En la foto. Qué sale en la foto. He tenido que cortar la foto porque se veía una bolsa de basura y me ha sabido mal que se viera en primer plano. La censura. Cortar lo que no gusta. Por ejemplo, por comenzar por alguna parte, este año he querido que no hubiera luna. Este verano no he mirado a la luna llena. Mientras subía cada día a Vilches desde la Estación, la luna iba creciendo hasta llegar a alcanzar una dimensión demencial que yo he pretendido ignorar. No me gusta la luna. La luna me recuerda. Ver cómo crece la luna, cómo alcanza el estado de plenitud. Este año, pudiendo ver una luna gigantesca, no he querido ver la luna. De espaldas a la luna. Y la luna estaba allí.
¿Por qué vienes todos los años? Esto me lo preguntaron el primer día que llegué. Evasión o victoria desde el primer día. El primer día de algo más de dos semanas pensando que no estás haciendo nada y os váis a hartar de leer naderías. Una amiga, me dijeron, me ha dicho que ese muchacho viene todos los años, que por qué... No sé qué contesté, intenté ser ocurrente con algo, pero no supe qué decir. El primer día me encontré con el Puerco Rock. Heredero indirecto del Novato Rock, es un esforzado intento por demostrar que el rock radical, el punk, el rock urbano, sigue teniendo predicamento por estas tierras. Como yo buscaba Puerko Rock por las redes no pude saber del cartel hasta el mismo momento de llegar. Puerko/Puerco. Pues nada. Muy poquita gente. Es una lástima, por que la gente que lo montó dedicó un esfuerzo ímprobo por demostrar que la vida sigue igual, pero es inútil. Adaptación al medio. El punk no ha muerto, pero le interesa (de manera real, no impostada, no de pulserita con la bandera española o mofándose de los vivas a la república) a poca gente.
Un verano, algo más de quince días, queriendo hacer cosas, no queriendo hacer nada, cayendo en la trampa de nuestro tiempo. Ir al pueblo parece menos. No salir fuera, no ir a la playa, no hacer una ruta, no escaparse unos días a... parece menos. El complejo. Pensaban que éramos pobres y nos queríamos morir. El segundo día, fui a una especie de festival dedicado a la música electrónica. Aquí sí que había algo más de gente. Hasta muy muy tarde, las seis o así de la mañana. Gente bastante joven disfrutando de lo que le gusta. La chica que pinchaba al final, Anoushka, muy bien.
Evasión o victoria. Toboganes emocionales. Ahora ríe, ahora llora, ahora baila, ahora se queda encantado pensando en la luna llena que amenaza, ahora dice que no quiere beber, ahora dice que no le suben los cubatas. Cubatas a tres euros y medio. Pide lo que quieras y te pondremos lo que tengamos en la mano. Señora, si no sabe lo que quiere, no haga la gestión. Momentazo con Manoli en la barra. Ha habido muchos momentazos. Muchos momentos de reír mucho. Qué menos. Por qué habrá que reir. Evasión o victoria. Una decena de botellines al día, por lo menos. Salir y beber, Y hablar. Hablando se entiende la gente. Explicando las cosas, escuchando, sí, pero también hablando y diciendo lo que nos pasa. Lo que pasa es que hablar a veces no sirve de nada. Me escuece. Me escuecen.
Hubiera estado bien ir a Granada, subir al Mirador de San Nicolás, dar una vuelta por el Albaicín, por detrás de la catedral, intentar buscar la calle esa de las tapas buenas, que ayer me enteré que era la calle Nueva, ver si estaba abierto el bar del Eric, pero no. Jamás pasó.
Es curioso. Durante los días de estancia en Vilches pensaba en escribir esto. No he escrito casi nada en Vilches. Me levantaba cada vez más tarde, me acostaba todos los días lo suficientemente tarde como para asegurarme que no iba a poder levantarme temprano para ponerme a escribir esos diez relatos bien escritos que sé que no voy a saber escribir. Ahí estriba la clave de mi éxito. Pensamiento vilcheño. Ponte en lo peor, no lo hagas. Me llamó la atención que entre los propios vilcheños exista esa conciencia. Ponte en lo peor, no lo hagas.
Este año no ha habido siestas en el suelo. Solo mi tita Antoñita se tiró un día en la manta y se quedó dormida. Mi madre ha reacondicionado el comedor y ha acercado el sofá que estaba en Pamplona a la tele, por lo que ha sido mi lugar de aporijarme. Aporijarme. De leer a la Montse, a Mao, de dormir... Este año no he dormido en el suelo. Siempre volvemos a lo mismo.
Han sido días de hablar, de contar muchas cosas, de escuchar otras. De visitar, de nuevo, prácticamente todos los bares del pueblo. Me he dejado alguno y quisiera enviar mis más sinceras disculpas, pero no llego a todo. Cazadores, Klama, Baesucci... lo siento. Quizás a ellos les de igual. Prefiero dejar de hacer bromas sobre los bares. Han sido días de hacer cosas que quizás no has hecho antes. Antropología. Evasión o victoria. He ido a la piscina dos días. Sin que pase nada. He ido a la piscina a escuchar, a reírme con Ana y Marina y a jugar con Airú. El hijo del Rayo. El ser humano que gobernará la tierra en un futuro no muy lejano ya. Jugar con un niño es muy cansado. Yo ya no llego ahí. Una prueba más de que mi mundo ya es otro. ¿Qué tienes pensado para el año que viene?
La familia. He visto prácticamente a todos mis primos. Con ausencias como Elena, de nuevo de viaje, y sus hermanos. Por lo demás, mi prima Juani, la Juli, mi prima Ana, mi primo Jesús, unos, otros... miento, me ha faltado la Conchi y Paco Luis, por culpa mía, que todo lo que no salga del trayecto que va de la Estación a la Plaza, queda fuera. Es una lástima. La familia, investigar sobre la familia, preguntar sobre el padre de tu padre, el padre del padre de tu padre, o la madre del padre de tu padre, y así ir subiendo y no llegar a nada en claro. O sí. Saber que, realmente, tenemos mucha más familia de lo que nos creemos. Pero es difícil saber quién es quién. De hecho, este año he sabido que en realidad no somos Chispicos, que si somos algo, somos Chispicas. Lenguaje inclusivo.
Tenía yo interés en saber cómo acogía la gente la portada del libro de las fiestas encargada a mi padre. Una portada sin la Virgen, sin la Iglesia, sin el Castillo, pero con la fiesta. Bueno, división de opiniones. Algunas opiniones a favor, muy valiosas. Otras, en contra, argumentadas con gracia. Otras, con bastante poca. Pero es que Vilches es Andalucía de milagro y si no es por la tele, Canal Sur, seguiríamos siendo más manchegos que otra cosa. Canal Sur. Qué poquito he visto Canal Sur. Pero lo suficiente: un día en lo de Ginés, reportaje sobre la procesión de la Virgen de..., uff, otro día, corrida de toros desde Baeza con el tal Padilla al volante, otro día un torero explicando que no ha podido matar bien al toro porque tenía demasiado pelo en el cuello y no entraba bien el descabello a las seis de la tarde, otro día un señor muy mayor se presenta directamente como socialista, del Psoe, y la gente del público de juan y medio sin juan y medio, aplaude. He visto Juegos Olímpicos, evitando ver Doma, Golf y Vela. Bueno. Deporte. No he visto casi nada de atletismo, poco balonmano... en fin.
Fiestas. Yo creo que han estado bien. Creo que ha habido menos gente a nivel general. Pero es eso, gente que viene, que no viene, que no tiene porqué venir, gente del pueblo que se va, gente que es que tiene todo el derecho a irse, otros que hacen alarde, muchos que no pueden salir y seguir el ritmo porque la cosa, se diga o no se diga, está como está.
No todos los días han estado bien. No todos los días ha sido un disparate de reír. Algún día ha habido de no querer mover ni un músculo, de no querer estar, de no mirar a la luna. Han sido fiestas de hablar y hablar. Con el Dani, con Marijose, con la Rocío, con la Montse. Días de parecer del séquito consistorial, señor alcalde, claro que sí, cómo no, tengo una propuesta que hacerle. Días de hablar y reencontrarnos con el Tito Manolo, Jesucristo, el auténtico e inimitable Tito Manolo que sale de fiesta con su perrilla para no verla en un mes porque se iba a... de reencontrarme con mi primo Edu, también con mi primo Juan, al hilo de la pérdida de Paco el gordo. En fin. Suenan los cohetes de los toros, vamos.
La música. Este año ha muerto la música definitivamente. No punk, no rock, no nada. Todo es reggaeton y los éxitos del verano. Si Enrique Iglesias se tira un cuesco, el año que viene lo escucharás. Un pedo. Volvemos a lo mismo. El pikipiki y después el taxi (recuerdo que el día de los toros, el pichi cortó la calle y puso esta del taxi en bucle... era el paraíso), la de la bicicleta, la de cómo te atreves a volver, la de si estos idiotas supieran que soy el hombre más rico del mundo que yo pensaba que podría ser de Vetusta Morla y era de Juanes, la de no quiero enamorarme de ti, y tu de mí y yo de ti y tú de mí... en fin. Más... no sé, todas la de oye chica oye chico baila conmigo, la de la gente de zona... volvemos a lo mismo. Todo el rato. A todas horas, daba igual la orquesta. Sólo una, la Sureña, se lanzó un día a última hora con AC/DC y Medina Azahara y ya estamos con los barraquerones... yo que sé. Los coches locos, verdaderos reyes de la fiesta, del ritmo, de todo....
Unos días con mis padres, una ruta camino de Sabiote que si la hace otra gente no tiene ningún misterio, pero nosotros tenemos que darle el punto. Una mañana decimos de ir a hacer una ruta por el Condado. Nada, ir con el coche por Arquillos, Navas, Santisteban... Pero se decide ir a Sabiote, que es muy bonito. En las Navas preguntamos. Hay un mapa, hay móviles, pero es mejor preguntar a una lugareña que no tiene ni idea, que nos manda a Santisteban y que nos lleva a hacer una ruta entre olivares, en agosto, a las dos de la tarde, por un carreterín terrible. Llegamos a Sabiote, dejamos el coche, en la calle paralela a la carretera encontramos un pedazo de bar. Nos bebemos la cerveza como si acabásemos de descubrir la cerveza. Al coche, a casa. Se acabó la ruta. ¿Qué he visto de Sabiote?
Y bueno. Se acabaron las fiestas y esos dos días de coda que no sabes qué hacer y que piensas que vas a hacer algo y bajando hacia casa escuchas el Child in Time y te metes en el Aljarafe y te bebes dos cervezas y oye, parece que tienes un historión que contar. No conoces a nadie, pero hablas de Deep Purple, de Led Zeppelin, pones una canción de los Kinks y les cortas el rollo... y para casa.
Me está quedando largo, como siempre, pero es que tengo que aprovechar para contarlo todo, por si alguien lo lee y tiene interés en saber. Contar poco, decir que bueno, que ahí hemos estado... pues tampoco es. Tobogán emocional. Consejos vendo y para mí no tengo. Pero hablar es gratis, opinar, decir. También escuchar.
Ah, el tema indepe... cero. Creo que sacaba yo más el tema que la gente de allí. Nada. Cero points.
¿Qué tienes pensado para el año que viene? Esto se lo dice Pedu a Marina cada día. De cara al Novato. Pero es una pregunta que vale para todo. ¿Qué tienes pensado para el año que viene? Yolanda y Antonio me despidieron con un 'cuándo vuelves a bajar otra vez'. El futuro. La luna llena. De espaldas a la luna llena.
Me gusta ir a Vilches y ver a la gente a la que quiero. También a la que no. También descubrir que cada año se suma alguien nuevo a la banda. Alguien que siempre ha estado ahí y que uno no... pero ahí están. Y saber que tú no sabes quiénes son, pero ellos saben quién eres. Que siempre vuelves. Que los dos barbas siempre estamos. Que no faltamos nunca. Que nos gusta saber que estás bien, que has hablado, que ese niño es tuyo, que bueno que no pasa nada, que ea, que siguen habiendo palabras vilcheñas que no conocemos, que aquel es tu primo y no lo sabes, que ahí esta todo. Que, como dijo el pregonero Alberto Conejero, genial, todo lo que hago tiene siempre algo, mucho, o todo de Vilches. Siempre lo dicen mejor los otros.
Pero yo no soy de Vilches. Yo no estoy en Vilches.
Desde la churrería están enviando señales de humo. ¿Qué tienes pensado para el año que viene?