jueves, 31 de marzo de 2022

Cuento danés


Yo ahora no sé en qué momento Bjarne se convirtió en lo que se convirtió. Quizás había sido siempre así. Creo que la soledad, el exceso de paseos nocturnos, un poco de lecturas que no convenían, y la autoestima por los suelos. Bjarne terminó siendo exactamente lo que nunca quiso ser, todo lo que su padre había sido pero sin ni siquiera la posibilidad de serlo con alguien al lado del que surgiera alguien como Bjarne. Bjarne tenía entonces solo 36 años y ya estaba fuera de la ecuación. Cada vez más solo y más perdido en sus pensamientos, solo salía de noche, a altas horas, para pasear por las calles de la ciudad, aunque hiciera un frío atroz. Caminaba en torno al río, el frío se le metía por todas partes, y entonces se sentía aliviado. Una pena incorregible le recorría todo el cuerpo. Y solo ese frío atroz le servía para sentirse fuera del dolor. Toda la culpa de todo la tenía el pobre Bjarne. Todo pasaba porque Bjarne estaba allí. Todo era porque Bjarne no había sido capaz. Todo estaba jodido porque Bjarne no lo había podido hacer bien. ¿Y qué era lo que Bjarne no había hecho bien? Pues tampoco Bjarne lo sabía. Su vida había sido aburrida, insulsa, encerrada en un agujero del que salía de vez en cuando para darse cuenta de que nada era como debía ser. O quizás las cosas eran como eran y él no podía hacer nada por que fueran de otra manera, una manera que él tampoco tenía claro cómo podía ser. En este marasmo de oscuridad y falta de entusiasmo por nada, Bjarne, una de esas noches, se encontró con un borracho que estaba en uno de los puentes al lado del río. El borracho cantaba una canción triste, melancólica, Bjarne se alejó del borracho pero el estribillo de la canción que cantaba se le metió en la cabeza. Sin saber cómo, al día siguiente solo era capaz de articular un sonido y era el de la canción. Poco a poco, fue completando el resto de la tonada a base de imaginación. No volvió a encontrarse con el borracho. La canción no le abandonó. No hemos dicho si Bjarne trabajaba o no. ¿Acaso importa?

miércoles, 30 de marzo de 2022

Mrs. Lowry and Son - Adrian Noble


Ser padre o madre, debe ser una cosa complicadísima. Ser padre o madre de alguien que tenga algún talento o crea tenerlo o simplemente tenga algún tipo de afición, debe ser ya para nota. Ser padre o madre de alguien que tenga etc., y tener tú por tu parte algún tipo de abolladura, ya entonces... Y de eso va esta película, basada en la vida del pintor británico L.S. Lowry de quien yo no tenía el gusto, pero que se ve que es una referencia cultural inglesa bastante conocida y que sale o que ha influido en canciones y tal, pero que yo no. El caso es que esta película, que uno comienza a ver sin grandes expectativas, acaba atrapándole a uno. Y le atrapa tanto la interpretación del protagonista, como de la protagonista, que no es otra que la inmensa e incomparable Vanessa Redgrave que a sus 85 años, repito, 85 años, se marca un papelón que yo que sé. El tema es el que sigue. Lowry vive en casa con su madre, trabaja de cobrador del gas :) y lleva una vida digamos que común. Pero a su madre esa vida común no le gusta. No le gusta el barrio, no le gusta la gente, no le gusta la clase obrera. No le gusta porque ella cree venir de un barrio mejor, y de una clase mejor. Y con ese trauma ha vivido desde que se quedaron sin un yen y tuvieron que irse a vivir de un barrio tal a otro cual. En cambio, el hijo está orgulloso de su barrio y se dedica a pintar a la gente y sus cosas, a las fábricas, a los edificios, con un estilo particular, porque todos tenemos un estilo particular, o qué te crees. El caso es que a la madre le revienta que el hijo pinte y que encima pinte eso. Y en ese conflicto está la peli. Y no voy a decir cómo acaba. Tener un talento o creer que lo tienes y que tu madre o tu padre no de anime, eso marca muchísimo. Ya no tener el talento, simplemente tener la afición, o hacer cualquier cosa. Y tener que juzgarlo. Animar. Alentar. Proponer. O fíjate, que te animen y que no lo hagas, que también tengo un colega qué... En fin. De todo hay en la viña del señor. Una peli para seguir adorando a la Redgrave que tuvo y retuvo y todo. 

martes, 29 de marzo de 2022

Crónica del #PleGramenet del mes de marzo. Virreinato de Santa Coloma


 La foto es una de esas fotos que habrán visto mil veces en esos carteles que anuncian en Santa Coloma actividades relacionadas con el Sàhara. La solidaridad de esta ciudad con el Sàhara es algo que a uno le hace sentir orgullo. Orgullo de la gente que se deja horas y horas de su tiempo, de su vida, por cooperar con una gente que vive en la nada, en el vacío, sin nadie que les haga ni puto caso, para que consigan una vida digna y sobre todo, para que consigan un objetivo concreto. Que su pueblo sea libre. Pues ese pueblo ha sido vendido por nuestro presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por unas promesas vagas y por que toca. Porque lo hacen otros. Toca vender a una gente que no tiene nada. Ya ni siquiera tienen a un gobierno que pase de sus reivindicaciones políticas, ahora este gobierno se sitúa directamente en contra de esas reivindicaciones. Y dirán ustedes que leen esto que, total, esto no es ahora mismo algo importante. Que esta gente de izquierdas siempre se está preocupando por cosas que pasan fuera y que lo de aquí no somos capaces de meterle mano. Claro. Pero es que esto del Sáhara define cómo nos comportamos. Como gente de izquierdas. Si solo consiste en dar ayuda a una gente para que tengan 'cosas', sin más, no es cooperación. Es caridad. Y al parecer los socialistas locales, por no hablar de otros que nos cojan más lejos, han pasado a la fase de la caridad. El compromiso político queda a un lado. Y rompe el corazón de tantos y tantas colomenses que desde hace décadas se dejan la cara por el Sáhara. Y ni siquiera el recurso obsceno de utilizar a la población marroquí de Santa Coloma como moneda de cambio, es capaz de esconder que, como dijo Buha Mahfud, esto no se va a olvidar nunca. No sé si lo dijo. Lo digo yo. El PSC de Santa Coloma escribió ayer de esta manera una página tristísima de esta ciudad. Porque define qué pensamos de la gente. Qué son para nosotros. Qué significa la solidaridad con quién no tiene nada. Ya ni siquiera soñar que puede ser libre. Confórmate, es así, adáptate a la nueva situación, seguro que se consigue mejorar así. Es tan triste y tan penoso que lo que iba a ser un texto para hacer algo de mención a la actitud del virrey de santa coloma, se ha quedado en un lamento por una manera de hacer política que consiste en hacer salvas de artillería, pero sin la pretensión nunca de dar en el clavo. Se aprobó una moción sobre las trabajadoras del SAD, para que consigan un aumento salarial. Si ese aumento salarial en algún momento interfiere con el beneficio de otros más poderosos ¿qué hará este gobierno municipal socialista? ¿aludirá a que las trabajadoras social han de ser conscientes de que se tiene que entender también a la otra parte? Y como esta todas. Nuevamente aprobamos la moción folclórica sobre la República. No te olvides que esto no se va a conseguir nunca ya que te introducimos enmiendas que la hacen prácticamente papel mojado. Viva la república, la banderita, hasta el año que viene. Tampoco quiero yo ponerme pesado con la república. 

Y por lo demás, tengo prisa y ya no tengo nunca tiempo de casi nada. No tengo casi tiempo de escribir estas crónicas que antes me gustaba tanto compartir. Ahora ya no me hace ni gracia. No puedo ni siquiera comentar el papel del virrey de la ciudad. Cada vez más virrey de algo que está en la cabeza de quien piensa que en la ciudad ahora está él y como mucho la alcaldesa, si es que no cree que tiene que estar el virrey primero. No tengo tiempo ni de desarrollarlo. Tampoco creo que merezca la pena. 

Seguimos para bingo, un pleno más. El próximo pleno ya será presencial. Volveremos a hablar de calcetines y de alguna otra efeméride que merezca la pena comentar. 

lunes, 28 de marzo de 2022

Cuento polaco


Así que el teniente Kazimierz Grotowski llegó al campamento y preguntó quién era el oficial de más alto rango allí. Le dijeron que el oficial al mando era el Mariscal De La Grange. El teniente Grotowski refrenó un poco a su caballo, que se había alterado, y él mismo tuvo que moderar la expresión de cierto nosequé de su rostro. Se había equivocado de campamento. O no. Con resolución fue a la tienda donde estaba el mariscal reunido con algunos oficiales y se anunció como teniente del Ejército polaco. Tenía que recibir unas órdenes y le habían dicho que... 'sí, sí, por supuesto', dijo un edecán al que el mariscal señaló para que atendiese a Grotowski. Éste le dio unos pliegos en una cartera de piel y le deseó suerte en el viaje de vuelta. 'Vive l'empereur', 'vive l'empereur'. Grotowski se fue de allí sin entender nada, en un recodo del camino examinó los pliegos y no los supo entender, había una profusión de notas, mapas, no sabía nada de aquello. Siguió caminando y se encontró con un grupo de jinetes que le dieron el alto. Eran rusos. El teniente Grotowski se alegró al verlos, pero estos le hicieron bajar del caballo, le hicieron desnudarse, le hicieron comer algo de hierba, azotaron a su caballo sujetándole para que no escapara, bebieron, bebieron, se aburrieron y se marcharon sin llevarse la cartera de pliegos. El teniente Grotowski se recompuso y avanzó por el camino. Al llegar a un pequeño poblado le saludaron en alemán unas voces que le animaron a alejarse del poblado. El teniente Grotowski esquivó el poblado y llegó al cabo de unas horas a otro pueblo, tranquilo, habitado por personas que le saludaron en su idioma. No era allí donde iba.  

viernes, 25 de marzo de 2022

Cuento español


Leocadio dejó de torear, apagó la tele donde estaban dando el partido del Madrid, se quitó el palillo de la boca, o se lo metió, escupió, se bebió un vaso de vino, o una palomita de anís, o una barrecha, o una copa de coñá, se fumó un farias, gritó viva el rey, gritó viva el rey, besó el retrato de Franco, se santiguó, bailó un chotis, cogió una guitarra y se puso a cantar, luego se cagó en los gitanos, en los rumanos, en los pakis, en los moros, en los catalanes, en los vascos, en los rusos, en los mariquitas, en los maricones, en las zorras, en los vagos, en los menas, en dios y en la puta y no me calientes que me cago en..., se puso a llorar viendo entrar una imagen en la iglesia, encendió la tele para ver jugar a Rafa Nadal y se durmió, se despertó para peinarse bien el pelo para atrás pero bien para atrás, entró en el bar como si el mundo fuera suyo, insultó a su mujer, ganó la batalla de Trafalgar, ganó la batalla de las Navas de Tolosa, se paró a comer en Casa Pepe, cantó yo soy español, cantó que viva españa, cantó los cuatro puntos cardinales de mi españa, contó a todos los que no son españoles, nadie es más español que él, se cabreó cuando perdió el Madrid, se cabreó cuando perdió el Atleti, se miró al espejo y era Torrente, se miró al espejo y era Abascal, se miró al espejo y era cualquiera que tuviera dos cojones, se miró al espejo y eran dos cojones, escupió al suelo, se sonó los mocos, llamó al camarero diciéndole niño, se acordó de cuando antes las cosas sí que iban como tenían que ir, se subió al caballo y recorrió sus tierras, no sé qué más cosas hizo lo que tú esperas que sea un español. Un español. Dilo tú. Un español. Y después de hacer todo eso, se tiró un par de pedos y se quedó dormido. Pero que eso también te lo puedo hacer yo. 

jueves, 24 de marzo de 2022

Cuento sueco


Pedro Pablo era un enamorado de Olof Palme. En una época en la que todos estábamos con la cabeza del revés y no podíamos parar de ser cada día un poco más radicales o bien devanarnos los sesos con propuestas que alternasen el concepto de hegemonía con la nosequé, él estaba enamorado de Olof Palme. No le podíamos ni ver. Se pasaba el día diciéndonos que Olof Palme había conseguido una síntesis, que Olof Palme era una esperanza, que pensaba viajar a Suecia e intentar conocerlo. Finalmente consiguió su objetivo y se fue con un coche hasta Suecia. Se llevó a un par de amigos que se quedaron en Francia hartos de un Pedro Pablo que ya entonces era tan especialito que un ratito era muy bien y un muchito era insoportable. Pedro Pablo nos mandó una carta desde Suecia que decía: 'Todo es aún mejor de lo que yo pensaba. Olof Palme es un auténtico líder carismático que representa un salto adelante fundamental en nuestras ideas y posiciones. Y lo más importante, una vez aquí, te das cuenta de que hay mucha más gente parecida a Olof Palme de la que yo creía.'. Su segunda carta fue todavía más definitoria. 'Me he enamorado de una chica y estoy convencido de que en Suecia puedo emprender una vida acorde con lo que siempre me he propuesto'. La tercera misiva, que tardó en llegar, ya no dejó lugar a dudas. 'Pernila y yo estamos esperando nuestro primer hijo, soy tremendamente feliz'. Ni una referencia a Olof Palme, con lo que llegamos a la conclusión que el tal Olof Palme no había conseguido ni era ni mucho menos esa persona incomparable que podía ser la referencia de nada, puesto que nuestro Pedro Pablo, en poco tiempo, había perdido la cabeza por una mujer y encima se había condenado con un hijo. Ese tal Olof Palme. 

martes, 22 de marzo de 2022

Cuento italiano


Pierpaolo me caía bastante peor que Gianni. Y Luca me caía infinitamente peor que Gianni. Y sin embargo, no soportaba a Gianni. Después de clase, nos reuníamos en un pequeño local que había alquilado la asociación y nos poníamos a hablar sobre diversos temas que nos proponía Gianni. Gianni era hijo de un trabajador de una fábrica metalúrgica y cada vez que uno de nosotros tenía una opinión sobre lo que fuera, nos decía que hablábamos desde el desconocimiento de clase. Piero me parecía un gilipollas peor que Gianni. Angelica era fascinante pero me daba la impresión de que estaba colada por Gianni. Fiorella era bastante más idiota que Gianni. Vincenzo me caía mucho peor que Gianni. Gianni siempre venía con un libro bajo el brazo. Decía que le tocaba formarse continuamente porque él no había tenido las oportunidades que habíamos tenido los demás. Antonio era prácticamente bobo de baba. Girolamo parecía que había salido de un internado hacía unas horas. Teresina siempre estaba a punto de llorar. Alberto nos miraba a todos con cara de asco. Sandra me daba miedo, pero más miedo me daba Gianni. Cuando Gianni nos decía que teníamos miedo de hacer nada porque en realidad teníamos algo que proteger, algo a lo que volver, mientras que él era alguien que lo iba a dar todo por la causa porque no tenía nada más que el sueño de la liberación de la clase como motor de su vida, me daba miedo. Me daba tanto miedo que deseaba que tuviera razón. Que un día yo volviera a donde pertenecía. Que me situase al otro lado. Que lo buscase. Que tuviera razón. 

lunes, 21 de marzo de 2022

Cuento irlandés


En el pueblo nos conocíamos todos pero al viejo Moran lo íbamos conociendo cada día. Todos los días, después de trabajar cada uno en lo suyo o en nada, acabábamos en la taberna de Fynch. Y todos los días aparecía el viejo Moran. Y cada día era una persona nueva. Cada santo día el viejo Moran tenía un perfil diferente. Un día pedía cerveza, otro día pedía algún licor. Un día cojeaba de una pierna, al día siguiente estaba afónico, dos días después estaba tuerto. Un día era un hombre sano como un roble. Un día apenas podía balbucear algunas palabras en inglés y al día siguiente declamaba como si hubiera estudiado en Eton. Un día dominaba los dardos y al día siguiente jugaba al fútbol como un adolescente en flor. Un día cantaba con una voz dulce como la de un pájaro y al día siguiente su voz era una auténtica lija. Un día odiaba a los protestantes y al día siguiente se cagaba en todos los curas. El viejo Moran tenía mujer e hijos. El viejo Moran era soltero. El viejo Moran estaba a punto de morir y venía a la taberna a despedirse de nosotros porque se marchaba para siempre. Al día siguiente el viejo Moran nos hablaba sonriente de cómo había ido hasta el pueblo vecino caminando y había vuelto sin desfallecer. Un día el viejo Moran llegó diciendo que se había perdido y que por favor llamaran a la policía para que le llevaran a su casa. Al día siguiente el viejo Moran llegó diciendo que las cosas en ese pueblo ya no eran como antes y se puso a explicarnos viejas leyendas del pueblo y pasamos una velada interesantísima escuchando los árboles genealógicos de cada uno de nosotros. El viejo Moran venía diciendo que su hijo estaba en Boston. El viejo Moran venía diciendo que su hija vivía en Manchester. El viejo Moran venía diciendo que sus hijos le iban a enviar a Australia para quitárselo de encima. Al día siguiente no le vimos más. 

jueves, 17 de marzo de 2022

La guerra mundial


Discutíamos, hablábamos y en todas aquellas reuniones llevaba la voz cantante. Era el que más había leído, había escuchado todos los programas de radio que hablaban sobre la guerra, conocía las opiniones de personas a las que nosotros no habíamos visto jamás. Si alguno de nosotros osaba argumentar sobre algún hecho del que nos hubiéramos enterado, él nos ponía en cuestión la fuente, siempre, nos decía, había que preguntar por la fuente. Si lo ha dicho tal, no te puedes fiar. Buscan que nos traguemos el relato oficial, cuando lo que está pasando es mucho más profundo. Así que llegamos a la conclusión de que no podíamos escuchar la radio, ni leer periódicos que no fueran los que hubieran pasado por su filtro. Es la única manera de protegernos, nos decía. Un día, llegó al café un hombretón muy peculiar. No llevaba las ropas de moda en el lugar, todo parecía quedarle grande y transmitía la sensación de necesitar mucho espacio a su alrededor. Pidió una copa de un licor que no era de la zona, pero Gertrude tenía una botella para cada ser humano de este planeta. Aquel día habíamos escuchado en una emisora que era de confianza que un ataque había provocado una desbandada y que las tropas entrarían en la ciudad que llevaba tiempo sitiada en cuestión de horas. Yo intenté comentar el asunto procurando no molestar, ni introducir ningún matiz que fuera susceptible de jugar contra los intereses del colectivo, cuando aquel hombretón, después de haberse bebido en dos tragos aquel extraño mejunje, se metió en nuestra conversación y con un fuerte acento de un lugar que no supimos identificar nos dijo que 'todavía tengo sangre en la boca y ya hace dos meses que salí de allí, todo me sabe a sangre, en cada lugar pido un licor diferente, una bebida, algo que me quite este sabor a sangre de la boca que tengo desde que...'. Y cuando iba a contarnos algo que parecía tener que ver con los hechos de los que nosotros solo parecíamos tener noticias, él interrumpió al hombretón explicándole cómo los traumas, las realidades impactantes, los ojos y la sangre, no son las mejores guías para la reflexión y saber distinguir lo que es de lo que no. El hombretón pidió otro vaso, se lo bebió de un trago y se fue. Y nosotros seguimos desgranando los hechos de la manera indicada. 

miércoles, 16 de marzo de 2022

Oh Santa Coloma


Santa Coloma, Santa Coloma, Santa Coloma, todo el mundo está hablando de Santa Coloma. Las noticias vuelan, corren, se confirman, se medio confirman y se discuten. La bomba, nos vamos a reír, resituaciones personales en momentos de zozobra, saludos al nuevo orden que quizás no significa nada. Santa Coloma como teatro de operaciones de una guerra por la hegemonía. Pero no por Santa Coloma. La noticia es que el gran político nacido en nuestra ciudad va a ser candidato de ERC para las próximas elecciones municipales. Al menos, eso parecía hasta hace unas horas, viendo los últimos movimientos he visto más entusiasmo en una visita al dentista. Santa Coloma como lugar desde el que proyectar una nueva situación. La aparición, nunca mejor dicho, de una fuerza que pretende alterar sustancialmente el panorama político no solo de Santa Coloma, sino de toda el área metropolitana. Pero qué va a alterar o qué pretende alterar realmente ERC con este movimiento y con otros parecidos. Nada. Transformar la ciudad, ser consciente de los problemas reales de Santa Coloma, tener un proyecto que sea realmente útil para que la ciudad de un salto adelante, parece que no está entre los planes de ERC más allá que utilizar a un personaje mediático, o varios, para crecer figuradamente sin tener por ello que proponer absolutamente nada de lo que Santa Coloma necesita. Hola, yo soy de los Comuns y no voy a engañar a nadie. Ni Núria Parlon después de diez años de mandato, ni la llegada de mirlos blancos que no conocen la ciudad, van a significar un salto adelante para una ciudad que necesitaría algo nuevo. Y ERC no es eso 'nuevo' porque a ERC ya lo conocemos gobernando. ERC es el partido que lleva al mando de diversos departaments de la Generalitat desde hace bastantes años y se podrían contar con las pezuñas de una vaca las políticas que se hayan alejado de los designios neoliberales que marcaron y marcan las políticas de sus socios de gobierno convergentes o neoconvergentes o lo que quiera que sea. Por ejemplo, en el tema educativo, en los recursos en educación para nuestra ciudad, es más que evidente que la actuación del conseller Cambray no es, para nada, algo transformador y ahí están las huelgas de estos días, huelgas unitarias. La situación de la educación en la ciudad, los recursos destinados o la propia actitud de ERC en Santa Coloma respecto a este tema ya nos dice que, de transformación, poca. Santa Coloma es esa ciudad a la que la Generalitat mira de refilón y la Generalitat tiene esas dos almas que no sabemos si conviven o se matan, pero que están. Y siguen. Y no cejan en su empeño de seguir pese a que no se tragan. Hemos hablado de Educación, pero podemos hablar de Sanitat o de políticas medioambientales. Pregunten por las Tres Xemeneies en Sant Adrià. ¿Y a nivel local? A nivel local tenemos un grupo político que intenta por todos los medios asimilarse a la institución, ser gobierno, parecer respetables apuntándose a todos los bombardeos posibles con tal de aparecer en la foto junto a la alcaldesa. En cualesquiera escenario. Incluso acompañando a la presidenta de la Diputació imputada por un caso de supuesto desvío de fondos, es igual, foto. Profundicemos ahora un poco en el tema que me preocupa de todo esto. Si quieres hacer política en Santa Coloma qué tienes que hacer. Disculpen si no utilizo signos de interrogación pero voy con prisa. Hacer oposición en Santa Coloma al PSC, partido que domina la política local, 17 regidores, 17mil votos. Cómo. ¿Se hace oposición haciéndote pasar por el propio PSC pero con otras siglas? Tengo que utilizar los signos finalmente. ¿Se hace oposición no siendo sistemáticamente oposición sino considerando que lo que se hace (gol) es porque tú también estás ahí aunque no se haga nada? ¿Se trata de vender un humo semejante al que vende el PSC? ¿De qué se trata? ¿Tiene sentido hacer una oposición frontal a las propuestas o lo que sea que hace el PSC, negando por sistema otro concepto de gobierno que no sea el propio o las propuestas propias desde la crítica, la confrontación y el argumento de que eso que se hace no es realmente bueno para nuestra ciudad que no avanza y que se estanca y que sigue en un furgón de cola de las ciudades de la AMB aunque a lo mejor este dato tampoco es que le interese finalmente a nadie de tanto repetirlo porque nadie quiere 'ser pobre' y que se lo digan constantemente? ¿Muy larga la pregunta? ¿Tiene sentido reclamar un parc para Can Zam o nos conformamos con ir teniendo algo en Can Zam? ¿Tiene sentido poner el acento en los serveis socials o es mejor hacerte fotos comprando en un mercado? ¿Es normal que en Santa Coloma lo que tenga a bien considerar el Mirall sobre un hecho objetivo condicione tu forma de encarar tus acciones políticas? ¿Se puede confiar en una ruleta rusa? ¿Hay espacio para la crítica en esta ciudad so pena de quedar condenado al ostracismo o a una autoimpuesta imagen de enanos gruñones que no saben reconocer lo que de bueno hay en la gestión socialista? ¿Podemos nosotros vender la imagen de socios de gobierno respetables, confiables, de orden, propositivos, cuando históricamente esto nos ha ido como el tal? Todo esto son temas que me asaltan a falta de un año para las elecciones municipales y que tienen una gran pregunta que sobrevuela. Todo el mundo da por inamovible a Núria Parlon y su incuestionable mayoría absoluta. ¿Cómo enfrentarnos a ella desde la izquierda? ¿Proponiendo sustituir al PSC en usos, costumbres y políticas sin más, pero con el barniz indepe que da pátina de modernidad y excelencia porque ya se sabe que tal con lo que eso tiene como de tufillo a superioridad moral? ¿Proponiendo submarinismo político a falta de perspectivas electorales propias desde la cueva? ¿Proponiendo la negación de todo y desde ahí construir tu propio espacio como propusieron quienes ya no están? 

Punto y aparte. Y final. Lo que está claro es que Santa Coloma va a ser un lugar especialmente interesante desde el que hacer política y confrontar (ves, la palabra ya mal, confrontar, con lo que mola Mr Wonderful), otros modelos que no sean los que nos han gobernado con estos resultados que a mí me parecen más que mejorables, o bien, oponer el mismo modelo con más tonos amarillentos y retórica que ni sabes si va o viene. Yo creo, y creemos muchos y muchas, que debería haber espacio para una propuesta alternativa, que no sea un unicornio, que no sea un imposible, que no caiga en lo utópico, y que reúna a gente que quiera salir de las redes clientelares y se atreva a pensar en un gobierno de la ciudad que se parezca a lo que la ciudad demanda. 

martes, 15 de marzo de 2022

La Corona Vacía - La Guerra de las Dos Rosas


Y entonces va uno y descubre que puede ser rey. Porque si miras así el desto genealógico resulta que yo soy nieto de tal y claro. Y ya la tenemos liada. Pues no vas a ser rey. Pues porque tú lo digas. Pues lo digo. Pues los que sean de mi equipo que cojan una rosa blanca. Y los del mío la roja. Y los de York seremos los de la rosa Blanca y los de Lancaster la rosa roja. Pues vale. Y el rey qué. El rey se casa con una noble francesa que no le quiere porque el rey está un poco como en su parra. Pero parra total y no le gusta un jaleo pero nada. Y hay jaleo. Y la reina pues decide que ella quiere jaleo y se junta con los de la rosa roja. Y se lía la pajarraca. Pero esta pajarraca te la está contando Shakespeare. Y entonces la cosa ya no es lo mismo. Es mejor. Esta miniserie británica es la continuación de una serie que ya había tratado otras obras sobre reyes anteriores del propio Shakespeare. En este caso, habla de las obras Enrique IV y Ricardo III sobre estos reyes. Y sobre esta guerra de las dos rosas. Y sobre tantas y tantas cosas, todo con esa especie de gracia que tienen los ingleses para hacer parecer buenas o muy buenas sus cosas mientras que... no vamos a entrar en el juego de las comparaciones, pero es que... es que ya de saque tienes a Shakespeare haciendo obras de teatro sobre reyes que habían muerto solo unos años antes, vale igual 150 años antes, o menos, 100 años, pero es que usted compáreme señor mío si se puede hacer aquí una obra sobre un rey, ojo cuidado, en el que se le retrate como un asesino, o un empanao, vale que sí, que el rey pasmado, pero el rey pasmado era hasta simpático, aquí es que es bobo, ya si eso lo llevas por delante, pues todo lo que hagas detrás, será mejor. Indiscutiblemente. Y tienes así un retrato de las intrigas, de las alianzas y sobre todo y como siempre, una guía sobre qué escrúpulos hay que tener para alcanzar el poder. Ricardo III, que luego dicen que no era ni jorobado ni nada, que las pruebas indican que lo que tenía se le desarrolló con la edad, pero que sí que tenía su aquel intrigando, personaje interpretado por el gran Benedict Cumberbach (espero que se diga así), de manera magistral no, lo siguiente, es sin duda el personajazo de toda la miniserie. Tres episodios de casi dos horas o más cada uno. Pasas una tarde flipante viendo, con lenguaje teatral, una historia contada sobre muchas cosas y todas ellas le dan una patada en el culo a mucho de lo que vemos hoy. En fin. Qué ganas de ver los episodios anteriores y de... bueno, eso. 

lunes, 14 de marzo de 2022

50 años de El Padrino


Ya me gustaría a mí hacer un texto que tuviera el contenido, la enjundia, de esos podcasts tan ingeniosos, de la gente de Todopoderosos por ejemplo, de algún crítico o crítica de cine, de alguien que tuviera algo que decir realmente importante sobre el 50 aniversario de El Padrino, The Godfather, la primera película de la saga de películas que cambia la historia del cine y no sabría deciros porqué. ¿Es El Padrino la mejor película que veremos jamás? Una pregunta que se respondería con un sí o con un no, con una retahíla de datos o de análisis sobre producción, guiones, interpretaciones, la mística que rodea a una historia que hace que por primera vez veas a los mafiosos, a los malos, a los gángsteres, como gente respetable y a la que te quisieras parecer, una pregunta que quedaría sin responder pero que yo me atrevo a decir que, naturalmente que sí que me parece la mejor película, aunque no sabría distinguir qué es de la primera película y qué de la segunda. Todo esto me gustaría decirlo. Todo lo que en El Padrino aparece, esa historia de lucha por el poder, de traiciones, de asunción de responsabilidades no queridas, de quién vale para hacer unas cosas y quién no vale para hacerlas, de lo que importa el amor por la familia, qué es la familia, qué tiene que ver el amor con todo eso, las historias ocultas, las historias paralelas, los personajes que tienen trasuntos en la vida real. Todo eso que es El Padrino, creo que la hace una película que cambia el mundo. A partir de El Padrino se harán otras películas. Todo esto que cuento no lo pensaría si no fuera por el libro de Moteros tranquilos, Toros Salvajes. La generación que cambió Hollywood, que me parece fundamental para entender ese cine que ahora vemos o que ya casi no vemos, el alumbramiento de los Coppola, Scorsese, Spielberg, Cimino... me dejo a alguno seguro. Me hago mayor y no recuerdo. No recuerdo más que algunos tópicos sobre porqué esta película y porqué la segunda película son tan buenas. Recuerdo que la veo y siempre descubro algo. Incluso la Tercera película me parece buena, porque siendo inferior, quizás porque no se puede igualar. Pero estamos hablando de la primera peli de El Padrino. Las naranjas en el suelo, Fredo con la pistola en la mano que se le cae, la cara de progresiva amargura que se le va poniendo a Michael Corleone cuando ve venir que o se pone él o se van a la mierda. Todo esto tendría que estar más desarrollado, pero no puedo, tengo prisa y escribo este texto a la carrera. Por escribir que hoy se cumplen 50 años de El Padrino y quiero dejar constancia de lo mucho que me gusta esa película, de lo bien contada que está esa historia, de lo que le debemos a nuestro imaginario colectivo (sea eso lo que sea, se dicen cosas, se manejan conceptos, no sabemos nada y somos capaces de ponerle nombres a las cosas que ni siquiera sabemos qué cosas son), en definitiva, de todo lo que El Padrino ha hecho por nosotros. Y te habrás leído el libro y te habrás visto la versión el montaje del nosequé, y todo eso. Y con todo, no dejarás de verla y descubrir cosas. Ese viaje a Italia, esa boda, esa venganza eterna. Quizás me gusta El Padrino porque no tiene final. Porque es eso, una venganza eterna, una lucha eterna, una película donde alguien empieza a construir una historia que sigue de una manera e implica a los demás a seguirla de otra. Y nadie sabe cómo empezó todo y ahí sigue. Me tengo que ir corriendo. Fredo, sé que fuiste tú. Esa es de la segunda, pero qué más da. 

viernes, 11 de marzo de 2022

Una reflexión final sobre la izquierda


 No puedo aportar demasiado a una reflexión global sobre la izquierda más allá de cuatro o cinco vaguedades que no pueden servir para nada más que para engordar una amplia colección de reflexiones sobre la materia. La izquierda una y mil veces cuestionándose y yo quisiera en este momento volver un poco sobre el tema, más bien, sobre el concepto en sí. Izquierda. Seguimos basándonos en un esquema que nos sitúa en un lado u el otro del arco político según cuatro o cinco o seis o yo que sé cuántos ítems son necesarios y creo que ese es el problema. Últimamente y cuando hablo de últimamente me refiero a unos cuantos años, quizás desde que comencé a militar, me pregunto realmente si soy de izquierdas y cuánto de izquierdas soy según los parámetros y quién es de izquierdas según los míos. Y en este mar de dudas me hallo desde entonces y no soy capaz de alcanzar el grado de certeza necesaria. Comunista, socialista, socialdemócrata, republicano, de izquierdas, izquierda democrática, ácrata, libertario, cuál es la etiqueta con la que te sientes más cómodo y si esa etiqueta sirve para algo. Y si decir que sin etiquetas se siente mejor todo esto de la izquierda. No puedo aportar mucho más ya que mi bagaje teórico y mi experiencia práctica son escasas. Así que concluyo esta pequeña reflexión dejando claro que es en torno a la reflexión constante y el cuestionamiento perfeccionado, el camino hacia el que nos dirigimos, la vía más recta hacia el cuestionamiento final. No lo pienso dejar aquí.

jueves, 10 de marzo de 2022

Una reflexión sobre el feminismo y la izquierda


Poca cosa que añadir a lo que ya se ha dicho. Si acaso, abundar sobre algunos puntos que creo que deberían quedar algo más que claros. Siendo yo enemigo de la rotundidad en las afirmaciones y sabiendo que no es precisamente lo más idóneo mostrar una cierta contundencia al hablar de estos temas desde una posición como la mía, sí que quisiera decir que bueno, que la izquierda no puede ser una posición defensiva y de protección de una cierta visión del mundo que se haya conformado a lo largo de unas cuantas décadas desde el manejo de poder institucional porque quizás no seamos entonces ya parte de la izquierda que quiere transformar sino una suerte de agencia de colocación de personas que han de estar a bien con unos conceptos que quizás fueron útiles hace qué se yo, 50 o 100 años, pero que ahora mismo pues suenan a eso. A lo que estás pensando. Es decir, que yo, no siendo especialmente el más indicado para hablar de feminismo, sí que lo podría relacionar con otras cosas, otros movimientos, otras experiencias y nos saldría algo parecido a lo que todos conocemos y entonces, ahí sí, me cuesta bastante poco situarme. Hablar por boca de otros y mucho menos hablar sobre temas que uno conoce de manera no directa sino porque están ahí y de todo habla uno porque uno es pues de hablar y de opinar casi a bulto, pues no está  bien, pero que tampoco se diga que pasas de largo del tema o que no quieres. Porque querer, lo que se dice querer, siempre se quiere meter la cuchara dentro del potaje a ver qué se saca. Lo que quiero decir es que de la misma manera que hay quien se encastilla y considera que lo que fue tiene que ser, pues quizás eso ya no sea y que lo que viene, por muy raro que nos suene o por pelos de colores o formas un poco que ya, y ahí entra que estoy empezando a perder muchas cosas que tenía y que pensaba que nunca iba a perder, como digo, todo eso, pues si es lo que ha de venir y es lo que está en la calle, no en un centro cívico, o en una asociación donde ya hay poco que rascar más que adorar a los poderes públicos que nos van a prodigar halagos y recursos, pues es. Y con esto creo que ya más o menos lo tendría todo dicho. Cedo la palabra que me voy a un acto. Feminista. 

miércoles, 9 de marzo de 2022

La izquierda, una reflexión de urgencia


Creo que se hace necesario, urgente, hacer una reflexión sobre qué es la izquierda y qué es lo que se espera de la izquierda cuando ya llevamos prácticamente y sin el prácticamente 22 años de siglo XXI. Y es que son tiempos estos en los que deberíamos hacer una nueva reconfiguración de lo que se espera, que es a lo que vamos, ya no de lo que es. Intentar definir o acotar el espacio de la izquierda mediante unas características específicas que excluyan otras es hoy una tarea inútil. Tener claro algo, en estos días en los que este mismo texto será leído y olvidado sin solución de continuidad incluso por parte de su propio autor, resulta absurdo. La claridad, la firmeza, lo seguro, lo que es, la creencia en unos ítems concretos que definan la izquierda creo que nos conduce a un escenario en el que, quienes lo tienen absolutamente claro, enferman. Por la indefinición hacia la revuelta, creo que podría ser un buen lema, pero no quiero frivolizar. Hoy no, por una vez no voy a frivolizar sobre mi ausencia de conocimientos sobre el dogma y demás. Hoy creo que se hace necesaria la reflexión sobre qué se espera de la izquierda. No he dicho sobre nosotros la izquierda, sino únicamente la izquierda como si fuera un elemento al que yo no pertenezco. La izquierda y qué espera quién sobre ella. Qué espera la gente común pero también qué espera la gente que no es común. La gente que tiene intereses que defender, posesiones, títulos, o simplemente la aspiración a todo ello o a una parte. Me encantaría saber qué es lo que se espera para poder ofrecerlo. Porque creo que en ello está la clave de todo. Saber qué es lo que se espera de nosotros, si es que nosotros o yo mismo fuera la izquierda. Qué se espera. Retórica, palabras, conceptos, alguna certeza, la repetición de una identidad que no puede ser compartida por cualquiera, acción, reacción, la nostalgia, un futuro que no sabemos si será como habíamos planeado, si habrá futuro, si merece la pena el planteamiento ideológico o si deberíamos ir tirando un poco según vaya viniendo. Qué se espera. Fotos en blanco y negro, una de mis obsesiones favoritas, fotos en sepia, recuerdos, vindicaciones, recuperaciones, no olvidar, o el agravio. Qué se espera de la izquierda. La configuración de un nuevo espacio en el que se construya algo nuevo o la configuración de un nuevo espacio con los mismos actores pero con una reformulación formal aparente, caras nuevas, caras viejas, tu cara, no la mía, actores, sujetos, etc. No lo sé. Creo que se hace necesario que alguien tome las riendas. Creo que en cuanto eso suceda todo irá mejor. Creo que no somos conscientes. No nos llamemos a engaño. 

lunes, 7 de marzo de 2022

Una nueva reflexión sobre la izquierda


La verdad es que nada me hace más feliz que saber que tengo una opinión sobre todo lo que está pasando y que la puedo exponer de manera extensa en este espacio. Porque una de las cosas que más me han interesado desde siempre, han sido los distintos avatares sobre los que se ha ido moviendo lo que podríamos llamar la izquierda. El mero hecho de considerar el tema de la izquierda como un tema, hace que mis días y buena parte de mis noches se consuman trazando estrategias, proponiendo acciones, diseccionando cada una de las palabras, quién es quién, a qué obedecen los movimientos, esa declaración, porqué aquel publica tal noticia o porqué el otro se niega a retuitear a tal. Vivir en la izquierda no es apto para un colectivo demasiado amplio de personas. Por eso, quizás, la izquierda es un poco lo que es, porque lo que llamamos la verdadera izquierda requiere de un caudal de tiempo, espacio, posibilidades, energías, resistencia, autoestima, ego, retorcimiento, ausencia de empatía, camaradería, retórica, escrúpulos o no, lo que sea, que lo hace indudablemente inalcanzable para el común de los mortales. La gente, lo que anhelamos salvar, redimir, ayudar o al menos intentar conocer, se encuentra en planos de nuestra realidad muy distantes. La gente, la clase trabajadora, lo que podríamos llamar el sujeto al cual nos debemos si es que se me permite hacer una composición con esas palabras dichas así aún a sabiendas que no soy digno de hacerlas, el pueblo, parece que nos mire con curiosidad. Dicho esto y puestos todos en situación, la reflexión viene a cuento de la nueva disputa que existe entre los distintos matices del pacifismo y la gradación de la responsabilidad en la acción de gobierno. O dicho de otra manera, nuevos motivos para buscar la manera de. Son motivos como otros cualquiera, pero en esta ocasión son ciertamente llamativos ya que, quién iba a pensar que íbamos a estar discutiendo o evaluando las consecuencias de una invasión rusa de Ucrania. Piénsalo otra vez. Desde hace dos semanas, somos testigos en principio y por suerte únicamente testigos, de una guerra entre dos países que yo creo que jamás pensamos que podríamos ver. De repente, me ha entrado como un cansancio. De repente, viendo o saltando de un sitio a otro, consultando alguna noticia, me ha vuelto a entrar un desasosiego, una especie de tristeza infinita. Lo que pretendía ser un análisis o una pajarada sin más sobre todo lo que nos lleva durante estos días a dirimir la lucha por un espacio a través de conflictos ajenos, se va a convertir en nada otra vez. Debe ser la cuarta o quinta vez que intento hacer un texto aunque sea mínimamente de coña con el tema de la izquierda y las cosas. Y no me sale. Acabo viendo que esto, la guerra, el conflicto bélico, está sacando a flote cosas que pensábamos olvidadas, o soy yo que le doy demasiada importancia a lo que unos grupúsculos pueden llegar a hacer. Grupos pequeños. Gente que está como escondida. La guerra. La izquierda y la guerra. No a la Guerra. No a la Otan. No a los americanos y no al capitalismo, por supuesto. No a todo eso. Pero la izquierda en el Estado no está hablando de esto concretamente. Estamos hablando de otra cosa. Estamos reconfigurando muchas cosas a lomos de una amenaza nuclear. Como en los viejos tiempos. Mientras tanques avanzan de un lado y de otro, sacamos a relucir los libros gordos de Petete para señalar dónde estamos nosotros y dónde no vamos a estar. Bueno. Como sea. Por enésima vez. Palabras que se repiten texto tras texto y reflexiones que solo sirven para hacer tiempo. Esperar. Esperar a que suceda algo que aclare de nuevo el panorama. Una nueva redefinición y estar en el sitio. Y que otros no se acoplen al sitio. Que ya va siendo hora de irnos de la casa común de la izquierda. La izquierda. Hablemos de la izquierda. Por cierto, la gasolina a 2 pavos. Y la luz yo ya ni sé. 

domingo, 6 de marzo de 2022

Amb Pau Riba


Fa uns dies Pau Riba anunciava què tenia un càncer i què miraria d'intentar... i finalment el càncer se l'ha emportat. Però no ha triomfat. Perquè Pau Riba ha estat al peu del canó fins al final, assajant, provant, cantant quasi fins a l'últim moment. Jo sóc molt d'en Pau Riba. Just quan ahir mateix discutiem sobre la meva relació amb Catalunya, amb lo català, amb el prejudici, amb què és Catalunya i ser català, m'enrecordava de còm escoltant a Pau Riba i a Sisa em reconciliava amb una manera de fer i d'expressar cultura o potser només entretenir, amb la què m''identifico. 

Recordo ara fa mil anys, a un carreró de Woodstock, Anglaterra, ja entrada la nit, amb un reproductor de Cd's portàtil fent una mena de rave patillera i cantant i ballant Licors amb la Pepa. Recordo els anys de Telèpolis, quan vaig decobrir a Pau Riba gràcies al Dioptria què hi havia a la Biblioteca i que quasi em vaig quedar en propietat. Recordo escoltar-ho uns dies què vaig tenir febre, també a la nit, Taxista, les simfonies, l'Home Estàtic, La cançò 7a en colors. I descobrir a algú què feia música i cantava música tal i com m'agradava i en català. Recordo haver descobert desprès l'Electròccid Alquimístic Xoc i flipar amb els desbordes elèctrics guitarrístics, flipants. O la hippiada de Jo la Donya i el Gripau. O el viàtge lisèrgic què és el disc de Licors. Recordo de petit tenir en casa un disc d'aquells de la Caixa on sortia la cançó de Crida'm i no entendre res. Recordo un impacte en la meva manera d'entendre la posada en escena veient la seva interpretació de Licors a Canet. És lo que passa quan mames massa, pren xocolata i deixa el licor. Tota la cançó de Licors, aquell viatge, aquella història tan senzilla i tan perversa a la vegada. 

Recordo escoltar Es fa trist esperar o La flor del taronger com a cançons què parlàven directament de coses que m'estaven passant a mi, amb un llenguatge clar, entenidor i una música inabarcable, sense pressa, sense ganes d'acabar d'explicar què et passa quan et passa tot. O la punkarrada inesperada de cançons com Brian a Clown o la Lluna Robada. 

O descobrir cançons de les anomenades tradicionals cantades d'una manera poc ortodoxa en els discs de Pau i Jordi. Era tan bon home en Pere Gallarí. O les dues versions de Taxista, la del noi que busca feina i la del què ara vol volar dins d'una espiral de foc. Totes les cançons et fan viatjar. Com Helena desenganya't, què no hauria de tenir fi mai. Crec que va ser un dels últims concerts què vaig veure abans de la pandèmia, a la Mercè, al port, els 50 anys del Dioptria. Com ho vaig gaudir. 

S'ha mort en Pau Riba però no ens deixa, fins a l'últim moment fent cançonasses com les de l'Orquestra Fireluche. Cal llegir tots els obituaris, tots els resums de la seva vida, fer-li ressó i fer-li l'honor a qui va voler destruïr la cultura catalana. Aquella cultura catalana. Aquesta cultura catalana. 

Guerra sempre a la cultura Catalana. Visca Pau Riba. No intentis mai no ser com ells. 

viernes, 4 de marzo de 2022

Tiempo - M. Night Shyamalan


Y así como tú quizás tienes tiempo para hacer cosas como perder el tiempo haciendo bulto para otros y otras, yo ya casi no tengo tiempo de nada. El tiempo. El tiempo en esta película. Tiempo que pasa y un día te mueres. O al día siguiente. El tiempo que pasa tan deprisa que ni te das cuenta. Te das cuenta porque algo te pasa, te pasan cosas y te mueres. Al final te mueres, porque te tienes que morir. Mejor o peor, pero te mueres. Esta película de Shyamalan ya os digo que no es la mejor película que tiene. Tiene mucho mejores o al menos mucho más impactantes y, aunque yo diga esto, la verdad es que me tuvo todo el rato con el 'pero a ver qué'. Unos turistas llegan a un sitio paradisiaco donde al parecer han llegado por casualidad o siguiendo una oferta increíble y van a dar a una playa y en la playa. En la playa. El tiempo pasa tan despacio, cantaban Los Planetas. Eran otros tiempos. Te das cuenta con la edad de que el tiempo pasa cada vez más deprisa y que lo que no hiciste pues bla bla bla. Miras fotos, recuerdas a gente, piensas en un tiempo que seguramente no fue mejor, pero fue otro. De todo esto no va la película. Que la película va finalmente de otra cosa, una cosa que puede que sea incluso un poco perversa siendo estos los tiempos en los que vivimos de pandemias y de planes globales y de manos ocultas y de qué nos están escondiendo, cabrones, que nos digan la verdad. Puede que la película esté criticando otra cosa y yo ahora esté viendo cosas que no. Pero es que también se me va un poco porque el paso del tiempo me afecta, me tiene de aquella manera. El tiempo vuela, el tiempo se escapa entre los dedos, la música suena en el patio de luces y no la sé identificar porque ya no es de mi tiempo. Yo antes tenía más tiempo, pero desde que tú te fuiste las azucenas han perdido su color. No te lo creas. Lo que pasa es que quizás no es cuestión de tiempo y sí de agotamiento. No soy tan original. He agotado las ideas, las bromas. Todo eso. En tan poco tiempo. Seguiremos buscando películas mejores. 

jueves, 3 de marzo de 2022

¿Ni guerra ni paz?


Este es un texto breve, urgente, escrito sin reflexión y sin manejar todas las coordenadas, sin entender todos los puntos de vista y con evidentes prejuicios sobre quién dice qué y quién hace qué y qué significa en mi sentimentalidad todo esto que está pasando. Este es un texto que viene a decir que ahora mismo no sé si gritar No a la Guerra, Me cago en Rusia, Ni Otan Ni Pacte de Varsòvia, Ni yanquis ni Rusos, Otan No Bases Fuera, Nicaragua Sandinista, Sàhara Lliure, o yo qué sé. No lo sé y lo tengo claro. En unos casos grito una cosa y en otros casos grito la otra. Nada más lejos de nuestra intención de herederos sentimentales que el meternos en un fregado como este y tener que ir de la mano de. De la mano de. Armas para el pueblo. Pero para qué pueblo. Para qué gente. Porqué a una gente sí y a otra gente no. Resistir es vencer. Resistir es erosionar lentamente o de golpe. Resistir es preparar la matanza. Sin armas quién resiste. Sin armas quién aguanta. Con las armas quién gana. Una guerra de invasión de un país sobre otro o una intervención de un país amigo que está corrigiendo una desviación de un gobierno corrupto que no obedece al verdadero sentir de otro pueblo que yo, desde otro sitio, interpreto. Armas pal pueblo. Es bonito cantar por la paz y la amistad. Por la paz y la amistad de los pueblos, fraternalmente os digo qué. Este es un texto breve, escrito una vez más sin reflexión y dejándolo todo a medias. Sin entender nada y alineándome con quién me da la gana porque no me da la gana de alinearme más con quien no me da la gana a mí. Este es otro texto escrito exclusivamente para intentar situarme, para colocarme en una posición. Ni guerra, ni paz. 1918. 1980. 1991. 2022. No a la guerra. Paz entre pueblos, guerra entre clases. 1986, referendum para la entrada en la OTAN. En Catalunya ganó el NO. En realidad el sí solo ganó por tres millones de votos. Ganó el sí. Armas para el pueblo para parar las agresiones fascistas, los ejércitos invasores, a los golpistas. O por la paz, siempre por la paz. Por la paz y contra los conflictos. Pero si te atacan, ¿no te defiendes? ¿Tienen los ucranianos derecho a defenderse? ¿Nos caen mal los ucranianos? ¿A los de izquierdas? Este texto no sirve para nada porque no se llega a ninguna conclusión efectiva. No tengo la respuesta. Solo sé que esto es el principio de algo y el final de muchas cosas. Es el principio de algo que no sé si será mejor. O lo peor está por llegar. Una cosa sí tengo clara, Rusia de esto no sale viva. Yo también tengo vaticinios para luego errar. Esto está escrito sin reflexionar. Para qué. 

miércoles, 2 de marzo de 2022

Crónica del #PleGramenet de Febrero. Waiting for Jesus.


Si nos ponemos a pensar en lo importante, lo más importante es tener salud. Así que no va a haber crónica del pleno porque no va a haber nada más importante que la salud. No hay ni siquiera una noticia alegre como que la compañera Claribel entre en el grupo municipal que consiga que hagamos olvidar que el compañero Jesús no está, al menos durante unos días, en el mejor momento para poder seguir trabajando por esto. Trabajando por esto que solo unos pocos y casi todos ustedes que lo leen saben lo que es. A algunos les gusta, a otros no, naturalmente. Qué menos. Pero hay maneras y maneras de exteriorizar que no les gusta. Si no les gusta, hagan lo que puedan, no estorben. Aquí lo importante ahora es mantener el ritmo, que no pare el ritmo, que no nos cojan, y sobre todo, hacer lo posible porque el compañero esté bien. El Jesús, el encajador. Si le llamábamos encajador, ya en aquellos lejanos tiempos del proceso de confluencia de la izquierda colomense en el que ninguno vimos venir nada de lo que vendría después. Qué teníamos en la cabeza en aquel entonces todos y cada uno de los que pensábamos que podría haber una posibilidad. El encajador entonces pensaba una cosa, posiblemente hoy piense otra, pero encajaba todo lo que pudiera pasar porque tenía un objetivo claro. Ese objetivo entonces no nos gustaba. Y él encajaba. Con el paso del tiempo, las posiciones variaron, y él siguió encajando. Hasta llegar a donde estamos ahora, donde con el paso del tiempo muchos hemos descubierto a alguien que no conocíamos. Conocíamos al personaje, al chaval que, siendo tan joven, venía a decirnos qué éramos, qué sentía él que éramos, y qué posiblemente somos. En algunas cosas estaba profundamente equivocado, en otras no. Con el paso del tiempo y en este tiempo, hemos descubierto a otra persona. Hemos descubierto a Jesús. Y Jesús ha venido a nosotros, sabiendo que su reino no es de este mundo, para ayudarnos en la salvación y luego veremos. La vida da muchas vueltas y todo da vueltas. Hace un año todo era de una manera, por ejemplo, y hoy es de otra. Dentro de un año no sabemos cómo será. Estamos convencidos de que será mejor. Y será mejor porque tenemos entre nosotros al encajador y eso es una garantía. Ahora le estamos esperando, porque nadie dijo que iba a ser fácil y está claro que el Señor nos está poniendo prueba de diversas maneras. ¿Es Jesús el Señor? No me atrevería a entrar en este tema ahora, sobre si el padre y el hijo son la misma persona o si esto o lo otro. No lo puedo saber. No era más que un símil y poca cosa más. El caso es que este pleno municipal no lo voy a contar, y ya si eso me espero al siguiente, donde estoy convencido de que contaremos con el equipo en mejores condiciones, para decir algo. Ya queda poco para ir decidiendo y habrá que ver qué. Y habrá qué ver cuáles son las perspectivas. Hay quien vive con esto siempre en la cabeza. Tanto que ni vive ni deja vivir. Esas perspectivas, esos cálculos, toda esa mierda. Pero no hoy. Otro día. Hoy solo decir que el llisas, el encajador, aguante y regrese cuando lo tenga todo en orden. El hombre que paseaba a la Leia. No es que sea encajador, es que es permanente.