sábado, 31 de diciembre de 2022

Enjoy Yourself


Qué curioso, porque yo pensaba que esto lo hacía todos los años y no. Un texto así como para decir que el año que viene hay que tomárselo de aquella o de esta manera. Es más tarde de lo que crees. Terry Hall, cantante de los Specials se ha muerto hace unos días. Era él el que decía lo de 'hola, soy Terry y quiero Enjoy myself primero'. La canción es Enjoy Yourself, de los Specials, aunque es una canción mucho más antigua. Enjoy yourself. Con este inglés tan defectuoso uno siempre ha pensado que la canción decía más o menos que te lo disfrutaras porque el tiempo se acaba. Y se va acabando, cada año un poquito menos. Cada año más cerca. Pero la canción decía otra cosa, que lo disfrutaras, pero sobre todo que no dejáramos de aprender, o de tener curiosidad. Porque habrá un momento en el que ya no tengamos tiempo para hacerlo. Así que eso. Sería un poco hacer el mismo texto que habría hecho años anteriores, pero que veo que realmente no he hecho. Qué cosas, lo que es el tiempo, lo que piensa uno que ha sido una tradición y en realidad no lo es. Está en tu cabeza. No nos pongamos ahora muy profundos, estamos a punto de preparar la cena. Vayamos a lo que nos trae a este texto. El año que viene vamos a aprender mucho, lo vamos a disfrutar y lo vamos a hacer con la mejor de las caras posibles. Porque si algo hemos aprendido durante todo este tiempo es que con alegría las cosas salen mejor. Y la gente lo nota. 

Así que, hola, me llamo Toni y quiero enjoy myself ahora.  

viernes, 30 de diciembre de 2022

Los libros del 2022


Dada la insistencia del público, un año más llega el deseado repaso de los libros que he leído a lo largo de este año 2022. Decir que este año he alcanzado una cifra respetable para mis parámetros, pero creo que podría haber llegado a más si no se me hubieran hecho bola algunos libros en concreto. Esta cuenta de libros tiene su origen en la muy gloriosa y hoy ya casi olvidada página web La Página Definitiva y su reto de conseguir leer 50 libros en un año, cifra que ya sé que nunca alcanzaré. Pero a ver si el año que viene, seleccionando libros de un tamaño menos abultado y sobre todo, que uno sepa que se va a leer sin que parezca que le están sacando una muela, podemos llegar a la muy absolutamente inalcanzable cifra de 20 libros. Comencemos. 


  1. Steven Forti - Extrema derecha 2.0. Qué es y cómo combatirla. Este libro de Steven Forti es un buen estado de la situación de la extrema derecha y un buen recordatorio de que muchas de las cosas que no creemos o no queremos creer que sean extrema derecha, lo son. El libro es interesante en la parte sobre todo del análisis del momento, de cómo hemos llegado hasta aquí y porqué nos es tan difícil categorizar situaciones o escenarios políticos sin caer en el tópico. Otra cosa es el cómo combatirla, donde las respuestas son tantas que para qué nos vamos a poner tiquismiquis con el tema. 
  2. Julia Lovell - Maoísmo. Una historia global. Este es un libro apasionante que me mantuvo enganchado de principio a fin pese a lo espeso que pudiera parecer el tema o la falta de interés por un tema, el del maoísmo, que ya parece olvidado. Y no. El maoísmo más allá de Mao sigue siendo un factor importante para entender la propia política china de la actualidad y también para seguir su rastro en otros muchos movimientos que se llamaron maoístas por todo el mundo. Si bien China ya no, en muchas cosas la China de hoy y sobre todo su presidente, quieren recuperar aunque sea folclóricamente, parte de ese halo. Sobre las historias que se cuentan de Sendero Luminoso, las de Indonesia, las de Camboya... pues que somos marionetas en un mundo en el que hoy estás y mañana alguien decide que ya no y, camarada, mira para otro lado. Apabullante. 
  3. Manuela Marín - Al Ándalus y los andalusíes Un libro muy pequeñito, sencillito, para situarte en lo que fue la presencia musulmana en la península ibérica y en eso que llamamos Al Ándalus. El libro no te va a dar claves y no va a abundar en muchos datos, pero viene bien tenerlo por casa para cualquier duda que te pueda asaltar.
  4. Benito Pérez Galdós - La Primera República Aquí uno de los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdos. El dedicado a la Primera República es una fantasía de realidad y sueño y de pena y de drama y de esperpento. Desde una proclamación de la República que parece un plan concebido por cuatro descerebrados hasta un gobierno que se enfrenta a absolutamente todo lo que se puede enfrentar un grupo humano con algún tipo de plan si lo hubiere que no sabemos si lo tenían hasta una descomposición en la que incluso los propios afectados parecen clamar por que se acabe ya de una vez. Un libro muy entretenido, con momentos hilarantes, otros no tanto y esa mezcla de sueño y realidad que a veces te deja con ganas de más realidad y menos sueño. Al menos a mí.
  5. Gerardo Pisarello - Dejar de ser súbditos. El fin de la restauración borbónica. Este libro del compañero Pisarello viene a decir algo que debería haber quedado claro ya hace tiempo o que debería estar claro desde siempre. Esto es, la monarquía en España es un atraso, un robo, una estafa, una losa que debemos quitarnos de encima lo antes posible. No significa que las monarquías de otros lugares sean mejores, simplemente son diferentes. Pero aquí, de todas las que persisten, es la peor. Que deberíamos tenerlo todos claro y meridiano, pero parece que no. Y hay mucho republicano de día 14 de abril que es más un freno que un compañero. Socialista, para más señas. 
  6. Kiko Amat - Revancha Este libro me entusiasmó desde las primeras páginas y creo que en una semana ya me lo había leído y se lo había recomendado a todo el mundo. Un libro sobre pelaos, pelaos fachas, sobre Boixos, sobre los barrios, sobre la mierda, sobre la violencia, sobre tanta gente que se queda por el camino y los que sobreviven dan entre terror y pánico. Una novela genial de Kiko Amat, con el que mantengo un conflicto que supongo que él nunca conocerá, pero que me reconcilia con su literatura. Se lo tienen que leer. No sé si lo tengo ahora por casa o se lo dejé a alguien, pero pídanmelo. 
  7. Jordi Gracia - Contra la izquierda: para seguir siendo de izquierdas en el siglo XXI Libro chiquitín, de esos de las tapas de colores que están en el aparador de al escalera de la Central del Raval y que me dejó el compañero Eloy y que vuelve a darle vueltas a esto tan ingrato que es considerarse de izquierdas, ni mucho ni poco, de izquierdas y que nunca sabemos si estamos dentro o fuera. 
  8. Ismail Kadaré - Tres cantos fúnebres por Kosovo Como nos íbamos de viaje a Albania, había que leer libros sobre Albania y el Ángel me dejó dos. Este primero de Ismail Kadaré me gustó mucho. Un libro breve pero intenso donde se narra la derrota de Kosovo o victoria de Kosovo en 1389 y diversas cosas que acontecieron una vez se produjo esta derrota a manos de los otomanos por parte de los Serbios, búlgaros, albaneses... etc. 
  9. Ismail Kadaré - Noviembre en la capital Y este, ay, se me hizo un poco pesado sobre todo al principio. Narra los últimos días en Tirana antes de que los comunistas de Enver Hoxha tomasen la ciudad. Nos explica la visión de la situación por parte de los guerrilleros que venían desde las montañas y se encontraban con que el triunfo estaba cerca, así como la visión de quienes habían estado cómodos bajo el régimen de Zog, o con los italianos, o con los alemanes, y que ahora veían que su mundo se iba al garete. Como digo, la primera parte del libro, precisamente la que habla de los guerrilleros y de la situación de la batalla en las calles, meh, pero luego se hace más llevable. 
  10. Vladimir Nabokov - Una belleza rusa Este libro directamente lo hurté de una de las estanterías del local del partido, mientras hacía tiempo entre reunión y reunión y he de decir que desde el primer cuento, me gustó. Cuando hice la crítica del libro dije que era mi primer Nabokov, pero mentí, ya me había leído La defensa y lo había olvidado. Este libro de cuentos sobre emigrados rusos tiene un poco de todo, pero es en el primer cuento en el que se halla todo. Vamos, que leyendo el primer cuento, poco importa lo que venga después, porque me parece una maravilla. Así que se abre la puerta para entrar en el universo Nabokov, aunque sea el de la primera parte de su carrera, antes de partir a los Estados Unidos. 
  11. Leonardo Padura - El hombre que amaba a los perros Libraco. Pero libraco total. Un libro extenso pero necesariamente extenso. Un libro sobre el largo, extenso, cuidadoso, meticuloso, proceso del asesinato de Lev Trotsky en México en 1940 desde muchos años antes. Un libro entretenido, duro, porque muchas cosas de las que se cuentan no solo de la Unión Soviética, también de Cuba, son bastante dolorosas, pero creo que necesario para conocer, saber y poner las cosas en su sitio. Un viaje alucinante por la defensa a ultranza de una ideología cuando ya no sabes ni qué ideología estás defendiendo. 
  12. Stefan Zweig - El Canelobre enterrat No ha habido este año ningún Simenon, pero sí un Zweig. En este caso tres cuentos aunque el más extenso es el del Canelobre Enterrat, pero también destaca el de Raquel disputa amb Deu. Bueno, no voy a decir mucho sobre Zweig porque directamente le pega una patada a una lata y le sale una barbaridad. 
  13. Pol Andiñach - Tothom pot ser antifa Y llegamos al libro que se me ha hecho bola. Puede que porque ya me había leído a principios de año el del Steven Forti, este libro me pareció más de lo mismo en muchos aspectos y en otros yo que sé. Que se me hizo bola. Y lo terminé porque uno es así. Pero yo que sé. Excesivamente minucioso en algunos puntos, no se hace un libro con el que entrarle a alguien que esté buscando una guía, algo, sino para alguien que ya sea y que venga a reafirmarse en lo que ya tenía. En fin, no hubo suerte. 
  14. Jon Lee Anderson - La caída de Bagdad Este último libro es interesante. No es sencillo tampoco. Narra la caída de Bagdad, la definitiva, una vez que los americanos y la coalición destrozan al ejército de Saddam Husein y todo lo que ocurre antes y después. Antes nos dibuja un estado de la situación en el que ya se prefigura lo que pasará después y un después que es un abismo de caos. En medio, personajes que nos cuentan vidas al servicio del criminal o bien oposiciones medidas o bien exilios en los que quieres olvidar. Un relato periodístico donde no hay espacio para el maniqueísmo y en el que el tal Jon Lee Anderson demuestra que, como dijo aquel, para ser periodista primero tienes que ser buena persona. 


jueves, 29 de diciembre de 2022

Baal


Ni en un millón de años, me dijo. Salí de allí como ya había salido otras muchas veces y esta vez, sin rumbo fijo vagueé por las calles hasta que salió a mi encuentro Baal. Lo noté enojado. Mi enojo y el suyo, juntos. Pero él estaba enojado por mi enojo. Me lo dijo. 'Es lamentable que sigas estrellándote una y otra vez contra la misma pared. Te contaré una historia'. Y me contó una historia, efectivamente. Y esa historia se remontaba a muchos, muchos siglos atrás. Tantos siglos que no existía absolutamente nada y me contó cómo estaba solo en el mundo, un mundo que creía haber creado Baal y que un día escuchó una voz que le preguntó qué estaba haciendo en el mundo, si el mundo lo había creado Dios. Al parecer, dijo, Dios estaba revisando su obra, todo listo para hacer que todo comenzara, cuando se encontró con que Baal ya estaba allí. Dios le dijo entonces que tenía que marcharse. Baal estaba tremendamente confuso. Si él lo había creado todo, quién era ese Dios que estaba ordenándole cosas. Se enfadó mucho. No conseguía recordar en qué momento él había creado a ese tal Dios que estaba molestándole. Así que intentó buscarle, combatirle, expulsarle de todo lo que había creado, quizás sería tan fácil como borrarlo, pero la voz le seguía preguntando '¿qué haces aquí Baal?'. Y Baal vio cómo aquel tal Dios estaba creando y creando tal y como él ya había pensado y creado y entonces, entonces, quién era ese tal Dios y porqué él no era el único creador y no sería él mismo Dios. Y para salir de aquel lío Baal recurrió a una solución infalible. Él había creado el tiempo. Esperaría. Esperaría a que Dios desapareciese. Baal no podía desaparecer. Él lo había creado todo y tarde o temprano esa cosa desaparecería. Y lo estaba consiguiendo.

- Oh, Baal, majestuoso y sabio, siempre encuentras la respuesta a cualesquiera problema que enfrentes...

- Mortal, el tiempo, siempre es el tiempo...

miércoles, 28 de diciembre de 2022

Final


Aprovechando que hoy mismo llego a las 200 entradas escritas en este blog este año y que muy recientemente he alcanzado las 2500, creo que es el momento de hacer alguna reflexión y tomar alguna decisión. Creo que en los últimos tiempos he expuesto demasiado mi imagen pública. Este afán mío por demostrar que no soy esa persona tímida, con dificultad para relacionarme con los demás, con la autoestima baja y un concepto de mi mismo que no hace falta ahora mismo abundar en él porque solo en esta frase ya cabe todo, me ha llevado a una carrera sin freno ya no solo a tener presencia en la vida de los demás, sino haciéndolo de manera que pase de cero a cien sin calcular las consecuencias. El impacto que han causado en mi las opiniones después de mi aparición en el espectáculo del Coco, me han afectado profundamente. He sentido que, quizás, haya llevado demasiado lejos la idea de sorprender al personal, de provocar ese comentario que me llena de placer cuando me dicen 'no pareces tú' o 'no me lo esperaba para nada'. Enseñar esa otra cara de mi personalidad ha sido, quizás, algo que me ha desviado de otros caminos y he perdido un tanto la respetabilidad que yo buscaba ganarme mediante otros métodos, mediante un comportamiento irreprochable, un compromiso ético y político inquebrantable, un afán de conocimiento y ánimo de divulgación incansable... todo eso lo he ido sacrificando a base de actuaciones con mi banda, de apariciones en obras de teatro, de publicaciones en el blog que más parecieran obra de un juntaletras que la tarea de alguien que quiere usar el blog como una promoción de su persona para fines más altos. 

Esa sensación de estar haciendo el ridículo de manera constante, de no poder parar de hacer el gilipollas, hablando simple y llanamente, tiene que llegar a su fin si no quiero que me devore el personaje y acabe convirtiéndome en una especie de Payaso Fofó de saldo al que nadie toma ya en serio y que mi presencia 'de normal' acabe resultando tan anodina o secundaria que la gente, mi gente, solo espere de mí ya el estrambote, la tontería, el disfraz, el chillido, los calzoncillos, el bigotín, los disquitos, toda esa mierda. 

Coincidiendo pues con esa cifra redonda, el 200 y el 2500, pero fruto también de un clic que se ha producido en mí, he de decir que esta será mi última publicación en el blog, que me descargaré el material para mi recuerdo privado y que borraré todas las entradas para que no quede rastro de todo este catálogo de banalidades. 

Y además, me retiro a los aposentos de mi privacidad. Descarto mis apariciones públicas, mi presencia en actos o representaciones, mi tarea como portavoz de nada o cara visible de nosequé. Con todo lo que ello significa. Y por ende, se acabaron también mis incursiones en campos de representación que alguien podría considerar artísticas. Ni grupo musical, ni bigotín, ni más colaboraciones haciendo el payaso, que es lo que son, hacer el payaso, ni más excentricidades. Es el momento de dar un paso atrás y de regresar a una vida de interior. Una vida en la que se me reconozca o no, dará igual, porque el fruto de mi trabajo será el que defina mi propio bienestar y no la mascarada constante y denigratoria tanto para mí como para los míos. Se acabó. 

Un abrazo para todos y todas las que me han acompañado hasta aquí y nos vemos, si nos vemos. 

martes, 27 de diciembre de 2022

Karpov


Pues no lo iba a sacar pero al final me estáis obligando. Y no hemos empezado la partida todavía y ya me estáis obligando a sacarlo. Y no lo quería sacar. Porque sacarlo es ponerme al mismo nivel y habíamos quedado en que yo no iba a ponerme de esa manera, pero tiene uno al final que ponerse con lo que se tiene que poner y dejar claritas algunas cosas porque si no parece uno que es tonto. Y no soy tonto. O al menos no soy tan tonto. Así que al final voy a tener que sacarlo. Y lo voy a sacar incluso antes de comenzar porque ya digo que la paciencia tiene un límite. No es que necesite tampoco de movidas externas para esta partida, pero no me estáis dejando otra opción. Lo voy a sacar. Y lo voy a sacar nada más que para que veáis que todo esto se arregla mucho más fácilmente de lo que podría parecer. Las cosas habitualmente se arreglan de una manera mucho más contundente. Las cosas no se arreglan con tanto remilgo. En un mundo mucho más normal, las cosas se hacen y se hacen. Luego se pregunta. ¿Te he dado? Pues circula. ¿Estabas ahí? Pues no haberte puesto en medio. Es muy fácil. Si no quieres que te den, si no quieres que te arrastre la vorágine, pues no juegues. Porque la partida va a comenzar y yo lo voy a sacar. Y cuando lo saque luego querrás que todo vuelva al punto de partida. Luego vendrás con los lamentos de que es que esto no tendría que ser así, que si fíjate, que siempre me pasa, que yo esto lo hacía porque, y será tarde. Ya será muy tarde. ¿Quién viene contigo? No lo pregunto porque no lo sepa, lo pregunto por si no lo sabes tú. Yo no te lo voy a decir. ¿Son esos los que vienen contigo? Pues no sé si lo saco o no lo saco. Igual no hace falta que lo saque y ya te lo sacan ellos. Si quieres lo saco, la partida no ha comenzado y podemos hacer como que no ha pasado nada, que nos vamos todos a casa y aquí paz y después gloria, pero que viendo quien viene contigo, es que estoy seguro de que te lo van a sacar ellos. Mira, vamos a hacer una cosa. Que es la misma cosa que llevo haciendo con todas las partidas. Yo no lo voy a sacar. Yo voy a ir jugando, como siempre, esperando, esperando a que la cagues, a que hagas el movimiento tonto, la jugada maestra, la combinación que se ve desde el Tibidabo. Yo te espero. Yo voy jugando, preparando, tranquilamente, de vez en cuando me meteré la mano en el bolsillo así, de esta manera, para que sepas que lo puedo sacar en cualquier momento. Que no lo voy a sacar. Ya te lo sacarán esos que dices que vienen contigo. ¿O quieres que lo saque? ¿Lo saco? 

lunes, 26 de diciembre de 2022

El matí de Sant Esteve


Al matí de Sant Esteve toca posar el St. Stephen de Grateful Dead. Al matí de Sant Esteve toca dir que poses el St. Stephen de Grateful Dead. Però no qualsevol St. Stephen, s'ha de posar el bo i el primer. El primer que vaig escoltar que és el del Live/Dead, el disc en directe del 1970 que va obrir la porta al màgic i extens i sense preses i sense preocupar-te si va la cosa per llarg o no va la cosa per llarg, aquest disc en directe que té les cançons que mès t'agraden dels Dead tot i que hi han cançons que estan en d'altres discos que són per sempre, però en el Live/Dead està tot. St. Stephen amb la seva rosa. St. Stephe, allà on va, la gent es queixa. La cançó és molt bona, però si agafes la lletra ja... Al matí de Sant Esteve toca fer una mica de neteja per casa, que portes com dos o tres dies sense fer ni brot i està a punt d'aparèixer la Guardia Urbana per la porta per a preguntar què passa. Què passa?? Al matí de Sant Esteve, una vegada que has escoltat sencer el Live/Dead o al menys fins que acaba la de Turn on your love light, perquè hi ha una després que és de sorollets i no cal martiritzar la companya. Així que canviem i aquest any posem El matí de Sant Esteve del Pau Riba i com que està al single del Taxista, doncs ja posem el Taxista sencer i d'allà passem a alguna cosa de Sisa. I tot això amb els meus col·legues Barrí i Freguè, que els veig molt poques vegades i aprofito matins que tinc sueltos per quedar amb ells. Són trobades intenses, perquè sabem que trigarem molt en veuren's una altra vegada. L'Orgia sona i quan acaba el puto Spotify selecciona cançons pel seu compte, tot per la peresa de no buscar el CD que el tinc original de quan van editar aquells discos de progressiu i vaig comprar-me aquest disc i un dels Goma i un del Gualberto, que aquest disc del Gualberto és brutal i no el poso mai. Acaben de sonar els Manel pel puto algoritme. Ara el Señor(a) Azul. I toca felicitar l'aniversari a la Pepi Sánchez, la incombustible Pepi Sánchez, i toca felicitar com sempre al Mono viejo de la Marinetis que ya no sé cuántos años debe de tener pobre chica allí perdida en el monte. I toca canviar d'idioma i toca fer temps per a fer un vermut de Sant Esteve al Termes com cada any i d'allà passar a casa de la mare again per fer dinarasso amb els canelons. Que a casa nostra som de celebrar Nochebuena, Nadal, Sant Esteve i si ens poses el 27 una altra santedat, doncs allà que anem, que no tenim fons. El matí de Sant Esteve està practicament acabat. Un gos i un gat. Al bar. 

viernes, 23 de diciembre de 2022

Crónica del #PleGramenet de diciembre. 10 cosas que no sabías del Pleno Municipal de #SantaColoma


 1. El Pleno Municipal se celebró el pasado lunes. El Pleno Municipal se celebra en la sala de plenos. A la sala de plenos del Ajuntament se llega subiendo las escaleras y girando a mano izquierda. Antes de llegar a una suerte de portón, hay otra puerta a mano derecha que da a la Sala de Plenos. Eso es la Sala de Plenos. La sala de plenos es más grande que el resto de salas del Ajuntament y tiene un retrato del rey a un lado y al otro un escudo de Santa Coloma. Debajo del retrato del rey se sienta la alcaldesa de Santa Coloma. La alcaldesa de Santa Coloma se llama Núria Parlon y es amiga mía. 

2. Laura Rodera ha vuelto a los plenos y desde que ha vuelto a los plenos hay una luz. Antes, durante todo este tiempo en el que Laura Rodera ha estado ausente de los plenos los plenos han adquirido un tono ceniciento, plomizo, grisáceo, se sucedían uno tras otro sin que repararas en el mes, el día, la duración, todo daba lo mismo. Todo era igual. Pero Laura Rodera ha vuelto a los plenos. Laura Rodera fue regidora del PP. Laura Rodera es del PP. No pasa nada. Conozco a gente del PP que es maravillosa. El problema de Laura Rodera es el PP. 

3. Todo es mentira en un Pleno Municipal. Ese portavoz que crees que es más listo y más inteligente y más formado y que sabe tanto y que lo tiene todo tan claro, en realidad no hace más que leer algo que le han preparado concienzudamente para que parezca que. Pero quítenle el papelito, quítenle la preparación, quítenle el discurso escrito y revisado, déjenle expresarse de manera natural, sin preparar, y pueden ustedes comprobar que detrás no hay nada, que detrás hay un soporífero conjunto de vaguedades, lugares comunes, planicie, aburrimiento y desconexión que, para qué negarlo, también provoca escuchar el discurso preparado. No crean que esa persona que parece que no sabría ni encender la luz de su casa sin una guía es en realidad lo que es, porque puede ser mucho más lista y con capacidad de supervivencia que una comadreja. No crean nada de lo que sucede en el pleno porque está todo preparado para el engaño y la pantomima. No crean en los constipados, en las toses, no crean que el Pleno Municipal es un foco de infección, todo es mentira. 

4. Solo hay un partido que lo sabe hacer todo bien. El resto tenemos colomensitis aguda, lo que nos predispone a las imperfecciones, olvidos, lapsus, errores, fallos, vagancia, ausencia de discurso, etc., pero solo hay un partido que ha venido a Santa Coloma, desde el pasado o desde el futuro, para advertirnos de que la rueda está inventada, que el ordenador se arregla con el reset, y que tiene algo que decir sobre todos y cada uno de los asuntos y movidas y lo que sea que ocurra en un pleno municipal y en la política municipal y en el giro de los acontecimientos. Es tal el nivel de magnificencia que incluso personas formadas y preparadas en las amplias avenidas de la formación y el tal, caen rendidos ante su excelsa obra y reconocen públicamente que, aunque opten desde hace tiempo a regenerar la vida de la izquierda, solo hay un partido que lo sepa y lo haga todo. Me gusta. 

5. Blanca Padrós es la Teniente de Alcaldesa encargada de dar las explicaciones sobre temas de presupuestos y ordenanzas fiscales. Blanca Padrós asegura fiabilidad en la respuesta, seguridad en la exposición, técnicamente perfecta para exponer esto de una manera técnica y de una manera aséptica y de una manera que evita que haya un debate sobre los presupuestos y las ordenanzas fiscales porque segura fiabilidad en la respuesta, seguridad en la exposición, capacidad técnica, contenido aséptico y que hace de amortiguador de no sé cómo explicarlo es como esos materiales que absorben el ruido o yo que sé. Ya me he perdido. Pero se me entiende. 

6. La PAHV es necesaria en los plenos municipales. No sé si en todos los plenos municipales, pero es necesaria su presencia en muchos plenos municipales, no sé si en todos, pero es necesaria su presencia para echar un cable a tierra. La PAHV es necesaria para poner encima de la mesa la realidad de personas que no viven en ese mundo de escapadas de fin de semana, masajes en la calle Major, fiestas que se prolongan hasta el amanecer y todo eso a lo que ya sabes. La PAHV es necesaria porque lo ha dicho una amiga mía. La PAHV vino el pasado lunes al pleno a protestar por una ley que pretende atacar las ocupaciones, pero el interés de los medios siempre ha sido decir algo más y siempre se le pone una k a ocupaciones para que así, eh, así, eh, así eh, lo pillas. Okupaciones, con k. Eh. Lo pillas o no lo pillas. Ya hablo de otra cosa. La PAHV no es la sectorial de habitatge de ningún partido, no os equivoquéis. Ni siquiera del nuestro.

7.  El pleno acabó a las nueve y media pasadas. Parece que iba a durar mucho pero al final no duró tanto. El tiempo y la manera en la que vivimos el tiempo es siempre muy subjetiva. Hay gente a la que el tiempo y las cosas que pasan en el tiempo les parecen excesivas, demasiado extensas, en el tiempo caben tantísimas movidas que uno se pregunta qué tienen que hacer para que el tiempo les cunda, les parezca, y claro, lo que hacen es llenarlo de muchísimas cosas porque se les hace largo. En un pleno municipal la sensación es que el tiempo no pasa. Los plenos municipales se hacen largos. Los plenos municipales son cada vez más cortos, hay menos debate, se desarrollan menos los argumentos, unos y otros están deseando salir de allí, y sin embargo, seguimos diciendo que los plenos municipales son largos, tediosos, que deberían ser de otra manera. Y un día no tendremos plenos municipales y seguiremos con la queja. Porque lo que nos molesta es el pleno.

8. Cuando acaba el pleno municipal a veces hablamos en la puerta del Ajuntament unos con otros o nos saludamos y gastamos alguna broma o comentamos algún tema que ha sido más o menos picante o yo que sé. Somos personas como tú y como yo y nos hablamos entre nosotros porque más allá de las diferencias políticas somos personas y nos conocemos todos y esto es un pueblo. Pero hacerle un tweet a la María sonándose los mocos, pues joder, que no cuesta nada. Por eso mismo. 

9.  La CUP ha vuelto al pleno. Técnicamente la CUP no había estado nunca en el Pleno. Pero estaba. Pero no. Ahora ya sí. Así como la presencia de Laura Rodera da luz al pleno, la presencia de la CUP en el pleno, personalizada en el compañero Aitor aporta ese yoquesé que aporta la CUP allá donde se persona. Aquellos tiempos. ¿Volverán aquellos tiempos? ¿Qué pasará en mayo? Yo no lo puedo saber, yo no sé casi nada. Casi todas las mañanas salgo a la calle con una especie de kiki en el pelo porque pienso que me he peinado y resulta que no. Qué voy a saber yo.

10. Esta es la entrada número 2500 de este blog. No se me ocurre mejor manera de celebrarlo, si es que esto ha sido una celebración, que una entrada sobre el Pleno Municipal. Si hay 10 cosas que no sabías sobre mí, quizás deberías haber leído este blog alguna vez. Un saludo afectuoso y si nos vemos por la calle, saluden. 

martes, 20 de diciembre de 2022

Crónica del Coco de Cocotevá desde dentro. Liberado.


Una llamada. Supongo que Xavi Villena, director, intenso director de Cocotevá, te llama un día para dos cosas y una de las cosas es proponerte salir en el próximo Coco. Yo creo que, después de tanto tiempo mendigando atención, quizás ya había el llegado el momento de darme la oportunidad. Tantos años arrastrándome mediante unos textos melindrosos, patatiles, buscando cariñito, finalmente, de alguna manera, pusieron en un brete al director que seguro que tendría una larga cola de aspirantes a estrellas invitadas y que al final le llevaron a concederme esta oportunidad. Una oportunidad que no es cualquiera oportunidad. La oportunidad era cantar 'Libérate', de El Titi. No es una canción sencilla tanto por el motivo como por la propia composición. Copla monumental, no es mi registro (si es que tengo registro), ni mi tono y mucho menos mi género. Pero no era cuestión de cuestionar nada y acepté sin pestañear. Por supuesto que puedo salir a cantar. Es más, quiero salir a cantar. Con un ensayo previo y pretendiendo memorizar mentalmente la canción sin consultar tampoco en demasía el vídeo para no condicionar mi propia actuación (¿?) ahí que me planto a las cuatro y media de la tarde en el teatre Sagarra. 

El vestuario es ya un hervidero y los actores y actrices de la compañía están ya ultimando vestidos y maquillajes. Yo me hago el longui un poco en el rincón y pregunto como si tal, cuál es mi vestido. Mi traje es uno naranja, uno que no sé ni cómo se pone. Mi primer intento de ponérmelo es mal. El segundo, asistido, es regular. Finalmente tiene que venir el propio Villena a ponérmelo porque no sé ni estar de pie. De hecho uno de mis mayores temores durante todo el espectáculo fue caerme, tropezarme con la cola y caerme. Y que no veía nada. 

Me quité las gafas al vestirme y ya no me las volví a poner hasta las diez de la noche que terminó todo el sarao. Sin gafas y a lo loco. Así que esta crónica tiene una razón de ser aún más empalagosa que en otras ocasiones. Porque en otras ocasiones uno evalúa, aunque fuera cargando las tintas a favor de la compañía, el espectáculo, las interpretaciones, los números musicales, aquel cantó esto, este cuando dice lo de los bocadillos, el dueto de las dos con los vestuarios, la intro del Kike Hita con que nos vamos a Santiago de Compostela, todo eso. Todo eso. Todo eso pero borroso. No veía las caras de la gente mientras se pasaban la muñeca hinchable, no veía las caras de la gente cuando veían pasar a la gran Alós por entre el público, no veía las caras de la gente cuando la impresionante Ponxi Dávila daba su recital de todos los años interpretando a la Reme y cantando María de las Mercedes, no veía las caras cuando Hugo hace su imitación o reinterpretación del Soy Minero de Antonio Molina... tantas cosas que no ví.

Pero vi otras entre bambalinas, como es el esfuerzo que hace una compañía amateur, de personas como usted y como yo oiga, para hacerlo todo como tiene que hacerse, con el máximo esmero y todo el mimo del mundo para ofrecer lo que cada año espera la gente. Eso que parece que sale así a lo loco, sin orden ni concierto, sin ton ni son, pues ya sabemos que no, pero necesitamos que nos enseñen las bambalinas para saber que detrás hay una gente que se lo está tomando muy en serio. Y que se lo está pasando bien. Y que te cuidan, ojo. Porque eso de aparecer ahí en plan, ya estamos trayendo al notas de turno que quiere salir a escena a hacer su numerito y claro, claro, claro, muy bien todo, pero a ver si dejamos de ser la casa de tócame roque y ponemos en escena no al primero que pasa sino... es que perdonen una cosa, es que yo puedo decir que he compartido escenario con Víctor Guerrero, que mi madre me contaba cuando iban con mi padrino por Navidad y salían por ahí y se iban a la Barceloneta y me hablaban del Víctor Guerrero que era guapísimo y súper divertido y fíjate que dos mil siglos después viene Víctor Guerrero y me dice que he asesinado a El Titi. Y me lo tomo bien, porque no se trataba de emular a Rafael Conde, sino que uno lo hace como sabe, y solo lo sabe hacer así. Al menos me dijo que no desafinaba, que ya es un cumplido. Que no los regalan. 

250 personas en la puerta esperando para entrar y mi madre con la entrada se quedó sin venir porque yo que sé, porque de tan sorpresa que iba a ser, mi madre se hizo la longui y prefirió quedarse en casa. Y se perdió lo que se perdió. Se perdió ver la actuación con el teatro medio vacío del gran Adrián Amaya, que incluso ante poco público mostró una profesionalidad y cuidado por su trabajo que no parece que se entienda fácilmente desde fuera. Los invitados que junto con Víctor Guerrero fueron animando el cotarro antes de que la obra se pusiera en marcha ya con un teatro abarrotadísimo de gente y que iba con ganas de marcha después de...

Y la foto que ilustra esto, pues debe tener relación con las teorías del doctor Almayr y cómo puede ser que sin las gafas puestas las fotos salgan también miopes.

Oigan, no esperarían una crónica así como si hubiera estado pendiente de las cosas ¿no? Sin las gafas puestas y tarareando todo el rato en mi cabeza la canción, Libérate, que se me mezclaba con la de Campanera y con el Soy Minero, cosa que ya me estaba pasando los últimos días. Libérate, ser sexual no es un delito, en la calle lanza el grito. Una canción histórica de la reivindicación cañí del movimiento lgtbi cuando no había tantas siglas y la cosas eran de otra manera en la que o lo hacías tan exagerado que ibas directamente al cajón de lo grotesco y allí podrías vivir cómodamente. La verdad, los dilemas sobre si cantar esta canción o no, desaparecieron pronto. Lo importante es participar, y sobre todo, la oportunidad de ser, durante unas cuantas horas, parte (aunque sin molestar mucho) de una compañía que siempre ha sido objeto de mi admiración. La Dávila (a la que si antes ya amaba locamente, después de ser mi maquilladora pues yo que sé qué puedo decir, entregado), la Alós, la Villena, la increíble Andrea, los boys, el tremendo Alex Mas, la Meneses una profesional como la copa de un pino, la Xesca Robles y su monólogo del vestuario con el otro chico que siempre lo veo por mi calle y que nos saludamos y eso y ahora ya nos hemos visto en calzoncillos..., todos ellos y ellas.

Y especialmente a Xavi Villena, un agradecimiento porque no es fácil templarse y dirigir y estar pendiente de todo y hacerte sentir cómodo en momentos donde los nervios están a flor de piel y la responsabilidad de poner en marcha una vez más y van diez una fantasía como este Coco, lo merecen. 

El caso es que ahí estaba yo, con el casquete puesto durante horas sin querer quitármelo como un niño al que le dicen que todavía falta mucho y tú dices, ya, falta, pero yo ya estoy metido en esto y no me lo voy a quitar. Con la media de rejilla que he descubierto que da más calor de lo que parece. Con ese batón que era de Víctor Guerrero, lo he dicho antes ya, creo. Y salir a repartir bocadillos y poder decir barbaridades con la bandeja en la mano y descubrirte que te falta un puntito de gracia para hacerlo, pero yo creo que lo puedo ir puliendo... 

Me lo pasé genial y al parecer la gente también se lo pasó igual, sino conmigo sí de mí. Y eso es lo que cuenta. El año que viene, cuando llegue noviembre miraré el móvil con cierto... pero no me quiero obsesionar tampoco. 

viernes, 16 de diciembre de 2022

Cuttlas


Imagina que la vida transcurriera apoyado en una pared viendo pasar propiamente la misma vida. Apoyado, sentado en el suelo, con alguien a tu lado que te dejara estar a tus cosas. Con el sol abrasando a dos palmos de donde estás. Pero tú no estás ahí. Estás apoyado en la pared sin nada que hacer porque eso es lo que hay que hacer. Imagina que estás imaginando lo que te de la gana y que todo va a pasar o no va a pasar porque en un momento puedes ordenarle a quien te ha dibujado que ya vale, que te saque de ahí, o que te lleve a otro sitio. Imagínatelo. Que estás apoyado en una pared sin nada que hacer porque quizás ya lo has hecho todo y tú estás a tu rollo. Estás ahí y estás a tu rollo y estás además en el rollo que tiene la persona que está a tu lado. Las primeras veces que leías a Cuttlas leías unas cosas. A medida que pasaba el tiempo Cuttlas te iba contando otras cosas y metiéndote en otros mundos. Esos otros mundos podrían ser mucho mejores de lo que son tu mundo. No es que lo fueran, solo existía la posibilidad de que pudiera serlo. Qué más da. El bueno de Cuttlas comenzaba como una historieta sobre el Oeste americano y fue complicándose hasta ser una historieta sobre cualquier cosa, pero con Cuttlas. El bueno de Cuttlas. Los mejores eran aquellos en los que aparecía Cuttlas con el compañero mexicano apoyado en la pared. Y no pasaba nada más. 

Toda la vida buscando eso. 

Apoyado en la pared sin que pase nada más. 

jueves, 15 de diciembre de 2022

La verdad


Pues no, no le pareció correcto. Le iba dando vueltas por toda la calle de camino a casa. No, aquello no estaba bien. Él había intentado ser todo lo sincero que había podido. Había quedado con ella en aquel cafetín donde habían quedado la primera vez. Se lo dijo de la manera más clara posible. Aquello se había terminado. Por un motivo esencial. Cuando estaban juntos, él se había dado cuenta de que pensaba en otras cosas. No eran otras mujeres, eran otras cosas. Cosas que tenían que ver con su vida cotidiana, con sus quehaceres, con problemas en el trabajo, con artículos que debería haber ido a comprar, con un partido de fútbol de hace años que ahora recordaba con cariño, aquella canción. Cosas que no eran realmente importantes y que precisamente por eso, le habían llevado a pensar que su relación con ella ya no era lo primero. Ella, sin embargo, se lo había tomado de una manera que no esperaba. Contrariamente a lo que él había imaginado, no se enfadó, no se echó a llorar, no le recriminó la falta de atención. Lo que hizo fue sonreír y le dijo que ella también tenía esa clase de pensamientos. Que en ningún momento, casi desde la primera vez, él había sido el objeto primero de sus pensamientos, que le agradaba, que le parecía un buen acompañante y que había disfrutado de su presencia en muchos aspectos, pero que de la misma manera, también tenía espacio para la desconexión y que eso le parecía que era bonito también. Que ella no veía que eso fuera un motivo para abandonar aquella relación que a ambos les permitía tener un amplio espacio para su propio tal. Él se quedó absolutamente descolocado, se quiso levantar de la mesa, espetarle que no quería volver a verla nunca más. Recordó que había visto en una película algo parecido, una pareja que prácticamente no mantenía ningún vínculo pero que... salieron juntos del cafetín y fueron a cenar algo. 

La mentira


El otro día lo leí en un artículo y me dio que pensar. Realmente qué es verdad. Hoy tenemos a nuestra disposición la máxima cantidad de recursos que jamás se conocieron para poder saber. Y sin embargo, es precisamente hoy cuando tenemos la información más opaca, más manipulada, incluso más silenciada. Lo vemos, lo tenemos ahí, lo estamos conociendo casi al instante y sin embargo, no somos capaces de entender qué pasa. No somos o no soy. Porque lo que sí que hay es una mayor destrucción de la capacidad de razonar, de pensar, para movernos a través de lo que sentimos. Sabemos lo que pasa incluso antes de que nadie nos diga nada, porque nuestro esquema mental ya está predispuesto a que las cosas son como tienen que ser, como nos vienen bien, y cuando eso falla, cuando lo que antes era un mundo de buenos y malos hoy se basa en un mundo de muchos malos con algunos que van intentando poner algo de calma, de sentido común, de alguna manera, suave, tenue, sin aspavientos. Pero no. No lo sabemos. Sabemos que ha pasado algo en Perú, por ejemplo. Pero podemos quedarnos con la explicación evidente, la de un golpe de estado contra el presidente legítimamente votado o podemos quedarnos con que al presidente legítimamente votado se le ha ido y lo han tenido que destituir y entonces nos quedamos con el esquema aprendido de siempre y no somos capaces de saber, realmente, qué pasa. Sabemos lo que queremos saber. Ucrania y Rusia son los ejemplos que más me tienen el seso comido. No sabemos realmente qué está pasando. Quién se está muriendo, quién está matando, qué está pasando, quién está retrocediendo o quién está ganando. Sabemos que cada día pasan cosas, que lo que ayer parecía una cosa hoy parece que es otra, pero no conocemos datos fehacientes sobre nada. O sí. O sí los conocemos y nos negamos a pararnos a entender qué ocurre. O los esquemas nos hacen ver las cosas que queremos ver y que no queremos reconocer. Qué es cierto. Ha pasado algo. Se han petado por ejemplo un tubo por donde pasaba el gas, no sabemos qué ha pasado, qué ha ocurrido ciertamente, quién ha sido. En 2022 ya, que conocen cada paso que damos aunque no queramos, que el movil nos escucha las conversaciones, que yo que sé, pues parece que yo que sé no, que no sabemos tantas cosas. Sabemos que las cosas están ahí, pero no sabemos ni siquiera qué cosas son. Sabemos que hay procesos en marcha, que se hacen políticas, que se alcanzan acuerdos, pero no sabríamos decir qué está pasando. Sabemos que hay una polémica con lo del Sí es Sí, pero no sabemos explicar de qué va esa polémica. No sabemos qué ocurre y se supone que ya estamos preparados para entender. Y no lo sabemos explicar. Lo vemos en la tele, nos lo explican, no lo sabemos reproducir. Y yo que sé. En esas y otras cosas se nos va yendo la historia. 

martes, 13 de diciembre de 2022

Crónica de un viaje a Sevilla. Es especial.


Y sospecho que sigue teniendo su duende. No sé si huele a azahar. Etc. Catálogo de tópicos sobre Sevilla, capital de la Andalucía occidental y administrativamente hablando, capital también. Veces que yo había ido a Sevilla. 2. Una con el colegio en el viaje de fin de curso que creo que duró menos de un día y del que recuerdo haber comido un plato de macarrones y la catedral y la giralda y el patio de los naranjos y poco más. Y otra ya más mayor que recuerdo también de haberme constipado en pleno agosto. También para un trasnoche. Así que el viaje a Sevilla como viaje a Sevilla propiamente dicho, era este. Aunque las dos experiencias previas contaban y no para bien. Contaban para tener a Granada en un altar, en el altar mayor de las ciudades, el sitio donde irías a vivir, el sitio en definitiva, y luego Cádiz como ese sitio donde está prohibido decir que tú no te ves, que a ti Cádiz como que no. Sevilla no puntuaba. Porque es que yo no había estado en Sevilla así. Estar en Sevilla así es estar unos cuantos días, callejeando, perdiéndote, encontrando los sitios, con un patrón, con una guía y parando en cualquier sitio porque te tienes que parar porque la lluvia. La lluvia en Sevilla es una maravilla y desde el minuto uno de partido fue nuestra fiel compañera. A nadie se le puede ocurrir quejarse de la lluvia después de tanto tiempo de sequía. Nadie se quejó. El taxista que nos llevó al apartamento nos estuvo contando la problemática del taxi, primera inmersión en el ambiente, el turismo, el turismo, el negocio, el negocio, nosotros y los turistas, los turistas somos nosotros, cómo lo condicionamos todo y cómo cambiamos las ciudades para que todas se nos parezcan y todas las tengamos controladitas y que sea más o menos lo que esperamos. Qué esperaba yo de Sevilla. Dos influjos. El primero era el de intentar ver, apreciar, la huella musulmana. Con tanta conferencia de Antonio Manuel y tanto rollo, estoy embebido de esas teorías que dicen que en realidad los musulmanes no se fueron, que se quedaron muchos y que esa huella todavía se tiene que ver. Si lo quieres ver, lo ves, pero te tienes que esforzar mucho. Así la huella musulmana la he visto o la he querido ver en elementos muy visibles, como la Giralda, claro, como las murallas de la Catedral, claro, y como en el Alcázar, aunque aquí lo que vi fue más mudéjar que otra cosa. Claro. Mudéjar. Durante un viaje a Calatayud hubo alguien que dijo que mudéjar significaba 'mudejan quedarme', y es algo así. El legado de los musulmanes que se quedaron aunque en la arquitectura tiene más que ver con la influencia que con... esa fue una. Y luego el efecto Califato y haber recuperado Sevilla como una ciudad referente cultural para mí. Los Califato con sus cosas me hacen presuponer un ambiente, un clima, unos lugares que tengo que visitar. Como Granada con Los Planetas, Sevilla con los Califato. Como en Granada con el Amador, así es Sevilla con el Vizcaíno. Y fuimos al Vizcaíno y tuvimos la potra de estar al lado de la Puerta de Carmona y un día paseando a lo tonto estábamos delante de la Puerta de la Carne y de Santa María la Blanca que está vigilándonos a los dos. Y eso, amigo y amiga, le ha dado al viaje un contenido, todo junto, que yo que sé. Espectacular. Sevilla lloviendo, entrando en cualquier bar de su casco antiguo y disfrutar. No hemos visitado todas las iglesias, pero bares sí que hemos visto unos pocos. Desde el primero, el de Dueñas, con sus camareros formales y correctos y su música clásica para ambientar con su canon de Pachebel a las ocho de la tarde tan temprano, hasta El Puma y su jaleo moderno incesante. Todos han tenido algo. Perderse por las calles, no saber si estabas subiendo o bajando, no sabiendo si ibas al este o al oeste, para dónde te queda el río, otra callejuela, otra más, otro convento, otro convento más, otra iglesia barroca, otra iglesia barroca con torre mudéjar, otra iglesia mudéjar, otro convento más. La basílica de la Macarena sin su asesino dentro que la encontramos por casualidad con la barriga llena. Ese puente de Triana y esa Triana visitada al paso con el miedo a mojarnos otra vez y esas botas compradas en Triana y esa excursión a Los Remedios para buscar la calle del Rockero Silvio y las fotos y el bar de Heavys veganos donde pudimos hablar, sí, de Silvio. Ese Silvio presente también en ese bar pequeñito y delicioso, la Taberna Gonzalo Molina con fotos de Silvio y de Carlos Cano como granaíno infiltrado. Y fotos de Triana y de los Smash por cualquier sitio y esa Alameda que parece que yo la recordaba de otra manera y que al final no ha sido tanto punto de referencia como elemento a partir del cual fluir. O ese bar del bacalao, esa Bodega Mateo descubrimiento fantástico, con su ambiente silencioso y diferente a todo y la costumbre de anotar las comandas en la barra con una tiza. O en una pared como en el mercado de Feria, aunque en el mercado de Feria si que tuve la impresión, allí sí, de ser realmente turistas. Fíjate tú que cosa. Y todas las canciones de Pata Negra en la cabeza. Y las de los Califato, ya lo he dicho. Y el Sevilla Blues de Arrajatabla. Y los Smash (in the Alameda). Y Lole y Manuel, ese single que no compramos. Y sevillanas por la calle. Y las sevillanas de la Rocío Jurado. Y hemos estado tan a gusto que las últimas horas del sábado fueron terroríficas, porque nos teníamos que ir, era la última vez de todo y ya a ver cuándo volvíamos, que nos consolamos pensando que volvemos pronto porque lo tendremos cerca, pero no podemos pensar tanto en andaluz, ya está bien, que la gente se confunde al final y nos van a echar de nuestra casa porque la gente tiene que ser de un sitio. Y venga a darle vueltas a lo charnego, a lo andaluz, a la migración, a Catalunya. Que al final estamos hablando de Catalunya. Y de tantas cosas. A qué cantamos, a Sevilla. Dicen que Sevilla muy bonito pero que lo peor son los sevillanos y nosotros nos vamos pensando que, como siempre, las ciudades son bonitas por la gente, por que están ahí, en la puerta de los bares, no dejándote entrar, preguntándote de dónde eres, qué quieres y estando, siempre estando. 

Agradecer a la Esperanza que nos hizo el podcast de guía, a la Isabelita y la Marijose por el acompañamiento cada una en lo suyo. Y a ver cómo compensamos al tito Manolo por la desatención. Y a la prima Ana pues que cuando eso pues eso. 

martes, 6 de diciembre de 2022

España, perdiste


Se acabó. La peripecia de la selección española en el mundial ha terminado con una derrota por penalties en los octavos de final contra Marruecos. Se pudo ganar. Pero los condicionantes pesan siempre en una cita como esta y lo que sobre el papel parece fácil, finalmente se puede convertir en un obstáculo insalvable. Cómo superaremos la intrusión de Mariano Rajoy en la crónica, en el periodismo, en la literatura. Cómo intentaremos no caer en su ejemplo poderoso, en su concisión, en su saber ir al grano y salirse del grano todo a la vez. Cómo volver a escribir sin tener la sensación de que puedes caer en el marianismo sin tú quererlo. Porque no sabes más. 

Puto mundial de fútbol. Puto Qatar. Yo he sido de los que, culpablemente, me he desdicho del boicot a un evento deportivo que ha costado miles de vidas y, vergonzantemente, no he podido evitar ver partidos del mundial. Creo que el partido de hoy ha sido el único que he visto de principio a fin. Me encanta el fútbol, me chifla el fútbol y el Mundial siempre ha sido la cumbre, el momento en el que puedes ver esos partidos que parece que no le importan a nadie pero donde uno puede sacar cosas que le pueden durar años. Un Ghana Corea del Sur, por ejemplo, o esa primera parte del Japón Croacia, o yo que sé. Fútbol. No deberíamos haber visto ningún partido de este evento miserable, pero ya saben cómo hacerlo para que, mal que bien, los enfermos necesitemos de la dosis que solo además de manera culpable podemos consumir. El mundial no ha terminado, solo ha sido eliminada la selección española, y hay que hacer algún tipo de comentario.

Puto mundial de fútbol. España ha sido eliminada por Marruecos después de un partido más bien plano por parte de la selección de Luis Enrique. La selección de Luis Enrique, ahí está el tema. El facherío mediático tan presente en la prensa deportiva nacional le puso la cruz al seleccionador una vez que empezó a quitarse de encima a esos tótems madridistas que venden periódicos y garantizan audiencias. Así, yo que nunca he sido particularmente afecto, me he visto defendiendo a la selección y, qué narices, deseando que hoy pasaran de ronda. Marruecos era el rival, claro, no te olvides del Sahara y de cómo tratan a los saharauis. Pero también tiene uno simpatías de siempre por el rival más débil y en este caso estaba claro quién era. Todo un compendio de sinsentidos, contradicciones y demás mierdas que tienen relación con un deporte que, a ojos de todos, ha perdido creo que bastante calidad.

Los partidos que he visto, trozos, minutos, no me han permitido ver ningún equipo o jugador que digas, copón, qué animal. Nada. Trotones, pasadores, gente sin alma. Equipos deleznables como Polonia o como Dinamarca. Blufs como los países africanos. Equipos justísimos en Sudámerica, con una Argentina que va pasando rondas pero que no tiene creo que nada que hacer. No he visto a Brasil ni a Francia y espero no verlos a no ser que sea la final. Tampoco he tenido que ver a Portugal. Me aburro. 

Ahora a ver cómo despellejan al seleccionador por no ser afecto a la causa y a pedir su cabeza hasta que haya algún madridista que pueda optar al cargo. Y a seguir consumiendo fútbol de manera culpable, casi a escondidas, con la sensación de que no hay manera de escapar de esta trampa. Puto fútbol y puto mundial de fútbol. 

domingo, 4 de diciembre de 2022

Andalucía Leiber And Stoller




Pero ¿otra vez es el Día de Andalucía? ¿Cuántos días de Andalucía podemos celebrar al cabo del año? ¿Cuántas veces tenemos que recordar Andalucía? Andalucía, Andalucía, Andalucía. ¿Tenemos claro al fin de dónde viene el término Andalucía? ¿Hemos visto ya las conferencias suficientes para entender lo que es Andalucía? Andalucía que empieza en Despeñaperros y acaba en Algeciras, que desde la punta de Almería hasta la punta Umbría, es Andalucía pero no es la misma Andalucía. Andalucía en el bar Andalucía que te encuentras en la parada de Marina, donde ibas a hacer la previa a esperar a la peña antes de ir a un concierto. Andalucía en la casa de Andalucía de tu ciudad. Andalucía en el recuerdo de los andaluces que hablan de la Andalucía que conocieron y que quizás no volvieron a ver en su vida. Andalucía en la cabeza de miles de andaluces que quisieron olvidar Andalucía. Andalucía en el entierro de mi tito Pepe cuando el chico que dirigía la ceremonia hablaba de los dichos y refranillos del tito Pepe y lo que me hizo recordar a la Andalucía de mi padre. Viva Andalucía libre, liebre, liebehrr, lidl, leiber and stoller. Viva Andalucía y la música andaluza que sostiene como un pilar indestructible todo el resto de músicas del mundo. Sin la música andaluza no habría nada, sin la música andaluza no tendríamos nada. Sin la música andaluza no tendríamos a Rosalía escapando de la música andaluza o yo que sé ya. Sin Andalucía prácticamente no tendríamos ningún tópico al que agarrarnos o los que nos quedan serían cantidad de aburridos. Si no has ido a Andalucía nunca a ver qué es eso que llaman Andalucía, te estás perdiendo algo. Si oyes hablar de Andalucía así como si fuera un pueblo como el Palestino o el Kurdo, sin haber estado en Andalucía porque es que Andalucía es como no sé, entonces no me hace falta que digas nada más, ni viva Andalucía, ni alianza entre pueblos ni nada. Andalucía en el bar ese de la calle Jacinto Verdaguer, chiquitito, con música como de radio casette siempre, al que nunca he entrado. Andalucía en un pueblo de Granada pasando un frío atroz. Andalucía en el puerto de Tíscar, vomitando todos los putos años porque no había manera de sorrostrar esas curvas del demonio para ir a un pueblo de Granada donde vivían mis primos y mi tito Basilio y eso es también Andalucía. La carretera de Canena sin asfaltar. Andalucía otro día de viva Andalucía. Todos los días de viva Andalucía. Andaluces levantaos. Fotos antiguas de Vilches con gente celebrando cosas, procesionando, bañándose en el pantano. La Rocío vestida de rociera en las fiestas San Gregorio. Andalucismo, estrella de nosecuantas puntas. Cuántos días de la patria. Carlos Cano, Triana, Enrique Morente, Gente del Pueblo, Bernarda y Fernanda de Utrera. Cuántos días para que no nos olvidemos de Andalucía. Viva Andalucía Leiber & Stoller. 

viernes, 2 de diciembre de 2022

This Filthy World - Jeff Garlin


Posiblemente vean la imagen de esta persona con esa risa y esa mirada y piensen, no sé de qué va todo esto pero no me gusta. Si saben que es John Waters pueden estar tranquilos. Están en lo cierto, no va a ser agradable, no va a ser normal, no va a ser nada parecido a lo que usted tiene controlado. Va a ser, cierto, raro, pervertido, así, con esa cara. This Filthy World, traducido 'este mundo sucio', es una experiencia inmersiva en el mundo de John Waters, director de cine, autor de joyas de lo chungo como Pink Flamingos, la joya de lo chungo de hecho, una experiencia inmersiva en el mundo de John Waters digo a través de las palabras del propio John Waters mediante un monólogo en el que desgrana toda su filmografía como si de un monólogo se tratara e intercala en ese monólogo cosas que se le pasan por la cabeza. Y las cosas que se le pasan a John Waters por la cabeza no son buenas. O al menos, no te van a parecer buenas si te escandalizas con facilidad. Y aunque no te escandalices con facilidad, John Waters va a conseguir que en algún momento pienses, pero por favor. No voy a desgranar los elementos con los que Waters va salpicando su monólogo porque algunos de los temas creo que superan ya no lo políticamente correcto, sino directamente lo yo qué quieres que te diga de verdad. John Waters no se ha cortado nunca ni un pelo a la hora de pretender contar lo que quiere contar en sus películas, así que si es él directamente quien nos cuenta las cosas no esperemos filtros. Para entender de qué habla es imprescindible, naturalmente, saber quién es Divine, saber qué es Pink Flamingos, dejar atrás cualquier sentido del pudor y entender que, del más anodino, gris y normalizado mundo, puede surgir lo más absolutamente bizarro que se pueda imaginar. Y si se supera este tour de force con John Waters, ya se puede ir a por cualquier cosa. Muy recomendable ver después el documental sobre la vida de Divine, que no lo he dicho, pero ambos están en Filmin. 

jueves, 1 de diciembre de 2022

Crónica del #Plegramenet de noviembre. Magia Potagia.


Pongamos que tú dices que tienes una cosa aquí y que luego la colocas allí. Pongamos, rizando el rizo, que dices que tienes una cosa aquí y que luego dices que la tendrás allí, pero ni la has tenido allí ni la tendrás aquí. Pongamos que esto mismo lo haces de manera continuada durante mucho tiempo y que el público asiste perplejo a cómo, una y otra vez, les cuelas el mismo truco sin saber qué tienen que hacer para que te bajes del escenario. Pongamos a que tienes monopolizado el escenario porque el propio público te colocó en el escenario y repites el mismo número una y otra vez y el público cree que ese número que llevas a cabo una y otra vez, es el único número que se merecen ver. Esto te digo que está aquí y no lo ves y ahora te digo que está aquí pero tampoco lo ves. Nada por aquí y nada por allá. Nada nunca. Nada durante cuatro años. Nada durante ocho. Pero el público se ha acostumbrado, como en una película de esas en las que no pasa nada, a apreciar los detalles más minúsculos para valorar la calidad de la fotografía, el encuadre, el vestuario, el atrezzo, la música de fondo, la calidad del guion, las interpretaciones, aunque durante toda la película no haya pasado realmente nada. En cuatro años, nada. Con los dedos de una mano, que decía la canción. Cuatro años que se han pasado como un suspiro en el cielo y que nos conducen a lo que posiblemente, si es que el público no demanda otro número diferente, a cuatro años de un número parecido. El número puede cambiar. Los aspirantes a nuevos magos sobre el escenario han aprendido que el mismo número, es el número. Que ese es el número y que si el público ha pedido siempre ese número, ese número es el que funciona y no otro. Así que le ofrecemos números semejantes, números parecidos, números que además se presentan con la vocación de ser el mismo número ya que lo mejor que puede pasar para que el público te prefiera es parecerte a quien lleva cuatro años sirviéndonos los mismos números. Chistes viejos con caras nuevas. Tengo que hablarles del pleno municipal del pasado lunes y estamos a jueves por la tarde. Los días han pasado, el pleno fue muy breve, solo tuvo sustancia el punto dedicado al Institut 9 y más o menos es lo que les estoy comentando. Ahora está aquí, luego estará allí y sigue sin estar en ninguna parte porque nada por aquí nada por allá y oiga, esta instancia que usted me está presentando aquí no es para este departamento, no, qué va, esto tendría usted que presentarlo en la oficina de la zona franca, aquella que está en la otra punta, claro, esa, o si no pues lo puede enviar a través de la propia página web. Esto es más o menos lo que hay. El pasado lunes yo vi algo, de repente. También lo tengo que decir. Vi cómo por primera vez en mucho tiempo, el número del nada por aquí, presentaba fallos. No fallos en el número, que eso es evidente que no tiene fallos, sino fallos a la hora de justificar el hecho de que hubiera alguna duda, que siempre la hay, de que el número no sea una patraña. Esta vez, por primera vez en mucho tiempo, noté que la maquinaria no estaba bien engrasada, que el asunto se había ido un poco de las manos, que la improvisación había sido excesiva y que ese bandazo de llevar un instituto desde un barrio a otro barrio por que fíjese usted qué problemón nos ha sobrevenido así de repente, pues como les digo, que a veces me enrollo y no sé por dónde voy, como les digo, les digo, les digo que yo vi que aquello el lunes no estaba claro y meridiano como lo veo. No estaba diáfano para entrar a vivir. No estaba del color del cielo azul del color del mar azul. No, no lo vi yo bien explicado y bien remontado. Por primera vez en tiempo, no sé si en mucho tiempo o en algo de tiempo, por primera vez, noté que las explicaciones no estaban afinadas. Desde la presentación del punto por parte del regidor al que no le correspondía y que ya te da que pensar en porqué esa rareza, ese coger un instrumento que no es el tuyo, ese arrogarse un papel que debería ser de otra persona y que esa persona a la que le correspondía coge el papel después, lo que resulta más raro aún, porque si es que no, entonces porqué luego sí y si era que sí, porque antes no. Porque que remate como siempre el Teniente de Alcaldesa la cosa que no queda clara, ya es costumbre, pero que suceda lo anterior hace que enarques las cejas y el gesto se te arrugue. Cómo. Qué. Eso no lo tenía yo contemplado. Y ahora entonces esto pero. No sé. Mas luego. Y así. Y claro, me hablan ustedes de planificar y no se puede planificar porque surgen contratiempos. Pero a ver. Es que entonces. Y la comisaría y los habitatges y los habitatges y las comisarías y los habitatges con comisarías y las comisarías con los habitatges, que no digo yo que no puntúen, pero puntúan una vez, no puntúan como muchas porque las repitas muchas veces. Es una vez. Y el súper equipamiento cuál será. Y estoy deseando ver el render. El del poliesportiu ecosostenible aquel me dejó francamente, pero ya se ha visto que del poliesportiu ecosostenible nos podemos ir olvidando porque ya el prestidigitador oficial le ha quitado al prestidigitador aspirante el conejo y la chistera y ha hecho con la varita una cosa que aquí no se puede decir. Otro render querría, pero esta vez de parte de quien tiene el conejo. La chistera. La vara. Todo. Muy buenas noches y nos vamos viendo por ahi.

UMMO - Laura Pousa, Javier Olivera


Yo me acuerdo de cuando era pequeño, ver los programas de Jiménez del Oso. Y de verlos en serio. No de verlos como si fueran una banda de pirados hablando de cosas zumbers, no. De verlos como si fueran personas que hablaran desde un conocimiento profundo de algo que parecía una majarada pero que igual no lo era. Es que igual no lo era. Qué tendría yo, cinco, seis, no recuerdo hasta cuándo dieron aquel programa o cuándo dejó de salir este señor en la tele. Las revistas, Más allá. Cómo olvidar los libros de J.J. Benítez, los libros del Caballo de Troya. Recuerdo a mi padre leyendo los primeros libros del Caballo de Troya y flipar con la teoría de que en realidad Jesucristo era un extraterrestre. A veces, uno sentía la tentación de abrir las páginas de ese libro que contaba la vida de Jesús y joder, le daba miedo. Es que podía ser verdad. Ahora no hay que perderse la serie UMMO, tres episodios que nos hablan de una época, de un país, de unos programas de la tele, de unas cabezas que inventaban otros mundos, de vidas al margen, de vidas escondidas, de teorías, de conspiraciones, de seres de otros planetas, de una televisión, del poder de la imaginación, de las secuelas, del comportamiento sectario, de las ganas de pertenecer a algo, de las ganas de creer en algo. Una serie que cuenta con voces de lujo que hablan de un tiempo que no hay que tomarse en serio, aunque alguna gente se lo tomara tan realmente en serio que hizo muchísimo daño. Voces, músicas, un montaje que juega con la parodia, con la ficción, que recurre a imágenes de la época que parecen más ficticias que la propia ficción, programas de televisión donde se habla desde la más absoluta seriedad de lo más absurdo, aquellos programas de la Clave donde todo parecía solemne y viendo este documental uno se da cuenta de cuánto gato por liebre nos hemos dado entre todos. El centro del documental es la teoría UMMO, por la cual, habitantes de un planeta llamado UMMO, llegaron a España y mantuvieron una suerte de correspondencia con algunas personas. Y el caso de José Luis Jordán Peña, el empleado de Agroman que dijo haber visto platillos volantes y que fue el interlocutor con UMMO y luego se descubrió que...

Y hoy tenemos programas como los del Cuarto Milenio que son herederos directos de todo aquello, que tuvo tantísimo predicamento entre todo tipo de gente y que aún hoy lo tiene y en lo que ha derivado. Aquellas teorías, aquellas historias, hoy son carne de terraplanistas, negacionistas, plandémicos, y todo tipo de disparates a veces ultras o a veces de tan antisistema completamente alucinados o alucinadas convergiendo con lo más rancio. De aquellos polvos, estos lodos. Pero. 

Pero el documental, serie, engancha y el tratamiento ligero de un tema que a mucha gente la volvió bastante loca, me parece muy bien traído. Y qué cosa ver a ese JJ Benítez hablando con tanta seguridad de las cosas y qué locos estábamos y qué fácil es meter goles. 

miércoles, 30 de noviembre de 2022

El Tito


El tito Antonio ha sido siempre El Tito. Durante muchos años, muchos, supongo que hasta hace poco y tampoco sabría decir si eso ha cambiado o no, el Tito ha sido el Tito Antonio y los demás titos tenían su nombre y sus apellidos, pero el Tito por excelencia era el Tito. Quizás porque era el Tito que teníamos más presente, el tito que era más joven, el tito con el que simpatizábamos más, el tito que estaba en casa de la abuela cuando nosotros éramos unos chinorris, el tito. El tito Antonio hoy cumple años. No sé cuántos son, no lo quiero mirar en el facebook, pero si yo ya tengo un saco de años, el tito Antonio debe tener ya un porrón importante. Pero por esas cosas de la mente, de las cabezas, de lo que sea, el tito siempre nos ha parecido más joven. Tenemos muchos titos. Titos y titas. Titos y titas con los que nos hemos reído un montón, titos y titas que nos recordaban a nuestros padres, con los que intentábamos desgranar toda esa herencia genética que debemos tener, nos parecemos o no nos parecemos a nuestros titos y titas, encontrando en algo, en algún rasgo, una manera, un gesto, lo que fuera, el quién somos, de dónde venimos y cuál es el fantasma de las navidades de nuestro futuro. Hoy el tito Antonio cumple años. Siempre digo que de todos mis titos y mis titas, sin duda a quien más me he parecido siempre es a mi tito Antonio. Viendo una foto del tito Antonio ahora podemos ver al Antonio del mañana. Y, algo que ya he dicho en algún otro texto por ahí, el tito Antonio fue un referente. Una persona a la que le gustaba leer, le encantaba leer, tenía la casa llena de libros, era una referencia, alguien en quien te podías fijar. Si en casa ya se leían libros, cuando íbamos al pueblo o volvíamos, siempre nos traíamos algo nuevo. El tito era del Círculo de Lectores y no paraba de pedir. Y claro, las siestas en el pueblo eran tan largas. Y tenía la Enciclopedia Larousse, nada menos, que ya era el apocalipsis del pasárselo bien, buscando, encontrando nombres raros, países, historias, cosas, cosas, más cosas. Todo eso era el tito Antonio. Y más. Un amante del deporte de salón, capaz de hacerte entretenidos los europeos de atletismo, los mundiales de natación... comentarista desde el sofá, tumbarrado en esas siestas espesísimas, alguien con quien poder comentar. El tito Antonio, no podía ser de otra manera, estudió Magisterio y es profe desde siempre. Pocas personas creo que deben haber querido tanto a su profesión como el tito Antonio. El tito ya hace unos años que ha dejado la docencia. Quién sabe. La predestinación, la genética, el exceso de celo, el exceso de responsabilidad, vete tú a saber. Los nervios. Debe ser una puta mierda no poder hacer lo que has hecho y que te ha definido en la vida. No llamo nunca al tito Antonio. No pregunto cómo está. En mi cabeza, por algún error de codificación, el tito sigue siendo el único Tito, pero es un tito al que no le pasa nada, que está ahí hablando deprisa, con esa cara de Juanes que es hereditaria desde mi abuelo Quico hasta el tito Bibiano hasta mi primo Jesús hasta mi primo Paco Luis hasta servidor de ustedes. Al tito Antonio le queremos mucho pero no se lo hemos sabido demostrar nunca. No sé porqué hablo en plural. 

lunes, 28 de noviembre de 2022

Día del Mediterráneo


En el Día del Mediterráneo vuelvo a insistir en que no me gusta ir a la playa. Todo y que los últimos tiempos me han llevado a ser más transigente a la hora de considerar los destinos de playa como 'posibles', no acabo yo de verme en la playa así de natural. Así que esta es mi aportación sobre el día del Mediterráneo en lo que tiene relación con el mar propiamente dicho. O la playa. Distinguiría luego el tema del pescado, claro, tema mar. Mar y pescado. Del pescado últimamente parece que también me estoy abriendo un poco más, pero evaluando con cierta perspectiva, no ha sido tanta la apertura de miras que se presupone a este nuevo... eso sí, como bastante más pescado. Sobre las cosas de comer lo dejaría ahí. Estaría más pendiente del tema de la cultura, claro. El tema de la cultura mediterránea sí que me daría para hacer una reflexión amplia sobre el tema. Pero no creo que sea el momento, no creo que sea el espacio tampoco, todo y que hoy es el día del Mediterráneo. El día del Mediterráneo es un momento más oportuno para simplemente mostrar mi más completa adhesión al concepto de mediteráneo. Aunque las influencias culturales que uno arrastra no siempre coincidan con este espíritu mediterráneo que anuncio, ya que musicalmente, cinematográficamente, no te diría que literariamente, las influencias son más anglosajonas, centroeuropeas, qué te diría, incluso latinoamericanas. Pero del Mediterráneo, culturalmente hablando, qué puedo decir. Los griegos, los romanos, toda la cultura norteafricana, los fenicios, los cartagineses, bizantinos, esa parte de los Balcanes que está ahí, qué decir de la costa marsellesa y todo el Levante, solo con eso ya bastaría para decir eso de que uno, claro que sí, es Mediterráneo. El Mediterráneo, vaso de vino tinto en un pueblecito de la costa. Pescadito bueno. Hotelazo en Benidorm, Costa del Sol, burrito en Mijas, Mataró, Sol y Playa, Camping la Ballena, nací en el mediterráneo, soy nosequé soy marinero y bajo las cañas tal. Un poco todo eso. Hoy que el día está francamente belga, a quién se le ha ocurrido que sea el Día del Mediterráneo. Joan Manuel Serrat, la paella valenciana, la manga del mar menor. 

Vacaciones en la Manga del Mar Menor. Mi padre, creo que por segunda vez en su vida, pilló un apartamento de los de la Telefónica. Fuimos a la Manga, con mi abuela y con mi tita Antoñita y mi tito Martín. Yo tenía entonces 17 años creo. Año olímpico. Me aburrí muchísimo en la Manga. Ni mi tita Antoñita ni mi tito Martín tenían la culpa. Es que no me acuerdo de nada. Había unos hoteles que se llamaban Dominica, Martinica y otro. Y la playa. Siempre la playa. 

viernes, 25 de noviembre de 2022

Condillac


Ahora te va a sonar a raro lo que te voy a decir, pero durante un tiempo he tenido pensamientos que no tienen relación entre sí. Acostumbráis, la gente como tú, a pensar las cosas como en un hilo. Desde la mañana hasta la noche, todo está sucediendo de una manera correlativa hasta que llega la hora del sueño y así hasta el día siguiente. ¿Condillac me dices? No lo conozco. Qué extraña manía la de meterme en mitad de la conversación el nombre de alguien que no conozco. No sé cómo lo haces que, cada vez que estoy hablando sobre un tema, me sueltas el nombre de alguien que debió decir algo en algún momento y me cortas el rollo. Sí, me lo cortas. Me lo cortas porque entonces pierdo el hilo y no solo es que pierda el hilo, es que además me hace pensar que no conozco a nadie de esos grandes autores o pequeños autores o lo que sea autores que me comentas. Y ahí me descoloco y me siento mal. Condillac, no sé quién es Condillac, supongo que será algún filósofo o penador que tú has estudiado, porque tú lo has estudiado o lo que sea. Es igual no me vas a interrumpir, pienso a veces de manera inconexa. Es decir, que estoy pensando en una cosa y no tiene porque pasar nada para que me ponga a hablar de un detalle insignificante de tu corte de pelo o de una guerra en Asia o de mil pesetas o te quiero rebanar un ojo y chupar a ver a qué sabe y volare cantare y dos mil pesetas y el verano pasado me pareció como si lo hubiera vivido otro y un autobús antiguo de los rojos de los que iban a Barcelona y el siglo sexto tuvo que ser aburridísimo pero aquí estamos gracias al siglo sexto y la música actual y Guerenabarrena y así casi todo el día y tú me hablas de Condillac. Vale. Ahora lo pillo. 

jueves, 24 de noviembre de 2022

Circo en Can Zam


Y, realmente, algo tendrá Can Zam para que importe tan poco. Algo habrá pasado en la ciudadanía colomense para que la reivindicación por el parque de Can Zam tenga tan poco predicamento entre la gente y, sobre todo, entre algunas fuerzas políticas de la ciudad. ¿Qué es Can Zam? Can Zam es ese espacio de terreno que queda junto al río, al pie de las Oliveras, donde se encuentra el lago, donde está la plaza dura en la que se iban a hacer conciertos que nunca se hicieron pero que se ha redescubierto para concentraciones diversas de carácter festivo-institucional, donde está esa explanada que muchos recuerdan porque es donde se celebra el Rock Fest. Can Zam es ese espacio que queda por terminar en una ciudad que para muchos debe estar ya terminada y, si acaso falta algo, puede acabarse en Can Zam. Así, los últimos días hemos visto y leído dos noticias que se resumen en una: Can Zam es el espacio donde puede caber todo lo que a usted se le imagine. Desde un Instituto que debería ir en un barrio como Safarejos hasta un polideportivo para 5000 personas. Al parecer, en Can Zam cabe todo y todo se puede proponer. Todo, menos acabar el parque. Un parque con árboles, con sombra, con espacio para que las familias puedan echar la mañana, para resguardarte de la calor, para que haya algo de verde en la ciudad. En la ciudad. Tenemos la montaña, tenemos el espacio del río, pero qué tenemos en la ciudad. Plazas duras como la roca, sin árboles, sin espacios para que las familias que no pueden irse de restaurante o de bravas por la ciudad gastro puedan ir con los críos a echar el día. Eso parece que ya está, porque nadie echa de menos que en la parte que ahora mismo solo sirve de aparcamiento pueda haber otra cosa. Se nos dice que las obras empezarán en cualquier momento, que esa parte se adecentará en breve. Pero una vez hecho esto, es tiempo de pensar en 'equipar el parque'. 

Así, nos encontramos que tanto el Partit Socialista de Catalunya, como los recién llegados a la arena de la subasta de los equipamientos para Can Zam, Esquerra Republicana de Catalunya, se pasan por el forro el tema de la emergencia climática y priman otros intereses. Estos intereses tienen que ver satisfacer las demandas, las supuestas demandas, de una ciudadanía que no está para esperar acciones contundentes para prevenir eso del cambio climático y que, en cambio, está deseosa de un espacio para poder contemplar espectáculos o campeonatos de E-Sports. Con la consabida cantinela de los puestos de trabajo, ingresos económicos, el nombre de la ciudad dignificado y en todas partes. Ya, pero, y el parque. Preguntar esto es completamente inútil al parecer. Esos locos de la Plataforma, que no entienden que las prioridades de la ciudad son otras. Esos locos verdosos que no entienden que el parque ya prevé en su diseño del año tal una serie de equipamientos y porqué no proponer que esos equipamientos sean tal o cual. Contempladme, os he traído un polideportivo, admiradme, os pongo el instituto donde os de la gana. 

Esquerra Republicana de Catalunya y el Partit Socialista de Catalunya descubren pues que tienen el mismo modelo de ciudad, que no se diferencian, que la aspiración de ERC de desmarcarse de propuestas 'radicales' y acercarse a una mayoría, pasa por despreciar la lucha por el parque y transformarla en una lucha por el 'aprovechamiento' de Can Zam. Ese espacio inútil que necesita dotarse de contenido y ese contenido pasa por 'desparquizarlo'. Ecososteniblemente, como el aeropuerto de El Prat o como las olimpiadas de invierno en el Pirineo. Del PSC ya sabíamos que sus intereses no estaban en completar un parque, pero ahora, con el acicate de una ERC que les juega en su mismo terreno, veremos qué puede quedar de todo ello. Por fin sabemos para qué necesitamos a Gabriel Rufián en Santa Coloma. El parque de Can Zam, primera víctima. 

Lo que si sé es que nosotros seguiremos demandando lo que pensamos que realmente necesita la ciudad en Can Zam: espacio verde, espacio para el disfrute y para estar en contacto con el aire libre sin necesidad de asarnos, sin necesidad de pagar por respirar, espacio verde para vivir. Árboles y oportunidad para la gente de poder estar en el parque porque estar en el parque es vida. Y si hacen falta equipamientos, Santa Coloma tiene espacios inutilizados, edificios vacíos, estructuras anquilosadas suficientes como para poder plantear qué se necesita en cada barrio, en cada distrito. 

Eso quizás se cree que no da votos, que no se acerca a la gente, pero nosotros pensamos que sí, que eso es lo que precisamente interesa a la gente. Un Can Zam verde y frondoso. Un Can Zam para la gente. Un parque para la ciudad. 

martes, 22 de noviembre de 2022

Agenda Setting


Pasado el tema de actualidad de ayer, ¿de qué hablamos hoy? Se nos han pasado algunos temas a lo largo de la semana porque hay días en los que no está uno para hablar de nada o porque le da miedo hablar de algo o porque lo que tiene que decir es excesivamente poco amable como para irlo pregonando o porque no tiene interés y se refugia uno en las frikadas habituales para tirar balones fuera, andarse por las ramas, no entrar en el tema. Ha habido algunos temas, pero no he querido hablar de ellos. Lo habréis notado. Temas que me obligarían a posicionarme de una manera que no me interesa. Ahora no me interesa. Ahora. Claro, ahora ya no soy el mismo, ahora soy otra persona. Diferente a la persona que era hace unas semanas. Ahora debería mirarme bien qué temas son los que puedo tratar y qué temas son los que debo dejar a un lado, para no meterme en ningún charco y no asustar ningún nicho de público. Ahora me debo a mi público. Siempre me he debido a mi público pero ahora debo saber bien qué temas elegir. Podría hablar de temas blancos. Blancos como el arroz. Blancos como los sacos de arroz que las agencias humanitarias reparten cuando llegan a países que están atravesando momentos duros, guerras, hambrunas, catástrofes naturales, consecuencias del capitalismo atroz que convierte todo eso en algo peor cuando eres un país pobre. Arroz, sacos de arroz, camiones que llegan a un sitio con alimentos y la gente se agolpa para poder coger algo que llevarse a la boca. Miramos las imágenes y nos sentimos mal. No sé quién se puede sentir bien. Temas para introducir en la agenda, temas para provocar un debate, reaccionar a debates que se llevan a cabo en otros puntos y en los que quieres interceder. De qué puedo hablar yo. Qué tema puedo colocar en la agenda. Creo que ahí me habéis pillado. Como soy de Santa Coloma se me tendrán que ocurrir temas colomenses que conviertan este espacio en un lugar de referencia para quienes quieran enterarse de cosas sobre mi cuidad. Error. Ya es tarde para eso. Temas de los que se está hablando ahora en mi ciudad, dejando a un lado a Mafalda. Temas. Fiestas, festivales, equipamientos, inversiones, agenda, omnipresencia, ubicuidad, utilidad, medallas, sanidad, frío, oscuridad, candidaturas, calles, parques, el mundial. No he dicho nada todavía del mundial. No estoy diciendo nada de casi nada. 

lunes, 21 de noviembre de 2022

Mafalda o la profecía autocumplida


Yo fui a la inauguración de las esculturas de Mafalda, Susanita y Manolito. Yo mismo caí en el error de considerar una temeridad dejar esas estatuas allí, en ese banco, solas, al albur de que cualquiera pudiera hacer algo con ellas. Yo mismo pensé que poco tardarían en verse firmadas, taqueadas, etc. Pasaron los días y uno se daba cuenta de que eran y son muchos los colomenses que han ido a ese banco a hacerse fotos con Mafalda, en cualquier momento. Pero llegó el día en el que Manolito desapareció. Un problema con los anclajes, pero rápidamente se especuló con que la desaparición había sido ya obra de vándalos. Claro, ya se sabe, a quién se le ocurre dejar en Santa Coloma algo así al aire libre. No, nos desmintieron, no se trata de eso, ha  habido un problema. Sin embargo, al día siguiente o dos días después, la confirmación, solucionado el problema técnico Manolito ha sido vandalizado y lo han tirado al río. Ante el riesgo de que se acabe convirtiendo todo en un reto para subir a las redes fotos de la escultura vandalizada, el Ajuntament ha decidido retirar las tres esculturas. La alcaldesa anuncia que las esculturas volverán y que ya se anunciará dónde.

Profecía autocumplida en una ciudad que tiene quien no quiere que crea en si misma y que sigue, seguimos, comprando el marco de que somos algo de lo que no hay, bárbaros, gente ignorante, poco amigos del respeto por el espacio público. Incluso este tweet de Anna Pèrez, con quien no suelo diferir en demasía en según que temas de ciudad sobre todo, ponía un poco el dedo en la llaga. Compramos rápidamente la historia del vandalismo, nos creemos que somos lo que no somos y, lamentablemente, acaba pasando que la profecía autocumplida tiene lugar. Llega el vandalismo y nos damos la razón unos a otros. Es que no puede ser. Llega después el mensaje casi infantilizador de la alcaldesa para decirnos que no nos preocupemos y que todo irá bien. 

La peripecia de Mafalda y sus amigos en Santa Coloma no está dejando indiferente a nadie. Hay a quienes toda esta parafernalia de inauguraciones, vídeos y fanfarria les resulta estomagante. O que, alejados de todo esto, ven el símbolo político de la propia Mafalda y asumen como propia la defensa. O quienes consideran que ya la Mafalda pasó y que quizás los referentes deberían ser otros, más modernos. O quienes esperaban que todo esto pasara y que Manolito acabara en el río o Mafalda decapitada o sin manos como suele estar la lectora de la plaça Montserrat Roig. Quienes se lamentan de no vivir en la ciudad que quisieran. Quienes se regocijan en el caos para pedir más mano dura, siempre más mano dura, más policía, más palos para meter en cintura a la gente. Es que solo entienden el lenguaje de los golpes. Ya lo dije yo que esto acabaría mal. O el hada buena que lo arreglará todo y que, omnipresente, se encargará de que nuestros sueños se hagan realidad. Da igual. 

Que no nos encasillen y no nos creamos el papel. La ciudadanía colomense es responsable y cívica, como la que más. Naturalmente. Y que la colocación de un elemento como este debería haber sido cuidada y protegida. También. Y que hablar de la Mafalda pudiendo hablar de otros problemas o actuaciones mucho más peliagudas también dice mucho de nuestra ciudad, por supuesto. Ni siquiera llegué a hacerle una foto a la Mafalda y he tenido que pillar una foto de La Vanguardia. Pero algo había que decir sobre lo de la Mafalda y ya está dicho. 

Que la Mafalda muy bien. Que muy mal que haya gente que se lo tome a bufa. Que no somos tan mala gente, no somos de hecho mala gente. Que muy mal que haya gente que no respete lo que es público. Que hay que confiar más en la gente. Y responsabilizarnos todos, administración y ciudadanía, que es lo que toca. Y que ya vale.