viernes, 26 de abril de 2024

Once upon a time


Había una vez, en un país muy lejano, otro país dentro de ese país en el que se vivía y se conducía por la derecha. Siempre y bajo cualquier circunstancia, se regían sus habitantes bajo una serie de preceptos que venían dados desde ese siempre que nadie sabe datar. Esos preceptos decían que habían sido traídos por un sabio llamado Fulón, desde un lugar que el mismo Fulón se negó siempre a aclarar. Así que en ese país dentro de otro país donde todo se hacía desde la derecha, sus habitantes vivían felices y perfectamente en consonancia con un orden y unas reglas. Pero, ay, siempre hay en todo grupo humano alguien que se descarría y busca respuestas por su cuenta a los problemas del mundo, sin pensar que, quizás, deteniéndose un poco y preguntando por si alguien antes ya se preocupó por lo que a él le conmueve, y así nos ahorraríamos tantos y tantos destrozos que se causan por ese motivo de creer que uno es capaz de. Y no, no lo somos. Esto ocurrió con una persona a la que llamaremos Malón, aunque este no era su verdadero nombre ya que su nombre ha sido borrado y maldito para siempre en el mundo y el universo entero por su maldad aberrante. Malón quiso saber e investigar de dónde vino Fulón y repasó y consultó y dedicó tiempo a saber y saber y así llegó a la impía conclusión de que Fulón no vino de ningún sitio, sino que siempre estuvo en ese país dentro de otro país y que, hecho aún más sorprendente, en realidad Fulón como Fulón, jamás existió. Imaginen la sandez y la tontería y el cuestionamiento por el cuestionamiento y la subversión de creencias y me dan unas ganas de coger al tal Malón y que se entere de una vez y mira que ya me sé el cuento y sé que muy sánamente se lo quitaron de en medio y que Malón en realidad, bueno, que no quieras saber tanto. Siempre por la derecha y ya. 

jueves, 25 de abril de 2024

La política


No es fácil estar ahí. Te expones a muchas cosas y has de tener un cierto caparazón, o pocos escrúpulos, o una piel de lagarto, o la coraza o como le llamen a eso que has de tener para que te digan, te hagan, te jodan tantas veces que, no es que no te de igual que no te da igual, es que no te vas. Porque lo que quieren es que te vayas. Que abandones porque no toleran que haya otro que no sean ellos quienes estén ahí delante, mandando. Mandar. Niemöller. Hoy era el día de sacar a Niemöller a pasear y desde bien temprano ya en la radio, el sospechoso habitual, ha citado el famoso pastor protestante que fue el autor de aquella frase tan recurrente de 'cuando vinieron a por los comunistas no hice nada porque no era comunista, etc.'. Hoy todo el mundo tiene cuentas pendientes y momentos en los que nadie dijo nada sobre lo suyo. Todos tenemos algo, claro. Porque la política también es eso, sacar el cuchillito a pasear cuando nos interesa. En definitiva. Mediante un caso de Serie B de las grandes corrupciones de la historia de este Estado basado básicamente en la corrupción sistémica, denunciado por el clásico artefacto de Serie Z, como prácticamente todos los casos que se han dado, unos con gente muy chunga detrás, otras con los payasos de la tele, otras con esto o con lo otro. Pero los procedimientos son siempre iguales. Colocar el nombre de alguien en la palestra, un caso de corrupción, algunos tremendos, escabrosos, inverosímiles, pero que ponen tu nombre en los papeles y una vez que están en los papeles, es difícil de mantener el tipo. Lo saben. Lo conocen. Saben que lo primero que pensarás cuando pasa eso es irte, abandonar, dejar que tu cara deje de ser visible, desaparecer, preparar tu defensa. Pero a ellos les interesa poco que te defiendas, que sea un proceso que tenga un objeto concreto. A ellos lo que les interesa es que te vayas, que desaparezcas, que dejes paso. Que asumas que estás muerto. Que no estás donde tienes que estar y que ya te han cazado. Ya te han cazado. Iglesias, Colau, Oltra... El primer ministro de Portugal tuvo que dimitir de inmediato tras una denuncia de un caso que solo tres días después se demostró que era una patraña. El daño ya estaba hecho. En Portugal las últimas elecciones dieron el triunfo a la derecha. El daño ya estaba hecho. En Barcelona Colau pierde la alcaldía. En Valencia Compromís entra en crisis. Ya sabemos qué ha quedado de Podemos. Lula fue a la cárcel bajo graves acusaciones de corrupción. Hoy vuelve a ser presidente del Brasil. Cómo se cargaron a Dilma Rouseff. Entonces. Hoy toca decir que la derecha y la ultraderecha dirigen la mirilla de la escopeta de caza hacia la pieza mayor. No quieren esperar más. Cuatro años de legislatura son demasiados y no pueden esperar ciclos electorales diversos, ahora gano, ahora soy insignificante, deprisa, deprisa. Puede que todo esto quede en nada, pero puede que todo esto sea solo la primera parte, el primer aviso. Y naturalmente que Pedro Sánchez es una ardilla, pero puede que estemos hablando de algo de verdad. Que no todo sea cálculo, que sea maniobra, que sea falso. Puede que consigan que te pires. Quizás sea el momento de pensar, como ya se pensó en julio, que ahora no importa el número, el grupo, o lo que quiera que nos inventemos para no afrontar la realidad. 


Estamos luchando contra hijos de puta, no seamos hijos de puta entre nosotros. 

miércoles, 24 de abril de 2024

Fallen leaves - Aki Kaurismaki


Películas que había visto yo de Kaurismaki antes de esta: Cero. Porque a ver, ¿quién quiere ver una peli de un director finlandés? Daneses, suecos, puede que haya algún noruego... pero finlandés, ¿por qué? Ahora bien, sale esta película y todo el mundo comienza a decir que es la peli del año y qué bonita y qué todo. Habrá que verla pues. Aunque te digan que es una historia de amor y tú conociendo la cosa nórdica pienses que drama intenso otra vez no sé yo si tengo ganas, dices va, venga. El Rockdelux y alguna gente más han dicho que sí, que es la peli del año. Venga va. Y no sé si será la peli del año, cosa que me parece algo exagerada, pero sí que me parece una película que merece la pena. Y mucho. Porque sí, es una historia de amor. Quizás por eso merece la pena verla. Una historia de amor de dos personas que, efectivamente, son finlandesas y viva el tópico, pueden responder perfectamente a lo que piensas que debe ser un finlandés y una finlandesa en un país que no parece precisamente la alegría de la huerta. Salir, beber, el rollo de siempre. Trabajos de mierda. Beber. Viviendas tristes. La guerra en la radio. Al menos los bares tienen buena música de fondo. Servicio diligente. Y aunque haya un buen puñado de cabrones en el mundo, puedes contar con la amistad y cierto sentido de clase, de compañerismo, de vez en cuando, cosa que te levanta el ánimo. Y si no, a beber. Y si no, a lo mejor encuentras a alguien, por casualidad, que resulta que te cambia la vida. Esta película va de eso. Va de eso porque es una historia de amor y normalmente las historias de amor van de todo. Al acabar la peli te das una vuelta por otras pelis queriendo saber qué más hay de este señor por Filmin y en los trailers de las películas te da la impresión de que todas las películas o son iguales o tienen a los mismos actores. Y ya tienes una cosa más con la que perder el tiempo. Kaurismaki. 

jueves, 18 de abril de 2024

Revolution 9


No viene el calor y te encuentras con días como este. Días en los que parece que va a hacer bueno y hace frío. Y el frío es bueno y que llueva es bueno y todo es bueno. Pero en nuestra cabeza, bueno es otra cosa. Tendría que dejar de hacer este frío. Hoy caminando por la montaña, bajando de ella, me han adelantado unas chicas corriendo y he tenido miedo de que me empujaran. Soy una persona mayor. Bajando caminando de la montaña he buscado el sol y no la sombra. He intentado asomar la cabeza en la conversación que se tenía en la parada del autobús, pero no he podido. Caminando por la montaña he notado que las plantillas de las bambas venían bien para esto pero siguen apretándome mucho el pie y todo se solucionaría aflojándome un poco los cordones. Pero todo se solucionaría siempre haciendo algo sencillo y no es todo tan sencillo. En el metro, volviendo de la montaña, estaba escuchando el Barstool Blues de Neil Young, esa versión en directo de nueve minutos. Nueve minutos. Número nueve. Number 9, number 9, number 9. Se ha subido una chica con un altavoz y antes de que comenzara a cantar he sacado un euro para dárselo. Se lo he dado. Estaba escuchando Barstool Blues y cuando he acabado he parado el spoti. Barstool blues no sé de qué va, creo que habla de algún colega suyo, como muchas de sus canciones que hablan de colegas que se mueren. Una vez tuve un amigo que se murió mil veces. Eso dice la letra de la canción. Dice muchas más cosas pero no sé qué dice. Hoy en la montaña había una fila entera de señores escuchando. Señores en la primera fila, también señores en la segunda. Solo tíos. Había pocas, muy pocas señoras, chicas. Casi ninguna. El tema del compañerismo es algo que también me tiene ocupado. No lo he pensado mientras bajaba por la montaña, pero, sí ayer y un poco esta mañana. No lo sé. El tema del Ben Yart también me tiene atrapado. Escucho canciones. Cada día escucho una nueva. Creo que entiendo por donde quiere ir el pájaro, pero no sé si tomármelo en serio o considerarlo un vendedor de crecepelo. Que es lo que parece. Es muy malo. Pero malo de ser malo, de persona que quiere parecer mala, que no tiene yo que sé, un mínimo. La calle, el chándal. El vídeo en los barrios chungos. La pena es de pega. Los gitanos en la plaza tocando la guitarra. Podría vivir un millón de vidas y no entender nada. No entender a todo el mundo tampoco es un problema. No entender porqué pasan las cosas, qué piensa la gente, no preocuparse por todo. Qué hacemos, dónde vamos, porqué el Madrid asesina el fútbol cada año o cada dos años. Porqué el fútbol es la puta mierda. Bueno, no siempre. Este año el fútbol es una maravilla. Aunque no haga calor. Ya hará calor.  

miércoles, 17 de abril de 2024

Agaporni


Me quisieron explicar cómo era y me dijeron 'es como un agaporni'. La gente debe pensar que yo soy biólogo porque regularmente me ponen ejemplos del mundo animal o vegetal que consideran que tengo que conocer y la verdad es que nada más lejos de la realidad. Como un agaporni qué es. Cuando alguien me habla de agapornis, automáticamente mi cabeza viaja hasta aquellos lejanos tiempos en los que debías mantener vivo a un animalito gracias a una maquinita diminuta que había que accionar de una determinada manera y que ahora no recuerdo pero que debía parecerse a la palabra 'agaporni' para que yo me vaya a eso. A esa maquinita, a ese animalito que puede que fuera un agaporni, pero ya no lo recuerdo y ahora dudo si utilizar el móvil para informarme. A veces, no siempre, prefiero mantener un puntito de ignorancia, un espacio sin completar. A veces, por ejemplo, no recuerdo si ya he dicho antes que no quiero mirar en el móvil si tal o cual cosa es cierta, ni siquiera si ya he utilizado antes este mismo ejemplo o esta misma situación o esta misma imagen de alguien que no quiere mirar en el móvil si una cosa ya la has dicho o si está por decir. Me quedan muy pocas cosas por decir y es posible que en algún momento empiece a repetirme. Hay a quien le gusta escuchar o leer mil veces la misma cosa. Disfrazada más o menos. Hay quien hace de escribir o tocar exactamente lo mismo un sello de fábrica. ¿Quién no está buscando siempre algo que se parezca a algo que le gustó una vez? El caso es que en esta ocasión voy a utilizar el móvil para que no tengáis una imagen distorsionada de mi sabiduría infinita o penséis que por timidez o arrogancia prefiero dármelas de algo que en realidad no soy porque me puede la curiosidad y voy a ver lo que es un agaporni. Y sí. Se parece. 

martes, 16 de abril de 2024

Chucrut


No, amigo, le dije. No es así. Así se hacía antes, ahora las cosas han tomado otros derroteros y tal y como tú lo planteas no lo va a entender nadie. Es algo de lo que yo también me he dado cuenta quizás demasiado tarde. Antes yo hacía las cosas tal y como se me decía, sin plantearme ningún tipo de alternativa o pensar en la posibilidad de ser yo quien imaginase alguna manera diferente y quizás hasta mejor. Pero con el paso del tiempo, me he dado cuenta de que lo mejor es no pensar en que hay algo por encima de nosotros que tiene claro de que va el tema y tirar por tu cuenta. Así, todo lo que me has explicado sobre el procedimiento y tal, está absolutamente desfasado porque sigues hablando tal y como se espera que hables. Parece que simplemente te has limitado a aprenderte el folleto, o el libro, o lo que sea, y me lo estás explicando y no me interesa. En absoluto. Antes yo era de los tuyos y por eso te entiendo. Comprendo perfectamente que estés ahora mismo un poco perdido y que sientas la necesidad de volver a explicarme algo que ni yo, ni nadie, está dispuesto a encajar. Ya no encaja. Ese es el problema. Tengo una nueva receta. Y esa receta contiene los mismos elementos que tú utilizas, pero mezclados de una manera diferente. Tan diferente que pensarás que no es lo mismo, pero en realidad es lo mismo. Al final, es todo un tema de forma. Pero es igual. No te enfades. Si está igual de malo.  

lunes, 15 de abril de 2024

Nueva victoria de la civilización occidental


En el Telenotícies del día siguiente al ataque de Irán sobre Israel, el clima que pintaban era el de una sociedad que ya se ha acostumbrado a estar protegida ante cualquier circunstancia y que hacen su vida aunque a su vera esté sucediéndose un genocidio protagonizado por ellos mismos y aunque esa misma noche hayan vivido un ataque con misiles sobre su cielo. Gente joven opinando y sacándole fotos a los pasteles que se iban a comer para colgarlos en Insta, supongo. Esa noche, los drones y los misiles y la civilización occidental se habían puesto de acuerdo para abatir las decenas de misiles que Irán lanzó sobre Israel para 'vengar' el ataque sobre su embajada en Damasco. No hubo víctimas mortales en este ataque iraní. La superioridad manifiesta de occidente, Israel y los Estados Unidos junto a Reino Unido, acompañados estratégicamente por Jordania y Arabia Saudí, han desbaratado el plan de esos salvajes iraníes. Salvajes que habían advertido previamente a Estados Unidos, ojo, con lo que todo al final parece un paripé por el cual yo hago algo, tú me paras el golpe y que la cosa no llegue a mayores. ¿No llegará a mayores? ¿Se puede permitir Israel no llegar a mayores cuando ha emprendido una campaña de 'me la bufa absolutamente todo' porque cuento con todo a mi favor y tengo amigos poderosos y yo soy de hecho el más poderoso en la zona? Claro que se lo puede permitir y qué puede salir mal. Al final, quién pondrá la carne serán otros y quién morirán serán otros. Y se puede seguir desestabilizando la región, provocando, atizando rencillas, enfrentando gobiernos que no se toleran, dictaduras que necesitan del enemigo exterior para vivir. Mientras tanto, el exterminio y la desvergüenza sigue ahí, en Gaza y también en Cisjordania, con masacres, arbitrariedades, escenas que quitan el hipo, bromas, risas mientras la matanza continúa, más niños muertos 'porque Hamas los pone ahí', toda la solidaridad con Israel y misiles y drones y pronto más cosas para que la juerga continúe y las fotos de los pasteles no salgan movidas y la civilización se imponga sobre la barbarie. Porque tú, con quién vas, con esos salvajes que lloran por unos muertos que rescatan de los escombros y que resultan finalmente tan cansados, o con esa gente que se parece a ti o a lo que te gustaría ser y que vive como tú, feliz, sonriente, desayunando carrotcake. Con quién vas a ir. Eso se han preguntado en Alhora por ejemplo, hasta cuándo vas a ser un perdedor, hasta cuando vamos a seguir estando de lado de los perdedores, qué ceguera. Perder. La civilización. Los muertos. Los vivos. Palestina. Israel. Ricos. Pobres. Se lo merecen. Piénsalo. 

jueves, 11 de abril de 2024

Siete años, la virgen


Mientras estoy escribiendo este texto están subiendo por la ría de Bilbao con la Gabarra. El Athletic Club, no sé si lo sabéis, ha ganado la Copa. Y claro. Hoy hace siete años que a mi padre le dio un ictus en el pueblo y su vida y la nuestra cambió. Y no sé qué he escrito estos años cada 11 de abril, tampoco sé si he escrito cada uno de estos años. Ese día mi padre se levantó, estaban en Vilches, fue al lavabo, se lavó la cara y cayó al suelo. Rápidamente lo llevaron a Linares y de ahí a Jaén. Y ahí estuvo, en el Hospital Neurotraumatológico durante casi dos meses hasta que pudo volver a Santa Coloma. Ahí estuvo él y ahí estuvimos todos. Ahí estuvo mi madre todas las noches. Todo el día. No sé si esto lo he contado o si merece la pena contarlo todos los años. Pero no sé. Imagina que tu padre, de repente, se convierte en otra persona. Para empezar, imagina que tu padre está a punto de palmar. Se recupera, pero no puede hablar. Imagina que la persona más ágil mentalmente, más rápida, más ocurrente, deja de hablar. Imagina que alguien del Athletic Club, nacido en Jaén, que lleva a gala ser del Athletic como una seña de identidad, hubiera podido llegar a ver lo que estoy viendo yo ahora. Dicen que cuando pasen por San Mamés van a tirar flores los jugadores por los que no están. Perdonar el inciso. La virgen. Desde la ventana del hospital neurotraumatológico de Jaén, se veía esta virgen. Nunca he sido religioso y no lo voy a ser. Pero ver la imagen esta todos los días, pillándote en ese momento en el que estás y no estás, pues mira, de repente apelas a lo que sea. Y habrá quién se pregunte porqué a veces me da por las imágenes de Vírgenes en cada sitio que visito. Y en mi cabeza suena siempre la canción de The Beta Band, Simple Boy, cuya letra no tiene nada que ver con la virgen, creo, pero que en su estribillo cantan 'my mother of earth where are you when we need you' y era como un mantra que ayudaba. Ayudaba a pasar los días, a llevarlos con humor, a llevarlos con una canción en la cabeza, cosa que siempre ayuda muchísimo. Madre, dónde estás cuando te necesitamos. Mi madre estaba allí, claro, hablábamos de otra cosa. Hace siete años y sigue siendo así. Cada vez que vea una Virgen seguiré haciéndole la foto. My mother of Earth where are you when we need you. Han pasado siete años y mi padre estuvo con nosotros dos años y medio más. Dos años y medio y mi padre, Paco, Paquito, era el mismo, pero ya era otro. Y nosotros también. Han pasado siete años, parece mucho y en realidad no es nada, porque ese día parece que es ayer, y supongo que debe ser pesado leer a alguien que sistemáticamente apela a un recuerdo, que además no es agradable, pero para nosotros supone y supuso y supondrá mucho. En fin, siete años y lo que hubiera disfrutado el hombre viendo la tele y disfrutando de todo lo que está pasando, precisamente hoy. 

martes, 9 de abril de 2024

Crónica del #PleGramenet de marzo. Pululan.


Si contemplan la pampa y sus rincones, verán las sequedades del silencio. Si vieron el pleno municipal de Santa Coloma de hace dos semanas, comprenderán que se hace difícil escribir algo que no genere una inmensa bola de. Así que no lo haré. No haré la crónica de un pleno en el que se tuvo un recuerdo para una persona muerta en la calle y se hizo una intervención acertada y centrada en el tema que nos ocupa sobre el tema de la gente que duerme en la calle. Que nos gustará más o menos reconocer que el problema existe y que el problema no es sencillo y que no todo es tan claro y tan cierto como que la primavera es una estación inestable, pero no parece tan complicado asumir que una intervención en un pleno municipal puede servir para mucho y puede colocar un tema y luego si sale bien bien, y si no, pues también. Se escoge la persona que va a intervenir, se prepara un texto, se escoge el formato de la intervención, es todo un proceso que merece la pena seguir. Si lo que quieres es buscar amigos para cagarte en los socialistas, naturalmente el proceso es otro y también en el pleno municipal tuvimos una prueba palmaria de esto. La crónica del pleno no merece la pena. Porque hacer la crónica del pleno sería reconocerle un mérito a alguien que quiere que le enseñes la herida, que sangres y no estoy sangrando, estoy contemplando cómo la política es exactamente lo contrario que uno tiene en la cabeza. Por lo que parece. Si nos damos una vuelta por ese otro mundo que manejamos entre las manos, nos convertimos en decorado. Decorado de quienes nos dan un abrazo, nos rodean con sus brazos tiernos, se ríen mientras caminan, señalan hacia algún sitio dirigiendo algo que no imaginamos su importancia pero la tiene porque se ostenta un cargo que te lo voy a volver a repetir para que te des cuenta de que tengo un cargo y con ese cargo dime qué te hace falta, me tomo un café y te escucho, te aplaudo y te envío a los mossos para que no pases de ahí, de ahí no te muevas, de ahí te he dicho que no te muevas, no pases de ahí, no me toques, no me toques, le he dicho que no me toque, no te muevas, venga, vamos a calmarnos y no vamos a montar más follón o lo vamos a tener que hacer de otra manera, y ahora un aplauso y estamos con vuestra lucha y tal. La memoria es frágil. Y me gustaría saber en qué momento, bueno, me imagino cual es el momento, en el que nosotros hemos pasado a ser el gobierno más progresista de la historia utilizado como un insulto y te has buscado otros aliados porque aquí no venimos a otra cosa que a cagarnos unos en los otros y poca cosa más. Qué pena de política local. Qué pena de oposición. Qué lástima de situación de emergencia habitacional resuelta con tan pocos escrúpulos. Qué absoluta falta de escrúpulos. Y a todo esto, mientras unos y otros juegan a ponerse una camiseta ajena, el pleno estalla en aplausos cuando el lobo con piel de cordero hace una broma sobre los micrófonos, porque estamos deseando, en realidad, llevarnos todos bien y estar encantados de habernos conocido y lo que nos da rabia es no poder ser más amigos. Todo el pleno aplaudiendo la broma de los micrófonos. Siempre da con la tecla para hacernos reír, para rebajar la tensión, para desviar el tiro. Él no es como el otro, es evidente. Claro, es que el otro. El verbo pulular. Aísla el verbo pulular. Pulular. En tu cabeza, tú solo, di pulular. Dilo otra vez. Repítelo insistentemente. Pulular. Deja la palabra suelta, flotando en tu cabeza. Recuerda aquellas intervenciones en espiral de Diego Arroyo y deja tu mente en blanco. Introduce únicamente el concepto. Pulular. La palabra misma, sin significado. Solo signos. Pulular. Las dos u. Las dos l. Utilizar el verbo pulular no es inocente. Una persona está. Una persona pulula. Casi no es una persona. Y nos va diseminando en cada pleno conceptos, ideas, expresiones, que no nos esforzamos en rebatir, pero que merecen una respuesta contundente. Lejos de mí la intención de decir 'pues si estuviera yo', porque nunca se sabe. Da igual. Él, ellos, continúan. Pululan. Está sonando en el piso de al lado Felicità, de Romina y Al Bano. Creo que lo dejo aquí, en seco. 

lunes, 8 de abril de 2024

Athletic Txapeldun.


Igual esperabais que no se escribiera sobre esto, pero es que lo que pasó el sábado por la noche, ya domingo de madrugada, no había pasado desde hacía 40 años. Muchos no lo habían vivido nunca. Otros éramos tan pequeños que nos acordamos como en un sueño. Centraba Argote, la bola se le iba un poco alta, pero bajaba y la recibía Endika que bajaba con el pecho y la clavaba y todo lo de después. Todo. Otros pensaban que esto ya no lo iban a vivir nunca. Estuvimos a punto muchas veces, pero siempre pasaba algo. Yo me acuerdo de la final que vino justo después de aquella de Endika. Contra el Atlético, atacando atacando y sin marcar y uno a cero y para casa. Y esa sensación de que era injusto. Pero bueno, igual otro año... nunca pasó. Nunca ganamos nada. Jugamos finales, sí, pero casi siempre teníamos cara de perder antes de empezar. Y tantos partidos. Tantas eliminatorias perdidas de manera infame. Y pensar que este, precisamente esta final, con este equipo precisamente, esta colección de jugadores, muchos de ellos a los que no dábamos por titulares ya no en el Athletic sino en muchos equipos de Primera, con estos hemos sido campeones. Pero es que además de estos, es que tenemos otros con los que no contábamos. Me estoy yendo. El sábado viví algo que pensé que no iba a vivir. Ni siquiera cuando se supo que la final era contra el Mallorca, equipo que está sensiblemente por debajo del Athletic, me las prometí felices. En otras circunstancias yo iría con el Mallorca, equipo pequeño, a defender, a perder tiempo, a llegar a los penaltis, como Italia en en tantas ocasiones, como aquella Argentina del 90, como esos equipos que nunca ganan una final y un día la ganan. Y como lo sabía que eso podía pasar, tenía miedo. Y no me gustaba que hablaran ya como si la final estuviera ganada. Y sabía que íbamos a sufrir. Y sufrimos. Y sufrí. Mucho. Ni un momento de paz, ni un momento de sosiego. Ser del Athletic Club parece que está reñido con la sobradez que se presupone a los de Bilbao. No puedes nunca ir de sobrado. Ni un segundo de paz. Partido con nervios, partido de nervios, mal para el Athletic. Lo salvamos por los pelos, lo salvamos sufriendo, lo salvamos en los penaltis, pero lo salvamos. Ganamos y somos campeones. Esa gente que dice 'porqué dice ganamos si tú no juegas, si los clubes son patatín y patatán', dejarme en paz. De verdad, dejarme en paz. Yo jugué ese partido el sábado, durante dos horas estuve en tensión, me cansé, tenía agujetas el domingo. Y más cosas. Nos juntamos unas 20 personas en el Gaudir, la Peña Centenario revisited. Todos los clásicos vivos. Gente nueva, gente joven que se sumó después de tanto tiempo. Algunos habían ido a Sevilla. El partido, como siempre. Nervioso, en un momento estallo, empiezo a cagarme en todo, todo mal, joder. Joaquín me dice que siempre hago igual. No lo sabía. Me quejo cuando va mal peero cuando va bien no digo nada. Alba me mira con ojos como platos y no deja de hacerme fotos a las caras de pánico, terror, preocupación que pongo. El book es inenarrable. Han venido dos merengones, quizás tres, para ayudar. Un merengón no viene a ver la final si no es porque va a ganar el equipo al que anima. Estoy de pie ya toda la segunda parte y hasta el final. Con los penaltis, a pesar de que el primero de Muriqi lo tira de puta madre, tengo una corazonada. Una va a la grada. No contaba con que Julen parara uno. La cosa se pone de cara. La vieja guardia, Raul García y Muni no perdonan. Vesga tira el penalti y se resbala pero lo mete. No podemos perder. Una va a la grada. Berenguer es el jugador idóneo para tirar ese penalti. Lo mete. Entonces sí. Entonces yo había imaginado que iba a llorar. Que no había llorado desde hacía mucho tiempo, ni cuando se murió mi padre, ni cuando me casé, ni tantas otras veces. Pero solo de imaginar lo que iba a pasar me emocionaba. Y sin embargo, cuando marcó Berenguer estaba tan contento que no podía llorar. Estaba contento y estaba contento acordándome de mi padre, abrazado a mi hermano, tantos paseos camino de cualquier parte hablando del Athletic, acordándome de mi padre, pero no lloraba. Estaba tan contento. Estoy tan contento. Se acabaron las camisetas gafes, se acabó. Somos campeones de Copa, al fin. Lo hemos visto, hemos visto a Muni subir la copa. Hemos visto a los hermanos Williams abrazándose contentos por fin. Hemos visto cosas que pensamos que no veríamos nunca más. Tantos partidos, tantas decepciones, tantos pies fríos, arrimando la estufa en eliminatorias deprimentes para perderlas. Aquella eliminatoria de la que se acordaba el Oscar contra el Formentera que fuimos a la peña solo él y yo. Y perdimos. Y hemos ganado. Y no hay nada más grande que ser del Athletic Club. Y hay una foto con mi hermano, unas cuantas con mi hermano, que creo que voy a hacer un poster. Julen, De marcos, Vivian, Paredes, Yuri, Prados, Galarreta, Williams y Williams, Sancet y Guruzeta, súmales Lekue, Vesga, Berenguer, Raul García, Muni, Unai Gómez... no nos vamos a olvidar nunca de estos jugadores. Campeones de Copa, copón. Su su su su su su sun, Athletic Txapeldun!

viernes, 5 de abril de 2024

30 años sin Kurt Cobain


Esto ya lo habré contado unas mil quinientas veces, pero el día que Kurt Cobain se suicidó yo estaba en un autobús camino de Falset, en el Priorat, que íbamos a hacer un trabajo de la Facultad, con el Soldat y el Cucurull y no sé si se vino el Nando también o quién vino. Y estábamos en el autobús y en la radio o no sé cómo nos enteramos de que Kurt Cobain se había suicidado. Los cuatro éramos de Nirvana, claro. No sé si alguno de nosotros los había visto en directo. Yo no. Esto también os lo he contado muchas veces. La vez que vino Nirvana a Barcelona y no los vi porque tenía un examen. Un examen de esos de teoría de la televisión, que contenía mucho rollo de ondas electromagnéticas y no sé qué mierdas más y que yo jamás entendí y estuve toda la santa noche pensando que tenía que haber ido al concierto. El Edu fue. Siempre me lo recuerda. Y no fui y fui al examen y saqué un dos y medio. Una auténtica vergüenza. Y que me compré el disco del niño en la piscina en Praga. O lo he soñado. O en Praga se compró el Edu una cinta. El Edu se compró en una feria del disco un montón de discos piratas. O los robó. Y tuve una camiseta de Nirvana, de manga larga. Cómo nos dio tan fuerte por Nirvana. Supongo porque era la música que necesitábamos en ese momento. O alguien nos dijo o consiguió vendernos muy bien que era la música que necesitábamos entonces. Porque somos indomables y rebeldes y todo eso, pero siempre acabamos haciendo lo que hace una buena porción de todo el mundo. Creo que supimos más cosas de Kurt Cobain cuando se murió que cuando estaba vivo. Cuando se mató, escribió aquellas líneas de 'rust never sleeps' o 'mejor quemarse que desvanecerse', de Neil Young. Y yo tenía el disco aquel de Neil Young. El óxido nunca duerme. Y creo que fue Sonic Youth que le dedicó una canción justo cuando se murió. Y no sé si alguien más. Qué cosa nos dio con Nirvana. Ostras, de hecho hoy mismo, ahora caigo. Hoy mismo he visto a un chavalito en el metro, iban de excursión, un chaval de unos diez años, no más, con una camiseta de Nirvana. No había caído. Una camiseta de manga larga de Nirvana. Y llevaba un pañuelo en el pelo. Me imagino que esos padres deben ser de mi edad. No sé ahora si tengo muchas más cosas que contar de Nirvana. Al poco de morirse ya casi no escuchaba Nirvana. Supongo que el culto al muerto me espantó. Escucho poquísimo Nirvana. Cuando hay alguna canción que suena, que me acuerdo, que la tengo, entonces digo, ostia, Nirvana, cómo me gustaban. El fuerte flojo. El Cobain y ese desgarro interior. Qué jóvenes éramos. Pero ya parecíamos viejos. Esto supongo que también os lo habré contado. 

Primaveral


Recuerdo aquella anécdota que me contó Lady Julianne sobre una tarde de primavera en la que ella estaba en casa, leyendo, cuando de repente sonó el timbre de casa y se dio cuenta de que estaba sola porque Rebecca había ido al parque con el entones señorito Joffrey y tuvo que ir ella misma a abrir la puerta y se encontró con un oficial del Ejército que decía venir a darle una muy mala noticia. Y Lady Julianne tuvo un escalofrío porque pensó que algo había ocurrido con su esposo, o bien con su hermano, ambos andaban peleando, no, un momento, ninguno de los dos estaban alistados en el Ejército y ambos se encontraban en el Club, en aquel momento, saboreando unos puros y ella misma contaba, con aquella voz que tenía tan dulce, que recordó que tampoco tenía un hermano y que no estaba casada y que en realidad no tenía un hijo llamado Joffrey y que la primavera, siempre la primavera, le daba la oportunidad una o dos veces al año de inventarse cosas eduardianas. Como levantarse del butacón y mirar las plantas y regarlas. Sin tener ella butacón. O sorprenderse del resultado de las carreras de caballos. O reirse con alguna anécdota que le contaban las amigas del círculo. O cuando aquella vez saltó aquel charco para no mancharse y cayó en brazos de aquel apuesto oficial del Ejército que, muy serio, le dijo que tenía una mala noticia que darle. La primavera se había acabado. 

miércoles, 3 de abril de 2024

Joan Guerrero vuela


No es la foto que más le identificará, pero es la foto que recuerdo con más cariño. Hoy que nos ha dejado Joan Guerrero, vuelvo a compartir esta foto. Una foto de la campaña de Catalunya Sí que es Pot, elecciones catalanas, año 2015. Se nos ocurrió hacer una paella en Can Sisteré, como era mes de septiembre, no creíamos que haría tanto calor, no pusimos nada que nos cubriera y estuvimos a pleno sol con la única protección de unos diarios de campaña que utilizamos a modo de sombreretes improvisados. Siempre me gusta decir que en esa foto parece que somos de una de esas sectas que están esperando la nave espacial que ha de llevárselos hacia un mundo mejor. Y ahí estaba Joan Guerrero, el fotógrafo, intentando no asarse mientras llegaba el plato de comida. Porque el Guerrero siempre estaba. Daba igual la concentración, la manifestación grande o pequeña, el acto, el evento o la movilización. Daba igual si no había nada de eso. Antes, mucho antes de que legiones de fotógrafos asaltaran nuestra vida inmortalizándola de manera más o menos artística y con aparataje costoso, Joan Guerrero ya estaba ahí con su cámara al hombro. Y seguía estando ahí. Hasta el último momento, siguió su búsqueda del instante, del gesto, de esa cosa que a ti te parece que no tiene importancia y que él convertía en una alegoría de la sencillez, sobre todo de la gente, de las personas comunes, de las cosas que hacemos, del carro que arrastramos, de las pipas que nos comemos en un parque, del vuelo de una hoja en Can Zam, de la pelota que golpeamos, de un charco y lo que se refleja en el charco, de lo que fue nuestra Santa Coloma y de lo que es. Joan Guerrero ha sido el que ha puesto imágenes a lo que somos. Durante décadas, si querías saber quiénes éramos y quiénes somos, tienes que mirar las fotos de Joan Guerrero. Y sus documentales. En sus últimos años, se lanzó a una tarea audiovisual que, de manera absolutamente personal, y posiblemente fuera de cualquier canon, volvía a su tema recurrente: la gente sencilla y Santa Coloma. Un esfuerzo por recoger algo más que una narración elaborada, sino simplemente una manera de ver la ciudad, de manera desestructurada, imperfecta, pero que llega más que cualquier esfuerzo publicitario por vendernos algo que no somos. Joan Guerrero nos deja y con él se va una de esas personas que sabían cosas, cosas de nosotros, de nuestra historia, de la historia de nuestra ciudad, también otras cosas, como las cosas de esas gentes de izquierdas y esas personas con fe que en un tiempo pasado, no tan lejano, alcanzaron un grado de compromiso con la vida que hoy nos parece imposible, ciencia ficción. Y Joan Guerrero era una de esas personas que podría estar con cualquiera, que podría ser nuestro, vuestro, suyo y nadie podría nunca recriminarle nada. Porque los suyos éramos todos. Dos fotos suyas, podrían ser muchas más, decoran nuestro local. Una foto a Rafael Alberti en un mitin y otra mítica de Lluís Hernández en el balcón del Ajuntament delante de una plaza de la Vila abarrotada de gente. Pero seguro que hay mil fotos que todos pueden considerar que son suyas, porque son parte de nuestra historia. Joan Guerrero se va y nos libera los días y ya no podremos seguir su agenda repleta de presentaciones de nuevos libros, de reediciones, de exposiciones, de presentaciones de documentales, de nuevos proyectos, de una actividad incansable por enseñarnos cómo somos, cómo vivimos, qué nos conmueve, qué nos importa. Se va Joan Guerrero y nos quedamos sin escuchar nuevas historias sobre canciones que le cambiaron la vida, sobre personas humildes que conoció en sus viajes, sobre recuerdos de su infancia, sobre una Santa Coloma que peleaba y combatía, sobre todo lo que tenemos dentro y lo que podemos ser. Porque no solo hacía fotos, había que escucharle hablar. Joan Guerrero era un maestro, todo el mundo se lo decía. El Vell Guerrer, le gustaba decir. A mí me gustaba tratarlo como si fuera alguien sin edad, y sin tanta aura, porque a poco que pudieras hablar con él, esa imagen venerable se transformaba en un genio incontenible, alguien que nunca había dicho su última palabra, que no había captado todavía lo que tenía que captar. Recuerdo un acto que montamos sobre PSUC y movimientos cristianos donde agarró el micro y se rebeló contra el relato oficial, una furia. Y por eso no se descolgaba de su cámara, supongo, para no olvidarse de cuál era su cometido. Mostrarnos. Explicarnos. Se va el viejo Guerrero y cumpliendo el tópico, más que nunca, nos queda su trabajo. Quién nos explicará ahora. Al final, Joan ha cogido la nave.  

martes, 2 de abril de 2024

Américo Vespucio. Relato de un error histórico - Stefan Zweig


Es muy sencillo. Lo dice la contratapa y lo dice el propio Zweig en la parte final de este librito la mar de interesante. Es un resumen que vale para este caso pero vale para todo. Y uno cree que quizás se ha utilizado toda la historia por parte de Zweig para llegar a la parte final y decir esto. En ocasiones, en muchas ocasiones, es más importante aquel que cuenta un hecho que el que ha protagonizado el hecho en sí. El caso de Américo Vespucio. Cristóbal Colon 'descubre' un territorio nuevo, pero él no lo sabía y se murió sin reconocerlo. Él creyó que estaba en la India. Sin embargo, el primero en saber reconocer que lo que se acaba de 'descubrir' no era tierra conocida sino desconocida, fue Américo Vespucio. Y Vespucio no era nadie. Era un simple piloto de uno de los barcos que intentó reconocer esa tierra nueva y que, efectivamente, supo ver y supo escribir, sobre todo, que era un mundo nuevo. Más allá de la idoneidad del verbo 'descubrir', del papel de esos navegantes y descubridores y su legado, o de cómo pudo ser que un personaje en principio sin la envergadura de otros marineros, etc., pudo darle el nombre a un continente, de lo que se trata aquí es de reconocer que un hecho en sí, puede no tener importancia si uno no lo cuenta. Emisor, receptor, mensaje. Saber contar es más importante que hacer. Una vez más. 

miércoles, 20 de marzo de 2024

Los años - Annie Ernaux


Las historias que contamos las podemos contar de muchas maneras pero solemos contarlas centrándonos en hechos, momentos, partes de nuestra vida que, posiblemente no sean las importantes. Nos encontramos, nos reunimos y hablamos de nuestros trabajos, de las matrimoniadas, de nuestros proyectos vacacionales. Un día, otro, otro más. Discutimos, a veces sobre asuntos que tienen que ver con la política, con deportes, hablamos de algún concierto. Naces, escuchas a los demás, un día empiezas a hablar tú, no paras, es posible que empieces a no saber de lo que hablas, te callas, te mueres. Este libro de Annie Ernaux se llama Los Años y cuenta la historia de una vida en la que tienen más importancia esas cosas que vemos y que no memorizamos, esas cosas que nos pasan y que se quedan en nuestra cabeza unos segundos, que quizás si tenemos tiempo y ganas nos sirven para elaborar algún pensamiento más o menos complejo o sencillo o nos han provocado un bienestar transitorio o una preocupación o un impacto, mucho más que esas cosas grandes a las que dedicamos la vida. Trabajar, comprar, querer hacer lo que hacen los demás, ser parte de algo, no estar solos, que alguien se acuerde de que existimos, poder comprar más, sacarnos fotos unos a los otros. Un libro sobre una mujer francesa que desde la posguerra y los recuerdos de la Segunda Guerra Mundial va avanzando hasta alcanzar la entrada en la primera década de los 2000 y nos cuenta su vida sin que tengan demasiada importancia esas cosas que pasan en la vida que son el trabajo, el marido, los hijos, de tal manera que el trabajo no tiene nombre y el marido y los hijos tampoco y es ella la protagonista y lo que le pasa tanto a ella como a su gente en un sentido abstracto y que puede ser el retrato de una generación pero tampoco. Un libro que está escrito de una manera en la que los recuerdos de aquello que probamos, vemos, sentimos, escuchamos (la importancia de las canciones y de los cantantes, mucha más importancia que la que tienen otros referentes a los que deberíamos señalar, padres, madres, compañeros, hermanos, hijos), leemos, contemplamos, simplemente recordamos. Recordar, que no se olviden esas cosas, esas enumeraciones de pequeñas y no tan pequeñas cosas y ese desencanto o esa falta de encanto o esa gloria que es la vida de quienes quieren vivir y recordar lo que han vivido. Un libro escrito de una manera que contagia, que limpia de grandes elementos lo que es una vida donde un olor o una marca de un producto es más importante que un trastorno determinado o una enfermedad o una muerte. Un libro donde todo lo importante que le pasa a alguien que piensa que su ilusión por hacer algo se ha pasado queda remediado en el libro mismo. Un libro, también es importante, sobre una generación que contempla la política, se involucra, cae derrotada, se ilusiona, se conforma, asume y no sabe cómo entender un mundo donde hay otros y otras que están en el mundo junto a ellos, en su barrio, en su ciudad y a los que no vemos hasta que nos los señalan. Y quien nos lo señala es el monstruo. El nacimiento de ese monstruo, contemplar como lo tenemos al lado, es también la historia de la vida. 

martes, 19 de marzo de 2024

25 años de Peña Centenario Athletic Club en Santa Coloma


Qué cosas tiene el subconsciente o la puñetera casualidad, pero esta mañana sin saberlo yo o tener ni pizca de conocimiento me he dicho 'pues ponte esta camiseta misma debajo de la camisa'. Sin saber. Y resulta que llega el Óscar y nos dice que hoy hace 25 años que se fundó la Peña Centenario Athletic Club de Santa Coloma. Y qué cosas. Y cuántos recuerdos. Recuerdos del día de la inauguración, con el Presi, el Juanma, pletórico, acompañado de la Manuela de Madre, la alcaldesa, de un directivo del Athletic Club que creo que fue un tal Otxoa y vino Maguregui, nada menos que Maguregui, aunque yo no le hice mucho caso. No sé si vino otro ex jugador, pero Maguregui nos pareció como extraño, al menos a mí. Y mi padre, hinchado como un pavo. La foto en la que estamos con el escudo de la peña oficial, creo que la hicimos en lo que es ahora el restaurante al lado de la Capfoguer, o fue en el Castellet d'Andreu, no recuerdo, pero estábamos que no cabíamos en nosotros mismos. Toda esa gente era del Athletic. Toda esa gente ha acabado siendo parte de nuestras vidas. Son muchos recuerdos de 25 años, muchos de esos años impenitentemente yendo a ver el partido. Sábado, domingo, a la hora que fuera. El partido del Athletic en la peña era sagrado. Domingos a las nueve de la noche, con frío, partidos donde no jugábamos a nada. Aquellos años de sufrimiento. Aquellas discusiones sobre fútbol que no terminaban nunca. Aquellos años en el local de la antigua peña Gol 3000, aquel tipo que venía y nos decía que bailar flamenco, que si sabías bailar flamenco, lo demás era sencillo. Aquel otro tipo que cantaba 'soy de Atxuri'. Tanta gente que venía, tanta gente que llevaba su chandal del Athletic como el que llevaba el traje de Armani más caro. Esa gente, Juan, Chamizo, el otro señor Juan de Algeciras, la señora Virtudes, los hermanos Artero, Javitxu, la juventud que éramos el Óscar, el Mikel, el Gorka, el Luciano, mi hermano, el equipo de fútbol de la Peña Centenario, que jugábamos con equipación falsa pero rojiblanca y éramos malísimos pero temibles cuando estábamos cabreados, tanta gente que ha pasado por la peña y tanta gente que nos ha dejado y a la que han enterrado con la bandera del Athletic siendo de Huelva, de Algeciras... Me acuerdo de mi padre viendo los partidos del Athletic en la peña. Llegar con él y separarnos, sentarnos en asientos diferentes, él delante, en primera fila y yo atrás, porque no podíamos ver el partido juntos, porque era una discusión constante. Mi padre cabreado, tirando la botella de agua, dando paseos por el pasillo entre las mesas, cagándose en cosas pintorescas, variopintas, variadas, exageradas, absolutas, totales, cabreándose lo más grande y pasando a la alegría más desaforada cuando el Athletic marcaba. Su Athletic. Su repetir el nombre del goleador tres veces. Aduriz, aduriz, aduriz. Julen, julen, julen. Llorente, llorente, llorente. Las tradiciones, las supersticiones. Los encuentros en Gamiz Fika, la entrevista con la húngara sobre el Athletic, los viajes en autocar con el presi, el presi fumando atrás, el presi y todo el catálogo de anécdotas, historias, momentos del presi. El hombre aquel que entró a cagar en el lavabo y por poco nos mata a todos y creo que nunca volvió. Los Pulido y esa familia que hemos visto crecer desde que eran unos niños y claro, joder, que han pasado 25 años y ahora son unos chavalotes y la Lucía es la más athleticzale de todas las athleticzales del mundo. Y los hermanos y las broncas en el momento más insospechado. Y el Alegre y su hijo. Y Joaquín y su chándal eterno. Y Homobono, eterno él mismo, con su chapela en cualquier momento y en cualquier lugar, el tío más majo del mundo y no podía ser de otro equipo que del Athletic, a cualquier hora, siempre. Y aquella vez que fuimos a ver al femenino al Mini Estadi y la Irene Paredes marcó un golazo desde su casa. Y las veces que íbamos al campo del Espanyol, a montjuic, y el gol de chilena de Urzaiz en el último minuto que yo creo que no me he alegrado más de una cosa en mi vida. Y aquella temporada que jugamos la Uefa con Bielsa y nos tocaba jugar muy tarde y los vecinos se quejaban y no podíamos gritar y dio la casualidad de que el Athletic no dejaba de pasar eliminatorias y no cantábamos los goles, todo en silencio, y qué decepción cuando perdimos la final y cuando fuimos a Barcelona a la final con Valverde que la perdimos también y estábamos en Barcelona pero incluso aquí éramos más que la culerada. Y poder decir que tenemos una peña en Santa Coloma de Gramenet, provincia de Barcelona, una peña del Athletic Club  y que todo el mundo te pregunte porqué mierdas eres tú del Athletic y tener que contarle la historia de mi padre y la de tantos padres y abuelos que eran del Athletic y no habían pisado Euskadi en su vida y éramos y somos tan del Athletic que aunque ya no vemos los partidos juntos, porque la vida d ela gente cambia, los locales desaparecen, los bares, los que comenzaron ya no están y nosotros hemos aguantado lo que hemos podido, aunque todo eso haya pasado, tenemos un grupo de wasap donde religiosamente cada día de partido se comparte la alineación y se va siguiendo el partido casi como si lo estuviéramos juntos. Aunque mola más en persona, y hablar de Javi González, o Javi Casas, o Merino, o aquel central, cómo se llamaba, aquel que luego se fue al Celta y era más blando que yo que sé, o de este chaval del juvenil que hemos fichado y que dicen que es muy bueno, y acabar hablando de conciertos. Y aquellas 24horas en las que me expulsaron dos veces. Y esos viajes a Girona con la mierda de frío que hace allí y mi padre orgulloso con su bufanda del Athletic caminando por esas calles. Y mi padre, hoy día del padre, fíjate, qué casualidad, todo el mundo poniendo fotos de sus padres y hoy es el día de la fundación de la peña, el partido a la peña, mi padre cuando ya no podía hablar, justo después de venir del hospital, no se podía perder la cena de Aniversario y no podía dejar de gritar Apleeeeepi, como saliera. Porque el Athletic es tu otra familia, porque el Athletic es tu padre. Viva la peña Centenario y Aupa Athletic todos los santísimos días del año, joder.   

lunes, 18 de marzo de 2024

La cárcel


Al lado de mi lugar de trabajo están construyendo un centro penitenciario. Cuando comencé a trabajar, en el mes de septiembre, aquello estaba todavía casi en pañales, el solar y gente trabajando, sí, pero no se vislumbraba que ahí fuera a haber nada. De hecho, tardé unos días en saber que allí se estaba construyendo un centro penitenciario. Una vez que lo supe, tampoco le hice mucho caso. Es una prisión. Pero el otro día, cuando hablo del otro día me refiero al jueves, al bajar del metro y pasar por delante me di cuenta de que estaba ya la obra muy avanzada. Tan avanzada que se veían digamos los adentros del centro penitenciario de régimen abierto. Régimen abierto. Veía las que yo llamo celdas pero seguro que ya no se llaman así y pensé, un momento, que esto será un lugar en el que habrá gente. Ahí dentro habrá gente. En esas habitaciones con esas puertas tan estrechas. Y ya está prácticamente hecho. Un día o dos antes, vi a un equipo de BTV que supongo que irían a grabar algo. Ese día no reaccioné tanto como el día después cuando me di cuenta de que eso, estaba ya casi hecho. Y sin más me dispuse a hacer una foto. Y a pensar en cosas. En cosas como que nosotros no somos esa gente. Nosotros no vamos a ir a la cárcel. Miramos la cárcel, el centro penitenciario de régimen abierto y lo miramos con la distancia de las cosas que no están. Porque nosotros no somos. Nosotros no somos los que un día podemos acabar ahí. Nuestro mundo es otro, con charlas, actividades, fines de semana, calçotadas y previsión de vacaciones de verano. Nosotros no nos vamos a morir en la calle, porque tenemos una red que nos va a controlar y nos va a ayudar. Nosotros no nos vamos a morir en la calle, porque a las malas tendremos a alguien que nos socorra o nos obligue o lo que sea. Nosotros no tenemos que mirar al que está en la calle, porque no somos nosotros. Hemos conseguido incluso no mirar a la gente que juega a las tragaperras en los recreativos, en los bares. Hemos visto ya que no somos nosotros. Vamos al bingo, jugamos a las máquinas, no nosotros, no. Son otros los que consumen prostitución como un juego. Son otros los que juegan. Qué más nos da si hay recreativos, si apostamos al fútbol, si estamos pendientes de un gol de nosequién. Si tal carrera ha acabado y se da una secuencia de resultados concreta. Qué más nos da que construyan un macrocasino, una cárcel, un hotel en primera línea de playa, no somos nosotros. Hemos conseguido estar muy por encima de todo eso y solo nos interesa lo nuestro. Porque pasaremos por delante del centro penitenciario de régimen abierto y lo haremos como quien pasa por delante del mismo solar que había antes, pensando en llegar rápido al edificio A, subir al ascensor y mirar a ver si hay caramelitos en la mesa. Porque nunca somos nosotros, todo lo raro, lo molesto, lo que ensucia, le pasa a otros. Se mueren, no están. 

jueves, 14 de marzo de 2024

¿Un país de tragaperras?


Un momento, colominos. ¿Os imagináis un espacio más grande que Santa Coloma, como Santa Coloma y Sant Adrià juntos, que fuera todo él como el bingo Capitol o como lo que vemos delante de la Plaça del Manelic? ¿Todo así? ¿Os molaría tener eso ahí? No lo vamos a tener ahí, sino que lo tendríamos en Tarragona. Un macrocasino, un Las Vegas, pero no un Las Vegas como se ve en las pelis donde van tres pájaros y pillan una moña de esas en las que dejas de grabar y luego te pasas toda la peli recordando a ver qué has hecho y qué risas nen. No, un Las Vegas con 1200 tragaperras y todo lo que conlleva de salud y bienestar un complejo como este. Salud, bienestar, buen rollo. ¿No? No parece que sea el modelo de sociedad que alguien de izquierdas consideraría como aceptable. Juego, etc. Bien, ¿no? Pues resulta que para aprobar los Pressupostos de la Generalitat, el PSC, Partit dels Socialistes de Catalunya, le ha impuesto a ERC, Esquerra Republicana de Catalunya, que es el partido que gobierna la Generalitat de Catalunya, pero con 33 diputados de 135, aprobar el PDU por el que se podría comenzar a construir esto en Tarragona. Una condición que dirás tú que qué tendrá que ver con los presupuestos, pero es eso, qué tendrá que ver. Pues el PSC le ha impuesto esto para dar su apoyo. Y ERC ha aceptado. Y pretendían que nosotros, los Comuns, aceptáramos también porque los presupuestos son muy importantes. Y así, nos aparecen vídeos de regidoras de ERC en Santa Coloma diciéndonos las múltiples cosas que se consiguen con estos presupuestos como, por ejemplo, la 2a residencia para la gente mayor, si Comuns aceptamos el macrocasino de marras que, total, quién sabe si se hará o no se hará o yo que sé. Tú di que sí y ya si eso vamos tirando. No es serio. Y no es justo para los colomenses y las colomenses que se les diga que no tendrán la Segunda Residencia para la gente mayor, pública, si no aceptamos que coloquen 1200 máquinas tragaperras en Santa Coloma. Bingo y línea. Es un chantaje tan burdo que uno no sabría dónde meterse, pero aún así, la autoconfianza es tan grande que, con todos los datos en la mano y tal, piensa uno que ha de estarse muy desesperado para llegar a ese extremo con tal de condicionar el voto de un grupo que se sabe que no está por la labor. Si no hay macrocasino, que es que nos lo ha impuesto el PSC que es muy malo pero es que no podemos hacer otra cosa, si no hay macrocasino, no hay Residencia. Con todo el morro del mundo. Y finalmente, como decidimos no ceder al chantaje (la residencia hay que hacerla porque eres Gobierno de la Generalitat y si no la haces es porque no es tu modelo hacer residencias públicas y sabes que esto era una maniobra para presentarnos como unos irresponsables pero, ay, aquí quien queda como que gobierna no para la gente, sino para los negocios de otros, eres tú), el president Aragonés convocó elecciones. Y ahora, colomense, paisano, pensarás, vaya, por culpa de los Comunes estamos otra vez con la mierda de las elecciones. Claro, porque nosotros convocamos las elecciones... no, nosotros no las convocamos, no es por culpa nuestra. Es por culpa de un president y de un partido que es ERC que no ha sabido plantarse ante un PSC que juega duro, que sabe a lo que juega y juega a meterte en su película y de esa película ya no vas a saber salir, pero te metes y entonces te ves ahí subalterno de ellos y piensas, ay, que yo venía a Substituïr al PSC y me encuentro con que o acepto lo del macrocasino con 1200 tragaperras o se me acaba el rollo del Molt Honorable y la Generalitat Republicana. Y el PSC satisfecho porque piensa que va a ganar, Pobre Cowboy Bill, tan de largo que podrá elegir con quien gobierna. Y ERC supongo que buscará en los bajos fondos para encontrar algún ex que pueda vender como otro trofeo para meter en sus listas. Y buscará en los bajos fondos para crear candidaturas submarinas. Y mientras el PP mirándolo todo desde Badalona y cuánto lío y estas izquierdas que no se ponen de acuerdo y ya limpio yo. Y Vox diciendo que no, que ya limpio yo. Y Aliança Catalana, los zombis del norte, limpiando también. Porque aquí las jugadas son múltiples y son variadas y el rollo de tener el Govern de la Gene es muy goloso y soltarlo, poner en riesgo soltarlo, es porque ahí dentro eso de que el PSC te diga lo que vas a hacer y lo que no, igual todo el mundo no lo digiere bien y a lo mejor antes de que pete, pues patada para delante. Y qué malos los Comuns, qué falta de responsabilidad. Que no, a ver, que no vamos a tragar con las tragaperras. Y el 12 de mayo entonces nos vemos en las urnas otra vez y nosotros con la cabeza bien alta porque, efectivamente, nosotros no queremos un país de tragaperras. Vosotros, no lo sé. Espero que tampoco. 

miércoles, 13 de marzo de 2024

Krasnoyarsk


Yo ya había estado en Krasnoyarsk antes, hace mucho tiempo, pero no la recordaba así. Entonces, la ciudad era poco acogedora y cuando volví al cabo de unos años, bastantes años, eso no había cambiado. Pero sí que había algo que no parecía estar en su sitio. María me dijo, no nos habremos equivocado y estamos en Krasnodar, que mira que te lo dije. No, no, le dije. En Krasnodar hace bastante más calor que aquí, Krasnoyarsk es frío como el mismo demonio. Y mira el río. Y míralo todo. Está helado. Es algo que no sé cómo definir, pero ha cambiado. Será que cuando viniste por primera vez todavía existía la Unión Soviética y ahora eso ya pasó y ahora todo es diferente. Por poco que haya cambiado, siempre se modifican cosas y ese cambio no parece cosa menor, me dijo María. Yo miraba en torno a nosotros y reconocía edificios, pero había algo. Quizás algún letrero comercial algo más alegre y que la gente en la calle parecía más joven. Un coche pasó por nuestro lado. Era nuevo. Alguien miraba el móvil. Aquellos gorros tan gruesos, dónde estaban. Fuimos a una cafetería. Yo no recordaba cafeterías. Pero las había. María me hablaba de Moscú. Ella había estado trabajando allí durante cinco años. En mi cabeza se mezclaban cosas. El río. El frío. Al salir de la cafetería, María me propuso volver al hotel. Quise ver la tele. En un programa entrevistaban a unos turistas catalanes. No éramos nosotros. Decían que estaban haciendo un viaje por toda Rusia y que Krasnoyarsk les estaba encantando. Les encantaba Krasnoyarsk. Quizás era eso. 

martes, 12 de marzo de 2024

Gastarbeiter


A Nazario Santisteban le tocó la moto en la lotería. Eso es lo que decían sus compañeros en la fábrica. Nazario Santisteban protestaba y decía que de eso nada, que se la había ganado con su trabajo. Especificaba muy bien lo de 'con mi trabajo'. Pero los demás le decían que había sido la lotería. Aquel año, los patrones, en sintonía con los sindicatos, decidieron ofrecer un obsequio por la productividad y qué mejor que una de aquellas motos que se fabricaban en la propia fábrica. Cuando se dijo el modelo de motocicleta que iba a proponerse como complemento hubo una cierta decepción entre los trabajadores de la planta, porque todos fantaseaban con algún modelo utilitario que les permitiera desplazarse sin mucho trastorno de sus domicilios a las fábricas, pero aquel modelo, un señor motón, era demasiado y muchos de ellos comenzaron a hacerse un poco el ronsa a la hora de dar el callo. No querían esa moto. Solo Nazario Santisteban había considerado que a él ni moto ni mota y que él iba a seguir trabajando igual, porque ya en otra ocasión le habían enredado con nosequé y al final casi le ponen una sanción porque le dijeron que estaba convocada una huelga y luego resultó que no y un lío todo. Por eso él había seguido trabajando igual y así se encontró aquel día subido al escenario y con todos los trabajadores, los compañeros, aplaudiendo porque se habían librado de aquella moto y Nazario iba a ser conocido por todos como 'el de la moto'. Y qué moto. No sé cuántos cilindros, no sé cuanto de motor, no hacía ruido, era como un camión de grande. qué iba a hacer Nazario con tanta moto. Llegó a casa y le dijo a la mujer que le había tocado la moto del sorteo. La mujer, Rosana, que venía de un pueblo de Galicia como él y que también trabajaba en una fábrica, pero ella de frigoríficos y electrodomésticos varios, dijo que le parecía muy bien, que ya era hora que la empresa se estirara un poco y que fíjate que ellos ya tenían la lavadora y la nevera gracias a la empresa suya y que ahora también moto. Pero que ella no se iba a montar en la moto y que si él la quería aprovechar para ir al trabajo o hacer alguna excursión... pero Nazario no utilizaba la moto. A Nazario le daba vergüenza ir a trabajar con la moto y que los compañeros le dijeran, mira, ya viene Nazario el de la moto. Así pasó el tiempo y Nazario dijo de venderla. Y ahí Rosana dijo, vamos a ver. Y bajó a la calle donde tenían aparcada la moto y la miró y se subió encima de la moto y Nazario le dijo qué haces y ella le dijo, calla, y le preguntó que cómo se encendía y Nazario se lo dijo y la arrancó y la encendió varias veces y le dijo, la moto me la quedo yo. Pero qué dices. Que si tú no la utilizas me la quedo yo. Y Nazario le dijo que si era eso que entonces la utilizaba él. Pero ella le dijo que no. Que ya había tenido tiempo de pensar y de usarla y que no había manera. Y Rosana se quedó la moto. Y la conocían como Motorosana en el edificio. Y un día Nazario quiso coger la moto porque le daba mucha envidia y salió con ella por una carretera y se dio cayó y se mató y la moto siniestro total. Y Motorosana se volvió a comprar otra moto, claro.  

lunes, 11 de marzo de 2024

20 años del 11M.


Aquellos días, en esos días, yo estaba emocionado porque iba a ir a Madrid por primera vez a ver a mi amigo Edu, que se había ido a vivir allí y estaba yo nada más que pensando en aquel viaje. De repente, estábamos en el curro, en Doblezeta, cuando empezamos a escuchar lo de los trenes. Qué ha pasado, qué barbaridad. Pero quién ha sido. El Gobierno lanzó la idea de que era ETA. Todo era ETA entonces. El Gobierno era el del Aznar más grotesco y había comenzado el oscuro camino de relacionar cualquier disidencia con el Constitucionalismo de marras con ETA. Todo era ETA. Si todo era ETA y el culpable del atentado era ETA, solo quedaba el PP. Ni PSOE, ni nadie. Esos días fueron tremendos. Finalmente viajé a Madrid y una de esas noches, la del sábado, estuvimos ante la sede del PP en la calle Génova, en aquellas concentraciones del 'quién ha sido'. Si era el terrorismo islamista, estaba claro que la diana estaba en Aznar y sus fotos con Bush y su apoyo a la guerra de Irak. Esas elecciones las ganó el PSOE de Zapatero. Y el PP comenzó una carrera hacia el desquicie que continúa. Quizás y solo quizás, uno de los momentos más bochornosos de la historia reciente de nuestro país haya sido el acoso, burla, escarnio y menosprecio a la figura de Pilar Manjón, la madre de una de las víctimas de los trenes que se erigió en la portavoz y cara visible de la Asociación de afectados por el terrorismo 11M. Si habitualmente estábamos acostumbrados a las víctimas del terrorismo de ETA, a las que el PP utilizaba de manera escandalosa, de repente, esta mujer daba otro mensaje, otro perfil, de repente las víctimas del terrorismo, como por ensalmo, esas víctimas del terrorismo, dejaban de ser españoles de bien y pasaban a engrosar ese amplio catálogo de elementos que vienen a romper la paz y la concordia que nos hemos dado entre todos. Malos españoles. Españoles y españolas que buscan en las cunetas, que quieren justicia, que quieren saber quién fue, quién mató a sus familiares, qué se ha pagado por ello, quién nos metió en una guerra contra la opinión de la mayoría que sabíamos que tendría consecuencias sobre nosotros algún día, quién nos miente, quién lo tergiversa, quién te culpabiliza, quién acaba buscando que te hundas, que te vayas, que te vayas, que te pires, que abandones, que te calles, que compruebes por ti mismo que este país es así, señora, cállese de una vez, no ve que nos está molestando. Pilar Manjón pasó a ser un símbolo, pero pasó a ser un símbolo también para quienes concentraron su odio, su resentimiento por haber perdido unas elecciones, un ejemplo de cómo hundir a quien se atreve a disentir. Y así seguimos. Han pasado diferentes gobiernos, han pasado diferentes líderes del Partido Popular, han pasado y han surgido propuestas políticas de todo tipo, pero en este país parece mantenerse la idea, que hasta entonces no existía como tal, de que el Gobierno, de que el país, de que todo, era suyo. Si bien los años de gobiernos socialistas podrían haber hecho pensar que este país había cambiado, los años de Aznar nos devolvieron a la derecha consciente de que los demás estábamos de prestado y que cómo te ibas a atrever a cuestionar eso. Esto. Y así seguimos. Murieron 202 personas por la vacilada de quien pensaba que estaba allí en el mundo para convertirse en el Cid Campeador y fue desalojado del Gobierno por mentiroso. Y 20 años después, todavía lo tienes que ver diciendo que a él que le cuentas. Y cállese, señora. 

sábado, 9 de marzo de 2024

Dejadme decir algo sobre las manifestaciones del 8 de marzo


Dejadme decir algo, que será muy breve y no tiene mayor trascendencia que la opinión de un señor así que podéis ignorar perfectamente este texto como se ignoran tantas cosas y continuar estando a gusto leyendo y apreciando las opiniones que más os gustan o las de otros señores que tal. Lo que vengo a decir es que las manifestaciones del 8 de marzo son sin duda, y esto creo que ya lo he dicho alguna vez en textos anteriores sobre el 8 de marzo en los que también me he atrevido a opinar, digo que estas manifestaciones son sin duda la principal movilización transformadora que existe. Una movilización en la que participan, como me dijeron ayer, tanto las que están organizadas y formadas y politizadas como las que no. Una movilización masiva a la que se va con alegría, con rabia, con ganas. No es una movilización de las que toca ir, no es algo que nos concierna a unos pocos, es la movilización que está a flor de piel y que incumbe a todas las personas y es por eso que es que el 8 de marzo es el día en el que, sí, el sistema, sí, el sistema, está más en riesgo. En definitiva, que el feminismo más allá de las propias manifestaciones y los días señalaítos es, ahora mismo, lo poco que nos salva del monstruo. Y es por esto, y dejadme que lo diga, que es la movilización más peligrosa, la movilización más temida y la movilización más ininteligible por quien es sistema y quien quiere que todos los focos giren sobre sí mismo o sobre si misma. Y en el mismo plano coloco a quienes convocan manifestaciones para contrarrestar el factor masivo, espectacular, impresionante, sobrecogedor, de las manifestaciones masivas en las que el poderío de un o de varios feminismos se siente y desborda, a quienes te dicen a qué manifestación ir o si una manifestación es feminista o no, como a quienes convocan manifestaciones pensando en encontrarse las mismas caras y saludarse y pensarse como únicos representantes de la cosa que pueden utilizar una movilización escasa para colocar un programa político determinado donde al final una de las cosas que menos importa es el 8 de marzo, sino cagarse en alguien en concreto. Que puedo ser yo mismo. Y ya está. 

jueves, 7 de marzo de 2024

La història dels vertebrats - Mar García Puig


Es complicado ponerse a hacer algo parecido a una crítica de un libro sobre el que no se puede hacer una crítica. Tampoco me gustaría caer en lo que podría ser un canto de alabanzas únicamente porque el libro lo ha hecho una compañera y porque el libro, finalmente, es mucho más que un libro. Escribir un libro como este, rellenar páginas contando lo que se cuenta en este libro, no está al alcance de cualquiera. Escribir un libro, contar una historia, que es tu propia historia, desnudándote como ya se anuncia en la portada, pero no desnudándote de esa manera superficial en la que nos mostramos ante los demás en lo que consideramos una muestra auténtica de nosotros mismos. No. Es otra cosa. Se me acaba de ocurrir que hay una canción que tiene una frase que tiene que ver con esto. Con esto y con tantas cosas. Es la canción Paracaídas de Los Enemigos. Una frase sencilla que dice Tengo problemas que nadie me planteó. Mar García Puig es madre de dos hijos justo el día 20 de diciembre de 2015, cuando el país votaba en unas elecciones generales que la convirtieron en Diputada al Congreso por En Comú Podem. Y todo eso que todo el mundo pensaría que sería una feliz coincidencia se convierte en una tortura. Y cuando digo todo, es todo. Porque lo que Mar García cuenta es que eso de ser madre y aparecer todos juntos en la foto como en esas fotos de las casas de muebles de felicidad contagiosa no es ni lo normal ni lo habitual ni nada que se parezca. Y lo de estar radiante y gloriosamente acompañada en la muy noble tarea de cambiar el mundo, pues como que tampoco. Lo que Mar García cuenta, y que hace verdaderamente especial este libro, es que no se trata de la típica historia de superación ante la adversidad, sino que la autora nos muestra con toda la crudeza lo que pasa cuando nos pasa y solo nosotros sabemos lo que nos pasa. Y si eres mujer, lo que ha pasado y pasa cuando pasa. Quién dice lo que les pasa, quién cuenta lo que les pasa, quién diagnostica lo que les pasa, quién decide qué hacer para corregir lo que les pasa. El libro de la compañera es su historia pero es también la historia de millones de mujeres que no respondieron a la versión canónica que nos hemos impuesto de maternidad. Un libro que combina lo más personal, lo más íntimo, con la erudición y la sabiduría de alguien con los conocimientos y la curiosidad de saber y de quererlo contar y contarlo bien. Que se entienda. Y se entiende perfectamente. Tan perfectamente que no conozco a nadie que no haya leído el libro que no haya quedado impactado por lo que se cuenta, por cómo se cuenta y por la crudeza en la descripción de lo que se siente cuando pasa. Porque pasa. Y se hace muy difícil no utilizar un vocabulario determinado para describir qué es eso que pasa, porque soy un señor de casi cincuenta años y no soy padre, pero ese miedo, ese terror, está ahí. Ya hace días que leí el libro y le tenía mucho respeto a escribir nada sobre él porque todo lo que se diga no será preciso. La cosa más clásica que me sale desde el principio es decir que hay que ser muy valiente para escribir así, para escribir y describir algo así en primera persona. Hay que ser muy valiente, como lo es Mar. Pero estoy convencido de que no es valiente el término necesario aquí. Por favor, lean este libro, al menos sean valientes ustedes. 

lunes, 4 de marzo de 2024

Priscilla - Sofia Coppola


Ayer estuvimos hablando sobre esas navajas que te dejan entrar en el AVE, navajas que tienen una medida en la hoja de unos cinco centímetros y están pensadas para que, en caso de que pinches, no toques ningún órgano vital. Pues es un poco eso. Hay un detalle justo al principio de la película, en los títulos de crédito: Priscilla Presley, executive producer. Sales del cine cuando acaba la película pensando que eso, que la película pincha pero sin hacer daño. Cuenta algo que parecía que iba a ser más truculento y no te parece que haya tanto como para hacer una película si de lo que hablamos es de hacer una película en la que se señale una situación que nos conmueva. Claro que nos ponemos de parte de Priscilla, claro. Pero. Y entonces, algo que te ha estado rondando la cabeza durante toda la película y que se agiganta a medida que pasa el rato una vez que sales del cine. ¿Y Elvis? Y es entonces cuando entiendes la película. ¿Y Elvis?

jueves, 29 de febrero de 2024

Crónica del #PleGramenet de Febrero. Una ciudad como las demás.


 ¿Dónde está Santa Coloma de Gramenet? Tenemos una ciudad y esa ciudad está acuciada por múltiples problemas. Hay quien puede pensar que ya está todo más o menos y que lo importante es lo que sucede cada fin de semana, pero hay otra ciudad y esa ciudad, que es nuestra ciudad, a veces, de vez en cuando, se cuela en nuestras vidas y nos interrumpe y lo que yo tenga que contar de un pleno municipal que fue el lunes y de las ocurrencias y de los aspavientos y de las tradicionales jugadas de colocación y volea se puede hablar poco. O casi nada. Porque de repente, la ciudad que tenemos, nos asalta y nos voltea. Y cuando veíamos que se caían edificios en Badalona en nuestra cabeza pensábamos, nosotros no estamos tan lejos. Y ayer se tuvo que desalojar un edificio en la calle Pirineos y se va a desalojar otro y de repente la vida de esas personas que vivían como tú en su pisico tranquilico, ha hecho crack. Y cuando la vida de alguien hace crack, una de las cosas principales que se aprende en este mundo tan cenagoso es que mandar a la gente a la guerra es super cómodo. Súper fácil. Yo no sé porque estoy desconectad@ pero claro que sí. Es muy fácil. Todo es muy fácil y todo es tan fácil que hay que entender también que el que está desesperado, quiere soluciones. Y requiere calma. Y así nos vamos al lunes. Y el lunes hubo pleno municipal y en primer lugar destacaremos que la ciudad de Santa Coloma parece tomar conciencia de que es una ciudad que regularmente presenta problemas de falta de limpieza, no porque no se limpie, es porque no se han puesto los recursos para que se limpie más. No es porque seamos sucios. Es porque todo cuesta dinero y poner los recursos para que la ciudad esté más cuidada, que al final es de lo que se trata. Más dinero para la limpieza. Una ciudad como las demás, como esas ciudades que parecen limpias. Y no es porque vivan extraterrestres. Viven nuestros mismos nosotros mismos. Y al final es todo cuestión de dinero. Y de sentido común. Y de que quien tenga los recursos que los ponga. Siempre. Que quien tenga recursos para que Santa Coloma de Gramenet sea una ciudad como las demás, que lo haga. Y que no se escatime, que no se saque pecho por cosas que no pasan, que se haga lo que se tiene que hacer, que se ponga la carne en el asador, que tanta foto mirando a cámara sirva para algo, que se escojan bien las prioridades, que no somos una ciudad tan distinta a las demás, que no mires más a la cámara que me pones nervioso, que dejes de mirar al público que da como cosa. Y no, ya han pasado muchos días y supongo que no está de actualidad pero qué es la actualidad en los últimos plenos. Quizás lo más interesante es la petición de no aplaudir de la propia alcaldesa ante una intervención para llamarle la atención a los fascistas, una intervención donde se les pone ante su espejo. La provocación por la provocación, la barbaridad por la barbaridad, el exabrupto por el exabrupto y todos y todas allí esperando con la boca abierta a ver qué dicen, a ver qué me dicen, a ver si me dicen algo a mí y así puedo. Y somos como bolas de hilo con las que juguetea el gato de la barbarie. Y da igual si es el chico joven o el señor mayor, los plenos ya solo parecen valer para que una gente a la que le importa una reverenda mierda la ciudad de Santa Coloma de Gramenet, haga su número y los demás esperemos a ver de qué manera sacamos o dejamos de sacar tajada. A mí me gusta escribir. Hay quien le ha tomado el gusto a lo de no dialogar. El tema de las mociones y las enmiendas a la totalidad. Significa que el PSC parece que solo encuentra espacio para dialogar o llegar a acuerdos en según que temas, que son los temas que se presentan en las mociones, con el pp y naturalmente con lo que un día conocimos como Ciudadanos. Una excepción, el tema de las bibliotecas, donde con excelsa brillantez se consiguió poner el acento en un tema que reunió en torno a sí a todas las fuerzas y cuerpos. Significa que no estamos para diálogos porque hay una sensación de que existe un acuerdo general y que se tolera o se asume que haya un espacio que pienso, detecto, que va a ir acotándose cada vez más para que los pasotes queden en nada. Y nada son, en realidad. Porque dicen representar a dosmil y pico colomenses, pero es imposible que dos mil y pico colomenses puedan ver esas intervenciones y piensen, me representan. Un dato, el señor del PP. El señor del PP, como vengo advirtiendo desde hace semanas y parece que hay consenso en ello, el señor del PP es extremadamente hábil. Así el otro día, el lunes del que estamos hablando fue capaz de citar a Indalecio Prieto en una moción sobre el tema hidrológico y quedarse más ancho que largo. Así de sencillo. Y con las mismas te vota todo a favor y cambia de voto si le parece que el equipo de gobierno ha dado la explicación y no da un ruido el hombre, pero está haciendo un trabajito. Y ese trabajito. Y la compañera Jeny intervino en el pleno para decir que ante esta amenaza de los del trabajito y los del trabajazo, los feminismos deberían unirse porque la barbarie está llamando a la puerta y yo creo que nos deberíamos quedar ya con esta idea. Porque no fui al pleno, porque no pude ir, pero lo escuché y parece que los micrófonos funcionan y parece que somos, al menos en eso, una ciudad como las demás. 

miércoles, 28 de febrero de 2024

Días de Andalucía


Como para dejar el coche en la puerta, con todo el soletarrón. Entonces. ¿El día bueno es hoy o es el 4 de diciembre? ¿Da lo mismo o hay que ponerle más intensidad a uno o al otro? ¿A este? El oficial es este pero el oficioso es el otro. Si el paisaje de tu infancia es el paisaje de tu nosequé entonces ese paisaje es este de la foto. La Pontanilla, la calle donde está la casa de mi abuela, donde está ahora nuestra casa, con esa pared blanca al fondo que cuando yo era chaval no era tan blanca de los balonazos que dábamos. Ahora no hay críos y no se juega a la pelota. Todo el día jugando a la pelota. Todo el día hábil jugando a la pelota. O a la lata. Imaginen todo ese terreno que se ve detrás, que es una Estación de Tren, para jugar a la lata. Imaginen esconderse a las nueve y que no te encuentren ni a las doce. Imaginen olvidar si estás jugando a la lata o qué está pasando. Qué está pasando ahí fuera. Tengo hambre. Me voy para casa a que me haga un bocadillo de chorizo mi abuela. Ahora te fijas y la calle parece que tiene la cuesta más pronunciada, pero cuando era pequeño no lo parecía tanto. Tiene desnivel para que el agua baje hasta la pontanilla. Tú y yo menos todavía, sabemos decir correctamente pontanilla. Creemos que sabemos decirlo pero no lo decimos igual. Pontanilla, abridorcilluelo, cucharilla chica, cernaderillo, camastrón, huevarros, tonto. Hemos dicho muchas veces que no se dice tonto como se dice en Vilches. Tonto en Vilches es más tonto. Es tonto. Toda esa gente que se cree que hablamos en andaluz y que nos pregunta si nacimos aquí. Por cuatro palabras o por cuatro expresiones o que de vez en cuando nos comemos las eses. El otro día salió un vídeo de unos que han hecho una casa con cosas en la fachada y eran una pareja de vilcheño y argentina y el vilcheño llevaba años viviendo en Madrid y claro que tenía acento. Hasta que sale Mesinos hablando y eso es. Esa es una manera, que no es la más, pero es una muy válida y muy identificable. Eso es. Nosotros no. Delante de casa vivía Rodrigo y al lado la Bernarda (Benarda) y la Jeroma. Hace mucho tiempo de eso. Donde ahora hay una valla negra vivía la Jeroma con una casilla chica que tenia dos pisos y es que la Jeroma era era muy chiquitusa también y tenía unas gafillas muy gordas. Y no vayas a dejar el coche ahí que se te va a cocer. Déjalo en la sombra. Debajo del árbol. Posiblemente la foto esté hecha al lado del coche que hemos dejado al lado del árbol. Si hoy es el día bueno de los Días de Andalucía, este es otro texto para decir que, poco, o mucho, o lo suficiente, hay algo de nosotros que es eso. Mucho, poco, suficiente. Bastante. A veces. No siempre, pero de manera constante. Ese tranco, la cuestecilla que sube el coche. Las casas de los de la Renfe. El hueco de esa farola que era una canasta a la que solo podías entrar desde la derecha. Día de Andalucía. Días de Andalucía. Cada día puedes acordarte de uno. Hoy han tocado estos y pueden ser otros. Son muchos, no sé si son suficientes. 

martes, 27 de febrero de 2024

Celacanto


Ni me gusta, ni me disgusta, pero conozco a gente a la que sí que le gusta. No me gusta el mar, en general, prácticamente nada relacionado con, salvo comer algo de pescado. El caso es que a unos amigos les gusta ahora lo de hacer inmersiones y nos convencieron para que les acompañáramos un fin de semana a un pueblo de la costa. Ellos harían sus cosas y yo me dedicaría a lo mío. Lo mío no suele tener que ver con la costa. Me llevé unos libros y quise leer, pero finalmente me dediqué a quedarme sentado en las terrazas de los bares costeros y allí esperar a que mis amigos terminaran de hacer sus cosas. Mi compañera quiso también introducirse en el mundillo y así las cosas, me quedaba solo buena parte de las mañanas, leyendo el diario, bebiendo aguas con gas y comiendo bikinis. Y mirando el móvil. Mirar el móvil me tiene consumido. Leo cosas. Miro cosas. Leo noticias pero lo utilizo también como la enciclopedia cuando era pequeño. Salto de un tema a otro, miro biografías, curiosidades, yo que sé. Una de esas mañanas, no sé cual, un señor se sentó a mi lado en la terraza. Me veía enfrascado mirando fotografías de algún grupo de los 70, cuando me dice 'esos vinieron a tocar aquí hace años'. Ah, muy bien. De hecho ese era un dato que ya conocía. 'Yo toqué con ellos'. Claro, le dije. 'Yo soy un celacanto'. Soy de esa clase de personas que no nos definimos por la curiosidad, precisamente. Ante mí se abría un abanico amplísimo de preguntas, de inquisiciones sobre la vida de alguien que parecía ser bastante interesante, podría parecer excéntrico, podría parecer raro, podría parecer extraño, pero seguro que tenía una vida detrás. Pero aguanté unos veinte segundos sin decir nada, me levanté y me fui.