lunes, 31 de enero de 2022

Cultural Wars


Cómo hemos llegado a esto. Cómo hemos llegado a hacer de un concurso en el que se elige la canción que representa a RTVE en Eurovisión un asunto de estado. Un asunto que nos vuelve a meter en el embrollo de presentarnos como progres, como izquierda verdadera, como posmos, como feministas, como elitistas, como modernos, como talibanes de lo popular, como unos auténticos quitavidas. Porque somos unos quitavidas. Yo el primero. Yo me definiré primero. Yo quería que ganara Rigoberta Bandini. Porque soy un pijo progre de Barcelona en primer lugar. Y luego por consideraciones como que me ha llamado la atención la animadversión de la izquierda 'de clase', la izquierda 'auténtica' que no cae en la trampa de la diversidad y me he situado en frente. Y luego porque como canción mismamente, me parecía lo más potable y porque Rigoberta Bandini me hizo gracia como propuesta en el escenario hace un tiempo aunque la canción de Perra no me guste nada y lo que me gusta de verdad es lo de in spain we say its amargura, que me está sirviendo tanto. in spain we say joder qué largo. No conocía ninguna propuesta más. La canción de Rayden no la entendí. Y la propuesta de Tanxugueiras no conecta con mis gustos, me pareció una canción que quería aprovechar ese rollo tribal que ponen a veces las canciones de los países del Este en Eurovisión, bien visto, pero al cabo de un rato me aburría el estribillo tanto rato. En qué momento esto pasó a ser una guerra por ver quién era más de izquierdas por decir esto. Y en qué momento no se vio venir que, por diversos motivos, lo más fácil era que ninguna de estas dos propuestas ganara y que fuese algo como Chanel lo que se llevara el gato al agua. En qué momento los partidos políticos que habían (habíamos) apoyado descarnadamente a una o a la otra opción consideraron y consideramos que una vez finalizado el concurso con sus movidas y sus historias había que seguir dando la matraca. En qué momento pensamos que si no ganaba Rigoberta Bandini o Tanxugueiras, era una derrota nuestra. En qué momento consideramos que la victoria de la cantante Chanel era un retroceso. Es cierto que la música y la canción y la letra no casan con lo que los guardianes de las esencias de lo que debe ser cada canción y del 'mensaje' que tiene que tener sí o sí la música, pues como que no. Pero ¿y? ¿Acaso no vemos y escuchamos música cada día superficial, banal, sentimental, romántica, petarda, sin más? ¿Acaso a Chanel no la votó también una porción considerable de gente? ¿Acaso la gente mandó a Chanel al pozo sin fondo de la ignominia y la relegó al último lugar y fue el jurado quien a dedo dijo...? ¿Qué hago yo ahora hablando de esto si hasta esa misma noche no sabía de qué iba la música de Chanel? 

Este texto tenía la pretensión de ser un análisis de eso que llamamos la hegemonía cultural. Pensábamos que, enviando a Eurovisión una canción con mensaje feminista y reivindicador de la figura de la madre, habríamos ganado una guerra. Pensábamos que enviando a una grupo que cante en una lengua no castellana, con mensaje también superador de fronteras, se iniciaba la descentralización del Estado. Pensábamos y nos lo creemos. Cultural Wars. 

Creo que estamos ganando, sea como sea. Creo que el hecho de que el festival haya sido monopolizado por este debate significa que en la calle, ejem, en las redes, el debate está ahí, es intenso, pero no tendríamos que fliparnos tampoco demasiado. Está bien que se cree el caldo de cultivo, que se dirija el debate. Pero sin fliparnos tampoco. Esta batalla es muy larga y no se da solo en las redes, en un festival, por una canción que diga monetary. Esto es más profundo y lo de la semana pasada ha sido un paso, como llevan habiendo pasos desde hace tanto tiempo. 

Ahora a no enviar al psicólogo o jodiéndole la vida a nadie haciéndonos los listos y burlándonos del cucu y del traje ceñido, o llevándolo a un análisis sobre hegemonías y oscuras maniobras orquestales, que anda. 

viernes, 28 de enero de 2022

Nina Simone - At the Village Gate


¿Por qué no tienes discos de Nina Simone? ¿Por qué no tienes discos de jazz? Son dos preguntas que son solo una pregunta. Creo que siempre he tenido músicas que me han urgido mucho más que el jazz, y que no ha sido hasta hace muy poco que no he empezado a escuchar algo. Prácticamente nada. Pero desde que somos un matrimonio liberal en el sentido norteamericano del término, unos demócratas, unos pequeño burgueses... tampoco es eso. Básicamente la figura de Nina Simone ha entrado en mi vida como una más de la familia, como una colega más. Así, las listas de reproducción con sus clásicos más renombrados aparecen aquí y allí y llega el momento de hacer un regalo y te acuerdas. Y vas a la tienda de discos y buscas y encuentras este y otro. Este es un concierto del año 1961 en un local de Nueva York si no me equivoco. Un concierto donde uno se va metiendo poco a poco y, aunque seas neófito en la materia, te enteras de las cosas. Y si has visto algún documental sobre Nina Simone, también. Mucho más. Porque en este disco, como en otros, ves eso que ya te han contado. Lo escuchas más bien. Escuchas a una pianista clásica a la que se le pide que haga otra cosa, jazzística, que cante canciones, pero ella se escapa continuamente y se va a donde ella le gusta. Los momentos en los que empieza a tocar una canción y que, por h o por b, los dedos se le van. Pero también tiene otros momentos, en los que está cantando y no sabes qué ni porqué pero te está llevando donde ella quiere, sin nada, sin tocar, solo con su voz. Y sabes que lo que está cantando es algo que le llega, a la primera a ella, que no está cantando canciones al azar, que ahí pasa algo. En este disco canta, por ejemplo, The house of the rising sun, canción que conoce todo el mundo. Una canción que aquí parece otra y parece que está cantada de una manera tan diferente que las demás parecen de mentira. Así, la segunda cara del disco, porque estamos hablando de un vinilo, atención, máximo nivel de socialdemocracia y postureo, comienza así, sentida y suave y va siguiendo con algunas canciones que ojo, como el Zungo de Babatunde Olatunji. Tremenda canción interpretada con una sensibilidad que muy posiblemente ni usted ni yo estemos ya en sintonía con el universo como para poder apreciarla en su justa medida. Para acabar el disco, un You'll never walk alone, como en ascensión, que combina otra vez esa cosa clásica con esa otra cosa que tiene Nina Simone. Tengo otro disco en vinilo de Nina Simone. En realidad no es mío. Hablaré de él otro día.  

jueves, 27 de enero de 2022

Entrada en el blog del 27 de enero


Que podría haber escogido otro color de fondo. Podría. Que podría haber dejado el portátil en su sitio y no abrirlo ni pretender escribir nada. Podría. Es 27 de enero y todo puede ser. Porque el 27 de enero es un día que no es como todos los días. Es un día que tiene algo especial y es que es el Día de la Memoria. Vaya, lo que parecía una entrada más, intrascendente, otro rollito hermético se convierte de nuevo en una chapa con ínfulas del autor de este blog. El 27 de enero es el día de la Memoria, porque el 27 de enero entraron las tropas soviéticas en el campo de concentración de Auschwitz y lo liberaron. Pocas cosas se pueden escribir más en serio que esto. El campo de concentración y exterminio de Auschwitz. Exterminio y concentración de personas que tuvo lugar hace menos de cien años. Hace 30 años, por ejemplo, ni siquiera habían hecho cincuenta años. Soy muy malo con las matemáticas y poco me costaba haber dicho 'hace 40 años'. Esta entrada, la entrada del 27 de enero es un momento perfecto para recordar la entrada de esas tropas soviéticas en Auschwitz, liberando el campo e imaginar el horror que debieron sentir al ver aquello por dentro. Son muchos los documentales sobre Auschwitz. Sobre el horror. Hace poco he visto uno sobre Hitler. Apuntes sobre Hitler. Muy interesante. El contenido es muy básico. Hitler era una persona normal, no era un loco, ni un payaso, ni un tonto, era una persona normal con una serie de movidas en su cabeza y una visión del mundo. Y esa visión del mundo es la que es, abyecta, fatal, terrible. Pero no era nada del otro mundo. Gente que no es nada del otro mundo tiene ideas absolutamente nefastas y lo peligroso es que haya gente que las considere fantásticas para llevarlas a cabo. Hoy es 27 de enero y tocaría hablar también de la entrada de las tropas franquistas en Santa Coloma en 1939. Si en Auschwitz fue una liberación aquí comenzó un calvario. Esta es la entrada el 27 de enero y recordamos y hacemos memoria. Puedo hablar mucho sobre memoria. Cada vez soy más viejo. Podemos hablar mucho sobre muchas cosas. Esta es una entrada en el blog que no tiene mayor trascendencia que cualquier otra entrada y seguramente quedará perdida, enterrada, entre el océano de letras intrascendentes que salen de este blog. Solo me gustaría decir una cosa más en este 27 de enero. Imagina las caras de la gente que quedara en Auschwitz cuando vieron entrar a las tropas soviéticas. Imagina tu cara cuando reconoces que te has salvado de la muerte aunque tu vida haya quedado hecha cisco por semejante trance. Imagina que te has librado por un pelo de Auschwitz. Hay una cuenta de twitter que repasa cada día nombres, con caras, de gente que fue asesinada en Auschwitz. Auschwitz Memorial. Nada más. 

miércoles, 26 de enero de 2022

Amigos


Ha llegado un momento en mi vida en el que realmente estoy al límite. Me siento verdaderamente vacío, saturado, vacío y saturado a la vez, me siento completamente dañado. Dañado es la palabra. Estoy completamente dolorido y necesito sobre todo, amigos. Pero otros amigos. Otros. Está visto que con estos amigos no es suficiente. Necesito otros amigos, amigos diferentes, amigos que tengan otra perspectiva vital. Tampoco. Porque mis amigos tiene cada uno una perspectiva vital diferente, mis amigos actuales, me refiero. Ahora tengo amigos también. Claro. No quisiera per estos amigos, porque quiero tener más amigos. Amigos al peso. Amigos en cantidad. Amigos en genérico. Amigos de calidad pero no tienen que ser de calidad. Amigos que me llenen. Amigos que me completen porque me siento muy poco. Dañado, dolorido, vacío, saturado, necesito amigos. Son los amigos el condicionante mejor de todo lo que uno puede hacer y vivir en la vida. Porque la familia como venga, pero los amigos, esos son los que te marcan. Los amigos que yo necesito, junto a los que tengo ahora que se han mostrado claramente insuficientes para cubrir las necesidades que se me plantean. Necesidades de muchos tipos y que ahora mismo, junto con los que tengo ya como amigos, pues como que me quedo corto. No es un problema mío, es un problema claramente de amigos y de cantidad de amigos. Creo que hoy en día, con las redes sociales, etc., conseguir amigos es ciertamente fácil y creo que estoy perfectamente capacitado para hacer una captación de amigos nuevos. Necesito amigos nuevos que completen a los que ya tengo para que calmen mi dolor y mi saturación, mi vacío y mi daño. Soy muy buena gente, tengo unos pantalones verdes hoy que para comenzar pueden generar una importante conversación acerca de lo verde, que sé que es lo que os interesa de mí. Lo verde. Ahora os dejo mi teléfono por aquí y lo vamos comentando. 

martes, 25 de enero de 2022

Ataraxia


Ayer mismo. Estaba yo en el trance de llegar al lugar donde tenemos depositado nuestro modesto Sandero cuando tuvo lugar una escena que me pareció de un surrealismo extremo. En el borde de la acera, a unos cuantos metros de donde yo me encontraba, se hallaban paradas una serie de personas, creo que unas cuatro o cinco. Las cuatro o cinco personas se encontraban detenidas al borde de la acera y todas ellas estaban con la cabeza inclinada hacia arriba, mirando todas hacia una misma dirección. Detenidas mientras un lunes por la tarde la vida de la ciudad de Santa Coloma de Gramenet, a la que no tengo que decir que quiero más que a mi vida propiamente, daba el apretón casi final a una jornada de inicio de semana donde todo había casi ya sucedido y donde esas pocas horas hasta que los colomenses se aprestan a cenar se utilizan para llevarlo todo al paroxismo de la actividad. Ahí, en ese enfebrecimiento colectivo, se encontraban detenidas esas cuatro o cinco personas, mientras coches, personas, patinetes, monopatines, autobuses, lanzaderas espaciales, canoas, teledirigidos y zeppelines, pasaban a su lado con frenesí inusitado. Todo se movía, todo estaba increíblemente activo menos esas cuatro personas. O cinco. Todo parecía dar un estallido final de vida antes de la calma mientras que esas personas, cuatro o cinco, estaban paradas, quietas, como estatuas o como participantes en alguna performance orquestada por el área de cultura del Ajuntament y que se nos hubiera escapado de la agenda de actos reglamentaria. Mi cabeza hervía en dudas, mi cabeza estaba cuajando toda una serie de hilazones mentales, historias, relatos, misterios. Qué estará pasando, quiénes son esas cuatro o cinco personas. Qué varita mágica, que ensalmo, que encanto, qué algo les ha tocado para que se encuentren deteniendo con su actitud el fluir de la energía de esta ciudad que tal. 

Entonces el semáforo se puso en verde. 

Y detrás de mí a pareció un joven corriendo que me sobrepasó y sobrepasó también a esas cuatro o cinco personas que ya habían comenzado a caminar. A la gente le impresiona ver a alguien correr por la calle. 

lunes, 24 de enero de 2022

Día del Periodista


Bienvenidos y bienvenidas a una nueva edición de la fiesta del periodismo y de quienes formamos parte del gremio. Bueno. Ojo. Es fiesta del periodismo o es día del periodista. Es el día del periodista o del periodismo, porque no es lo mismo. Si es el día del periodismo mal y si es el día del periodista peor. Periodista. Tú qué eres. Yo soy periodista. Pero tú qué pensabas qué era el periodismo. Por lo pronto hoy no voy a poner interrogantes porque llevo prisa. Pero volvamos a hacer la pregunta. Tú qué te pensabas qué era el periodismo y sobre todo quién te creías que era un periodista. No lo sabías entonces y tampoco lo sabes hoy. Periodista. Tú eres periodista o no eres periodista. No eres periodista y muy pocas veces has sido periodista, pero te gusta decir que eres periodista, porque si dijeras la verdad... ay si dijeras la verdad qué tendrías que decir. No tendrías mucho que decir. Periodista. Qué te creías tú que era ser periodista. El que hace los periódicos, el que dice cosas en los programas de radio, el que aparece en la tele en un país en guerra diciendo lo que está pasando, el comentarista, el que opina, el que sabe. Sabes de cosas y las cuentas. Periodista es el que reparte las noticias. El que hace los diarios. El que se monta en la bici y deja los diarios en la puerta de tu casa. Eres periodista porque estudiaste periodismo, durante cuatro años y algo, te dieron un título y a partir de ahí pues a ver cómo se hacía eso de ser. Pero no. Ser o estar. Ser o parecer. Parecer periodista. Ahí sí. Pareces periodista, pero no lo eres. Ni siquiera lo pareces, ni deportivo, ni político, ni cultural. Periodista cultural, musical, qué cosa, el que comenta los discos, el que hace las críticas de los conciertos, el que se preocupa por estar a la última y decirle a la gente esto se lleva o este disco de los Cramstrels es mejor que este otro disco que también es de los Cramstrels pero las diferencias son evidentes. Es evidente, me repito, insisto, lo siento, que has sido periodista tan pocas veces que no has trabajado de otra cosa. Es trabajar de trabajar. Trabajar en serio. De periodista. Periodismo, una cámara al hombro, un plano medio, no te toques la nariz, no te rías en el micro, aguanta la risa, no tienes voz para dar las noticias, no tienes nada que contar, no has salido a la calle para ver qué pasa. Feliz día del periodista, desde el desconocimiento más profundo de lo que es el periodismo. el periodístico, cualquiera puede hacerlo. Y es que cualquiera puede hacerlo. Cualquiera puede ponerse y contarlo, hacerlo, estamos de fiesta, lo estamos contando la mar de bien. Vamos, vamos todos a contarlo. Vamos a enviar el teletipo. Vamos a enviar la noticia que no debe de tener más de 200 palabras, por teléfono, en aquella cabina, o cuando llegues a casa,  no digas nunca disparo a puerta, no digas tiro a puerta, estás en un medio desde el que darán las noticias a otros medios. Campo de basket de allí arriba en la Vall d'Hebron. Llama por teléfono. Cuántas veces has sido tú periodista. ¿Cuántas veces has sido periodista? Al final me he tenido que poner serio. 

viernes, 21 de enero de 2022

Guerra y paz


No, no y no. No queremos otra guerra. Pero qué queremos. Queremos la paz. Queremos, lo primero, que este Gobierno deje de hacer el canelo y no envíe una nada, y menos la fragata o lo que sea que se llame Blas de Lezo precisamente, el Blas de Lezo que ahora reivindican los fachas más nauseabundos. Eso es lo que queremos lo primero. No participar en una guerra, en una operación, dejar de hacer el tonto sintiéndonos parte de un tablero donde no somos más que comparsas. Comparsas decantadas a defender unos intereses que no son los nuestros. ¿Son nuestros intereses los de los rusos? ¿Son esos rusos nuestros antiguos amigos los soviéticos? No. No lo son. Por mucho que nos gustaría pensar que los rusos heredan ese antagonismo con los americanos y que... no, no lo son. De hecho no hay nada que apoyar al gobierno de Putin que, por mucho que haga halagos a los símbolos de la URSS, no es más que un gobernante autoritario cuyo régimen me parece que no tiene nada, pero que nada, que ver con el socialismo. ¿Pero entonces si Rusia es una trufa, qué? Naturalmente tampoco hay que dar apoyo a un gobierno como el de Ucrania que es, por así decirlo, peor. Ucrania, ese país donde te queman vivo por ser sindicalista. Ese país que ilegalizó el Partido Comunista. Ese país donde ser nazi es cool, democrático y bien. Ucrania. Donde lo nazi parece que ya no es anatema. Porque todo vale antes que ser ruso. No es que los rusos estén también muy allá. Por mucho que el Partido Comunista o un partido comunista sea ya la segunda fuerza, las cosas no son tan así. Es decir, que el canal nostalgia no nos vale. Así que tenemos en ciernes o una guerra o escarceos o un juego de esos de a ver quién frena antes. Los rusos no quieren tener misiles americanos en Ucrania. Los americanos quieren tener misiles en Ucrania como ya tienen en muchos países, claro. Y ahí están con la tensión. Y nuestro país como siempre, gobierne quien gobierne, a hacer el ridículo por esos campos del diablo. Lean si eso articulistas y expertos mucho mejores que yo que les explicarán más o menos. No los lean todos, porque hay quien tiene interés en que se líe, claro. Yo solo quería decir que de poder elegir, elegiría la paz, claro. Más que nada por que no muera gente por cosas como el gas, no por no tener gas, sino por el comercio del gas. O por desviar la atención de escándalos personales como en Inglaterra. O por que queremos volver al siglo XIX. O peor, al XX. No. No queremos otra guerra. 

jueves, 20 de enero de 2022

Mill


Es una historia poco conocida y puede que solo llegue a la categoría de anécdota. Pero John Stuart Mill no fue en realidad ese que todos os pensáis. En realidad era otra persona. En realidad muy pocas personas son capaces de ver lo que se esconde detrás de una persona. Es Mill el ejemplo perfecto de persona que sabes que te está diciendo una cosa y que hay algo que te hace sospechar y no sabes el qué. John Stuart Mill tenía por costumbre algo que a todo el mundo le puede parecer normal pero que a él le parecía un vicio que debía corregir. Y se empeñó con toda la fuerza de su corazón en desprenderse de dicho vicio. De tal manera que cada día se planificó una serie de rituales que le animaran a no caer en lo que a él le atormentaba y como digo, a otros muchos nos parece una nadería. El caso es que de tanto esforzarse, entró en una suerte de obsesión con un cierto tipo de tela. Y esa tela le recordaba que no debía. Se colocaba un trozo de tela en la axila, en contacto con su axila, y ese contacto a veces desagradable por lo que esa tela de incómodo tenía, le recordaba. Vamos una movida de olores que oye a todos nos pasa. El caso es que una vez corregido el tema, continuó con su costumbre y de ahí pasó a... espera, que me he equivocado, que esto no era de John Stuart Mill. Perdón a los familiares y conocidos, etc. 

miércoles, 19 de enero de 2022

El viejo Banadek


Más allá de lo que comentaban algunos, las cosas no le iban del todo mal al viejo Banadek. Había conseguido un buen precio por la cosecha, los negocios marchaban bien y su hija Jana había tenido un primer hijo. La carta que su hija le envió desde la capital le llenó de alegría. Jana se había casado con un abogado hijo de una importante familia medio húngara que en principio molestó algo al viejo Banadek pero se acabó acostumbrando. Ya habían pasado algunos años desde el casamiento y el hijo no llegaba. Cuando Banadek recibió la noticia sintió que sus días llegaban a su fin con casi todo cumplido. Se asomó a la ventana de su gran caserón y contempló los campos verdes, casi perfectos. Una extraña sensación de bienestar le inundó, incluso un repentino cansancio, cansancio de trabajo hecho, abandono ya de cualquier responsabilidad con la vida. Buscó un butacón y pensó que por primera vez, podría esperar a la muerte tranquilo. Recordó entonces, por un instante, fugazmente, la cara de su esposa. Maria, la señora Maria, no había muerto ni mucho menos. Pero al señor Banadek, al viejo Banadek se le olvidaba. Como se le olvidaba que la señora Maria no había podido tener hijos y que continuaba trabajando en casa de los señores Spengler, desde donde veía los campos verdes, perfectos, que alguna vez ella misma y el señor Banadek habían trabajado. El viejo Banadek. 

martes, 18 de enero de 2022

Yellowjackets


No contiene espoilers porque no voy a decir nada más que vaya pedazo de serie que ya era hora que una serie te tuviera enganchadito a la trama para no perderte detalle porque sabes que en los detalles, en cada detalle, puede haber una clave o bien una maniobra orquestada con toda la mala leche para llevarte por el camino que no es. 

Así de primeras, Yellowjackets no parece gran cosa. La ves en el menú de Movistar y piensas que vaya, una serie sobre cosas de Instituto, americana, y sale Christina Ricci que bueno pero que yo que sé, y la Juliette Lewis que lleva sin hacer nada que medio conozcas... ni lo sabes. Yo que sé, que no atrae. Hasta que la Nuria te dice que Yellowjackets mola y entonces dices, va, una oportunidad a ver de qué va realmente esto. Y te encuentras con una de esas series, con una de esas historias con muchas historias, con muchas referencias a muchas cosas que claro que has visto antes, pero que las estás viendo ahora y las otras hace mucho tiempo que ya tuvieron su efecto. Perdidos, El señor de las moscas, porqué no algo de Stranger Things, y seguro que algo más que ahora no recuerdo. Y su poquito de música que mola, claro, porque si es una serie donde parte de la acción transcurre en los noventa, qué menos que haya música buena. Y qué menos que las protagonistas luzcan camisetas guapas, como la de los Pixies (death to the pixies) que lleva el personaje de Natalie adulta o la increíble Presidente Yo La Tengo que lleva la Shauna adulta. ¿O es Yo la tengo for President? Es igual. Solo con esas referencias ya mola. 

¿Cuál es la pega? Que no es una serie de una temporada y que está por hacerse la segunda, por lo que la espera será de un año al menos y si como he leído la cosa parece que está prevista para cinco temporadas, cagada mayúscula. Porque uno ya se ha acostumbrado a ver las series cortitas, que no le obliguen a uno a hipotecarse con lo mismo durante mucho tiempo con el riesgo que hay de cagadas, repeticiones, aburrimientos, giros que estiran como el chicle algo que ya debería estar visto para sentencia... por ese lado ya digo que mal. Son muchas las preguntas, no puede uno dejar de pensar en ese oso... yo que sé. Esas cabezas. 

Pero por otro, ganas de que llegue la segunda temporada y seguir viendo cómo se desarrolla el drama de estas jugadoras de fútbol a las que se les estrella el avión y que les cambia la vida. Por ahora, la serie del año aunque solo hayamos consumido 18 días, va a ser muy complicado encontrar otra cosa que desbanque a esta. Que siga. Pero que siga ya. 

lunes, 17 de enero de 2022

El fútbol dando asco


Es un negocio. Y reconozco que siendo un negocio yo mismo, aquí presente, fui feliz el jueves cuando le ganamos al Atlético y viví ilusionado las horas previas al partido de ayer que se resolvieron rápido cuando vi que a mi Athletic no le iba a alcanzar y que no le alcanzó. Feliz y triste. Y ese no es el tema, que es con ese tema por el que sigue vivo este tema del fútbol que ya hace tiempo que debería llevar años muerto. Porque el fútbol, el juego de once contra once, vale, todavía, pero no todo vale. No. 

Lo de jugar una Supercopa, una competición que ya me dirás que todas las competiciones están adulteradas y el dinero y las televisiones y toda esa mierda. Y todo eso. Insoportable. Pero jugar una Supercopa por dinero en Arabia Saudí y no solo eso, jugarla a todo color, jugarla publicitándola, no jugándola con vergüenza y pidiendo perdón, si lo único que cuenta es el puto dinero, no, la juegan y la venden y tienes que aguantar, que no los aguantas, discursos y palabrería de cuarta del presidente de la Federación que pretende nosequé con nosecuantos y que da asco, que da putísimo asco en cada palabra que dice y que dice nosequé de la política, que es política y que el fútbol... y el deporte y la política y si a un pavo le dan 50 latigazos por semana por haberse declarado ateo en ese país a nosotros nos da igual y no le vamos a decir a nadie cómo debe gobernar su país y con el dinero que sacamos pagamos a equipos de nosequé división. Pero qué mierda es esta. Y nos da igual. Y acabamos viendo el partido de fútbol y vemos a esa gente, a los mandamases en esos palcos ahí repanchingados y dices, pero esto qué mierda es. Y ya está y ya ha pasado y ya no es ni por la afición ni por nada, es que estamos blanqueando la imagen de un país que no deja entrar a las mujeres a los campos de fútbol. Y que son ciudadanas d segunda y que no coño, que no, que no puede ser que dé igual todo. No puede ser. Y lo es. 

Y si diera ya poco asco todo esto, todo junto, que te quitan las ganas de fútbol y de tu Athletic y de toda la historia, pues llega lo del Betis Sevilla y entonces ya piensas que todo es una salvajada y que estamos en un escenario donde se ha perdido todo. Es decir, un fulano lanza una vara, un palo, al campo y le da a un jugador. Al jugador le hace más o menos daño. El partido se suspende. Pero se juega al día siguiente. Los jugadores del Betis se bufan de la cosa. La prensa pone en duda que al jugador se le hiciera daño. Si no le han hecho daño, no pasa nada. Salen periodistas que si son de un equipo o de otro, pueden decir lo que les de la gana. Se juega el partido al día siguiente y gana el Betis, cosa que me da igual. Y un jugador del Betis para celebrarlo simula un lanzamiento de una botella y se ríe todo el mundo. Y ya está y no pasa nada. Y les ofrecemos todos los puntos de vista y que la maquina no pare. Y no se sanciona al Betis con la eliminatoria perdida y con cierre del campo. No. Entonces qué. Podemos tirar y darle flojo a un pavo y si no le damos fuerte no pasa nada. Y es el fútbol. Y en nuestro país hay aficiones maravillosas y todos los campos viven el fútbol de una manera fantástica y nuestro presidente de la RFEF vuelve a hacer otro discurso que dan ganas de vomitar. Y si no vomitas y dejas de ver el fútbol al instante es porque yo que sé. 

Y el jueves hay un Athletic Barça y qué mierda. 

Y que da todo un poco igual. Televisiones, negocio, los colores, un sentimiento, los hermanos Williams, la camiseta, la tele, te lo repito, otra vez, qué partidazo. 

domingo, 16 de enero de 2022

Lacan contra Laclau


Somos muchos los que pensamos que una cosa no tiene relación con la otra. Cuando se nos pregunta si estamos en un lado o en el otro, sabemos dónde estamos. Y nos gusta pensar que es en ese espacio donde se encuentra la mayoría. En ese espacio, pueden suceder miles de cosas y se aglutinan multitud de factores. Las palabras brotan de mi boca como un chorro de agua fresca en un desierto de ideas. Es en ese espacio, insondable, donde se encuentran todas las respuestas. Cuando tú y yo nos encontramos y formamos un dúo, si unimos a más personas, tendremos un grupo. Piénsalo. Y a partir de ahí, podemos hablar de un espacio. En el espacio, de viaje por el sol en una nueva dimensión. He querido ser sincero contigo y con los demás. Si estoy a este lado es por convicción, una convicción seria y sin ambages, no lo hago por ningún interés espúreo. Lo hago porque siento que es mi espacio. Es el espacio el que nos define. El espacio y no nosotros mismos, siempre sujetos a lo que nos dicta el espacio. En el espacio están las respuestas. Yo no soy yo, sino mis circunstancias, que son el espacio, que son las que me definen en todo momento. Claro que sí. Fomento la confusión. Hablo por hablar. Tengo discurso y otro discurso también si es que lo necesitas para algo. Te puedo llevar a cualquier sitio. Somos muchos los que pensamos que nada está relacionado entre sí. Que la cosa fluye como cuando tienes agua acumulada en el fregadero y sabes que tarde o temprano acabará escurriéndose por el. Un momento. Cómo se llama el agujero por el que se va el agua. Es en estos momentos cuando se tambalea todo el corpus teórico. Cuando en los detalles más cotidianos el discurso falla, es el momento del repliegue. Si ante un problema tan sencillo como es el de encontrar una palabra, un concepto de uso común, no nos sabemos desenvolver, de qué vale la conquista de la hegemonía o bien perdernos en elucubraciones más allá de Orión. Es el momento de un repliegue sencillo, táctico, hasta que no seamos capaz de desarrollar al menos un relato que no nos obligue a tener, ahora sí, ningún apego con lo cotidiano. Creo que somos capaces de eso. 

viernes, 14 de enero de 2022

Spengler contra Spencer


Sabes lo que te quiero decir. Como que el mundo se va a la mierda. Y claro, como se va a la mierda, pues intentemos sacarle provecho así de momento y ya veremos qué es lo que pasa. Ya, me miras ahora con cara de querer partírmela, dirás, me he vuelto un cínico, o que directamente me he vuelto un facha de las pelotas, pero no, no es nada de eso, lo que me he vuelto es un socialista conservador. En realidad no sé lo que digo. He intentado, en la medida de mis posibilidades, formarme. Me dijeron que tenía que leer mucho y aprender y así lo he hecho, lo que pasa es que he leído y me he formado pero la criatura que sale de mi cabeza es una porquería. Un esperpento. No sé lo que pienso. Socialista conservador. Socialista nacional. No sé, es todo como muy confuso y no lo tengo claro. Sabes lo que te quiero decir porque yo sé que tú me entiendes. Es lo que tiene querer saber tanto. Sabes, sabes, sabes, quieres más y en algún momento te desvías del camino y empiezas a pensar cosas que dices, pero esto que se me está ocurriendo qué mierda es. Y aún así sigues adelante y no solo lo piensas sino que te lías ya del todo y elaboras teorías y hasta te animas a escribir un libro. Y ya sabes eso que dicen del niño que era tonto y la madre que le empujaba. Pues un poco así. Yo no sé en qué momento me convertí en esto. En esta mierda. ¿Sabes? Sabes lo que te quiero decir. Empiezas y no paras. Ya tengo varios libros y alguno más en el tintero. Y sigo leyendo y me sigo formando y preparando y solo se me ocurren estas ideas de mierda. Y al final piensas, yo tampoco estoy aquí para hacer el canelo. Y dices, al final, si todo lo que vemos es tan así, pues fuego a tope. Fuego total. Socialismo nacional o yo lo he visto primero y el que no lo haya visto un poco pues como que se joda, ¿no? Yo que sé. Es todo tan así que tampoco dan ganas de esforzarse mucho más. He intentado toda mi vida esto y lo otro y al final qué quieres que te diga. Pues que se jodan. Para mí la perra gorda y lo demás pues lo voy rellenando según me va viniendo. Ya sabes más o menos lo que te quiero decir. 

miércoles, 12 de enero de 2022

Hayek contra Zizek


 Los datos no concuerdan. Las cifras son inexactas. El tono es impropio. Las circunstancias son cambiantes. Las muestras parecen mentira. El contenido se asemeja. Los números bailan. El volumen es escaso. Las características no permanecen. El todo es nada. Los números, siempre los números. Las percepciones desaparecen. Las percepciones de las cosas en tanto que cosas son. Tú con un millón de dólares en la mano y con muchas cosas que hacer con ellos, te plantas a un lado de la calle y pretendes cruzar y encaminarte a un banco y pedir consejo. Las reservas federales, las cuentas corrientes, las líneas de crédito, las inversiones a corto plazo, los bonos del estado, el valor de su precio en oro. Un millón de dólares y el contenido social. Lo social, la sociedad, las personas que son humanas, las personas que tienen unas necesidades y que se organizan. Los números no cuadran. Las inversiones parecen perdidas. Mi dinero. Mi interés. Las sociedades se rigen por intereses colectivos. Los intereses colectivos canalizados por personas humanas singulares. Me llamo tal y tengo un millón de dólares que quiero invertir en mejorar la sociedad en la que vivo. Tengo un millón de dólares y quiero que todos disfrutéis de él. El dinero en mano. El dinero contante y sonante. Las horas del día delimitan el tiempo que tienes para vivir. No vives durante todas las horas del día. Hay horas del día que debes dedicarlas a producir, hacer cosas que sean productivas, que tengan un valor. No puede ser que todas las horas las dispongas para vivir únicamente. Para ti. El producto, el consumo, el valor. Usted debería ser consciente de que debe deber. Es decir. Debe. Debe desde el momento en el que nace ya esta debiendo usted. Es el objeto de todo, deber. Está usted vivo y debería ser consciente de su situación y esforzarse para pagar lo que debe. Te pasas la vida pagando lo que debes. Usted es un producto, contabilizado como un número que es útil en tanto en cuanto. En tanto en cuanto. No tengo mucha idea de cuál es la teoría que defiende Zizek. No me he tomado la molestia de puntuar correctamente el nombre de Zizek. Sé que debo estar más de acuerdo con Zizek que con Hayek, naturalmente. Sé que debo. También. 

martes, 11 de enero de 2022

Polanyi contra Piketty


Me estabas diciendo que Polanyi nosequé y no me dejas hablar de Piketty. Siempre que te intento hablar de Piketty te pones esquivo, te encierras como una ostra y acabas hablando de cualquier otra cosa, hoy ha sido Polanyi pero ayer era otro y antes de ayer otro. Me molesta. Profundamente. Porque no consigo entender de ninguna manera qué es lo que te pasa con Piketty. No consigo encontrar el hilo que te lleva a pensar que no podemos hablar de Piketty y que has de salir del tema de la manera más abrupta. Y, si por ejemplo hoy, tus consideraciones sobre Polanyi fueran de algún interés, todavía podría yo transigir con ello ya que soy una persona que se considera muy abierta para con las teorías, ideas, reflexiones de los demás. Ahora bien, me da la impresión de que lo que haces es evadir con vaguedades lo que quiero exponer con toda una suerte de balbuceos, lugares comunes y obviedades recogidas de la Wikipedia que me parecen impropias de una persona como tú. Ya sé, porque nos conocemos de hace mucho, que todo aquello que te parezca a ti producto de una moda, algo que te parezca mediático, de lo que ya hayas oído hablar a alguno antes, te resulta insoportable. Que todo lo llevas por el camino de una suerte de elitismo por el cual solo se habla de lo que tú únicamente conoces y sobre lo que tú puedes pontificar pero, claro, si con lo que me sales es con algo sobre Polanyi, que está más gastado que yo que sé, pues qué quieres que te diga. No lo entiendo. De todas maneras, te voy a decir una cosa, lo que tengo que decirte sobre Piketty tampoco es algo especialmente nuevo, es simplemente una impresión personal, bastante poco elaborada a decir verdad, sobre un artículo suyo que me pasaron y que me llevó a diversas consideraciones. Pero que ya que veo que te molesta tanto que saque a Piketty ya me esforzaré en pensar otros temas. Ahora me tengo que marchar. Vuelvo en un... periquetty.

lunes, 10 de enero de 2022

Garzón tiene razón


Porque uno ya más o menos entiende que los presidentes regionales del PSOE son como son y creen que su electorado es el del PP más lo suyo y que claro, cómo van a perder ellos esos votos que son conservadores en el fondo y amantes de la tradición y los negocios como sean antes que hacer políticas de izquierdas en lo que meterle mano al sistema se refiere si pueden hacer de vez en cuando alguna proclama feminista, alguna cosa de memoria histórica pero poco, y sacar las reliquias a pasear de vez en cuando. Cómo iba uno a fiarse de los dirigentes del PSOE que consideran que todo lo que queda a su izquierda es y ha de ser una anomalía que debe corregirse a base de esquilmar sus caladeros, cooptar sus cuadros, comprar voluntades y hacer que solo haya una recta y serena vía hacia el socialismo visto el socialismo y entendido como que mientras estamos nosotros no están los fachas de verdad. Cómo iba uno a pensar que los dirigentes del PSOE iba a alinearse con las políticas europeas que dicen que lo de las granjas extensivas son un atraso si aquí eso de las políticas europeas solo vale para cobrar subvenciones y para hacer unas cuantas obras en vísperas de elecciones. Fondos europeos sí, pero sin políticas europeas. Cómo iba uno a pedirle al PSOE algo de lealtad con el socio de coalición. Cómo nos íbamos a imaginar que vendieran al ministro Garzón ante las andanadas de una derecha y extrema derecha cada vez más bizarra y apuntarse ellos mismos al disparate de declaraciones con tal de desprestigiar al ministro comunista. Lo que no podríamos llegar a pensar es que el ser de luz presidente Pedro Sánchez sería también tan bandolero de argumentar, así sin despeinarse, que la carne española es una carne estupenda y quedarse más ancho que largo sin entrar en ningún debate ni ninguna confrontación no vaya a ser que se le escapen los votos de los españoles que mucha España y viva España y España es lo más grande y a qué quieres que te gane. No vaya a ser que nos ofendamos porque nos prohíban comer carne, fumar puros, conducir a tope, jugar a las tragaperras, beber las copas que me de la gana beber, quién se ha creído usted que es para decirme a mí lo que tengo que hacer. No vaya a ser. Pero lo del no vaya a ser, cadena ser, es que resulta que los únicos que están haciendo propuestas y adoptando medidas que son de izquierdas en el gobierno de coalición, son los ministros y ministras de Unidas Podemos, mientras que a ojos de cualquiera que lo quiera ver, quienes siempre ponen el freno a cualquier medida progresista, transformadora, y pongan la que quieran, son los mayoritarios socios de coalición progresistas. Y eso, digo yo, que lo verá la gente, que el PSOE está en el Gobierno porque tiene que estar pero no porque quiera gobernar, al menos con estas políticas pactadas. Cómo iba uno a pensar que el PSOE iba a querer un gobierno de izquierdas de manera responsable, si tenemos la mejor carne del mundo. Ole. 

jueves, 6 de enero de 2022

Crónica de la Cabalgata 2022. Breve intensidad descarbonizada.


Si todo empieza ya un poco del revés, no esperes que se recomponga con el paso del tiempo. Con este espíritu tan poco navideño se encara esta crónica de los breves momentos que pasé en la Cabalgata de esta Santa Coloma que quiero más que a mi propio corazón y a mi propia alma y todo lo que ello conlleva y consume. Una cabalgata a la que llegué apresuradamente ya que consideré que era mejor presenciar la cabalgata en cuestión, fueran las circunstancias que fueran, antes que dedicar mi tiempo a cualquier otra actividad en cualquier otro espacio y todo ello por el amor inconmensurable que guardo hacia esta ciudad y mis convecinos incluidos. Y por saber. Porque a la cabalgata se va a saber qué es lo que hay y qué es lo que no hay y qué año nos va a aguardar. Y tengo una noticia que darle a la ciudadanía colomense. O bien este año que entra va a ser todo miel sobre hojuelas o bien se nos ha escatimado la posibilidad de recibir una recompensa en forma de carbón a todos aquellos que hemos sido un tanto irregulares en nuestro comportamiento y en nuestra pasión por la ciudad. No hubo carbón y no hubo carboneros, creo entender que por que las medidas covid impiden que se reparta carbón de manera presencial y quizás recibiremos una llamada telemática por la que se nos consignará el elemento oscuro que nos merecemos los malos colomenses. Todo empieza mal desde el momento en el que llegas a la cabalgata con esta ya comenzada y una voz te va advirtiendo que estás mal colocado, que estorbas, que ahí no. Un mosso o guardia urbano me amargó esos primeros instantes de cabalgata requiriéndome a apartarme de ahí porque venía un coche de los mossos o porque venía una furgoneta de la urbana o cualquiera de las dos cosas. El caso es que por un pelo no me pierdo la principal motivación, inconfesable, para no perderme la cabalgata como es ver qué nos tiene preparada Yolanda Valero y que por poco se me pasa y solo pude hacer esta mierda de foto, tan lejos de la excelencia de otros fotógrafos que sí que han sabido recoger el auténtico espíritu de la cabalgata. Así las cosas, si lo primero que ves es ya a Yolanda Valero y su escuela danzando por las calles, todo lo demás tiene que ser, por fuerza, peor. Y así que esta cabalgata para mí fue breve y ya un tanto desnortada, no reconocí a ninguno de los reyes, ni por saber quién era quién ni por saber quién se escondía detrás de los trajes. Solo reconocí a un pequeño paje y poco más. Y de ahí, esperar a que pasara el resto de la cabalgata que no fue excesivamente numerosa, con esas figuras articuladas y esas personas subidas en zancos con maravillosos vestuarios que me gustaron y decir ya que estamos y por no hacerme excesivamente más pesado de lo habitual que ha sido el peor año en recogida de caramelos que recuerdo. No tanto por que se repartieran pocos caramelos, que creo que este año los puñados iban generosos sino porque no he hecho esfuerzo alguno por agacharme a recoger. Y la competencia va creciendo en calidad y uno ya no tiene aquel entusiasmo. Gente por las calles, alguna menos que en otras ocasiones, familias con niños y niñas y gente expectante para ir a tomar algo en cuanto acabara la cabalgata. Poco más. Cómo va a ir el año, qué señales nos manda la cabalgata de este año. Tengo una noticia que daros, colomenses, todo irá igual si estás mirando. 

lunes, 3 de enero de 2022

Cambio de régimen


Cuando al fin llegamos al corazón del Palacio y declaramos abolido el Imperio, registramos todos los salones en busca de objetos de valor para preservarlos del saqueo indiscriminado y en una sala apartada de todo, hallamos a un señor que apostado en un escritorio, rellenaba un folio y pretendía sellarlo. Le preguntamos quién era y qué estaba haciendo y nos dijo que su nombre era Sharullah Bar Dabas, escriba y guardador de los decretos, leyes y reglamentos del Imperio y que se ofrecía inmediatamente, postrándose ante nosotros, para ayudarnos a la reordenación del territorio ya que nadie como él conocía los misterios, secretos y diferencias entre los diferentes territorios y cómo y de qué manera gobernarlos de la manera que nosotros quisiéramos. Convencidos como estábamos de que no habíamos iniciado aquella aventura para mantener ni una sola mota de polvo provinente del caduco Imperio, desterramos inmediatamente a Bar Dabas y nos propusimos comenzar de cero la construcción de un nuevo mundo. Y así, nombramos a un joven que se había mostrado muy ducho en la organización del asalto a la capital, demostrando no solo fiereza con el enemigo sino también capacidad de resolución de problemas en lo inmediato. Se le destinó a un edificio cercano a la nueva sede de la Mayoría del Pueblo y allí pudo contar con un equipo de partidarios de la nueva orden popular que emprendieron la gran tarea. Pasaron los años y aquel joven se concentró tanto en su tarea, que era poderosa y casi inabarcable, mientras los demás nos dedicábamos a predicar, discursear, idear maneras de mantener a la gente contenta y feliz, que en muy pocas ocasiones pudimos disfrutar de su presencia. Olvidamos que existía. Olvidamos su nombre. Hasta que un día, alguien escribió, en un lejano recodo del Pueblo Honrado, un poema que recordaba las bondades del antiguo Imperio. Aquel poema se comenzó a cantar por los caminos y surgieron cabezas que predicaron una vuelta al antiguo Imperio. Y hubo revueltas y recuerdo que fuimos derrotados y que nos encarcelaron y que muchos murieron. Y que cuando al fin llegaron a conquistar el edificio de la gobernación de la Mayoría del Pueblo encontraron una pequeña sala repleta de ordenadores y computadores y maquinaria de última tecnología. Y allí estaba aquel joven ya no joven que se presentó como Sharullah Bar Dabas y que guardaba todas las contraseñas y... 

domingo, 2 de enero de 2022

Enjoy yourself


Este año, como prueba de que todo va a ser diferente, vamos a comenzar rompiendo la cadena temporal y si todos los años dejábamos por escrito un balance del mismo el último día este año nos vamos a saltar el balance y vamos a ir directamente a los propósitos. Y no nos lo vamos a saltar porque el año 2021 haya sido especialmente malo, que, visto en perspectiva es tan malo o puede ser tan malo en relación a la gente que tengas a tu lado. Y esto nos lleva a pensar qué gente quieres tener a tu lado en este 2022. Si el año no ha sido malo ha sido porque personalmente, sensillamente que diría aquel, tengo alrededor a mucha mucha gente que merece la pena. Por la que merece la pena. Gente que pelea, que lucha, que se caga en la puta ya y que no deja pasar ni una, que no agacha la cabeza ante chantajes, caras bobas, frases hechas, mafias, o sectas del último día. Gente que no va a dar un paso atrás ni para tomar impulso. Y gente sobre todo que quiere, gente que ama, gente que vive la vida desde el cariño y el compartir, gente que va de primeras y no tiene un segundo tranco en el que tropezar. Gente, esa gente que, pese a otra gente, te hace el año muy pasable. Porque si de algo se va a tratar este año es de no tener alrededor a esa gente que te hace el año insufrible, insoportable, directamente un infierno. Y les estoy haciendo un favor haciéndoles saber que sí, efectivamente, el año ha sido un infierno, pero este año va a ser diferente, porque este año le propósito es quitármelos de encima, que nadie pueda decir por un solo segundo que son algo mío, que los tengo cerca, que se parecen a mí, que son mi gente. En absoluto, este año, completaremos el propósito y saldrán de nuestras vidas todos aquellos que bobaliconamente se han empeñado en convertir nuestra vida en su vida. Es decir, un infierno. La vida infernal que han llevado durante décadas, la han querido socializar, la han querido compartir, y muchas gracias, yo tengo otra gente. Así que este año 2022, como el resto de años por otra parte, mantenemos bien alta la divisa que dice que aprovechemos el tiempo, porque es más tarde de lo que pensamos. Un tiempo que se nos va y, a mi edad, cada vez con una conciencia más grande de pérdida. Cada día que desperdiciamos en, lo malgastamos para. Y así el tiempo pasa y lo hacen los meses, los años y los días. Este año, lo he dicho por ahí, no voy a concretar específicamente nada, no quiero ser detectable para los radares de quienes te fijan en un sitio y te hacen diana rápidamente. Este año lo primero va a ser quitarnos de encima lo que no ha sido sino un lastre peligroso, gente peligrosa, durante tanto tiempo, para profundizar en lo que sí. Un año más, aprovechemos el tiempo porque, nos creemos muy listos y muy tal, pero todo lo listos que nos creamos solo lo vamos a poder aprovechar una vez, esta vez. Hagámolos, intentémoslo, no digamos que no, saltemos, cantemos, hagamos el disco de tributo a Spacemen 3 de una vez, proyectemos de nuevo una novela y no la concluyamos jamás, asaltemos el crucero de invierno, tengamos una hija y llamémosle Aurora. Boreal. 

Este año que entra va a ser así, Boreal, irrepetible o difícil de ver, pero lo acabaremos viendo.