Otro día más, otra Diada más. Una Diada que ya no se ha vendido como la última Diada, ni la mejor Diada, sino como la Diada de estar. Como viene pasando los últimos años (tampoco recuerdo haber ido mucho antes), no he ido a la manifestación. Porque cuando uno va a una manifestación es porque vas a hacer algo. Por ejemplo, hoy hemos ido a la ofrenda floral, hemos entregado el ramo, hemos hecho algo. Los del CDR también han ido, han esperado a que saliéramos y nos han gritado ‘llibertat presos polítics’. También lo han hecho cuando ha salido la alcaldesa. Nadie les ha gritado a ellos nada. Porque supongo que nos merecemos que nos griten. Santos y santas que creen que pueden gritarnos algo porque ellos son del CDR y nosotros no y están haciendo la revolución y nosotros no. Por eso van a la manifestación. Para hacer algo. Nosotros entregamos el ramo, ellos nos entregan su opinión.
Otra Diada. Este día. Una comentarista política, una tertuliana, esta mañana. La misma que dijo aquello de los ‘ciudadanos españoles que han nacido en Catalunya’, te dice que la Diada festeja lo que festeja, y que es lo que es. Que no significa otra cosa. Que lo que significa es esto. Y tiene razón. No tenemos Diada nacional, no tenemos un día para los catalanes. Mejor. Un país sin día nacional. Me gusta la idea. Ya teníamos el 12 de Octubre como día de la Hispanidad que no se cree nadie. Ya tenemos dos días nacionales que no sirven para nada. Como las propias naciones. Decimos mucho eso de que somos un solo pueblo. Lo decimos. Pero cada vez lo veo menos.
Y bien. En la tele y la radio hablan de una manifestación de un millón de personas. A las tres de la tarde ya había grupos de colomenses que ya se aprestaban a coger el metro, esteladas en la espalda, la camiseta de rigor, etc. Un millón de personas es un huevo de gente. Un huevo de gente que va a la manifestación a hacer algo. El president Torra dice que la manifestación ha servido para estar. Para demostrar que se está. La presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie, dice que la manifestación ha servido para demostrar que se está. Y cuando la periodista le ha dicho que entonces qué, ha dicho que… la manifestación ha servido para demostrar que se está. Y ante una repregunta y una respuesta repetida, poco se puede hacer.
Una manifestación y una Diada que sirve para demostrar que se está, que se es. Y ahí se queda la clara, la entrañable transparencia. Y otro año más. A esperar a ver en qué se traduce todo esto. Los últimos años lo tenían a tocar, lo tenían en la mano, la última, ya estaba. Y aquí estamos. Con gente en la cárcel, con la petición de libertad para los presos como nexo de unión. Como arma arrojadiza contra los demás. Y el año que viene qué. Y dentro de nada celebraremos el 1 de octubre y al final las cosas sirven para lo que sirven.
Gobiernos de derechas montando movidas de derechas, que no gobiernan o gobiernan manteniendo sus políticas de derechas. Manifestaciones de un millón de personas que sirven para hacer una manifestación de un millón de personas. Y la independencia, la república, siguen ahí, movilizando, entusiasmando a mucha gente, quizás a más gente cada vez. O no. Pero ahí está. Pero para qué está. Para estar.
Y así pasa la vida. Y pasan las cosas. Y el sol se pone. Y los tertulianos van defendiendo las posiciones de los partidos a los que claramente representan. Y a ver cuál es la próxima movilización que entusiasme a la gente. Y así.
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