La memoria es el espejo del alma. Una cara en la noche. Unos ojos rojos. En realidad no eras conejillo siniestro, eras conejillo siniés. No sé cómo llegaste a mi casa. Creo que ya estabas en casa. La historia pudiera ser que estabas en casa desde siempre, que te heredé de la Roser y que aquí seguiste, ocupando un lugar en alguna estantería, para que la gente dijera, qué hace ese conejo siniestro y sucio en esa estantería. O quizás me lo trajese alguien que se lo había encontrado en la calle y que me lo había dejado aquí y yo pensé que era bien. Como la Ratta Minenratta que compré en el Ikea y que ha estado conmigo encima de la tele toda la vida y ahora no sé dónde estás.
Adiós, conejillo siniestro. No has tenido pilas desde nunca, pero era un espectáculo verte con los ojos encendidos moverte y caminar. Creo que jamás pasó.
Adiós, conejillo siniestro. Contigo abandonan de mi recuerdo muchos momentos ilustres, momentos que se perderán como tú, en una bolsa de la basura, presuntamente olvidado por mí que te quise siempre a mi lado y ahora serás carne de procesadora de residuos. Conejillo siniestro, sucio desde siempre, inmóvil desde el primer día, siniestro siempre con los ojos rojos.
El tiempo es el espejo del alma. El tiempo y los espejos. Los espejos que poco a poco vuelven a ocupar su sitio en la casa. Los espejos son la cara del alma. El orden de los factores no altera el producto. Las discusiones hasta altas horas de la noche. Las cajas de los playmobil sin abrir en la estantería. Cartas, recibos, más recibos, cartas sin abrir. Papeles sin clasificar. Una mirada sombría hacia el desorden, buscando el refugio del sofá redentor que cura todos los males del mundo. Si no lo miras, si no lo estás viendo, no existe.
Conejillo siniés, adiós. Tus días han acabado en este domicilio particular. Junto con legendarias estanterías, cómodas, armarios, que sí que sobreviven desde los tiempos de la Roser. Conejillo siniestro, que has sobrevivido a todos los intentos de reforma, que has soportado las preguntas sobre tu origen, tu significado, el porqué. Conejillo siniestro, blanco sucio y de ojos rojos de haber llorado tanto que quizás has enloquecido.
Conejillo siniestro, adiós. En el día del cumpleaños de la San, que te bautizó como conejillo siniestro. Conejillo siniestro, al lado de los libros, rodeado de facturas y cartas del banco que se han de ordenar. Conejillo siniestro, símbolo de un tiempo pasado que no podemos conjeturar si fue o no fue. Conejillo siniestro, solo y acompañado de otros miles de millones de frikadas y elementos extraños. Como el plastic Jesus, como el niño jesús panza arriba.
Niño jesús panza arriba, te estoy contemplando en una caja. No puedo soportar la idea de que termines en el mismo lugar que el conejillo siniestro.
Niño jesús panza arriba, el último baluarte. El último hilo que me une con mis manías y mitos más profundos. O más superficiales. Pero que me explican.
Niño jesús panza arriba, cuál será tu destino, ya escrito seguro en los libros que registran efemérides y que no lee nadie, patrocinados por alguna empresa de su prestigio y calidad. Conejillo siniestro, extraño en el paraíso.
Conejillo siniestro, ha sido un verdadero orgullo compartir contigo los momentos más felices y las putas mierdas más elevadas. Pero nuestro mundo es otro. Y tu piel y tu plástico de piel y tu piel de plástico y tu piel. Y todo se perderá como lágrimas en la lluvia.
Adiós, cooejillo siniestro. Nos vemos seguro.
miércoles, 31 de julio de 2019
martes, 30 de julio de 2019
Gran Biblioteca Universal del Pensamiento
Sus primeros discos no me gustaron. Ni mucho, ni poco. No me interesaron. Hay estilos de música, discos, artistas, que un día convergen contigo y te obligan a juzgar. Los hay también que se mueven en una dimensión paralela a la mía. Su trabajo era así. Paralelo a mi paralelidad. Un día, la paralelidad se esfumó y me vi obligado a prestarle atención. Por algún motivo que desconozco comenzamos a coincidir en sitios. De ahí pasamos a ser conocidos. Le llamé amigo alguna vez. No me atrevía a decirle que su música no me gustaba, que no me interesaba el mundo en el que se movía, sus referencias, sus mitos, sus esfuerzos compositivos. Un día, después de algún evento en el que nuevamente concidimos, le hablé de las corrientes, de las fuerzas, de lo que significaba la paralelidad. Se mostró interesado. Me dijo que, por ejemplo, jamás se había interesado por mi música porque le parecía que no tenía nada que ver con él, hasta que un día se vio obligado a prestarme atención. Descubrí que no era la música, que era él.
Cuando lo dijo, no pude por menos que sonreír con cierto aire de suficiencia. Uno más. 'Escribiré la mejor novela que hayas leído y te meterás por el culo tu...', no merecía la pena escucharle más. Al cabo de un tiempo presentó un primer libro. Un disparate titulado 'Vivo'. Una novela sobre alguien que se esforzaba de manera inmisericorde en ser un poeta, en escribir poesía y que conseguía alcanzar el éxito. Su segundo trabajo se llamaba 'Comunión', y refería la historia de alguien que con mucho esfuerzo conseguía de nuevo lograr algo, un objetivo, que le aupaba como un referente para los demás. El tercer libro se llamaba 'Colectivo' y era un tremendo fresco monumental de 800 páginas sobre cómo todo un pueblo conseguía alcanzar lo que tantas y tantas generaciones acumulando fracaso tras fracaso hasta alcanzar la victoria. Lloré con todas y cada una de las páginas. Qué intensidad, qué viveza, qué emoción. ¿No?
Soy de esas personas a las que no les cae bien Diamantina Grigorievna. Y no quiero desmerecer ninguno de sus méritos actorales. Soy una persona que soy capaz de distinguir entre la persona y el personaje. Soy consciente de que a la hora de valorar qué es y qué deja de ser una persona, lo que hace y lo que es no van de la mano. Pero también sé una cosa. No me cae bien Diamantina Grigorievna. La he visto, la he contemplado, la he escuchado, la he tratado, no me cae bien. ¿Y por qué? No tengo ni idea. Es algo de piel, de impresión, una emoción, no es racional. La he visto representar a Lady Macbeth, a Antígona, Cinco horas con Mario, Eugeni Oneguin, y en todas ellas Diamantina Grigorievna parece ser efectivamente capaz de ser todo y más. Y me cae mal. Y nadie debería leer que alguien le cae mal y que no tiene recursos para argumentar el porqué. Pero no puedo. Me cae mal. Muy mal. Diamantina Grigorievna, con su... espera.
Voy a ser todo lo sincero que... El tercer libro de la saga 'Trampas' de Alexis Makaroglu, se sale. Si en las dos primeras entregas de la saga Makaroglu se había liado de lo lindo intentando presentar un mundo de ficción que convive con un mundo real, en este tercer libro, parece salir milagrosamente del entuerto y nos ofrece un libro de aventuras que en su sencillez heredera de los libros de Dumas, Salgari, Stevenson, halla un nuevo camino, un enfoque, un algo que se desvía del camino primigenio y que convierte a la saga en otra cosa. Ahora esperamos el cuarto libro de esta serie con el convencimiento de que Makaroglu ha dado con este giro por una auténtica carambola literaria y que, a buen seguro, será engullido por la responsabilidad y nos entregará otra vez un 'quiero y no puedo', que lo aplastará como escritor, quizás para siempre.
En sus memorias, el príncipe Bertrand de Ferr, nos relata con especial gracia un encuentro con la famosa Condesa de Baranov. En la casa de campo que De Ferr tenía en Lausanne, organiza una fiesta a la que acude la Condesa de Baranov, ciertamente bastante más joven que el príncipe, y ambos comienzan un cortejo que les conduce a terminar a solas la velada discutiendo sobre política internacional toda vez que sus aburridos amigos han abandonado la fiesta. Durante este encuentro, la Condesa de Baranov se destapa como una revolucionaria que se ha mezclado con el pueblo y quiere redimirlo, refiriendo casos de revoluciones que triunfan, soldados heroicos, prometedores futuros. El príncipe de Ferr no sabe qué actitud tomar, primero piensa en situarse en el bando contrario, conservador, bajar a la tierra a la joven. Después piensa que lo mejor es apuntarse al carro de la revolución. Cuando se decide por esto último, la condesa confiesa que todo es una trampa y que va a denunciarlo a la policía. El príncipe Bertrand de Ferr lo ha entendido. O no, no sabe. La Condesa de Baranov abandona la casa anunciando que la policía llegará en unas horas. El príncipe De Ferr hace una maleta. La policía jamás vino.
El poeta Anton Fetuvchenko acaba de entregar otra vez un poemario titulado Caballo Blanco. Es el duodécimo trabajo que entrega con el mismo título. Un nuevo compendio de poemas sobre un Caballo Blanco al que Fetuvchenko odia profundamente. Ese Caballo Blanco tiene pinta de ser alguien, alguien a quien Fetuvchenko odia. Desde hace más de veinte años Fetuvchenko ha decidido que el Caballo Blanco sea su gasolina literaria, su inspiración, su clic. El Caballo Blanco aparece paseando por la calle, entrando en una sala, celebrando un cumpleaños, apoyado contra una pared, llevando a su madre al médico, discutiendo contigo, explotando a los trabajadores, explotando a las trabajadoras, llevando la bandera roja, comandando una brigada, conduciendo un vetusto coche, enseñándote las claves de comportamiento, resoplando en el centro de una plaza. Pero Fetuvchenko lo cuenta todo con una gracia tal. Es tan gracioso. Es tan inteligente. Fetuvchenko es tan brillante. Fetuvchenko. Creo que le amo.
Cuando lo dijo, no pude por menos que sonreír con cierto aire de suficiencia. Uno más. 'Escribiré la mejor novela que hayas leído y te meterás por el culo tu...', no merecía la pena escucharle más. Al cabo de un tiempo presentó un primer libro. Un disparate titulado 'Vivo'. Una novela sobre alguien que se esforzaba de manera inmisericorde en ser un poeta, en escribir poesía y que conseguía alcanzar el éxito. Su segundo trabajo se llamaba 'Comunión', y refería la historia de alguien que con mucho esfuerzo conseguía de nuevo lograr algo, un objetivo, que le aupaba como un referente para los demás. El tercer libro se llamaba 'Colectivo' y era un tremendo fresco monumental de 800 páginas sobre cómo todo un pueblo conseguía alcanzar lo que tantas y tantas generaciones acumulando fracaso tras fracaso hasta alcanzar la victoria. Lloré con todas y cada una de las páginas. Qué intensidad, qué viveza, qué emoción. ¿No?
Soy de esas personas a las que no les cae bien Diamantina Grigorievna. Y no quiero desmerecer ninguno de sus méritos actorales. Soy una persona que soy capaz de distinguir entre la persona y el personaje. Soy consciente de que a la hora de valorar qué es y qué deja de ser una persona, lo que hace y lo que es no van de la mano. Pero también sé una cosa. No me cae bien Diamantina Grigorievna. La he visto, la he contemplado, la he escuchado, la he tratado, no me cae bien. ¿Y por qué? No tengo ni idea. Es algo de piel, de impresión, una emoción, no es racional. La he visto representar a Lady Macbeth, a Antígona, Cinco horas con Mario, Eugeni Oneguin, y en todas ellas Diamantina Grigorievna parece ser efectivamente capaz de ser todo y más. Y me cae mal. Y nadie debería leer que alguien le cae mal y que no tiene recursos para argumentar el porqué. Pero no puedo. Me cae mal. Muy mal. Diamantina Grigorievna, con su... espera.
Voy a ser todo lo sincero que... El tercer libro de la saga 'Trampas' de Alexis Makaroglu, se sale. Si en las dos primeras entregas de la saga Makaroglu se había liado de lo lindo intentando presentar un mundo de ficción que convive con un mundo real, en este tercer libro, parece salir milagrosamente del entuerto y nos ofrece un libro de aventuras que en su sencillez heredera de los libros de Dumas, Salgari, Stevenson, halla un nuevo camino, un enfoque, un algo que se desvía del camino primigenio y que convierte a la saga en otra cosa. Ahora esperamos el cuarto libro de esta serie con el convencimiento de que Makaroglu ha dado con este giro por una auténtica carambola literaria y que, a buen seguro, será engullido por la responsabilidad y nos entregará otra vez un 'quiero y no puedo', que lo aplastará como escritor, quizás para siempre.
En sus memorias, el príncipe Bertrand de Ferr, nos relata con especial gracia un encuentro con la famosa Condesa de Baranov. En la casa de campo que De Ferr tenía en Lausanne, organiza una fiesta a la que acude la Condesa de Baranov, ciertamente bastante más joven que el príncipe, y ambos comienzan un cortejo que les conduce a terminar a solas la velada discutiendo sobre política internacional toda vez que sus aburridos amigos han abandonado la fiesta. Durante este encuentro, la Condesa de Baranov se destapa como una revolucionaria que se ha mezclado con el pueblo y quiere redimirlo, refiriendo casos de revoluciones que triunfan, soldados heroicos, prometedores futuros. El príncipe de Ferr no sabe qué actitud tomar, primero piensa en situarse en el bando contrario, conservador, bajar a la tierra a la joven. Después piensa que lo mejor es apuntarse al carro de la revolución. Cuando se decide por esto último, la condesa confiesa que todo es una trampa y que va a denunciarlo a la policía. El príncipe Bertrand de Ferr lo ha entendido. O no, no sabe. La Condesa de Baranov abandona la casa anunciando que la policía llegará en unas horas. El príncipe De Ferr hace una maleta. La policía jamás vino.
El poeta Anton Fetuvchenko acaba de entregar otra vez un poemario titulado Caballo Blanco. Es el duodécimo trabajo que entrega con el mismo título. Un nuevo compendio de poemas sobre un Caballo Blanco al que Fetuvchenko odia profundamente. Ese Caballo Blanco tiene pinta de ser alguien, alguien a quien Fetuvchenko odia. Desde hace más de veinte años Fetuvchenko ha decidido que el Caballo Blanco sea su gasolina literaria, su inspiración, su clic. El Caballo Blanco aparece paseando por la calle, entrando en una sala, celebrando un cumpleaños, apoyado contra una pared, llevando a su madre al médico, discutiendo contigo, explotando a los trabajadores, explotando a las trabajadoras, llevando la bandera roja, comandando una brigada, conduciendo un vetusto coche, enseñándote las claves de comportamiento, resoplando en el centro de una plaza. Pero Fetuvchenko lo cuenta todo con una gracia tal. Es tan gracioso. Es tan inteligente. Fetuvchenko es tan brillante. Fetuvchenko. Creo que le amo.
lunes, 29 de julio de 2019
El Pionero - Enric Bach
'Todos sabemos que nos roban, pero a mí, si me dan comida, si me dan pan, por lo menos que me den pan, luego ya sabemos que todos roban', esto lo dice un nativo marbellí. 'Como persona era un ángel, era la persona más generosa del mundo, pero el personaje es quizás discutible.', esto lo dice su propio hijo Miguel Ángel.
En un cartel, que no creo que sea original de HBO, reza: Devolvió su esplendor a Marbella y levantó al Atlético de Madrid. No sé si por este orden.
La serie documental sobre la vida y obra de Jesús Gil deja mal cuerpo. Mal cuerpo sobre todo porque la serie, pese a que no escatima detalles a la hora de decir las verdades sobre un personaje que es abyecto, nefasto, corrupto y corruptor, la serie, digo, es incapaz de dibujar un retrato en el que, al final, no deje de verse a Jesús Gil como una persona con sus cosas buenas y malas. Los hijos, que están en su perfecto derecho de ver a su padre como un ángel, pero periodistas, ex jugadores, aparecen diciendo que le echan de menos, que lo quieren, que... y pareciera al final que, con el retrato que se hace de él en sus últimos años, de pena.
Bueno, a mí en el fondo me caía simpático. Claro.
La vida de Jesús Gil es la vida de un personaje capaz de todo y más por conseguir su beneficio económico. Todo. Absolutamente todo por el dinero. Por la riqueza. Y por ostentarla. Tanto que es capaz de saltar a la política no por hacer política, sino por asegurar el beneficio. Tanto que de la política municipal quiere pasar a un poder mayor. Porque las calles llenas de gente aclamándote, el bombo, el platillo, la cobertura mediática, cierta o completa sensación de impunidad, acaban alterando al más pintado. Alterando. Nada altera a quien desde un primer momento es capaz de escatimar en los materiales de una construcción que le cuestan la vida a un chorro de personas y no mostrar la menor pizca de arrepentimiento. Se lleva dentro.
La serie está bien, está bastante bien. Pero nos ahorra los momentos más desagradables de Gil. Los momentos de persona primaria, soez, chabacana, mafiosa, irrespetuosa. La imagen que acaba trasladando la serie parece la de alguien primario, bueno pero que no sabe cómo actuar, interesado y codicioso, pero sin mal fondo. Capaz de cometer irregularidades, pero con cara de pensar que es que es mejor hacer las cosas así que de otra manera. En beneficio de todos.
Yo soy uno más. Un ciudadano como usted y como yo. Este país.
Este país capaz de confiar en el rico soez y procaz, en la vulgaridad más absoluta, en lo más primario y bruto. Este país es capaz de votar impenitentemente a alguien como Jesús Gil no una vez, tres veces, no en un sitio, en varios sitios. Este país solo se carga a Jesús Gil cuando hace peligrar otros chiringuitos. Si este país viese peligrar el chiringuito de manera definitiva y la solución fuese Gil, nos iríamos con Gil. ¿Nos iríamos con Gil?
El pionero. No es el pionero por algo relativo a los negocios. Si algo quiere dejar claro la serie, creo, es que es el pionero en una manera de hacer política y negocios en nuestro país, en la democracia al menos, nueva. Si hay una norma y esa norma me impide hacer algo, me la salto. Si no puedo saltármela, seré Gobierno para hacer otra nueva.
Está claro que hoy día lo de Jesús Gil nos parece zafio, chabacano, impensable que nadie pueda confiar en alguien así. Confiamos en gente que nos lo viste de otra manera. Que todavía no nos ha comprado. Que todavía no se ha liado a ostias por la calle. Que todavía no te llama guarra o fea en un pleno del ayuntamiento. Pero sí que confiamos en gente que aplica esas políticas primarias.
Si me da pan, le voto. Si me asegura un puesto de trabajo, le voto. Lo demás me la bufa.
Ese lo demás, es todo.
El fútbol, los colores, la ideología, los valores, todo eso. Es nada. Lo importante es el dinero y la sensación de poder.
Vivimos días difíciles. Muchos avisan de que el peligro está ahí, a la vuelta de la esquina. No lo sabemos ver, no lo queremos ver. O nos agitan espantajos para que tengamos miedo y confiemos en lo normal, en lo de siempre, en lo conocido.
A Gil se le dio cancha, se le dieron alas, se le permitió todo. Y un día dejó de hacer gracia. O, quien pudo verse amenazado de verdad, actuó.
Un día, esa amenaza no interesará que se pare, que progrese, que nos gobierne. Y todavía habrá alguien que nos dirá que, en el fondo, no es mala gente.
En un cartel, que no creo que sea original de HBO, reza: Devolvió su esplendor a Marbella y levantó al Atlético de Madrid. No sé si por este orden.
La serie documental sobre la vida y obra de Jesús Gil deja mal cuerpo. Mal cuerpo sobre todo porque la serie, pese a que no escatima detalles a la hora de decir las verdades sobre un personaje que es abyecto, nefasto, corrupto y corruptor, la serie, digo, es incapaz de dibujar un retrato en el que, al final, no deje de verse a Jesús Gil como una persona con sus cosas buenas y malas. Los hijos, que están en su perfecto derecho de ver a su padre como un ángel, pero periodistas, ex jugadores, aparecen diciendo que le echan de menos, que lo quieren, que... y pareciera al final que, con el retrato que se hace de él en sus últimos años, de pena.
Bueno, a mí en el fondo me caía simpático. Claro.
La vida de Jesús Gil es la vida de un personaje capaz de todo y más por conseguir su beneficio económico. Todo. Absolutamente todo por el dinero. Por la riqueza. Y por ostentarla. Tanto que es capaz de saltar a la política no por hacer política, sino por asegurar el beneficio. Tanto que de la política municipal quiere pasar a un poder mayor. Porque las calles llenas de gente aclamándote, el bombo, el platillo, la cobertura mediática, cierta o completa sensación de impunidad, acaban alterando al más pintado. Alterando. Nada altera a quien desde un primer momento es capaz de escatimar en los materiales de una construcción que le cuestan la vida a un chorro de personas y no mostrar la menor pizca de arrepentimiento. Se lleva dentro.
La serie está bien, está bastante bien. Pero nos ahorra los momentos más desagradables de Gil. Los momentos de persona primaria, soez, chabacana, mafiosa, irrespetuosa. La imagen que acaba trasladando la serie parece la de alguien primario, bueno pero que no sabe cómo actuar, interesado y codicioso, pero sin mal fondo. Capaz de cometer irregularidades, pero con cara de pensar que es que es mejor hacer las cosas así que de otra manera. En beneficio de todos.
Yo soy uno más. Un ciudadano como usted y como yo. Este país.
Este país capaz de confiar en el rico soez y procaz, en la vulgaridad más absoluta, en lo más primario y bruto. Este país es capaz de votar impenitentemente a alguien como Jesús Gil no una vez, tres veces, no en un sitio, en varios sitios. Este país solo se carga a Jesús Gil cuando hace peligrar otros chiringuitos. Si este país viese peligrar el chiringuito de manera definitiva y la solución fuese Gil, nos iríamos con Gil. ¿Nos iríamos con Gil?
El pionero. No es el pionero por algo relativo a los negocios. Si algo quiere dejar claro la serie, creo, es que es el pionero en una manera de hacer política y negocios en nuestro país, en la democracia al menos, nueva. Si hay una norma y esa norma me impide hacer algo, me la salto. Si no puedo saltármela, seré Gobierno para hacer otra nueva.
Está claro que hoy día lo de Jesús Gil nos parece zafio, chabacano, impensable que nadie pueda confiar en alguien así. Confiamos en gente que nos lo viste de otra manera. Que todavía no nos ha comprado. Que todavía no se ha liado a ostias por la calle. Que todavía no te llama guarra o fea en un pleno del ayuntamiento. Pero sí que confiamos en gente que aplica esas políticas primarias.
Si me da pan, le voto. Si me asegura un puesto de trabajo, le voto. Lo demás me la bufa.
Ese lo demás, es todo.
El fútbol, los colores, la ideología, los valores, todo eso. Es nada. Lo importante es el dinero y la sensación de poder.
Vivimos días difíciles. Muchos avisan de que el peligro está ahí, a la vuelta de la esquina. No lo sabemos ver, no lo queremos ver. O nos agitan espantajos para que tengamos miedo y confiemos en lo normal, en lo de siempre, en lo conocido.
A Gil se le dio cancha, se le dieron alas, se le permitió todo. Y un día dejó de hacer gracia. O, quien pudo verse amenazado de verdad, actuó.
Un día, esa amenaza no interesará que se pare, que progrese, que nos gobierne. Y todavía habrá alguien que nos dirá que, en el fondo, no es mala gente.
domingo, 28 de julio de 2019
Informe Asamblea 10ª
Presento contento y orgulloso del trabajo realizado durante este último año, un informe que me atrevo a calificar de triunfal. Y digo triunfal por no decir victorioso. Y no digo victorioso, porque todavía estamos aquí. Estar aquí y presentar este informe es, como ya os podéis imaginar, motivo de máxima alegría para quienes componemos la Asamblea 10ª y al mismo tiempo un motivo de pesar. El hecho de existir nos coloca ante la extrema necesidad de no ser. Si somos, es que todavía no ha pasado lo que tiene que pasar. Y sin embargo, estamos. Y contentos porque la luz se adivina al final. Brilla con una intensidad manifiesta y es así siempre y para siempre.
Nuestros objetivos están siendo alcanzados. Siempre están siendo alcanzados y, esta idea creo que debe quedar clara y meridiana, tenemos razón. Tenemos razón como la hemos tenido siempre. La tuvimos y la tendremos. La estamos teniendo. Pero ahora con más razón. Una razón basada en que lo que predijimos se ha cumplido y lo que deseábamos llega. Hablar en un informe de deseos o de otra terminología tan poco técnica no tiene cabida en un informe, eso también lo sé yo, pero me permitiréis que sea laxo en la utilización de cierto vocabulario y que me permita no hablar en latín o citar a autores extranjeros tal y como la clase trabajadora a la que nos debemos y por la que existimos nos demanda, sino que diga que se nos está poniendo a huevo.
Así, creo y creemos todos los integrantes de esta Asamblea 10ª que todo está yendo como debía haber ido siempre. Nuestro papel será fundamental en esta regresión a un pasado en el que nosotros éramos y fuimos. El pasado será a partir de ahora el que nosotros soñamos y todo será como si nunca hubiera existido. No habrá más lugar para la ilusión, para la alegría, para el entusiasmo. No habrá más lugar para el ensueño, para ganar o para soñar. Se acabó esa estúpida manía de pensar en la confrontación. Llegó nuestra verdadera hora, la hora de la modelación, de la incidencia, del peso de nuestro conocimiento y de la sonrisa satisfecha porque hemos cumplido nuestro deber para con quienes nos debemos siempre, que no son más que aquellos a los que nosotros debemos enseñar que no deben aspirar a más.
No aspiramos a nada. Y eso es beneficioso para todos y todas. Aspirar, querer, es por fin algo que ni siquiera podemos considerar pasado. La realidad es otra y es una. Y aspirar, creer, querer, tenerlo en la mano, ya no es o ha dejado de ser o jamás lo tendría que haber sido, revolucionario. Lo revolucionario vuelve a ser lo que dijimos, en latín, lo posible.
Todo es ya. Todo está siendo ya. La victoria se ha conseguido pero no lo han sabido ver. Todo se ha conseguido y si no, debemos trabajar por que lo consigan otros, tal y como había ido quedando claro a lo largo de las décadas. La República, la igualdad, la justicia social, la paz, la federación, prácticamente ya son. De hecho, están ya. Hemos ganado.
Vencimos y por eso debo decir que puede llevar a confusión pensar que todavía existimos. Que esta Asamblea 10ª ya es parte de la historia y que ha cumplido su papel. Pero no podemos caer en el error.
Esta Asamblea 10ª decreta su firme convicción de mantenerse viva y con sentido de la responsabilidad hacia su papel histórico. Estar y poner freno a las veleidades fantasiosas de quien cree que los conceptos cambian y la vida muta. Todo es como debe ser.
La clase obrera, la clase trabajadora, por encima de todo y nosotros decidiendo por ella que todo debe ser como si no estuviéramos. Que otros tienen el papel histórico de hacerlo lo mejor posible y nosotros de estar vigilantes y aportando saber y músculo para que acierten.
Esa es nuestra victoria. Ese es el verdadero vuelco a la tortilla. Estando y perdiendo, realmente ganamos porque contribuimos a una victoria mayor.
No quiero alargarme mucho más a la hora de presentar este informe porque lo que toca ahora es celebrar y mantener el rumbo. Teníamos razón.
Tenemos razón.
Otros lo hacen mejor. Debemos ayudar.
Tenemos razón.
Nuestros objetivos están siendo alcanzados. Siempre están siendo alcanzados y, esta idea creo que debe quedar clara y meridiana, tenemos razón. Tenemos razón como la hemos tenido siempre. La tuvimos y la tendremos. La estamos teniendo. Pero ahora con más razón. Una razón basada en que lo que predijimos se ha cumplido y lo que deseábamos llega. Hablar en un informe de deseos o de otra terminología tan poco técnica no tiene cabida en un informe, eso también lo sé yo, pero me permitiréis que sea laxo en la utilización de cierto vocabulario y que me permita no hablar en latín o citar a autores extranjeros tal y como la clase trabajadora a la que nos debemos y por la que existimos nos demanda, sino que diga que se nos está poniendo a huevo.
Así, creo y creemos todos los integrantes de esta Asamblea 10ª que todo está yendo como debía haber ido siempre. Nuestro papel será fundamental en esta regresión a un pasado en el que nosotros éramos y fuimos. El pasado será a partir de ahora el que nosotros soñamos y todo será como si nunca hubiera existido. No habrá más lugar para la ilusión, para la alegría, para el entusiasmo. No habrá más lugar para el ensueño, para ganar o para soñar. Se acabó esa estúpida manía de pensar en la confrontación. Llegó nuestra verdadera hora, la hora de la modelación, de la incidencia, del peso de nuestro conocimiento y de la sonrisa satisfecha porque hemos cumplido nuestro deber para con quienes nos debemos siempre, que no son más que aquellos a los que nosotros debemos enseñar que no deben aspirar a más.
No aspiramos a nada. Y eso es beneficioso para todos y todas. Aspirar, querer, es por fin algo que ni siquiera podemos considerar pasado. La realidad es otra y es una. Y aspirar, creer, querer, tenerlo en la mano, ya no es o ha dejado de ser o jamás lo tendría que haber sido, revolucionario. Lo revolucionario vuelve a ser lo que dijimos, en latín, lo posible.
Todo es ya. Todo está siendo ya. La victoria se ha conseguido pero no lo han sabido ver. Todo se ha conseguido y si no, debemos trabajar por que lo consigan otros, tal y como había ido quedando claro a lo largo de las décadas. La República, la igualdad, la justicia social, la paz, la federación, prácticamente ya son. De hecho, están ya. Hemos ganado.
Vencimos y por eso debo decir que puede llevar a confusión pensar que todavía existimos. Que esta Asamblea 10ª ya es parte de la historia y que ha cumplido su papel. Pero no podemos caer en el error.
Esta Asamblea 10ª decreta su firme convicción de mantenerse viva y con sentido de la responsabilidad hacia su papel histórico. Estar y poner freno a las veleidades fantasiosas de quien cree que los conceptos cambian y la vida muta. Todo es como debe ser.
La clase obrera, la clase trabajadora, por encima de todo y nosotros decidiendo por ella que todo debe ser como si no estuviéramos. Que otros tienen el papel histórico de hacerlo lo mejor posible y nosotros de estar vigilantes y aportando saber y músculo para que acierten.
Esa es nuestra victoria. Ese es el verdadero vuelco a la tortilla. Estando y perdiendo, realmente ganamos porque contribuimos a una victoria mayor.
No quiero alargarme mucho más a la hora de presentar este informe porque lo que toca ahora es celebrar y mantener el rumbo. Teníamos razón.
Tenemos razón.
Otros lo hacen mejor. Debemos ayudar.
Tenemos razón.
viernes, 26 de julio de 2019
Una noche en el Karaoke
La magia de la música. El entusiasmo por demostrar que se puede. La voluntad. El sentimiento de comunión y de fraternidad. No puedo dejar de ponerme a cantar contigo, ahora mismo, compartiendo micrófono, esa canción que hemos cantado mil veces y que siempre, siempre, siempre, nos acompañará, a ti y a mí, a los dos, a todos los que nos encontramos aquí. En el Karaoke.
El karaoke del jueves por la noche. Grupos de amigos y de amigas, personajes solitarios, parejas que se turnan al micrófono, el impenitente imitador de Serrat, la continua invocación a repertorios olvidados, la omnipresente Luz Casal como aglutinadora de voces disonantes, el gritar para dentro, coreografías que no son del momento y que llevan pensadas mucho tiempo. El karaoke. Las letras que avanzan en el tiempo y en el espacio. La incertidumbre por la pantalla que ha de venir. La presión en el hombro de la compañera que va a cantar para que no se achante y dé la cara. Hemos salido a cantar todos y todas vamos a cantar, no te acules contra la pared. Los fenómenos incomprensibles, como que siga sonando 20 de abril del 90 y haya alguien en la barra que dibuje en su rostro la sonrisa de felicidad más radiante de toda la semana. Al fin. 20 de abril del 90. La entrada en tropel porque se adivinan los primeros acordes de Chiquilla. Y yo la miro, y ella no me dice nada. Como si fuera la primera vez.
Jueves por la noche. Por qué no. De cuando los jueves eran los nuevos viernes. Karaoke, cante y baile. Se empieza con la sugerencia de una canción. Su Canción, de Betty Missiego. Pero jamás la cantamos.
Nuestro repertorio de la noche: Yo no soy esa, de Mari Trini. Qué dolor, de la camarada Raffaela Carrá. Corazón contento de la camarada Marisol. Suavemente de Elvis Crespo. Como yo te amo de Rocío Jurado. Seguro que me estoy dejando alguna. Canciones cantadas con más o menos acierto, con entusiasmo y con ganas de que la gente se lo pasara bien. Nadie vino a cantar con nosotras.
Noche de jueves. Un calor que se mastica. Luces de neón, luces rojas, ¿Quién sale un jueves por la noche en Santa Coloma? El cantautor local que ha venido a recoger unos cables y que se queda a ver lo que se cuece, acompañado por un periodista local. Me tengo que anticipar a su reportaje, tengo que escribir algo. Ya había hecho la foto. Lo tengo que hacer. Lo estoy haciendo.
Pide otra. Pide otra canción. A ver qué cantan ahora. Se escucha de todo. Hay una mujer que empieza fuerte, muy fuerte, cantando dos canciones de Amy Winehouse, pero que va perdiendo fuelle a medida que avanza la noche. Ya hemos hablado del fenómeno Luz Casal. Hay versiones de canciones de petardeo transgresor que parecen pasadas por el tamiz de un coro de colegio católico. Los noventa. Somos todos más o menos de la misma edad. Siempre hay alguien que te sorprende y es más joven. Grupos de jóvenes a los que se les va la vida cantando la del tractor amarillo.
El ser humano es sorprendente y nunca sabes dónde o en qué puede verle la gracia a la vida misma. Puede que la vea contemplando un atardecer a la orillita del mar, puede que lo haga disfrutando de un buen vino y unas virutas de jamón, puede que retozando con su ser querido o el ser querido del momento, puede que leyendo bellos poemas de Bécquer, o saciando su sed de canto.
El que canta sus males espanta, dicen. Nosotros ayer espantamos los males. Asustamos a los males de hecho.
El chico de la voz aguda y las chicas de voz grave. ¿Sólo cantamos esas cinco canciones? ¿Para tan poco dio la noche?
En el karaoke. Cervezas y caras de satisfacción. Nos toca otra vez. No nos atrevemos a pedir nada de Miguel Bosé. La magia de la música. La ausencia de ritmo y de entonación. En un karaoke se ha visto el talento más refulgente y las abominaciones más absolutas condensadas en actuaciones consecutivas. Personas sin ritmo, sin oído, sin ninguna cualidad, pero que viven sus momentos de gloria ante los ojos de extraños que juzgan sin piedad o que aprueban con misericordia porque, en unos minutos, ellos (nosotros), vamos a flagelar sin piedad a la música.
La música merece morir y el karaoke es su profeta. O la válvula de escape para la verdadera música. Una mujer agarra el micrófono con las dos manos cuando canta, con el ansia de quien está ante el momento más esperado del día. Cantar. Cantar.
Hay quien agarra el gintonic con el mismo propósito y remeda su soledad escuchando y viendo y sintiéndose parte de una familia, de un grupo que todos los jueves coincide en el mismo lugar y que participa en ese akelarre colectivo que es recurrir a las canciones de siempre, a las letras de siempre, para cantar lo que no podemos decir, para cantar lo que no podemos callar.
Puedo estar escribiendo tonterías el tiempo que sea necesario.
Nos vamos.
Nadie ha cantado Rosalía.
Y ahora estoy aquí sentado en un viejo cadillac segunda mano. Como si fuera la primera vez que la escuchamos.
No queremos otra cosa.
Nos gusta. Suavemente.
El karaoke del jueves por la noche. Grupos de amigos y de amigas, personajes solitarios, parejas que se turnan al micrófono, el impenitente imitador de Serrat, la continua invocación a repertorios olvidados, la omnipresente Luz Casal como aglutinadora de voces disonantes, el gritar para dentro, coreografías que no son del momento y que llevan pensadas mucho tiempo. El karaoke. Las letras que avanzan en el tiempo y en el espacio. La incertidumbre por la pantalla que ha de venir. La presión en el hombro de la compañera que va a cantar para que no se achante y dé la cara. Hemos salido a cantar todos y todas vamos a cantar, no te acules contra la pared. Los fenómenos incomprensibles, como que siga sonando 20 de abril del 90 y haya alguien en la barra que dibuje en su rostro la sonrisa de felicidad más radiante de toda la semana. Al fin. 20 de abril del 90. La entrada en tropel porque se adivinan los primeros acordes de Chiquilla. Y yo la miro, y ella no me dice nada. Como si fuera la primera vez.
Jueves por la noche. Por qué no. De cuando los jueves eran los nuevos viernes. Karaoke, cante y baile. Se empieza con la sugerencia de una canción. Su Canción, de Betty Missiego. Pero jamás la cantamos.
Nuestro repertorio de la noche: Yo no soy esa, de Mari Trini. Qué dolor, de la camarada Raffaela Carrá. Corazón contento de la camarada Marisol. Suavemente de Elvis Crespo. Como yo te amo de Rocío Jurado. Seguro que me estoy dejando alguna. Canciones cantadas con más o menos acierto, con entusiasmo y con ganas de que la gente se lo pasara bien. Nadie vino a cantar con nosotras.
Noche de jueves. Un calor que se mastica. Luces de neón, luces rojas, ¿Quién sale un jueves por la noche en Santa Coloma? El cantautor local que ha venido a recoger unos cables y que se queda a ver lo que se cuece, acompañado por un periodista local. Me tengo que anticipar a su reportaje, tengo que escribir algo. Ya había hecho la foto. Lo tengo que hacer. Lo estoy haciendo.
Pide otra. Pide otra canción. A ver qué cantan ahora. Se escucha de todo. Hay una mujer que empieza fuerte, muy fuerte, cantando dos canciones de Amy Winehouse, pero que va perdiendo fuelle a medida que avanza la noche. Ya hemos hablado del fenómeno Luz Casal. Hay versiones de canciones de petardeo transgresor que parecen pasadas por el tamiz de un coro de colegio católico. Los noventa. Somos todos más o menos de la misma edad. Siempre hay alguien que te sorprende y es más joven. Grupos de jóvenes a los que se les va la vida cantando la del tractor amarillo.
El ser humano es sorprendente y nunca sabes dónde o en qué puede verle la gracia a la vida misma. Puede que la vea contemplando un atardecer a la orillita del mar, puede que lo haga disfrutando de un buen vino y unas virutas de jamón, puede que retozando con su ser querido o el ser querido del momento, puede que leyendo bellos poemas de Bécquer, o saciando su sed de canto.
El que canta sus males espanta, dicen. Nosotros ayer espantamos los males. Asustamos a los males de hecho.
El chico de la voz aguda y las chicas de voz grave. ¿Sólo cantamos esas cinco canciones? ¿Para tan poco dio la noche?
En el karaoke. Cervezas y caras de satisfacción. Nos toca otra vez. No nos atrevemos a pedir nada de Miguel Bosé. La magia de la música. La ausencia de ritmo y de entonación. En un karaoke se ha visto el talento más refulgente y las abominaciones más absolutas condensadas en actuaciones consecutivas. Personas sin ritmo, sin oído, sin ninguna cualidad, pero que viven sus momentos de gloria ante los ojos de extraños que juzgan sin piedad o que aprueban con misericordia porque, en unos minutos, ellos (nosotros), vamos a flagelar sin piedad a la música.
La música merece morir y el karaoke es su profeta. O la válvula de escape para la verdadera música. Una mujer agarra el micrófono con las dos manos cuando canta, con el ansia de quien está ante el momento más esperado del día. Cantar. Cantar.
Hay quien agarra el gintonic con el mismo propósito y remeda su soledad escuchando y viendo y sintiéndose parte de una familia, de un grupo que todos los jueves coincide en el mismo lugar y que participa en ese akelarre colectivo que es recurrir a las canciones de siempre, a las letras de siempre, para cantar lo que no podemos decir, para cantar lo que no podemos callar.
Puedo estar escribiendo tonterías el tiempo que sea necesario.
Nos vamos.
Nadie ha cantado Rosalía.
Y ahora estoy aquí sentado en un viejo cadillac segunda mano. Como si fuera la primera vez que la escuchamos.
No queremos otra cosa.
Nos gusta. Suavemente.
jueves, 25 de julio de 2019
¿Quiénes nos creemos que somos?
Hace unos pocos días, Pablo Iglesias hizo que muchos y muchas nos sintiésemos después de mucho tiempo, orgullosos y representados por alguien desde los escaños del Congreso. Alguien que no solo hiciera un discurso brillante, que hablase de promesas preciosas, de cosas que van mal y cosas que deberían ir mejor. Alguien que, ante la prepotencia y el menosprecio, dijera que no, que no había derecho y que merecíamos respeto.
Las negociaciones y todo este proceso de investidura para formar un gobierno de coalición, nos han enfrentado a los votantes de izquierda a dos realidades. Una, la tradicional presión de los socialistas tendente a considera que lo que está a su izquierda está muy bien que esté siempre que sea consciente de que hay un hermano mayor, una casa madre, a la que se debe respeto y obediencia. Otra, la resistencia por parte de las nuevas fuerzas presentes en el Congreso a ser engullidas por el posibilismo, por el sentido común, por la fuerza de las cosas, por el peso de la historia, por el poso de los expertos. Y quizás otra tercera. La natural tendencia de mucha izquierda a pensar que las cosas son como son y que, antes que reconocerle los méritos a uno, prefiero verle hundido. Antes de reconocer que se necesita una cosa, prefiero perderlo todo.
Finalmente, en la segunda sesión de investidura Pedro Sánchez no ha conseguido los apoyos suficientes y si en septiembre no consigue obtenerlos en noviembre tendremos elecciones.
Esta mañana he escuchado los argumentos de Carmen Calvo. Pedro Sánchez y sus intervenciones estos días han sido incendiarias, irrespetuosas, dinamiteras contra lo que representa Unidas Podemos. La entrevista con Carmen Calvo y su lenguaje corporal durante estos días, representan, creo que la epítome de lo que piensa la dirigencia del PSOE sobre nosotros. Entre el desprecio, al asco y la incomprensión. Incomprensión no porque no nos entiendan, sino porque no comprenden qué hacemos ahí pidiendo algo. Exigiendo. Como dicen en el documento que pasan y filtran. Exigencias.
Los discursos de Adriana Lastra, desde el buenismo, hoy han venido a decir lo mismo. Nosotros sabemos gobernar, nosotros somos los listos, los expertos, vosotros qué sabéis. No entienden que queramos efectivamente ser gobierno y no solo estar en el gobierno. Apostar por un gobierno de coalición con el PSOE no es ninguna novedad. Hemos estado en gobiernos con socialistas toda la vida. En todos los ámbitos. Sabemos a dónde nos lleva. Por eso, si vamos a tener que estar, estemos de verdad y no nos conformemos con lo de siempre.
Hay muchos amigos y amigas que estos días estaban ilusionados con eso, con ser Gobierno por primera vez en la historia de nuestras vidas. Yo no me creía nada. El PSOE no nos quiere a su lado gobernando. Nos quiere gobernando para ellos. No con ellos.
Y hay mucha gente también de los nuestros que con eso ya se conforman. Más vale pájaro en mano que nada. Oportunidad de oro. Conformaos con lo que hay.
Porque el futuro será peor.
El fantasma del futuro. Un futuro en el que las tres derechas podrían sumar para ganar. La irrupción de un nuevo partido, un submarino, en la izquierda, para acabar de dinamitar lo que hay a la izquierda del PSOE y mandarlo todo al carajo. Que el PSOE se crea que puede solo. Que la derecha sume. Ese fantasma hará que todo el voto se concentre en el PSOE y nos encontremos con que, al final, tenemos lo que todo el mundo estaba esperando.
Volverán a la tele Abascal, Ortega Smith, opiniones salvajes, miedo en el cuerpo. La culpa será vuestra, de los de Podemos, que os ha podido el ansia. Ellos van a venir por vuestra culpa, porque no os conformáis con lo que os dan, con lo que os merecéis.
Carmen Calvo esta mañana. Ese tono. Ese pensar que estamos en el 87 y que somos cuatro arreplegados y ellos son la crema. Ese tono de prepotencia, de alarma y asombro ante 'exigencias'. Quiénes os habéis creído que sois. La periodista Anna Grau entrevistando a Jèssica Albiach. Pero quién os habéis creído que sois. El periodista de Hoy por Hoy entrevistando a Echenique. Qué os creéis que sois.
No podemos gobernar. No sabemos conducir. Lo ha dicho Adriana Lastra. Y mientras, nosotros, poniendo todas las mejillas que tenemos. Las nuestras y las de otros. Y auténticos incendiarios, dinamiteros, gente que no nos quiere ni medio bien como Rufián haciéndose pasar por moderados, facilitadores, gente de orden. Para incendiarnos. Y la tentación del posibilismo.
No he votado en la consulta de IU. No me entusiasma. Votar que sí, es empujar al PSOE a hacer algo que no quiere hacer. Pero es que no me entusiasma en absoluto la idea de estar en un gobierno de coalición en el que te van a hacer tragar todo tipo de sapos.
Tenemos malas cartas. Es cierto.
Pero lo del lunes fue épico. Y es mejor así.
Las negociaciones y todo este proceso de investidura para formar un gobierno de coalición, nos han enfrentado a los votantes de izquierda a dos realidades. Una, la tradicional presión de los socialistas tendente a considera que lo que está a su izquierda está muy bien que esté siempre que sea consciente de que hay un hermano mayor, una casa madre, a la que se debe respeto y obediencia. Otra, la resistencia por parte de las nuevas fuerzas presentes en el Congreso a ser engullidas por el posibilismo, por el sentido común, por la fuerza de las cosas, por el peso de la historia, por el poso de los expertos. Y quizás otra tercera. La natural tendencia de mucha izquierda a pensar que las cosas son como son y que, antes que reconocerle los méritos a uno, prefiero verle hundido. Antes de reconocer que se necesita una cosa, prefiero perderlo todo.
Finalmente, en la segunda sesión de investidura Pedro Sánchez no ha conseguido los apoyos suficientes y si en septiembre no consigue obtenerlos en noviembre tendremos elecciones.
Esta mañana he escuchado los argumentos de Carmen Calvo. Pedro Sánchez y sus intervenciones estos días han sido incendiarias, irrespetuosas, dinamiteras contra lo que representa Unidas Podemos. La entrevista con Carmen Calvo y su lenguaje corporal durante estos días, representan, creo que la epítome de lo que piensa la dirigencia del PSOE sobre nosotros. Entre el desprecio, al asco y la incomprensión. Incomprensión no porque no nos entiendan, sino porque no comprenden qué hacemos ahí pidiendo algo. Exigiendo. Como dicen en el documento que pasan y filtran. Exigencias.
Los discursos de Adriana Lastra, desde el buenismo, hoy han venido a decir lo mismo. Nosotros sabemos gobernar, nosotros somos los listos, los expertos, vosotros qué sabéis. No entienden que queramos efectivamente ser gobierno y no solo estar en el gobierno. Apostar por un gobierno de coalición con el PSOE no es ninguna novedad. Hemos estado en gobiernos con socialistas toda la vida. En todos los ámbitos. Sabemos a dónde nos lleva. Por eso, si vamos a tener que estar, estemos de verdad y no nos conformemos con lo de siempre.
Hay muchos amigos y amigas que estos días estaban ilusionados con eso, con ser Gobierno por primera vez en la historia de nuestras vidas. Yo no me creía nada. El PSOE no nos quiere a su lado gobernando. Nos quiere gobernando para ellos. No con ellos.
Y hay mucha gente también de los nuestros que con eso ya se conforman. Más vale pájaro en mano que nada. Oportunidad de oro. Conformaos con lo que hay.
Porque el futuro será peor.
El fantasma del futuro. Un futuro en el que las tres derechas podrían sumar para ganar. La irrupción de un nuevo partido, un submarino, en la izquierda, para acabar de dinamitar lo que hay a la izquierda del PSOE y mandarlo todo al carajo. Que el PSOE se crea que puede solo. Que la derecha sume. Ese fantasma hará que todo el voto se concentre en el PSOE y nos encontremos con que, al final, tenemos lo que todo el mundo estaba esperando.
Volverán a la tele Abascal, Ortega Smith, opiniones salvajes, miedo en el cuerpo. La culpa será vuestra, de los de Podemos, que os ha podido el ansia. Ellos van a venir por vuestra culpa, porque no os conformáis con lo que os dan, con lo que os merecéis.
Carmen Calvo esta mañana. Ese tono. Ese pensar que estamos en el 87 y que somos cuatro arreplegados y ellos son la crema. Ese tono de prepotencia, de alarma y asombro ante 'exigencias'. Quiénes os habéis creído que sois. La periodista Anna Grau entrevistando a Jèssica Albiach. Pero quién os habéis creído que sois. El periodista de Hoy por Hoy entrevistando a Echenique. Qué os creéis que sois.
No podemos gobernar. No sabemos conducir. Lo ha dicho Adriana Lastra. Y mientras, nosotros, poniendo todas las mejillas que tenemos. Las nuestras y las de otros. Y auténticos incendiarios, dinamiteros, gente que no nos quiere ni medio bien como Rufián haciéndose pasar por moderados, facilitadores, gente de orden. Para incendiarnos. Y la tentación del posibilismo.
No he votado en la consulta de IU. No me entusiasma. Votar que sí, es empujar al PSOE a hacer algo que no quiere hacer. Pero es que no me entusiasma en absoluto la idea de estar en un gobierno de coalición en el que te van a hacer tragar todo tipo de sapos.
Tenemos malas cartas. Es cierto.
Pero lo del lunes fue épico. Y es mejor así.
miércoles, 24 de julio de 2019
Gigantes - Enrique Urbizu
¿Qué pesa más? ¿La sensación primera o la última? Si pesa la última, podemos decir que Gigantes es un rollo. La serie que protagonizara en su primera temporada, en los primeros episodios de su primera temporada, José Coronado, tuvo, efectivamente, una primera temporada bastante aceptable. Una historia de lucha de clanes, de poder, de bajos fondos, de altos vuelos, con personajes muy arquetípicos, con hombres muy machotes, mujeres muy guapas que se dejan seducir por el malote que acaba haciendo lo que quiere, pero oye, siempre mola ver una serie así de polis, malos, buenos, buenos malos, malos buenos, etc. Con algo reconocible. Con caras reconocibles y acentos reconocibles. Todo eso. Y eso, pues es lo que te tiene ahí. Una primera temporada que estalla en un último episodio de traca y donde pasan muchas cosas que, lamentablemente, parecen anunciar una segunda temporada.
Y una segunda temporada que termina siendo un rollo. Un rollo macabeo. Un rollo pesado que no te está contando nada que no te parezca visto, un rollo que sabes que terminará en algún momento cercano, que son seis episodios nada más, pero se hace largo, se cansa uno de los diálogos, de las posturas de machotón del personaje de Daniel, de ese 'sé mucho y lo tengo todo controlado' del personaje de Tomás y de ese 'todo me va a salir siempre mal' del personaje de Clemente. Sabe uno que al final acabará todo como el rosario de la aurora, pero cuando va a pasar, la verdad es que no te importa. Y además, prácticamente has perdido el hilo.
Se trata de una serie de Enrique Urbizu, uno de los grandes maestros del cine español de tintes policiacos, negros, de bajos fondos, director de películas tan buenas como La caja 507 o No habrá paz para los malvados. Todas ellas con José Coronado.
Quizás la presencia de Coronado pesa mucho y cuando deja de aparecer la Serie va transcurriendo poco a poco de una manera demasiado coral y plural, que no te deja claro a quién seguir y cuál es el propósito de todo esto. Los protagonistas, la familia Guerrero, sus parejas, la hija, los gitanos, la mafia colombiana, la policía, el Gobierno, la prensa. Todo planteado bien y con todas las bazas a su favor.
Pero al final, van pasando los minutos de una segunda temporada que debería haber sido una cosa y es otra y uno la va mirando cada vez con más indiferencia, con más ganas de pasar a otra cosa, sin tener claro para qué se ha montado tanta historia.
En fin. A otra cosa.
Y una segunda temporada que termina siendo un rollo. Un rollo macabeo. Un rollo pesado que no te está contando nada que no te parezca visto, un rollo que sabes que terminará en algún momento cercano, que son seis episodios nada más, pero se hace largo, se cansa uno de los diálogos, de las posturas de machotón del personaje de Daniel, de ese 'sé mucho y lo tengo todo controlado' del personaje de Tomás y de ese 'todo me va a salir siempre mal' del personaje de Clemente. Sabe uno que al final acabará todo como el rosario de la aurora, pero cuando va a pasar, la verdad es que no te importa. Y además, prácticamente has perdido el hilo.
Se trata de una serie de Enrique Urbizu, uno de los grandes maestros del cine español de tintes policiacos, negros, de bajos fondos, director de películas tan buenas como La caja 507 o No habrá paz para los malvados. Todas ellas con José Coronado.
Quizás la presencia de Coronado pesa mucho y cuando deja de aparecer la Serie va transcurriendo poco a poco de una manera demasiado coral y plural, que no te deja claro a quién seguir y cuál es el propósito de todo esto. Los protagonistas, la familia Guerrero, sus parejas, la hija, los gitanos, la mafia colombiana, la policía, el Gobierno, la prensa. Todo planteado bien y con todas las bazas a su favor.
Pero al final, van pasando los minutos de una segunda temporada que debería haber sido una cosa y es otra y uno la va mirando cada vez con más indiferencia, con más ganas de pasar a otra cosa, sin tener claro para qué se ha montado tanta historia.
En fin. A otra cosa.
martes, 23 de julio de 2019
Crónica del #PleGramenet del mes de Julio. Tiquismiquis.
Dos compositores griegos. Mikis Theodorakis y Iannis Xenakis. A Mikis Theodorakis se le conoce la música. La canción típica griega. Esa. De Mikis Theodorakis. En cambio de Iannis Xenakis usted no me podría decir ninguna canción, un tema, una composición. Yo tampoco. Y su música ni yo ni posiblemente usted sea quien sea usted, no nos alcanza.
Somos personas que, llegados ya a tal grado de civilización y de progreso, nos entretenemos con tonterías. Con nimiedades. Con cosas que no tienen realmente importancia. Antes, en estas crónicas, se esperaba que uno hablase de calcetines, de camisas, de cortes de pelo, de camisetas chanantes, de camisetas reivindicativas. Cosas, momentos, peculiaridades, tipismo e historia. Hoy, cuando ya son casi cinco años escribiendo estos textos, llega el momento de hablar en serio y mandar el costumbrismo y la mordaz crítica a la papelera. Hablemos de política. Por una vez.
A usted quizás no le interese la política Xenakis, aquella que consiste en hablar del organigrama de los puestos directivos, de cómo los puestos directivos mutan a puestos asesores y vuelven a mutar a puestos directivos con denominaciones diferentes. A usted, a usted mismo, no le debería interesar que el nuevo sistema de funcionamiento vaya a ser gerencial, meritocrático, como quiera. No le debería parecer ni extraño ni singular que el posible candidato a ocupar el puesto de gerente ya estuviera presente en la sala de plenos cuando nos acaban de decir que esto va a ser por fin el paraíso de los méritos y demás y que uno entienda por su parte suya de uno que eso significa que para el puesto de gerente, que es el que nos queda más cerca, entrará en un concurso abierto para el que la ciudadanía de Santa Coloma verá desfilar a candidatos y candidatos. Como decía la canción de los Who, mira el nuevo jefe, es el mismo que el antiguo jefe. La canción se llama No nos llamaréis de nuevo. La política Xenakis significa analizar expedientes, controlar decretos, sumar sueldos, sumar asignaciones, saber qué es qué y quién es quién. Política. Política con tintes de jeroglífico ininteligible. Escrito en idioma extraño. Para que solo lo entienda el que lo lee y te lo explica y tú digas, no, jamás, nunca podremos gobernar aquí ni en ningún lado, porque estos seres divinos, que conocen las obras completas de Xenakis, lo saben todo. Absolutamente todo. Tú, tú sólo puedes mirar, observar, balbucear algunas protestas. Pero en realidad, no sabes nada.
Solo puedes hacer política Theodorakis. Solo puedes contemplar cómo en unas fiestas de barrio, jolgorio y alegría, palmas y feria, el equipo de gobierno socialista hace subir a dar el pregón a un cuerpo recién creado como el de los Serenos, compuesto por personas que han sido sacadas del paro en Grameimpuls y que, lógicamente, van a hacer un canto al Ajuntament y a la figura de quien les haya sacado del paro, sea para hacer de serenos o sea para lo que sea. No es un pregón de fiestas. Es otra cosa que se parece mucho a un examen. Un examen porque la examinadora está al lado justo, escuchando el discurso, el supuesto pregón, para a continuación, lanzar su propio discurso. Es una feria. La gente mayor está allí para pasar el rato, ver bailar a la nieta, pasar un rato al fresco, disfrutar de una tórrida tarde de viernes. Y tú te extrañas porque aquello no es un pregón. Aquello es una vergüenza. Y la alcaldesa se convierte en la verdadera pregonera. Y hace subir a la nueva regidora de Distrito, teniente de alcaldesa séptima, la coloca ante los nativos y una vez descritas sus funciones y características, la hace abandonar el escenario sin decir palabra. Eso no es nada Xenakis, es Theodorakis, completamente. Xenakis van a ser estos cuatro años de amartillamiento del poder del Partit de la Alcaldesa. Theodorakis en todos y cada uno de los actos, actividades, fiestas, reuniones, cañas que te tomes, bailes que se organicen. Alcaldesa. Siempre. Todo el rato.
Estábamos hablando del Pleno.
El Pleno es el último pleno al que podemos denominar Primer Pleno. Porque ya llevamos tres primeros plenos. Los regidores en este caso ya tienen que hacer política. De la del Xenakis y la del Theodorakis. La chunga y la otra. En frente, pues... claro, en frente, qué quieres. En frente, y no íbamos a hacer costumbrismo, pero claro, de vez en cuando esas caras de qué estás diciendo, o así no se puede, o... caras. Caras.
Porque claro.
Los nuevos. Los de ERC. Claro. No están acostumbrados a los códigos de conducta. Uno puede parecer más listo que los del equipo de gobierno, pero con cierto gracejo que te haga encontrar algo de complicidad. Si te lo tomas en serio. Si crees realmente que estás alumbrando un camino y lo haces de verdad creyendo que ese camino que iluminas es así y todo el mundo debería verlo, mal. Y peor si tienes 17 regidores socialistas delante mirándote con esa cara de 'pero estos qué están diciendo'. Sin entrar a valorar si lo que dicen es o no es. Simplemente. El del PP, el mítico Zambrana. Cuando hablaba de su tema parecía más listo que nadie. Pero bien por inofensivo o porque explicaba las cosas tan relamidamente que yo que sé, no concitaba esa inquina. Los de ERC sí que parece que estén levantando, ya, mala maror.
Los nosotros. Los nosotros situándonos. Los nosotros ya conocemos los códigos, las caras, los gestos. Lo que podemos decir. Que lo decimos. Y lo dijimos. Y dijimos que ese nuevo sistema es una fulaña. Que es lo mismo de siempre. Que sirve para lo de siempre. Que sirve para que esto siga sin moverse ni un centímetro. Y para que no se mueva nadie. Todo correcto.
No somos tan así. Le quisimos mandar un recuerdo a Zaida Muxi por su trabajo como responsable de Urbanismo, una teórica de gran prestigio que no pudo desarrollar todo lo que desto en esta ciudad. De todas formas ya han traído a otra personalidad del urbanismo, de entrevista en el periódico y eso, para que se haga cargo. Transversalmente y tal.
Qué más. Cosas como las del CER Raval. Uno de nuestros votos en contra históricamente más sonados. Ahora ya no importa casi nada, pero es que es lo que es. ¿Está el Ajuntament para pagar cosas que son culpa de otros? No. No lo está. Pero aquí sí. Porque se tiene que estar. Lo escribo esto fuera de mi horario de trabajo y sin estar cobrando de la política en este instante, lo digo por si acaso. Bueno. De la política siempre cobras. Todos nuestros sueldos vienen de la política. El tuyo, el mío, todos. Pero algunos son más vergonzantes que otros.
Había gente en el pleno. No me puedo resistir. Los nuevos asesores, que son nuevas asesoras y que por eso la frase ya está mal porque para qué he puesto los nuevos asesores.. algo de público por parte de los partidos a los que les interesan los plenos y por lo demás eso, personal de o en tránsito de.
Un pleno que a mí desde fuera me parecía como que iba a ser muy, pero muy largo y a las nueve y algo estábamos ya en casa.
Al final uno piensa y el tema de los mociones es lo que alarga. La política Xenakis se resuelve siempre muy pronto. Muy fácil. Votas y argumentas pero no te explayas.
Con las mociones es otra cosa.
No he hablado de Ciudadanos. Me pasa lo siguiente con Ciudadanos. No sé si soy el único que piensa que su resultado les ha desinflado. Que siendo la primera fuerza de la oposición, no parecen contentos. Felices. No deben estarlo. Me pasa que sus intervenciones me suenan a ya escuchadas o quizás a que ya no me sorprenden. Y sin embargo me dicen, el Dimas es muy bueno. Y a mí se me escapa. Por los prejuicios. O porque no estoy para darme cuenta de las cosas ya.
Y preguntas. ¿No echas de menos a nadie? Pues no sé. Por el momento no hay así grandes cosas que te llamen la atención. La pulcritud formal de unos, las caras. A ver, que hay caras. Hay caras que corresponden a un genotipo. Hay quien parece haber sido regidora socialista toda la vida, o diputada socialista toda la vida, siempre, pero no siempre porque ella fuera siempre, sino que podría haberlo sido en cualquier época, atemporal, eternamente socialista. Siempre. Lo tiene. Me intriga. Y el desparpajo del Padilla que parece que ha estado toda la vida allí. Y el silencio de algún regidor socialista a quien seguro que escucharemos hablar mucho y seguido en próximas ediciones. Y nada será como antes. Y todo es como tiene que ser.
Iba a decir. Mociones. El tema de la moción de ERc sobre Procés Constituent. Por hacer la parodia fácil, lo que nos proponía el grup municipal de ERC era la creación de un soviet institucional. Un consejo de obreros y soldados que repensase Santa Coloma y que tuviese una estructura que en combinación con el Ajuntament crease las bases de... un nuevo tiempo. Todo esto te lo dice, qué diría yo, SOM, digo más, alguno de los nuestros. Y uno tiene la tentación de que, con temblores, se le vaya la mano y resurja su interior un espíritu revolucionario que ya ni yo mismo recuerdo y piense... si, si, si... sí!. Pero de manos de ERC, uno tiene la sensación de que esta iniciativa es como extraña, como un ofrecimiento para crear algo que de hecho ya está ahí, como una idea brillante pero planteada con poca gracia. La gracia. Hablar, comentar, cómo lo veis. Lanzar una propuesta de Procés Constituent en Santa Coloma es como... ¿ahora? Volver a un tiempo antiguo, es Mr. Burns con la gorra de Grunge. Cómo te vas a oponer a una iniciativa que te pide que, podríamos hacer política. Claro que sí. Me abstengo. El PSC con los mismos argumentos que dimos nosotros, votó en contra. A Ciudadanos esta moción le sirvió para reverdecer viejos laureles y repartió como antes. Antes.
Y la moción tiquismiquis. Una moción sobre la 'Operació Toga', dedicar Mossos a proteger edificios y desproteger a la ciudadanía. De ERC. Y el PSC que ve el hueco y hace una enmienda a la totalidad y hace otra moción de hecho que dice que hay pocos mossos y que en Santa Coloma va todo muy bien, pero que hay sensación de inseguridad y que, y aquí la alcaldesa se marcó la frase quizás del año si es que no la ha dicho ya y yo no me he leído todo lo que escribe ni lo que dice: la delincuencia se mueve por todo el área metropolitana en la línea 1. Sublime.
Que los Mossos son necesarios porque sin los Mossos, pues eso. Y a la Generalitat.
Porque este mantra a los de ERC que se les quede: la Generalitat. Vosotros. Etc. Y con razón. Tolrato.
Y así acabó el pleno. Nos abstuvimos.
Salimos con bien. Un primer encuentro con Xenakis y la pesada digestión de Theodorakis. Poco a poco.
Primer tercer pleno o tercer primer pleno superado. Para el próximo ya nada será igual. La política colomense vivirá cambios trascendentales a partir de septiembre, no digamos la catalana o bien la española.
Porque todos somos muy así. O Xenakis o Theodorakis. Tiquismiquis.
Somos personas que, llegados ya a tal grado de civilización y de progreso, nos entretenemos con tonterías. Con nimiedades. Con cosas que no tienen realmente importancia. Antes, en estas crónicas, se esperaba que uno hablase de calcetines, de camisas, de cortes de pelo, de camisetas chanantes, de camisetas reivindicativas. Cosas, momentos, peculiaridades, tipismo e historia. Hoy, cuando ya son casi cinco años escribiendo estos textos, llega el momento de hablar en serio y mandar el costumbrismo y la mordaz crítica a la papelera. Hablemos de política. Por una vez.
A usted quizás no le interese la política Xenakis, aquella que consiste en hablar del organigrama de los puestos directivos, de cómo los puestos directivos mutan a puestos asesores y vuelven a mutar a puestos directivos con denominaciones diferentes. A usted, a usted mismo, no le debería interesar que el nuevo sistema de funcionamiento vaya a ser gerencial, meritocrático, como quiera. No le debería parecer ni extraño ni singular que el posible candidato a ocupar el puesto de gerente ya estuviera presente en la sala de plenos cuando nos acaban de decir que esto va a ser por fin el paraíso de los méritos y demás y que uno entienda por su parte suya de uno que eso significa que para el puesto de gerente, que es el que nos queda más cerca, entrará en un concurso abierto para el que la ciudadanía de Santa Coloma verá desfilar a candidatos y candidatos. Como decía la canción de los Who, mira el nuevo jefe, es el mismo que el antiguo jefe. La canción se llama No nos llamaréis de nuevo. La política Xenakis significa analizar expedientes, controlar decretos, sumar sueldos, sumar asignaciones, saber qué es qué y quién es quién. Política. Política con tintes de jeroglífico ininteligible. Escrito en idioma extraño. Para que solo lo entienda el que lo lee y te lo explica y tú digas, no, jamás, nunca podremos gobernar aquí ni en ningún lado, porque estos seres divinos, que conocen las obras completas de Xenakis, lo saben todo. Absolutamente todo. Tú, tú sólo puedes mirar, observar, balbucear algunas protestas. Pero en realidad, no sabes nada.
Solo puedes hacer política Theodorakis. Solo puedes contemplar cómo en unas fiestas de barrio, jolgorio y alegría, palmas y feria, el equipo de gobierno socialista hace subir a dar el pregón a un cuerpo recién creado como el de los Serenos, compuesto por personas que han sido sacadas del paro en Grameimpuls y que, lógicamente, van a hacer un canto al Ajuntament y a la figura de quien les haya sacado del paro, sea para hacer de serenos o sea para lo que sea. No es un pregón de fiestas. Es otra cosa que se parece mucho a un examen. Un examen porque la examinadora está al lado justo, escuchando el discurso, el supuesto pregón, para a continuación, lanzar su propio discurso. Es una feria. La gente mayor está allí para pasar el rato, ver bailar a la nieta, pasar un rato al fresco, disfrutar de una tórrida tarde de viernes. Y tú te extrañas porque aquello no es un pregón. Aquello es una vergüenza. Y la alcaldesa se convierte en la verdadera pregonera. Y hace subir a la nueva regidora de Distrito, teniente de alcaldesa séptima, la coloca ante los nativos y una vez descritas sus funciones y características, la hace abandonar el escenario sin decir palabra. Eso no es nada Xenakis, es Theodorakis, completamente. Xenakis van a ser estos cuatro años de amartillamiento del poder del Partit de la Alcaldesa. Theodorakis en todos y cada uno de los actos, actividades, fiestas, reuniones, cañas que te tomes, bailes que se organicen. Alcaldesa. Siempre. Todo el rato.
Estábamos hablando del Pleno.
El Pleno es el último pleno al que podemos denominar Primer Pleno. Porque ya llevamos tres primeros plenos. Los regidores en este caso ya tienen que hacer política. De la del Xenakis y la del Theodorakis. La chunga y la otra. En frente, pues... claro, en frente, qué quieres. En frente, y no íbamos a hacer costumbrismo, pero claro, de vez en cuando esas caras de qué estás diciendo, o así no se puede, o... caras. Caras.
Porque claro.
Los nuevos. Los de ERC. Claro. No están acostumbrados a los códigos de conducta. Uno puede parecer más listo que los del equipo de gobierno, pero con cierto gracejo que te haga encontrar algo de complicidad. Si te lo tomas en serio. Si crees realmente que estás alumbrando un camino y lo haces de verdad creyendo que ese camino que iluminas es así y todo el mundo debería verlo, mal. Y peor si tienes 17 regidores socialistas delante mirándote con esa cara de 'pero estos qué están diciendo'. Sin entrar a valorar si lo que dicen es o no es. Simplemente. El del PP, el mítico Zambrana. Cuando hablaba de su tema parecía más listo que nadie. Pero bien por inofensivo o porque explicaba las cosas tan relamidamente que yo que sé, no concitaba esa inquina. Los de ERC sí que parece que estén levantando, ya, mala maror.
Los nosotros. Los nosotros situándonos. Los nosotros ya conocemos los códigos, las caras, los gestos. Lo que podemos decir. Que lo decimos. Y lo dijimos. Y dijimos que ese nuevo sistema es una fulaña. Que es lo mismo de siempre. Que sirve para lo de siempre. Que sirve para que esto siga sin moverse ni un centímetro. Y para que no se mueva nadie. Todo correcto.
No somos tan así. Le quisimos mandar un recuerdo a Zaida Muxi por su trabajo como responsable de Urbanismo, una teórica de gran prestigio que no pudo desarrollar todo lo que desto en esta ciudad. De todas formas ya han traído a otra personalidad del urbanismo, de entrevista en el periódico y eso, para que se haga cargo. Transversalmente y tal.
Qué más. Cosas como las del CER Raval. Uno de nuestros votos en contra históricamente más sonados. Ahora ya no importa casi nada, pero es que es lo que es. ¿Está el Ajuntament para pagar cosas que son culpa de otros? No. No lo está. Pero aquí sí. Porque se tiene que estar. Lo escribo esto fuera de mi horario de trabajo y sin estar cobrando de la política en este instante, lo digo por si acaso. Bueno. De la política siempre cobras. Todos nuestros sueldos vienen de la política. El tuyo, el mío, todos. Pero algunos son más vergonzantes que otros.
Había gente en el pleno. No me puedo resistir. Los nuevos asesores, que son nuevas asesoras y que por eso la frase ya está mal porque para qué he puesto los nuevos asesores.. algo de público por parte de los partidos a los que les interesan los plenos y por lo demás eso, personal de o en tránsito de.
Un pleno que a mí desde fuera me parecía como que iba a ser muy, pero muy largo y a las nueve y algo estábamos ya en casa.
Al final uno piensa y el tema de los mociones es lo que alarga. La política Xenakis se resuelve siempre muy pronto. Muy fácil. Votas y argumentas pero no te explayas.
Con las mociones es otra cosa.
No he hablado de Ciudadanos. Me pasa lo siguiente con Ciudadanos. No sé si soy el único que piensa que su resultado les ha desinflado. Que siendo la primera fuerza de la oposición, no parecen contentos. Felices. No deben estarlo. Me pasa que sus intervenciones me suenan a ya escuchadas o quizás a que ya no me sorprenden. Y sin embargo me dicen, el Dimas es muy bueno. Y a mí se me escapa. Por los prejuicios. O porque no estoy para darme cuenta de las cosas ya.
Y preguntas. ¿No echas de menos a nadie? Pues no sé. Por el momento no hay así grandes cosas que te llamen la atención. La pulcritud formal de unos, las caras. A ver, que hay caras. Hay caras que corresponden a un genotipo. Hay quien parece haber sido regidora socialista toda la vida, o diputada socialista toda la vida, siempre, pero no siempre porque ella fuera siempre, sino que podría haberlo sido en cualquier época, atemporal, eternamente socialista. Siempre. Lo tiene. Me intriga. Y el desparpajo del Padilla que parece que ha estado toda la vida allí. Y el silencio de algún regidor socialista a quien seguro que escucharemos hablar mucho y seguido en próximas ediciones. Y nada será como antes. Y todo es como tiene que ser.
Iba a decir. Mociones. El tema de la moción de ERc sobre Procés Constituent. Por hacer la parodia fácil, lo que nos proponía el grup municipal de ERC era la creación de un soviet institucional. Un consejo de obreros y soldados que repensase Santa Coloma y que tuviese una estructura que en combinación con el Ajuntament crease las bases de... un nuevo tiempo. Todo esto te lo dice, qué diría yo, SOM, digo más, alguno de los nuestros. Y uno tiene la tentación de que, con temblores, se le vaya la mano y resurja su interior un espíritu revolucionario que ya ni yo mismo recuerdo y piense... si, si, si... sí!. Pero de manos de ERC, uno tiene la sensación de que esta iniciativa es como extraña, como un ofrecimiento para crear algo que de hecho ya está ahí, como una idea brillante pero planteada con poca gracia. La gracia. Hablar, comentar, cómo lo veis. Lanzar una propuesta de Procés Constituent en Santa Coloma es como... ¿ahora? Volver a un tiempo antiguo, es Mr. Burns con la gorra de Grunge. Cómo te vas a oponer a una iniciativa que te pide que, podríamos hacer política. Claro que sí. Me abstengo. El PSC con los mismos argumentos que dimos nosotros, votó en contra. A Ciudadanos esta moción le sirvió para reverdecer viejos laureles y repartió como antes. Antes.
Y la moción tiquismiquis. Una moción sobre la 'Operació Toga', dedicar Mossos a proteger edificios y desproteger a la ciudadanía. De ERC. Y el PSC que ve el hueco y hace una enmienda a la totalidad y hace otra moción de hecho que dice que hay pocos mossos y que en Santa Coloma va todo muy bien, pero que hay sensación de inseguridad y que, y aquí la alcaldesa se marcó la frase quizás del año si es que no la ha dicho ya y yo no me he leído todo lo que escribe ni lo que dice: la delincuencia se mueve por todo el área metropolitana en la línea 1. Sublime.
Que los Mossos son necesarios porque sin los Mossos, pues eso. Y a la Generalitat.
Porque este mantra a los de ERC que se les quede: la Generalitat. Vosotros. Etc. Y con razón. Tolrato.
Y así acabó el pleno. Nos abstuvimos.
Salimos con bien. Un primer encuentro con Xenakis y la pesada digestión de Theodorakis. Poco a poco.
Primer tercer pleno o tercer primer pleno superado. Para el próximo ya nada será igual. La política colomense vivirá cambios trascendentales a partir de septiembre, no digamos la catalana o bien la española.
Porque todos somos muy así. O Xenakis o Theodorakis. Tiquismiquis.
lunes, 22 de julio de 2019
En aquel tiempo
Yo en aquel tiempo ya estaba un poco fuera de juego y casi no me enteraba de lo que iban las cosas, así que cuando me dijeron que tenía que ir a Tayikistán a buscar el Triliangsun no me lo pensé dos veces y partí hacia allá. Entonces yo estaba acostumbrado a una serie de facilidades a la hora de viajar y no me imaginé que mis patrocinadores iban a tratarme como a uno más. Pero ya digo que entonces, en aquel tiempo, yo ya estaba un poco gastado.
Tuve pues un viaje bastante problemático, un viaje plagado de vicisitudes extrañas que, cuando por fin llegué al país al que viajaba, estaba francamente cansado y desilusionado. Y preocupado.
No sabía lo que era el Triliangsun.
Pero no mostré el menos síntoma de duda. Pregunté por nuestra embajada y no me supieron dar razón. Pregunté por el Cónsul y nadie sabía nada del Cónsul. Pregunté por el Triliangsun e inmediatamente me dirigieron a una gran explanada a las afueras de la capital donde se celebraba una gran fiesta.
Habían llegado tayikos de todas las partes del país y algunos también de otros países. Caballos, jinetes, música, ceremonias, se sucedían junto con más música, más caballo, más ceremonias y un color vibrante en todos y cada uno de los elementos que se agolpaban ante mis ojos. Desconocía el idioma local y me dirigía a los lugareños en mi perfecto inglés, pero allí, en aquella fiesta, no había nadie que me entendiera.
Bebí lo que me ofrecieron y comí lo que me dieron de comer. Bailé, canté, y me sentí uno más.
Creí entender lo que era el Triliangsun.
Era una sensación.
La sensación de llegar a un lugar y dejarte atrapar por todo aquello que hay de bueno y puro en la gente. En la gente común, en la gente sana y noble que baila, que come, que baila, que come, que danza, que ríe, que te abraza, que te da lo que tiene, que se desvive por conocerte, por que le conozcas, por entablar relaciones. Una sensación de hermandad entre la gente. Aquella fiesta de los tayikos significaba eso, un encuentro, una manera de compartir, de conocerse, de reconocerse de nuevo, de hacer de esa reunión una simbólica celebración del ser humano como algo más que un animal.
Eso era el Triliangsun.
Regresé a casa y expliqué qué es lo que traía.
Y no era eso.
Tuve pues un viaje bastante problemático, un viaje plagado de vicisitudes extrañas que, cuando por fin llegué al país al que viajaba, estaba francamente cansado y desilusionado. Y preocupado.
No sabía lo que era el Triliangsun.
Pero no mostré el menos síntoma de duda. Pregunté por nuestra embajada y no me supieron dar razón. Pregunté por el Cónsul y nadie sabía nada del Cónsul. Pregunté por el Triliangsun e inmediatamente me dirigieron a una gran explanada a las afueras de la capital donde se celebraba una gran fiesta.
Habían llegado tayikos de todas las partes del país y algunos también de otros países. Caballos, jinetes, música, ceremonias, se sucedían junto con más música, más caballo, más ceremonias y un color vibrante en todos y cada uno de los elementos que se agolpaban ante mis ojos. Desconocía el idioma local y me dirigía a los lugareños en mi perfecto inglés, pero allí, en aquella fiesta, no había nadie que me entendiera.
Bebí lo que me ofrecieron y comí lo que me dieron de comer. Bailé, canté, y me sentí uno más.
Creí entender lo que era el Triliangsun.
Era una sensación.
La sensación de llegar a un lugar y dejarte atrapar por todo aquello que hay de bueno y puro en la gente. En la gente común, en la gente sana y noble que baila, que come, que baila, que come, que danza, que ríe, que te abraza, que te da lo que tiene, que se desvive por conocerte, por que le conozcas, por entablar relaciones. Una sensación de hermandad entre la gente. Aquella fiesta de los tayikos significaba eso, un encuentro, una manera de compartir, de conocerse, de reconocerse de nuevo, de hacer de esa reunión una simbólica celebración del ser humano como algo más que un animal.
Eso era el Triliangsun.
Regresé a casa y expliqué qué es lo que traía.
Y no era eso.
viernes, 19 de julio de 2019
19 de Julio
La canción de los Guns and Roses, la de I don't want no Civil War. Nunca la he escuchado. Sabemos cómo fue, salieron los soldados del cuartel del Bruch y les detuvieron primero en la plaça Universitat y después en la plaça Catalunya. Horas de combates. El pueblo en armas contra el fascismo. El ejército vencido por la gente. La esperanza de un mundo nuevo abriéndose paso con la bayoneta calada. La culpa fue vuestra.
La culpa de que todo haya ido después como ha ido ha sido vuestra y lo seguirá siendo siempre. Mía no es. Desde luego que no. Un 19 de julio que nos sirva de ejemplo en este 83 aniversario de ese 19 de julio. La gracia era decir esto hace tres años, pero se me fue la mano. Como siempre, me pudo el entusiasmo y me puede todavía. El entusiasmo por un mundo nuevo. Que no sé cuál es.
Me gusta el mes de Julio. Es el mejor mes de todos los meses, por detrás de mayo, que es sin duda mi mes. Me gusta el mes de Julio, porque hace calor siempre. Hasta cuando hace frío no te puedes poner triste, porque hará calor. Agosto ya anuncia la derrota. Por mucho que viajes y vayas, agosto está condenado a perder. No me gusta la víspera de la derrota, una vez que tengo la derrota ya encima, tampoco está tan mal.
El 19 de Julio la gente sale a la calle en Barcelona y resiste a tiros el avance de los sublevados. A tiros y a carne. A tiros y poniendo el cuerpo delante de las balas. Eso me parece admirable, la capacidad de la gente de sacrificarse por otros o por algo peor, por una idea. Por algo intangible. Por un mundo nuevo que no sabemos lo que es. Me gusta pensar que pongo el cuerpo muchas veces delante y que hago el sacrificio por alguien o por algo.
Pero no es verdad.
19 de Julio y aquel falangista en el documental nos cuenta que le da sueño, entre el tiroteo, el madrugón que se pegan y que es la hora de la siesta. El héroe y la siesta. El hombre y la siesta. Y tú mujer, aquí estás junto al trabajador.
El pueblo unido jamás será vencido. La unión hace la fuerza. Fuerzas armadas. Feliz 19 de julio de conmemoración del 83 aniversario de la única victoria de un pueblo contra un ejército. ¿Pero ese pueblo de qué partido era, de qué sindicato? ¿Qué siglas pueden sacar rédito de él? ¿Porqué no hay una Diada del 19 de julio? ¿Porqué este pueblo no puede celebrar una victoria?
Una victoria contra sí mismo, para variar.
La política es un arma cargada de futuro. Me vienen ahora a la cabeza muchas imágenes gloriosas y muchas imágenes lamentables. Muchas de ellas protagonizadas por mí mismo. En la política como en el deporte. Sobre todo en el deporte. En la política todavía espero escribir las páginas más brillantes. Soy joven y puedo aprender.
19 de Julio. La gente saliendo a la calle, las fábricas llamando a la lucha. Pueblo de Barcelona, sal a la calle y defiende tu libertad. Y van y ganan. Ganamos. Pero todavía no podemos cantar victoria.
Ese 19 de Julio es como un mes de Agosto, como una derrota anticipada.
Lo que parecía una redacción escolar acaba en alto.
Al final siempre tengo razón.
La culpa de que todo haya ido después como ha ido ha sido vuestra y lo seguirá siendo siempre. Mía no es. Desde luego que no. Un 19 de julio que nos sirva de ejemplo en este 83 aniversario de ese 19 de julio. La gracia era decir esto hace tres años, pero se me fue la mano. Como siempre, me pudo el entusiasmo y me puede todavía. El entusiasmo por un mundo nuevo. Que no sé cuál es.
Me gusta el mes de Julio. Es el mejor mes de todos los meses, por detrás de mayo, que es sin duda mi mes. Me gusta el mes de Julio, porque hace calor siempre. Hasta cuando hace frío no te puedes poner triste, porque hará calor. Agosto ya anuncia la derrota. Por mucho que viajes y vayas, agosto está condenado a perder. No me gusta la víspera de la derrota, una vez que tengo la derrota ya encima, tampoco está tan mal.
El 19 de Julio la gente sale a la calle en Barcelona y resiste a tiros el avance de los sublevados. A tiros y a carne. A tiros y poniendo el cuerpo delante de las balas. Eso me parece admirable, la capacidad de la gente de sacrificarse por otros o por algo peor, por una idea. Por algo intangible. Por un mundo nuevo que no sabemos lo que es. Me gusta pensar que pongo el cuerpo muchas veces delante y que hago el sacrificio por alguien o por algo.
Pero no es verdad.
19 de Julio y aquel falangista en el documental nos cuenta que le da sueño, entre el tiroteo, el madrugón que se pegan y que es la hora de la siesta. El héroe y la siesta. El hombre y la siesta. Y tú mujer, aquí estás junto al trabajador.
El pueblo unido jamás será vencido. La unión hace la fuerza. Fuerzas armadas. Feliz 19 de julio de conmemoración del 83 aniversario de la única victoria de un pueblo contra un ejército. ¿Pero ese pueblo de qué partido era, de qué sindicato? ¿Qué siglas pueden sacar rédito de él? ¿Porqué no hay una Diada del 19 de julio? ¿Porqué este pueblo no puede celebrar una victoria?
Una victoria contra sí mismo, para variar.
La política es un arma cargada de futuro. Me vienen ahora a la cabeza muchas imágenes gloriosas y muchas imágenes lamentables. Muchas de ellas protagonizadas por mí mismo. En la política como en el deporte. Sobre todo en el deporte. En la política todavía espero escribir las páginas más brillantes. Soy joven y puedo aprender.
19 de Julio. La gente saliendo a la calle, las fábricas llamando a la lucha. Pueblo de Barcelona, sal a la calle y defiende tu libertad. Y van y ganan. Ganamos. Pero todavía no podemos cantar victoria.
Ese 19 de Julio es como un mes de Agosto, como una derrota anticipada.
Lo que parecía una redacción escolar acaba en alto.
Al final siempre tengo razón.
miércoles, 17 de julio de 2019
Persona pensada
Esta es la clásica historia de persona sentada y pensativa. No hace muchos años me tocó entrevistar a un ser humano excepcional, nada menos que al subsecretario Wassmann y durante esa entrevista me refirió una historia que vengo a reproducir aquí.
Me contaba Wassmann que antes de ser subsecretario fue un jovencito con ideales y que quiso recorrer el mundo propagando la palabra justa y la teoría concreta que iba a cambiar el curso de la historia y torcer el brazo a quien se resistiera. Así, llegó una vez a un arrabal de París en el que un grupo de jóvenes como él discutía acaloradamente en torno a una mesa, pero no conseguía adivinar de lo que trataba la conversación. Se acercó entonces a participar en aquel debate, porque pensaba Wassmann que obligatoriamente la tertulia trataría sobre asuntos que le concernían y por ende concernían al futuro de la humanidad.
Así que allí se dirigió y se convirtió en uno de los espectadores de aquel enfrentamiento que no conseguía desentrañar sobre qué versaba hasta que su mirada se dirigió a alguien que estaba sentado a un lado, pensando. Pensando en algo.
Wassmann me contaba que el agrio debate de la mesa comenzó a desagradarle y a resultarle lastimosamente pobre. En cambio, aquella figura pensativa en una mesa, solitaria, con la mirada perdida y la sensación de no estar esperando a nada ni a nadie le interesó cada vez más. Cada vez más.
Sintió el impulso de dirigirse a él. Comprobó si estaba realmente solo, si estaba consumiendo algo, y fue a sentarse a su mesa.
- Perdone ¿puedo...?
Inmediatamente se sintió incómodo.
Tan desagradable fue la sensación que algo se rompió en él.
Y quiso ser algo diferente. Algo que no molestara. Subsecretario.
Me contaba Wassmann que antes de ser subsecretario fue un jovencito con ideales y que quiso recorrer el mundo propagando la palabra justa y la teoría concreta que iba a cambiar el curso de la historia y torcer el brazo a quien se resistiera. Así, llegó una vez a un arrabal de París en el que un grupo de jóvenes como él discutía acaloradamente en torno a una mesa, pero no conseguía adivinar de lo que trataba la conversación. Se acercó entonces a participar en aquel debate, porque pensaba Wassmann que obligatoriamente la tertulia trataría sobre asuntos que le concernían y por ende concernían al futuro de la humanidad.
Así que allí se dirigió y se convirtió en uno de los espectadores de aquel enfrentamiento que no conseguía desentrañar sobre qué versaba hasta que su mirada se dirigió a alguien que estaba sentado a un lado, pensando. Pensando en algo.
Wassmann me contaba que el agrio debate de la mesa comenzó a desagradarle y a resultarle lastimosamente pobre. En cambio, aquella figura pensativa en una mesa, solitaria, con la mirada perdida y la sensación de no estar esperando a nada ni a nadie le interesó cada vez más. Cada vez más.
Sintió el impulso de dirigirse a él. Comprobó si estaba realmente solo, si estaba consumiendo algo, y fue a sentarse a su mesa.
- Perdone ¿puedo...?
Inmediatamente se sintió incómodo.
Tan desagradable fue la sensación que algo se rompió en él.
Y quiso ser algo diferente. Algo que no molestara. Subsecretario.
martes, 16 de julio de 2019
Crónica del #plegramenet Especial Cartapacio. No tienes ni idea.
Conectados con la realidad. La organización es la clave de todos los gramscis. Los gramscis son pequeños seres que viven en el interior de lo de dentro y que se dedican a propagar hegemonías. Hegemonías de gramscis. Con chocolate y nata por encima. Rellenas de conexiones neuronales. Las organizaciones no sobreviven sin los gramscis. Sin las frases célebres y los lemas de manual. Manuel de Falla, Manuel Machado, Imanol Etxeberria. Portero del Athletic al que se le colaban los goles como el que tiene un chubasquero del Lefties. Esos. Son los gramscis organizando el cotarro. Desde oscuras cárceles planificando el porvenir. Son los gramscis que lo tienen todo sencillamente preparado y claro. Son las organizaciones las que hacen la revolución. Sin organización no podríamos tener una brújula clara de por dónde va la historia, historia que hacen los pueblos. Los gramscis conviven bien en estados calurosos con los allendes.
En Santa Coloma de Gramenet ayer aprobamos en pleno extraordinario la organización del Ajuntament y cómo queda de bien la oposición ante estos cuatro años de hegemonía que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino. Un pleno extraordinario con un trascendental momento que se me escapó y seguro que no vi. Porque soy viejo y mi tiempo ha pasado. Soy un señor mayor rodeado de juventud desbordante y rebosante de frases viejas. Un señor mayor al que le pierden las camisetas viejas y los discursos ajados. Los discursos chapados a la antigua y no las modernidades informales y las contemporaneidades casuales y los tiritos velados. Por eso, uno, en estos plenos municipales, uno disfruta. Disfruta de la complejidad léxica y agradece que las palabras se digan con propiedad. Con el verbo se hizo la carne. Y con la carne la organización. Y con la organización, los gramscis. La rebeldía del verbo y la concreción de los términos.
El nombre hace la cosa. Ayer se estrenaron los nuevos regidores, los nuestros y los de Esquerra Republicana de Catalunya, que hacen su entrada en el Pleno Municipal extraordinario y en el ordinario recibiendo su primera reconvención. Gemma Espanyol sabe de lo que habla. Pero no sabe con quién está hablando. Gemma Espanyol quiso hacer una primera intervención seria, centrada, responsable, de persona que controla y que domina, y quiso además apoyar a nuestra alcaldesa Núria Parlon en su reclamación de un uso responsable de los términos aunque fuera de manera gramaticalmente... es igual. Pero se encontró con que lo que es, es. Y lo que hay es esto. Nuestra alcaldesa arremetió contra Esquerra REpublicana por haber osado discutir el planteamiento de que nuestra Alcaldesa lo debe controlar ella lo importante y lo necesario y lo que la gente, su gente de Santa Coloma que es lo más sagrado de este mundo, quiere que controle. Quiere que controle, el feminismo y la seguridad. Y si tú me dices que lo del feminismo quizás, a lo mejor, posiblemente, se hubiere merecido una regidoría en solitario, es que, así, por decirlo mal y pronto, es que no tenéis ni puñetera idea.
Y este va a ser el resumen que quiero dejar aquí en el día de hoy después de que haya pasado este primer pleno de extraordinaria trascendencia donde si dijo lo que se iba a cobrar y quién lo iba a cobrar y lo importante que es cobrar, porque ya lo dicen que cobrar de la política es fatal y malo y te lleva a la disolución y a la vida mala y repito en la misma frase mala y malo y eso significa algo, y es que me distraigo.
Me distraigo y no queda claro el mensaje. Este mensaje que os digo es que, cobrando 17 de 17 regidores socialistas y habiendo apañado ya a la oposición para que pueda hacer política pero ojo, sin pasarse, el mensaje que os envío es diáfano.
No tenéis ni idea. Y este mensaje, en corto, en sencilla prosa castellana, es el que ha de quedar claro. Ni idea. Nosotros somos nuevos. Los de En Comú Podem nuevos de trinca. Aunque nos conocerás de otras películas. Películas recientes. No tenemos ni idea. Va a ser el mantra. No os enteráis. Y así os va. Esquerra REpublicana va a querer demostrar que sabe. Y les van a decir siempre que no. Que no la tienen. Que no se enteran. Que lo del feminismo, que no se nos escape, es más complejo y que claro, como son nuevos, no se enteran.
Y Ciudadanos no recuerdo qué dijo. Que en algunas cosas que sí, en otras que no. Que la mano tendida. No recuerdo haber escuchado nada de la mano tendida. No lo sé. Son uno más, está el Padilla. Pero no dijo nada. Nadie dijo nada.
El tema. Los nuestros. No es nuestro modelo, no es nuestro rollo. No tenemos ni idea. Pero no nos hace falta. Aprenderemos.
La organización. Ayer se aprobó: siete tenientes de alcaldesa siete. Siete solo. Hacen falta. Tendrían que haber sido diecisiete. Diecisiete tenientes de alcaldesa. Manejando. Pilotando. Dándole. Como si hicieran falta 17 si con una ya basta para encargarse de lo importante y lo que preocupa. 16 para lo que no tiene qué ni porqué. En la salud y en la enfermedad. Cargos y regidores en la esquina de los tiempos aparcados en el arcén de la pequeña historia local. Podrías haber sido la reina. Vendrá otra aspirante al trono. Y se encontrará un día en el margen también, al pie de la página, como si no existiera.
Es una barbaridad lo de los 17 y los siete. Pero es que sin organización no se construye un porvenir dorado y de aguas termales. Y ya lo dejo. Porque me siento viejo. Cansado. Oxidado. Lento.
Y no merece la pena. Enfadarse con los gramscis, discutir con los allendes.
Asaltar los cielos. Qué tontería.
En Santa Coloma de Gramenet ayer aprobamos en pleno extraordinario la organización del Ajuntament y cómo queda de bien la oposición ante estos cuatro años de hegemonía que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino. Un pleno extraordinario con un trascendental momento que se me escapó y seguro que no vi. Porque soy viejo y mi tiempo ha pasado. Soy un señor mayor rodeado de juventud desbordante y rebosante de frases viejas. Un señor mayor al que le pierden las camisetas viejas y los discursos ajados. Los discursos chapados a la antigua y no las modernidades informales y las contemporaneidades casuales y los tiritos velados. Por eso, uno, en estos plenos municipales, uno disfruta. Disfruta de la complejidad léxica y agradece que las palabras se digan con propiedad. Con el verbo se hizo la carne. Y con la carne la organización. Y con la organización, los gramscis. La rebeldía del verbo y la concreción de los términos.
El nombre hace la cosa. Ayer se estrenaron los nuevos regidores, los nuestros y los de Esquerra Republicana de Catalunya, que hacen su entrada en el Pleno Municipal extraordinario y en el ordinario recibiendo su primera reconvención. Gemma Espanyol sabe de lo que habla. Pero no sabe con quién está hablando. Gemma Espanyol quiso hacer una primera intervención seria, centrada, responsable, de persona que controla y que domina, y quiso además apoyar a nuestra alcaldesa Núria Parlon en su reclamación de un uso responsable de los términos aunque fuera de manera gramaticalmente... es igual. Pero se encontró con que lo que es, es. Y lo que hay es esto. Nuestra alcaldesa arremetió contra Esquerra REpublicana por haber osado discutir el planteamiento de que nuestra Alcaldesa lo debe controlar ella lo importante y lo necesario y lo que la gente, su gente de Santa Coloma que es lo más sagrado de este mundo, quiere que controle. Quiere que controle, el feminismo y la seguridad. Y si tú me dices que lo del feminismo quizás, a lo mejor, posiblemente, se hubiere merecido una regidoría en solitario, es que, así, por decirlo mal y pronto, es que no tenéis ni puñetera idea.
Y este va a ser el resumen que quiero dejar aquí en el día de hoy después de que haya pasado este primer pleno de extraordinaria trascendencia donde si dijo lo que se iba a cobrar y quién lo iba a cobrar y lo importante que es cobrar, porque ya lo dicen que cobrar de la política es fatal y malo y te lleva a la disolución y a la vida mala y repito en la misma frase mala y malo y eso significa algo, y es que me distraigo.
Me distraigo y no queda claro el mensaje. Este mensaje que os digo es que, cobrando 17 de 17 regidores socialistas y habiendo apañado ya a la oposición para que pueda hacer política pero ojo, sin pasarse, el mensaje que os envío es diáfano.
No tenéis ni idea. Y este mensaje, en corto, en sencilla prosa castellana, es el que ha de quedar claro. Ni idea. Nosotros somos nuevos. Los de En Comú Podem nuevos de trinca. Aunque nos conocerás de otras películas. Películas recientes. No tenemos ni idea. Va a ser el mantra. No os enteráis. Y así os va. Esquerra REpublicana va a querer demostrar que sabe. Y les van a decir siempre que no. Que no la tienen. Que no se enteran. Que lo del feminismo, que no se nos escape, es más complejo y que claro, como son nuevos, no se enteran.
Y Ciudadanos no recuerdo qué dijo. Que en algunas cosas que sí, en otras que no. Que la mano tendida. No recuerdo haber escuchado nada de la mano tendida. No lo sé. Son uno más, está el Padilla. Pero no dijo nada. Nadie dijo nada.
El tema. Los nuestros. No es nuestro modelo, no es nuestro rollo. No tenemos ni idea. Pero no nos hace falta. Aprenderemos.
La organización. Ayer se aprobó: siete tenientes de alcaldesa siete. Siete solo. Hacen falta. Tendrían que haber sido diecisiete. Diecisiete tenientes de alcaldesa. Manejando. Pilotando. Dándole. Como si hicieran falta 17 si con una ya basta para encargarse de lo importante y lo que preocupa. 16 para lo que no tiene qué ni porqué. En la salud y en la enfermedad. Cargos y regidores en la esquina de los tiempos aparcados en el arcén de la pequeña historia local. Podrías haber sido la reina. Vendrá otra aspirante al trono. Y se encontrará un día en el margen también, al pie de la página, como si no existiera.
Es una barbaridad lo de los 17 y los siete. Pero es que sin organización no se construye un porvenir dorado y de aguas termales. Y ya lo dejo. Porque me siento viejo. Cansado. Oxidado. Lento.
Y no merece la pena. Enfadarse con los gramscis, discutir con los allendes.
Asaltar los cielos. Qué tontería.
lunes, 15 de julio de 2019
El artista diabólico
No hace muchos años, caminando por una calle de Katowice, me tropecé con uno de esos guitarristas callejeros que acompañan los paseos de los caminantes. Me llamó la atención lo descuidado de su atuendo, mucho más que el habitual desaliño bohemio de los músicos de la calle. Me llamó la atención que tocaba una guitarra destartalada. Me llamó la atención que parecía un espectro. Me llamó la atención de que su cara reflejaba el mal. Me llamó la atención que fuera el diablo. Me dirigí a él y le pregunté cómo había llegado allí. Me contó su historia.
'Iba yo comprando almas y ganando adeptos para el negocio de la maldad y la impostura, cuando en un recodo de estos parajes, en un cruce de caminos que ya alguna vez había frecuentado y donde algún gitano se había dejado convencer, me encontré con una mujer que me pareció interesante. Le hice las preguntas habituales, le sonsaqué sobre sus habilidades y finalmente descubrí que la mujer, que se llamaba Esther Griermann, quería ser poetisa. Habitualmente cantaba sus poemas para que las personas la tomaran en serio, más como cantante que como poeta. Pero ella quería ser otra cosa. Era la primera vez que ofrecía mis servicios a una mujer. Nunca creí que tuvieran talento. Nunca creí que tuvieran ambición. Hicimos un pacto. Como siempre, pensé en camelarme su ego y conseguir su alma.
No entiendo cómo, ni de qué manera, me vi un día siguiéndola por los caminos de Chile, por bodegones de Amsterdam, los arrabales de Marrakesch, escuchando sus poemas, abriéndole puertas en los galpones de Buenos Aires, en un selecto club de Macao, en una cervecería de Dublin. Esther Griermann cantaba y contaba sus poemas. El prometido éxito no le llegaba, pero su talento crecía de manera incesante. Una noche, en Chicago, en la víspera de una actuación en un Hotel, me leyó uno de sus poemas.
No lo entendí.
La sensación de no haber entendido aquella obra. Me creí superado. Yo, el diablo, no era capaz de saber si aquella alma podría ser intercambiada por tanto talento. Aquel talento. Aquella artista. Jamás me había pasado. Su alma no me valía de nada. Y aquel poema había robado la mía. Me abandonó y me abandoné. Y ahora toco la guitarra por los caminos, intentando encontrarla. Creo que fue por aquí cerca.'
viernes, 12 de julio de 2019
Karpov
En una partida todos los movimientos son importantes. No me hace falta poner acento de ruso para decirlo. Pero si quieres lo pongo. No me sale poner acento de ruso porque ya soy ruso. Y los rusos tenemos un sentido del sacrificio difícil de entender. Todos los movimientos de una partida son importantes. Imagínate si estás jugando muchas partidas a la vez. Todos los movimientos de todas las partidas son muy importantes. Y a eso hay mucha gente que le llama vivir. Vivir como jugar una partida de ajedrez. Te lo digo con acento ruso y te lo crees más. Y suena como profundo, pero es algo que ya has escuchado antes. La vida es como una partida de ajedrez. Como muchas partidas de ajedrez. Como una partida de ajedrez que encierra muchas partidas de ajedrez. Catálogo de obviedades una vez más. Una partida, muchos movimientos, muchos sacrificios de piezas. La incertidumbre. No mover, mover poco a poco, intercambios rápidos, control del centro. El centro del tablero. Qué obsesión. El centro del tablero. No nos interesa y ataquemos por los flancos. Como somos los listos de la clase atacaremos por los flancos. Rehuir el centro del tablero, la batalla frontal, buscar la sorpresa. Es importante que el otro no espere lo que vas a hacer. O que te tenga estudiado y requeteestudiado y que aún así, se trague todos los engaños. Es importante comportarse como si la partida la estuvieras dominando. Como si supieras algo que el otro no ha visto. Son muchos movimientos a la vez y tú debes aparentar que los estás controlando todos. Y es evidente que va a ser difícil no tener que hacer sacrificios. Pero tú no conoces a los rusos. Te piensas que nuestros sacrificios son como los vuestros y no tienes ni idea. Y ahora somos rusos, antes, cuando éramos soviéticos, nos sacrificábamos más. O no. Esto lo he metido para despistarte, para que pienses en otra cosa. En una cosa diferente. Distráete con la imagen de rusos sacrificándose y la injusticia de la vida. La vida es una sucesión de piezas que tienes que mover y te devanas los sesos pensando si realmente alguna vez vas a ganar la partida, o algunas de las partidas que estás jugando. No lo sé. Yo no te puedo ayudar demasiado. Pero mírame. Mira qué estilo. Mira qué traje. Mira qué clase. Como si no muevo y entonces qué.
jueves, 11 de julio de 2019
Retrato desconocido
Usted no me conoce. No sabe quién soy yo. Y se va a morir sin querer saberlo. Porque nos saludamos, nos ignoramos en el metro, nos cruzamos mientras uno va y el otro viene, nos hacemos los ofendidos cuando nos miramos sin saber porqué, nos hacemos los interesantes y jamás nos hablaremos. No nos conocemos. No nos han presentado. No me va usted a conocer en la vida. No va a aprender cómo soy jamás. Estamos separados por océanos de incomprensión. Hay una sola vida y no tengo ganas de perderla interesándome por usted.
El otro día vi que por fin se atrevía a comentarme algo. Se acercó y me dijo algo que olvidé al instante. Justo en ese momento mi pensamiento voló en otra dirección. Quién se ha creído usted que soy. Quién se ha creído usted que es. Intentar captar mi atención y comunicarme algo. A mí. No se lo crea. No se lo crea ni un solo segundo. Yo tengo mil cosas por hacer. Mil cosas por contar. Mil personas a las que escuchar.
Me conocen en todas partes. Voy por la calle y me saluda un montón de gente. A veces me gusta comparar cuánta gente me saluda a mí y cuánta gente saluda a quién va conmigo. Cuando saludan a la otra persona, la mido, la peso, la evalúo. No merece la pena que me salude. No sabe usted con quién está hablando. Debería usted saber que hablar conmigo rejuvenece, reconstituye, reafirma, reconforta. Hace mejor. Usted sabe quién soy yo. Usted me conoce. No hace falta decir nada más.
Saben todos que no soy persona de querer darme pisto, pero hace unos días que ando algo preocupado. Noto que mi popularidad está disminuyendo. Cómo puede ser. No he tenido fallos garrafales, no he dejado de estar ahí, pero noto que ya no soy el que era. La calidad de los saludos, el tiempo dedicado a preguntarme por cosas, esos momentos que se pierden de charla insustancial con alguien más por el placer de codearte que por lo que realmente te está aportando esa conversación. Ya no me pasa. Noto que soy yo el que busca, el que reclama, por favor, soy yo, es que nadie se está dando cuenta de que sigo siendo yo y que estoy aquí...
Estoy aquí, no me he ido en ningún momento, no me digas que pensabas que me había ido. Llevo aquí todo el rato y no me has dicho nado. Te has hecho el loco y no me has saludado cuando has entrado. He tenido que ir yo a decirte hola. Qué pasa. Qué te pasa. Qué te he hecho. Me conoces desde siempre y ahora me rehuyes. Por qué. No me lo merezco, siempre he sido el mismo.
Hay mil dudas por resolver sobre la identidad. Mil problemas que quedan sin respuesta. Quiénes somos. Quién eres tú. Porqué debería importarnos lo que piensas tú. Nos importa lo que piensas, lo que comes, las veces que comes, las veces que contestas a preguntas sobre lo que comes. Queremos saber más sobre ti. Te está aburriendo esto. Te estás poniendo malo. De qué color son tus heces. Cuánto rato puedes estar pensando en mi. Cuánto tiempo puedes estar sin verme. Me necesitas. Desde que me conoces, eres otra persona.
Tienes mi número, ya me conoces.
Vuelo alto, como un gavilán. Ya sabes. No me detengo ante nada. Conozco todos los trucos, he ido a todos los sitios, te he engañado antes.
El otro día vi que por fin se atrevía a comentarme algo. Se acercó y me dijo algo que olvidé al instante. Justo en ese momento mi pensamiento voló en otra dirección. Quién se ha creído usted que soy. Quién se ha creído usted que es. Intentar captar mi atención y comunicarme algo. A mí. No se lo crea. No se lo crea ni un solo segundo. Yo tengo mil cosas por hacer. Mil cosas por contar. Mil personas a las que escuchar.
Me conocen en todas partes. Voy por la calle y me saluda un montón de gente. A veces me gusta comparar cuánta gente me saluda a mí y cuánta gente saluda a quién va conmigo. Cuando saludan a la otra persona, la mido, la peso, la evalúo. No merece la pena que me salude. No sabe usted con quién está hablando. Debería usted saber que hablar conmigo rejuvenece, reconstituye, reafirma, reconforta. Hace mejor. Usted sabe quién soy yo. Usted me conoce. No hace falta decir nada más.
Saben todos que no soy persona de querer darme pisto, pero hace unos días que ando algo preocupado. Noto que mi popularidad está disminuyendo. Cómo puede ser. No he tenido fallos garrafales, no he dejado de estar ahí, pero noto que ya no soy el que era. La calidad de los saludos, el tiempo dedicado a preguntarme por cosas, esos momentos que se pierden de charla insustancial con alguien más por el placer de codearte que por lo que realmente te está aportando esa conversación. Ya no me pasa. Noto que soy yo el que busca, el que reclama, por favor, soy yo, es que nadie se está dando cuenta de que sigo siendo yo y que estoy aquí...
Estoy aquí, no me he ido en ningún momento, no me digas que pensabas que me había ido. Llevo aquí todo el rato y no me has dicho nado. Te has hecho el loco y no me has saludado cuando has entrado. He tenido que ir yo a decirte hola. Qué pasa. Qué te pasa. Qué te he hecho. Me conoces desde siempre y ahora me rehuyes. Por qué. No me lo merezco, siempre he sido el mismo.
Hay mil dudas por resolver sobre la identidad. Mil problemas que quedan sin respuesta. Quiénes somos. Quién eres tú. Porqué debería importarnos lo que piensas tú. Nos importa lo que piensas, lo que comes, las veces que comes, las veces que contestas a preguntas sobre lo que comes. Queremos saber más sobre ti. Te está aburriendo esto. Te estás poniendo malo. De qué color son tus heces. Cuánto rato puedes estar pensando en mi. Cuánto tiempo puedes estar sin verme. Me necesitas. Desde que me conoces, eres otra persona.
Tienes mi número, ya me conoces.
Vuelo alto, como un gavilán. Ya sabes. No me detengo ante nada. Conozco todos los trucos, he ido a todos los sitios, te he engañado antes.
miércoles, 10 de julio de 2019
El misterio de la pintada de la calle Prat de la Riba
¿Se acuerda alguien de la Crisis? Un día nos dijeron que la crisis ya no porque los indicadores macroeconómicos patatín patatán y empezamos a decir todos, no, si ya se nota que la cosa va algo mejor. Y así es como se acabó la crisis. Es otra calle, la calle Lluís Companys. En la calle Lluís Companys dos pancartas de esas grandes que anuncian cosas nos dicen que el histórico edificio de la Tressens y el histórico edificio donde ahora estaba el CESMA, van a pasar a ser pisos buenos buenos que comprará pues el que pueda. La crisis.
Hay una pintada en la entrada de un garaje en la calle Prat de la Riba. Entre la calle Baleares y la calle Wilson. Merry Crisis. Esa pintada debe llevar tiempo ahí y no deben haber sido pocas las tentaciones de pintar la pared para taparla. Merry Crisis, una pintada una pared que nos recuerda que, hubo una vez que, bajo la excusa de nosequé chanchullos financieros y que habíamos provocado en cierto modo nosotros por haber querido vivir por encima de nuestras posibilidades, retrocedimos en derechos y libertades de una manera atroz y lo aceptamos con más o menos resignación o pataleo. La crisis. Despidos, bajadas de sueldos, eros, eres, familias sin poder pagar el piso, desahucios, etc.
Hoy, con el Instagram y la maravilla de cosas estupendas que hacemos y que nos ponen al nivel de personas de un nivel adquisitivo que para nada hace pensar en los demás que podamos ser clase trabajadora, clase popular o algo, hemos olvidado todo eso, pero esa pintada en la calle Prat de la Riba... Esa pintada en la calle Prat de la Riba. Es como una puerta al pasado. Como una puerta que se abre en nuestra conciencia o bien en otro plano dimensional. Si es en nuestra conciencia, esa puerta nos está diciendo que hubo un tiempo que queremos olvidar y que posiblemente un día, y ese día no llegará nunca, ese día puede que vuelva.
Si no es en la conciencia y es en un plano dimensional, ese parking debe esconder algo. La puerta de entrada a otro mundo en el que la crisis sigue ahí. Una especie de mundo paralelo al nuestro en el que la crisis continúa abierta. La crisis. La crisis económica. La crisis. Persianas cerradas. No podemos pagar. Hay que ajustarse el cinturón y bajarse el sueldo. Hay que hacer más horas. Os vamos a tener que echar a la mitad. Vamos a tener que doblar los turnos. Estamos pensando en que la empresa nos la vamos a tener que llevar a... Mira, la empresa no puede pagar más. La crisis. Es que claro, la gente quiere ganar y no trabajar. Claro es que la gente. La gente y la crisis.
La crisis. Una ciudad que sigue siendo la más pobre de Catalunya pero que no se puede decir. Y es un dato que nadie quiere escuchar. Porque ya no estamos en crisis. No se puede. No es verdad. Siempre poniendo lo negativo por delante. La crisis.
Un mundo paralelo abriendo el parking. Un mundo paralelo que nos señala esa pintada en azul con fondo amarillo. Un mundo en el que un grupo de gente se cuestiona el orden existente y empieza a decir que según quién ya no le representa. Un mundo en el que mucha gente se da cuenta de que unos y otros representantes políticos en realidad no ofrecen mayores soluciones para su futuro que ir tirando y ya se verá si nos portamos bien lo que pasa. Un mundo en el que no se frena. Un mundo en el que mucha gente tiene miedo a perder eso que le habían dicho que era. Un mundo en el que tampoco sabemos encontrar el camino ni la solución.
Merry Crisis.
Ya nadie está en crisis. Todo funciona nuevamente a la perfección y los pueblos y ciudades de nuestro alrededor están otra vez recuperando la confianza. Todo vuelve a estar en orden.
Pero esa pintada. Esa pintada porqué sigue ahí. Cómo puede ser. A santo de qué.
Porqué no deja de molestarnos de una vez.
Hay una pintada en la entrada de un garaje en la calle Prat de la Riba. Entre la calle Baleares y la calle Wilson. Merry Crisis. Esa pintada debe llevar tiempo ahí y no deben haber sido pocas las tentaciones de pintar la pared para taparla. Merry Crisis, una pintada una pared que nos recuerda que, hubo una vez que, bajo la excusa de nosequé chanchullos financieros y que habíamos provocado en cierto modo nosotros por haber querido vivir por encima de nuestras posibilidades, retrocedimos en derechos y libertades de una manera atroz y lo aceptamos con más o menos resignación o pataleo. La crisis. Despidos, bajadas de sueldos, eros, eres, familias sin poder pagar el piso, desahucios, etc.
Hoy, con el Instagram y la maravilla de cosas estupendas que hacemos y que nos ponen al nivel de personas de un nivel adquisitivo que para nada hace pensar en los demás que podamos ser clase trabajadora, clase popular o algo, hemos olvidado todo eso, pero esa pintada en la calle Prat de la Riba... Esa pintada en la calle Prat de la Riba. Es como una puerta al pasado. Como una puerta que se abre en nuestra conciencia o bien en otro plano dimensional. Si es en nuestra conciencia, esa puerta nos está diciendo que hubo un tiempo que queremos olvidar y que posiblemente un día, y ese día no llegará nunca, ese día puede que vuelva.
Si no es en la conciencia y es en un plano dimensional, ese parking debe esconder algo. La puerta de entrada a otro mundo en el que la crisis sigue ahí. Una especie de mundo paralelo al nuestro en el que la crisis continúa abierta. La crisis. La crisis económica. La crisis. Persianas cerradas. No podemos pagar. Hay que ajustarse el cinturón y bajarse el sueldo. Hay que hacer más horas. Os vamos a tener que echar a la mitad. Vamos a tener que doblar los turnos. Estamos pensando en que la empresa nos la vamos a tener que llevar a... Mira, la empresa no puede pagar más. La crisis. Es que claro, la gente quiere ganar y no trabajar. Claro es que la gente. La gente y la crisis.
La crisis. Una ciudad que sigue siendo la más pobre de Catalunya pero que no se puede decir. Y es un dato que nadie quiere escuchar. Porque ya no estamos en crisis. No se puede. No es verdad. Siempre poniendo lo negativo por delante. La crisis.
Un mundo paralelo abriendo el parking. Un mundo paralelo que nos señala esa pintada en azul con fondo amarillo. Un mundo en el que un grupo de gente se cuestiona el orden existente y empieza a decir que según quién ya no le representa. Un mundo en el que mucha gente se da cuenta de que unos y otros representantes políticos en realidad no ofrecen mayores soluciones para su futuro que ir tirando y ya se verá si nos portamos bien lo que pasa. Un mundo en el que no se frena. Un mundo en el que mucha gente tiene miedo a perder eso que le habían dicho que era. Un mundo en el que tampoco sabemos encontrar el camino ni la solución.
Merry Crisis.
Ya nadie está en crisis. Todo funciona nuevamente a la perfección y los pueblos y ciudades de nuestro alrededor están otra vez recuperando la confianza. Todo vuelve a estar en orden.
Pero esa pintada. Esa pintada porqué sigue ahí. Cómo puede ser. A santo de qué.
Porqué no deja de molestarnos de una vez.
martes, 9 de julio de 2019
Somos la izquierda
Antes de empezar a criticar por criticar. Yo cada vez que escuchaba ese discurso, desde las elecciones mismas, de querer entrar en el gobierno con el PSOE, es que se me ponían los pelos así. Pensaba, qué listo debe de ser el Pablo este, que se pone ahí en bandeja, pero en bandeja del todo. Cada vez más. En bandeja total. Del palo, Catalunya, pues catalunya, lo que quieras. Todo. Y toda la verdadera izquierda tan buena llorando y diciendo que fíjate, por un plato de lentejas, el vendido, qué pena para la izquierda. Somos la izquierda. Las críticas siempre para nosotros, que somos el verdadero enemigo de esa gente tan buena.
Y pensaba, pero qué hace, poniéndose tan a huevo. Si los socialistas no van a querer jamás, nunca, en la vida, never, que entremos en un gobierno con ellos. Jamás. Cuota de pantalla, jamás. Protagonismo, jamás. Nunca. Que les votemos todo a favor, sí. Que les hagamos el curro, como siempre, pues claro. Que les señalemos las cosas que tendrían que mejorar y ellos majestuosamente nos hacen caso, o no, pues cómo no. Pero eso de estar en el gobierno juntos, eso sí que no.
Y parece que va a ser así.
Hoy parece ser que se han roto las conversaciones. No te puedes fiar. El rollo debe ser el siguiente. Vosotros me lo votáis todo, la investidura, todo, me hacéis quedar como muy de izquierdas porque 'cooperáis' con nosotros, pero en realidad sois una comparsa amigable. Desde luego, más listos y preparados que los socialistas españoles no los encontraréis.
Ni los franceses, ni los ingleses, ni los italianos si hay, ni los alemanes siquiera. No son tan listos como los socialistas españoles. Sobre la otra izquierda, sobre nosotros.
No sé cómo va la vaina en otros sitios, pero en Grecia hemos perdido.
Hemos perdido también para ti, que estás al borde de lanzarte a un proceso revolucionario y constituyente y federal. Para ti que estás siempre dispuesto a romper con el euro. Para ti, que piensas que está tirado. Para ti que te crees que no se ha gobernado para el pueblo. Hemos perdido Grecia. Pero con la cabeza alta y haciendo lo que se tiene que hacer. Ahora bien, si tienes toneladas de caspa encima como el KKE, naturalmente que tu mundo es otro.
Aquí, por lo pronto, no se sabe qué va a pasar.
No sé si habrá elecciones otra vez. No me atrevo. No sé si le interesa a alguien de verdad. Le puede interesar al PSOE quizás. Y acabar de limpiar por la izquierda. No se a quién más.
El PSOE. Otra vez. Siempre ganan. Son la izquierda durante unos meses, pocos, antes de las elecciones. Durante. Y luego, y lo hacen una y otra vez, siempre, continuamente. Y te la cuelan, una y otra vez. Mil veces.
PSOE. Con sus medios de comunicación siempre fieles incluso cuando parece que son críticos. Interesamos mientras somos muletas. Si no, se enfadan.
Ya pasó hace pocos años que nos echaron la culpa de mil cosas. Siempre nos la hechan.
Porque efectivamente, nosotros somos la izquierda.
Y pensaba, pero qué hace, poniéndose tan a huevo. Si los socialistas no van a querer jamás, nunca, en la vida, never, que entremos en un gobierno con ellos. Jamás. Cuota de pantalla, jamás. Protagonismo, jamás. Nunca. Que les votemos todo a favor, sí. Que les hagamos el curro, como siempre, pues claro. Que les señalemos las cosas que tendrían que mejorar y ellos majestuosamente nos hacen caso, o no, pues cómo no. Pero eso de estar en el gobierno juntos, eso sí que no.
Y parece que va a ser así.
Hoy parece ser que se han roto las conversaciones. No te puedes fiar. El rollo debe ser el siguiente. Vosotros me lo votáis todo, la investidura, todo, me hacéis quedar como muy de izquierdas porque 'cooperáis' con nosotros, pero en realidad sois una comparsa amigable. Desde luego, más listos y preparados que los socialistas españoles no los encontraréis.
Ni los franceses, ni los ingleses, ni los italianos si hay, ni los alemanes siquiera. No son tan listos como los socialistas españoles. Sobre la otra izquierda, sobre nosotros.
No sé cómo va la vaina en otros sitios, pero en Grecia hemos perdido.
Hemos perdido también para ti, que estás al borde de lanzarte a un proceso revolucionario y constituyente y federal. Para ti que estás siempre dispuesto a romper con el euro. Para ti, que piensas que está tirado. Para ti que te crees que no se ha gobernado para el pueblo. Hemos perdido Grecia. Pero con la cabeza alta y haciendo lo que se tiene que hacer. Ahora bien, si tienes toneladas de caspa encima como el KKE, naturalmente que tu mundo es otro.
Aquí, por lo pronto, no se sabe qué va a pasar.
No sé si habrá elecciones otra vez. No me atrevo. No sé si le interesa a alguien de verdad. Le puede interesar al PSOE quizás. Y acabar de limpiar por la izquierda. No se a quién más.
El PSOE. Otra vez. Siempre ganan. Son la izquierda durante unos meses, pocos, antes de las elecciones. Durante. Y luego, y lo hacen una y otra vez, siempre, continuamente. Y te la cuelan, una y otra vez. Mil veces.
PSOE. Con sus medios de comunicación siempre fieles incluso cuando parece que son críticos. Interesamos mientras somos muletas. Si no, se enfadan.
Ya pasó hace pocos años que nos echaron la culpa de mil cosas. Siempre nos la hechan.
Porque efectivamente, nosotros somos la izquierda.
lunes, 8 de julio de 2019
Viva la Revolución
Dirás que ahora le llamamos revolución a cualquier cosa, pero lo que está consiguiendo el movimiento feminista, los movimientos feministas, en los últimos años es una verdadera revolución.
Y una revolución que provoca cambios. Cambios tan importantes que quienes tienen capacidad de hacer negocio con lo que sea han decidido que el feminismo, que la mujer, que la mujer empoderada, que la mujer protagonista, es negocio también.
Este último mes se ha jugado en Francia el Mundial de Fútbol femenino. Hace cuatro años no recuerdo que televisaran los partidos. Posiblemente lo hicieran. No me enteré. Este año he visto muchos partidos, creo que he visto más partidos del mundial femenino que los que vi del masculino. Una cadena de televisión, Gol Tv, ha dado todos los partidos. En muchos casos solo con mujeres comentaristas. Ex jugadoras y periodistas. Finalmente ayer se jugó la final entre Holanda y Estados Unidos que ganó el conjunto americano por dos goles a cero, cumpliendo los pronósticos que ya la daban por favorita antes de empezar. Particularmente yo iba con Japón. Creo que fue el año pasado cuando se jugó la final sub 21 que ganó Japón y me flipó cómo jugaban. A Japón se la cargó en este mundial Holanda en un partido en el que las japonesas bailaron a las naranjas, pero se adornaron demasiado y al final Holanda las remató.
Un mundial que es una revolución. Una revolución que provoca cambios. Durante este mundial, saltó la noticia de que el Real Madrid decidía entrar en la liga femenina de fútbol española comprando la plaza de otro equipo. Hasta este año, el Real Madrid no había entrado en el fútbol femenino básicamente porque no le daba la gana. Ya estaban pioneros como el Athletic Club, el Espanyol, el Barça, potencias como el Atlético de Madrid... pero el Real Madrid, hasta que no ha visto que era un negocio rentable, no ha entrado. Por un lado es asqueroso que el primer equipo del país no tuviera equipo de fútbol femenino, o que parece que la liga exista a partir de este hecho, pero el tema es que finalmente, algo está cambiando para que incluso ellos entren en el negocio. Porque hay negocio.
Hay negocio, hay interés.
Personas que jamás habrían visto ni diez minutos de un partido de fútbol del mundial masculino se han enganchado al mundial femenino. No soy capaz de describir (no puedo) lo que deben sentir mujeres que jamás vieron un partido de fútbol cuando ven a mujeres correr, saltar, chutar, regatear, golpear, caer, reír, llorar, protestar en un terreno que parecía vedado y que era cosa de hombres.
Los comentarios de las periodistas y ex jugadoras o jugadoras en activo incidían en la dificultad y el valor de lo que estaba pasando. No se entrena regularmente, las porteras no tenían entrenadoras de porteras, en algunos países, como Holanda mismo, la liga es muy reciente. Los contratos son...
Ayer mismo, cuando Estados Unidos levantaba la copa de ganadoras, el público norteamericano gritaba 'equal pay'. Igual salario. La jugadora brasileña Marta al acabar un partido que supone la eliminación de Brasil, se dirige a la cámara fuera de sí para decirle a las niñas que valoren lo que hay ahora y que se esfuercen, que entrenen, que entrenen.
Mientras, ayer mismo, Brasil masculino ganaba la final de la Copa América y se hacía la foto con el fascista de Bolsonaro.
Mientras, Megan Rapinoe, la capitana de los Estados Unidos, levantaba la copa después de haber anunciado que ella no iría a la Puta Casa Blanca a saludar a Trump y reivindicaba su homosexualidad.
Otra cosa. Parece que las futbolistas tienen la 'obligación' de certificar su condición sexual, que parece que está confirmando el cliché. Si juega a fútbol es porque es... y por eso se acepta con normalidad que digan que... dilo. Algo que claro, no ocurre en el fútbol masculino donde todo el mundo es... dilo. Parece que se asume que en el deporte femenino se tiene derecho, por no decir la obligación de ser contestatario, rebelde, antisistema. Y mola. Y mola porque eso es una revolución. Una revolución que da mil vueltas a otras revoluciones.
Lo triste es que en el fútbol masculino, por no decir en el deporte masculino, se asuma que los deportistas son melones, ceros, nada, que pueden posar con Bolsonaro con cara de gilipollas porque bueno, son gilipollas.
Megan Rapinoe es una extremo derecha con una pierna que es un guante. Ayer marcó de penal pero se marcó un par de centros tremendos. Increíbles. Es la jugadora icónica del mundial. Pero en la foto aparece Morgan, una delantero centro de las de armas tomar. Y hay más. La delantero centro de Inglaterra, White, una nueve inmensa. O Kirby, una diez bestial. O las suecas jugando como si todas fueran la misma jugadora. O las españolas, con la athleticzale Irene Paredes, la más athleticzale Lucía García. Tiro para casa.
Y la Rapinoe. Que junto a todo eso es que habla y no tiene miedo. Una revolución. Sin partidos solidarios, sin caridad, sin organizaciones benéficas. De cara.
Ojo. Una hora después, las mujeres disputaban también la final del Europeo femenino. Pero de Baloncesto. Y el baloncesto, como otros deportes, como el balonmano, o el hoquei, los damos por descontados. Las españolas han ganado de veinte a las francesas y lo han celebrado como siempre bailando el vals del obrero de Ska-p. Somos la revolución.
Lo que importa es el fútbol.
La camiseta de Nike más vendida en toda la temporada ha sido la del femenino de fútbol de Estados Unidos. Más que cualquiera de cualquier equipo masculino o femenino.
El fútbol es el deporte universal. Y lo que ha pasado en estos días es una revolución. El fútbol no es una cuestión de vida o muerte, es algo más importante. Eso decía el mítico Bill Shankly. Pues eso.
Y una revolución que provoca cambios. Cambios tan importantes que quienes tienen capacidad de hacer negocio con lo que sea han decidido que el feminismo, que la mujer, que la mujer empoderada, que la mujer protagonista, es negocio también.
Este último mes se ha jugado en Francia el Mundial de Fútbol femenino. Hace cuatro años no recuerdo que televisaran los partidos. Posiblemente lo hicieran. No me enteré. Este año he visto muchos partidos, creo que he visto más partidos del mundial femenino que los que vi del masculino. Una cadena de televisión, Gol Tv, ha dado todos los partidos. En muchos casos solo con mujeres comentaristas. Ex jugadoras y periodistas. Finalmente ayer se jugó la final entre Holanda y Estados Unidos que ganó el conjunto americano por dos goles a cero, cumpliendo los pronósticos que ya la daban por favorita antes de empezar. Particularmente yo iba con Japón. Creo que fue el año pasado cuando se jugó la final sub 21 que ganó Japón y me flipó cómo jugaban. A Japón se la cargó en este mundial Holanda en un partido en el que las japonesas bailaron a las naranjas, pero se adornaron demasiado y al final Holanda las remató.
Un mundial que es una revolución. Una revolución que provoca cambios. Durante este mundial, saltó la noticia de que el Real Madrid decidía entrar en la liga femenina de fútbol española comprando la plaza de otro equipo. Hasta este año, el Real Madrid no había entrado en el fútbol femenino básicamente porque no le daba la gana. Ya estaban pioneros como el Athletic Club, el Espanyol, el Barça, potencias como el Atlético de Madrid... pero el Real Madrid, hasta que no ha visto que era un negocio rentable, no ha entrado. Por un lado es asqueroso que el primer equipo del país no tuviera equipo de fútbol femenino, o que parece que la liga exista a partir de este hecho, pero el tema es que finalmente, algo está cambiando para que incluso ellos entren en el negocio. Porque hay negocio.
Hay negocio, hay interés.
Personas que jamás habrían visto ni diez minutos de un partido de fútbol del mundial masculino se han enganchado al mundial femenino. No soy capaz de describir (no puedo) lo que deben sentir mujeres que jamás vieron un partido de fútbol cuando ven a mujeres correr, saltar, chutar, regatear, golpear, caer, reír, llorar, protestar en un terreno que parecía vedado y que era cosa de hombres.
Los comentarios de las periodistas y ex jugadoras o jugadoras en activo incidían en la dificultad y el valor de lo que estaba pasando. No se entrena regularmente, las porteras no tenían entrenadoras de porteras, en algunos países, como Holanda mismo, la liga es muy reciente. Los contratos son...
Ayer mismo, cuando Estados Unidos levantaba la copa de ganadoras, el público norteamericano gritaba 'equal pay'. Igual salario. La jugadora brasileña Marta al acabar un partido que supone la eliminación de Brasil, se dirige a la cámara fuera de sí para decirle a las niñas que valoren lo que hay ahora y que se esfuercen, que entrenen, que entrenen.
Mientras, ayer mismo, Brasil masculino ganaba la final de la Copa América y se hacía la foto con el fascista de Bolsonaro.
Mientras, Megan Rapinoe, la capitana de los Estados Unidos, levantaba la copa después de haber anunciado que ella no iría a la Puta Casa Blanca a saludar a Trump y reivindicaba su homosexualidad.
Otra cosa. Parece que las futbolistas tienen la 'obligación' de certificar su condición sexual, que parece que está confirmando el cliché. Si juega a fútbol es porque es... y por eso se acepta con normalidad que digan que... dilo. Algo que claro, no ocurre en el fútbol masculino donde todo el mundo es... dilo. Parece que se asume que en el deporte femenino se tiene derecho, por no decir la obligación de ser contestatario, rebelde, antisistema. Y mola. Y mola porque eso es una revolución. Una revolución que da mil vueltas a otras revoluciones.
Lo triste es que en el fútbol masculino, por no decir en el deporte masculino, se asuma que los deportistas son melones, ceros, nada, que pueden posar con Bolsonaro con cara de gilipollas porque bueno, son gilipollas.
Megan Rapinoe es una extremo derecha con una pierna que es un guante. Ayer marcó de penal pero se marcó un par de centros tremendos. Increíbles. Es la jugadora icónica del mundial. Pero en la foto aparece Morgan, una delantero centro de las de armas tomar. Y hay más. La delantero centro de Inglaterra, White, una nueve inmensa. O Kirby, una diez bestial. O las suecas jugando como si todas fueran la misma jugadora. O las españolas, con la athleticzale Irene Paredes, la más athleticzale Lucía García. Tiro para casa.
Y la Rapinoe. Que junto a todo eso es que habla y no tiene miedo. Una revolución. Sin partidos solidarios, sin caridad, sin organizaciones benéficas. De cara.
Ojo. Una hora después, las mujeres disputaban también la final del Europeo femenino. Pero de Baloncesto. Y el baloncesto, como otros deportes, como el balonmano, o el hoquei, los damos por descontados. Las españolas han ganado de veinte a las francesas y lo han celebrado como siempre bailando el vals del obrero de Ska-p. Somos la revolución.
Lo que importa es el fútbol.
La camiseta de Nike más vendida en toda la temporada ha sido la del femenino de fútbol de Estados Unidos. Más que cualquiera de cualquier equipo masculino o femenino.
El fútbol es el deporte universal. Y lo que ha pasado en estos días es una revolución. El fútbol no es una cuestión de vida o muerte, es algo más importante. Eso decía el mítico Bill Shankly. Pues eso.
domingo, 7 de julio de 2019
Iniciativa
Cuando estudiaba periodismo, en el último año, hacíamos el trabajo de final de carrera o las prácticas en la facultad, los que no dábamos para hacerlas fuera o bien los que ya trabajaban fuera y hacían las prácticas dentro para no perder el tiempo. Fue el año 1997 creo. El año en el que Iniciativa rompía con Izquierda Unida. Yo era periodista y era votante. No entendía nada. Me tocó entrevistar a Jordi Guillot que me lo explicó. Seguía sin entenderlo. Hoy lo entiendo. Hoy lo entiendo todo ya.
Ayer Iniciativa per Catalunya Verds anunciaba un concurso de acreedores y su disolución. La marca muere pero seguro que la organización pervive con otro nombre. Vivimos tiempos extraños para los que venimos de la misma familia política, la del PSUC. Tiempos de recomposición, de desaparición, de fugas o de reagrupamientos, de disolución o reafirmación.
Cuando IC se separó de IU yo elegí EUiA. Cuando en unas elecciones autonómicas si no recuerdo, la gente de IC decidió presentarse en las listas del PSC, cuando ocurrió aquello de los Ciutadans pel Canvi. No lo entendí. Tampoco compartía lo del ecosocialismo, lo de lo verde como el nuevo foco sobre el que poner la actividad política. Me parecía que era una manera de escapar, de abandonar la lucha. Recuerdo que no entendía cómo gente que me parecía mítica de los tiempos del PSUC colomense podía comulgar con todo aquello. Cómo se podía dejar de ser comunista, cómo se podía convertir uno en verde siendo lo verde tan así, tan poco consistente. Yo tenía veintipocos años.
Iniciativa desaparece pero todo apunta a que volverán como otra organización ecosocialista.
¿Qué era Iniciativa? El PSUC y su dirección van adoptando la idea de que ni siquiera el eurocomunismo es ya viable. Es el momento de adaptarse o avanzarse a algo diferente, volviendo a reagrupar si es posible a todas las familias perdidas en el camino. La cosa no cuaja, pero cuaja un poco. El PSUC acaba desapareciendo congelado y solo pervive Iniciativa. Un partido. Pero no todo el mundo lo comparte, no todo el mundo comparte tener una línea separada y tan separada de una IU que quiere hacer algo parecido pero no, porque el PCE no desaparece, no todo el mundo quiere desaparecer, no todo el mundo quiere dejar de ser lo que es. Y así pasa lo que pasa. Surgimos nosotros, surgirán tantas cosas.
Por muy mal que haya hecho las cosas Iniciativa, por muy equivocada que haya sido su política (que en EUiA hemos compartido con la boca chica o abierta desde casi el año siguiente de romper), el hecho de haberse convertido desde el principio de los tiempos en el enemigo público de la derecha (creo que la gente no sabe ni siquiera que existimos y cuando hablan de Iniciativa, nos incluyen a toos), y de esa extrema izquierda que ve en Iniciativa y por extensión en el PSUC al enemigo principal, al enemigo primero, al enemigo que tiene más cerca, también de los socialistas que ven a este espacio como el enemigo a eliminar o como mucho enemigo a domesticar, enemigo útil porque colabora, porque trabaja, porque ay, qué tiempos aquellos cuando Iniciativa era...
Cuando todo eso pasa, uno no puede por menos que considerar a la Pepi, al Perea, a la Loli, al Lluís, al Jon, a la Marga, al Salva, al Chema, como compañeros y compañeras.
Y también sabe uno que no son unos santos. Que las relaciones en una coalición como esta y como sigue siendo no son fáciles. Y que cada uno arrima el ascua a su sardina. Siempre.
Pero cuando uno sigue viendo la animadversión profunda que genera un espacio como el de los Comunes entre todos estos actores que confluyen en lo principal, terminar con nosotros, y se esgrime el argumento de que Iniciativa es... no aprendemos nada.
Iniciativa desaparece principalmente por temas económicos.
Nosotros, en la acera de al lado, nos vemos en un momento en el que no sabemos qué va a ser de nosotros. Si estamos continuando, si merece la pena continuar, si merecerá la pena seguir con otro nombre y con otras condiciones.
A veces uno piensa que lo más sencillo sería la reunificación, de alguna manera, la desaparición colectiva en lo nuevo, en los Comunes. Pero la gente pone caras. No es posible. Es necesario mantener cada uno su singularidad y pervivir dento de... no creo que sea la solución. Pero ahí estamos.
El otro día fui a la cena del Ateneu. Me senté en la mesa con la Loli, la Marga, la Pepi... las de Iniciativa. El Salva Bolancer que jamás nunca ha sido de Iniciativa, me dio pinchos para que no me comiera el bocata de pinchos. Todos sentados juntos. Años y décadas de compartir muchas cosas. Y sin embargo, separados.
Nunca fui de Iniciativa, nunca seré ya de Iniciativa, aunque haber considerado a los Iniciados como compañeros y compañeras te cueste ser considerado sospechoso.
Ha sido un orgullo tener a los compañeros y compañeros iniciados al lado. Y estos días deben estar siendo jodidos para muchos. También de alegría para otros. Y también los hay que consideran que no hay que hacer tanto drama. Que esto no para.
Porque esto no se acaba nunca. Hay que seguir.
Con iniciativa o sin ella.
Ayer Iniciativa per Catalunya Verds anunciaba un concurso de acreedores y su disolución. La marca muere pero seguro que la organización pervive con otro nombre. Vivimos tiempos extraños para los que venimos de la misma familia política, la del PSUC. Tiempos de recomposición, de desaparición, de fugas o de reagrupamientos, de disolución o reafirmación.
Cuando IC se separó de IU yo elegí EUiA. Cuando en unas elecciones autonómicas si no recuerdo, la gente de IC decidió presentarse en las listas del PSC, cuando ocurrió aquello de los Ciutadans pel Canvi. No lo entendí. Tampoco compartía lo del ecosocialismo, lo de lo verde como el nuevo foco sobre el que poner la actividad política. Me parecía que era una manera de escapar, de abandonar la lucha. Recuerdo que no entendía cómo gente que me parecía mítica de los tiempos del PSUC colomense podía comulgar con todo aquello. Cómo se podía dejar de ser comunista, cómo se podía convertir uno en verde siendo lo verde tan así, tan poco consistente. Yo tenía veintipocos años.
Iniciativa desaparece pero todo apunta a que volverán como otra organización ecosocialista.
¿Qué era Iniciativa? El PSUC y su dirección van adoptando la idea de que ni siquiera el eurocomunismo es ya viable. Es el momento de adaptarse o avanzarse a algo diferente, volviendo a reagrupar si es posible a todas las familias perdidas en el camino. La cosa no cuaja, pero cuaja un poco. El PSUC acaba desapareciendo congelado y solo pervive Iniciativa. Un partido. Pero no todo el mundo lo comparte, no todo el mundo comparte tener una línea separada y tan separada de una IU que quiere hacer algo parecido pero no, porque el PCE no desaparece, no todo el mundo quiere desaparecer, no todo el mundo quiere dejar de ser lo que es. Y así pasa lo que pasa. Surgimos nosotros, surgirán tantas cosas.
Por muy mal que haya hecho las cosas Iniciativa, por muy equivocada que haya sido su política (que en EUiA hemos compartido con la boca chica o abierta desde casi el año siguiente de romper), el hecho de haberse convertido desde el principio de los tiempos en el enemigo público de la derecha (creo que la gente no sabe ni siquiera que existimos y cuando hablan de Iniciativa, nos incluyen a toos), y de esa extrema izquierda que ve en Iniciativa y por extensión en el PSUC al enemigo principal, al enemigo primero, al enemigo que tiene más cerca, también de los socialistas que ven a este espacio como el enemigo a eliminar o como mucho enemigo a domesticar, enemigo útil porque colabora, porque trabaja, porque ay, qué tiempos aquellos cuando Iniciativa era...
Cuando todo eso pasa, uno no puede por menos que considerar a la Pepi, al Perea, a la Loli, al Lluís, al Jon, a la Marga, al Salva, al Chema, como compañeros y compañeras.
Y también sabe uno que no son unos santos. Que las relaciones en una coalición como esta y como sigue siendo no son fáciles. Y que cada uno arrima el ascua a su sardina. Siempre.
Pero cuando uno sigue viendo la animadversión profunda que genera un espacio como el de los Comunes entre todos estos actores que confluyen en lo principal, terminar con nosotros, y se esgrime el argumento de que Iniciativa es... no aprendemos nada.
Iniciativa desaparece principalmente por temas económicos.
Nosotros, en la acera de al lado, nos vemos en un momento en el que no sabemos qué va a ser de nosotros. Si estamos continuando, si merece la pena continuar, si merecerá la pena seguir con otro nombre y con otras condiciones.
A veces uno piensa que lo más sencillo sería la reunificación, de alguna manera, la desaparición colectiva en lo nuevo, en los Comunes. Pero la gente pone caras. No es posible. Es necesario mantener cada uno su singularidad y pervivir dento de... no creo que sea la solución. Pero ahí estamos.
El otro día fui a la cena del Ateneu. Me senté en la mesa con la Loli, la Marga, la Pepi... las de Iniciativa. El Salva Bolancer que jamás nunca ha sido de Iniciativa, me dio pinchos para que no me comiera el bocata de pinchos. Todos sentados juntos. Años y décadas de compartir muchas cosas. Y sin embargo, separados.
Nunca fui de Iniciativa, nunca seré ya de Iniciativa, aunque haber considerado a los Iniciados como compañeros y compañeras te cueste ser considerado sospechoso.
Ha sido un orgullo tener a los compañeros y compañeros iniciados al lado. Y estos días deben estar siendo jodidos para muchos. También de alegría para otros. Y también los hay que consideran que no hay que hacer tanto drama. Que esto no para.
Porque esto no se acaba nunca. Hay que seguir.
Con iniciativa o sin ella.
viernes, 5 de julio de 2019
Baal
En el año 32.000 nos darán igual un montón de cosas. En ese tiempo no nos acordaremos de lo que somos hoy. Y posiblemente hayamos creado condiciones diversas para vivir en la tierra como en el cielo. Y no tengamos ni la mitad de problemas que tenemos ahora. Incluso puede que hayamos redefinido los conceptos y no sepamos lo que era detrás, progreso, mañana, futuro, peor, estupendo, dios. En el año 32.000 habremos ido y habremos vuelto más de una vez. Seremos o no seremos. Me imagino que estaremos como ahora pero los computadores serán mejores. El progreso será otra cosa. No nos agobiaremos con problemas de carga y ya iremos de serie equipados con todo. Los dilemas que hoy nos ayudan a avanzar serán sustituidos por avanzados debates que no solo ocuparán a nuestra inteligencia humana, también a la de animales, plantas, máquinas y seres animados, inanimados e imaginarios. Y Baal. Y no nos importará en el 32.000 si Baal existió realmente, si se ha encontrado algún fósil como habremos encontrado los fósiles de todo ya en el 32.000, no daremos pábulo a conjeturas y todo lo tendremos más que registrado. No nos importará nada. Y vendrá Baal. En el 32.000 volverá Baal. Y no vendrá como Mesías o como Salvador. No vendrá como Creador ni como Ángel de la Muerte. Ball vendrá como Baal. Y en el 32.000 ya habremos pasado por alto lo que los dioses hicieron por nosotros. Y los semáforos. Y las rotondas. Y encontraremos a Baal, oh gran Baal, como siempre fue Baal. Y sus atributos si los tiene nos parecerán los de un dios cualquiera, los de un ser humano cualquiera, los de una máquina que se recarga sola. Y nos observará Baal con la mirada de quien ya lo tiene todo visto y comprobado. Y será Baal curioso para aprender. Y será Baal desdeñoso para ignorar. Y Baal no dejará de comportarse como tú piensas que ha de comportarse Baal. Porque tú te imaginas a Baal y lo creas. Crees que lo creas. Y en el año 32.000 creeremos que lo hemos creado todo nosotros.
- Mortal. ¿Quién dices que crea qué?
- Oh Baal. El hombre que se cree Dios y que no es Dios porque solo existe Baal recibirá la lección...
- No creo que tengamos que esperar al 32.000. Igual mañana.
- Mortal. ¿Quién dices que crea qué?
- Oh Baal. El hombre que se cree Dios y que no es Dios porque solo existe Baal recibirá la lección...
- No creo que tengamos que esperar al 32.000. Igual mañana.
jueves, 4 de julio de 2019
Crónica de una asamblea para recuperar EUiA. Esto no es lo que esperabas.
Si han visto Chernobyl saben de lo que hablo. No pasó lo que pasó. Si tú no quieres que pase. O pasa lo que quieres que pase, si quieres. Como decía John Lennon, 'la guerra se ha acabado, si tu quieres'. O como decía Pink Floyd en la primera canción de The Wall, esto no es lo que habías venido a ver. Ayer tuvo lugar una Asamblea y lo pondré en catalán para que no me acusen de 'ciudadano de euia'. Assemblea. Una asamblea de militantes (o no) de EUiA, que, ante el cariz que ha tomado la organización después de que el coordinador general Joan Josep Nuet decidiera presentarse en las listas de ERC y ser diputado de ERC junto con otra militante de EUiA y que dimitiera de la coordinación después (no antes) de eso y de que la nueva dirección sea seguidora de esa nueva línea política por la cual debemos ser 'compañeros de viaje' de ERC y repetir los mantras procesistas como loretes apoyando un proyecto que de ninguna manera es el nuestro y que se cepilla lo aprobado en la séptima asamblea, una asamblea, digo convocada para ver qué.
Ver qué.
La asamblea se convoca bajo el nombre de Esquerra Unida Catalunya. Y ahora usted y yo que estamos leyendo esto nos separamos y después de andar cogidos de la mano durante las primeras líneas de este texto volamos libres como pájaros y dejamos que la vida nos vaya poniendo en nuestro sitio poco a poco, delicadamente, sin menoscabo de estar atendiendo constantemente las demandas de la clase trabajadora que, mientras escribo, se queja porque pierdo el tiempo escribiendo sobre algo que ya veremos qué.
El qué.
Qué hicimos ayer y a qué fuimos ayer. Yo tenía mis dudas. No quería ir a lo que podría haber sido la creación de algo nuevo. Una escisión. Una organización nueva. No quería. Mi idea, y la de otra gente es la de, bajo esta especie de paraguas, corriente interna, reunión de confluyentes por un objetivo común, preparar la octava asamblea de EUiA e ir a recuperar la organización. No quería que pasara otra cosa, no. Y salí de allí contento y radiante porque, efectivamente, no pasó nada más.
Este es el resumen. Podríamos ahora comentar el pintoresquismo de la asamblea, los invitados ilustres, vino Rabell, la sala estaba desbordada, llena a reventar, al final el compañero Àngel cantó la Internacional porque lo encontró soso como final desearnos la paz y listos y todo el mundo la cantó e incluso la compañera Maika se arrancó con unos versos. Yo esperé al estribillo para unirme y no saqué la foto con todos los concurrentes con el puño en alto. Se me fue el santo al cielo.
O igual no pasó. Igual todo esto que estoy contando es todo una ensoñación mía y lo que ocurrió realmente fue otra cosa. Esto no es lo que estabas esperando escuchar. Que no discuto que ocurra más adelante. Y Jesús, si me escuchas... estírame y álzame y llévame contigo a los tiempos del buen Jeroboam. No, de Jeroboam, no. Espera.
Quizás ocurrió otra cosa, pero no ocurrió lo que los ojos de mi cara y los oídos de mi oreja escucharon.
El acto comenzó de manera informal, con conversaciones, los reencuentros de rigor... en todas nuestras asambleas hay gente que no se ve desde hace mucho tiempo, pillando sitio, los primeros en primera fila, los segundos en segunda y nosotros al final. Vino Rabell. Lo he dicho ya. Eso es incontrovertible. Rabell estuvo allí. Salió a hablar la compañera Cristina Simó y nos dio la bienvenida al acto de presentación de Esquerra Unida Catalunya. Se me pusieron los pelos así. Arriba. Ojo. A ver si he venido para algo y yo tengo claro que he venido para nada. Para hacer nada. Aplaudir a los compañeros y las compañeras, insuflarnos ánimo, reencontrarnos después de mucho tiempo, pero de hacer hacer algo, de trabajar de trabajar, no. Ojo. La presentación de Cristina Simó es breve y nos deja con la sensación de que se le ha ido la mano con el entusiasmo. Un entusiasmo lógico porque la sala estaba llena a reventar. Y es que ha venido todo el mundo. Todo el mundo en EUiA es todo el mundo que no ves nunca absolutamente jamás y que los ves cuando hay que hacer bulto. Todo el mundo que no sabes si sigue entre nosotros o pasó al reino de Roboam y no, están allí, todavía, y ya no sabes ni en qué corriente, partido, subescisión, localidad con mandato autónomo o lo que quiera que se haya constituido democráticamente y con el asentimiento de toda la militancia, sea. Todo el mundo.
Menos los del Nuet.
Hay hasta un trosko, porque vino el Rabell. Yo le vi. Y sale en muchas fotos.
Vino todo el mundo pero no todo el mundo vino a lo mismo.
Habló nuestro diputado Joan Mena, comenzó con el tema de que hemos venido para recuperar EUiA, ir a la octava asamblea y ya me pude permitir ir mirando el móvil y atender otros asuntos, justo el día en el que el Watsapp comenzó a fallar. Y no pude subir la foto del insta hasta las mil quinientas.
¿Te lo puedes creer?
Habló después la compañera Núria Lozano e insistió en que se trata de recuperar EuiA. No de recuperar el espíritu de Euia en otro sitio porque hay que refundar euia con unos supuestos valores fundacionales que gentes extrañas pervirtieron como malosos que son. Recupera la organización existente EUiA para la gente común. Y hay que ir a la octava asamblea, plantar cara y con alegría, ganar.
¿Te lo puedes creer?
Los aplausos no eran tan enfervorizados. No eran unánimes. Usted no había venido aquí para eso. No le habían informado bien.
Sale a hablar el coordinador general de Izquierda Unida que viene a saludar y a dar apoyo a los militantes en este momento. Alberto Garzón, que fue bueno, fue malo, fue bueno otra vez, se dejó engañar, vuelve a ser malo y ahora es como malo más o menos, dijo que él no venía a montar nada, que venía a dar apoyo y que adelante con recuperar EUiA. El resto de la intervención del compañero Garzón digamos que ya no le interesó a nadie porque como hemos dicho antes... esto no es lo que tú esperabas ver.
Pero esto es lo que escuché yo. Y esta es mi realidad. Si tu vas a proclamar la independencia, pongo por caso, y vas a un sitio que te convocan y te encuentras con que te crees que van a proclamarla de verdad y luego resulta que no, pues como que te vas de allí pensando... sobre todo pensando... como alguien me diga que no se ha proclamado le voy a crujir. Y es esto.
E incluso, ojo, incluso, sentándose ahí, estando cerca, ahí mismo, pide la revisión del VAR para que le aseguren si se dijo lo que escuchó o se dijo otra cosa, ojo, que otros, que algunos... y así vamos avanzando y mientras usted lee esto no está haciendo nada por la clase trabajadora y ya van dos veces que lo digo.
Conclusión. En las intervenciones de los ponentes se vino a decir que había que recuperar EUiA y que eso se hace en la octava asamblea que tendrá lugar después de las elecciones de otoño que habrá o cuando se diga, pero que sea pronto. Pero esta es mi conclusión. Una conclusión que no ha sido tomada por ninguna mayoría democrática, ni el pueblo organizado, ni la clase trabajadora que sigue sufriendo mientras tú lees. Una conclusión individual y por ende, pues MoMo.
En una época de postverdades y de cosas así como que tal, donde luego los diarios indepes que estuvieron allí cubriendo la noticia hablan de escisiones y tal, pues que yo diga conclusión y se lo cuente a ustedes, vosotros, compañeros y compañeras, camaradas, pues qué valor tiene. Pues ninguno. Así que tampoco nos lo tomemos en serio.
No quisiera acabar, si es que veo que quiero acabar, sin mencionar el comunicado que la dirección de EUiA ahora mismo, lanzó minutos antes de comenzar la asamblea, Assemblea. Un comunicado en el que se nos venía a decir 'españoles de mierda'. No aceptamos que Catalunya sea un sujeto político, nunca nos creímos lo de la república catalana, etc. Ni una palabra sobre si eso nos hace más o menos de izquierdas. Supongo que lo asocian. Y luego alusiones al 155 y esas cosas.
Mi conclusión. Hay que batallar por recuperar EUiA. Se puede hacer. Y si no se puede porque no se puede ya veremos. Pero para eso se necesita a toda la gente. Incluso la gente que ya no quiere más EUiA. Aunque claro, uf. En septiembre nos volvemos a ver. Espero que sea una reunión parecida a la de ayer. De esas de hablar poco y escuchar y nada.
Nos vamos. Bajando las escaleras, buscando, felicitando a las organizadoras por la asamblea. Estupendo. Me puedo seguir yendo a hacer el progre por las calles de Chicago.
Ayer. Ayer nada. Y muy bien. Un paso adelante.
¿Te lo puedes creer?
Ver qué.
La asamblea se convoca bajo el nombre de Esquerra Unida Catalunya. Y ahora usted y yo que estamos leyendo esto nos separamos y después de andar cogidos de la mano durante las primeras líneas de este texto volamos libres como pájaros y dejamos que la vida nos vaya poniendo en nuestro sitio poco a poco, delicadamente, sin menoscabo de estar atendiendo constantemente las demandas de la clase trabajadora que, mientras escribo, se queja porque pierdo el tiempo escribiendo sobre algo que ya veremos qué.
El qué.
Qué hicimos ayer y a qué fuimos ayer. Yo tenía mis dudas. No quería ir a lo que podría haber sido la creación de algo nuevo. Una escisión. Una organización nueva. No quería. Mi idea, y la de otra gente es la de, bajo esta especie de paraguas, corriente interna, reunión de confluyentes por un objetivo común, preparar la octava asamblea de EUiA e ir a recuperar la organización. No quería que pasara otra cosa, no. Y salí de allí contento y radiante porque, efectivamente, no pasó nada más.
Este es el resumen. Podríamos ahora comentar el pintoresquismo de la asamblea, los invitados ilustres, vino Rabell, la sala estaba desbordada, llena a reventar, al final el compañero Àngel cantó la Internacional porque lo encontró soso como final desearnos la paz y listos y todo el mundo la cantó e incluso la compañera Maika se arrancó con unos versos. Yo esperé al estribillo para unirme y no saqué la foto con todos los concurrentes con el puño en alto. Se me fue el santo al cielo.
O igual no pasó. Igual todo esto que estoy contando es todo una ensoñación mía y lo que ocurrió realmente fue otra cosa. Esto no es lo que estabas esperando escuchar. Que no discuto que ocurra más adelante. Y Jesús, si me escuchas... estírame y álzame y llévame contigo a los tiempos del buen Jeroboam. No, de Jeroboam, no. Espera.
Quizás ocurrió otra cosa, pero no ocurrió lo que los ojos de mi cara y los oídos de mi oreja escucharon.
El acto comenzó de manera informal, con conversaciones, los reencuentros de rigor... en todas nuestras asambleas hay gente que no se ve desde hace mucho tiempo, pillando sitio, los primeros en primera fila, los segundos en segunda y nosotros al final. Vino Rabell. Lo he dicho ya. Eso es incontrovertible. Rabell estuvo allí. Salió a hablar la compañera Cristina Simó y nos dio la bienvenida al acto de presentación de Esquerra Unida Catalunya. Se me pusieron los pelos así. Arriba. Ojo. A ver si he venido para algo y yo tengo claro que he venido para nada. Para hacer nada. Aplaudir a los compañeros y las compañeras, insuflarnos ánimo, reencontrarnos después de mucho tiempo, pero de hacer hacer algo, de trabajar de trabajar, no. Ojo. La presentación de Cristina Simó es breve y nos deja con la sensación de que se le ha ido la mano con el entusiasmo. Un entusiasmo lógico porque la sala estaba llena a reventar. Y es que ha venido todo el mundo. Todo el mundo en EUiA es todo el mundo que no ves nunca absolutamente jamás y que los ves cuando hay que hacer bulto. Todo el mundo que no sabes si sigue entre nosotros o pasó al reino de Roboam y no, están allí, todavía, y ya no sabes ni en qué corriente, partido, subescisión, localidad con mandato autónomo o lo que quiera que se haya constituido democráticamente y con el asentimiento de toda la militancia, sea. Todo el mundo.
Menos los del Nuet.
Hay hasta un trosko, porque vino el Rabell. Yo le vi. Y sale en muchas fotos.
Vino todo el mundo pero no todo el mundo vino a lo mismo.
Habló nuestro diputado Joan Mena, comenzó con el tema de que hemos venido para recuperar EUiA, ir a la octava asamblea y ya me pude permitir ir mirando el móvil y atender otros asuntos, justo el día en el que el Watsapp comenzó a fallar. Y no pude subir la foto del insta hasta las mil quinientas.
¿Te lo puedes creer?
Habló después la compañera Núria Lozano e insistió en que se trata de recuperar EuiA. No de recuperar el espíritu de Euia en otro sitio porque hay que refundar euia con unos supuestos valores fundacionales que gentes extrañas pervirtieron como malosos que son. Recupera la organización existente EUiA para la gente común. Y hay que ir a la octava asamblea, plantar cara y con alegría, ganar.
¿Te lo puedes creer?
Los aplausos no eran tan enfervorizados. No eran unánimes. Usted no había venido aquí para eso. No le habían informado bien.
Sale a hablar el coordinador general de Izquierda Unida que viene a saludar y a dar apoyo a los militantes en este momento. Alberto Garzón, que fue bueno, fue malo, fue bueno otra vez, se dejó engañar, vuelve a ser malo y ahora es como malo más o menos, dijo que él no venía a montar nada, que venía a dar apoyo y que adelante con recuperar EUiA. El resto de la intervención del compañero Garzón digamos que ya no le interesó a nadie porque como hemos dicho antes... esto no es lo que tú esperabas ver.
Pero esto es lo que escuché yo. Y esta es mi realidad. Si tu vas a proclamar la independencia, pongo por caso, y vas a un sitio que te convocan y te encuentras con que te crees que van a proclamarla de verdad y luego resulta que no, pues como que te vas de allí pensando... sobre todo pensando... como alguien me diga que no se ha proclamado le voy a crujir. Y es esto.
E incluso, ojo, incluso, sentándose ahí, estando cerca, ahí mismo, pide la revisión del VAR para que le aseguren si se dijo lo que escuchó o se dijo otra cosa, ojo, que otros, que algunos... y así vamos avanzando y mientras usted lee esto no está haciendo nada por la clase trabajadora y ya van dos veces que lo digo.
Conclusión. En las intervenciones de los ponentes se vino a decir que había que recuperar EUiA y que eso se hace en la octava asamblea que tendrá lugar después de las elecciones de otoño que habrá o cuando se diga, pero que sea pronto. Pero esta es mi conclusión. Una conclusión que no ha sido tomada por ninguna mayoría democrática, ni el pueblo organizado, ni la clase trabajadora que sigue sufriendo mientras tú lees. Una conclusión individual y por ende, pues MoMo.
En una época de postverdades y de cosas así como que tal, donde luego los diarios indepes que estuvieron allí cubriendo la noticia hablan de escisiones y tal, pues que yo diga conclusión y se lo cuente a ustedes, vosotros, compañeros y compañeras, camaradas, pues qué valor tiene. Pues ninguno. Así que tampoco nos lo tomemos en serio.
No quisiera acabar, si es que veo que quiero acabar, sin mencionar el comunicado que la dirección de EUiA ahora mismo, lanzó minutos antes de comenzar la asamblea, Assemblea. Un comunicado en el que se nos venía a decir 'españoles de mierda'. No aceptamos que Catalunya sea un sujeto político, nunca nos creímos lo de la república catalana, etc. Ni una palabra sobre si eso nos hace más o menos de izquierdas. Supongo que lo asocian. Y luego alusiones al 155 y esas cosas.
Mi conclusión. Hay que batallar por recuperar EUiA. Se puede hacer. Y si no se puede porque no se puede ya veremos. Pero para eso se necesita a toda la gente. Incluso la gente que ya no quiere más EUiA. Aunque claro, uf. En septiembre nos volvemos a ver. Espero que sea una reunión parecida a la de ayer. De esas de hablar poco y escuchar y nada.
Nos vamos. Bajando las escaleras, buscando, felicitando a las organizadoras por la asamblea. Estupendo. Me puedo seguir yendo a hacer el progre por las calles de Chicago.
Ayer. Ayer nada. Y muy bien. Un paso adelante.
¿Te lo puedes creer?