martes, 29 de noviembre de 2016
Crónica del #plegramenet de noviembre. Fuera de Santa Coloma
Hubo un momento en el que Miguel Ordóñez dijo Ay. Y tal y como suspiraba Ay, como quiera que le miré así con cara de ‘este hombre qué’, me dijo ‘luego no pongas que dije Ay’. La ficción supera a la ficción. Nada es real. De hecho, ninguno de los dos debería haber estado allí, en el banco reservado a la prensa, en la sala de Plenos del Ajuntament de Santa Coloma de Gramenet, provincia de Barcelona, al lado de Barcelona, código postal propio, juzgados, etc. Allí debería haber estado Manuel Arenas y a su lado Xavi Chica. Pero Manu se ha levantado. Manuel Arenas a mi lado. Manuel Arenas hablando conmigo en la plaça de la Vila, a mi lado izquierdo en el pleno, y Xavi Chica en el lado derecho. Dos periodistas. Me da igual si Manuel Arenas tiene el título. O el carnet. Manuel Arenas me da una rabia que me muero. Hasta un nivel insoportable. No le tolero, no lo soporto. Él ya escribe en diarios, tiene mucho curro, joder, parece un periodista. Xavi Chica está ahí también. Me siento incómodo. Esgrimo el argumento de que tengo el carnet del Col.legi de Periodistes y puedo sentarme en el banco de prensa y hago el numerito del disfraz de periodista. Hay tanta gente que he cedido mi sitio a una compañera.
¿Qué hace tanta gente en el pleno? El pleno, como todo el mundo sabe, no sirve para nada, no tiene ninguna trascendencia en la vida de la ciudad y solo sirve para que unos cuantos politicuchos con aspiraciones se crean importantes, congresistas, dando discursos, mítines, haciendo proclamas, citando a Beckenbauer o a Fernando Couto, y haciendo insoportable la primera noche de lunes de cada mes o la última de cada mes o cuando sea que se hace, a cientos y cientos de sufridos seres humanos que sufren como seres humanos lo extenso de un formato que es, a todas luces, una puta mierda. Solo unos cuantos seres humanos, escogidos, zombies de la política, enamorados de la bisutería de la política local, somos capaces de disfrutar hasta el último sorbo de una noche de gloria en la sala de Plenos. Mirándonos a los ojos, haciendo broma sobre el horario, soñando con que la noche no acabe nunca, con que a nadie se le ocurra decir eso de ‘señores, son las doce, yo ya paso de todo que esto no hay dios que lo aguante y no tengo ganas de seguir haciendo el número, me quiero ir a casa ya’, queremos lo nuestro, nuestra dosis. Esa mierda. Esa puta mierda que son los plenos. Queremos más. Queremos que el fulano, o compañero fulano, que se ha preparado su intervención en la moción sobre la reforma horaria como si fuera Fidel Castro ante la Asamblea de Naciones Unidas tenga su momento y, aunque nadie le escuche porque ya el público se ha marchado, estamos ahí, la hermandad, la fraternidad, los cuatro colgados, escuchando intervenciones abracadabrantes por parte de Esteve Serrano, puntos de vista dislocados por parte de Zambrana, disertaciones en espiral de Diego Arroyo. Queremos nuestra mierda. Nos debéis nuestra mierda.
Hay varias mociones que han congregado a mucha gente hoy en el Pleno y por eso está lleno. No hay sitio. Me levanto y me pongo con la prensa. Antes, un poco antes, los vecinos de Riera Alta se manifiestan en la puerta del Ajuntament. Un vecino veterano se acerca y pregunta quién somos, si conocemos el barrio de Riera Alta, si alguna vez hemos ido por allí. No, caballero, compañero, estamos todo el día en el despacho con el papo en la silla, calentitos, despreciando los votos de la clase obrera que nos han llevado al congreso del Psc, digo, al féretro, digo, al Ajuntament. Somos esos. Los mismos. Los vecinos piden reformas en un colegio que se les empantana cuando llueve. Ganas de buscar controversia en la Arcadia feliz, baja Diego Arroyo y el futuro y con un megafonito que haría llorar a cualquier veterano de la lucha obrera de lata fresquita que me voy a tomar por ahí, solventan el entuerto de aquella manera. He visto el futuro y es peor. O es mejor. O es distinto. El futuro no parece consumido por un dolor insoportable, por un resquemor interno que salta al primer empellón, el futuro habla deprisa, es cierto, pero ya tiene su espacio en los semifulls municipals. El futuro.
El pleno empieza, y no me extenderé demasiado en el pleno, porque a todos se nos hace tarde y esto no deja de ser una paella con el arroz pasado ya, con nada menos que ocho puntos del tirón que hablan de acuerdos y decretos, sobre personas que fueron técnicos y ahora serán técnicos, sobre un mantenimiento de escaleras mecánicas que tururú tururú cataclán catalán, nos llevan a los tempos del Bartu. Y la mala cara crece y si no fue aquí, fue antes o después o yo que sé. Pero yo no llegaré a viejo.
Yo, y ahora hablaré un poco de mí, no tengo pasión por las efemérides. El día 6 de diciembre es el día de la constitución y el 8 el de la concepción. Pero tengo devoción por las fiestas. Som no quiere que el 6 de diciembre sea fiesta. No me gusta el trabajo, nací cansado, que decían los Ilegales. Me gusta la vida disipada. Me gusta mi sofá, tumbarme, me gusta una copa de vino mientras discutimos sobre el papo todo el día sudando el papo en un sillón calentito, comiendo sopas y viendo como la clase obrera va muriendo poco a poco y tú no haces nada. Culpable. Culpable. Culpable. Todos los días. La sagrada ira del pueblo recaiga sobre ti, que ni te preocupas por la prostitución en Santa Coloma ni por nada. Sagrada cólera de los latas fresquitas del mundo. Sagrada pancarta en un balcón del Ajuntament que da por cerrado el círculo y consumada la lucha. Para siempre. Hemos ganado. Wellcome home. Yo lo de querer abrir el día 6 no lo entiendo. No deberíamos abrir nunca. Deberíamos hacer la Revolución ya. Está a tocar, que dicen.
Hoy los nuestros, los tuyos, los de aquel, los del 2015, saben que no es su momento. Que hoy toca que la gloriosa vanguardia de la transformación social y que todavía necesita ser empujada hacia la recta vía, va a pasar de nosotros. Que hoy toca enfadarse con Ciudadanos, que siempre sabe meter el dedito en el ojo y es un ojo que viene irritado y que nos vamos a reír, y que hoy Som parece estar un poco por la labor y quiere también remover las aguas estancadas del placentero oasis colomense donde… ay, no, debería haber puesto algo del balneario. Otro glorioso hallazgo de nuestros próceres que consuman con sus súper poderes de zahoríes el que Santa Coloma sea en el futuro el bla bla bla. Me aburro. Me aburre Santa Coloma. Me aburrís todos vosotros con tanto Santa Coloma, salir fuera, vivir en otro sitio durante un tiempo. La Diputación debería deportaros a todos, deportarnos a todos, a otros lugares, en trenes, trenes llenos de colomenses que piensan que no son colomenses y lo son y los que lo son mucho esos, esos son peores. Deportados. Fuera colomenses de Santa Coloma.
Debería dejar aquí ya esto. Recuerdos de una crónica ya imaginada, ya pensada, mientras vivo pienso que lo voy a escribir y me gusto y me imagino escribiendo, con el suelo de casa lleno de mierda porque no limpio y solo vivo por la lucha de la clase media y yo que sé, la Sala de plenos llena de gente, mucho ruido y no es ruido porque todo transcurre normalmente y está otra vez Fermín en el Pleno que me cuenta una anécdota buenísima que es tan de Jaén que me emociona, aunque yo no soy de Jaén y me estoy enrollando porque llevo todo el día sin escribir y ¿no os pasa? Me escribo encima. Y se jubila el Goi y su plaza la transforman en otra cosa y no estamos de acuerdo porque debería estar dedicada a temas de drogodependencia, pero pasando.
Hay un punto que habla sobre la aprobación inicial de las cartas municipales de servicios municipales que me hace sentir tan pequeño, tan inferior a todo, tan fuera de lugar, que dudo si debo volver a sentarme en mi sitio original y seguir haciendo tweets para decir lo bien que lo hacen (porque lo hacen) Alexandra Sevilla y Jonatan Fornés (y un poquito también el Jesús de Podemos, porque en breve iremos todos juntos y habrá que hacerle la pelota y ni el futuro ni el pasado van a pararlo y ya lo saben y por eso están escuchando los coros de los ángeles que les llaman para que asciendan a otra fase que no está en este mundo y que vida mía, mi vida chica, todo esto lo verán nuestros ojos y ellos no).
Y hay otro punto sobre la ejecución presupuestaria y va a hablar Gloria del Ampa Riera Alta y después de casi huna ora de pitos y palmas en la plaza, Gloria no está. Fail. Y hay un punto sobre una resolución que uno no sabe de qué va y resulta que es aquello de la denuncia de la abogacía del estado por los 12 cargos elegidos a dedo, que resulta que ya pasó, que no sigas por ahí y Ciudadanos sigue, y nuestra Alcaldesa perpetua, que será Alcaldesa por siempre, porque estará aquí y nada más que aquí por los siglos de los siglos y por toda la eternidad será siempre nuestra Alcaldesa y seguirá yendo por las plazas y los centros cívicos y las representaciones y los bailes, si no es que el futuro la anima a descansar o se entabla una batalla atroz entre el futuro y ella y sea como sea se agarra un rebote que podría dar luz a todo Singuerlín, las Oliveras (Sevilla Oliveras), Can Franquesa, da la vuelta por el Depósito y pasa a Montcada i Reixach.
Y hay otros puntos y hablan de dineros y de Proinosa que, como yo estaba viendo la tele durante todos esos años, no sé que es una empresa de le época del Bartu y hay voluntad de tocar la narices y se tocan las narices, pero mejor irá cuando hablemos de la Comisura de tus labios, perdón, de la Comisión de Fiestas y la de Memoria histórica y digamos que tú y tu amigo os podéis ir por donde habéis venido. Muchas gracias. Y les decimos (nosotros, los de ICV-EUiA, todo el día tocándonos el papo en una silla caliente por la que han pasado cientos de miles de papos antes), que nosotros para ir a un sitio a hacer el tonto, que ya hacemos el tonto en nuestro despacho. Lo voy a wasapear. Me echo unas risas. Mola. Pero no mola, y desde el cariño y la distensión Esteve Serrano, no nos hemos presentado, teniente de Alcalde del PSC/PCE, suelta el aldabonazo de la noche. ‘Si eso, en las Alternativas, pues nos decís cómo lo hacemos para participar’. Y como tenemos esa dialéctica y esa finezza, nuestra alcaldesa eterna suelta un mágico ‘Papá Estado Paga’. Añadiendo ‘así se puede ser anticapitalista’. ¿Y ahora cómo salimos de este charco? Pues vente, pues dime que venga, cuelga tú, cuelga tú,no, tú… fuera colomenses de Santa Coloma. Pero que te la han colado, esa también.
Hay expropiaciones, tal, y cual, y en el punto 13 se habla de una historia antigua de la Pinta Verda, de lo del edificio singular de Núñez y García y todo se pone muy técnico y muy sentimental a la vez y se habla de pendientes y de zonas verdes troceadas y de puestos de trabajo, puestos de trabajo y claro, al oír hablar de clase obrera se me hace la boca agua y pienso que quizás no es mala idea pero los nuestros son unos menos mola y votan que no a favorecer a una empresa a cargo del erario… Santa Coloma libre de Colomenses. Todavía no me he recuperado del momento distensión del punto anterior. Una distensión con clavos en los guantes de boxeo. Miguel Ordóñez quiere hablar, no le dejan, es una estafa dice, denuncia, le contestan. Con Som quieren gresca, con nosotros no.
El pleno está lleno de gente. Ha venido mucha gente mucha. Por las mociones. Primera moción, de la Paicam, para exigir el final de las altas médicas injustificadas y reivindicar el derecho de las personas a enfermar dignamente. La última vez que lo hago, la última vez que escribo el nombre de la moción entera. Bueno, si tú me pides que lo haga lo hago. Dímelo. Escucho música árabe mientras escribo esto. Recuerdos de una crónica mientras un árabe canta en Radio clásica. Me quiero morir de lo bonito que es. No es árabe, es turco. Me quiero ir de Santa Coloma. Mejor os vais todos y me dejáis aquí. Pide la palabra Marta Serrés de la Paicam, que es la plataforma de afectados por el ICAm y el INNS y da un rapapolvo. Habla muy bien. Se apoya en su muleta, por la forma de decir Som Gramenet Poble Actiu, sabes que es de Poble Actiu. SE aprueba la moción. ¿Porqué hay tanta gente en el Pleno? Porque han venido los de SOS Gent Gran.
Sos Gent Gran lo componen diversos partidos y entidades que piden servicios de calidad para la gente mayor de Santa Coloma. Llevan un tiempo recogiendo firmas, yendo al Parlament, queremos una segunda residencia de ancianos, centro de día, pisos tutelados. Un gastaero de dinero. Toma la palabra Inés, hace una buena intervención y yo me siento como en el ambulatorio, con mucho calor, tú también tienes calor, y estamos como en el ambulatorio. Esperando a que nos toque. Lo apoyamos todos. Tocamos el violín, comemos uvas, nos regalima el suquet por la barbilla, ya veremos en qué acaba lo de la Gent Gran. Sabemos cómo ha acabado la Gent Gran de Gramenet. Eso es otro rollo.
Hay mucha gente de la Gent Gran y mucha gente de las mujeres que presentan moción por la erradicación de las violencias machistas con motivo del 25-n. Hablan la Dordella de Artemis (no hace falta decir nada más) y Claudia González del colectivo Zona 8. Las intervenciones al respecto. Alexandra Sevilla se va creciendo por momentos, sin papel, sin ripios, sin las frases para tocar la patatita. Menos manifestaciones o concentraciones o velas y más políticas y gasto. Gasto en cosas. Va. Y habla Mireia. El futuro. No sé de qué habla, igual habló de combatir la prostitución pero no me di cuenta, pero creo que habla muy bien. Y la foto antigua se va guardando en un cajón y aparece un nuevo icono. Y no voy a hablar mucho más sobre el tema de la mujer, el feminismo, la utilización de las asociaciones de mujeres con intención política o el partidismo en los… yo que sé.
¿Por qué había tanta gente en el Pleno? La PAHV, presenta una moción para pedir el empadronamiento de las personas que viven en Santa Coloma. Gente con carteles. Parlón queremos el padrón. Un mensaje. Tolerancia a la crítica en la Arcadia feliz donde todo el mundo es bueno, si tú lo quieres muy fuerte. Sin el padrón, la vida para las personas que no tienen nada, o tienen poco, o lo pasan mal, es, sin duda, mucho más difícil. Se pide al consistorio socialista que empadrone, que vienen tiempos duros. Toma la palabra la Pahv, toma la palabra Carme Giménez del Centre d’Acolliment de Santa Coloma. El PSC vota en contra. Que si esto, que si es difícil, que si a ver, que si casos aislados, que si… durante todo el pleno pasillo y sala han estado llenos de gente. Gente que no lo está pasando bien.
Gente que necesita poco para calentarse. Para que la mecha se prenda y sepa dios qué puede pasar. Gente que viene con la esperanza de que su caso sea solucionado o escuchado ese mismo día. Ahí mismo. Ya. Y no. Y lo sabes. Y bueno. No me parece bien. Y son las once y el pleno lleva mil horas y los niños tienen sueño. Pero…. Si no es así ¿cómo? Una mujer quiere que su caso sea escuchado, saca su papel, lo muestra, grita, la alcaldesa dice que no, que sí, que no, que no. Es que no. Y se van. No van a empadronar. Que es muy complicado. Diego Arroyo es especialista en hacer complicado el relato de un cambio de acera. Y consigue que la gente acabe viéndolo complicado. Nos vamos. Quedan pocas mociones.
¿Por qué queda tan poca gente en el pleno? Porque solo queda una confusa moción sobre la regulación de la segunda actividad de la policía local. Si te pasa algo, que no te echen del cuerpo. Habla Cemfis, habla la Adt… y Serrano machaca toda esperanza de piedad hacia la vida con una intervención farragosa e innecesaria que no aclara nada, que será muy técnica y muy preciosa pero… votar a favor no era tan difícil.
Quedan tres mociones. Una de ellas creo que importante: moción para reclamar medidas urgentes para paliar los efectos y erradicar la pobreza energética. Hasta el PP vota a favor, y da ideas: poner cortinas en las ventanas. Cosas. (Manuel, el PP dice que está a favor también de políticas de colaboración entre ajuntament y empresas, que considera necesaria la aplicación de políticas paliativas de los efectos de la… cosas así). Aquí en Santa Coloma hay mucha gente que lo pasa muy mal. Que lo ves, que no estamos bien, que no vamos bien, que esto se aguanta con palillos, que no basta con apagar fuegos. Y ahí vamos. Tirando. Y lo que hay no es suficiente. Y qué.
Moción a favor de la iniciativa a favor de la reforma horaria y a favor de la reapertura de la radio municipal. La de la radio es interesante. Tener un radio municipal molaría, aun a riesgo de estar anunciando actos solidarios y promocionando artistas locales muy de Santa Coloma y muy colegas durante las laaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaargas noches de invierno. Pero no. El consistorio nos lo evita diciendo que están hablando con Badalona para que nos dejen compartir… con Badalona. Como si fuéramos Austria. No habrá Radio. La alcaldesa despide el tema con un simpático ‘queremos pisos tutelados, radio… claro’. O así. No soy bueno citando. Pero el espíritu es ese.
Hoy he visto a la Alba bien, a la Petri puntualizada por su teniente de Alcalde como si tuviera diez años, al Jonatan lírico, sí, pero es que es así, a la Sevilla creciéndose sin los papeles, a Zambrana fuera del mundo, a Ciudadanos buscando su lugar en el mundo, a la derecha del padre.
Aquí no cambia nada. Políticas del gobierno municipal de medio pelo, haciendo oídos sordos a lo que pasa fuera, viéndolo todo difícil. Un aburrimiento. Todo es complicado, todo es pscomplicado. Todo está bien así. No sé. Fuera colomenses de Santa Coloma. Viva Badalona. Descubramos Barcelona. Al salir del (de el) pleno, me encuentro con Julián, que me da un abrazo. No entiendo nada, Julián.
Nosotros a lo vuestro, dios en todos los corazones, colectivos que defienden a los colectivos. No se hace largo el pleno, se hace larga la vida en Santa Coloma. Yo no me puedo ir de Santa Coloma, iros vosotros. Cómo te entiendo.
domingo, 27 de noviembre de 2016
Ni un paso atrás. Las Sardinas de Cocoteva en La Colmena
Cuando todo se derrumba a tu alrededor… pues es mejor no pensar demasiado en las consecuencias, ni en la crítica, ni en el sentido estricto de las cosas, ni en el significado, ni en si vas demasiado rápido, si hay gente que se queda por el camino. Se está cayendo todo a nuestro alrededor y no sé si merece la pena conservar lo que hay. Creo que a la Compañía Cocoteva le importa un pimiento si lo que queda del arte, del teatro, del gag, del diálogo, del argumento, de la música de fondo, de la cuarta pared, del método, del público, es susceptible de ser respetado. No. De ninguna manera.
Yo he visto, justo al abandonar la sala del teatre La Colmena en la que era la última representación de Sardinas a cargo de la Compañía Cocoteva comandada por el entusiasta Xavi Villena después de dos semanas llenando y dándose un baño de masas casi sin parangón en la escena colomense, a una señora colomense también y al mismo tiempo, sujetarse al quicio de la puerta de salida porque estaba desnortada absolutamente. Porque, como ya sucedió en la anterior representación de la obra en el ya lejano mes de abril, Sardinas no va de sentarse y pretender… Sardinas es otra cosa. Cuando todo se derrumba a tu alrededor y no hay nada cierto en lo que creer, quizás sea el momento de destruir el teatro, el arte, la comprensión del público. Un señor o una señora. Una señora o un señor, salen al escenario y dialogan, pasan algunas cosas como consecuencia de lo que hablan, uno muere, otro llora, aquel se va a la guerra de los Cien años… se besan al final, se dicen unos a otros que se quieren, se descubre que la asesina es tu prima Aurora y el autobús parte con tu corazón dentro. Claro. Eso era antes. Eso pasaba antes, cuando todo era sencillo. Cuando todo estaba todavía de pie.
Escucho voces. Escuchaba voces que me decían que en esta ocasión, la Cocoteva había crecido con la obra. Pongamos un símil. Yo he ido a Pamplona. Voy a volver a Pamplona y antes de ir conozco a alguien que ha ido a Pamplona también y a mi recuerdo pamplonés, le añade una perspectiva distinta. Ya no iré a Pamplona esperando lo mismo. Pues eso. Me decían que Sardinas, esta vez, tenía otro aire, un aire con el que no parabas de reír. Yo creo que es el aire de la seguridad en la propuesta. Que, realmente, lo que se está haciendo es lo correcto. Que no hay dudas. Que no importa ir a degüello con el texto, con la improvisación, con lo que vaya saliendo, con lo que el público pueda… esto ya creo haberlo apuntado en la crítica de hace unos meses.
El público lo sabe. Y Cocoteva lo sabes. Y si no lo sabías y has entrado porque has visto gente en la cola, te lo has encontrado y habrás salido del teatro pensando en ir a correr al río, en cambiar la cisterna, en limpiar el horno, en limpiar las aceras, en hacer, hacer, hacer. La Compañía Cocoteva es un valor para la escena colomense. Voy a ser extremadamente baboso ahora. Hacer un poco de sitio.
Digo lo siguiente. El Hita tiene una vis cómica que espanta, la Meneses y la Robles son dos piezas de cuidado, la Andrea parece de goma y no es de goma que es real, la Aparicio está graciosa aunque se le vea la peluca abajo, el chico de la barba tiene siempre un par de frases geniales aunque deambule por la escena a veces sin que uno sepa bien bien si ni siquiera pertenece a la misma compañía que el resto, el Hugo es como de mentira, como que no te lo crees que luego ese muchacho pueda ser de otra manera que así, (a que sí), el Oscar deberá cuidarse en un futuro, porque puede infartar en cualquier momento, la Tania idem… y los tres de detrás, los tres bichos malos de detrás, manteniendo la calma, el tipo, el Toni, la Ponxi y la Eli, los tres allí, tan panchos mientras todo se derrumba a nuestro alrededor, tranquilamente… creo que ya he enjabonado lo suficiente a todo el mundo.
¿Qué es el teatro? Hay quien va al teatro a emocionarse, a sentir cosas, a que le transmitan una sensación, a que se denuncie una situación, a que le vendan un camión. El teatro como espacio en el que incidir. O en el que aplaudir. O una herramienta para confundir. Para provocar. Para que busquemos un punto de apoyo porque no podemos más con la vida. Con las canciones, con los errores, con las entradas y salidas, con las galletas gigantes que no sabes a qué vienen, con los dos osos que sigues sin saber a qué vienen, con un ladrón, dos ladrones, tres ladrones, las Sardinas… ¿a que sí?
Una obra que se ensaya, los actores hacen, el director propone, todo el mundo está loco, la obra avanza, o no, o sí, o qué más da, salen unas monjas, no salgas por la puerta, salta por la ventana, baja el telón abre el telón, se representa la obra, a toda velocidad, sin orden, pero con orden. Porque lo vemos detrás. Detrás está todo el mundo tranquilo. Porque son actores, porque todo es mentira.
Porque cuando todo se derrumba a nuestro alrededor, juguemos a empujar hacia delante, a asomar a la gente al precipicio. Todo puede caerse, en cualquier momento. Pero nos quedan las Sardinas. Sean las sardinas lo que sean.
El día 18 de diciembre, vuelven con el Cómeme el coco. Ni un paso atrás, ni para tomar impulso.
viernes, 25 de noviembre de 2016
Un día antes del homenaje a Lluís Hernàndez
Un día antes del homenaje a Lluís. Sólo falta un día para que se inaugure la escultura en honor al que fuera primer alcalde de la recuperada democracia (la República fue democracia también), fallecido hace un año, y uno no deja de sorprenderse con las historias, con los recuerdos de la gente, con el influjo constante del Lluís, del cura, en la vida y milagros de esta ciudad del demonio.
Una escultura que mirará hacia las Oliveras, el barrio en el que predicó, luchó, vivió, amó y sufrió también. ¿He dicho que vivió? Si algo podemos decir de Lluís Hernànde es que vivió. Que vivió con nosotros y que vivió por nosotros. Esta última frase podría ser de una homilía, de alguna de esas intervenciones que se hacen cuando tenemos que recordar al que se ha ido. O en las bodas, cuando hablamos de los que se casan y decimos lo majos que son.
Mañana tendrá lugar un acto, a las once de la mañana, en el que intervendrán la autoridad, la comisión que con tanto cuidado ha preparado este acto, alguna invitada que compartió militancia y amistad con el alcalde y nadie querrá perdérselo. Bueno, el PCPC ha organizado un acto de homenaje al camarada Mora justo a la misma hora, lo que da cuenta de que hasta el final y después del final, no desperdiciamos una oportunidad para... Habrá en el homenaje a nuestro alcalde canciones, habrá palabras... y Lluís tendrá por fin uno de los muchos testimonios físicos de recuerdo y agradecimiento a su labor para con el pueblo, que ya debería haber tenido y que todavía a día de hoy nos enredamos para no hacer de lo evidente algo tangible.
¿Dónde será? A las once, mañana sábado, al lado de la parada de Can Zam. Allí. Lo he dicho antes.
¿Una calle para Lluís? ¿Una plaza para Lluís? Una comisión lo estudia desde hace tiempo y parece que la cosa anda bastante encarrilada pero, ay, siempre hay alguien que se empeña en discutir sobre la esfericidad de la Tierra y discute si es más importante la literatura francesa del siglo XIX y su trascendencia en la vida de los colomenses o bien una figura como la de Lluís, que seguro que genera menos consenso entre la población local. Creo que sería una idea estupenda que, esa persona que desea que prevalezca el reconocimiento al autor de... y..., recogiera firmas y movilizara a quien tenga que movilizar para que se diera una performance que asombrara a la Humanidad en nombre de la cultura. Y lo peor, sería que alguien comprendiera esa actitud, le diera palmas, le animase, en definitiva, utilizara algo así para poner trabas a
Queda un día para el homenaje. Vendrá mucha gente a ver la estatua, el busto, que se ha sufragado por suscripción popular, en el que cada colomense o ciudadano de otras latitudes ha podido poner algo de su parte para que el proyecto tire adelante. Vendrá mucha gente a recordar lo que hizo Lluís, lo que hizo el cura, cuándo vio al cura, qué hizo en su barrio, las cosas que hizo en las Oliveras, cuando lo de los autobuses, cuando esto y cuando lo otro. Vendrá mucha gente a hablar de cuando era alcalde y había que hacerlo todo desde la nada, con imaginación, sin saber, sabiendo, con un proyecto, con todo el corazón del mundo y sin contar, sin saber, sin querer ver, que no todo el mundo te quiere bien y que la lucha política es dura, triste, fría, despiadada y que quien más daño te puede hacer quizás es, siempre, quien está más cerca. Y la lucha por el poder, ni te cuento.
A un día nada más del homenaje, vuelvo a acordarme de lo orgulloso que estaba yo cuando era pequeño de que en mi ciudad tuviéramos a Lluís Hernàndez como alcalde. Entonces quizás solo sabía que era un alcalde comunista, cura y comunista, y para mí ya era suficiente. Cuando creces y sabes más del personaje, el orgullo crece. Creo que repito cosas que ya he escrito, pero posiblemente a Víctor Hugo le pasara alguna vez también.
Falta un día para el homenaje a Lluís. Al cura. Todo el mundo era del cura. Todo el mundo votaba al cura. Lluís, decían que contaba, que te voy a votar... que te he votado... y les decía 'no, no me has votado', y se sorprendían ¿cómo lo sabes?. No se cansa uno de escuchar las historias que cuentan de él, de la gente distinta, de la gente que le seguía, que aún hoy, cuando pones una carpa para las elecciones, se paran a decir que 'eran del luis'.
Los de Santa Coloma somos muy de Santa Coloma, ya lo sabemos. A veces nos pasamos. Quizás una de las primeras cosas por la que te sientes orgulloso de Santa Coloma (una ciudad nada acogedora, una ciudad inhóspita, una ciudad que se tiene que hacer vivible cada día porque nos la pusieron mal a drede) es por Lluís Hernàndez. Por el cura. Por lo que significa, por la lucha, por darlo todo a cambio de nada. De nada. No hay un puesto después, un trabajo en un organismo, una colocación en una entidad, un nada. Nada. Era cura. El orgullo de haber tenido como alcalde, como referente para tantas cosas a alguien así. Un ejemplo.
Para todo.
Santa Coloma es muy pequeña. En un rato te la acabas. Pero tiene tanta gente que la hace grande... Otra frase de publirreportaje. Santa Coloma es lo que es por Lluís Hernàndez.
Pero un momento, cuando hablo de Lluís hablo de la persona Lluís y hablo del conjunto Lluís.
El conjunto Lluís es toda esa gente que se nos va haciendo mayor, que ha luchado y que ha echado horas, y horas, y las sigue echando pensando, reflexionando, reuniéndose, yendo al Parlament, grabando actos con diez personas, como siempre, como hacían hace casi 50 años. El conjunto Lluís es esa gente que sigue copando los actos, que sigue siendo el grueso de la vida asociativa de la ciudad, que sigue siendo básica para que muchas cosas se muevan por aquí.
A falta de un día para el homenaje a Lluís, podríamos preguntarnos qué podemos hacer, si está todo hecho, si merece la pena volver a pensar en que todo lo que Lluís y los que le acompañaron en todas esas movidas (las luchas, las luchas, las luchas...), se termina ahí y ya no se puede volver a intentar o debemos conformarnos con... peor aún, si lo que tenemos ahora se declara continuidad de lo anterior. Cielos, no.
Ayer leí un artículo sobre la revolución rusa. El autor venía a decir que quizás salió mal, que quizás no fue como se esperaba, pero que lo que se pretendía ya no se puede obviar. Es realizable. Se va haciendo poco a poco. Pero hay que hacerlo. Y si aquellos rusos que vivían en un régimen feudal lo hicieron, si aquellos curas rojos, si toda esa gente que echaba horas y horas y horas (jugándose el físico), bajo la dictadura, pudieron hacerlo, si esos trabajadores en huelga, si los estudiantes... si lo intentaron, no fallaron. Fallamos si pensamos que no lo podemos volver a hacer.
Brindemos ya, esta misma noche, por Lluís. Vivamos. Mañana pongámonos formales si queremos. Respetemos el canto de la Coral. Cantemos interiormente la Internacional. Acordémonos de Lluís y no olvidemos nunca que el futuro lo hacemos nosotros hoy, recordando, pero trabajando.
Que alguien me quite el teclado ya...
jueves, 24 de noviembre de 2016
El hombre del mes pasado
Podría comenzar diciendo que detrás de cada hombre del mes hay una gran mujer del mes, pero en este caso puedo decir que no está detrás, porque está a mi lado. Estaba. Al menos el mes pasado, durante mi momento de gloria. Yo fui el hombre del mes pasado. Durante un mes, conseguí atraer sobre mí los focos de atención de los medios y la opinión pública comentaba en los más diversos foros todos mis éxitos. Durante un mes, mediante una estrategia perfectamente planificada, asalté un banco, recité bellos versos de J.V. Foix en un auditorio lleno de gente que no entendió nada pero que agradeció el esfuerzo, recuperé de la absoluta ruina una empresa de compuestos y la puse a funcionar en un tiempo record (de un mes, el mes pasado), edité mi primer disco como arpista, publiqué una novela ambientada en mi ciudad, con lo que conseguí que mi ciudad fuese más mi ciudad que nunca y que en mi ciudad todos me consideraran tan así que no podía avanzar por las calles sin que la gente no saliera a los balcones a vitorearme, bajé la marca mundial de los cien metros lisos en superficie irregular ante un público que se apasionó tanto con la gesta que incluso se ha proyectado ya crear una escuela de atletismo únicamente con el objeto de que esta especialidad sea reconocida como oficial, levanté una masa muy, pero que muy superior a la que mi cuerpo puede soportar y lo hice simplemente para dar fe de que con la voluntad uno puede hacer lo que se proponga y que las condiciones individuales de uno o el entorno no son más que minucias que debemos afrontar con total limpieza de espíritu, solucioné los problemas de unas cuantas familias que necesitaban que alguien les escuchara, alguien que pusiera voz a los que no tienen voz, alguien que hiciera lo posible porque el necesitado no tuviese que recurrir a lo de siempre y a las alabanzas sin cuento hacia los que detentan el poder para solicitar clemencia, yo, y no me pregunten cómo, lo arreglé, o cuando subí a la Luna y te la traje. Hay cosas que no se pueden contar. Y no lo voy a contar todo.
Sí que puedo contar que a mi lado, siempre estaba ella. Ese mes, el mes pasado, ella fue mi inspiración y mi locura. A veces la veía contemplar en un escaparate algo, cualquier cosa, y me quedaba embobado, traspuesto, traspasado por una sensación de confianza en mí mismo que me empujaba a pensar que ese mes era gracias a ella, a su presencia, a su sonrisa demoledora, a su capacidad para asumir como propios los proyectos míos, que ya no eran míos, que nunca lo fueron, que fueron de los dos, que son de los dos. Mi proyecto y el suyo. El nuestro. Y que ese proyecto no se podía hacer realidad, nada de lo que estábamos haciendo podía ser sin el otro. Soy el hombre del mes pasado. Pero ella comparte conmigo la locura de querer estar siempre presente en todo. En todo lo que se nos ocurre, en todo lo que se nos aparece, en todo lo que parece irrealizable, fantástico, sobrenatural, y que sin embargo es tan palpable como el bocadillo de lomo con pimientos más grande del mundo que también conseguimos realizar el mes pasado. Quizás nuestro proyecto más perdurable, porque el olor a pimiento no se nos va a quitar de la ropa durante...
Las autoridades que nos auparon, que nos alentaron a seguir adelante y a ser protagonistas de la vida de la ciudad durante ese mes, de repente, por el olor a pimientos que desprendíamos, consideraron que nuestro tiempo había pasado. Es entendible. Y asumo el castigo. Fui el hombre del mes pasado y quisiera volver a serlo algún día. Con ella. Tengo mucha ideas.
Quizás podría preguntarle también a ella si...
Sí que puedo contar que a mi lado, siempre estaba ella. Ese mes, el mes pasado, ella fue mi inspiración y mi locura. A veces la veía contemplar en un escaparate algo, cualquier cosa, y me quedaba embobado, traspuesto, traspasado por una sensación de confianza en mí mismo que me empujaba a pensar que ese mes era gracias a ella, a su presencia, a su sonrisa demoledora, a su capacidad para asumir como propios los proyectos míos, que ya no eran míos, que nunca lo fueron, que fueron de los dos, que son de los dos. Mi proyecto y el suyo. El nuestro. Y que ese proyecto no se podía hacer realidad, nada de lo que estábamos haciendo podía ser sin el otro. Soy el hombre del mes pasado. Pero ella comparte conmigo la locura de querer estar siempre presente en todo. En todo lo que se nos ocurre, en todo lo que se nos aparece, en todo lo que parece irrealizable, fantástico, sobrenatural, y que sin embargo es tan palpable como el bocadillo de lomo con pimientos más grande del mundo que también conseguimos realizar el mes pasado. Quizás nuestro proyecto más perdurable, porque el olor a pimiento no se nos va a quitar de la ropa durante...
Las autoridades que nos auparon, que nos alentaron a seguir adelante y a ser protagonistas de la vida de la ciudad durante ese mes, de repente, por el olor a pimientos que desprendíamos, consideraron que nuestro tiempo había pasado. Es entendible. Y asumo el castigo. Fui el hombre del mes pasado y quisiera volver a serlo algún día. Con ella. Tengo mucha ideas.
Quizás podría preguntarle también a ella si...
martes, 22 de noviembre de 2016
Aurora
Al salir del bar del Frederico me tropecé con algo y me dí un golpe tremendo en la cabeza. Cuando volví un poco en mí, me di cuenta de que mi prima Aurora tenía también una venda en la cabeza. Me llevaron a casa y mi madre estaba tumbada en un sofá, se acababa de caer al suelo y se había dado un golpe en la cabeza. Me puse a ver la tele y estaban dando un programa sobre gente que se caía y en teoría, debías reírte de eso. Me puse a escuchar la radio y estaban comentando un gravísimo accidente de tren que había habido, que no había registrado víctimas mortales, pero había al menos 150 personas con fuertes golpes en la cabeza. Por probar, escogí entre una de las revistas que mi madre tenía encima de una mesa y en una de esas revistas del corazón, abriendo por una página al azar, hablaban de las migrañas, de dolores de cabeza, de cómo paliar las contusiones craneales. Estaba de dios que el día girase en torno a eso.
Cuando me encontré mejor, salí un momento a que me diera el fresco. No sabía la hora que era y, de manera absolutamente inesperada, resultó ser el momento de la Aurora. La Aurora se produce cuando amanece. Amanecer es tan bonito. El fresco de la mañana, la sensación de comienzo, de inicio, de algo nuevo. La Aurora. La Aurora. Aurora. El golpe que me había dado, el fuerte vendaje, ya no me dolía. Me lo quité. Pensé que la Aurora iba a tener un efecto benéfico en mi herida. Me toqué en la cabeza y no tenía nada. Estaba tan bien, tan a gusto. Mi madre salió conmigo al balcón y me dijo que se encontraba estupendamente. Que no le dolía nada. Que incluso podía volar.
Y me dijo: 'mira'. Y hizo ademán de tomar impulso para empezar a volar y me quedé pasmado cuando realmente mi madre se elevó sobre el suelo y revoloteó sobre nuestra casa. Allí arriba, mientras la estaba mirando, se unió volando mi prima Aurora, que tenía un aspecto por el que podrías confundirla con cualquier otra persona, pero era mi prima Aurora por muy temprano que fuera. Allí estaban las dos, cuando de repente, una tercera persona se unió a la bandada.
Claro, pensé, por eso me encuentro yo tan bien. La tercera persona era la mujer con la cara más linda de todas las caras lindas que han habido y habrán. Era la mujer que, aquel día fatal o aquel día prodigioso o aquel día que quien quiera calificarlo de alguna manera, que se atreva y lo haga, era la mujer por la que yo estaba allí. Era esa mujer que se me aparecía en sueños. Era la mujer más bella, más linda, más excitante de todas las mujeres, de todas las personas, de todo. Ni siquiera la Aurora, ni siquiera la Aurora prodigiosa que estábamos viviendo en aquella mañana tan maravillosa de Villastanza de Llorera, era tan bonita. Era la mujer con la cara más guapa, con la sonrisa más plácida, con la mirada más atrayente y estimulante de todas. Era ella. Estaba allí, volando con mi madre y con mi prima Aurora.
Yo quise también unirme a ellas. Así que tomé impulso y di un salto hacia delante, bastante ridículo, porque yo no podía volar.
Cuando me encontré mejor, salí un momento a que me diera el fresco. No sabía la hora que era y, de manera absolutamente inesperada, resultó ser el momento de la Aurora. La Aurora se produce cuando amanece. Amanecer es tan bonito. El fresco de la mañana, la sensación de comienzo, de inicio, de algo nuevo. La Aurora. La Aurora. Aurora. El golpe que me había dado, el fuerte vendaje, ya no me dolía. Me lo quité. Pensé que la Aurora iba a tener un efecto benéfico en mi herida. Me toqué en la cabeza y no tenía nada. Estaba tan bien, tan a gusto. Mi madre salió conmigo al balcón y me dijo que se encontraba estupendamente. Que no le dolía nada. Que incluso podía volar.
Y me dijo: 'mira'. Y hizo ademán de tomar impulso para empezar a volar y me quedé pasmado cuando realmente mi madre se elevó sobre el suelo y revoloteó sobre nuestra casa. Allí arriba, mientras la estaba mirando, se unió volando mi prima Aurora, que tenía un aspecto por el que podrías confundirla con cualquier otra persona, pero era mi prima Aurora por muy temprano que fuera. Allí estaban las dos, cuando de repente, una tercera persona se unió a la bandada.
Claro, pensé, por eso me encuentro yo tan bien. La tercera persona era la mujer con la cara más linda de todas las caras lindas que han habido y habrán. Era la mujer que, aquel día fatal o aquel día prodigioso o aquel día que quien quiera calificarlo de alguna manera, que se atreva y lo haga, era la mujer por la que yo estaba allí. Era esa mujer que se me aparecía en sueños. Era la mujer más bella, más linda, más excitante de todas las mujeres, de todas las personas, de todo. Ni siquiera la Aurora, ni siquiera la Aurora prodigiosa que estábamos viviendo en aquella mañana tan maravillosa de Villastanza de Llorera, era tan bonita. Era la mujer con la cara más guapa, con la sonrisa más plácida, con la mirada más atrayente y estimulante de todas. Era ella. Estaba allí, volando con mi madre y con mi prima Aurora.
Yo quise también unirme a ellas. Así que tomé impulso y di un salto hacia delante, bastante ridículo, porque yo no podía volar.
lunes, 21 de noviembre de 2016
Aurora
El tacto de la puerta de un bar. Frío. La puerta metálica, el cristal sucio, carteles en la puerta. corridas de toros, un torneo de truque, la asociación de caza y pesca presenta sus actividades. Entro porque tengo que entrar. Así está dispuesto. Suena la música en mi cabeza de Así habló Zaratustra. Pero la corto rápido, porque el sonido del bar es mucho más estimulante. Así suena el bar del Frederico. El bar del Frederico acaba de comprar una televisión de 42 pulgadas desde la que se ven documentales sobre la naturaleza en un canal autonómico, que es el canal autonómico de la comunidad autónoma adyacente. Campos, pastos, animales. Algunos comentan que el campo está, que el campo es, que ahora en el campo, que llevan trabajando en el campo y que nunca... me quedo en un rincón de la barra y pido un cortado. Los cortados, como a todo el mundo, no me sientan bien, pero no sé qué pedirme. No es tarde, no es temprano. Me da apuro tomarme una cerveza. Me trae el cortado, está oscuro, muy fuerte y muy caliente. El Frederico no me hace más caso que al resto de parroquianos pese a notarse mucho que no soy de allí. Quizás por eso. Encima de la caja registradora, pegado a la pared, hay una foto del calendario de la asociación de caza y pesca y en la foto se ve al Sagrado Niño Oculto de Getsemaní, en posición de descanso, apoyado en un báculo, mientras a su lado una ovejita de color blanco como la nieve, parece mirar hacia el infinito con los mismos ojos que tiene el propio Sagrado Niño Oculto de Getsemaní, lo que indica que quien ha hecho el dibujo no se ha preocupado en coger otro modelo de ojos para el animal y se hace todo a tajo parejo. El cortado, claro, me sienta como un demonio, pero antes de ir al lavabo, escucho una voz que me dice que me espere. Es una voz de niño. No veo a ningún niño por allí y, por si las moscas, me fijo en la foto. Efectivamente, la foto se ha movido y es el Sagrado Niño Oculto de Getsemaní el que ha cambiado su posición de descanso por una más dinámica, como si fuera a saltar hacia fuera de la foto. Me pide, mirándome a los ojos, que espere un momento, que le saque del papel, que quiere vivir.
Me pide que le ayude, que le saque de allí, que no haga caso de los ojos de la oveja, que prescinda de sentimentalismos, que apuñale a la oveja si en algún momento quiere saltar con él, que no me fije en sus ojos, que es un error mirar a los ojos de la oveja, que alguien le ha encerrado en esa foto con esa oveja que no le deja vivir, que quiere vivir, que quiere sentarse conmigo en la barra del bar y pedir una copa de coñac y que por favor, por el amor de Dios, por el Santísimo Nombre, por lo que valga, que nadie más le llame Sagrado Niño Oculto de Getsemaní, que quiere ser simplemente Jonás, el Sagrado Niño, nunca más oculto, nunca más. Y yo le hago caso. Y desde la barra, le tiendo la mano, que es lo único que se me ocurre que puedo hacer. Y noto que me estoy cagando, porque el cortado es un auténtico matarratas, pero sé que no puedo parar ahora, que tengo que ayudar a esa voz que sale de la foto. El Sagrado Niño Oculto de Getsemaní, que dice llamarse Jonás, va a saltar de la foto. Ha tirado el báculo y se despoja de sus ropas. La oveja le mira con sus mismos ojos, pero con una expresión de pena. El Sagrado Niño Oculto quiere saltar, quiere salir de la foto, y se dispone a saltar. Creo ver que ha sacado una pierna fuera de la imagen, que ha pasado a este plano. Que va a salir. Sale por completo de la foto, a cuerpo real. Es un niño. Entonces habla la oveja.
Y cuando miro a la foto, vuelve a estar dentro el Sagrado Niño Oculto de Getsemaní y la oveja me dice que siempre es lo mismo. Siempre. Todos los días. Siempre hay alguien que ve a Jonás, que le oye, que le hace caso, que se cree que puede salir de la foto y no puede ser. Que es todo una mentira.
En la tele, es la hora de los informativos y alguien habla de la Directiva Bolkenstein y todo el mundo mira fijamente a la pantalla porque el tema tiene tela. Yo creo que me he cagado encima, pero algo me empuja a tomarme otro cortado. Vuelvo a pedir. Frederico me mira como si fuera transparente. Intento saltar dentro de la barra para tocar la foto y veo que Frederico hace ademán de ir por un hacha que tiene debajo de la barra. Me lo pienso. Miro por el cristal de la puerta y veo a mi prima Aurora.
No sé porqué pero ha pasado tanto tiempo que creo que mi prima Aurora ha cambiado y no se parece a mi prima Aurora. Veo que necesito salir y pago. Pienso que sería gracioso que quisiera salir del bar del Frederico y que no pudiera, que me ocurriese lo mismo que al Sagrado Niño Oculto de Getsemaní.
Y le pido al que está escribiendo todo esto que por favor, que no sea tan cabrón.
Me pide que le ayude, que le saque de allí, que no haga caso de los ojos de la oveja, que prescinda de sentimentalismos, que apuñale a la oveja si en algún momento quiere saltar con él, que no me fije en sus ojos, que es un error mirar a los ojos de la oveja, que alguien le ha encerrado en esa foto con esa oveja que no le deja vivir, que quiere vivir, que quiere sentarse conmigo en la barra del bar y pedir una copa de coñac y que por favor, por el amor de Dios, por el Santísimo Nombre, por lo que valga, que nadie más le llame Sagrado Niño Oculto de Getsemaní, que quiere ser simplemente Jonás, el Sagrado Niño, nunca más oculto, nunca más. Y yo le hago caso. Y desde la barra, le tiendo la mano, que es lo único que se me ocurre que puedo hacer. Y noto que me estoy cagando, porque el cortado es un auténtico matarratas, pero sé que no puedo parar ahora, que tengo que ayudar a esa voz que sale de la foto. El Sagrado Niño Oculto de Getsemaní, que dice llamarse Jonás, va a saltar de la foto. Ha tirado el báculo y se despoja de sus ropas. La oveja le mira con sus mismos ojos, pero con una expresión de pena. El Sagrado Niño Oculto quiere saltar, quiere salir de la foto, y se dispone a saltar. Creo ver que ha sacado una pierna fuera de la imagen, que ha pasado a este plano. Que va a salir. Sale por completo de la foto, a cuerpo real. Es un niño. Entonces habla la oveja.
Y cuando miro a la foto, vuelve a estar dentro el Sagrado Niño Oculto de Getsemaní y la oveja me dice que siempre es lo mismo. Siempre. Todos los días. Siempre hay alguien que ve a Jonás, que le oye, que le hace caso, que se cree que puede salir de la foto y no puede ser. Que es todo una mentira.
En la tele, es la hora de los informativos y alguien habla de la Directiva Bolkenstein y todo el mundo mira fijamente a la pantalla porque el tema tiene tela. Yo creo que me he cagado encima, pero algo me empuja a tomarme otro cortado. Vuelvo a pedir. Frederico me mira como si fuera transparente. Intento saltar dentro de la barra para tocar la foto y veo que Frederico hace ademán de ir por un hacha que tiene debajo de la barra. Me lo pienso. Miro por el cristal de la puerta y veo a mi prima Aurora.
No sé porqué pero ha pasado tanto tiempo que creo que mi prima Aurora ha cambiado y no se parece a mi prima Aurora. Veo que necesito salir y pago. Pienso que sería gracioso que quisiera salir del bar del Frederico y que no pudiera, que me ocurriese lo mismo que al Sagrado Niño Oculto de Getsemaní.
Y le pido al que está escribiendo todo esto que por favor, que no sea tan cabrón.
viernes, 18 de noviembre de 2016
Miscelánea
Emisor, receptor, mensaje. Usted, usted mismo, tiene las herramientas para desestabilizar el sistema. Desde dentro, o desde fuera. Usted es un emisor, lo quiera o no. Usted, aunque piense que el facebook y el twitter, pero sobre todo el facebook, son un instrumento del diablo para amplificar un ruido que no sirve nada más que para distraer y poner en valor un totum revolutum, opiniones de personas poco cualificadas, anuncios indiscriminados, agendas varias, eventos sin cuento, personas haciendo cosas, gatitos, niños pequeños haciendo cosas muy divertidas, maneras de hacer pasteles norteamericanos, las opiniones de personas que creen que es necesario atormentar al prójimo con sus reflexiones sobre lo divino y lo humano desde la modestia o desde la suficiencia, gatitos, niños cayéndose o hablando su idioma ininteligible, el facebook, como digo, también sirve para hacer activismo político. De eso se trata, del activismo político, eso es lo más importante de todo. Tengo una reflexión muy buena: si los anarquistas o los socialistas antiguos consiguieron propagar la idea de revolución con cuatro imprentas y mucha voluntad, qué no podremos hacer nosotros con estas maravillas que tenemos entre las manos. No nos quedemos en lo peor. Usted es un emisor. Sea consciente. Y vívalo con alegría.
https://www.youtube.com/watch?v=SRV9LbOaOk4
Si yo fuera una persona con un mínimo de algo, tendría un pony. Este es el típico párrafo evocador de un tiempo pasado, de cuando había ponys en las ferias, de cuando había ferias a las que ibas a ver los ponys, de cuando los ponys se paseaban en torno a un algo que había en el centro de por donde se paseaban y tú querías montarte en el pony y te montabas en el pony y veías que el pony iba despacito y te daba pena del pony y no es que quisieras tener un pony, es que querías que fuese fiesta siempre y que hubiese feria pero que sólo hubiera ponys, porque el resto de las atracciones de la feria no te llamaban nada la atención, ni te gustaba estar con el resto de niños de la feria, ni te gustaba que tus padres te preguntasen una y mil veces que si querías montarte en... o en... si ya sabían que ibas a decir que no, que tú como mucho los coches locos y los ponys. Y olía a caca en el sitio en el que estaban los ponys, porque cagaban y comían y cagaban. Y eras pequeño y pensabas que los ponys eran... no sé. No recuerdo lo que pensaba yo de los ponys. Y la primera frase de este párrafo tampoco es verdad, no me interesa para nada tener un pony. ¿Dónde lo iba a meter? ¿Qué iba a hacer con él? ¿Ir a los sitios montado en un pony? A quien se le cuente...
https://www.youtube.com/watch?v=Vhus7WSH-2o
Controversia. ¿Puede una canción que te parece tan y tan bonita que parece que no puedas escuchar otra canción nunca jamás, contener un mensaje al final que te tenga pensando que es una canción básicamente... machista? Me explico. La canción Sua Estupidez de Roberto Carlos. La escuché en un disco que me tiene tonto, el Fa-Tal de Gal Costa. Bien, la canción viene a decir que 'a ver si por lo que dice la gente, por que la gente es mala y tú te las crees, va a terminar una historia de amor tan bonita'. Lo adorna con lo siguiente 'su estupidez no te deja ver que yo te amo'. O bien dice 'su estupidez no le deja ver que yo te amo'. O bien dice que 'su estupidez no les deja ver que yo te amo'. Ese 'te amo', te deja fritísimo, derretido absolutamente. Pero claro, te paras un momento y dices... ojo, ¿acaba de llamar estúpida a la muchacha o muchacho? Y he dicho machista y quizás no debería calificarla así porque, si la canta Gal Costa, puede ser que ella se lo esté cantando a un chico. Claro. Espera, que ahora la canción cobra otro sentido, que no es mejor. Eres tonta, ¿no ves que te quiero? Y yo venga a repetir en mi cabeza... meu bem... uuuuuh meu bem... escuchen y juzguen a ver si mandamos la canción al basurero o le podemos dar una oportunidad. Sea como sea, el disco Fa-tal, es una barbaridad.
https://www.youtube.com/watch?v=Rv8bY7PayNE
Mi hermano me dijo el otro día que estaba viendo un documental sobre Siniestro Total. Siniestro Total es, sin duda, mi grupo. Me podrán gustar otros grupos mucho, puede que haga mil siglos que no escucho a Siniestro Total, pero es mi grupo. Muchas veces he dicho que el disco El Regreso es un compendio de filosofía que, no es que nos haya hecho mucho bien, pero ha estado ahí para lo que ha hecho falta. Rock radical, psicodelia, rock progresivo, rock duro,... punk. El punk. Me gustaban tanto que me hice una camseta con la portada del disco. En fin, el caso es que el documental, Que parezca un accidente, me defrauda. Es cierto que los años gloriosos de Siniestro Total, bajo mi humilde punto de vista, son los años que van desde el ¿Cuándo se come aquí? al En beneficio de todos. Después, chispazos, canciones sueltas y la indiferencia más absoluta. Pues bien, como estos años son significativamente menos años que el resto de años, el documental se centra demasiado en estos años que a mí no me interesan. Así que cuando llevan veinte minutos y ya entran en 'lo nuevo', uno pierde el interés de una manera flagrante. Lo antiguo es mejor, lo de antes mola más. No sé. El blues y todo eso a lo que se dedican después, no es mal, es bien, pero... ya no es lo que uno espera escuchar. ¿Y qué esperaba? Yo que sé. Que no me ha molado y ya está.
https://www.youtube.com/watch?v=_lXOc-MjAG8
Los americanos. Los rusos. Los franceses. Los sirios. Los Kurdos. Los árabes. Los españoles. Los catalanes. Los italianos. Los alemanes. Los portugueses. Los argentinos. Los bolivianos. Los uruguayos. Los suecos. Los canadienses. Los mexicanos. Los cubanos. Los celtas. Los íberos. Los polacos. Los ucranios. Los uigures. Los yazidíes. Los belgas. Los holandeses. Los turkmenos. Los turcos, los afganos, los chinos, los japoneses, los vietnamitas, los laosianos, los pashtunes, los azeríes, los incas, los pampas, los guaranís, los aztecas, los olmecas, los toltecas, los chichimecas, los tlaxcaltecas, los amerindios, los bielorrusos, los fineses, los húngaros, los eslovacos, los eslovenos, los eslavos, los gallegos, los visigodos, los ostrogodos, los extremeños, los checos, los serbios, los croatas, los macedonios, los griegos, los búlgaros, los noruegos, los mongoles, los tártaros, los cosacos, los vándalos, los castellanos, los leoneses, los riojanos, los badaloneses, los dominicanos, los panameños, los andaluces, los yemeníes, los iraníes, los punjabíes, los nepalíes, los tibetanos, los suizos, los luxemburgueses, los brasileños (bueno, estos y otros que he nombrado quizás un poco más), los escoceses, los galeses, los pictos, los escotos, los sajones, los borgoñones... ninguno de estos es africano de verdad. Los colomenses un poco. Aquí podemos ser lo que queramos y más y mejor que nadie.
https://www.youtube.com/watch?v=1PKdK_68r0A
Si podemos parar un momento para comentar una cosa. Nada, es una cosa sin importancia. Es una cosa que no tiene nada, son cinco minutos. Si queréis esperamos a que estéis todos. Si eso, nos vamos adelantando a lo que venga y os lo voy comentando. O no. O esperamos a que estemos todos. Lo que queráis. Si eso, avisar por el móvil a la gente que creáis que le pueda interesar. Claro, si no os digo de qué va, no sabréis si tenéis que avisar o qué a alguien. Mientras esperamos si queriéis me podéis ir diciendo un poco cómo os va. Hace tiempo que no hablamos todos juntos sobre el tema. Cómo va. Pues eso, que si creéis que ya estamos todos, me pongo aquí en el centro y os voy comentando una cosita. Nada, son cinco minutos, quizás menos. Son un par o tres de ideas que tengo ahí engarzadas y que me permito compartir con vosotros porque me parece que es tiempo para que en común todos avancemos hacia algo. Bueno, en realidad, lo que os quiero decir es otra cosa, pero tiene mucho que ver con lo que se ha venido rumoreando en los últimos días, sobre si esto o si lo otro. Lo que quiero decir es que, bueno, que sí. Que tenéis razón, que si eso ya lo dejamos para otro día. No quiero tampoco que me enviéis al Tribunal de la Haya por esto.
https://www.youtube.com/watch?v=HXxjNHEcORo
Y con esto nos despedimos. Feliz fin de semana, lleno de celebraciones y efemérides para el recuerdo. Nos vemos por ahí.
miércoles, 16 de noviembre de 2016
La responsabilidad individual, Reus, Santa Coloma... ¡Hola!
Se dice el pecado pero no el pescador. Se dice quién pero no el qué. Se dice dónde pero no el cuándo. Ya llevo tres frases y espero acabar pronto. En la radio, la emisora es indiferente, se habla de la responsabilidad individual. Una tertuliana que creo que es escritora argumenta lo siguiente: la responsabilidad individual es importante, no podemos esperar a que la administración lo arregle todo y nos tenemos que fijar en las circunstancias de cada uno para ser también, como sociedad civil, responsables. Una mujer de 81 años muere en Reus. No tenía luz, la luz cortada, se alumbraba con velas que finalmente han sido lo que ha causado su muerte al provocarse un incendio. Populismo, demagogia, dirán. Vivía sola, pero no vivía sola, vivía con una hija, familia desestructurada. No nos podemos poner a buscar culpables continuamente, la responsabilidad individual es importante. La empresa, la administración, en cuanto que gobiernan afines a mí, no tiene que ser siempre responsable. Es una familia desestructurada, un lío. La hija, su pareja, una hija de la pareja... es un lío. ¿Y qué hacía esa mujer viviendo sola? Las cosas pasan porque tienen que pasar. No podemos estar girándonos siempre hacia la administración buscando culpables, porque las vidas... Por un Estado que se ocupe de lo trascendente, que marque las leyes, que provea, pero que, finalmente, deje en el individuo la posibilidad de vivir su vida y de ser responsable de su muerte. Trump. El keynesiano renacido.
Ayer Santa Coloma vivió una mañana tremenda. Seis desahucios anunciados. Santa Coloma vive un problema dantesco con la vivienda, con personas de Santa Coloma que viven en un estado de precariedad, de falta de recursos, de dependencia de las ayudas públicas, subvenciones, etc., alarmante. De los seis, se pararon cinco. Cada semana se anuncian desahucios en nuestra ciudad. Una realidad que no es que se quiera evitar, es que parece de otra ciudad. Es una sensación como de doble realidad. Como de vivir en una ciudad en la que los actos de caridad se llevan a cabo regularmente y se confunde esto con la solidaridad, como dice el compañero Benju. Caridad contra solidaridd. Vivimos un problema de modelo, de sistema, de que no hemos cambiado nada durante estos años, la rueda de la economía nos dicen que vuelve a girar y sin embargo, muchos se han quedado fuera y ya no van a volver a entrar en el juego. En Santa Coloma tenemos los indicadores de pobreza más... los datos. La gente. Gente con la luz pinchada, pisos ocupados, precariedad normalizada. La miseria del ir tirando. Nos ponemos al frente de la manifestación sólo cuando hace demasiado ruido, cuando salen demasiadas fotos en las redes sociales, nos acordamos de decir que, ojo, que estamos ahí. Lo queremos ver. O no lo queremos ver. O no nos conviene que se vea. Que no se diga que somos una ciudad pobre, basta ya de mala publicidad. Que alguien, desde su voluntarismo, tenga alguna idea. La responsabilidad individual. A ver si viene pronto el fin de semana y se organiza algo.
El otro día, en la sala de espera de... cogí una revista. El ¡Hola!. Un ¡Hola! en el que en portada se ve a Adriana Marin y a uno de los sobrinos de la Duquesa de Alba, antigua duquesa de Alba, en el día de su boda. Una boda a la que acudieron y acudieron y acudieron. Una boda en la que se lucieron, en la que se vieron, en la que estuvieron. Adriana Marín, que a su vez es marquesa o condesa o nosequé y que trabaja en Vinçon, si no recuerdo mal, tiene esa cara de felicidad de quien está viviendo el día más hermoso de su existencia. Un día estupendo rodeada de amigos, familiares y personalidades varias de la sociedad española. Es la cara de felicidad de quien tiene ante sí no solo un presente magnífico, implicada en su trabajo, también un futuro maravilloso y creo que hablo en nombre de todos y todas al decir que espero que ese futuro sea muy duradero. Me sentí tan bien y quedé tan extasiado con las imágenes, con ese rostro que transmite felicidad y limpieza de espíritu así como bondad sin mácula, que pensé que, realmente (sin menoscabo de el resto de informaciones de la publicación en la que se referían las cuitas de personajes sino de tan rancio abolengo, si de singnificada importancia), esas personas podrían ser un ejemplo, un espejo. La verdad es que no sé qué estoy diciendo.
Pensando, debe tener que ver con la responsabilidad individual. Es decir, al final, la culpa es mía. Y tuya sobre todo.
Ayer Santa Coloma vivió una mañana tremenda. Seis desahucios anunciados. Santa Coloma vive un problema dantesco con la vivienda, con personas de Santa Coloma que viven en un estado de precariedad, de falta de recursos, de dependencia de las ayudas públicas, subvenciones, etc., alarmante. De los seis, se pararon cinco. Cada semana se anuncian desahucios en nuestra ciudad. Una realidad que no es que se quiera evitar, es que parece de otra ciudad. Es una sensación como de doble realidad. Como de vivir en una ciudad en la que los actos de caridad se llevan a cabo regularmente y se confunde esto con la solidaridad, como dice el compañero Benju. Caridad contra solidaridd. Vivimos un problema de modelo, de sistema, de que no hemos cambiado nada durante estos años, la rueda de la economía nos dicen que vuelve a girar y sin embargo, muchos se han quedado fuera y ya no van a volver a entrar en el juego. En Santa Coloma tenemos los indicadores de pobreza más... los datos. La gente. Gente con la luz pinchada, pisos ocupados, precariedad normalizada. La miseria del ir tirando. Nos ponemos al frente de la manifestación sólo cuando hace demasiado ruido, cuando salen demasiadas fotos en las redes sociales, nos acordamos de decir que, ojo, que estamos ahí. Lo queremos ver. O no lo queremos ver. O no nos conviene que se vea. Que no se diga que somos una ciudad pobre, basta ya de mala publicidad. Que alguien, desde su voluntarismo, tenga alguna idea. La responsabilidad individual. A ver si viene pronto el fin de semana y se organiza algo.
El otro día, en la sala de espera de... cogí una revista. El ¡Hola!. Un ¡Hola! en el que en portada se ve a Adriana Marin y a uno de los sobrinos de la Duquesa de Alba, antigua duquesa de Alba, en el día de su boda. Una boda a la que acudieron y acudieron y acudieron. Una boda en la que se lucieron, en la que se vieron, en la que estuvieron. Adriana Marín, que a su vez es marquesa o condesa o nosequé y que trabaja en Vinçon, si no recuerdo mal, tiene esa cara de felicidad de quien está viviendo el día más hermoso de su existencia. Un día estupendo rodeada de amigos, familiares y personalidades varias de la sociedad española. Es la cara de felicidad de quien tiene ante sí no solo un presente magnífico, implicada en su trabajo, también un futuro maravilloso y creo que hablo en nombre de todos y todas al decir que espero que ese futuro sea muy duradero. Me sentí tan bien y quedé tan extasiado con las imágenes, con ese rostro que transmite felicidad y limpieza de espíritu así como bondad sin mácula, que pensé que, realmente (sin menoscabo de el resto de informaciones de la publicación en la que se referían las cuitas de personajes sino de tan rancio abolengo, si de singnificada importancia), esas personas podrían ser un ejemplo, un espejo. La verdad es que no sé qué estoy diciendo.
Pensando, debe tener que ver con la responsabilidad individual. Es decir, al final, la culpa es mía. Y tuya sobre todo.
lunes, 14 de noviembre de 2016
La calle President Companys. Una calle pequeña como si fueran dos.
Empecemos de manera efectista. La calle Lluís Companys no es
la calle Lluís Companys. Te tienes que fijar en la placa para saber que es la
calle President Companys. Toda la vida pensando otra cosa. Pocas calles me han
visto pasar tantas veces como esta. A mí y a mucha otra gente. Y sin embargo,
no es una calle en la que estés. Es una calle por la que pasas. Por muchas
cosas, pasas. Es raro, es una calle de paso, una calle con muchas cosas, muchos
establecimientos que te invitan a quedarte, una calle que parece del centro y
está en el río, una calle que parece que termina en un sitio y que sigue.
Estás, te vas. ¿Por qué? No lo sé. No soy antropólogo, ni sociólogo, ni
siquiera soy de esta calle, pero he pasado por esta calle casi todos los días
de mi vida. Era (y es) la calle del cole. Una calle por la que subir es acercarte a la luz, a la vida, a lo social, a lo vivo. Una calle por la que bajar es el regreso, la calle de la vuelta, la del camino del éxito, la del mañana será mejor. O no.
Es tan pequeña esta calle que la ves acabar mucho antes de que termine. Y cuando no la has acabado todavía sientes que te quieres volver, porque disfrutas de lo mínimo, de lo comprimido. Estás. Ya no estás.
El trayecto, pese a que yo siempre lo suelo hacer de mitad
hacia arriba lo vamos a hacer de arriba hacia abajo y del todo. No hace falta
que llevemos vituallas, quizás sí calzado cómodo. Se dice, aunque yo no me fijo
mucho, que en esta calle siempre hay una obra, una zanja, una baldosa que
colocar, un pegote que reponer. Empezaremos y saltaremos como es norma, del
presente al pasado y para coger impulso vendremos desde la calle Santa Ana que
viene a esta calle con un impulso suave de descenso. Vamos a comenzar desde
arriba el paseo fijándonos que nos saluda un nuevo dispensario o el dispensario
remozado de la Cruz Roja. Un dispensario amplio y abierto al curioso que mire
desde fuera. Antes esto no era sí. Había una puerta, el cartel, entrabas, el
padre del Álvarez creo, te pinchaba. No recuerdo haber ido ni una vez. Es lo
que contaban. Delante, una óptica y tienda también de adminículos de ortopedia. A un miope, estas tiendas le producen ternura. Pero solo confiamos en una tienda. La nuestra y esta no es. Antes, mucho antes, moraba en ese chaflán de enfrente una tienda legendaria, la
del Manzano, con sus lámparas y sus cosas así como de cachivaches y lámparas. Y
lámparas. Y polvo. Porque era una tienda que se veía vieja siempre. Ajadas lámparas.
Polvorientas lámparas. ¿Llegué a entrar jamás allí? No. Pero conocí a una descendiente
que trabajó conmigo un tiempo. Ponía música militar para trabajar. No digo más. O sí, porque ahora dudo si era Manzano.
Sigamos bajando por esa calle ahora peatonal y antes no.
Ahora sí. Desde hace mucho tiempo. Pasada la primera frutería, un poco más
abajo por la derecha hay, creo recordar, una tienda de ropa. Creo recordar.
Tantas veces pasando y qué poco me fijo en esa tienda. Está justo por encima de
un locutorio al que he ido alguna vez a imprimir alguna cosa y también situada
como frontera invisible del universo de las fruterías. Dos fruterías en la
misma manzana (redoble), dos fruterías cada una en su mundo. Una, una frutería
de batalla, de ir a por faena, de ir a comprar y ya está. El dependiente, el
esforzado hombre delgado, te llama niño cuando te cobra. La otra es una
frutería de ir a la frutería y decir que has ido a la frutería. Yo voy a la
primera, nunca he entrado en la segunda. La segunda está justo enfrente del
cole. A la primera frutería voy cuando me da por ser una persona sana y
saludable. A comprar patatas, plátanos, alguna cosa que se me ocurra para hacerme
el interesante, pero sin fliparme. Voy a hacerme de comer bien, compraré
cebollas. Y ahí se quedan las cebollas pudriéndose porque hago una vez algo con
cebolla y se acabó. El suelo de la frutería suele resbalar. O no. Siempre ando
con cuidado. Soy tan torpe, me fío tan poco de mí mismo, necesito tanto de una
mano firme que me guíe y me lleve… En la acera de la izquierda hay un local. Un
local que está cerrado pero que abrirá esta semana. En tiempos fue un
restaurante, el otro Isalba. Cerró. Ahora abrirá otro restaurante, el
Tremendos, lo abre el Miguel, el del Xocala y espero que les vaya bien. Seguro
que les va bien. Dicen que van a hacer hamburguesas. Me gustan las
hamburguesas, pero lo paso mal si son muy grandes porque no me manejo bien con
las manos tan pequeñas. Necesito de… Yo pasaré por allí siempre. Es la calle
del cole.
No me quiero hacer pesado pero es que al lado está el cole.
Cuando yo iba al cole, iba al Seimar. El Seimar sigue estando allí. Cuando haya
una guerra nuclear y todo se vaya al garete, el Seimar estará allí. Otros ya no
están. El Argos ya no está, por ejemplo. A veces, a las doce, paso por la
puerta y veo a las madres y algún padre esperando a la salida del cole. Como mi
madre cuando me esperaba. Salen niños y niñas con el chándal del Seimar.
Intento reconocer a algún padre o alguna madre, por si iban conmigo a clase.
Alguna vez he reconocido a alguien, pero no saludo. Ni me saludan a mí. El
Seimar. Dos edificios, un patio interior, el terrado de arriba. El Seimar.
Seijo Márquez. Miro los carteles que ponen en la puerta, la lotería, alguna
excursión. Antes jugábamos a churro en la puerta. Un poco más abajo jugábamos a
Sopapo. Dejaba a mi hermano, que era muy chico, en un portal y jugábamos a
sopapo. So, pa, po, y a correr hasta la esquina con la dulce, oh, dulce calle
San Joaquín, evitando los mamporros. El Seimar. Camiseta roja, balón mikasa,
sobres de arte, patio interior, el Mahabaratta con diez años, san pipinetis, el
sufro, Señorita Pili, señorita Paquita, Señorita Palmira, Señorita Beni, la
directora, muy bien lo hacemos, tan bien lo hacemos que copiaremos, te quedas
hasta la una, te quedas hasta las dos, te quedas hasta las siete, hasta las
seis, se ha penchao la pelota en lo del mudo, el Seimar. No estábamos hablando
del Seimar. Años después, esa calle sigue siendo la calle del Cole. Ahora hablo
con gente y no saben. Será siempre la calle del cole. Cuando salimos del cole
yo seguía yendo a la calle del cole, a recoger a mi hermano, a estar allí, a
ver si... Miedo a lo desconocido, miedo a salir de la calle del cole. A veces
sueño que me falta un examen, que me falta ir a un examen, que tengo que
volver. A veces me cruzo con gente de mi clase o gente que iba conmigo al cole.
Me pongo muy pesado con mi colegio. Está en esta calle.
Antes, mucho antes, al lado del cole había un restaurante.
El Castellet d’Andreu. Los Andreu iban a mi cole. El restaurante cerró y
abrieron un centro cívico. Voy a veces a robar el wifi. Antes iba más, no sé si
volveré a ir. Centro cívico del Riu Sud que está en el Riu Nord. El camarero se
llama Antonio y cada vez que le llaman, levanto la cabeza. La encargada del bar
es muy agradable también. Todo el mundo es bueno. Delante el Centre de Salut
Mental. Gente sentada en los bancos. A veces entran al centre cívic a tomar
café. Gente fumando en la puerta. Gente pidiendo tabaco en la puerta. Gente
parada en la puerta. Gente que está ahí. Gente que ha ido y que está allí.
Delante del centro cívico (ahora le llamo centro cívico y antes centre cívic…en
fin). La gente que entra por la puertecita sin hacer ruido. Ellos están. Tu
estás. Porque sueño no lo estoy, que decía Léolo. Haces lo que haces, te vas.
Frente al colegio había un portal. Cuando éramos pequeños nos quedábamos ahí
esperando a que abriera el cole, o al finalizar, hablando antes de pirar a
casa. Ahora ahí vive gente que conozco, la Gacela, creo que el S. Antes, vivía
un rocker que nos contaba que a él lo que le molaba al venir de trabajar era
poner la música a toda ostia y gritar baby, baby!! Y se quedó con el BabyBaby.
En fin. Gacela vigilando la calle, que no haya ninguna baldosa levantada sin un
motivo concreto. Alguien tiene que hacerlo.
Una imprenta donde cuando hace calor el encargado no lleva
camisa y creo que un despacho de algo y ya… el Rocío. La hermandad de nuestra
señora de… en fin. Antes estaba en la dulce, oh, dulce calle san Joaquín y se
trasladaron aquí. Nunca he entrado hasta dentro del todo, donde bailan y tienen
creo que algún tipo de… altar o algo. Alguna birra me he bebido aquí. Creo que
iba más a la otra, en la maravillosa calle San Joaquín. Dentro hay un retrato
del fundador dibujado por mi padre. Me gusta decirlo. Son rocieros, mi padre
no. Si pasas por la puerta y miras hacia dentro, parece que siempre esté
jugando el Real Madrid. Creo que justo delante está ya el MovieBlues, la
empresa de Cátering que ya no funciona. Yo no conocía al Altozano y resulta que
es de un pueblo al otro lado de la frontera. Los del norte de Jaén, los
auténticos tex mex, creemos que tenemos más que ver con los del otro lado de la
frontera que con nuestros hermanos mexicanos. Así somos. Me estoy yendo. Antes,
hace algunos años, en uno de estos edificios había una empresa textil (cosían,
vamos). Cuando hacía el informativo de la radio me decían que escuchaban el
programa.
Si seguimos avanzando por esta acera llegaremos a la tienda
de bicis nueva y de ahí a la Tressens. La tienda de bicis nueva es un gran
invento, mucha gente va en bici. El Tressens es otro gran invento, todo el
mundo ha necesitado una baldosa. Antes trabajaba un punki en la Tressens, el
Palanque. Que se llamaba Palanque lo supe mucho después. Antes, antes, siempre
antes, en la acera de enfrente, antes de llegar al Teatre Sagarra, antes, hace
mil años, había una granja, una tiendecita que llevaban los padres de una niña
de mi clase. Era muy morenita, se llamaba Raquel Domínguez, se fue del colegio
y se fueron de la calle cuando éramos muy pequeños. Era muy bajita, tenía la
espalda muy curvada, el pelo largo negro, trenza, muy muy morena. Ahora ahí no
hay nada.
El Teatre Sagarra, antes Cine Goya. Ahí vi yo Basket Music
una vez y no sé qué hicimos que tuvimos que salir por la puerta del paseo
Lorenzo Serra. No sé cuándo fue la primera vez que fui al Sagarra. Igual fue
para ver al MakiNavaja. O cuando hicieron el ciclo de películas de reestreno y
pusieron Gato negro, Gato Blanco. Ahí he ido de público, de regidor (en un acto
de icv-euia, hace mil siglos), de técnico de sonido, de periodista, a leer un
texto, pero nunca de actor. Qué pena. Pasamos por delante del portón, vemos qué
hay dentro, la señora de la taquilla, folletos en la entrada, de vez en cuando
una cola larga (cuando hay actuaciones escolares), gente en el bar de enfrente
esperando para entrar. Qué poquito escribo del Teatre. Con las veces que voy y lo que me gusta ir. No sé. Las escaleras esas, un día se va a matar alguien. Pero pasa con todas las escaleras. No sé. El Teatre. Sagarra.
Antes Melchor, luego Victor’s, después 1982. Ahora es 1982.
Una calle Delorean. Cuando era Melchor íbamos a jugar a futbolín. Ahí, un
quinceemer nos dio lecciones de futbolín pero no gratis, porque había que
pagar. Yo no sabía jugar al futbolín, no tengo fuerza, las manos pequeñas, un
desastre. Pero tenía mi qué. Cuando era Victor’s ya casi no íbamos. Ahora, como
1982 vamos, pero a tomarnos la caña rápida. Vamos. Voy. Dicen que se come bien,
ponen tapa con la caña. Fui el día de mi cumpleaños en la ronda de destrucción.
A cenar solo una vez. Hablan muy bien de él. Es como si para mí siguiera siendo
el Victor’s o el Melchor. De hecho, siempre miro a ver si hay alguien en el
futbolín. (No se puede ser más tópico y predecible, la nostalgia, antes era
mejor… cansino)
Cruzamos la calle San Joaquín. Oh, dulce calle San Joaquín.
Esta es ya la segunda parte. Dos negocios de la calle que desembocan en la
President Companys: la bodega del señor que vino de otro lado y que congrega a
parroquianos que conoceremos de otros bares, y el queviures halal. La
peluquería y… como si hubiera un abismo. Como si no fuera la misma calle. Es
verdad que hay pisos, que vive gente, que es una manzana habitada. Pero yo ahí
ya no conozco a nadie. Gente que viva al otro lado. Podría sonar una canción de
Popol Vuh, como la de la película de Aguirre o la Cólera de Dios. Otra calle.
Ahora con cambio de sentido. Calle con acera estrecha. ¿Cuántas veces has
encontrado aparcamiento en esta calle? ¿Nunca? A ese lado está el Centro de
Rehabilitación. Yo he pasado allí muchas tardes. Con la rodilla, con el
enfermero que me preguntaba si yo era falangista porque leía un libro sobre
Ledesma Ramos. La rodilla. El olor a la crema aquella. La espera. Estoy en la
rehabilitación, ya salgo.
Había un lavadero de coches. Ahora no sé cómo se dice mejor.
Un túnel de lavabo, de lavado, perdón. Cuando tenía coche iba alguna vez. Tenía
tanto miedo de meter el coche en el túnel y de romperlo. De que el coche se
rompiera en el túnel, con el agua, con las esponjas, con algo. Que el agua
entrara en el motor, que se encendiera alguna luz. Terror. Siempre con miedo.
Ya ha cerrado ese negocio. ¿Sigue abierta la fábrica de figuritas de belén?
Sigo viendo a Andreu en el Rey pero ya no le pregunto. Mi hermano, el A., el
E., trabajaron allí. Creo que el M., también. Yo no. Yo soy demasiado intelectual
para trabajar en una fábrica.
Más allá, muy poco más allá, el bar Elkitapenas. Creo que
fue ayer mismo cuando me fijé de verdad en cómo se llamaba ese bar. He ido una
vez a desayunar. Un día. Un sábado. Está abierto tarde los domingos. Puedes ver
a gente mirando la tele, mirando el móvil. Es el único bar abierto en toda la
calle. Una calle en Santa Coloma con un solo bar. Es una calle extraña. Y nada
más. El depósito de la grúa, la entrada del parking, los juzgados. Los juzgados donde... pero eso ya es otra calle, en el parque, qué voy a contar del juzgado. Creo que la primera vez que fui, fue (fui fue) para hacer claca para un compañero que juzgaban por una huelga... dos o tres veces más habré ido. No es esta calle.
Nuestras calles son como los ríos que van a parar al río. Al
paseo Alameda, al mar. A una rotonda. Y parece una calle donde no hay nada y
fíjense qué pesadez de descripción. Dos, tres manzanas, dos de ellas útiles. Me
hacen palmas y me lanzo.
¿Les he hablado ya del Seimar? ¿De lo que me acuerdo del
cole?
Il Divo - Paolo Sorrentino
Por fin. Al enésimo intento y después de medio solucionar todo tipo de inconvenientes técnicos, he podido visionar Il Divo, la película sobre Giulio Andreotti dirigida por Paolo Sorrentino, aclamado director italiano del que supongo muchos habrán visto Gomorra o La Grande Bellezza o La Juventud. Yo no. Solo he visto esta y tengo muchas ganas de ver ahora las otras.
Viendo esta película, con personajes reales, con gente que puede que esté viva o que acabara de morir pocos años antes, en una Italia berlusconizada, uno se pregunta no qué clase de país es Italia, más bien qué clase de país somos nosotros.
La película nos habla de los últimos años de la carrera política de Giulio Andreotti. Para los más jóvenes o para los que pasen olímpicamente de la política y de la política italiana concretamente, Giulio Andreotti era ese personaje de gafitas, con cara de no haber roto nunca un plato, que siempre estaba ahí. No sabías, durante los ochenta, de qué era ministro, pero sabías que era algo. Salía siempre en la tele. Encorvadito, con sus gafas... ya en los noventa, cuando el sistema italiano de partidos se vino abajo, se descubrió que no era tan poquita cosa, sino que era el factotum de la política italiana, con supuestas y no tan supuestas relaciones con la Mafia, un auténtico bicho.
Giulio Andreotti pertenecía a la Democracia Cristiana, partido que gobernó Italia desde que acaba la segunda guerra mundial hasta que se desmonta el sistema y entonces... entra Berlusconi. La continua guerra contra el PCI, contra los comunistas, la fuerza de estos y la posibilidad del conocido sorpasso, llevará a momentos de tensión política que sirven de lección sobre qué es capaz de hacer el sistema para salvarse.
La película. La película es una barbaridad. Toni Sevillo, actor que da vida a Andreotti, está inmenso. Encorvado, chepudo, sin hacer ni un mal gesto, conservando todo el rato la cara, el rictus, sin gritar más que una vez en todo el film, en una alocución donde despacha finalmente el tema del bien y del mal con una argumentación inapelable. Para que se mantenga el bien, hay que hablar con el mal. Todos los actores son brutales, desde las secretarias, la mujer (no pronunciaba bien la r y el mamoncete de Adnreotti le hacía decir por teléfono palabras con r), los miembros de la Corriente Andreotti y sobre todo Mario Cirino Pomicino.
Mario Cirino Pomicino. Político también de la Democracia Cristiana, el fenómeno. Ei, cómo va, pim pam, bajito, calvete, con gafitas, pero ei, qué tal, pim pam. La política. El fenómeno. Mario Cirino Pomicino.
Una película en la que Andreotti aparace como una persona al servicio de una idea, y que nos regala muchas, muchas frases sobre la política y sobre la vida. Un ejemplo, le preguntan porqué se rodea de esa gente con la que se junta, tan poco recomendable y dice 'el árbol necesita el abono para crecer'. Tan ancho.
Una personalidad controvertida. El asunto de Aldo Moro. Secuestran las Brigadas Rojas a Aldo Moro, líder entonces carismático de la Democracia Cristiana, allá por los setenta y partidario del llamado Compromiso histórico con los comunistas. Lo secuestran y lo matan. Se dice que los suyos no hicieron nada por rescatarlo. Andreotti el primero. Y esto le persigue. Y le persigue todo. Y al final le alcanza. Y lo juzgan. Y se escapa. Pero...
La música, las caras, la película, todo, mola. Los paseos, Andreotti apagando las luces mientras su mujer las enciende. Andreotti bebiendo sobres. Andreotti tomando pastillas. Andreotti encorvado, porque así está más cómodo. Andreotti viviendo en un piso viejo. Andreotti siete veces primer ministro. Siete.
Un político italiano, el político italiano. Después vendrá Berlusconi. Casi nada.
De esos polvos, estos lodos.
Viendo esta película, con personajes reales, con gente que puede que esté viva o que acabara de morir pocos años antes, en una Italia berlusconizada, uno se pregunta no qué clase de país es Italia, más bien qué clase de país somos nosotros.
La película nos habla de los últimos años de la carrera política de Giulio Andreotti. Para los más jóvenes o para los que pasen olímpicamente de la política y de la política italiana concretamente, Giulio Andreotti era ese personaje de gafitas, con cara de no haber roto nunca un plato, que siempre estaba ahí. No sabías, durante los ochenta, de qué era ministro, pero sabías que era algo. Salía siempre en la tele. Encorvadito, con sus gafas... ya en los noventa, cuando el sistema italiano de partidos se vino abajo, se descubrió que no era tan poquita cosa, sino que era el factotum de la política italiana, con supuestas y no tan supuestas relaciones con la Mafia, un auténtico bicho.
Giulio Andreotti pertenecía a la Democracia Cristiana, partido que gobernó Italia desde que acaba la segunda guerra mundial hasta que se desmonta el sistema y entonces... entra Berlusconi. La continua guerra contra el PCI, contra los comunistas, la fuerza de estos y la posibilidad del conocido sorpasso, llevará a momentos de tensión política que sirven de lección sobre qué es capaz de hacer el sistema para salvarse.
La película. La película es una barbaridad. Toni Sevillo, actor que da vida a Andreotti, está inmenso. Encorvado, chepudo, sin hacer ni un mal gesto, conservando todo el rato la cara, el rictus, sin gritar más que una vez en todo el film, en una alocución donde despacha finalmente el tema del bien y del mal con una argumentación inapelable. Para que se mantenga el bien, hay que hablar con el mal. Todos los actores son brutales, desde las secretarias, la mujer (no pronunciaba bien la r y el mamoncete de Adnreotti le hacía decir por teléfono palabras con r), los miembros de la Corriente Andreotti y sobre todo Mario Cirino Pomicino.
Mario Cirino Pomicino. Político también de la Democracia Cristiana, el fenómeno. Ei, cómo va, pim pam, bajito, calvete, con gafitas, pero ei, qué tal, pim pam. La política. El fenómeno. Mario Cirino Pomicino.
Una película en la que Andreotti aparace como una persona al servicio de una idea, y que nos regala muchas, muchas frases sobre la política y sobre la vida. Un ejemplo, le preguntan porqué se rodea de esa gente con la que se junta, tan poco recomendable y dice 'el árbol necesita el abono para crecer'. Tan ancho.
Una personalidad controvertida. El asunto de Aldo Moro. Secuestran las Brigadas Rojas a Aldo Moro, líder entonces carismático de la Democracia Cristiana, allá por los setenta y partidario del llamado Compromiso histórico con los comunistas. Lo secuestran y lo matan. Se dice que los suyos no hicieron nada por rescatarlo. Andreotti el primero. Y esto le persigue. Y le persigue todo. Y al final le alcanza. Y lo juzgan. Y se escapa. Pero...
La música, las caras, la película, todo, mola. Los paseos, Andreotti apagando las luces mientras su mujer las enciende. Andreotti bebiendo sobres. Andreotti tomando pastillas. Andreotti encorvado, porque así está más cómodo. Andreotti viviendo en un piso viejo. Andreotti siete veces primer ministro. Siete.
Un político italiano, el político italiano. Después vendrá Berlusconi. Casi nada.
De esos polvos, estos lodos.
viernes, 11 de noviembre de 2016
Miscelánea - Leonard Cohen
Hay una canción de Bob Dylan que me gusta mucho que se llama It ain't me, babe en la que Dylan habla de un tipo de persona que, llegado un momento, le dice a la chica que él no va a estar ahí siempre, que no puede ser la persona que ella espera, que le deje, que no es él. Es un tipo de persona que a todos nos ha pasado por la cabeza que podríamos ser nosotros. Chico o chica. Perdona, soy libre y tú me pides que... Pero hay otra canción. Una canción de Leonard Cohen que sugiere todo lo contrario. I'm your man. Lo que sea, a la hora que sea, soy tu hombre. Desde lo más bonito, lo más sencillo y enternecedor, a lo más entregado y arrastrado, a lo más humillante. Soy tu hombre. Y con calma, sin hacer especiles aspavientos, ni llorar, ni decir que no hay nada más importante... no. Simplemente con esa calma que sólo transmite una canción de Cohen incluso para decir lo más chungo. Ahí estoy, para lo que haga falta, en el momento en el que se me diga. A sus órdenes. Soy tu hombre. No es la mejor manera de encarar la vida, quizás es más así la de Bob Dylan, pero no todo el mundo es Dylan aunque nos guste. Se ha muerto Leonard Cohen, llevaba tiempo avisando que estaba ya a punto. A muerto al pie del cañón, sacando discos, haciendo giras. Lo que haga falta, porque soy soy yo. Así somos.
https://www.youtube.com/watch?v=MQcykWS8rNk
El sábado pasado me levanté con una canción en la cabeza. Me levanté con la versión de Beck de Stranger Song. Beck hizo una serie de discos, acompañado por grandes figuras del bla bla bla, en los que rehacía grandes discos de la historia. El Songs of Leonard Cohen entre ellos. Yo no soy el gran fan de Cohen, ni mucho menos. Mi amigo A., por ejemplo, es más de Cohen que yo, y creo que sobó este disco hace muchos años. El caso es que este disco me sirvió para cambiar la óptica sobre Cohen. Si antes me caía más o menos bien, indirectamente con este disco me entró del todo. Ojo, sólo ese disco, y luego las canciones sueltas que todo el mundo conoce. En este disco, canción a canción, se reescribe una música que dice cosas que no entiendo. La de Stranger Song, por ejemplo. Puede que sea la canción del extranjero, o a canción del raro. Yo prefiero encararla como la canción del raro, que va desgranando cosas que no entiendo bien, pero que me cogen así por dentro y vuelven a decir que eso, que ya sabías cuando vine aquí, cuando me conociste que yo era raro. Es lo que tenemos. Ya te dije alguna vez que era raro. Esta canción en la versión del disco de Beck, con MGMT, es casi tribal, no tiene que ver, pero lo dice. Dice que ya te dije cuando llegué que yo era raro. Que no iba a ser normal. No sé lo que canta, pero lo dice. Que ya te lo dije, que yo era raro.
https://www.youtube.com/watch?v=RLq7Aqd_H7g
En los años ochenta, los que somos de mi quinta, descubrimos a Leonard Cohen en los programas del sábado noche, con un coro de chicas, cantando First... we take Manhattan, then whe take Berlin. Yo no lo entendía. Se hablaba con reverencia de un cantante que sacaba a pibones en los coros y... con sintetizadores... qué es esto. Pero molaba que saliera en la tele, porque era diferente. Aún a día de hoy no sé de qué va la letra de la canción. Dice algo supongo de estar en un sitio, de que te has equivocado conmigo, sabías que yo iba a hacer lo que hice, me debo a una causa... algo así. Primero, conquistaremos Manhattan, después conquistaremos Berlín. Primero conquistaremos Granada, después conquistaremos Madrid, cantaba Estrella Morente en directo con los Lagartija en el Omega. No me gustaba la de Take This Waltz, por ejemplo. Me gustaba esta, la de Manhattan. Y el vídeo cuando lo ponían, que tampoco lo entendía. Aquel señor con cara de frío, con cara de triste, qué gracia tenía. De dónde salía con esa pinta, que es lo menos rocanrol que existe. Eras pequeño y lo entendías luego, O no. O haces que lo entiendes. La versión del Omega es muy buena, porque como traduce la letra además, te hace entender algo más. Me acuerdo de cuando escuché esta canción la primera vez, la del Omega, en el Peatón, con la Pepa. En fin.
https://www.youtube.com/watch?v=JTTC_fD598A
Recuerdo que cuando empezamos todos a bajarnos música como locos en Internet, en Napster, las primeras canciones que nos bajábamos eran las que habíamos tenido ganas de tener para escucharlas en nuestra casa y que no podíamos pedírselas a nadie. Es una forma de vestir el párrafo, no se preocupen. Las primeras eran canciones como Suzanne. Querías tener Suzanne, para escucharla en casa y pensar así con los ojos cerrados en la Suzanne que nos diera la gana. Una Suzanne con la que querrías viajar, con la que querrías viajar lejos y que te trajera naranjas de la china o lo que fuera que dijera la canción. Pusieron una vez en el in-edit el concierto que hizo en la isla de Wight, el mismo año que pusieron el de los Who y el de Led Zeppelin, creo. Pero no vimos el de Cohen, porque nos íbamos a aburrir. Así somos. Contradictorios, controversia, todo al revés sistemáticamente. Ahora podemos hacer alardes con Cohen, pero yo pasé de Cohen y me fui a hacer otra cosa que podría ser perfectamente irme a casa y pensar en Suzanne pero sin escuchar la canción de Suzanne. Hacemos muchas tonterías por segundo. Por minuto. Por hora. Soy tu hombre.
https://www.youtube.com/watch?v=n_56ep729TE
Hace un tiempo dieron un documental, en el 33 supongo. Era como una historia de Leonard Cohen. Cohen viviendo en el monasterio budista. El tío tenía estas cosas. Se metió en un monasterio budista en California. Una representante con la que llevaba mucho tiempo trabajando le dejó plumado y el hombre se vio forzado a seguir sacando discos y a actuar en festivales. Incluso, supongo, a cantar canciones suyas con U2. El caso es que esta canción mola, la cante solo o la cante con u2. Todo el mundo sabe que a mí U2 no me gusta nada, pero no estamos hablando de mí. Aquí, en este vídeo ya le vemos viejo, cascadete, pero vuelve a decir lo mismo. Estoy loco de amor y aquí estoy. Aunque tenga que cantar con U2. Leonard Cohen empezó a cantr ya tarde, cuando era un poeta más o menos famoso. Al parecer, fue influencia de Dylan. Estuvo enrollado con Nico, con Janis Joplin, con la tal Marianne de la canción, y supongo que con más gente. Leonard Cohen era judío. El apellido Cohen, como el Cohn, el Kahn y otros de fonética parecida, tiene que ver con los rabinos, con que era de familia de Rabinos. Leonard Cohen era canadiense. De Montreal. ¿Qué sabemos de los americanos? Que los buenos son canadienses.
https://www.youtube.com/watch?v=MYEpJXWA-yQ
Ahora en serio, ¿cuántas canciones de Cohen conoces? Hoy he dado una ojeada por las redes y muchas canciones de las que habla la gente no las conozco. Hay algunas que ni siquiera me he molestado en conocer. La de Hallelujah por ejemplo, no es una canción que me interese demasiado. Me gustan las que he puesto y las del primer disco. Al final voy a poner otra, La de la democracia, que hace pocos años que la sacó. La democracia. Escuchen por favor el disco de Beck, a mí me gusta mucho y me parece una manera cojonuda de empezar a escuchar a Cohen. O no. O de terminar de escucharlo. La democracia está llegando a los Estados Unidos. No estaba mal tirada entonces y ahora está mejor tirada que nunca. Justo en el momento en el que Trump gana y nos encajamos nuestras chaquetas de pana para poner mohín de disgusto, va Cohen y se muere. La democracia está llegando a los Estados Unidos. El día que se muere Cohen y la semana en la que gana Trump, lo mejor que podemos hacer es no escuchar a Cohen. No sabríamos escuchar durante dos horas seguidas a Cohen. Sisters of mercy, The master song... son mucho mejores, seguro. Pero el síntoma es este, la democracia está llegando. A todas partes.
https://www.youtube.com/watch?v=ltxgSePnmTU
Pues eso. Este finde, hoy mismo, bébanse unos algos a la salud del que hizo canciones medianamente bonitas que todos hemos pensado alguna vez que eran cantadas para nosotros. Dicho de otra manera, que tengan un buen finde, por Cohen.
https://www.youtube.com/watch?v=MQcykWS8rNk
El sábado pasado me levanté con una canción en la cabeza. Me levanté con la versión de Beck de Stranger Song. Beck hizo una serie de discos, acompañado por grandes figuras del bla bla bla, en los que rehacía grandes discos de la historia. El Songs of Leonard Cohen entre ellos. Yo no soy el gran fan de Cohen, ni mucho menos. Mi amigo A., por ejemplo, es más de Cohen que yo, y creo que sobó este disco hace muchos años. El caso es que este disco me sirvió para cambiar la óptica sobre Cohen. Si antes me caía más o menos bien, indirectamente con este disco me entró del todo. Ojo, sólo ese disco, y luego las canciones sueltas que todo el mundo conoce. En este disco, canción a canción, se reescribe una música que dice cosas que no entiendo. La de Stranger Song, por ejemplo. Puede que sea la canción del extranjero, o a canción del raro. Yo prefiero encararla como la canción del raro, que va desgranando cosas que no entiendo bien, pero que me cogen así por dentro y vuelven a decir que eso, que ya sabías cuando vine aquí, cuando me conociste que yo era raro. Es lo que tenemos. Ya te dije alguna vez que era raro. Esta canción en la versión del disco de Beck, con MGMT, es casi tribal, no tiene que ver, pero lo dice. Dice que ya te dije cuando llegué que yo era raro. Que no iba a ser normal. No sé lo que canta, pero lo dice. Que ya te lo dije, que yo era raro.
https://www.youtube.com/watch?v=RLq7Aqd_H7g
En los años ochenta, los que somos de mi quinta, descubrimos a Leonard Cohen en los programas del sábado noche, con un coro de chicas, cantando First... we take Manhattan, then whe take Berlin. Yo no lo entendía. Se hablaba con reverencia de un cantante que sacaba a pibones en los coros y... con sintetizadores... qué es esto. Pero molaba que saliera en la tele, porque era diferente. Aún a día de hoy no sé de qué va la letra de la canción. Dice algo supongo de estar en un sitio, de que te has equivocado conmigo, sabías que yo iba a hacer lo que hice, me debo a una causa... algo así. Primero, conquistaremos Manhattan, después conquistaremos Berlín. Primero conquistaremos Granada, después conquistaremos Madrid, cantaba Estrella Morente en directo con los Lagartija en el Omega. No me gustaba la de Take This Waltz, por ejemplo. Me gustaba esta, la de Manhattan. Y el vídeo cuando lo ponían, que tampoco lo entendía. Aquel señor con cara de frío, con cara de triste, qué gracia tenía. De dónde salía con esa pinta, que es lo menos rocanrol que existe. Eras pequeño y lo entendías luego, O no. O haces que lo entiendes. La versión del Omega es muy buena, porque como traduce la letra además, te hace entender algo más. Me acuerdo de cuando escuché esta canción la primera vez, la del Omega, en el Peatón, con la Pepa. En fin.
https://www.youtube.com/watch?v=JTTC_fD598A
Recuerdo que cuando empezamos todos a bajarnos música como locos en Internet, en Napster, las primeras canciones que nos bajábamos eran las que habíamos tenido ganas de tener para escucharlas en nuestra casa y que no podíamos pedírselas a nadie. Es una forma de vestir el párrafo, no se preocupen. Las primeras eran canciones como Suzanne. Querías tener Suzanne, para escucharla en casa y pensar así con los ojos cerrados en la Suzanne que nos diera la gana. Una Suzanne con la que querrías viajar, con la que querrías viajar lejos y que te trajera naranjas de la china o lo que fuera que dijera la canción. Pusieron una vez en el in-edit el concierto que hizo en la isla de Wight, el mismo año que pusieron el de los Who y el de Led Zeppelin, creo. Pero no vimos el de Cohen, porque nos íbamos a aburrir. Así somos. Contradictorios, controversia, todo al revés sistemáticamente. Ahora podemos hacer alardes con Cohen, pero yo pasé de Cohen y me fui a hacer otra cosa que podría ser perfectamente irme a casa y pensar en Suzanne pero sin escuchar la canción de Suzanne. Hacemos muchas tonterías por segundo. Por minuto. Por hora. Soy tu hombre.
https://www.youtube.com/watch?v=n_56ep729TE
Hace un tiempo dieron un documental, en el 33 supongo. Era como una historia de Leonard Cohen. Cohen viviendo en el monasterio budista. El tío tenía estas cosas. Se metió en un monasterio budista en California. Una representante con la que llevaba mucho tiempo trabajando le dejó plumado y el hombre se vio forzado a seguir sacando discos y a actuar en festivales. Incluso, supongo, a cantar canciones suyas con U2. El caso es que esta canción mola, la cante solo o la cante con u2. Todo el mundo sabe que a mí U2 no me gusta nada, pero no estamos hablando de mí. Aquí, en este vídeo ya le vemos viejo, cascadete, pero vuelve a decir lo mismo. Estoy loco de amor y aquí estoy. Aunque tenga que cantar con U2. Leonard Cohen empezó a cantr ya tarde, cuando era un poeta más o menos famoso. Al parecer, fue influencia de Dylan. Estuvo enrollado con Nico, con Janis Joplin, con la tal Marianne de la canción, y supongo que con más gente. Leonard Cohen era judío. El apellido Cohen, como el Cohn, el Kahn y otros de fonética parecida, tiene que ver con los rabinos, con que era de familia de Rabinos. Leonard Cohen era canadiense. De Montreal. ¿Qué sabemos de los americanos? Que los buenos son canadienses.
https://www.youtube.com/watch?v=MYEpJXWA-yQ
Ahora en serio, ¿cuántas canciones de Cohen conoces? Hoy he dado una ojeada por las redes y muchas canciones de las que habla la gente no las conozco. Hay algunas que ni siquiera me he molestado en conocer. La de Hallelujah por ejemplo, no es una canción que me interese demasiado. Me gustan las que he puesto y las del primer disco. Al final voy a poner otra, La de la democracia, que hace pocos años que la sacó. La democracia. Escuchen por favor el disco de Beck, a mí me gusta mucho y me parece una manera cojonuda de empezar a escuchar a Cohen. O no. O de terminar de escucharlo. La democracia está llegando a los Estados Unidos. No estaba mal tirada entonces y ahora está mejor tirada que nunca. Justo en el momento en el que Trump gana y nos encajamos nuestras chaquetas de pana para poner mohín de disgusto, va Cohen y se muere. La democracia está llegando a los Estados Unidos. El día que se muere Cohen y la semana en la que gana Trump, lo mejor que podemos hacer es no escuchar a Cohen. No sabríamos escuchar durante dos horas seguidas a Cohen. Sisters of mercy, The master song... son mucho mejores, seguro. Pero el síntoma es este, la democracia está llegando. A todas partes.
https://www.youtube.com/watch?v=ltxgSePnmTU
Pues eso. Este finde, hoy mismo, bébanse unos algos a la salud del que hizo canciones medianamente bonitas que todos hemos pensado alguna vez que eran cantadas para nosotros. Dicho de otra manera, que tengan un buen finde, por Cohen.
jueves, 10 de noviembre de 2016
Baal
- Vivía en un mar de turbulencias y me adentré en el lago de la placidez gracias a ti. Gracias a tu divina providencia, a tu enérgica luz, a tu sabio designio conseguí alcanzar todo aquello que había siempre deseado. Alcancé lo que deseaba. Lo que deseaba. Tanto. Lo conseguí. Estaba perdido y tú llegaste a mí para salvarme. Estaba vencido, derrotado, desnortado, despeinado, sucio, no me lavaba los dientes desde hacía demasiado tiempo, bebía vino barato, bebía vino caro, bebía. Estaba cansado, estaba muerto, estaba tan abslutamente vacío de contenido. Y tú viniste de esa manera en la que llegan las soluciones milagrosas que cuentan los libros y los folletos y las revistas y los discursos de los que nos dicen que habrá un mundo mejor. Y el mundo mejor eras tú, o al menos tú conseguiste llevarme a él y yo lo identifico contigo. Y esa luz que tú me diste, me la trasladaste a la mirada, a mi fuerza interior, y me llevaste a un estado superior desde el que veo la vida como caminando a dos metros de altura, a cuatro metros de altura. Veo la vida de una manera definitivamente feliz, Vivía yo en un mundo lleno de incertidumbres, dudando por todo, sin un rumbo fijo, sin saber. Y ya sé. Y ya lo sé y lo digo cuando tengo la oportunidad. Y cuando esa oportunidad no surge, la busco y la provoco y entonces digo lo que siento. Siento que estoy definitivamente a tu lado para siempre y contigo tengo la luz que me guía. La luz que me guía y me alumbra. Yo nunca, nunca pensé que podría decir estas cosas. Nunca pensé que podría haber una luz para mí. Vivía descreído, vivía aturullado, vivía desnudo, vivía sin un horario, vivía con una agenda repleta de actividades, vivía estudiando, vivía creyendo, vivía dudando, vivía y no era eso estar vivo. Vivía y no sabía qué. Vivía y vivía y pasaban los días y no sabía que el tiempo era algo diferente a lo que me contaban mis amigos, mis profesores, mis referentes, imprescindibles. No. No. No era eso. Me cogiste de la mano y me llevaste a otro punto desde el cual la realidad toma otra dimensión, la dimensión desde la cual se entiende el todo. El Todo en el que nos hemos sumergido todos sin darnos cuenta y del que deberíamos guardar una perspectiva mucho más amplia...
- Un momento... no te quiero molestar, pero no me estás hablando a mí ¿verdad?
- Oh, Gran Baal. Perdóname, pero no eres tú a quien hablo Baal majestuoso y magnífico...
- No, no pasa nada. Es que estaba... y he escuchado y me estaba extrañando que... que no pasa nada, sigue a lo tuyo...
- Oh, Baal, oh perfecto Baal, oh Baal que todo lo pudiste y todo lo creaste, no creas que yo...
- Yo no digo nada. Qué voy a decir yo. Solo digo que estaba por aquí y que, bueno, que me ha llamado la atención esto que decías, mortal. Adelante, continúa, avanza.
- Oh Baal, tolerante y modesto... contaba yo que vivía entre...
- No, si eso ya lo sé. Sé lo que vas a decir después. Yo solo digo que continúes y a ver adónde llegas.
- Un momento... no te quiero molestar, pero no me estás hablando a mí ¿verdad?
- Oh, Gran Baal. Perdóname, pero no eres tú a quien hablo Baal majestuoso y magnífico...
- No, no pasa nada. Es que estaba... y he escuchado y me estaba extrañando que... que no pasa nada, sigue a lo tuyo...
- Oh, Baal, oh perfecto Baal, oh Baal que todo lo pudiste y todo lo creaste, no creas que yo...
- Yo no digo nada. Qué voy a decir yo. Solo digo que estaba por aquí y que, bueno, que me ha llamado la atención esto que decías, mortal. Adelante, continúa, avanza.
- Oh Baal, tolerante y modesto... contaba yo que vivía entre...
- No, si eso ya lo sé. Sé lo que vas a decir después. Yo solo digo que continúes y a ver adónde llegas.
miércoles, 9 de noviembre de 2016
Malditos burócratas de Washington. ¿Qué sabemos de los americanos?
Despertar, apagar el despertador, mirar el Twitter, Trump. Si uno cree que los americanos son todos como los que salen en las series, si uno piensa que los americanos son como nosotros, como los nosotros que nos juntamos en las bodegas molonguis a beber binos molonguis o gandesas para hacernos los guays y hablar de pelis, de series, de música y de cosas molonguis, es que no conocemos a los americanos. Es que a lo mejor no nos conocemos ni a nosotros. Si nos creemos que los americanos son como los que salen en los documentales que nos enseñan cómo son los americanos que no salen en las series, que no viven en Nueva York, que no salen en las películas de Woody Allen, es que... espera, que estoy jugando contra mi argumento.
¿Qué nos creemos que somos? En Francia está a punto de ganar Marine Le Pen. En Polonia, Hungría y en otros países están gobernando partidos que dan un poquito de. Aquí está gobernando el miedo. En nuestro país la gente vota orden. Estoy esperando el comunicado del Partido del Orden. Vota que todo se quede como está. Elige lo de siempre. Hasta los más revolucionarios a veces escogen lo de siempre antes que cambiar. No nos conocemos. No sabemos quiénes somos, porque somos muchos.
Política de buenos sentimientos. Todo el mundo es bueno. La historia de superación, el Estado ya no te sirve, viene alguien con buenos sentimientos, un empresario, un tipo que es majísimo y te ayuda a tener un piso, gracias. El Estado, la institución, ya no nos sirve. Todo el mundo es bueno y el que no es bueno, porque no se lo cree, porque pone mala cara, es malo. El Estado, el Gobierno, es malo. No contemos con ellos, fiémonos del que ya tiene dinero, él sabrá cómo se hace. Él (dicho por él) ya tiene dinero, no se va a llenar los bolsillos porque ya los tiene llenos.
Esto lo escuché una vez en mi curro y me sirvió de mucho: es mejor votar al que ya es rico, porque repartirá lo que tiene. Los pobres solo sirven para robar.
¿Qué ha pasado para que gane Donald Trump? ¿Y qué ha pasado durante el gobierno de Obama? ¿Cómo puede ser que después de ocho años con un presidente que iba a ser la gran esperanza, se reccione de esta manera? ¿Qué alternativa real había?
En Paramount, un canal de esos de cine, emiten de manera regular las películas que produjo Menahem Golan en los ochenta. American Warrior, Chuck Norris, etc. USA. Pues esto es lo que nos espera. La bandera. América grande otra vez. Un mundo real. No este mundo de gente molona que sabe tanto de todo. No nos gusta. Queremos gente que trabaje.
Trabaja. Andreu Buenafuente hace un tweet diciendo que ha visto la noticia de Trump y se ha vuelto a meter en la cama. Trabaja, gandul. Yo empecé a trabajar de botones en un banco y hasta aquí he podido llegar. Trabaja, trabaja duro. Confía en tu trabajo, en que alguien se fije en ti y confíe en ti y gánatelo. Recupera el espíritu pionero y emprendedor. Malditos burócratas de Washington.
Gandul. ¿Qué sabemos de los americanos? Socialdemócratas, ecosocialistas, socialistas, gente de izquierdas... Algo raro pasaba con los americanos. Que alguien con un mensaje como el de Bernie Sanders hubiera llegado tan lejos significaba que algo no andaba bien por allí. Que un tipo que podría haberse presentado a las primarias de Podemos optara a la candidatura demócrata y no cayera a las primeras de cambio, ya nos decía (yo ya lo dije) que ahí había algo. Que por el otro lado el candidato fuera Trump también decía cosas. Ya no nos da miedo nada. Lo hemos probado casi todo. Queremos algo nuevo. Si me das a elegir entre Carme Chacón y Esperanza Aguirre y me obligas a votar a Carme Chacón... ay amor, me quedo contigo.
Nadie va a leer tanto, la gente quiere historias que acaben bien, gente que se esfuerza, que te dice las cosas claras, sencillas, sin tanto rollo intelectual y que vaya a por faena. Gente que no sepa tanto de leyes y de papeles y de pagar y de toda esa mierda. Gente que haga cosas. Eres un Johnny sabemucho. Que ponga firmes a los del piso de abajo que hacen tanto ruido. Burócratas que no hacen nada. Que no arreglan lo mío. Yo quiero lo mío. Mi parte. ¿Dónde está? ¿Por qué la tiene ese?
Ahora se llenan las redes, los bares, de gente diciendo que los americanos son tontos. Cuando ganó Rajoy decíamos que los españoles son tontos. Todo el mundo es tonto.
Al final siempre acabo pensando lo mismo. ¿Qué ofrecemos para que la gente confíe en nosotros, en los que somos tan listos? ¿Qué hemos hecho los listos por el mundo?
En fin. No tengo ni idea. Habrá que seguir molestando, porque como decía Morente, ellos ya nos molestan todos los días.
¿Qué nos creemos que somos? En Francia está a punto de ganar Marine Le Pen. En Polonia, Hungría y en otros países están gobernando partidos que dan un poquito de. Aquí está gobernando el miedo. En nuestro país la gente vota orden. Estoy esperando el comunicado del Partido del Orden. Vota que todo se quede como está. Elige lo de siempre. Hasta los más revolucionarios a veces escogen lo de siempre antes que cambiar. No nos conocemos. No sabemos quiénes somos, porque somos muchos.
Política de buenos sentimientos. Todo el mundo es bueno. La historia de superación, el Estado ya no te sirve, viene alguien con buenos sentimientos, un empresario, un tipo que es majísimo y te ayuda a tener un piso, gracias. El Estado, la institución, ya no nos sirve. Todo el mundo es bueno y el que no es bueno, porque no se lo cree, porque pone mala cara, es malo. El Estado, el Gobierno, es malo. No contemos con ellos, fiémonos del que ya tiene dinero, él sabrá cómo se hace. Él (dicho por él) ya tiene dinero, no se va a llenar los bolsillos porque ya los tiene llenos.
Esto lo escuché una vez en mi curro y me sirvió de mucho: es mejor votar al que ya es rico, porque repartirá lo que tiene. Los pobres solo sirven para robar.
¿Qué ha pasado para que gane Donald Trump? ¿Y qué ha pasado durante el gobierno de Obama? ¿Cómo puede ser que después de ocho años con un presidente que iba a ser la gran esperanza, se reccione de esta manera? ¿Qué alternativa real había?
En Paramount, un canal de esos de cine, emiten de manera regular las películas que produjo Menahem Golan en los ochenta. American Warrior, Chuck Norris, etc. USA. Pues esto es lo que nos espera. La bandera. América grande otra vez. Un mundo real. No este mundo de gente molona que sabe tanto de todo. No nos gusta. Queremos gente que trabaje.
Trabaja. Andreu Buenafuente hace un tweet diciendo que ha visto la noticia de Trump y se ha vuelto a meter en la cama. Trabaja, gandul. Yo empecé a trabajar de botones en un banco y hasta aquí he podido llegar. Trabaja, trabaja duro. Confía en tu trabajo, en que alguien se fije en ti y confíe en ti y gánatelo. Recupera el espíritu pionero y emprendedor. Malditos burócratas de Washington.
Gandul. ¿Qué sabemos de los americanos? Socialdemócratas, ecosocialistas, socialistas, gente de izquierdas... Algo raro pasaba con los americanos. Que alguien con un mensaje como el de Bernie Sanders hubiera llegado tan lejos significaba que algo no andaba bien por allí. Que un tipo que podría haberse presentado a las primarias de Podemos optara a la candidatura demócrata y no cayera a las primeras de cambio, ya nos decía (yo ya lo dije) que ahí había algo. Que por el otro lado el candidato fuera Trump también decía cosas. Ya no nos da miedo nada. Lo hemos probado casi todo. Queremos algo nuevo. Si me das a elegir entre Carme Chacón y Esperanza Aguirre y me obligas a votar a Carme Chacón... ay amor, me quedo contigo.
Nadie va a leer tanto, la gente quiere historias que acaben bien, gente que se esfuerza, que te dice las cosas claras, sencillas, sin tanto rollo intelectual y que vaya a por faena. Gente que no sepa tanto de leyes y de papeles y de pagar y de toda esa mierda. Gente que haga cosas. Eres un Johnny sabemucho. Que ponga firmes a los del piso de abajo que hacen tanto ruido. Burócratas que no hacen nada. Que no arreglan lo mío. Yo quiero lo mío. Mi parte. ¿Dónde está? ¿Por qué la tiene ese?
Ahora se llenan las redes, los bares, de gente diciendo que los americanos son tontos. Cuando ganó Rajoy decíamos que los españoles son tontos. Todo el mundo es tonto.
Al final siempre acabo pensando lo mismo. ¿Qué ofrecemos para que la gente confíe en nosotros, en los que somos tan listos? ¿Qué hemos hecho los listos por el mundo?
En fin. No tengo ni idea. Habrá que seguir molestando, porque como decía Morente, ellos ya nos molestan todos los días.
martes, 8 de noviembre de 2016
Con una mano atada a la espalda
Una calle ancha que se va empinando poco a poco, se va empinando, suenan los tambores, la calle va subiendo la inclinación, los grados, va cada vez más cuesta arriba. Para que no me quede sin fuerzas, empleo la fuerz ultrapropulsora del culo que se fue, pero del que guardo un recuerdo imborrable. Lo sigo viendo. Mi culo ancho. Ya no está pero parece volver ahora. Me propulso con tanta fuerza que en una esquina de esa calle que llegado a un punto se divide, me parto. Choco contra esa esquina y de la velocidad, pese a que yo no creo que la esquina acabe tan en punta como parece, cojo y me estrello contra la punta y me parto en dos. Me rajo como si rajases un papel, como si dividieses un trozo de carne con un cuchillo, fizzzzzzzz. Soy dos personas ahora. No teníamos bastante con una, que ahora somos dos. Dos más. Y qué hago con el otro. Hemos hecho un dos por uno. Con el otro puedo hacer lo que quiera. He decidido atármelo a tu espalda. En este caso sería atártelo a tu espalda. Lo he dejado ahí contigo y volveré a por él dentro de un rato. Ahora me voy a dar una vuelta. Hay dos calles que son paralelas y pienso recorrerme todos los bares, diciendo las cosas que he hecho antes en esos bares y las cosas que he hecho antes en esos bares se reducen a beber y comer, porque yo no hago muchas más cosas en los bares. Me pregunto dónde estarás con mi otra parte atada a la espalda. Voy a tantos bares y como tantas cosas que tengo ganas de hacer de vientre. Es una sensación que mi otra parte no está teniendo, porque está con una mano atada a tu espalda y vive en el limbo, pero yo tengo el estómago como una juerga flamenca. El recorrido por las dos calles concluye con ganas de que empiece de nuevo. Empecemos de nuevo. Empezamos recorriendo unas calles muy hermosas, monumentales, con una historia que cuento como si la hubiera vivido mil veces, y cuento la historia de cuando me quedé sin gafas y tuve que ir a ver las grandes obras de la pintura universal sin gafas. Esta historia os la sabéis muchos y es muy divertida. Un año, un año de estos, volveré y volveré a hacerlo sin gafas. Volveré a contar lo del sfumato y contaré ahora como novedad que me he comido dos kilos de churros enormes antes de disfrutar de lo bueno y mejor que hace el hombre. Bebo y el Cigala. Tengo muchas bromas ocultas que todavía no conocéis. La de Bebo y el Cigala creo que ya he comentado en alguna otra ocasión que me parece sublime. Pero no tiene importancia. Vasito de leche lleno de cerveza, con lo que no será un vasito de leche, será de cerveza.
Redacción del otro, con la mano atada a tu espalda: no creo necesario comentar que se puede alcanzar el bienestar de múltiples maneras que no tengo ni el tiempo ni el ánimo necesario para comentar como debería. El propósito de esta redacción es otro. Me gustaría declarar que si de alguna manera cuando acabe este trayecto he de volver a ser parte del otro, al menos que quede constancia de que he estado con una mano atada a su espalda. Una mano que es esta y que creo que debería ser la otra. He escuchado música, pero poco. He visto cosas, pero pocas. Yo he bebido bastante menos que tú. Quiero que quede constancia escrita de que he sido yo. Con una mano atada a la espalda. Esto lo gano yo con una mano atada a la espalda. Quiero utilizar esta frase hecha para que se note que con una mano atada a la espalda, también se vive. También pasan cosas.
Impresiones desde fuera: el mito de las dos almas que se separan de un cuerpo, vendría a decirnos que mientras una persona está viviendo una vida, debe haber otra persona que está viviendo otra vida que es mejor y que es igual que tú. Exactamente como tú. Y que no puede comunicarse contigo para contártelo. Un día, por ejemplo, ves un cartel, un anuncio, un algo que dice algo y tú crees que eso es una especie de señal. La señal de alguien que te quiere decir algo. Que es el otro. El que vive mejor. El de la mano atada a su espalda.
La mano atada a la espalda: es preferible tener las dos manos útiles. Es mejor utilizar palabras que todo el mundo entienda. Es sencillo saber cuándo alguien usa palabras que no son suyas.
Registro de incidencias: se presentan varias personas en la puerta de un bar. Comen un queso muy bueno. Se hacen fotos. Servirán para el recuerdo y se sentirán bien. A veces, me da por ponerme las manos en la espalda y creo que alguien va a venir a atarse conmigo. Debe ser por el frío.
Redacción del otro, con la mano atada a tu espalda: no creo necesario comentar que se puede alcanzar el bienestar de múltiples maneras que no tengo ni el tiempo ni el ánimo necesario para comentar como debería. El propósito de esta redacción es otro. Me gustaría declarar que si de alguna manera cuando acabe este trayecto he de volver a ser parte del otro, al menos que quede constancia de que he estado con una mano atada a su espalda. Una mano que es esta y que creo que debería ser la otra. He escuchado música, pero poco. He visto cosas, pero pocas. Yo he bebido bastante menos que tú. Quiero que quede constancia escrita de que he sido yo. Con una mano atada a la espalda. Esto lo gano yo con una mano atada a la espalda. Quiero utilizar esta frase hecha para que se note que con una mano atada a la espalda, también se vive. También pasan cosas.
Impresiones desde fuera: el mito de las dos almas que se separan de un cuerpo, vendría a decirnos que mientras una persona está viviendo una vida, debe haber otra persona que está viviendo otra vida que es mejor y que es igual que tú. Exactamente como tú. Y que no puede comunicarse contigo para contártelo. Un día, por ejemplo, ves un cartel, un anuncio, un algo que dice algo y tú crees que eso es una especie de señal. La señal de alguien que te quiere decir algo. Que es el otro. El que vive mejor. El de la mano atada a su espalda.
La mano atada a la espalda: es preferible tener las dos manos útiles. Es mejor utilizar palabras que todo el mundo entienda. Es sencillo saber cuándo alguien usa palabras que no son suyas.
Registro de incidencias: se presentan varias personas en la puerta de un bar. Comen un queso muy bueno. Se hacen fotos. Servirán para el recuerdo y se sentirán bien. A veces, me da por ponerme las manos en la espalda y creo que alguien va a venir a atarse conmigo. Debe ser por el frío.