El profesor Izzedine Chaffak, de la Universidad de El Cairo, ha ido publicando una serie de artículos que por motivos diversos no han sido puestos en consideración hasta fecha muy reciente. Estos artículos establecen una nueva línea de investigación que hasta ahora no había sido convenientemente tratada y que lleva la teoría del profesor Almayr y su Mirada Ovoide a un nuevo... espacio. Atención a lo que establece el profesor Chaffak en esta su interesante reflexión:
'Mis días en la Universidad han pasado desde mi nombramiento como profesor titular de la Facultad de Medicina entre el tedio y la desesperanza. Mis sueños juveniles, mi anhelo de convertirme un salvador de la humanidad mediante el ejercicio de la medicina y especialmente el cuidado de los ojos de los menos necesitados fue derivando en una rutinaria y tediosa especialización en la teoría que poco o nada aportaba a mi propósito inicial. Las clases, las preparaciones de las clases, las reuniones con otros profesores, la vida universitaria, las conspiraciones palaciegas dentro de la misma, consumían mi tiempo. Y mi vida se iba diluyendo poco a poco entre mis manos. Ante mis ojos, podría decir, queriendo darle un toque... Como sea.
El Cairo no es una ciudad fría. Cuando llega la época estival se convierte en un horno infernal. Yo, que soy de una región montañosa y que no me acostumbro a vivir en la capital, no soporto ni el bullicio, ni el gentío, ni el caos y mucho menos que todo eso se de con temperaturas demoníacas.
Desde siempre he llevado gafas. Quizás haber llevado gafas, miope toda la vida, desde muy niño, ha tenido consecuencias en mi propósito de vida. Ver a tantos niños que no podían llevar gafas hizo que yo dedicase mi vida a intentar paliar esas carencias.
Mi compañera de vida, siempre me decía que yo estaba más guapo sin gafas. Que las gafas me tapaban la cara, que las gafas no dejaban lucir mis ojos, que las gafas me estorbaban. Yo, que siempre he llevado gafas, me resistía a otra opción que no fuera esta. Cuando ella murió, me propuse, como homenaje, operarme de la visión.
Hice los trámites, hice las pruebas, y un amigo, el doctor Hakam, me dio fecha. Accedí a operarme. Para irme acostumbrando a la visión sin lentes me recomendó usar unas lentillas. Por primera vez iría sin nada sobre la cara. Pero, ay, por primera vez, descubrí que podía protegerme del sol en los ojos con unas gafas de sol.
Me compré unas gafas de sol y me dispuse a salir una mañana por el campus a dar una vuelta. Lentillas y gafas de sol. Mi visión con las lentillas era normal, aunque notaba cierta incomodidad en el ojo, típica de quien no ha llevado nada en el ojo nunca. Pero cuando me puse las gafas de sol al salir a la calle, sucedió algo.
Algo extraño.
Todo lo que veía se deformaba. Todo lo que veía cambiaba de forma. No solo cambiaba de forma en mi retina. Cambiaba de forma de manera real. Tangible. Me quité las gafas y al señor Haroun, profesor de lengua clásica, el brazo derecho se le había trasladado al centro del pecho. La nariz viajó al ano. Un nuevo ojo le nació en la rodilla (no podía doblarla) y el ojo derecho le desapareció. Al señor Farrakh, la cabeza se le fue al pie, como quien lleva un balón cosido al pie. El campus de la facultad de medicina del Cairo se había movido hacia la agradable villa francesa de Villiers sur Mer. Se me ocurrió mirar al sol.
Lo demás, lo dejo a su consideración'.
Y aquí estamos. Aclarándonos con el señor Izzidine Chaffak a ver qué hacemos, porque en este sistema solar oxígeno para todos no tenemos y luz del sol ni luz de nada... y el hombre no se quiere quitar las gafas de sol.
jueves, 27 de septiembre de 2018
miércoles, 26 de septiembre de 2018
Crónica del #PleGramenet de Septiembre. Tocando techo.
Tan alto. Tan arriba. Como en el cielo. Fue un momento. Un instante nada más. Como un destello. Como ese brillo que una vez tuviste en la mirada y que quizás no vuelva nunca. Como un soplo. Fue durante la intervención de Juan Pastor, la encendida intervención de Juan Pastor, en la que muy vivamente y en nombre de la PAHV, arremetió contra la incapacidad de los partidos políticos, de los políticos profesionales, de los políticos jóvenes, de los políticos jóvenes que ocupan cargos, de todos y cada uno de los elementos que conforman LA POLÍTICA y que provocan el sufrimiento del pueblo, de un pueblo que previamente había hablado por boca de una chica joven que leyó muy bien un texto, y fue durante ese certero disparo al corazón de las instituciones, de la politiquería, de la inoperancia, durante ese canto a la lucha popular, a la acción de las masas, a la espontaneidad de la organización de los de abajo, a todo eso que se ha venido a barrer y que se barrerá a fe mía que se hará porque así está escrito y la sala llena contempla con ojos anhelantes que lo suyo sea resuelto. Fue entonces. Fue en ese momento. En la Sala de Plenos. El día 25 de septiembre. Santa Coloma de Gramenet que te quiero más que mi propia alma y que por ti yo que sé lo que haría porque pierdo el sentido y me ciega el amor, un amor tan grande que los siglos no lo abarcan madre mía. Serían las nueve o así de la noche. Número de pleno 10/2018. Pleno Municipal. En ese instante. En ese momento. Las almas sensibles, las que lo tienen, las que han sido tocadas por la varita de la conciencia de pueblo, patria y gente. Esas almas, alcanzaron la felicidad, durante un segundo. No lo notasteis porque no estuvisteis. Porque la política ya no chana. Porque la política es ahora otra cosa. Un algo que se mide en la elevación y en lo que no se manifiesta. Unas pocas personas son capaces de percibirlo. Se dio entonces. Y fue una extraña sensación de felicidad y risa incontenible. Y gentes de aquí y de allá, miraban el discurso encendido. Otro discurso más. Otra intervención más, apasionada, directa, al corazón de los que mandan y no hacen nada. Y ya podéis entrar y ya os podéis ir. Pueblo mío. Seguirme. La felicidad. Nos está saliendo todo de bien que yo no sé cómo me aguanto de pie con la gustera que me entra.
Eso fue. Así pasó. Y no lo notasteis porque no estuvisteis. Porque hubo poca gente. Los plenos en Santa Coloma de Gramenet son cada vez menos plenos. Lo sabe todo el mundo. Pero no lo queremos decir porque tenemos un negocio y así no nos lee nadie. Pero los plenos... los plenos ya no son lo que eran. Antes, antes sí. Antes sí que había plenos guapos, con temas candentes, cosas de política, la ciudad en ascuas, peña a tope, interrupciones, movidas. Ahora nada. A las diez y media tienen que inventarse temas para ir rellenando. O bien es la alcaldesa la que corta a uno de los suyos porque se está enrollando y hay ya ganas de largarse. Antes eso no pasaba. Antes yo tampoco iba.
El pleno de ayer es el primero después de las vacaciones de agosto, las fiestas de septiembre, diada y en plena conmemoración de los hechos históricos que hace un año justo tuvieron a Catalunya en vilo de si sí o si no. Y poca gente. Creo que hemos tocado techo y que ahora ya nos quedan las giras por provincias. Poca presencia mediática. Poca presencia de público. Presencia de ERC en el pleno porque todo el mundo sabe que ERC lo va a petar y ERC ha decidido venir a los plenos. Y decir sus cosas. ERC en los plenos, se saludan y se sonríen con la gente de SOM. Pero es como cuando yo, que soy de Santa Coloma, saludo a uno de Badalona (gracieta Sntkqueens style). Sí. No.
Poca gente en definitiva y no tiene más explicación que yo que sé. ¿Será acaso que no hay ambiente político? ¿Será acaso que hay poco ambiente de cara a las municipales? ¿Será acaso que salvo ERC que lo va a petar, el resto del mundo lo damos todo por perdido? ¿O acaso no va gente a los plenos porque han convertido la sala de plenos en una nevera insoportable? Yo, ayer mismo, por hablar de alguien que me queda cerca, me fui a los bancos de atrás, como no había nadie, para que no me pillara la onda gélida del aire acondicionado. Y porque no llevaba chaquetilla. Y porque no me voy a poner un pañuelo que me deje la Gemma que ya solo faltaba eso.
Antes de comenzar nada, gloria eterna al compañero Jonatan Fornés, de nuestra adorada reliquia coalicional Gent d'Esquerres ICV-EUiA, que sigue batiéndose el cobre solano como nuestro regidor plenipotenciario toda vez que la compañera Alexandra Sevilla mantiene su posición de acumulación de fuerzas en el JiangXi. Y ahora avancemos. Que no hablamos de nada y no entramos al grano.
El grano es lo de siempre. Criticar a SOM duramente insinuando a veces que son la CUP para que se mosqueen y tal, advertir del peligro de Ciudadanos aunque ya nada de nada, algunas risas a costa de un PP que está más perdido que el Huesca, y preguntarnos una y mil veces cómo se hace para tener esos 14 regidores del PSC y cómo evitar que la broma no vaya a mayores, no reconociendo ningún mérito a nadie, atacando políticas inertes, preguntándonos quién será el próximo en caer, padre. En realidad estos textos siempre acaban con la misma conclusión que no es más que mi estilo de no acabar diciendo lo que uno quiere disfrazándolo de verborrea y nada. Al final, nada.
Tocando techo. Estas crónicas tocan techo ahora mismo. Después del destello de felicidad antes descrito, la línea temporal no se respeta y todo se pierde, se diluye. Nombramientos por enésima vez de la defensora de la ciudadanía que parece la reina de inglaterra, cambios en el funcionariado local y reclamos de mejoras en la bolsa de trabajo o de interinos o de algo que ya no sé cómo hay que decir las cosas que parece que os da igual porque parece que haciendo cualquier cosa esto está visto para sentencia. Igual me leen algo despedazado, desesperanzado, con cierto desencanto. Es posible. Los cambios de tiempo. El otoño. Mierda para el otoño y para la llegada del frío. Apagar el aire, dejarme disfrutar del calor, no veis que estoy sufriendo y que...
La vida pasa y los minutos corren y no quiero entretener a nadie que seguro que tiene miles de cosas que hacer. Ocho primeros puntos. Con dios.
Que no había ganas de nada lo atestigua la ausencia de debate en puntos relativos a ordenanzas y aprobaciones de cuentas varias. SOM, como siempre aplicados en el esfuerzo y en la explicación y aleccionamiento, quería buscar vueltas sobre el tema de Ciutat Vella resueltas con un 'con la abstención de tal y el voto en contra de cual, mira cómo paso de tu cara'. Nada. Cero debate.
Civismo. Resumiendo los puntos relativos al refuerzo y reconsideración de la política de recogida de cosas voluminosas de la acera: que se van a redoblar esfuerzos, pero que la gente también tiene un cuajo... Pero oiga, no puede usted echarle la culpa a la gente, lo que tiene que hacer es poner más gente y redoblar esfuerzos y explicar en varios idiomas... ¿Entonces no es un tema de la gente? Bueno, es un tema de incivismo también, pero no se pude hablar de incivismo. Hay incivismo, pero no podemos hablar de incivismo. Redoblaremos la lucha contra el incivismo y no hablaremos de incivismo. No estigmatizaremos barrios. Pero hablemos de que hay barrios en los que... y hay un informe y... El otro día, quizás fuera el viernes, hice una foto de unos colchones en el polígono del Bosc Llarg. Había dos o tres. Ilustré un texto con esa foto, pero sin hacer denuncia de nada. Hoy, miércoles, los colchones siguen allí. Durante el verano, un meme de las conocidas como SntkQueens sobre este tema, fue aprovechado por otro fabricante de memes y motivo de una polémica por la cual se volvió a recitar el consabido mantra de 'solo sabéis hablar de cosas que hacen daño, no queréis a Santa Coloma, siempre todo mal'.
Consecuencia: modificaciones de contratos, cláusilas, el copón. Debate sobre el civismo, la recogida, redoblar, y la derivada del análisis genético de los dueños de los perros y de sus cacas o de las deposiciones de los dueños que pasean a sus amos o del de las tizas de colores que señala las cacas y no tiene quien le escriba o los perros que tienen unos dueños que no entienden tu idioma o que son clase media y sí la entienden. En definitiva, eso.
Mociones. Una moción de Ciudadanos, inocente como un angelito mofletudo en la cima de un pastel de nata. Contra toda violencia en Catalunya y por la convivencia y el respeto entre toda la ciudadanía. Paz y amor. Por la paz y la amistad. Cógeme la mano amigo mío y circulemos juntos... oh wait. Que la retiraron. La retiran y hacen un canto a la traición socialista que ha presentado una contra moción que parece que va ser aceptada por más gente y que en cierto modo... pues que no. Como se retira la moción el debate se desbrava y aunque Salva Clavera de ERC lee su intervención/petición de palabra y hace el repaso de agresiones ultras que no se condenan porque si la condenas se te ve el plumero de equidistante colauista, al final, nada de nada. En otro momento, al pleno hubieran acudido: ANC, Omnium, este, el otro, alguien recitando un poema, invitándonos a una excursión, cantos varios, etc., pero parece que el tema toca techo también y salvo ERC, nadie parece tomarse en serio ni la moción ni el debate. Ganas de pasar de tema. Alusiones a tú aquí votas tal y yo allí voté tal. ¿O eso fue en la moció sobre el 1 de octubre?
Moción que presentamos y a la que se suman PSC (pesecé) y SOM Gramenet para ampliar el parque público de vivienda en Santa Coloma de Gramenet que suspiro por cada uno de tus rincones como si fueran parte de mi propia carne que te quiero yo como no se quiere más que a una madre. Pide la palabra la PAHV. Fadua Harrak lee impecablemente el texto. Incluso la mención 'de higos a brevas', suena auténtica. Ataque a las instituciones y al PSC. Bueno. El PSC se da por aludido y Diego Arroyo contesta, por un vez, airado y conciso. Rebate los temas que la PAHV ha descrito. Juan Pastor, como un Beckenbauer de la camiseta verde, sale al corte, hace su encendido discurso y provoca esa aurora boreal que dibuja en tu rostro una sonrisa que es la sonrisa de quien ha entendido para qué y porqué está allí.
La moción se aprueba aunque unos culpan a la Generalitat, otros al PSC y otros al sistema. Durante su intervención, Juan Pastor, supongo que víctima del calentamiento global, arremete contra el regidor Luis Fuentes o contra el que lo nombró, por poner a alguien tan joven para detentar una responsabilidad tan... feo es una manera de calificar el comentario. Políticamente uno puede estar en desacuerdo, porque es la obligación o el sentir de cada uno, y no pasa nada. Lo otro es otra cosa. Y puede pasar que gente cercana haya sido regidor o regidora, más joven aún que Luis Fuentes y haya llevado una responsabilidad a cuestas importante. Y lo puede volver a hacer. Y entonces qué.
La moción recoge, en cierto modo, el espíritu de las iniciativas que se están llevando a cabo en Barcelona en tema de vivienda (oh, la Colau haciendo algo que no es tirar latas al suelo) y la llamada Ley de la Vivienda de La PAHV, que ha sido llevada al Parlamento. El tema de la vivienda. El que la lleva la entiende. El que no puede pagar los precios del alquiler, lo sabe.
Moción que presenta SOM Gramenet para pedir la denominación de '1 de octubre de 2017' a un espacio público de la ciudad. Vuelve a intervenir ERC, esta vez su candidato a la alcaldía Sam Núñez, y luego presenta la moción SOM Gramenet. Nosotros nos abstenemos. Pero decimos que para nosotros aquello no fue un referendum y que ni violencia, ni política de símbolos. Efectivamente, ni con Ciudadanos ni con los otros. Muy buena intervención de Jonatan y aplauso. Qué risa tía Felisa.
La moción no prospera porque el PSC vota en contra. Como PP y Ciudadanos, claro. El sentido de la petición de SOM es el de recordar aquel día, del 1 de octubre como un hecho histórico para mucha gente, como puede haber calles que lleven el nombre de santos o eventos varios que no tienen el consenso de toda la ciudadanía. Pero así como para muchos colomenses ese día fue un día glorioso, de autoorganización, de demostración de poder, de ganas, de voluntad, para muchos otros fue un día de miedo, de mierda, un día de vacío, de terror, de pérdida. Y no sé si poner una calle, una sala de biblioteca, un parque, la entrada del auditorio, eso lo merece.
A partir de aquí, todo parecía ir cuesta abajo. Como ven, el tema anterior podría haber sido complejo y tenso. Pero no. Nada. Intervenciones medidas, intentos de decir 'me sorprende tu voto', pero poca cosa más. Ni siquiera mencionar a Arnaldo Otegui. ¿Esto fue en este punto o en el otro?
Moción para la implementación de una campaña en los centros escolares de primaria para potenciar el reciclaje de residuos domésticos. La presentan SOM, pesecé y Ciudadanos. Así, sin anestesia. Votamos a favor, viva la paz y la armonía.
Y llegamos a la moción para la creación de un registro genético de animales de compañía para la eliminación de excrementos en la vía pública y... uff, y la protección contra el maltrato animal y para la identificación de animales extraviados. Votamos en contra. Som vota en contra. El PP a favor. El PSC tampoco. María Duarte defiende la moción, a debate con Álvaro Rodilla. Álvaro Rodilla lee los evangelios según san Marcos, San Mateo, San Lucas y san elotro y hubiera leído el Ramayana y el Popol Vuh enteros si no es porque la alcaldesa, que ayer estaba de buenas, le dijo 'va, corta'. María Duarte quiso entrar en debate pero ante la amenaza de Rodilla de acabar de leer 'En busca del tiempo perdido de Proust', va, hombre va. Que no. Que es un gasto, que es una medida punitiva, que favorece a las empresas... en fin. Los perros y sus deposiciones.
Preguntas varias a contestar de viva voz. Ciudadanos pregunta sobre unas obras en la calle Bruch que provocan unas grietas en la calle Mas Marí. El teniente de alcaldesa Jordi Mas contesta con aquella chispa y concluye que bueno, que esas obras, pues que está todo más o menos. Ciudadanos dice que bueno, que eso ya lo saben, pero que los vecinos les preguntan a ellos y no al Ajuntament. Entonces la pregunta era?
Y tres preguntas y una más de SOM. Acompañamientos extraños en la marcha de antorchas previa al 11 de septiembre (mira, una marcha rompiendo fotos del rey, por ejemplo, da menos yuyu que una marcha de antorchas, una idea, rompedora y transgresora y menos años 20), filmaciones extrañas en actos de la plataforma ciutat vella, pancartas que desaparecen en la Marea Pensionista. Y las preguntas se responden con un 'mire usted qué preguntas', menos la de la marea Pensionista, que fue un error. Y como no podría haber crónica sin error grave, no tengo apuntada la última pregunta, que no era política y como ya digo que hemos tocado techo y que habrá que replantearse esto porque así no podemos seguir. Calla, ya me he acordado. El Tomicus destruens. Viene el otoño y lo del tomicus qué pasa. ¿Se acuerdan del Tomicus verdad?
Los días pasan, los plenos van y vienen, las elecciones municipales cada vez más cerca y no sé pero o esto no se anima o yo que sé. A base de destellos, quienes se ríen son otros.
Eso fue. Así pasó. Y no lo notasteis porque no estuvisteis. Porque hubo poca gente. Los plenos en Santa Coloma de Gramenet son cada vez menos plenos. Lo sabe todo el mundo. Pero no lo queremos decir porque tenemos un negocio y así no nos lee nadie. Pero los plenos... los plenos ya no son lo que eran. Antes, antes sí. Antes sí que había plenos guapos, con temas candentes, cosas de política, la ciudad en ascuas, peña a tope, interrupciones, movidas. Ahora nada. A las diez y media tienen que inventarse temas para ir rellenando. O bien es la alcaldesa la que corta a uno de los suyos porque se está enrollando y hay ya ganas de largarse. Antes eso no pasaba. Antes yo tampoco iba.
El pleno de ayer es el primero después de las vacaciones de agosto, las fiestas de septiembre, diada y en plena conmemoración de los hechos históricos que hace un año justo tuvieron a Catalunya en vilo de si sí o si no. Y poca gente. Creo que hemos tocado techo y que ahora ya nos quedan las giras por provincias. Poca presencia mediática. Poca presencia de público. Presencia de ERC en el pleno porque todo el mundo sabe que ERC lo va a petar y ERC ha decidido venir a los plenos. Y decir sus cosas. ERC en los plenos, se saludan y se sonríen con la gente de SOM. Pero es como cuando yo, que soy de Santa Coloma, saludo a uno de Badalona (gracieta Sntkqueens style). Sí. No.
Poca gente en definitiva y no tiene más explicación que yo que sé. ¿Será acaso que no hay ambiente político? ¿Será acaso que hay poco ambiente de cara a las municipales? ¿Será acaso que salvo ERC que lo va a petar, el resto del mundo lo damos todo por perdido? ¿O acaso no va gente a los plenos porque han convertido la sala de plenos en una nevera insoportable? Yo, ayer mismo, por hablar de alguien que me queda cerca, me fui a los bancos de atrás, como no había nadie, para que no me pillara la onda gélida del aire acondicionado. Y porque no llevaba chaquetilla. Y porque no me voy a poner un pañuelo que me deje la Gemma que ya solo faltaba eso.
Antes de comenzar nada, gloria eterna al compañero Jonatan Fornés, de nuestra adorada reliquia coalicional Gent d'Esquerres ICV-EUiA, que sigue batiéndose el cobre solano como nuestro regidor plenipotenciario toda vez que la compañera Alexandra Sevilla mantiene su posición de acumulación de fuerzas en el JiangXi. Y ahora avancemos. Que no hablamos de nada y no entramos al grano.
El grano es lo de siempre. Criticar a SOM duramente insinuando a veces que son la CUP para que se mosqueen y tal, advertir del peligro de Ciudadanos aunque ya nada de nada, algunas risas a costa de un PP que está más perdido que el Huesca, y preguntarnos una y mil veces cómo se hace para tener esos 14 regidores del PSC y cómo evitar que la broma no vaya a mayores, no reconociendo ningún mérito a nadie, atacando políticas inertes, preguntándonos quién será el próximo en caer, padre. En realidad estos textos siempre acaban con la misma conclusión que no es más que mi estilo de no acabar diciendo lo que uno quiere disfrazándolo de verborrea y nada. Al final, nada.
Tocando techo. Estas crónicas tocan techo ahora mismo. Después del destello de felicidad antes descrito, la línea temporal no se respeta y todo se pierde, se diluye. Nombramientos por enésima vez de la defensora de la ciudadanía que parece la reina de inglaterra, cambios en el funcionariado local y reclamos de mejoras en la bolsa de trabajo o de interinos o de algo que ya no sé cómo hay que decir las cosas que parece que os da igual porque parece que haciendo cualquier cosa esto está visto para sentencia. Igual me leen algo despedazado, desesperanzado, con cierto desencanto. Es posible. Los cambios de tiempo. El otoño. Mierda para el otoño y para la llegada del frío. Apagar el aire, dejarme disfrutar del calor, no veis que estoy sufriendo y que...
La vida pasa y los minutos corren y no quiero entretener a nadie que seguro que tiene miles de cosas que hacer. Ocho primeros puntos. Con dios.
Que no había ganas de nada lo atestigua la ausencia de debate en puntos relativos a ordenanzas y aprobaciones de cuentas varias. SOM, como siempre aplicados en el esfuerzo y en la explicación y aleccionamiento, quería buscar vueltas sobre el tema de Ciutat Vella resueltas con un 'con la abstención de tal y el voto en contra de cual, mira cómo paso de tu cara'. Nada. Cero debate.
Civismo. Resumiendo los puntos relativos al refuerzo y reconsideración de la política de recogida de cosas voluminosas de la acera: que se van a redoblar esfuerzos, pero que la gente también tiene un cuajo... Pero oiga, no puede usted echarle la culpa a la gente, lo que tiene que hacer es poner más gente y redoblar esfuerzos y explicar en varios idiomas... ¿Entonces no es un tema de la gente? Bueno, es un tema de incivismo también, pero no se pude hablar de incivismo. Hay incivismo, pero no podemos hablar de incivismo. Redoblaremos la lucha contra el incivismo y no hablaremos de incivismo. No estigmatizaremos barrios. Pero hablemos de que hay barrios en los que... y hay un informe y... El otro día, quizás fuera el viernes, hice una foto de unos colchones en el polígono del Bosc Llarg. Había dos o tres. Ilustré un texto con esa foto, pero sin hacer denuncia de nada. Hoy, miércoles, los colchones siguen allí. Durante el verano, un meme de las conocidas como SntkQueens sobre este tema, fue aprovechado por otro fabricante de memes y motivo de una polémica por la cual se volvió a recitar el consabido mantra de 'solo sabéis hablar de cosas que hacen daño, no queréis a Santa Coloma, siempre todo mal'.
Consecuencia: modificaciones de contratos, cláusilas, el copón. Debate sobre el civismo, la recogida, redoblar, y la derivada del análisis genético de los dueños de los perros y de sus cacas o de las deposiciones de los dueños que pasean a sus amos o del de las tizas de colores que señala las cacas y no tiene quien le escriba o los perros que tienen unos dueños que no entienden tu idioma o que son clase media y sí la entienden. En definitiva, eso.
Mociones. Una moción de Ciudadanos, inocente como un angelito mofletudo en la cima de un pastel de nata. Contra toda violencia en Catalunya y por la convivencia y el respeto entre toda la ciudadanía. Paz y amor. Por la paz y la amistad. Cógeme la mano amigo mío y circulemos juntos... oh wait. Que la retiraron. La retiran y hacen un canto a la traición socialista que ha presentado una contra moción que parece que va ser aceptada por más gente y que en cierto modo... pues que no. Como se retira la moción el debate se desbrava y aunque Salva Clavera de ERC lee su intervención/petición de palabra y hace el repaso de agresiones ultras que no se condenan porque si la condenas se te ve el plumero de equidistante colauista, al final, nada de nada. En otro momento, al pleno hubieran acudido: ANC, Omnium, este, el otro, alguien recitando un poema, invitándonos a una excursión, cantos varios, etc., pero parece que el tema toca techo también y salvo ERC, nadie parece tomarse en serio ni la moción ni el debate. Ganas de pasar de tema. Alusiones a tú aquí votas tal y yo allí voté tal. ¿O eso fue en la moció sobre el 1 de octubre?
Moción que presentamos y a la que se suman PSC (pesecé) y SOM Gramenet para ampliar el parque público de vivienda en Santa Coloma de Gramenet que suspiro por cada uno de tus rincones como si fueran parte de mi propia carne que te quiero yo como no se quiere más que a una madre. Pide la palabra la PAHV. Fadua Harrak lee impecablemente el texto. Incluso la mención 'de higos a brevas', suena auténtica. Ataque a las instituciones y al PSC. Bueno. El PSC se da por aludido y Diego Arroyo contesta, por un vez, airado y conciso. Rebate los temas que la PAHV ha descrito. Juan Pastor, como un Beckenbauer de la camiseta verde, sale al corte, hace su encendido discurso y provoca esa aurora boreal que dibuja en tu rostro una sonrisa que es la sonrisa de quien ha entendido para qué y porqué está allí.
La moción se aprueba aunque unos culpan a la Generalitat, otros al PSC y otros al sistema. Durante su intervención, Juan Pastor, supongo que víctima del calentamiento global, arremete contra el regidor Luis Fuentes o contra el que lo nombró, por poner a alguien tan joven para detentar una responsabilidad tan... feo es una manera de calificar el comentario. Políticamente uno puede estar en desacuerdo, porque es la obligación o el sentir de cada uno, y no pasa nada. Lo otro es otra cosa. Y puede pasar que gente cercana haya sido regidor o regidora, más joven aún que Luis Fuentes y haya llevado una responsabilidad a cuestas importante. Y lo puede volver a hacer. Y entonces qué.
La moción recoge, en cierto modo, el espíritu de las iniciativas que se están llevando a cabo en Barcelona en tema de vivienda (oh, la Colau haciendo algo que no es tirar latas al suelo) y la llamada Ley de la Vivienda de La PAHV, que ha sido llevada al Parlamento. El tema de la vivienda. El que la lleva la entiende. El que no puede pagar los precios del alquiler, lo sabe.
Moción que presenta SOM Gramenet para pedir la denominación de '1 de octubre de 2017' a un espacio público de la ciudad. Vuelve a intervenir ERC, esta vez su candidato a la alcaldía Sam Núñez, y luego presenta la moción SOM Gramenet. Nosotros nos abstenemos. Pero decimos que para nosotros aquello no fue un referendum y que ni violencia, ni política de símbolos. Efectivamente, ni con Ciudadanos ni con los otros. Muy buena intervención de Jonatan y aplauso. Qué risa tía Felisa.
La moción no prospera porque el PSC vota en contra. Como PP y Ciudadanos, claro. El sentido de la petición de SOM es el de recordar aquel día, del 1 de octubre como un hecho histórico para mucha gente, como puede haber calles que lleven el nombre de santos o eventos varios que no tienen el consenso de toda la ciudadanía. Pero así como para muchos colomenses ese día fue un día glorioso, de autoorganización, de demostración de poder, de ganas, de voluntad, para muchos otros fue un día de miedo, de mierda, un día de vacío, de terror, de pérdida. Y no sé si poner una calle, una sala de biblioteca, un parque, la entrada del auditorio, eso lo merece.
A partir de aquí, todo parecía ir cuesta abajo. Como ven, el tema anterior podría haber sido complejo y tenso. Pero no. Nada. Intervenciones medidas, intentos de decir 'me sorprende tu voto', pero poca cosa más. Ni siquiera mencionar a Arnaldo Otegui. ¿Esto fue en este punto o en el otro?
Moción para la implementación de una campaña en los centros escolares de primaria para potenciar el reciclaje de residuos domésticos. La presentan SOM, pesecé y Ciudadanos. Así, sin anestesia. Votamos a favor, viva la paz y la armonía.
Y llegamos a la moción para la creación de un registro genético de animales de compañía para la eliminación de excrementos en la vía pública y... uff, y la protección contra el maltrato animal y para la identificación de animales extraviados. Votamos en contra. Som vota en contra. El PP a favor. El PSC tampoco. María Duarte defiende la moción, a debate con Álvaro Rodilla. Álvaro Rodilla lee los evangelios según san Marcos, San Mateo, San Lucas y san elotro y hubiera leído el Ramayana y el Popol Vuh enteros si no es porque la alcaldesa, que ayer estaba de buenas, le dijo 'va, corta'. María Duarte quiso entrar en debate pero ante la amenaza de Rodilla de acabar de leer 'En busca del tiempo perdido de Proust', va, hombre va. Que no. Que es un gasto, que es una medida punitiva, que favorece a las empresas... en fin. Los perros y sus deposiciones.
Preguntas varias a contestar de viva voz. Ciudadanos pregunta sobre unas obras en la calle Bruch que provocan unas grietas en la calle Mas Marí. El teniente de alcaldesa Jordi Mas contesta con aquella chispa y concluye que bueno, que esas obras, pues que está todo más o menos. Ciudadanos dice que bueno, que eso ya lo saben, pero que los vecinos les preguntan a ellos y no al Ajuntament. Entonces la pregunta era?
Y tres preguntas y una más de SOM. Acompañamientos extraños en la marcha de antorchas previa al 11 de septiembre (mira, una marcha rompiendo fotos del rey, por ejemplo, da menos yuyu que una marcha de antorchas, una idea, rompedora y transgresora y menos años 20), filmaciones extrañas en actos de la plataforma ciutat vella, pancartas que desaparecen en la Marea Pensionista. Y las preguntas se responden con un 'mire usted qué preguntas', menos la de la marea Pensionista, que fue un error. Y como no podría haber crónica sin error grave, no tengo apuntada la última pregunta, que no era política y como ya digo que hemos tocado techo y que habrá que replantearse esto porque así no podemos seguir. Calla, ya me he acordado. El Tomicus destruens. Viene el otoño y lo del tomicus qué pasa. ¿Se acuerdan del Tomicus verdad?
Los días pasan, los plenos van y vienen, las elecciones municipales cada vez más cerca y no sé pero o esto no se anima o yo que sé. A base de destellos, quienes se ríen son otros.
martes, 25 de septiembre de 2018
Súper Tropa
Súper Tropa de Europa. Te dijimos. Te lo preguntamos. Te insistimos y quizás nos pusimos un poco pesados con eso. Queríamos que formaras parte de la Súper Tropa. Las luces te van a encontrar tirado en el suelo. Te hemos encontrado tirado en el suelo, completamente perdido. No has querido venir con nosotros pero has sacado tiempo para buscar la luz en otra parte. Quisimos ser la Súper Tropa. Un grupo de avejentados que sabiéndolo todo se lanzaba a por una última oportunidad de redención y victoria. Súper Tropa. Te hemos encontrado en el suelo, con las luces encima. Hemos quedado para cenar, para tomar un vermut, para ver una obra de teatro. Somos la Súper Tropa. Y no te has querido venir. Te hemos encontrado con las luces en la cara, tirado en el suelo. Has encontrado tiempo y entusiasmo para ir a otro sitio. Mejor. No quieres ser parte de la Súper Tropa.
La Súper Tropa se reúne en una fase de la vida en la que ya no esperas que las luces te encuentren tirado en el suelo. Cosas de otro ámbito te parecen normales, te apetecen. Quisimos que formaras parte de ello. Hemos quedado para comer, a tal hora, en este sitio. Los quiero ver aquí juzgados. Te esperamos. Te estamos esperando porque nos gusta esa sensación de estar redimiendo a alguien con una invitación. Vente. Te queremos. Salvar. La redención yendo al cine. La redención saliendo a correr. La redención renovando el vestuario. La redención siendo parte de la Súper Tropa. Te hemos visto abandonar la sala corriendo, asustado, buscando... cómo acababa aquella canción. Estaba en el despertador. Nunca acabó de sonar del todo. Dime la verdad. Súper Tropa de Europa, no tenemos código de vestuario, vamos un poco por libre, pero si te fijas, vestimos todos igual. Las luces me van a encontrar, tirado en el suelo.
No he visto tu llamada de teléfono. Nadie ve ya las llamadas de teléfono. Solo los mensajes. Mándame un audio. Envíame un audio. Somos avejentados. Alumnos avejentados. Tengo un pen drive con canciones de muchos estilos y de muchas épocas que ya no sirve para nada porque no hace falta que lleves ningún pen drive ya que la música está en el aire. Como el amor. El amor es delicioso. Es una expresión de la humanidad, del humanismo. No sé hablar de amor, no se me ocurren metáforas. Soy poco romántico. Helvético. Y hago frases y pinto mi cara. Súper Tropa, quisimos ser y somos. Y seremos. Quedamos, para hacer cosas. No solo nos lo pasamos bien, también contribuimos al cambio y al progreso humano. Me gusta tu camiseta, es igual que su camiseta. Y no sois de mi Súper Tropa, pero me importa poco. A nadie le hace falta el teléfono, solo los mensajes, la actualidad, el diario, el papel, la tinta en los dedos, el diario estorbando al cortado. Súper Tropa, diluyéndose en otras conversaciones.
Temas que se apagan. Ideas, la Súper Tropa, con recorrido limitado. Que se agotan al cabo de unos pocos párrafos. La Súper Tropa, quedando como un recuerdo del pasado. Dijimos de ser muchos. La Súper Tropa, las luces nos han encontrado tirados en el suelo. Súper Tropa de Europa. La Copa América. La Libertadores. Camisetas de equipos de fútbol.
Distracciones elegantes. La Súper Tropa. Una canción de Abba cantada por Javier Álvarez. Te dijimos el sitio y la hora. No has aparecido. Ideas que se desvanecen. Otra bala malgastada.
Súper Tropa, pudo haber sido maravilloso. El destello. La fugacidad. El rastro de un cometa. Todo el mundo habla de ti. Eras de la Súper Tropa.
La Súper Tropa se reúne en una fase de la vida en la que ya no esperas que las luces te encuentren tirado en el suelo. Cosas de otro ámbito te parecen normales, te apetecen. Quisimos que formaras parte de ello. Hemos quedado para comer, a tal hora, en este sitio. Los quiero ver aquí juzgados. Te esperamos. Te estamos esperando porque nos gusta esa sensación de estar redimiendo a alguien con una invitación. Vente. Te queremos. Salvar. La redención yendo al cine. La redención saliendo a correr. La redención renovando el vestuario. La redención siendo parte de la Súper Tropa. Te hemos visto abandonar la sala corriendo, asustado, buscando... cómo acababa aquella canción. Estaba en el despertador. Nunca acabó de sonar del todo. Dime la verdad. Súper Tropa de Europa, no tenemos código de vestuario, vamos un poco por libre, pero si te fijas, vestimos todos igual. Las luces me van a encontrar, tirado en el suelo.
No he visto tu llamada de teléfono. Nadie ve ya las llamadas de teléfono. Solo los mensajes. Mándame un audio. Envíame un audio. Somos avejentados. Alumnos avejentados. Tengo un pen drive con canciones de muchos estilos y de muchas épocas que ya no sirve para nada porque no hace falta que lleves ningún pen drive ya que la música está en el aire. Como el amor. El amor es delicioso. Es una expresión de la humanidad, del humanismo. No sé hablar de amor, no se me ocurren metáforas. Soy poco romántico. Helvético. Y hago frases y pinto mi cara. Súper Tropa, quisimos ser y somos. Y seremos. Quedamos, para hacer cosas. No solo nos lo pasamos bien, también contribuimos al cambio y al progreso humano. Me gusta tu camiseta, es igual que su camiseta. Y no sois de mi Súper Tropa, pero me importa poco. A nadie le hace falta el teléfono, solo los mensajes, la actualidad, el diario, el papel, la tinta en los dedos, el diario estorbando al cortado. Súper Tropa, diluyéndose en otras conversaciones.
Temas que se apagan. Ideas, la Súper Tropa, con recorrido limitado. Que se agotan al cabo de unos pocos párrafos. La Súper Tropa, quedando como un recuerdo del pasado. Dijimos de ser muchos. La Súper Tropa, las luces nos han encontrado tirados en el suelo. Súper Tropa de Europa. La Copa América. La Libertadores. Camisetas de equipos de fútbol.
Distracciones elegantes. La Súper Tropa. Una canción de Abba cantada por Javier Álvarez. Te dijimos el sitio y la hora. No has aparecido. Ideas que se desvanecen. Otra bala malgastada.
Súper Tropa, pudo haber sido maravilloso. El destello. La fugacidad. El rastro de un cometa. Todo el mundo habla de ti. Eras de la Súper Tropa.
sábado, 22 de septiembre de 2018
Santa Coloma de Gramenet
Sabemos lo que hemos venido a hacer. Hemos venido a cambiarlo todo. Somos los encargados de inaugurar una nueva era de conocimiento. Hemos recibido el alumbramiento por parte de seres llegados de otros mundos que nos han indicado cuáles son los principios básicos, las coordenadas maestras, cómo se debería haber hecho y cómo tiene que ser. Lo tenemos todo claro. Enciende los motores. Móntate conmigo. Aquí. A mi lado. Junto a nosotros, estos son mis amigos y mis amigas. Vamos a partir. Tenemos pegatinas. Tenemos bolsas de tela. Tenemos la marca registrada. Tenemos la marca blanca. Tenemos las siglas históricas. Tenemos kilos de folletos desperdiciados de otras cosas. Míralos. Son antiguos. No te los lleves. No te los puedes llevar. Los vamos a necesitar para otra cosa. Algún día. Acompáñame a este cuarto. Quédate aquí encerrado. Mira esa foto. Inspírate. Estoy esperando a escribir el libro definitivo cuando me vaya de aquí. Lo haré como lo hicieron otros. Al final, después de recorrer todo el sendero luminoso, lo que me encuentro es una figura que es la misma figura. Tengo el billete del autobús caducado. Compro uno nuevo. En la acera una muchacha de unos quince años fuma como si hubiera fumado desde los quince años. Espera a que su chico acabe de hacer algo con el móvil. En un vídeo de la tele, una chica que canta se revuelca entre teléfonos móviles. Tengo un plan. Voy a redactar un documento. Quedemos un día. Una ciudad que parece fuera del tiempo. Una ciudad encantada de ser esa ciudad de la que habla la gente. Estamos esperando que no se mueva nada. Que todo siga exactamente igual. Habla conmigo. Mírame. No te desvíes. No te vayas por favor. Una ciudad encantada de ser esa ciudad en la que todo el mundo habla y todo el mundo hace muchas cosas que contribuyen exactamente a que todo siga como tiene que ser. Una ciudad con muchos carteles desperdiciados. Horas de pancartas y manifestaciones en torno a una ciudad imaginaria que congregan a los amigos y conocidos. Un paseo, una plaza, una ciudad, edificios de varios pisos, un barrio que quisiera ser otro barrio. Antes, todo esto eran calles sin asfaltar y rieras pero podíamos ver Barcelona. Antes, todo esto eran tontos. Ahora somos todos parte del mobiliario. Antes todos éramos más listos y no sé porqué ha podido pasar. La culpa es tuya. La culpa es tuya y de ese y de ese. Y lo sabemos todos. Y tengo las siglas históricas. Y una foto con la alcaldesa. Y otra foto con alguien que ahora lo está petando en las redes. Lo conozco. La he saludado un par de veces. Somos muy conocidos de algo. Iba a mi insti. Me meo. No es verdad. Es verdad. En un tranco un grupo de chicos que vinieron de otro país miran pasar el tiempo mientras el tiempo pasa de todo. En una terraza un chico con auriculares pegados a sus orejas no deja de escupir en el suelo. De un portal salen un grupo de críos, uno de ellos lleva un patinete. Casi me atropella. Tenemos las siglas históricas. Nunca he estado tan lejos del centro.
jueves, 20 de septiembre de 2018
The Handmaid's Tale - El Cuento de la Criada
Esta es una serie. Todo el mundo tiene una. Una serie que nos cuenta algo que puede ocurrir, pero que no va a ocurrir. Porque cómo va a ocurrir. Es imposible. Creo que a esto le llaman distopía. Lo contrario a una utopía. Un grupo ultrareligioso, no, perdón, fundamentalista cristiano, algo así como los wahabitas del cristianismo, toma el poder por la fuerza en los Estados Unidos, de manera imprevisible, triunfan e instauran una República que se guía por una lectura particular de la Biblia por la cual las mujeres son cero pelote y los hombres mandan, pero mandan, mandan. Gilead se llama la nueva República.
Al parecer, previamente a esta toma de poder, un fenómeno de caída de la natalidad azota al mundo. Los fundamentalistas lo achacan a una pérdida de moral, costumbres, castigo de Dios, y, ojo, nos estamos cargando el planeta. Sea como sea, los Estados Unidos desaparecen y solo sobreviven en Alaska y por ahí. Las mujeres del país se dividen en Marthas, Criadas y Esposas. Las Marthas son como sirvientas, las esposas son esposas de la gente de bien, pero que no tienen hijos, y las criadas que son mujeres fértiles que sirven para tener hijos. Cada mes, mediante una ceremonia que recrea un pasaje bíblico que tal, las criadas con violadas por el hombre de la casa en presencia de la mujer, para dejarlas embarazadas. Y así.
Y esta es la serie. El retrato de una sociedad que se va a la mierda y la mierda de sociedad que surge. ¿Puede pasar? Eso es imposible.
La serie cuenta la historia de June, de Moira, de la pareja de June, de la hija, de otras mujeres que son criadas y su lucha por la supervivencia. June tiene una hija, de la que es separada. La serie es el seguimiento de la vida de June en casa de los Waterford. Él es un mandamás, el actor que hacía de Shackespeare en Shackespeare in love. Ella, su esposa, no traga a la criada. Él al parecer ya ha tenido criadas antes, a las que ha... porque manda. Y ella no. Ella cree que también es alguien porque es la mujer del mandamás, hasta que se da cuenta de que es la misma mierda que las criadas. Las criadas pierden el nombre. No se llama June. Se llama Defred (Offred en inglés). Porque el comandante Waterford se llama Fred.
Y la primera temporada nos enseña cómo es esta sociedad y cómo se ejerce el control y cómo sería una sociedad en la que las mujeres, de repente, fueran nada. O menos que nada. Y tú, que eres un hombre blanco, colomense, de 43 años de edad, piensas que la serie es una barbaridad. Una dolorosa barbaridad, una cafrada que nos enseña que lo que hoy pensamos que es imposible (y es imposible) puede ser real. Pero no será real. Porque no puede ser.
Pero si eres mujer...
Si eres mujer creo que la lectura será diferente. Y debe ser una lectura que se debe parecer a que cada vez que termina el capítulo te vas a la cama con dolor de estómago.
Y como soy un hombre blanco, de 43 años, de Santa Coloma, me puedo imaginar lo que se siente. Y puedo compartirlo. Y soy capaz de entender la cara de hiper ultra desesperación, impotencia, rabia, cabreo, ganas de matar, morir, huir, quedarte, mandarlo todo a la mierda, quedarte y luchar, que pone June en esos planos cortos que abundan durante toda la serie. Planos cortos con la cara de June. Planos cortos a punto de llorar. Planos cortos cuando la putean. Cuando putean a alguna compañera. Cuando no entiende la hijoputez de la esposa. Cuando todo es una hijoputez.
Dos temporadas de serie. Decir que el final de la segunda temporada, abierto a una tercera, me cabreó un poquito. Porque pareciera que la segunda temporada no ha servido para nada que no sea redundar en el qué mal y en el hijoputismo desenfrenado que poco a poco va extendiéndose y afectando a más y más gente. También para abrir brechas de esperanza.
Decir que en teoría, la primera temporada de la serie es la que corresponde al libro en el que se basa todo y que lo demás es... pero bueno.
Esa segunda temporada. Esa temporada en la que el recital de caras, de situaciones al límite, de probar de primera mano la injusticia, de perder el freno, de perder el miedo. Y aun así, pensar que con esa segunda temporada se ha perdido el tiempo y si va a haber una tercera puede, con las mismas, haber una cuarta y una quinta.
Conclusión. Una serie que hay que ver. Aunque se te revuelvan las tripas, aunque sea una cafrada detrás de otra. Aunque sepamos que eso que se está contando no va a pasar. Que a nadie nunca le van a quitar todos sus derechos por ser... por ser mujer. O por ser 'traidor a su género'. Eso ya no va a pasar nunca y por eso podemos ver la serie con cierta distancia. No va a pasar. Pero hay que ver la serie. Porque igual que en la Guerra de las Galaxias vemos un futuro que no llegará nunca, aquí... pues eso.
Que aquí, bueno, ni aquí ni en ninguna parte, eso no va a pasar.
Es que seguro que no pasa.
Al parecer, previamente a esta toma de poder, un fenómeno de caída de la natalidad azota al mundo. Los fundamentalistas lo achacan a una pérdida de moral, costumbres, castigo de Dios, y, ojo, nos estamos cargando el planeta. Sea como sea, los Estados Unidos desaparecen y solo sobreviven en Alaska y por ahí. Las mujeres del país se dividen en Marthas, Criadas y Esposas. Las Marthas son como sirvientas, las esposas son esposas de la gente de bien, pero que no tienen hijos, y las criadas que son mujeres fértiles que sirven para tener hijos. Cada mes, mediante una ceremonia que recrea un pasaje bíblico que tal, las criadas con violadas por el hombre de la casa en presencia de la mujer, para dejarlas embarazadas. Y así.
Y esta es la serie. El retrato de una sociedad que se va a la mierda y la mierda de sociedad que surge. ¿Puede pasar? Eso es imposible.
La serie cuenta la historia de June, de Moira, de la pareja de June, de la hija, de otras mujeres que son criadas y su lucha por la supervivencia. June tiene una hija, de la que es separada. La serie es el seguimiento de la vida de June en casa de los Waterford. Él es un mandamás, el actor que hacía de Shackespeare en Shackespeare in love. Ella, su esposa, no traga a la criada. Él al parecer ya ha tenido criadas antes, a las que ha... porque manda. Y ella no. Ella cree que también es alguien porque es la mujer del mandamás, hasta que se da cuenta de que es la misma mierda que las criadas. Las criadas pierden el nombre. No se llama June. Se llama Defred (Offred en inglés). Porque el comandante Waterford se llama Fred.
Y la primera temporada nos enseña cómo es esta sociedad y cómo se ejerce el control y cómo sería una sociedad en la que las mujeres, de repente, fueran nada. O menos que nada. Y tú, que eres un hombre blanco, colomense, de 43 años de edad, piensas que la serie es una barbaridad. Una dolorosa barbaridad, una cafrada que nos enseña que lo que hoy pensamos que es imposible (y es imposible) puede ser real. Pero no será real. Porque no puede ser.
Pero si eres mujer...
Si eres mujer creo que la lectura será diferente. Y debe ser una lectura que se debe parecer a que cada vez que termina el capítulo te vas a la cama con dolor de estómago.
Y como soy un hombre blanco, de 43 años, de Santa Coloma, me puedo imaginar lo que se siente. Y puedo compartirlo. Y soy capaz de entender la cara de hiper ultra desesperación, impotencia, rabia, cabreo, ganas de matar, morir, huir, quedarte, mandarlo todo a la mierda, quedarte y luchar, que pone June en esos planos cortos que abundan durante toda la serie. Planos cortos con la cara de June. Planos cortos a punto de llorar. Planos cortos cuando la putean. Cuando putean a alguna compañera. Cuando no entiende la hijoputez de la esposa. Cuando todo es una hijoputez.
Dos temporadas de serie. Decir que el final de la segunda temporada, abierto a una tercera, me cabreó un poquito. Porque pareciera que la segunda temporada no ha servido para nada que no sea redundar en el qué mal y en el hijoputismo desenfrenado que poco a poco va extendiéndose y afectando a más y más gente. También para abrir brechas de esperanza.
Decir que en teoría, la primera temporada de la serie es la que corresponde al libro en el que se basa todo y que lo demás es... pero bueno.
Esa segunda temporada. Esa temporada en la que el recital de caras, de situaciones al límite, de probar de primera mano la injusticia, de perder el freno, de perder el miedo. Y aun así, pensar que con esa segunda temporada se ha perdido el tiempo y si va a haber una tercera puede, con las mismas, haber una cuarta y una quinta.
Conclusión. Una serie que hay que ver. Aunque se te revuelvan las tripas, aunque sea una cafrada detrás de otra. Aunque sepamos que eso que se está contando no va a pasar. Que a nadie nunca le van a quitar todos sus derechos por ser... por ser mujer. O por ser 'traidor a su género'. Eso ya no va a pasar nunca y por eso podemos ver la serie con cierta distancia. No va a pasar. Pero hay que ver la serie. Porque igual que en la Guerra de las Galaxias vemos un futuro que no llegará nunca, aquí... pues eso.
Que aquí, bueno, ni aquí ni en ninguna parte, eso no va a pasar.
Es que seguro que no pasa.
miércoles, 19 de septiembre de 2018
El rincón de la Victoria
Tan temprano, tan tarde, tan hoy, a veces. El tiempo y el transcurso del mismo. Lo que hiciste ayer, procurando que no se parezca a lo que pasará mañana. El continuo combate contra la rutina, creernos que somos especiales, que nos merecemos algo diferente cada día, a cada momento. Delante de la pantalla del ordenador, apuntando en una libreta, Marcelo Súliban pasaba las horas y los días teorizando sobre este y otros aspectos de la vida. Una vida que pasaba entre cafés, tabernas, su propia casa.
Piensen en la última oración. Una vida que pasaba entre cafés, tabernas, su propia casa. En principio pudiera parecer que es algo fantástico, nos prepara para un relato en el que una persona pasa su vida de manera bohemia, alocada, sin orden ni concierto, trabajando, escribiendo, pensando, apurando hasta altas horas de la madrugada, ante a pantalla del ordenador, bebiendo y vomitando ante la hoja en blanco las verdades del barquero. Voy a contar la verdad. Estas son verdades como puños. La gente tiene que saber.
Marcelo Súliban no salía nunca de su casa sin lavarse ni afeitarse. Pasaba la vida entre cafés y teorizando sobre estos temas, mientras a su alrededor la gente se afanaba por desayunar, almorzar, debatir sobre el programa de televisión de la mañana, el fútbol y sus infinitos misterios y miserias, alguna discusión sobre política que jamás nadie recuerda y sobre todo, problemas de oficina, de departamento, de Administración contra Recursos Humanos, de logística contra ese nuevo... Y Marcelo Súliban permanecía ante todo ello impasible. Escuchando y tomando notas, claro. Teorizando sobre si aquello era la vida, sobre qué era lo que podía hacerse, en ese momento, para alterar el curso de la historia. Marcelo Súliban no era ningún bohemio. Tampoco trabajaba para vivir. Había recibido de joven una esperada, perdón, esmerada educación y cuando alcanzó la edad de ponerse a trabajar para ganarse el sustento se hizo el tonto. Sus padres no. Como quiera que su familia tenía más corazón que él, podría decirse que era un mantenido.
Una mañana, mientras apuraba una caña de cerveza en una tarde de calor, se dio cuenta de que los tiempos no cuadraban. Si era por la mañana no podía ser por la tarde. Demasiados errores en la línea temporal. Quiso hacer balance de lo que había bebido y desarrollado intelectualmente aquel día. Otra vez le había vuelto a pasar. No pasaba nada extraño. Los folios en orden. El ordenador portátil, con batería suficiente. La música de fondo. Las palabras mágicas. Tengo un poco de prisa.
Aquella tarde hacía calor. Y no debía ocurrir. Porque nunca hace calor. Marcelo Súliban creía vivir en otra parte, donde las calles son húmedas, la gente fuma y es un año de finales del siglo XIX lo que marca el calendario. Como en un libro. Como en una novelita corta.
Marcelo Súliban considera que debería registrar todos esos pensamientos de una manera organizada, reunirlos, ordenarlos. Marcelo Súliban cambia de ambiente cada mañana. Siempre visita un café. Se queda en casa escuchando música de un viejo tocadiscos que le regalaron cuando cumplió 30 años.
¿Cuántos años tienes ahora, Marcelo?
Creo que tengo 50 años, pero aparento alguno menos. No he tenido mucho desgaste.
Esas palabras no son tuyas, Marcelo. ¿Qué te ocurre?
Creo que alguien me mira desde aquella mesa.
Es una mujer. Marcelo Súliban nunca ha teorizado sobre el ser humano. Sobre el tiempo, la vida, la organización de las especies, el aprovechamiento de recursos, los horarios de trabajo, la necesidad de los letreros luminosos, el papel doblado. Pero nunca sobre el ser humano.
Aquella mujer le miraba desde el otro lado del bar. El bar Victoria. El rincón de la Victoria, pensó.
Son muchos años ya engañando a la gente, Marcelo Súliban.
Piensen en la última oración. Una vida que pasaba entre cafés, tabernas, su propia casa. En principio pudiera parecer que es algo fantástico, nos prepara para un relato en el que una persona pasa su vida de manera bohemia, alocada, sin orden ni concierto, trabajando, escribiendo, pensando, apurando hasta altas horas de la madrugada, ante a pantalla del ordenador, bebiendo y vomitando ante la hoja en blanco las verdades del barquero. Voy a contar la verdad. Estas son verdades como puños. La gente tiene que saber.
Marcelo Súliban no salía nunca de su casa sin lavarse ni afeitarse. Pasaba la vida entre cafés y teorizando sobre estos temas, mientras a su alrededor la gente se afanaba por desayunar, almorzar, debatir sobre el programa de televisión de la mañana, el fútbol y sus infinitos misterios y miserias, alguna discusión sobre política que jamás nadie recuerda y sobre todo, problemas de oficina, de departamento, de Administración contra Recursos Humanos, de logística contra ese nuevo... Y Marcelo Súliban permanecía ante todo ello impasible. Escuchando y tomando notas, claro. Teorizando sobre si aquello era la vida, sobre qué era lo que podía hacerse, en ese momento, para alterar el curso de la historia. Marcelo Súliban no era ningún bohemio. Tampoco trabajaba para vivir. Había recibido de joven una esperada, perdón, esmerada educación y cuando alcanzó la edad de ponerse a trabajar para ganarse el sustento se hizo el tonto. Sus padres no. Como quiera que su familia tenía más corazón que él, podría decirse que era un mantenido.
Una mañana, mientras apuraba una caña de cerveza en una tarde de calor, se dio cuenta de que los tiempos no cuadraban. Si era por la mañana no podía ser por la tarde. Demasiados errores en la línea temporal. Quiso hacer balance de lo que había bebido y desarrollado intelectualmente aquel día. Otra vez le había vuelto a pasar. No pasaba nada extraño. Los folios en orden. El ordenador portátil, con batería suficiente. La música de fondo. Las palabras mágicas. Tengo un poco de prisa.
Aquella tarde hacía calor. Y no debía ocurrir. Porque nunca hace calor. Marcelo Súliban creía vivir en otra parte, donde las calles son húmedas, la gente fuma y es un año de finales del siglo XIX lo que marca el calendario. Como en un libro. Como en una novelita corta.
Marcelo Súliban considera que debería registrar todos esos pensamientos de una manera organizada, reunirlos, ordenarlos. Marcelo Súliban cambia de ambiente cada mañana. Siempre visita un café. Se queda en casa escuchando música de un viejo tocadiscos que le regalaron cuando cumplió 30 años.
¿Cuántos años tienes ahora, Marcelo?
Creo que tengo 50 años, pero aparento alguno menos. No he tenido mucho desgaste.
Esas palabras no son tuyas, Marcelo. ¿Qué te ocurre?
Creo que alguien me mira desde aquella mesa.
Es una mujer. Marcelo Súliban nunca ha teorizado sobre el ser humano. Sobre el tiempo, la vida, la organización de las especies, el aprovechamiento de recursos, los horarios de trabajo, la necesidad de los letreros luminosos, el papel doblado. Pero nunca sobre el ser humano.
Aquella mujer le miraba desde el otro lado del bar. El bar Victoria. El rincón de la Victoria, pensó.
Son muchos años ya engañando a la gente, Marcelo Súliban.
martes, 18 de septiembre de 2018
No malgastes tu juventud
Y cuando te digan algo no preguntes 'quién viene'. Ve, directamente. O también puedes preguntar 'quién viene', y no hacer el tonto. Y pregunta, o haz lo que te parezca. Pero no malgastes tu juventud, porque un día llegará en el que echarás la vista atrás y ni siquiera lo verás bien. Ni medio regular. Y te dolerá la espalda de estar todo el día haciendo como que no estás haciendo nada, pero estás haciéndolo. Y verás en los ojos de los demás que ya no eres como ellos. El más viejo de la mesa. ¿Quién viene? Quien sea. No vayas, no merece la pena ir. Selecciona, filtra, no digas que sí a todo. No digas que no a todo. No te conviertas en uno de esos que van luego por los bares buscando conversación, dando la paliza a la gente. No digas que sí siempre. No digas a todo, vale. No malgastes la juventud haciendo siempre lo que te toca hacer. Filtra. Selecciona. Dile a esa chica que no llame más. Dile tú algo. No vayas en el metro pensando que es la mayor experiencia que puedes vivir. No empieces a pensar que las reuniones, las asambleas, pasar frío o calor delante de algo o alguien que no es digno, es lo mejor que te está pasando. No malgastes la juventud produciendo, pensando en producir, no vegetes, no intentes entenderlo todo, no vale la pena pasar la juventud viendo series de mujeres que están pariendo o hablando de parir o pensando en tener hijos o algo parecido. No aborrezcas a los niños. No aborrezcas a nadie. No te quedes enganchado en un algo que va a estar pesándote toda la vida. Me gustaría sangrar por ti. No te pongas a hacer el tonto por nadie. No malgastes tu juventud. No vayas por ir. No te quedes en los sitios porque a lo mejor pasa algo. Nunca pasa nada. No alargues las bromas. No lo tengas todo apuntado. No pierdas los papeles. No tengas papeles encima de la mesa. No muestres entusiasmo. Vive la vida al límite. No te pierdas nada. No digas que no si has pensado de primeras que no. Filtra, selecciona, confúndete. No malgastes la juventud pensando que ya vendrá un tiempo mejor. Te dolerá la espalda mientras escribes. Te pesarán los ojos. Descubrirás que no tienes edad y que todo el mundo te dirá que no digas tonterías que tienes edad para hacer cualquier cosa. Me gustaría sangrar por ti, como en esos días. No malgastes la juventud yendo y viniendo sin sentido. Ve, pero con sentido. Siente. Los sentimientos. Si ves venir a alguien como yo, corre, huye, no le escuches, no te hará ningún bien. Si ves venir a alguien como yo, dale algo de conversa, seguro que no tiene ni idea, pero de todo se saca algo. Si te crees que cortándote el pelo, hablando bien ahora de aquel que un día te trató mal, acercándote a la gente para ver qué puedes obtener, puedes ser mejor persona, estás equivocado. No te hagas líos. No cambias nada. No se cambia nada. Todo el mundo está esperando a que lo hagas medio regular, nadie espera nada de ti. No te esfuerces. No hagas que los demás se esfuercen. Me acuerdo de aquellos días, en Santa Coloma, parecía que nada de lo que hiciéramos estaba bien. Nada de lo que nos iba a venir estaba bien. Nos íbamos a quedar todos como estábamos. Y no era verdad. No malgastes la juventud. Que no se vaya por el arroyo. No veas tanto la tele. Aprende de fútbol. No juegues al fútbol. No hagas símiles con el ajedrez. No hagas nada. No te quedes callado cuando haya algo que tienes que decir, y sobre todo no digas nunca eso de 'le iba a decir que' o 'le tendría que haber dicho' o 'me quedé con las ganas de decirle que'. Porque no hay más oportunidades. No te preocupes. Mañana seguro que tienes de nuevo la oportunidad de cagarla. Nada cambia. No hay mucho más. No malgastes la juventud. Levántate y mira el móvil.
lunes, 17 de septiembre de 2018
Paxton
Podría haber estado en una taberna cerca del puerto de Amberes, practicando algo de flamenco con alguien de su pueblo. Reconocía a la gente de su pueblo incluso a miles de kilómetros y miles de años de allí. Pero estaba en Paxton, en la frontera entre Arizona y otro estado de la Unión y hacía un calor de mil demonios. Entró en la cantina que regentaba un buen mozo, de aspecto también germánico, y se fue a sentar directamente en la barra, sin mirar a los lados. Sabía que mirar a la concurrencia le iba a prodigar conversación indeseada y él lo que quería era algo de líquido para continuar la marcha que le llevaba... ¿a dónde le llevaba?
Estaba en la barra, mirando al dueño del bar, que servía copas de aguardiente a un grupo de granjeros, intentando descifrar si era realmente europeo o no era más que otro escocés perdido por el desierto, cuando alguien se sentó a su lado. No hizo caso hasta pasados unos minutos, no quería que alguien pensara que estaba inquieto por nada.
Finalmente, el dueño del bar se dirigió a él. ¿Qué quiere, señor? Un bourbon. No parecía tener acento de ninguna parte. Desde que salió en busca de aquello que el señor Ryjks le había encargado, parecía alegrarse si encontraba a alguien que pudiera recordarle a su tierra natal. No se acostumbraba al bourbon, pero en aquellas tierras era difícil encontrar nada que no fuera whisky o bourbon. El aguardiente era una suerte de veneno no apto para todos los estómagos. Y no quería despertar sospechas. No quería que nadie supiera que era extranjero, pensaba que a los extranjeros europeos no se les respetaba, se les consideraba blandos, y no quería problemas.
- Yo te conozco, y ya es casualidad. Sé quién eres. Y has venido hasta aquí y no sé porqué, pero te juro que no vas a salir de este bar.
Esa voz correspondía a quien se sentó a su lado. Se giró para mirar por encima de sus gafas. Era un hombre de su edad, que, aunque vestía como un vaquero, tenía ese aire inconfundible de neerlandés, algo, en su nariz, algo, en sus pómulos. Y que se dirigió a él en neerlandés, naturalmente.
Como ya se había girado, se había delatado. Le contestó, sin embargo, en inglés.
- No me digas, ¿y quién soy?
- Eres tú. Y has venido aquí a buscar tu muerte. Pero crees que vas a cobrarte la mía, es lo que te han encomendado. Qué pena que no lo vas a conseguir. Estás muerto.
Se lo quedó mirando. Efectivamente, creyó reconocer aquella cara. Probó suerte.
- ¿Jan Pieters?
- Sí.
- Jan Pieters. Tu madre tenía un secadero de pescado y tu padre tenía una borrachera perenne. Lo sé porque mi padre era su compañero de juergas. Soy hijo de Van Kieft, Albert.
El otro se asustó y sacó su pistola.
Se oyó un disparo. Pieters cayó derribado. Alguien le había disparado desde atrás. Alguien entró por la puerta del bar con una escopeta recién disparada humeante. Pidió al dueño del bar en neerlandés que se llevasen a ese buscaproblemas del bar. Se refería a mí.
Podría haber estado en Amberes. Pero estaba en Paxton.
Estaba en la barra, mirando al dueño del bar, que servía copas de aguardiente a un grupo de granjeros, intentando descifrar si era realmente europeo o no era más que otro escocés perdido por el desierto, cuando alguien se sentó a su lado. No hizo caso hasta pasados unos minutos, no quería que alguien pensara que estaba inquieto por nada.
Finalmente, el dueño del bar se dirigió a él. ¿Qué quiere, señor? Un bourbon. No parecía tener acento de ninguna parte. Desde que salió en busca de aquello que el señor Ryjks le había encargado, parecía alegrarse si encontraba a alguien que pudiera recordarle a su tierra natal. No se acostumbraba al bourbon, pero en aquellas tierras era difícil encontrar nada que no fuera whisky o bourbon. El aguardiente era una suerte de veneno no apto para todos los estómagos. Y no quería despertar sospechas. No quería que nadie supiera que era extranjero, pensaba que a los extranjeros europeos no se les respetaba, se les consideraba blandos, y no quería problemas.
- Yo te conozco, y ya es casualidad. Sé quién eres. Y has venido hasta aquí y no sé porqué, pero te juro que no vas a salir de este bar.
Esa voz correspondía a quien se sentó a su lado. Se giró para mirar por encima de sus gafas. Era un hombre de su edad, que, aunque vestía como un vaquero, tenía ese aire inconfundible de neerlandés, algo, en su nariz, algo, en sus pómulos. Y que se dirigió a él en neerlandés, naturalmente.
Como ya se había girado, se había delatado. Le contestó, sin embargo, en inglés.
- No me digas, ¿y quién soy?
- Eres tú. Y has venido aquí a buscar tu muerte. Pero crees que vas a cobrarte la mía, es lo que te han encomendado. Qué pena que no lo vas a conseguir. Estás muerto.
Se lo quedó mirando. Efectivamente, creyó reconocer aquella cara. Probó suerte.
- ¿Jan Pieters?
- Sí.
- Jan Pieters. Tu madre tenía un secadero de pescado y tu padre tenía una borrachera perenne. Lo sé porque mi padre era su compañero de juergas. Soy hijo de Van Kieft, Albert.
El otro se asustó y sacó su pistola.
Se oyó un disparo. Pieters cayó derribado. Alguien le había disparado desde atrás. Alguien entró por la puerta del bar con una escopeta recién disparada humeante. Pidió al dueño del bar en neerlandés que se llevasen a ese buscaproblemas del bar. Se refería a mí.
Podría haber estado en Amberes. Pero estaba en Paxton.
sábado, 15 de septiembre de 2018
Dogville - Lars Von Trier
La gente. La gente alta, baja, de esa calle, de ese pueblo, tu familia, la de ese, yo. La gente. Somos buenos. Somos los mejores, tú. Somos malos. Nos merecemos todo lo que nos pase. No me fío de nadie. No me fío de mi sombra. No te fíes. Es mala. Es muy mala. Se merece todo lo que le pase. Es buena. La gente. La gente, al final, es buena y no tiene culpa de nada. No tiene culpa de nada, es el sistema el que hace que la gente sea mala, condiciona completamente. Son las religiones las que influyen. La ultraderecha avanza en Suecia porque hay muchos musulmanes radicales y nadie lo dice, excepto Pilar Rahola. Si la ultraderecha avanza no es culpa de la gente, la gente no tiene culpa de nada. Está todo podrido. Mi calle, tu casa, tu concejalía, tu ministerio del tiempo, tu coche, mi vida. El color de tus ojos es como el del mar. Te quiero pero no sé si es el momento ahora mismo en el que estoy preparado para decir que te quiero. Te quiero ahora que te viola todo el mundo. Ahora yo también te quiero. Somos todos culpables, estamos condenados, no hay solución. Mátalos a todos y a todas.
Una mujer llega a un pueblo que se llama Dogville y que no tiene nada más que una entrada y una salida. No tiene cura, son pocos habitantes, todos se conocen. La mujer llega huyendo de algo que no se dice. Gángsters. La policía. El pueblo discute si le da cobijo. Un gilipollas que quiere ser escritor y va de algo que no sabe ni entiende. El gilipollas quiere dar ejemplo, un ejemplo, quiere ayudarla. Es gilipollas. Ella confía en el pueblo, en la gente. El miedo se va apoderando de la gente. El miedo. El miedo a todo. El miedo a ellos mismos. El miedo a ser buenos. No queremos ser tan buenos. No somos tan buenos. Ella confía y ayuda. Y quiere ayudar y pagar lo que le dan. Y ayuda.
Y abusan de ella. Y llegan a esclavizarla. Y llegan a todo.
Y somos buenos. Somos muy buena gente. Si yo pudiera, ayudaría a todo el mundo. Todo el mundo tiene sus motivos. De buenas somos todos muy buenos, pero a las malas. No sé. No sé cómo reaccionaría si eso me pasara a mí. Ya te digo. Yo, tú, él. El perro. El gilipollas que se duerme pensando en cómo será el futuro, un futuro esplendoroso en el que todo está hecho.
Queremos viajar hasta la luna, pensamos en colonizar la luna, pero entre todos no sabemos sumar dos más dos. Y no es que no sepamos, es que no queremos sumar dos más dos con todos. Y priorizamos discutir sobre la colonización de la luna.
Y la película no es más que un ejemplo. Un ejemplo, con sus calles pintadas en el suelo, y la casa pintada en el suelo. Y no le hace falta nada más. Y es suficiente con que medio te lo sugieran para que te hagas una idea.
La gente es buena, por naturaleza, ayudamos al prójimo cuando este lo necesita. Cuando se necesita. Somos desconfiados. Se van a aprovechar de nosotros.
Oiga, lo que pasa es que yo no tengo ganas de problemas. Que yo no molesto a nadie ni quiero que me molesten a mí.
Eso es lo que pasa.
Lo que yo quiero es que me dejen tranquilo. Y no me metan en líos.
Fuego a tope.
Peliculón.
Una mujer llega a un pueblo que se llama Dogville y que no tiene nada más que una entrada y una salida. No tiene cura, son pocos habitantes, todos se conocen. La mujer llega huyendo de algo que no se dice. Gángsters. La policía. El pueblo discute si le da cobijo. Un gilipollas que quiere ser escritor y va de algo que no sabe ni entiende. El gilipollas quiere dar ejemplo, un ejemplo, quiere ayudarla. Es gilipollas. Ella confía en el pueblo, en la gente. El miedo se va apoderando de la gente. El miedo. El miedo a todo. El miedo a ellos mismos. El miedo a ser buenos. No queremos ser tan buenos. No somos tan buenos. Ella confía y ayuda. Y quiere ayudar y pagar lo que le dan. Y ayuda.
Y abusan de ella. Y llegan a esclavizarla. Y llegan a todo.
Y somos buenos. Somos muy buena gente. Si yo pudiera, ayudaría a todo el mundo. Todo el mundo tiene sus motivos. De buenas somos todos muy buenos, pero a las malas. No sé. No sé cómo reaccionaría si eso me pasara a mí. Ya te digo. Yo, tú, él. El perro. El gilipollas que se duerme pensando en cómo será el futuro, un futuro esplendoroso en el que todo está hecho.
Queremos viajar hasta la luna, pensamos en colonizar la luna, pero entre todos no sabemos sumar dos más dos. Y no es que no sepamos, es que no queremos sumar dos más dos con todos. Y priorizamos discutir sobre la colonización de la luna.
Y la película no es más que un ejemplo. Un ejemplo, con sus calles pintadas en el suelo, y la casa pintada en el suelo. Y no le hace falta nada más. Y es suficiente con que medio te lo sugieran para que te hagas una idea.
La gente es buena, por naturaleza, ayudamos al prójimo cuando este lo necesita. Cuando se necesita. Somos desconfiados. Se van a aprovechar de nosotros.
Oiga, lo que pasa es que yo no tengo ganas de problemas. Que yo no molesto a nadie ni quiero que me molesten a mí.
Eso es lo que pasa.
Lo que yo quiero es que me dejen tranquilo. Y no me metan en líos.
Fuego a tope.
Peliculón.
jueves, 13 de septiembre de 2018
Rachid Taha, para siempre.
Yo recuerdo una noche, qué noche. Recuerdo una noche en casa de la Marinetis. Era un piso que le habían dejado, una especie de arrendamiento, algo, no lo sé. La dueña se iba a trabajar en un barco pesquero o algo así y le dejaban el piso para que se quedara allí unos meses. Era un piso pequeño, nada. Eran los tiempos aquellos. Los tiempos en los que la fiesta iba por barrios. En los que unos estaban muy abajo y otros muy abajo también. Y nos contaba Marina, Matilda, que había ido a cenar con los marineros y que se habían puesto de Barbadillo hasta más allá de Pamplona. Y nos dijo que un día viniéramos a su nuevo piso a cenar. Y nos fuimos a su casa y creo que como siempre se nos olvidó cenar. Pero no se nos olvidará nunca esa noche.
Y recuerdo que en aquellos días quedar con Marinetis era ir a la Concha y escuchar Ya Rayah hasta la saciedad. Y descubrir gracias a Marinetis, la peor persona de la tierra, a Rachid Taha. Y descubrir el Diwan y creo que por entonces sacó el Diwan 2. Y tenerlo todo el rato. Y quedarte con dos o tres canciones. Y recuerdo haber hecho eso de ir poniendo canciones al tuntún. Y recuerdo como un momento de catarsis. Recuerdo que sonó el Hebina. O Habina. Y no sé porqué, esa canción, me tocó. Y yo que no sabía bailar como Marinetis, dando pataditas así al aire, que no sabía bailar nada, bailé. No sabía qué decía la letra. Habina, como Habibi, debe significar algo de 'amor'. Y solo eso ya nos valía.
Y hay un momento en que la canción para. La canción se para y Rachid Taha hace un llamamiento a Dios para que respete a los locos por amor, para que tenga piedad, para que nos queramos todos de una vez. Y yo me acuerdo que me puse de rodillas, como en trance. Allah, allah... pidiendo a alguien que pasara algo que cuando pasa te troncha. Y la canción vuelve luego y sigue implorando que nos queramos, que nos amemos, etc. Y fue como una catarsis. Estábamos la Nuri, el Abel, la Marineta, no sé si el Paco vino. Al final la Marinetis se quedó a vivir en el piso aquel. Qué tiempos. Pidiendo a gritos que Manuel nos llevase con él, que estirara, que nos subiera con él allá arriba. Rachid Taha sonando a toda ostia, Habina, Ya Rayah...
Recuerdo ir en coche, volviendo de Linares, o de Jaén, o de Granada, mes de agosto, tierra roja, calor salvaje y sonar en el coche Gana el hawa y sentir algo. Algo. No sé qué. Como que esa música estaba más cerca de lo que nos pensamos. De que esa música y los aguilandos de mi pueblo tienen un extraño hilo conductor. Y golpear el volante al ritmo de la percusión. Y escucho Gana el Hawa y se me erizan los pelicos de atrás.
Recuerdo una fiesta de esas de ex telefónicos que acababa en mi casa. Y a mi padre y a mi madre le acabó gustando Rachid Taha, los dos Diwan, se los llevaba mi padre para pintar. Y recuerdo verlos a todos bailando, Liébanas, Robin, Basilio, Martín, bailando el Yah Rayah, que ellos no sé si sabían de que iba la letra, pero es la canción del emigrante. Del que se va de su tierra. Todos ellos se habían ido de su tierra y allí estaban en una cochera de Vilches, felices, contentos, recordando y bailando, con Liébanas con un trapo en la cabeza.
Y recuerdo a la Pepa, otra fan de Rachid Taha, advirtiéndonos de todos los conciertos de Rachid Taha. Y recuerdo una fiesta de la Mercé que conseguí verle. Pasado como siempre. Pero tocó las que tuvo que tocar.
Y los vídeos cantando ya sus canciones con toda la desgana del mundo porque no parecía persona que le gustase repetir lo mismo todo el rato.
Los Diwan, colecciones de canciones de la música magrebí, antiguas, clásicas, y que te ponen los pelos de punta.
Recuerdo actos de EUiA, campañas electorales de la coalición, que comenzaban siempre con el Escúchame Camarada, de Rachid Taha, una antigua canción argelina de emigrantes. Ecoute moi, camarade. Ella no te ama. Religiosamente. Era la canción que abría el pen drive con músicas para amenizar. Escúchame, camarada.
Recuerdo una carpa de EUiA, una caseta un verano. Qué verano. Habíamos tocado en el vermut y nos pusimos a poner música para pasar la tarde, la sobremesa. Y pusimos creo que todos los Diwan enteros. No te acordarás. Venía la gente a bailar, la madre de Marina, la Rosario nos miraba desde la caseta de Iniciativa. La Pepa, la tropa, todos bailando. Agatha. Agatha. Agatha. Horas, al sol. Qué sensación.
Se ha muerto Rachid Taha. Toca beberse lo que él deja. Y no olvidarnos de lo que somos.
Y recuerdo que en aquellos días quedar con Marinetis era ir a la Concha y escuchar Ya Rayah hasta la saciedad. Y descubrir gracias a Marinetis, la peor persona de la tierra, a Rachid Taha. Y descubrir el Diwan y creo que por entonces sacó el Diwan 2. Y tenerlo todo el rato. Y quedarte con dos o tres canciones. Y recuerdo haber hecho eso de ir poniendo canciones al tuntún. Y recuerdo como un momento de catarsis. Recuerdo que sonó el Hebina. O Habina. Y no sé porqué, esa canción, me tocó. Y yo que no sabía bailar como Marinetis, dando pataditas así al aire, que no sabía bailar nada, bailé. No sabía qué decía la letra. Habina, como Habibi, debe significar algo de 'amor'. Y solo eso ya nos valía.
Y hay un momento en que la canción para. La canción se para y Rachid Taha hace un llamamiento a Dios para que respete a los locos por amor, para que tenga piedad, para que nos queramos todos de una vez. Y yo me acuerdo que me puse de rodillas, como en trance. Allah, allah... pidiendo a alguien que pasara algo que cuando pasa te troncha. Y la canción vuelve luego y sigue implorando que nos queramos, que nos amemos, etc. Y fue como una catarsis. Estábamos la Nuri, el Abel, la Marineta, no sé si el Paco vino. Al final la Marinetis se quedó a vivir en el piso aquel. Qué tiempos. Pidiendo a gritos que Manuel nos llevase con él, que estirara, que nos subiera con él allá arriba. Rachid Taha sonando a toda ostia, Habina, Ya Rayah...
Recuerdo ir en coche, volviendo de Linares, o de Jaén, o de Granada, mes de agosto, tierra roja, calor salvaje y sonar en el coche Gana el hawa y sentir algo. Algo. No sé qué. Como que esa música estaba más cerca de lo que nos pensamos. De que esa música y los aguilandos de mi pueblo tienen un extraño hilo conductor. Y golpear el volante al ritmo de la percusión. Y escucho Gana el Hawa y se me erizan los pelicos de atrás.
Recuerdo una fiesta de esas de ex telefónicos que acababa en mi casa. Y a mi padre y a mi madre le acabó gustando Rachid Taha, los dos Diwan, se los llevaba mi padre para pintar. Y recuerdo verlos a todos bailando, Liébanas, Robin, Basilio, Martín, bailando el Yah Rayah, que ellos no sé si sabían de que iba la letra, pero es la canción del emigrante. Del que se va de su tierra. Todos ellos se habían ido de su tierra y allí estaban en una cochera de Vilches, felices, contentos, recordando y bailando, con Liébanas con un trapo en la cabeza.
Y recuerdo a la Pepa, otra fan de Rachid Taha, advirtiéndonos de todos los conciertos de Rachid Taha. Y recuerdo una fiesta de la Mercé que conseguí verle. Pasado como siempre. Pero tocó las que tuvo que tocar.
Y los vídeos cantando ya sus canciones con toda la desgana del mundo porque no parecía persona que le gustase repetir lo mismo todo el rato.
Los Diwan, colecciones de canciones de la música magrebí, antiguas, clásicas, y que te ponen los pelos de punta.
Recuerdo actos de EUiA, campañas electorales de la coalición, que comenzaban siempre con el Escúchame Camarada, de Rachid Taha, una antigua canción argelina de emigrantes. Ecoute moi, camarade. Ella no te ama. Religiosamente. Era la canción que abría el pen drive con músicas para amenizar. Escúchame, camarada.
Recuerdo una carpa de EUiA, una caseta un verano. Qué verano. Habíamos tocado en el vermut y nos pusimos a poner música para pasar la tarde, la sobremesa. Y pusimos creo que todos los Diwan enteros. No te acordarás. Venía la gente a bailar, la madre de Marina, la Rosario nos miraba desde la caseta de Iniciativa. La Pepa, la tropa, todos bailando. Agatha. Agatha. Agatha. Horas, al sol. Qué sensación.
Se ha muerto Rachid Taha. Toca beberse lo que él deja. Y no olvidarnos de lo que somos.
miércoles, 12 de septiembre de 2018
La Virgen Santa
No hace falta que no sepas de qué escribir, este país es inagotable. Inasequible al alemán, que diría el himno aquel. O no era así. Es igual. Dios sabrá. Nos reíamos mucho, cuando hablaban de la historia del heavy metal, o la historia del rock, o la historia del rap, cuando salía la esposa de Al Gore, Tipper Gore, acusando a Dee Snyder de blasfemo o grosero o nosequé. Y de esos polvos salieron las pegatinas aquellas de parental advisory. Y nos reíamos mucho. Los americanos, qué gente más rarita.
Luego llegaron a nuestro país casos 'aislados'. Que si lo de César Strawberry, que si lo del otro rapero, que si lo de Valtonyc... la libertad de expresión, la libertad de opinión. La libertad.
Willy Toledo ha sido detenido finalmente por la Policía. Que si lo iban a detener o que si no. Lo han detenido, pero el daño ya estaba hecho. Finalmente, en este país, en el año del Señor de 2018 y nosecuántos de la Hégira, cagarte en Dios te lleva al talego. Según como se ponga el tema, te comes un poco de maco por blasfemar. Así están las cosas por aquí.
Lo mismo te llevan a la cárcel por rebelión, así, por rebelión, como si la cosa hubiera sido en plan... una rebelión, como que te llevan a la cárcel por cagarte en Dios. Ya tiene razón Willy Toledo al meter el nombre de Polonia de por medio.
Y hasta aquí es lo que uno tiene que escribir en este sinsentido de país extraño que nos está saliendo. Que por un lado parece avanzar inexorablemente hacia un cambio generacional en el que lo que quedaba del postfranquismo y de la reserva espiritual de occidente y de toda esa historia quedaba atrás, porque una nueva generación de gente joven, que ya no confiaba en lo que era lo de siempre y todo eso, iba, al menos, a dejar atrás todo eso, y por otro lado, cosas y reacciones que nos dicen que ojo, que este país sigue siendo extraño, antiguo, risible, casposo.
Que seguimos sacando por la tele a franquistas convictos y confesos defendiendo lo que en otros países es ilegal, que seguimos sacando por la tele a curas y laicos ultramontanos defendiendo una especie de sharia católica, y lo sacamos en plan 'mira estos frikis que risa dan', y es una risa tan risa que te pueden llevar al talego.
Que Willy Toledo está en el talego por cagarse en dios. La virgen santa. La virgen de Rute. La virgen del Castillo madre mía. Por cagarse en dios en 2018. Y hay un juez o quien sea que admite a trámite todo esto y considera que sí, que es que eso de cagarse en dios...
Normalmente uno cuando hace un texto de estos debería poner soluciones o el clásico 'esto se arregla'. Esto se arregla así. Esto se arregla de esta manera. Tal y como lo estamos haciendo. Forzando la máquina.
Me cago en el copón bendito. Y no nos va a hacer falta ni lazo ni nada. Con cagarnos en su puta madre, va a valer, que parece que les duele tanto como para que te denuncien. Me cago en Dios. Así como concepto.
Adelante, compañero! Y que el omnipotente y único y verdadero Baal, te haga algo de caso.
Luego llegaron a nuestro país casos 'aislados'. Que si lo de César Strawberry, que si lo del otro rapero, que si lo de Valtonyc... la libertad de expresión, la libertad de opinión. La libertad.
Willy Toledo ha sido detenido finalmente por la Policía. Que si lo iban a detener o que si no. Lo han detenido, pero el daño ya estaba hecho. Finalmente, en este país, en el año del Señor de 2018 y nosecuántos de la Hégira, cagarte en Dios te lleva al talego. Según como se ponga el tema, te comes un poco de maco por blasfemar. Así están las cosas por aquí.
Lo mismo te llevan a la cárcel por rebelión, así, por rebelión, como si la cosa hubiera sido en plan... una rebelión, como que te llevan a la cárcel por cagarte en Dios. Ya tiene razón Willy Toledo al meter el nombre de Polonia de por medio.
Y hasta aquí es lo que uno tiene que escribir en este sinsentido de país extraño que nos está saliendo. Que por un lado parece avanzar inexorablemente hacia un cambio generacional en el que lo que quedaba del postfranquismo y de la reserva espiritual de occidente y de toda esa historia quedaba atrás, porque una nueva generación de gente joven, que ya no confiaba en lo que era lo de siempre y todo eso, iba, al menos, a dejar atrás todo eso, y por otro lado, cosas y reacciones que nos dicen que ojo, que este país sigue siendo extraño, antiguo, risible, casposo.
Que seguimos sacando por la tele a franquistas convictos y confesos defendiendo lo que en otros países es ilegal, que seguimos sacando por la tele a curas y laicos ultramontanos defendiendo una especie de sharia católica, y lo sacamos en plan 'mira estos frikis que risa dan', y es una risa tan risa que te pueden llevar al talego.
Que Willy Toledo está en el talego por cagarse en dios. La virgen santa. La virgen de Rute. La virgen del Castillo madre mía. Por cagarse en dios en 2018. Y hay un juez o quien sea que admite a trámite todo esto y considera que sí, que es que eso de cagarse en dios...
Normalmente uno cuando hace un texto de estos debería poner soluciones o el clásico 'esto se arregla'. Esto se arregla así. Esto se arregla de esta manera. Tal y como lo estamos haciendo. Forzando la máquina.
Me cago en el copón bendito. Y no nos va a hacer falta ni lazo ni nada. Con cagarnos en su puta madre, va a valer, que parece que les duele tanto como para que te denuncien. Me cago en Dios. Así como concepto.
Adelante, compañero! Y que el omnipotente y único y verdadero Baal, te haga algo de caso.
martes, 11 de septiembre de 2018
Diada o no Diada. Ser o estar.
Otro día más, otra Diada más. Una Diada que ya no se ha vendido como la última Diada, ni la mejor Diada, sino como la Diada de estar. Como viene pasando los últimos años (tampoco recuerdo haber ido mucho antes), no he ido a la manifestación. Porque cuando uno va a una manifestación es porque vas a hacer algo. Por ejemplo, hoy hemos ido a la ofrenda floral, hemos entregado el ramo, hemos hecho algo. Los del CDR también han ido, han esperado a que saliéramos y nos han gritado ‘llibertat presos polítics’. También lo han hecho cuando ha salido la alcaldesa. Nadie les ha gritado a ellos nada. Porque supongo que nos merecemos que nos griten. Santos y santas que creen que pueden gritarnos algo porque ellos son del CDR y nosotros no y están haciendo la revolución y nosotros no. Por eso van a la manifestación. Para hacer algo. Nosotros entregamos el ramo, ellos nos entregan su opinión.
Otra Diada. Este día. Una comentarista política, una tertuliana, esta mañana. La misma que dijo aquello de los ‘ciudadanos españoles que han nacido en Catalunya’, te dice que la Diada festeja lo que festeja, y que es lo que es. Que no significa otra cosa. Que lo que significa es esto. Y tiene razón. No tenemos Diada nacional, no tenemos un día para los catalanes. Mejor. Un país sin día nacional. Me gusta la idea. Ya teníamos el 12 de Octubre como día de la Hispanidad que no se cree nadie. Ya tenemos dos días nacionales que no sirven para nada. Como las propias naciones. Decimos mucho eso de que somos un solo pueblo. Lo decimos. Pero cada vez lo veo menos.
Y bien. En la tele y la radio hablan de una manifestación de un millón de personas. A las tres de la tarde ya había grupos de colomenses que ya se aprestaban a coger el metro, esteladas en la espalda, la camiseta de rigor, etc. Un millón de personas es un huevo de gente. Un huevo de gente que va a la manifestación a hacer algo. El president Torra dice que la manifestación ha servido para estar. Para demostrar que se está. La presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie, dice que la manifestación ha servido para demostrar que se está. Y cuando la periodista le ha dicho que entonces qué, ha dicho que… la manifestación ha servido para demostrar que se está. Y ante una repregunta y una respuesta repetida, poco se puede hacer.
Una manifestación y una Diada que sirve para demostrar que se está, que se es. Y ahí se queda la clara, la entrañable transparencia. Y otro año más. A esperar a ver en qué se traduce todo esto. Los últimos años lo tenían a tocar, lo tenían en la mano, la última, ya estaba. Y aquí estamos. Con gente en la cárcel, con la petición de libertad para los presos como nexo de unión. Como arma arrojadiza contra los demás. Y el año que viene qué. Y dentro de nada celebraremos el 1 de octubre y al final las cosas sirven para lo que sirven.
Gobiernos de derechas montando movidas de derechas, que no gobiernan o gobiernan manteniendo sus políticas de derechas. Manifestaciones de un millón de personas que sirven para hacer una manifestación de un millón de personas. Y la independencia, la república, siguen ahí, movilizando, entusiasmando a mucha gente, quizás a más gente cada vez. O no. Pero ahí está. Pero para qué está. Para estar.
Y así pasa la vida. Y pasan las cosas. Y el sol se pone. Y los tertulianos van defendiendo las posiciones de los partidos a los que claramente representan. Y a ver cuál es la próxima movilización que entusiasme a la gente. Y así.
Otra Diada. Este día. Una comentarista política, una tertuliana, esta mañana. La misma que dijo aquello de los ‘ciudadanos españoles que han nacido en Catalunya’, te dice que la Diada festeja lo que festeja, y que es lo que es. Que no significa otra cosa. Que lo que significa es esto. Y tiene razón. No tenemos Diada nacional, no tenemos un día para los catalanes. Mejor. Un país sin día nacional. Me gusta la idea. Ya teníamos el 12 de Octubre como día de la Hispanidad que no se cree nadie. Ya tenemos dos días nacionales que no sirven para nada. Como las propias naciones. Decimos mucho eso de que somos un solo pueblo. Lo decimos. Pero cada vez lo veo menos.
Y bien. En la tele y la radio hablan de una manifestación de un millón de personas. A las tres de la tarde ya había grupos de colomenses que ya se aprestaban a coger el metro, esteladas en la espalda, la camiseta de rigor, etc. Un millón de personas es un huevo de gente. Un huevo de gente que va a la manifestación a hacer algo. El president Torra dice que la manifestación ha servido para estar. Para demostrar que se está. La presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie, dice que la manifestación ha servido para demostrar que se está. Y cuando la periodista le ha dicho que entonces qué, ha dicho que… la manifestación ha servido para demostrar que se está. Y ante una repregunta y una respuesta repetida, poco se puede hacer.
Una manifestación y una Diada que sirve para demostrar que se está, que se es. Y ahí se queda la clara, la entrañable transparencia. Y otro año más. A esperar a ver en qué se traduce todo esto. Los últimos años lo tenían a tocar, lo tenían en la mano, la última, ya estaba. Y aquí estamos. Con gente en la cárcel, con la petición de libertad para los presos como nexo de unión. Como arma arrojadiza contra los demás. Y el año que viene qué. Y dentro de nada celebraremos el 1 de octubre y al final las cosas sirven para lo que sirven.
Gobiernos de derechas montando movidas de derechas, que no gobiernan o gobiernan manteniendo sus políticas de derechas. Manifestaciones de un millón de personas que sirven para hacer una manifestación de un millón de personas. Y la independencia, la república, siguen ahí, movilizando, entusiasmando a mucha gente, quizás a más gente cada vez. O no. Pero ahí está. Pero para qué está. Para estar.
Y así pasa la vida. Y pasan las cosas. Y el sol se pone. Y los tertulianos van defendiendo las posiciones de los partidos a los que claramente representan. Y a ver cuál es la próxima movilización que entusiasme a la gente. Y así.
lunes, 10 de septiembre de 2018
Per sempre
Jo, bé que ho saps, no en sé gaire de política, però m'agrada veure-la a ella a la televisió i que m'ho expliqui. L'altre dia estava veient el programa i la van anunciar perquè ens havia d'explicar allò que havia dit el president Torra en el Teatre aquell. No m'hi vaig enterar gaire, jo, però ella ho va explicar així com és ella, tan així. Ella parla i sembla que sigui amiga teva de tota la vida, de veritat, i de vegades es fa un pixar de riure o de vegades s'empipa com una fúria. Però és que la fan empipar, pobre, sobre tot quan la junten amb un d'aquells periodistes o no se qué són, que son d'Espanya i la posen negra. I ella no es talla ni un pel i els hi diu tot el que es mereixen aquells. Ella parla i ens ho explica tot, a tota aquella gent que no entenem gaire però tenim clar el que volem. Diuen que és molt amiga del President i de tots els presidents que hi ha hagut, menys dels montillas i l'altre aquell que va parar boig. Ella parla i parla i té a la presentadora, una noia maquíssima que no sé els anys que porta a la tele, però sempre sembla joveneta ella, la té encisada, no la talla mai, ni li discuteix res, i així ella té temps per dir el que ens ha de dir. De vegades m'agrada també escoltar la periodista aquella espanyola, que era socialista, que també parla molt bé, però ara no recordo el seu nom. Però surt molt. Com que no puc surto gaire jo, si no és a una excursió o bé quan l'associació ens convoca per anar a algún puesto, els dissabtes m'enganxo a la tele i miro també el programa aquell dels joves que es fan preguntes, i també la conviden a ella, i allà sí que em faig un fart de riure, perquè allà porten molts d'aquells fatxendes i ella els hi dona ben a gust.
De veritat, que m'agrada molt mirar la tele ara, perquè hi surten coses que entenem, que son com d'aquí, properes, i no ens intenten colar aquells programes del món que ves a saber tú quin interés poden tenir. M'agradava molt aquell que feien dels pobles que...i les novel·les també, però ara surten uns actors nous que no m'enganxo gaire. Míra-la, un altre cop surt. Ara parla d'una altra cosa. És que és tot un cas aquesta dona, no sé com té temps de fer tantes coses i de sortir a tants puestos i de saber tant. Perquè mira que en sap ella, i els hi contesta i s'empipa i ara s'ha posat els llacets com a arrecades, mira que n'és de graciosa.
És de Badalona dius? Oh, jo pensava que era d'aquí de Barcelona, o d'algún poble de per allà... però de Badalona no m'ho hagués imaginat mai. No he estat mai jo a Badalona, ves què he de fer jo a Badalona. Vaig tenir un cosí que va tenir una tenda de roba a Santa Coloma de Gramenet, allà pel centre. La familia de la seva dona eren de Santa Coloma de tota la vida i tenien una tenda. Però van marxar quan es van jubilar a Tossa i no van tornar mai. Crec que van llogar el local i ara hi ha nosequé d'informàtica o qualsevol cosa d'aquestes. Ara què diu que s'està posant a riure. Mira què és boja, eh. És clar que no la suporten, si els té a tots així de drets. Jo, de veritat, la tindria a la tele tot el dia, parlant i xerrant, perquè és com si estigués aquí, és com nosaltres, no sé, la veig i penso que podria ser la meva cosina. Em recorda molt la teva tieta Teresa, que era així també frescota i bastota, però et feies un fart de riure. Una vegada, va veure al president Pujol a una visita que va fer a un centre aquí del barri i li va agafar així petit com era en Pujolet i li va fer una abraçada i li va clavar dos petonassos i li va dir 'ai jordiet quins collons que tens', i la Ferrusola que hi estava al costat li va dir, 'cuidado reina no me l'esclafis', vam fer un fart de riure. És igual que la teva tieta Teresa.
Ai, mira ja acaba el programa. A veure què fan a la nit. Com que no tinc son, la veritat m'ho empasso tot. El programa aquell dels restaurants, que no entenia res de com anava, pero em distreia i coneixia món. Bueno, món, per aquí, dic.
En fi. Bon vespre, bonic.
De veritat, que m'agrada molt mirar la tele ara, perquè hi surten coses que entenem, que son com d'aquí, properes, i no ens intenten colar aquells programes del món que ves a saber tú quin interés poden tenir. M'agradava molt aquell que feien dels pobles que...i les novel·les també, però ara surten uns actors nous que no m'enganxo gaire. Míra-la, un altre cop surt. Ara parla d'una altra cosa. És que és tot un cas aquesta dona, no sé com té temps de fer tantes coses i de sortir a tants puestos i de saber tant. Perquè mira que en sap ella, i els hi contesta i s'empipa i ara s'ha posat els llacets com a arrecades, mira que n'és de graciosa.
És de Badalona dius? Oh, jo pensava que era d'aquí de Barcelona, o d'algún poble de per allà... però de Badalona no m'ho hagués imaginat mai. No he estat mai jo a Badalona, ves què he de fer jo a Badalona. Vaig tenir un cosí que va tenir una tenda de roba a Santa Coloma de Gramenet, allà pel centre. La familia de la seva dona eren de Santa Coloma de tota la vida i tenien una tenda. Però van marxar quan es van jubilar a Tossa i no van tornar mai. Crec que van llogar el local i ara hi ha nosequé d'informàtica o qualsevol cosa d'aquestes. Ara què diu que s'està posant a riure. Mira què és boja, eh. És clar que no la suporten, si els té a tots així de drets. Jo, de veritat, la tindria a la tele tot el dia, parlant i xerrant, perquè és com si estigués aquí, és com nosaltres, no sé, la veig i penso que podria ser la meva cosina. Em recorda molt la teva tieta Teresa, que era així també frescota i bastota, però et feies un fart de riure. Una vegada, va veure al president Pujol a una visita que va fer a un centre aquí del barri i li va agafar així petit com era en Pujolet i li va fer una abraçada i li va clavar dos petonassos i li va dir 'ai jordiet quins collons que tens', i la Ferrusola que hi estava al costat li va dir, 'cuidado reina no me l'esclafis', vam fer un fart de riure. És igual que la teva tieta Teresa.
Ai, mira ja acaba el programa. A veure què fan a la nit. Com que no tinc son, la veritat m'ho empasso tot. El programa aquell dels restaurants, que no entenia res de com anava, pero em distreia i coneixia món. Bueno, món, per aquí, dic.
En fi. Bon vespre, bonic.
sábado, 8 de septiembre de 2018
Història Antiga
La cerca de l'absolut, la relació entre l'èsser humà i l'absolut, la relació al mateix temps entre l'absolut i l'individu, l'absolut i la idea de Déu, l'absolut en les relacions humanes, l'absolut com a concepte i la seva definició irresoluble. Problemes i preguntes que ens fem i que no deixaran mai de conformar el nostre pensament i en tant que no es trobi una resposta que tinguem manifestament per certa, potser més val que no ens capfiquem gaire. Perquè hi han coses a la vida que no tenen resposta i no tenen perspectiva de que la tinguin.
A l'estiu de l'any 1932 van ocórrer tot un seguit de coses i fets que van ser molt i molt importants per a la història del país. També va succeir que van celebrar-se les festes de Sants i el senyor Macià Forratell i Punyol va decidir-se, per una vegada, a fer acte de presència. El senyor Macià feia ja uns anys que no es podia considerar un jovenet, havia complert just el dia del Corpus ni més ni menys que 43 anys. I continuava solter. El senyor Macià, assistent en el despatx dels Munyó, havia dedicat la vida a les lleis, els papers, la lectura i acumular dades d'una manera de vegades preocupant. De tal manera que aquest adjectiu, el de preocupant, li esqueia d'allò més. Sense haver pogut conèixer cap dona, vivia sol solet en un piset del carrer Muntaner i no coneixia ni oci ni diversió. Però, al despatx dels Munyó, tothom se'n reia de la seva solteria i li empenyia a que tingués alguna amistat femenina. Cosines, germanes, cunyades dels empleats del despatx, van ser suggerides com a... i res va funcionar. Però aquell estiu del 1932 va fer que, en mig d'una època de canvis i giravolts, el propi senyor Macià tingués a bé, al menys, deixar-se veure i comprovar si el món tenia alguna cosa que li pogués interessar.
La Sílvia va rebre una carta de la seva cosina Melfa, en la que era convidada a passar uns dies a Sants per festes, anar al ball, veure món. I la Silvia va deixar uns dies la seva Santa Coloma de Gramenet per anar a la festa. La Silvia era una mossa esplendorosa, en la flor de la vida, amb 20 anys esclatants.
El senyor Macià va veure la mossa en el ball. Li va cridar tant l'atenció que va preguntar qui era, on vivia, i va demanar formalment una cita per poder-la visitar i iniciar, en cas de que fos del seu gust, una possible relació. M'he enamorat, pensava.
Sílvia. Quin nom més bonic. Ja no hi ha pares que escollin Sílvia per les seves filles. En fi. Sílvia. Selva. El senyor Macià va arribar a Santa Coloma de Gramenet una tarda de principis de setembre just quan les festes d'estiu eren a punt de començar. Els pares de la Sílvia, uns menestrals, van deixar a la parella sola al rebedor de casa perquè parlessin i es coneguessin. La mare, la senyora Maria Teresa, quan va veure arribar el senyor Macià, va dir al seu marit 'Joan Pere, mira el rellotge que penso que va marxa enrera'.
El senyor Macià no va fer perdre massa el temps a la Sílvia i va anar per feina. Havia pensat un bonic text de lírica en prosa o poesia narrada, efectista, jugant amb les paraules i els noms. El va memoritzar. patam patum patam salvatge com el bosc ferèstec, param parem parim com les flors els teus ulls, pachum pachim pacham la sàvia que fas recòrrer en el meu cos, papam papim papam en la selva del teu nom...
El senyor Macià mai no va tornar a posar un peu a Santa Coloma de Gramenet.
I la cerca de l'absolut continua empipant la humanitat i fent nosa.
A l'estiu de l'any 1932 van ocórrer tot un seguit de coses i fets que van ser molt i molt importants per a la història del país. També va succeir que van celebrar-se les festes de Sants i el senyor Macià Forratell i Punyol va decidir-se, per una vegada, a fer acte de presència. El senyor Macià feia ja uns anys que no es podia considerar un jovenet, havia complert just el dia del Corpus ni més ni menys que 43 anys. I continuava solter. El senyor Macià, assistent en el despatx dels Munyó, havia dedicat la vida a les lleis, els papers, la lectura i acumular dades d'una manera de vegades preocupant. De tal manera que aquest adjectiu, el de preocupant, li esqueia d'allò més. Sense haver pogut conèixer cap dona, vivia sol solet en un piset del carrer Muntaner i no coneixia ni oci ni diversió. Però, al despatx dels Munyó, tothom se'n reia de la seva solteria i li empenyia a que tingués alguna amistat femenina. Cosines, germanes, cunyades dels empleats del despatx, van ser suggerides com a... i res va funcionar. Però aquell estiu del 1932 va fer que, en mig d'una època de canvis i giravolts, el propi senyor Macià tingués a bé, al menys, deixar-se veure i comprovar si el món tenia alguna cosa que li pogués interessar.
La Sílvia va rebre una carta de la seva cosina Melfa, en la que era convidada a passar uns dies a Sants per festes, anar al ball, veure món. I la Silvia va deixar uns dies la seva Santa Coloma de Gramenet per anar a la festa. La Silvia era una mossa esplendorosa, en la flor de la vida, amb 20 anys esclatants.
El senyor Macià va veure la mossa en el ball. Li va cridar tant l'atenció que va preguntar qui era, on vivia, i va demanar formalment una cita per poder-la visitar i iniciar, en cas de que fos del seu gust, una possible relació. M'he enamorat, pensava.
Sílvia. Quin nom més bonic. Ja no hi ha pares que escollin Sílvia per les seves filles. En fi. Sílvia. Selva. El senyor Macià va arribar a Santa Coloma de Gramenet una tarda de principis de setembre just quan les festes d'estiu eren a punt de començar. Els pares de la Sílvia, uns menestrals, van deixar a la parella sola al rebedor de casa perquè parlessin i es coneguessin. La mare, la senyora Maria Teresa, quan va veure arribar el senyor Macià, va dir al seu marit 'Joan Pere, mira el rellotge que penso que va marxa enrera'.
El senyor Macià no va fer perdre massa el temps a la Sílvia i va anar per feina. Havia pensat un bonic text de lírica en prosa o poesia narrada, efectista, jugant amb les paraules i els noms. El va memoritzar. patam patum patam salvatge com el bosc ferèstec, param parem parim com les flors els teus ulls, pachum pachim pacham la sàvia que fas recòrrer en el meu cos, papam papim papam en la selva del teu nom...
El senyor Macià mai no va tornar a posar un peu a Santa Coloma de Gramenet.
I la cerca de l'absolut continua empipant la humanitat i fent nosa.
viernes, 7 de septiembre de 2018
Coses de la Verge Maria
El dia era clar com els ulls de la Mare de Déu i el sol brillava incandescent per sobre les muntanyes que majestuoses donaven testimoni de pedra de la magnificència de nostre Senyor. I per aquelles muntanyes, des de que va rebre el primer al·lè de vida, va còrrer i donar tombs com un perdut de tot i tothom en Guerau Pifaller i Sujorn, conegut per aquelles contrades com 'Normand', perquè era roig i hi ha qui deia qui deia que sa mare s'havia enllitat amb un soldat del nord que s'havia perdut d'una d'aquelles expedicions dels que es deien precisament homes del Nord. En Normand havia estat pastor, serf, vagabund, pidolaire, deien que havia estat a Roma, que coneixia les costes de l'Àfrica i que a Còrdova s'havia enamoriscat d'una princesa andalusí, però havia hagut de marxar a tot còrrer i tornar un altre cop a les terres que l'havien vist néixer. Però, hom també deia que totes aquestes aventures d'en Normand no eren sino imaginacions i burles que el propi Normand inventava i que aquest només feia que robar, viure la viu viu i no fotre brot contant i cantant històries de moros, frares folladors i deesses vikingues.
Tornava aquell matí brillant i fulgent com l'or en Normand fugint de furtar unes fruites i unes gallines de l'hort d'un pagès que de fet ja es deixava robar i només feia que deixar aquelles viandes a disposar d'en Normand perquè li feia pena i era bondadós i tothom li deia Bonfill tot i que el pare Farran estava segur que era jueu i que la seva dona la Mareta era una mora renegada, diem que tornava d'allá en Normand quan de sobte, un dona va sortir d'entre els matolls al camí que portaven al cabanyot d'en Normand. Aquest es va sorprendre perquè no havia notat res d'estrany entre aquells marges i ell coneixia totes aquelles contrades i revolts com la seva mateixa vida, donat que eren els seus dominis tot i que res fos seu.
- Collons mossa, quin ensurt m'heu donat. Ara els pagesos paguen a dones per fer matar de por els humils pidolaires. Au, ves, que encara prendràs mal tota sola...
- Calla, fill. Sóc ta Mare Maria i també Mare de Déu Nostre Senyor i t'he de dir una cosa.
A en Normand li va venir un atac de riure. Aquella dona era la Verge? Quin riure! La dona, que no passava dels trenta anys, vestia d'una manera estranya, antiga, amb uns mants i unes teles que li cobrien el cap. Era maca, però no tenia gaire gràcia al rostre. Això si, quan parlava, semblava tenir una força especial, un nosequè què, però, no afectava gaire a en Normand, poc amant de les subtils condicions de la força divina. La dona mirava seria i amb la mandíbula tancada a l'homenàs.
- Ai, la Verge! Va dona, torna a casa que de ben segur que no has esmorzat i el sol a la cara t'ha deixat estabornida. Vinga, si vols, acompanya'm al meu cabanyot i potser et puc convidar a mig pollastre...
- Fill, t'he de demanar perdó si t'he espantat. Però t'he escollit a tú per fer un anunci a la Humanitat. Ets una persona bona i de cor net que has de fer còrrer el meu missatge pel Món. És un missatge que el meu fill estimat, Jesús, vol donar ple d'esperança. Un crit d'alerta pels temps que han de venir. Fills Meus! Jo us dic en nom del meu Fill Jesús que...
I ben es pot dir que la Veu, la Dolça Veu de la Verge Maria, havia captivat al nostre Normand fins al punt de creure realment que aquella dona podia ser la Mare de Déu. Però, un soroll, un cavall, un genet a cavall, un cavaller, hem de còrrer...
I aquell missatge Sant mai no es va poder escoltar.
Jesús mateix va renyar la seva Mare Santíssima, per no haver cuidat d'alguna manera la presentació. Més brillantor, més efectes, més llum. I aquest missatge arribaria. Com ha arribat.
Tornava aquell matí brillant i fulgent com l'or en Normand fugint de furtar unes fruites i unes gallines de l'hort d'un pagès que de fet ja es deixava robar i només feia que deixar aquelles viandes a disposar d'en Normand perquè li feia pena i era bondadós i tothom li deia Bonfill tot i que el pare Farran estava segur que era jueu i que la seva dona la Mareta era una mora renegada, diem que tornava d'allá en Normand quan de sobte, un dona va sortir d'entre els matolls al camí que portaven al cabanyot d'en Normand. Aquest es va sorprendre perquè no havia notat res d'estrany entre aquells marges i ell coneixia totes aquelles contrades i revolts com la seva mateixa vida, donat que eren els seus dominis tot i que res fos seu.
- Collons mossa, quin ensurt m'heu donat. Ara els pagesos paguen a dones per fer matar de por els humils pidolaires. Au, ves, que encara prendràs mal tota sola...
- Calla, fill. Sóc ta Mare Maria i també Mare de Déu Nostre Senyor i t'he de dir una cosa.
A en Normand li va venir un atac de riure. Aquella dona era la Verge? Quin riure! La dona, que no passava dels trenta anys, vestia d'una manera estranya, antiga, amb uns mants i unes teles que li cobrien el cap. Era maca, però no tenia gaire gràcia al rostre. Això si, quan parlava, semblava tenir una força especial, un nosequè què, però, no afectava gaire a en Normand, poc amant de les subtils condicions de la força divina. La dona mirava seria i amb la mandíbula tancada a l'homenàs.
- Ai, la Verge! Va dona, torna a casa que de ben segur que no has esmorzat i el sol a la cara t'ha deixat estabornida. Vinga, si vols, acompanya'm al meu cabanyot i potser et puc convidar a mig pollastre...
- Fill, t'he de demanar perdó si t'he espantat. Però t'he escollit a tú per fer un anunci a la Humanitat. Ets una persona bona i de cor net que has de fer còrrer el meu missatge pel Món. És un missatge que el meu fill estimat, Jesús, vol donar ple d'esperança. Un crit d'alerta pels temps que han de venir. Fills Meus! Jo us dic en nom del meu Fill Jesús que...
I ben es pot dir que la Veu, la Dolça Veu de la Verge Maria, havia captivat al nostre Normand fins al punt de creure realment que aquella dona podia ser la Mare de Déu. Però, un soroll, un cavall, un genet a cavall, un cavaller, hem de còrrer...
I aquell missatge Sant mai no es va poder escoltar.
Jesús mateix va renyar la seva Mare Santíssima, per no haver cuidat d'alguna manera la presentació. Més brillantor, més efectes, més llum. I aquest missatge arribaria. Com ha arribat.
jueves, 6 de septiembre de 2018
La conversación pendiente
Y me fui para allí con toda la intención de decirle exactamente lo que le tenía que decir. Ya me tenía un poco cansado con tanto rollo y al final no me quedó otra que armarme de valor y dirigirme a él. Y tuve que ir a decírselo. A decírselo de una vez por todas. Por todas, así, con la mano haciendo así, por todas, como cuando dices algo y lo dices así moviendo la mano, como si fueras una folclórica cantando Torre de Arena o a la faraona o a la más grande diciendo No me vas a grabar más. Y dije, de una vez por todas, así con la mano diciendo por todas, se lo voy a decir. Y me fui para allí y fui caminando decidido, como los Bee Gees cuando caminan decididos en la canción del pelo pa trás, o como el muchacho ese con cara de estar falto de algo que va cantando con los violines de fondo y se le tropieza todo el mundo. Yo no me tropecé con nadie, ni mucho menos. Antes al contrario, me encontré con bastante gente que me iban preguntando por esto y por lo otro y yo que no soy mucho de hablar pero que si me preguntan pues eso, les iba contestando y respondiendo. Alguno me preguntaba sobre el tema y les decía yo, pues me pillas que ahora mismo voy a decírselo. Y me decían pues dilo. Y yo, pues lo voy a decir. Y ellos, pues es que se lo tienes que decir y se lo tenías que haber dicho ya antes. Y yo, pues a eso voy. Y ya que estaba claro el objetivo me preguntaban por otras cosas y yo pensaba que bueno, que me tenía que ir, y les decía que me estaba yendo, que tenía que decírselo. Y uno me paró así como desde atrás y me dijo, pues a mí me parece que no tendrías que decirle nada. Y ya me hizo dudar. Y yo dudando no valgo para nada. De verdad que no. Soy de esas personas que dudan, que no lo tienen claro. Y mira que iba yo todo decidido para allí que me lo comía vivo. Vamos que si me lo comía vivo. Menudo. Y allí iba yo y ese me dice, pues yo creo que no. Y me hizo sentir esa cosa que te entra como que no lo tienes claro y que tienes que yo que sé. Y así que me entretuve y no sé porqué pero me vi dando vueltas en torno a su puerta. Vueltas y vueltas. Y no me encontraba con nadie y entré en un bar y me pedí un cortado, no, lo cambié, una caña, no lo cambié, por no entrar oliendo a cerveza y que encima me dijera 'oliendo a cerveza vienes'. Porque es que le temo, le temo, le temo, le temo, me da un miedo que me muero y que me diga cualquier cosa es que me pone ya que no sé. Me pone absolutamente perdido y me dan ganas de coger y ponerme a llorar, me tiene derrotado, ganado, hace conmigo lo que le da la gana. Iba a pedirme al final una cocacola, pero es que la cocacola no me gusta y le dije al camarero ya basta, así con la mano, ya basta, así, ya basta, como las folclóricas y como las bailaoras y como la gente así como temperamental que dice... y me fui para la puerta de la casa y iba a picar pero me temblaba la mano y no sé ni a qué piso toqué. Esperé a que sonara la voz y no sonaba la voz, no contestaba nadie. Y me dije, no hay nadie. Y esperé y no contestaba nadie y al final que ya me iba, es que ya me iba, es que ya estaba yéndome, al final sonó una voz que me dijo 'quién hay ahí'. Y no sé si reconocí o no reconocí la voz. No la reconocí. No era él. No era él. No lo era. Y mira qué hora es. Y piensa lo que quieras. Todo el mundo piensa. Y todo el mundo sabe mucho.
miércoles, 5 de septiembre de 2018
En la marcha de Xavi Domènech
La foto corresponde a la segunda campaña de En Comú Podem, la de junio. Veníamos de haber ganado unas elecciones generales en Catalunya y en Santa Coloma y no salíamos de nuestro asombro. Una candidatura que ponía al frente a una persona que no venía del mundo del politiqueo al uso, que había estado militando en varias cosas, una cabecita de esas... quién era. El caso es que nos pasamos primero un invierno pegando carteles con su cara y luego ese verano y resulta que estábamos ante alguien que nos ponía de acuerdo.
Por primera vez en mucho tiempo, alguien de los nuestros nos podía poner de acuerdo a todos y todas. Más allá de Ada Colau, que debía ocuparse de Barcelona, Xavi Domènech parecía haber conseguido lo imposible sin proponérselo. En Comú Podem era entonces nada más que una coalición partidos con vista a convertirse en algo más que eso. Un nuevo partido. Pero mientras tanto, se funcionaba en plan bandolero. Nadie sabía identificar, a nivel de base muy base, de dónde había salido este Xavi Domènech, pero nadie le podía poner un pero. Que siempre lo hay, pero si no no seríamos nosotros.
El caso es que tras haber ganado en invierno, las posibilidades de volver a repetir en junio eran como de 'venga hombre, no nos puede sonar la flauta dos veces'. Pero no era una flauta, que era la gente, que veía en esa candidatura algo nuevo y algo con posibilidades de cambiar algo. Al menos, la intención siempre está. Y la gente fue la confió en esa candidatura y en ese candidato y a la gente que iba con él en las listas, muchos de ellos poco o nada conocidos, pero muy bregados en muchas cosas. Igual todos no venían de una cadena de montaje en Palau, o de encofrar, o de un taller mecánico en Bon Pastor, pero eran y son de los nuestros. A los socialistas no les piden tantos requisitos. A los de la CUP o Esquerra tampoco. Solo a los nuestros. Demasiado listos, dicen.
El caso es que ese día teníamos un acto en la calle, poníamos la carpa y luego íbamos a la plaza del Inem a hacer un acto. Creo que fue la segunda vez que vino a Santa Coloma, la primera fue a hacer un acto de rendición de cuentas. No sé recordar cuándo vino para las primeras generales. No lo recuerdo.
Después de ese acto, vinieron otros, otros mítines, otras cosas. Llegaron las campañas de las Autonómicas del 155. Le llamaron para que se presentara también aquí. Recuerdo haber comentado que para esas elecciones, tan pasionales, un candidato como Xavi Domènech no era el mejor. Era alguien para hablar de otras cosas, pero para tocar la patata con el tema nacional, no. Para eso, mejor Ada Colau, quizás. Si es que ahí nosotros podemos rascar algo. Pasó lo que pasó.
Desde entonces todo ha sido un calvario. El proceso de construcción de un nuevo partido es farragoso, sí, lento, sí, no deja contento a todos, claro, además se tuvo que hacer cargo de Podemos en Catalunya, y cargar con una posición política en un momento en el que o se es o no se es y te pueden llamar fascista por menos de nada (a no ser que seas del PSC, que puedes no decir nada, seguir sin hacer nada y llevarte todos los parabienes sin haber movido un dedo).
Y se va. Ayer, después de cuatro días de caseta, de trabajo, de colaboración, de todo, cuando estábamos más contentos que contentos con lo que había supuesto la caseta de ECP, nos llega la noticia, Xavier Domènech, se va. Por sobrecarga. Por que la política es una trituradora.
En aquellos días de la foto, pensaba yo, que era curioso como de repente había toda una generación de gente que, pudiendo pasar de todo o pudiendo medrar en las filas de los de siempre, se embarca en algo que supera lo conocido, lo conocido se mejora, y puede ser de verdad una herramienta útil. Qué cosa. No me lo acabo de creer. Cuadros bien formados, gente capaz, cabecitas capaces de ver y pencaires dispuestos, todos juntos, todos uno. Por fin. Capaces de ilusionar a la gente, la propia ya ilusionada y los demás.
Y ahora ha dicho que se marcha. Es un golpe. Pero no es el primero que recibimos. Y supongo que el no encontrar el eco, la comprensión, la angustia de ver que lo que uno pensaba que podía ser, se ve consumido en un marco político donde lo importante es la simbología, los gestos, la sentimentalidad, la patatita, apelar a las emociones, la cara guapa, tu pelo rubio, y no hablarle a la gente como si tuvieran tres años, sino explicando que el cambio no es más bandera sino más derechos sociales, debe agotar. Y que torear con los propios, no es sencillo. Nunca lo es. Puede ser agotador. Te puedes llegar a poner malo.
Ahora salen los que nos han dicho de todo, traidores, colaboracionistas, secuaces del 155, de todo y de todos, a decir que qué bueno era Xavi Domènech. Ahora será indepe para los indepes, ahora será... lo que convenga.
El domingo hicimos la paella En Comú aquí en Santa Coloma. Envié mails a la dirección para que viniera. No obtuvimos respuesta. Quizás si nos hubiera visto a todos, cada uno de su padre y de su madre, pero ya solo uno, currando y pasando un rato majo, se lo hubiera pensado.
A veces echo de menos trabajar y pensar así, en plan bandolero, todos a una, sin tener claro quién es quién y porqué es qué.
Tenemos que cuidarnos, trabajar más, pensar menos, y no repetir por enésima vez los mismos errores de siempre. Que aburren y cansan a los propios. Y también a los que se acercan.
Y qué difícil es. Siempre nos pasa de todo a los mismos. Mira qué fotos, cómo nos reíamos.
En fin. Aunque joda, seguimos.
Por primera vez en mucho tiempo, alguien de los nuestros nos podía poner de acuerdo a todos y todas. Más allá de Ada Colau, que debía ocuparse de Barcelona, Xavi Domènech parecía haber conseguido lo imposible sin proponérselo. En Comú Podem era entonces nada más que una coalición partidos con vista a convertirse en algo más que eso. Un nuevo partido. Pero mientras tanto, se funcionaba en plan bandolero. Nadie sabía identificar, a nivel de base muy base, de dónde había salido este Xavi Domènech, pero nadie le podía poner un pero. Que siempre lo hay, pero si no no seríamos nosotros.
El caso es que tras haber ganado en invierno, las posibilidades de volver a repetir en junio eran como de 'venga hombre, no nos puede sonar la flauta dos veces'. Pero no era una flauta, que era la gente, que veía en esa candidatura algo nuevo y algo con posibilidades de cambiar algo. Al menos, la intención siempre está. Y la gente fue la confió en esa candidatura y en ese candidato y a la gente que iba con él en las listas, muchos de ellos poco o nada conocidos, pero muy bregados en muchas cosas. Igual todos no venían de una cadena de montaje en Palau, o de encofrar, o de un taller mecánico en Bon Pastor, pero eran y son de los nuestros. A los socialistas no les piden tantos requisitos. A los de la CUP o Esquerra tampoco. Solo a los nuestros. Demasiado listos, dicen.
El caso es que ese día teníamos un acto en la calle, poníamos la carpa y luego íbamos a la plaza del Inem a hacer un acto. Creo que fue la segunda vez que vino a Santa Coloma, la primera fue a hacer un acto de rendición de cuentas. No sé recordar cuándo vino para las primeras generales. No lo recuerdo.
Después de ese acto, vinieron otros, otros mítines, otras cosas. Llegaron las campañas de las Autonómicas del 155. Le llamaron para que se presentara también aquí. Recuerdo haber comentado que para esas elecciones, tan pasionales, un candidato como Xavi Domènech no era el mejor. Era alguien para hablar de otras cosas, pero para tocar la patata con el tema nacional, no. Para eso, mejor Ada Colau, quizás. Si es que ahí nosotros podemos rascar algo. Pasó lo que pasó.
Desde entonces todo ha sido un calvario. El proceso de construcción de un nuevo partido es farragoso, sí, lento, sí, no deja contento a todos, claro, además se tuvo que hacer cargo de Podemos en Catalunya, y cargar con una posición política en un momento en el que o se es o no se es y te pueden llamar fascista por menos de nada (a no ser que seas del PSC, que puedes no decir nada, seguir sin hacer nada y llevarte todos los parabienes sin haber movido un dedo).
Y se va. Ayer, después de cuatro días de caseta, de trabajo, de colaboración, de todo, cuando estábamos más contentos que contentos con lo que había supuesto la caseta de ECP, nos llega la noticia, Xavier Domènech, se va. Por sobrecarga. Por que la política es una trituradora.
En aquellos días de la foto, pensaba yo, que era curioso como de repente había toda una generación de gente que, pudiendo pasar de todo o pudiendo medrar en las filas de los de siempre, se embarca en algo que supera lo conocido, lo conocido se mejora, y puede ser de verdad una herramienta útil. Qué cosa. No me lo acabo de creer. Cuadros bien formados, gente capaz, cabecitas capaces de ver y pencaires dispuestos, todos juntos, todos uno. Por fin. Capaces de ilusionar a la gente, la propia ya ilusionada y los demás.
Y ahora ha dicho que se marcha. Es un golpe. Pero no es el primero que recibimos. Y supongo que el no encontrar el eco, la comprensión, la angustia de ver que lo que uno pensaba que podía ser, se ve consumido en un marco político donde lo importante es la simbología, los gestos, la sentimentalidad, la patatita, apelar a las emociones, la cara guapa, tu pelo rubio, y no hablarle a la gente como si tuvieran tres años, sino explicando que el cambio no es más bandera sino más derechos sociales, debe agotar. Y que torear con los propios, no es sencillo. Nunca lo es. Puede ser agotador. Te puedes llegar a poner malo.
Ahora salen los que nos han dicho de todo, traidores, colaboracionistas, secuaces del 155, de todo y de todos, a decir que qué bueno era Xavi Domènech. Ahora será indepe para los indepes, ahora será... lo que convenga.
El domingo hicimos la paella En Comú aquí en Santa Coloma. Envié mails a la dirección para que viniera. No obtuvimos respuesta. Quizás si nos hubiera visto a todos, cada uno de su padre y de su madre, pero ya solo uno, currando y pasando un rato majo, se lo hubiera pensado.
A veces echo de menos trabajar y pensar así, en plan bandolero, todos a una, sin tener claro quién es quién y porqué es qué.
Tenemos que cuidarnos, trabajar más, pensar menos, y no repetir por enésima vez los mismos errores de siempre. Que aburren y cansan a los propios. Y también a los que se acercan.
Y qué difícil es. Siempre nos pasa de todo a los mismos. Mira qué fotos, cómo nos reíamos.
En fin. Aunque joda, seguimos.
martes, 4 de septiembre de 2018
La #FestaColoma2018 y el colomense muy colomense mucho colomense
Exactamente esto es lo que han sido las fiestas. Un concierto de Muchachito. Esperar el concierto de Muchachito. Poco más. Seamos sinceros. El buen colomense, que seguro que es, ha sido, hubiera querido ser, pudiera ser, debiera ser, aceptaría ser, consideraría ser, será, o una vez cantó con Muchachito en un bar una canción de Pata Negra, tete, simplemente ha dejado pasar el tiempo de una forma digna hasta que llegó el lunes por la noche y apareció Muchachito en escena. El resto de la fiesta, de la conocida como #FestaColoma2018, ha sido para un servidor una concatenación de experiencias que me han formado como persona y como profesional en diversos ámbitos para los que desconocía mi aptitud. Ni mi actitud. O lo que se diga.
¿Qué me han parecido las fiestas? Polvo en el camino. Acabar, esperar acabar, polvo cancerígeno en el recinto de la Fira d'Entitats, ese cemento machacado que dicen que es tan malo, todos los días. El mismo del año pasado. Ese. Ese Can Zam hipotecado a la nada y convertido en nada que es el espacio donde nos depositan a las entidades y a los malvados partidos políticos que quieren politizar las fiestas. Malvados. Malos.
Unas fiestas que han tenido diversos focos que, imagino, han debido estar bien. Efectivamente, voy a hablar de oídas y voy a comentar sobre cosas que me imagino. Nos encontramos a menos de un año de las elecciones municipales y de todos es sabido que en estas circunstancias los malvados y los menos malvados, ponen la carne en el asador para que se acuerden de ellos de cara al fatal día de la votación. Fatal para algunos, claro. Benéfico para otros, por supuesto.
La Festa Major d'Estiu de Santa Coloma es, en principio, ese momento en el que los colomenses, de manera inopinada, salen a la calle aún en mayor número de lo que acostumbran y se ven, se sonríen y se saludan. Como diría Manuel Arenas, saludar es de pobres, pero cuando no tienes mayores distracciones en la vida, saludar, sentirte saludado, o correr a saludar, es como el que se conforma con Neox por no tener Netflix. Y acabas hablando de Big Bang Theory como el que... eso. Pobres.
Colomenses en las calles. En las pocas horas que he podido pisar el mundanal ruido, he visto colomenses con más abertzalismo colomense si cabe que en otras ocasiones. No se trata de pedir cosas en Euskera, que también hay quien lo practica, se trata de un sentimiento de pertenencia colomense que dudo (y no es la primera vez que esta reflexión se lleva a cabo por aquí) que se produzca en otros lugares. Una twittera se ha encargado de recopilar fotos de camisetas con el motivo 'Santa Coloma' impreso, en cualquiera de sus acepciones. Hay unas cuantas. Peñas de gente con su camiseta, con Santa Coloma por delante, Santa Coloma en la boca. Cualquiera que quiera hacer algo en esta ciudad, que se quite de la cabeza eso de querer identificarnos con Barcelona o parecernos a, lo colomense es único y puede ser bueno o puede ser (quizás a veces es), nuestra perdición. Camisetas, motivos, cosas.
Hablo de oídas y de cosas que no he visto. De cuatro minutos mal contados. No me hagan caso.
Cuatro días en la caseta de En Comú Podem. Poniendo (mal) cañas. Quemando carne en una barbacoa. Haciendo de cajero con una caja registradora y siendo timado al cuarto de hora de sentarme. El timador me vio tan débil que vino a repetir su hazaña por segunda vez y creo que no coló por que hice ademán de coger el billete de 50 que la vez anterior no me había dado. Podría haber estado toda la noche quitándonos pasta. Y yo allí. Qué pardo. Poner paella en un plato. Esto medio bien. Subiéndome a una escalera a quitar una bandera republicana cuando nos íbamos, cortar una brida, en definitiva, subiéndome a una escalera. Haciendo de técnico de sonido cuando no tengo ni idea de cómo 'subir los agudos o quitar el reverb'. Pero, eso sí, disfrutando como un cochino del trabajo con los compañeros y las compañeras y aprendiendo de la disposición de ánimo de personas tan distintas como la Loli o el Dani. Y de todos y cada uno de los que han pasado un rato por allí a hacer un mojito, poner un café, remenar pinchos en la plancha... cualquier cosa. Una caseta, una caseta de un partido, sirve para hacer grupo, piña, trabajo, conocer lo que uno sabe hacer y lo que no. Y no pasa nada. Y para que la gente, tus amigos, tu tropa, la tropa de otros, te vea, te conozca y se pierdan las vergüenzas. Y como siempre, agradecer a Xavi Villena y su gente, a ElTornado Dj, a Puteados del Sistema, a Chus, al Wallace, a mi hermano y al Christian, la aportación a la causa. Y me dejo para el final a una persona que ya llevo conociendo pero que creo que, hoy, se merece unas líneas. La Carmen.
Una mujer a la que llevo viendo y con la que llevo haciendo cosas desde hace mucho tiempo, es cierto, pero que, hasta hoy (o ayer) no he reparado en que la voluntad, las ganas y la disposición de ánimo de la Carmen, son contagiosas. La ves, pum, pum, y tú acabas igual. Y no sabes cómo lo hace y la ves cargando neveras, con los guantes poniendo tarimas. Y sabes que tú nunca la podrás empatar. Y esa gente, de ese tipo de gente, ya no queda. Aunque la contrates. Aunque la pagues. No queda.
No he pasado por el resto de casetas. Como siempre la del rugby petándolo por las noches siendo el refugio del joven con ganas de juerga 'no alternativa', la de Ciudadanos al lado intentando arreplegar algo pero la verdad, sin mucha tropa (nos dejaron vasos), la del Singuerlin con gente más o menos fiel, los aguerridos de Can Calvet dándolo todo y deslomándose durante cuatro días, los de las hermandades rocieras con sus banderas de España para demostrar que es España lo que allí se representa o algo así que yo no entiendo y que yo que sé, y la caseta del PSC a la que no me asomé. A la de Esquerra no fui este año a pedir nada, como otras veces, pero otros compañeros si que fueron. A la del PCPC fui para pedir vasos y me tomé la birra de rigor. Había otra caseta, la de los vecinos del Fondo. Estaba abierta siempre. Tenían una bandera en la entrada. No sé.
Y las visitas de la gente, y la cervecita, y cómo os va, y has visto al conseller ese que dicen que es de Santa Coloma con la... y el..., joder, qué papelón, pero si es un Convergent... ya te digo. Pues vaya.
Las fiestas de Santa Coloma.
Punto Lila. Con sus voluntarias del punto lila que dan la cara contra las violencias machistas cuando debería haber sido cosa del Ajuntament poner los medios y los protocolos y las cosas y no ir a remolque para sacarte luego la consabida foto de 'aquí nuestra alcaldesa'. Qué pena. Siempre igual y siempre lo mismo. Y qué pena.
Y lo del lacito amarillo en la portada del Ajuntament. Así empiezan las revoluciones. Desde el balcón de casa, liándola. Gloria eterna a los héroes de la patria. Siempre. Hasta el bar Victoria.
Y las Alternativas. Si el año pasado fui una vez, o dos, e incluso tres. Este año no me ha dado la vida para ir mucho. Una noche, un rato, muy tarde. ¿Alguien ha ido? ¿Bien? Cada día las veía a lo lejos y no sabía si iban bien o no. Supongo que lo del Rugby les habrá quitado algo de gente... común y no tan alternativa. No sé. ¿Cómo ha ido?
No he ido tampoco a los conciertos de la plaza del Reloj, no he ido a ver al Lozano, no he ido a ver al Villena y al Hugo a la plaza de la Vila, no he ido al Envelat, no he ido a las migas, no he ido casi al corretapa, he ido a ver una chispa lo de los Coloristas, no he ido. No he ido.
Pero eso también es bonito. Las crónicas detalladas de las cosas que pasaron y que fueron y que podrían haber sido. Y aquí me tienen no contando nada, porque nada vi.
Un rato de Muchachito. No me gusta Macaco por lo que poco interés puse en llegar o no llegar. Muchachito. No soy capaz de escuchar canciones grabadas, pero en directo reconozco que tiene mucho que ver. Llegar a la plaza a las dos de la mañana, cansado, con polvo del camino, de ese que hemos dicho que es dañino pero que nos da igual, y encontrar de repente un chorro de energía así, pues qué quieren. Compensa. Colegas, vasos de plástico en el suelo, el suelo temblando y la eterna pregunta: ¿hasta cuándo los conciertos en la plaza? Y Muchachito que mira al fondo mientras canta y parece que me mira a mí. Y me mira. Y es verdad. Me está mirando. Porque me conoce. Porque soy su colega. De una vez que...
Y el Sintonizza. ¿Cuándo volveré de nuevo al Sintonizza? Quién sabe. Cervezas en la zona Vip, no llevo pulsera, pero llego tan tarde que... y cómo han estado, pues dicen que el Ron Gallo muy bien, las crías punks bien y bueno... que bien. Pero como no fui. Que me den.
Y eso. Que Santa Coloma se ha tirado a las calles a festejar, a estar, a sudar, a beber, a mojarse, a gritar, a ser de Santa Coloma. A ser muy de Santa Coloma en cada cosa que hacemos, que decimos, qué cantamos, que recordamos. Que no podemos ser de otra manera. Parménides colomense.
Y durante todas las fiestas echando de menos a dos personas que no han podido estar dando el callo como siempre y que lo estarán muy pronto. Preferiblemente en un espacio sin ese polvo de mierda. Cuando no tienes que estar poniendo bocadillos, todo parece más fácil.
Y el año que viene será mejor. Y el año que viene será distinto.
Y habrá más camisetas de Santa Coloma. Y lo tenemos que ver todos y todas. Y espero que sea con otras caras y con otra gente. Y con otra manera de hacer las cosas. Y con la misma gente o más en la calle. Porque eso, espero, que no cambie nunca.
¿Qué me han parecido las fiestas? Polvo en el camino. Acabar, esperar acabar, polvo cancerígeno en el recinto de la Fira d'Entitats, ese cemento machacado que dicen que es tan malo, todos los días. El mismo del año pasado. Ese. Ese Can Zam hipotecado a la nada y convertido en nada que es el espacio donde nos depositan a las entidades y a los malvados partidos políticos que quieren politizar las fiestas. Malvados. Malos.
Unas fiestas que han tenido diversos focos que, imagino, han debido estar bien. Efectivamente, voy a hablar de oídas y voy a comentar sobre cosas que me imagino. Nos encontramos a menos de un año de las elecciones municipales y de todos es sabido que en estas circunstancias los malvados y los menos malvados, ponen la carne en el asador para que se acuerden de ellos de cara al fatal día de la votación. Fatal para algunos, claro. Benéfico para otros, por supuesto.
La Festa Major d'Estiu de Santa Coloma es, en principio, ese momento en el que los colomenses, de manera inopinada, salen a la calle aún en mayor número de lo que acostumbran y se ven, se sonríen y se saludan. Como diría Manuel Arenas, saludar es de pobres, pero cuando no tienes mayores distracciones en la vida, saludar, sentirte saludado, o correr a saludar, es como el que se conforma con Neox por no tener Netflix. Y acabas hablando de Big Bang Theory como el que... eso. Pobres.
Colomenses en las calles. En las pocas horas que he podido pisar el mundanal ruido, he visto colomenses con más abertzalismo colomense si cabe que en otras ocasiones. No se trata de pedir cosas en Euskera, que también hay quien lo practica, se trata de un sentimiento de pertenencia colomense que dudo (y no es la primera vez que esta reflexión se lleva a cabo por aquí) que se produzca en otros lugares. Una twittera se ha encargado de recopilar fotos de camisetas con el motivo 'Santa Coloma' impreso, en cualquiera de sus acepciones. Hay unas cuantas. Peñas de gente con su camiseta, con Santa Coloma por delante, Santa Coloma en la boca. Cualquiera que quiera hacer algo en esta ciudad, que se quite de la cabeza eso de querer identificarnos con Barcelona o parecernos a, lo colomense es único y puede ser bueno o puede ser (quizás a veces es), nuestra perdición. Camisetas, motivos, cosas.
Hablo de oídas y de cosas que no he visto. De cuatro minutos mal contados. No me hagan caso.
Cuatro días en la caseta de En Comú Podem. Poniendo (mal) cañas. Quemando carne en una barbacoa. Haciendo de cajero con una caja registradora y siendo timado al cuarto de hora de sentarme. El timador me vio tan débil que vino a repetir su hazaña por segunda vez y creo que no coló por que hice ademán de coger el billete de 50 que la vez anterior no me había dado. Podría haber estado toda la noche quitándonos pasta. Y yo allí. Qué pardo. Poner paella en un plato. Esto medio bien. Subiéndome a una escalera a quitar una bandera republicana cuando nos íbamos, cortar una brida, en definitiva, subiéndome a una escalera. Haciendo de técnico de sonido cuando no tengo ni idea de cómo 'subir los agudos o quitar el reverb'. Pero, eso sí, disfrutando como un cochino del trabajo con los compañeros y las compañeras y aprendiendo de la disposición de ánimo de personas tan distintas como la Loli o el Dani. Y de todos y cada uno de los que han pasado un rato por allí a hacer un mojito, poner un café, remenar pinchos en la plancha... cualquier cosa. Una caseta, una caseta de un partido, sirve para hacer grupo, piña, trabajo, conocer lo que uno sabe hacer y lo que no. Y no pasa nada. Y para que la gente, tus amigos, tu tropa, la tropa de otros, te vea, te conozca y se pierdan las vergüenzas. Y como siempre, agradecer a Xavi Villena y su gente, a ElTornado Dj, a Puteados del Sistema, a Chus, al Wallace, a mi hermano y al Christian, la aportación a la causa. Y me dejo para el final a una persona que ya llevo conociendo pero que creo que, hoy, se merece unas líneas. La Carmen.
Una mujer a la que llevo viendo y con la que llevo haciendo cosas desde hace mucho tiempo, es cierto, pero que, hasta hoy (o ayer) no he reparado en que la voluntad, las ganas y la disposición de ánimo de la Carmen, son contagiosas. La ves, pum, pum, y tú acabas igual. Y no sabes cómo lo hace y la ves cargando neveras, con los guantes poniendo tarimas. Y sabes que tú nunca la podrás empatar. Y esa gente, de ese tipo de gente, ya no queda. Aunque la contrates. Aunque la pagues. No queda.
No he pasado por el resto de casetas. Como siempre la del rugby petándolo por las noches siendo el refugio del joven con ganas de juerga 'no alternativa', la de Ciudadanos al lado intentando arreplegar algo pero la verdad, sin mucha tropa (nos dejaron vasos), la del Singuerlin con gente más o menos fiel, los aguerridos de Can Calvet dándolo todo y deslomándose durante cuatro días, los de las hermandades rocieras con sus banderas de España para demostrar que es España lo que allí se representa o algo así que yo no entiendo y que yo que sé, y la caseta del PSC a la que no me asomé. A la de Esquerra no fui este año a pedir nada, como otras veces, pero otros compañeros si que fueron. A la del PCPC fui para pedir vasos y me tomé la birra de rigor. Había otra caseta, la de los vecinos del Fondo. Estaba abierta siempre. Tenían una bandera en la entrada. No sé.
Y las visitas de la gente, y la cervecita, y cómo os va, y has visto al conseller ese que dicen que es de Santa Coloma con la... y el..., joder, qué papelón, pero si es un Convergent... ya te digo. Pues vaya.
Las fiestas de Santa Coloma.
Punto Lila. Con sus voluntarias del punto lila que dan la cara contra las violencias machistas cuando debería haber sido cosa del Ajuntament poner los medios y los protocolos y las cosas y no ir a remolque para sacarte luego la consabida foto de 'aquí nuestra alcaldesa'. Qué pena. Siempre igual y siempre lo mismo. Y qué pena.
Y lo del lacito amarillo en la portada del Ajuntament. Así empiezan las revoluciones. Desde el balcón de casa, liándola. Gloria eterna a los héroes de la patria. Siempre. Hasta el bar Victoria.
Y las Alternativas. Si el año pasado fui una vez, o dos, e incluso tres. Este año no me ha dado la vida para ir mucho. Una noche, un rato, muy tarde. ¿Alguien ha ido? ¿Bien? Cada día las veía a lo lejos y no sabía si iban bien o no. Supongo que lo del Rugby les habrá quitado algo de gente... común y no tan alternativa. No sé. ¿Cómo ha ido?
No he ido tampoco a los conciertos de la plaza del Reloj, no he ido a ver al Lozano, no he ido a ver al Villena y al Hugo a la plaza de la Vila, no he ido al Envelat, no he ido a las migas, no he ido casi al corretapa, he ido a ver una chispa lo de los Coloristas, no he ido. No he ido.
Pero eso también es bonito. Las crónicas detalladas de las cosas que pasaron y que fueron y que podrían haber sido. Y aquí me tienen no contando nada, porque nada vi.
Un rato de Muchachito. No me gusta Macaco por lo que poco interés puse en llegar o no llegar. Muchachito. No soy capaz de escuchar canciones grabadas, pero en directo reconozco que tiene mucho que ver. Llegar a la plaza a las dos de la mañana, cansado, con polvo del camino, de ese que hemos dicho que es dañino pero que nos da igual, y encontrar de repente un chorro de energía así, pues qué quieren. Compensa. Colegas, vasos de plástico en el suelo, el suelo temblando y la eterna pregunta: ¿hasta cuándo los conciertos en la plaza? Y Muchachito que mira al fondo mientras canta y parece que me mira a mí. Y me mira. Y es verdad. Me está mirando. Porque me conoce. Porque soy su colega. De una vez que...
Y el Sintonizza. ¿Cuándo volveré de nuevo al Sintonizza? Quién sabe. Cervezas en la zona Vip, no llevo pulsera, pero llego tan tarde que... y cómo han estado, pues dicen que el Ron Gallo muy bien, las crías punks bien y bueno... que bien. Pero como no fui. Que me den.
Y eso. Que Santa Coloma se ha tirado a las calles a festejar, a estar, a sudar, a beber, a mojarse, a gritar, a ser de Santa Coloma. A ser muy de Santa Coloma en cada cosa que hacemos, que decimos, qué cantamos, que recordamos. Que no podemos ser de otra manera. Parménides colomense.
Y durante todas las fiestas echando de menos a dos personas que no han podido estar dando el callo como siempre y que lo estarán muy pronto. Preferiblemente en un espacio sin ese polvo de mierda. Cuando no tienes que estar poniendo bocadillos, todo parece más fácil.
Y el año que viene será mejor. Y el año que viene será distinto.
Y habrá más camisetas de Santa Coloma. Y lo tenemos que ver todos y todas. Y espero que sea con otras caras y con otra gente. Y con otra manera de hacer las cosas. Y con la misma gente o más en la calle. Porque eso, espero, que no cambie nunca.