Así, visto desde aquí, el capitalismo es una mierda. Visto desde lejos. Desde cerca debe ser terrorífico. Visto desde una terraza, el sistema en el que nos movemos, vivimos, consumimos, respiramos, leemos, somos solidarios, hablamos, compramos, vendemos, nos vendemos, es injusto. Y no va a cambiar. Eso lo podríamos ir también pensando. No va a cambiar. No vamos a ir hacia un sistema mejor ahora que estamos pasando fatigas. No lo hicimos en el 2008 y no veo las alternativas ahora. Veo voluntad en algunos miembros del actual Gobierno en hacer algo, algo que no es cambiar el sistema, porque nadie va a cambiar el sistema. Tenlo claro. I tu, perdón, Y tu indignación facebookera no lo va a cambiar. No lo va a cambiar tu duda, tu desconfianza, tu sectarismo, tu adhesión inquebrantable, tú, yo aquel, el grupo combativo, la alternativa reformista, los ases del balón, no lo vas a cambiar porque no somos tantos. Tu indignación, tu indagación, tu propuesta, tu elaboración de la propuesta, tu todo, está descontado. Todo está descontado y hay muchos negocios que tienen que volver a abrir que mañana no estarán de tu lado. No los negocios, los negocios. Los negocios y los que trabajan en los demonios.
Veo las calles cada vez más llenas de gente. Malditos los gobiernos criminales que lanzan a las calles a los trabajadores para que mueran. Malditos los que abrazan las banderas para tapar sus incompetencias. Malditos los que se escudan tras las medallas para infundir pánico. Malditos quienes no respetan la voz del pueblo y se ponen del lado del capital. Malditos quienes siempre ganan. Maldito el Real Madrid. Maldito el hombre español. Maldito el afán de paguita. Maldito quien no coloque la bandera española justo cuando se está aplaudiendo en el balcón y se vuelve a meter en su casa a ver la vida como pasa. Maldito quien no diga maldito cien veces. Criminales y ególatras. Criminales y héroes.
Los héroes míticos eran semidioses. Hoy los héroes son personajes cotidianos como tú y como yo, que todos los días hacen un esfuerzo por seguir viviendo y respirando este aire contaminado y pútrido que nos ha legado el sistema. Hoy los héroes somos nosotros, siempre lo hemos sido.
Puedo contar los versos más tristes esta noche. Puedo decir, por ejemplo, que me han vuelto a salir cuellos. Hace tiempo describí como cuellos el tener pliegue en el cuello, lorza en el cuello. Tener cuellos. Pues tengo cuellos. Como como un adulto. Con el cuento de no beber cerveza me estoy poniendo trozo. Hoy, pollo al horno. Ayer albóndigas y bocadillo de bacon. Esta noche toca cenar frankfurt. Todo eso con un movimiento nulo. Puedo contar los versos más tristes esta noche.
Pero si veo Tv3 no hay versos tristes para mí porque no salgo en la tele. Mi televisión pública hoy ha descrito el drama de unos trabajadores, técnicos de ayuntamiento, analistas, profesores de la upc, que están hasta el moño de los niños. Hoy les ha dado llorona con los niños. Están en casa. Ayer fue muy divertido porque uno de los padres decía que los niños estaban agobiándose porque Él ya no sabía qué hacer. Los niños no hablaban en el reportaje. Ver tv3 es cada vez más un ejercicio de esfuerzo. Una televisión de clase. Sí, es cierto, hablan también de la pobreza. No han tardado ni cinco minutos en colocar la cuña de que el president Torra, se preocupa.
Pero no lo denuncies. No te cabrees, españolista. Guillem Martínez.
El triunfo de la clase obrera sobre la clase capitalista, se dará sin duda cuando se forje realmente la unidad de acción y todos los actores tengan claro que no debe existir tregua ni piedad para con el enemigo y sobre todo, cuando tengamos una propuesta clara por la cual el pueblo tome las riendas de su destino y encare el futuro con la frente limpia, con la mirada clara. La frente limpia y la mirada clara. Un nuevo amanecer en el que el progreso humano y el trabajo justo sean la divisa. La paz y la amistad. Los mejores caldos. Las más suculentas viandas. La tensión por las nubes.
Me molesta que me tomen por gilipollas. No. No es verdad. Me molesta que me llamen gilipollas, por gilipollas no, porque me suelen tomar por gilipollas siempre y no siempre esto molesto.
¿Qué estamos haciendo estos días? Comer. He tendido dos lavadoras. Una con sábanas y otra con ropajes varios. Tengo mocos. He ido a ver a mi madre y me ha dado rosquillas y le he llevado rosquillas a la Marifé y he visto a la Pato y me he vuelto pa la casa no sin antes comprar vino de mesa para cocinar. Hay mucha gente por la calle. Entre ellos no, digo, yo.
El deporte. ¿Dije ayer lo del deporte? Creo que esta es una buena época para quienes, como yo, creemos que el deporte actual no tiene ninguna gracia. No lo echo de menos en absoluto. El televisado, me refiero. Me parece perfecto vivir sin deportes. Sin fútbol. Se acabó. Solo aprecio lo antiguo, partidos de antes, historias del Athletic antiguas. Lo de ahora me da exactamente igual. Y así un poco en todo.
Prefiero el lenguaje antiguo, el idioma clásico, las costumbres pasadas, la música vintage. Hoy he cocinado con el Echoes de Pink Floyd. Ayer solo escuché Sonic Youth y me puse a caminar por la terraza como Rajoy con los Beastie Boys.
Los gobiernos criminales nos han mandado esta maldición y nos quieren exterminar a todos. Los militares en la televisión son un insulto. El rey sigue gobernando en tu casa. La república ya existe. La política me tiene loco perdido. No quiero volver a salir de casa. Lo llevo bien, no, lo llevo muy bien.
Me encuentro perfectamente así, en casa, sin ver a nadie que no se conecte para verme o a quien no quiera yo conectado a, entonces, vale, pero, también.
Estoy desperdiciando mi tiempo y busco por todas partes. Santa Coloma es la reina.
Mañana es sábado, tocará carne a la plancha en la terraza, llamadas, vino, conversar.
Es un problema que las fechas en las que dices una cosa y luego pasa otra no coincidan o algo. Que todo sea culpa de otro. Hoy tengo ganas de gritar a los cuatro vientos que sé quién tiene la culpa. Y que debemos estar preparados para seguir dándonos la razón. Cuando todo esto pase no nos volveremos a ver de la misma manera.
Y dicen que este fin de semana tiene pensado llover.
Y las personas van a recoger comida a los sitios y otras personas se la dan y todo parece normal y no lo es. No es normal.
El sistema capitalista no va a caber en esta habitación. El sistema capitalista no va a caer porque lo digas tú. Ya me he aburrido de escucharte.
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