resuelta, nosotros aquí a lo que nos digan. Y esto por ahora no entra en los planes. Tenemos otros planes para vosotros. Esto no lo contemplo. Podemos hacer lo que queramos, que no. Y además, no salen las cuentas. Cuarenta, sesenta. Con eso no puedes hacer nada. Fin de la argumentación. M., dice haber leído algo de lo del hundimiento de las bolsas en China, augurando que de los chinos no quedará nada y que los van a dividir en 20. Yo le digo que por lo que yo he ido leyendo, la cosa pinta más como que ellos mismos se están quitando mierda de encima. Pero es que yo voy con los chinos.
M., por su parte, asegura no haber leído un periódico en dos años. Recordemos que el año pasado, M., aseguraba que no sabía qué era Podemos.
M., ve a un grupo de chavales en los pinos. Le digo que uno de ellos es Vlado. No se lo cree. Vlado es ese tío de ahí... estamos hechos una mierda, Toni. A Vlado le llevábamos a jugar a fútbol en el Seimar. Tenía pinta de delantero bosnio. M., recordó que parecía Oleg Salenko, que no parecía saber hacer otra cosa que recibir un balón, darle con el puncherón y meterla dentro.
Nos comemos unas bravas, unos pescaditos fritos más que pse, unas bombas y unos pinchos. M., insiste en que no tiene mucho que decir. Las vacaciones. Nueva York, quizás. Yo le hablo de lo mío, tiene su idea, nos hacemos mayores. Son ya 40 años y hay que empezar a pensar en serio que lo que viene va a ser peor. Viene lo peor y por lo menos hay que estar a gusto con quienes tienes cerca. Viene lo peor.
Nos vamos de los pinos porque ya están cerrando. La chica de los dos perros, que está atrapada en el tiempo, no tiene dos perros, que tiene tres. Uno de ellos, uno negro muy bonito, viene a ver qué hay en la mesa, se sube encima de mi pierna, me mancha los pantalones. Me digo que mañana no me los voy a poder poner, pero se me ha olvidado y los llevo puestos.
Nos vamos al Bombay. Dudo de ir al Bombay. Hace mucho calor y son gente muy joven. Vamos al Bombay. M., dice que se cambiaba por cualquiera de los que estaban allí. Se cambiaba ahora mismo, por cualquiera de esos chavales con 25 años. Dice algo sobre lo de salir disfrazado, salir vestido de manera rara, un chaval está sentado con una camisa abierta muy rara. Dos chicas muy guapas, le miran, porque les está explicando algo. Al final, las chicas se levantan y se van con el chico de la camisa abierta rara a la misma mesa. M., lo dice. Ir disfrazado, no sabes si te va a salir bien o mal, pero vas disfrazado y algo pasará. Insistimos en que los tirantes en los chicos no son bonitos. No tengo porqué verle la chicha a un fulano. Casi no digo nada. Es mejor escuchar a M. Nos hacemos un selfie para mándarselo a los colegas, que no se esperan que hayamos quedado, ya que dos chicas que hay en otra mesa no han dejado de hacerse fotos durante todo el rato. Quedar para hacerse fotos. Quedar para querer estar en otra parte, con otra gente.
Le digo que han dejado el mercado Sagarra muy cambiado. Nos apuramos los dos tubos y nos vamos a dar una vuelta por el mercado. Son las doce y algo. M., se asombra de cómo ha cambiado la ciudad. En la rambla Sant Sebastiá aprecia que el ambiente es más tranquilo, que se nota que ha cambiado la gente. Bajamos por la Pompeu Fabra y repasamos qué locales había allí. El Botijo. Pero había otro al lado y tenía otro nombre y era lo mismo y no nos acordamos de él. El Botijo y el otro. El Daca no. Otro. Estamos en la avenida Santa Coloma y aparecen cuatro chavalitos y uno de ellos lleva la guitarra a cuestas y va tocando. Toma ya, por si pensabas que esto había cambiado mucho. En cuanto te alejas del barrio del centro, Santa Coloma aparece de nuevo. Quisiera tener una mochila llena de tetas, va cantando. Justo antes, M., ha dicho que tiene una mochila Adidas que se compró en el Guinart que todavía la usa de vez en cuando.
Llegamos a donde tiene el coche aparcado. Al lado hay un Golf del año de la castaña. Su coche nos merece un poco de atención y nos vamos a ver el Golf. Es un GT. No conseguimos sacar el año. Son los mejores coches que se han hecho jamás. Recordamos sus coches. Hace otra foto del Paseo Llorenç Serra. No le he dicho que he visto al S., dos veces ese mismo día y que está muy bien. En los pinos hemos creído ver un poco a la Carrasco. Igual he sido yo que me he confundido.
Quedamos, como siempre en vernos más. En quedar para septiembre. Que será noviembre. Que será cuando venga el E.
La vida es una mierda. Ha pasado un año desde la última y en un año han pasado muchas cosas. La vida es una mierda.

lunes, 3 de agosto de 2015

La Corte del Diablo - Montserrat Suáñez

El final del libro, la última página de La corte del Diablo de Montserrat Suáñez nos sugiere que, si la protagonista lo hubiera tenido claro desde el principio... claro, si lo tuviéramos todo claro nada más verlo, no seríamos seres humanos, quizás seríamos otra cosa. Especies súper asombrosas que decidieran en el momento qué es lo que hay que hacer y qué solución a los asuntos que nos conciernen, tanto a nivel personal como social, económico y político, es la correcta. O no. Simplemente decidir.
Montserrat Suáñez es una escritora conocida y reconocida por mantener dos blogs imprescindibles. De Reyes, Dioses y Héroes es un blog histórico en el que nos ilustra sobre usos, costumbres, personajes, y momentos de la historia de la humanidad, con una gracia que ya la quisieran unos pocos para sí. Cierto Sabor a Veneno es un blog también histórico aunque con trazas novelescas en el que se nos cuenta la historia de la corte versallesca. Los reyes, las reinas, las amantes, los cortesanos, los hermanos del rey... intrigas, venenos, cuernos, infidelidades, hijos legítimos... también mostrados con gusto, siempre con gracia y con una documentación inapelable. Montserrat Suáñez es Madame Diana de Méridor, La Dame Masqueé, y hasta hace muy pocos meses, con la presentación de su libro, muchos no conocimos su verdadero nombre. Este libro hace justicia a todo el trabajo anterior y augura muchas cosas buenas para el futuro.
La Corte del Diablo es un libro que podría haber firmado Alejandro Dumas. Así, sin anestesia ni nada. Libro ambientado en la corte francesa de mediados del siglo XVI, cuando Francia se debate en guerras intestinas de sucesión, con una serie de odios larvados en la misma familia real, y un complicado juego de alianzas internas y externas, basadas en matrimonios, componendas y juegos de interés. El rey, Carlos IX, está como unas devanaderas. Tiene momentos de lucidez y de calma, pero está como unas maracas y por menos de nada monta unos pollos de asustar. Su hermano Enrique, Monsieur, no está tan zumbado como el hermano, pero tiene su punto y es mala gente. La hermana Margot, está enamorada. Y los enamorados pierden el sentido de lo que es y lo que no tiene que ser con mucha facilidad. La madre, Catalina de Médicis, es retorcida y maneja a sus hijos de tal manera que en el reino se hace lo que ella dispone. Lo cual no es ni bueno ni malo. Es.
A este escenario llega un joven Mathieu Du Laun, un joven llegado de Polonia pero de origen francés que se verá envuelto en toda una serie de intrigas que mezclan lo político, lo sentimental y lo... ¿qué más? ¿Qué más cosas pueden mezclarse? Lo político y lo sentimental, como si no fuera suficiente. Mathieu se enamora en la primera página de Nicole, Madame de Sergot, una protestante en una corte católica, de complicado pasado, enamorada de Monsieur, pero consciente que Monsieur no es trigo limpio. A Mathieu le acompañará en sus andanzas su primo André y seguidamente la hermana de Mathieu, Rosanna, se unirá al grupo llegada desde Polonia.
Mathieu es un joven algo basto al principio, pero que deja con las bragas al jerez a las cortesanas de palacio, que se quedan locas con él. Y claro, esa no es manera de conquistar a una puritana protestante como Nicole, que, además, está envuelta en tejemanejes de la Margot con el duque de Guisa, católico y gallardo, que la tiene loca a la princesa y al mismo tiempo, protagonista de una turbia relación con su hermano Enrique. Como ven, esto no es fácil.
En una corte como esa, hay que andar con pies de plomo. Enemistarse con uno puede ser tan malo como caerle en gracia a otros, hacer lo que te dice Carlos, puede servir para que Enrique te quiera matar, servir a Margot, puede hacer que Catalina te odie para siempre. No está uno a salvo y navegar en ese escenario es peligroso. Y todo esto lo cuenta Montserrat Suáñez de manera sencilla, amena, muy divertida. Especialmente los momentos en los que aparece Isabel, reina de Inglaterra. Sus apariciones, en virtud de una misión que cumplen Mathieu y André y los diálogos que mantiene tanto con ellos como con sus ministros y en especial con el despechado Dudley, son hilarantes.
Nuestros protagonistas vivirán aventuras y se verán envueltos en enredos que, al final, tendrán consecuencias en las vidas de mucha gente, pero eso se verá más adelante. Ellos vivirán su vida y que le vayan dando a la concurrencia.
Una novela de entretenida lectura, que no fácil. Fácil es aquella que no exige nada, aquí se nos exige que entendamos que entre protestantes y católicos no todo es tan sencillo, que las alianzas entre unos y otros pueden variar, que lo que para ti es blanco para mí es gris, que no te puedes fiar de nadie. Un libro divertido, con momentos para el análisis histórico, con magníficos retratos de personaje como ese imponente Monsieur que repugna y fascina...
Una novela histórica en la que se mezcla la ficción con los hechos reales, en la que los personajes ficticios se enfrentan a los caprichos de unos personajes reales que les pueden costar la vida, una novela histórica bien documentada, en la que se nota que la autora estima lo que escribe, que no es un simple pasatiempo, que ama una época y unos personajes. No es fácil escribir así.
Ay, Montse. Qué ganas tenía por fín de decir que el libro me ha gustado mucho y que menos mal que lo que ocurre en la primera página no es ya lo definitivo, porque entonces no hubiéramos tenido la oportunidad de entrar en un mundo fascinante en el que unos pocos deciden la vida de muchos con tal de salvar su propio culo. Menos mal que el amor triunfa, que los buenos reciben su recompensa y que hay esperanza para la gente de buen corazón.
Alejandro Dumas estaría orgulloso, habría firmado el libro sin dudarlo. Pero sus lectores esperamos que saque tiempo de donde sea para escribir más. Gracia ya tiene, a raudales.
No se pierdan este libro, que merece la pena. Y quien se quede con ganas de más, tiene los dos blogs para seguir los pasos de esta escritora, que merece la pena.
Y peticiones del oyente, un libro sobre la corte de la reina Isabel, pero ya.
Y para terminar, es todo un orgullo para mí aparecer en los agradecimientos, madame. De las cosas más bonitas que me han pasado en la vida. Gracias a usted por escribir.

sábado, 1 de agosto de 2015

Miscelánea

Mira, como la pusieron en la radio, no desaprovecharemos la opotunidad de ponerla aquí también. Here comes the summer, viene el verano. Prepárate Gelmírez. Qué tal. ¿Dónde váis de vacaciones? Contarme. ¿Qué váis a hacer en agosto? Una semanita por aquí y otra semanita por allá. Viene el verano. Había una versión de Siniestro Total muy buena, como todas las versiones de Siniestro. La original era de los Undertones. Irnos de vacaciones. Salir fuera, unos días. Desconectar. Pasar de todo, pero en contacto unos con los otros enviándonos fotos de los platos de arroz, de las cañas medio vacías, de los pies en la playa. Yo también lo hago. Ya viene el verano, aunque llevemos un mes asfixiados vivos. ¿Dónde vas de vacaciones? Yo me voy al pueblo. En el pueblo también se está bien, allí tranquilo. Sí. Allí tranquilo. Nosotros igual nos vamos una semana a... Desconecto. Prefiero no saber dónde váis. Os miro como si prestase atención y retuviese los lugares que váis a visitar y los sitios donde os váis a alojar. No me interesan. Vuestras vacaciones, vuestra vida, lo que os váis a llevar y lo que no. Viene el verano y yo me voy al pueblo. Ir al pueblo también está bien, allí tranquilo.
https://www.youtube.com/watch?v=kUg7OO1gZk0

No desaprovecharemos que las cosas vienen ya rodadas. En el youtube sugieren Ever fallen in love de los Buzzcocks. No me interesa mucho de qué va la letra. A veces es mejor. Por no hacerse daño uno mismo. Uno a sí mismo. En fin. El punk. Distintas formas de entender el punk. Esto es punk, pero sin cagarse en la sociedad, sin pedir la libertad de los presos, sin llevar puesta una camiseta de Gaza. O de Cisjordania. El punk. El rock radical. Tengo que dar una conferencia en el pueblo sobre rock radical vasco. Rock radical hubo en más sitios. El efecto... es como lo de Roma y Grecia. Grecia tiene su cultura, potente, grandiosa, los romanos adoptan buena parte de la cultura romana y finalmente son los romanos los que conquistan Grecia. Ojo con la teoría. Rock radical, Extremoduro, Fito y los Fitipaldis. Ahí la dejo. Estoy esperando recibir los tomatazos de la gente. No me volveré a enamorar otra vez. ¿O dice acaso que siempre acaba enamorándose? Supongo que dice eso, pero yo entiendo lo otro. Bueno. Una por el amor. En un concierto punk. Ahora vamos a cantar una sobre enamorarse y eso. Pero sin hacernos los fuertes. Hacerse los fuertes es de cobardes.
https://www.youtube.com/watch?v=Bif2q_Zo3-4

Ahora improvisemos, que no estamos haciendo nada. Las cosas vienen como vienen y hay que aceptarlas como vengan. Hagámonos los fuertes. Eso es de cobardes. Hagámonos los fuertes y afrontemos el devenir con la frente alta y el espíritu firme. Porque uno no ha de pensar que el futuro ha de ser malo o peor, si las cosas vienen como vienen, será porque debe ser así y lo que viene tendrá un sentido y todo eso. Afrontemos el futuro con esperanza y con la mirada limpia. Afrontemos el mañana pensando en que todos estaremos en la mismísima gloria. Estoy pendiente de adelgazar un poco más, sólo un poco más y empezar  ponerme trajes como Lee Brilleaux, el cantante de los Dr. Feelgood. Sentirse bien. Vamos a hacernos los fuertes y a sentirnos bien. El traje negro del guitarra, de Wilko Johnson, está muy visto. Yo veo más el traje blanco de Lee Brilleaux, que aquí no lo lleva por no poner siempre la canción de Roxette. Pondremos She does it Right, que es un temazo de los grandes y que siempre se nos olvida. ¿A que sí? ¿A que siempre se nos olvida? ¿Cuándo os váis entonces? ¿Y ya lo tienes todo preparado? Si eso de preparar la maleta es un mito, si eso se tarda dos segundos. Esa gente que no puede quedar el día de antes porque tiene que preparar la maleta. Hacerse la maleta es de cobardes.
https://www.youtube.com/watch?v=iHm7uIC84YM

Lo que vemos es lo que hay. Me emociona pensar que hay gente que se presenta a las elecciones y se escandaliza luego de lo que pasa en las instituciones. Es enternecedor ver a esa gente que se alarma y se pone las manos en la cabeza pensando en la barbaridad de sueldos que se cobran en... qué bonito, de verdad. No os presentéis. Que no os engañen más. Que no se presenten todos aquellos que no lo sabían. Ya lo sabíamos y nos presentamos para cambiarlo. No digamos que no sabíamos nada, que estamos siendo manipulados por... si ya lo sabemos. Entremos en esos sitios y cambiémolos pero no nos hagamos un Norma Desmond bajando las escaleras diciendo 'cielo santo, si yo llego a saber esto...'. Ya lo sabíamos. Lo que tienes es lo que sacas. Esta canción de los Jam es bestial, aunque no se llame como yo pensaba. No se llama como yo creía. Se llama Start y no What you give is what you get. Vaya chasco. Pero es un cancionazo. Un cancionazo que tiene un ramalazo a Taxman de los Beatles que asusta, pero ahí está. Al final me voy a tener que comprar un traje porque me estoy dando cuenta de que todos los fieras que están saliendo aquí llevan traje. Lo que sacas es lo que tienes. O algo así. Yo no sabía nada de esto y, la virgen de Rute, qué chasco.
https://www.youtube.com/watch?v=fdSqpT6gfDU

Es como presentarte anunciando la revolución y acabar siendo parte de un gobierno supramunicipal con CiU y ERC. Es más o menos eso. Pero no pasa nada, nos puede pasar a nosotros mismos. Pero ahora mismo no nos está pasando. La música, el dvd. Las fiestas que vendrán qué. Cómo las afrontamos. Las fiestas alternativas este año no sé dónde las pondremos. Al parecer las vamos a acabar poniendo donde le venga mejor a las fiestas oficiales. Como al parecer las oficiales las han cambiado de sitio, nos tenemos que mover nosotros de sitio. Estorbamos. Se entiende que es un asunto de prevalencia. Yo te hago un nosequé y entonces yo me enojo, yo digo que esas fiestas son también mis fiestas y acabamos todos juntos como hermanos haciendo lo que a vosotros os venga mejor. Y las fiestas alternativas acaban más o menos bailando al son de lo que se diga que para eso estamos nosotros, para no contravenir el verdadero sentir del pueblo. El pueblo y la institución, juntos por fín en una comunión espiritual que no se daba ni en México con el PRI. Gracias a todos por dejarnos al menos poner caseta en la Feria de Entidades y no decidir que la oficialidad ha cambiado de bando. Bailemos el Lago de los Cisnes en una preciosa versión de Madness, para acabar de llevarnos todos bien.
https://www.youtube.com/watch?v=ECd3xwJJMAQ

Lejos es muy lejos para mí. Todo el mundo se va de vacaciones. O se va a otro sitio. Irse de vacaciones. Una refrescante visión sobre estar lejos. Hoy con las nuevas tecnologías no podemos decir que estemos lejos de nadie. Que en cualquier momento podemos comunicarnos con quién nos dé la gana y ir narrando paso a paso las cosas que estamos haciendo, sintiendo, viviendo, etc. Ya saben, eso de la foto de las tapas y tal. Pero eso, todo eso es una mierda pinchada en un palo. Lejos es muy lejos para mí. Rompamos con la línea. De lo british a lo local. Lejos es muy lejos para mí. Tener lejos o tener cerca. No es lo mismo. Lo virtual, lo digital, todo eso, ni siquiera sirve para paliar ni un poquito lo que significa estar lejos. Lejos es muy lejos para mí. Y ni siquiera lo virtual, lo e-loquesea, sirve de nada. Porque tampoco tiene sentido. Y no me interesa. Con la boca pequeña. Es muy lejos para mí. De qué sirve toda la tecnología, el aparataje, los adelantos, la virgen de Rute mismamente otra vez, si está lejos. Y lejos es muy lejos para mí. Una refrescante visión sobre estar lejos. Una interesante conversación sobre desaparecer. Hacernos los fuertes de cara al futuro. Hacerse el fuerte es de cobardes.
https://www.youtube.com/watch?v=5mfvhreMLHs

Las cosas no pasan porque sí. O sí. ¿Ven? Recursos que tiene uno, para hacer y decir las cosas. Escribes y crees que no tiene ningún sentido nada y a lo mejor lo tiene. Dos líneas consumidas para no decir nada. Hay una canción que debería estar en el disco blanco de los Beatles y no está. Ella consideraba que esa canción debía estar en el disco blanco, porque es así. No puede ser de otra manera. Strawberry fields forever. Déjame llevarte hacia donde voy. Lejos es muy lejos para mí. Vivir es fácil con los ojos cerrados. Así es. Vivir con los ojos cerrados. Para delante, acelerando, sin freno. Nada es real y nada de lo que quedarse colgado. Una canción que debe estar en el álbum blanco de los Beatles. En un párrafo final no se puede decir todo lo que uno quiere decir. Y para seguir diciendo cosas sin sentido, mejor dejarlo ya. Strawberry Fields Forever.
https://www.youtube.com/watch?v=q5L4bdpAAFY

Feliz día para quien cumple años. Feliz día para quienes van de viaje. Feliz día para todo el mundo para el que hoy es un día feliz. Demasiado lejos.