viernes, 30 de julio de 2021

Frases célebres


Lo importante es participar. Estamos que no estamos. Vamos que nos vamos. Que el ritmo no pare. Dame pan y dime tonto. Resistir es vencer. Lo más bonito del mundo. Dime que me quieres. Llego en un momento. Hacemos una y nos vamos. Nos vemos en un rato. Te lo estoy mirando. Voy a verlo. Ya me lo contaste. Estamos de acuerdo. Lo que me gustaría es que de aquí saliéramos con una propuesta de consenso. Tengo muchas ganas de verte. Estoy loco por la música. Estamos apareciendo en directo. Se te está escuchando todo. Huele a muerto. Algo huele mal en Dinamarca. Lo está petando. Se hace de noche. Vamos a verlo. Somos lo que somos. Somos así. Estamos haciendo lo posible. Comentamos y te decimos. Tengo tu número y ya te llamo yo. Volvemos en un momento. Llama tú. Cuelga la foto y a ver qué comenta la gente. Hay gente mala en el mundo. Me pinchan y no me sale sangre. Vale más ciento volando que nosequé. Grandes momentos. Tenemos un problema. Gol de Señor. Por el amor de una mujer. Viendo la vida pasar. Haciendo el ridículo desde que nacimos. Sabor agridulce. Victoria pírrica. Esta mañana me he levantado y el sol estaba ya muy arriba. Qué día es hoy. Hoy es martes. Martes y trece ni te cases ni te embarques. Bonito eres. 

jueves, 29 de julio de 2021

Viéndolo mal


La tradicional reunión de evaluación de la situación saxofón salchichón ha transcurrido según los cauces previstos dadas las circunstancias presentes. Es decir. Qué mierda es todo esto. No entendemos nada. En esta ocasión M. ha puesto sobre la mesa cuestiones que están ahí y que todo el mundo está viendo o al menos nadie se está esforzando en esconder. Puntos varios como que todo esto parece que es algo que se nos está escapando de las manos y que no hay manera de que se encauce. No es la manera más lírica de decirlo, o más poética, ni tampoco la más contundente. Es una manera. En la tradicional comida de fin de curso, hemos convenido en pensar que esto que está pasando nos está pillando ya en un momento en el que no nos enteramos de la película. Efectivamente, hemos dado con la viejada y ya no hay vuelta atrás y coincidimos en que o apostamos por la operación de la vista o esto nos condena a un dispendio en lentes progresivas que nos va a dejar tiritando. Lo vemos mal. Lo vamos a ver peor. Pensiones, por ejemplo, pensiones para qué si vamos a llegar a la vejez con los cerebros fritos, consumidos por el estrés, por las prisas, por los putos móviles, por la sensación de que tenemos que hacer mil cosas y la conciencia de que ya no llegamos a nada. Y de que ya no sabemos lo que pasa. Este ha sido otro tema importante. No sabemos lo que pasa o lo seguimos sabiendo mediante los sistemas que utilizábamos cuando éramos nosotros chavales y ahora buscamos la palabra de fe en sitios que ya no le interesan a nadie y vale todo. Ese es otro concepto a estudiar. Vale todo. Vale absolutamente todo, vale deslegitimar y creernos con derecho a decir lo que nos venga en gana hoy y lo contrario mañana y pasado lo que rote porque no hay consecuencias. Otra cosa. No hay consecuencias. No hay nada. Vale todo. Los gobernantes pueden estar hoy aquí y mañana allí y no pagar por ello, no hay consecuencias, No hay nada. Barrio sésamo. Esta teoría de M. no la había escuchado. Según M., nuestra generación ha sido adelantada implacablemente por una generación o dos o tres posteriores que ya no se han criado con Barrio Sésamo y lo han hecho con Bolas de Drac o cosas que vaya usted a saber. El hecho de haber sido aleccionados con el Barrio Sésamo nos convirtió en eso, en personas que van esperando a ver qué pasa sin tomar ninguna decisión incómoda, hasta que nos damos cuenta de que el tiempo ha pasado y un dos tres cuatro cinco seis siete ocho nueve diez once doce... Tema de los procesos revolucionarios y el coste y el beneficio y cómo esos momentos de sotrac los tenemos que ir administrando luego durante décadas para aprovechar ese impass en el que todavía se pueden conseguir cosas y que ahora mismo no pinta a que vaya a haber momento de sotrac ni mierda y a ver qué hacemos. Que a nosotros ya si eso, porque con lo de Barrio Sésamo ya nos dejaron jodidos para siempre y ahora cualquier youtuber yo que sé. Florentino Pérez, los audios, las cuentas de Portugal, dineros que se pispan y que a nadie le parece extraño, fichajes y el fútbol. Una vez más hemos dado por muerto al fútbol, deporte que antes, muy antes, seguíamos pero que ya no y hemos pasado a diseccionar tanto la final de la Champions como paradigma de un nuevo fútbol en el que se va a toda puta hostia y que no hay manera de que los equipos patrios pinten nada ya en esto porque no se corre igual y que Tuchel y Guardiola son dos putos enfermos y que nosotros, que ya esto del fútbol lo tenemos más que abandonado, pues que no. Y lo mismo, que nos informamos mediante canales que no son fiables, que esto del virus y tal lo mismo va todavía para más largo, que los curros y las familias están fantásticas y que ya en septiembre nos volvemos a ver. He comido macarrones al pesto y queso y de segundo salmón a la plancha, lo que ya denota tal y de postre yogurt con miel. Y ahí se ha quedado la cosa. 

miércoles, 28 de julio de 2021

Crónica del #PleGramenet de Julio. Fin de temporada. Episodio 2222


 La crónica que coincide con el final de curso y la llegada del episodio 2222 de este blog. 2222 entradas de un blog que inicié en fotolog y que no sabría cuántas entradas más tenía. Pero hoy llego a las 2222 entradas y no sabría decir qué se ha concluido con tantas entradas, tantas cosas escritas que habrán llegado o no a algún sitio si es que tenían que llegar. 2222 entradas de las cuales las crónicas de los plenos municipales se iniciaron teniendo un sentido y ahora tienen otro. Si antes tenían un sentido estrictamente tal ahora quedan diluidas las interpretaciones y todo se convierte en un divagar sobre esto y aquello, entrando de vez en cuando en materia, pero sin acabar de coger el tono que alguna vez tuvo todo esto. Llegamos pues al episodio 2222 con cierta sensación de desfondamiento que, esperemos, solo sea aparente, aunque de todos es sabido que las sensaciones que uno transmite son las que finalmente se confirman. O algo así.

Fin de curso. Pleno municipal de fin de curso político y de fin de una época. La muerte de Pedro Cano sobrevoló sin duda todo el pleno y el tono no fue para nada el que merecía haber llegado al final de un curso duro, muy duro, en el que la pandemia parecía que tenía que habernos abandonado (he escrito habandonado y lo he rectificado pero me da que pensar en esa sensación de que ya no sabe uno ni dónde tiene la cara), y no lo ha hecho. El virus y todo lo que conlleva, después de un año en el que nos las prometíamos muy felices, sigue ahí. La muerte de Pedro Cano es la prueba más terrible de que todo lo que presumíamos cuando hace un año nos despedíamos con ganas de irnos de vacaciones y de disfrutar de la posibilidad que nos parecía mentira de largarnos por ahí, todo eso, no ha sido nada. Y que nos encontramos en un lugar confuso, difuso, donde no sabemos qué pasará. 

Así que el Pleno Municipal, pese a contar con muchos puntos y algunos de ellos bastante importantes, careció de interés, de debate y de discusión. La intención del Grup Socialista no era la de entrar en ningún tipo de debate y aunque había posicionamientos que hubieran merecido una respuesta, se decidió acudir a la vía rápida y dar por terminado el curso y ya si eso en septiembre encarar las cosas de otra manera. 

Pla Local d'habitatge, nombramientos de cargos directivos, el tema de l'Escola Bressol, asuntos sobre los que se podría hablar y comentar, pero que por h o por b, no se dio y se supone que se retomarán en otro momento. No creo que ocurra con el Pla Local, pero con otras cosas sí.

Fin de curso y fin de temporada de una serie que ha tenido un poco la pinta de El Cuento de la Criada. Después de unas temporadas donde la tensión era excitante y donde pasaban cosas, nos hemos acostumbrado un poco al dolor. No creo que este sea el mejor símil, al dolor no se acostumbra uno nunca. O quizás sí. Si no vives otra cosa que el dolor, quizás no veas más allá y pienses que esto es lo normal. Quizás a lo que me refiero, si lo sé, es que nos hemos acostumbrado a una cierta sensación de excepcionalidad constante, de alteración de la norma perenne, de salto de la realidad, que nos tiene como acostumbrados a lo que es extraño. Y en la política municipal nos hemos acostumbrado a tantas cosas que ya uno no sabe si vive en la realidad o es la ficción. Una realidad tan ficcionada en esta temporada que ha dejado tan altas cotas de perfección en lo excepcional que no sabemos si para la próxima temporada estaremos a la altura. 

Esta ciudad se merece a gente que esté a la altura de lo que es. Una ciudad como la nuestra debería contar para la discusión de sus asuntos cotidianos y los que no lo son tanto con persona que estuvieran a la altura de las temporadas pretéritas. Los remakes no valen. No nos sirven tampoco las secuelas ni las precuelas. En la siguiente temporada, la ciudad se juega muchas cosas. Cuando decimos y repetimos que la ciudad se juega muchas cosas hablamos de un intangible, pero se juega, realmente un futuro que puede que ya no sea el nuestro. 

Un futuro que podemos contemplar desde una esquina, siendo los monos de atracciones de quien dirige los hilos de la ciudad o bien actores centrales en la ardua tarea de sobrevivir. 

Yo no quiero estar en una esquina. 

martes, 27 de julio de 2021

El sacrificio de un ciervo sagrado - Yorgos Lanthimos


Hay momentos qué. Hay un momento en la película El sacrificio de un ciervo sagrado de Yorgos Lanthimos en el que la hija el matrimonio compuesto por Collin Farrell y Nicole Kidman baja arrastrándose por unas escaleras en las que te paras a pensar un momento en cómo has llegado hasta ahí. Cómo esa película ha llegado hasta ahí. Cómo una historia puede acabar llegando al extremo de niños arrastrándose por el suelo con las piernas inmovilizadas. De qué manera se ha complicado todo para que tengas que asumir que eso está pasando. Y eso no es lo más raro o lo más escabroso que pasa en la película. La película tiene muchos momentos para pararse y reflexionar un momento. Qué cabezas. Qué ocurre en esas cabezas, en nuestras cabezas. Y en la cabeza de Yorgos Lanthimos. 

Es una película de Yorgos Lanthimos, el director de La Langosta, o Canino, o La Favorita. La Favorita podría pasar por ser una película normal. Las otras no. Esta película, no. Nada es normal. Nada parece normal. Las conversaciones. Podríamos probar a hablarnos así como se hablan ellos, los y las protagonistas de la película. Terminaríamos locos. A lo mejor es que ya estamos locos. 

Una familia, la típica familia bien. Pero como siempre no todo es bien. Hay algo, algo oscuro. Hay un chaval, un espléndido Barry Keoghan. Algo ocurre. Algo no parece que tenga que ir bien pero no sabemos qué. Hasta que nos vamos despeñando por un barranco de sinsentidos, de cosas que pasan y que no damos crédito. 

Es una peli de no dar crédito. Y de parar un momento y pensar. Ojo, que esto podría pasar. 

Qué narices. No podría pasar. Cómo va a pasar.

¿No? 

lunes, 26 de julio de 2021

No diguis res - Patrick Radden Keefe


Te compras este libro porque quieres leerte una novela. Porque tanto ensayo o tanto libro musical o de los autores que siempre siempre siempre acabas repitiendo ya cansan. Necesitas algo nuevo. El día de Sant Jordi ves este libro. Has oído hablar de él, no mucho, pero lo suficiente como para que te suene el nombre. Irlanda del Norte. Puede ser interesante. Una historia real de violencia y de memoria en Irlanda del Norte. Venga. Descubres ese mismo día que muchos y muchas conocidas han comprado el mismo libro. Parece ser el libro de moda. 

A todos nos llega el tema de Irlanda del norte y de los irlandeses y sus cosas. Películas americanas mil que tienen como fondo o bien el conflicto norirlandés con Harrison Ford haciendo sus cosas, por ejemplo, películas ambientadas en Boston con descendientes de irlandeses y la canción esa del grupo este que no me lo sé pero que sé que vienen o iban a venir a tocar al Rockfest. Películas de Neil Jordan o de Ken Loach o de directores irlandeses y británicos sobre el conflicto. Una mística, como siempre, por la cual simpatizamos con un bando y queremos ver virtudes donde quizás no hay otra cosa que sordidez y vidas enviadas a la mierda. Tabernas, guiness, gaélico, campos verdes, IRA, Sinn Feinn, canciones, guerrilleros, Michael Collins, Ulster, Belfast, murales, lealistas, unionistas, republicanos. Hubo un tiempo en el que supimos mucho sobre el tema. Hoy ese conflicto nos queda lejos en el tiempo aunque siga latente. Irlanda y su proceso de independencia del Reino Unido. La isla dividida con una parte al norte, de mayoría protestante, que sigue unida al Reino Unido y cómo muchos católicos han vivido con la idea de la reunificación y los protestantes con la voluntad de que eso no llegue nunca. Las marchas de la Orden de Orange paseando por las calles de Belfast recordando que Guillermo de Orange venció al rey Jacobo II que quería retornar en cierto modo al catolicismo y fue en Irlanda precisamente donde... la historia, Cromwell, el hambre del siglo XIX, la gente saliendo de la isla, y esa imagen romántica que tenemos de las luchas armadas. 

El libro es interesantísimo y no es una novela, aunque pudiera serlo. El libro es una investigación. Un periodista que se interesa por una historia y tira del hilo y se encuentra con un asunto que trasciende a Irlanda del Norte. La violencia. Un matrimonio, ella protestante y él católico. Tienen diez hijos. El marido muere de enfermedad después de que hayan tenido que deambular de un sitio a otro a principios de los setenta, en el momento de los Troubles, los problemas, los disturbios y enfrentamiento entre el IRA provisional y lealistas, policía y ejército británico. Una noche, un grupo de personas entran en su domicilio, se llevan a Jean McConville, la madre. Nunca vuelve. Los hijos se han de criar solos, todo el mundo les da la espalda. Este hecho, que parece puntual o fuera de contexto, se enmarca en una época y en una forma de hacer. Se nos cuentan las vidas de algunos activistas. Especialmente de dos, Dolours Price y Brendan Hughes. Sobre todo, la figura de Dolours Price, que de pacifista pasa a enrolarse en el IRA y no para acompañar a los soldados precisamente. 

El libro abre una fascinante reflexión sobre la violencia, sobre las implicaciones del uso de la violencia para alcanzar objetivos políticos y cómo ese uso de la violencia no se lleva a cabo únicamente contra los objetivos 'enemigos' sino también contra los propios compañeros y compañeras, los sospechosos de ser confidentes, los que disienten, cualquiera puede ser un objetivo. Y cómo, cuando alguien, en este caso el máximo dirigente, decide que la línea política ha de primar sobre la línea militar, todo ese compendio de vidas perdidas, de vidas eliminadas, de las propias vidas enviadas a la mierda, de huelgas de hambre, de percepciones de la realidad tocadas, de muerte y de destrucción, de repente deja de tener sentido. Y cómo digerirlo, si es que puede digerirse, y cómo se sobrevive a ello. 

Los casos de Dolours Price y de Brendan Hughes, pero también de la hermana de Dolours Price, Marian, y de tantos otros, y también claro la vida del propio Gerry Adams, que no es el protagonista del libro pero sí que es el personaje sobre el que sobrevuela la narración y cómo su actitud y su influencia es la que marca la vida de quienes estaban metidos en todo ese marasmo que vive Irlanda del Norte, pero también Irlanda y el Reino Unido desde finales de los sesenta hasta casi antiayer. Y cómo hay tantas cosas que decir y tantas explicaciones que dar y cómo los silencios siguen pesando mucho, porque como se dice en muchas ocasiones y dice el mismo título del libro, es mejor no decir nada. 

Un libro altamente recomendable si lo que quieres es leer una historia real de la violencia y los caminos que te hace seguir. Si lo que quieres es leer una historia romántica de guerrilleros, activistas, soldados, héroes y villanos, quizás te encuentres con otra cosa. Fantástico libro. Tremenda historia. 

domingo, 25 de julio de 2021

Oksana Chusovitina


Esta mañana me he acordado de que los Juegos Olímpicos se tienen que ver por la mañana. El horario de Japón, requiere de un esfuerzo por parte del deportista de sofá como yo para poder seguir al menos de manera esporádica lo que va pasando en la cita olímpica, momento cumbre del profesional del comentario erudito, la referencia chorra, la observación castiza y lo que ustedes quieran. Deportistas españoles que cada vez me van cayendo mejor, cada vez más lejos del victimismo atávico por el cual todo nos iba mal porque todo el mundo estaba en contra, todo ha ido muy bien hasta que me he tenido que poner y me he venido abajo, el árbitro, nos tienen manía... todo eso parece que ya pasó. Deportes que solo te acercas a ellos cada cuatro años o más. Deportes que no te han interesado nunca pero que te hacen perder una mañana. Deportes que discutes si son deportes. Deportes que son más que tú.

Ahí estaba yo, dispuesto a zamparme una hora o así de sofá y juegos de la mano de Paloma del Río y la gimnasia artística cuando... un momento. Gimnasia artística. La de tiempo que he pasado yo confundiendo la gimnasia artística con la otra, la gimnasia rítmica, pensando que eran la misma, porque lo de artística a la gimnasia que para mí era gimnasia y ya... es igual. Reflexión de eso, de deportista de sofá, de comentarista, de periodista patán que no se ha enterado que ver la tele no es hacer periodismo. Ahí estaba yo cuando Paloma del Río y la comentarista que la acompaña han hablado de alguien que tenía 46 años y yo, que andaba concentrado más o menos, por no decir distraído, he dicho, qué dicen, qué es eso de una participante de 46 años si yo mismo, en mi infinita sabiduría ya considero a la tremenda Simone Biles como veterana si solo tiene 24 años... ¿46 años? Debe ser alguna entrenadora o algo así. 

Pues no. Estaban hablando de una gimnasta que se llama Oksana Chusovitina, que competía por Uzbekistan y que a la edad de 46 años seguía ahí. No me lo podía creer. 46 años y todavía compitiendo en gimnasia. Cuando la han enfocado haciendo el paseo que dan para ir de un sitio al otro de los aparatos que tienen asignados me he quedado de piedra. La realización ha ido siguiéndola más o menos hasta que ha llegado su turno para competir. Solo lo hacía en salto. Ha hecho dos saltos y no ha conseguido la marca para clasificarse para las finales por aparatos. Cuando ha acabado el segundo salto, ha visto que más o menos todo había acabado y se ha despedido a la cámara. Y luego ya se ha emocionado y ha tenido que salir a saludar.

46 años. 

Una vida tremenda. Al parecer tuvo un hijo y se trasladó a Alemania para que lo trataran de cáncer. Tuvo que retomar la carrera deportiva para conseguir recursos para el tratamiento. Ha competido por cuatro países, por Alemania como agradecimiento por haber sanado a su hijo, y ahora lo ha hecho por Uzbekistán. 

¿Para qué sirven los Juegos? Supongo que detrás del negocio inmenso y de las infinitas corruptelas que se mueven detrás de una cita como esta, así como de otras, pues para que podamos al menos conocer historias como la de Oksana Chusovitina y pensar que hay gente que le hecha mucho valor a la vida. 

viernes, 23 de julio de 2021

PSUC sin PSUC


A cualquier observador ajeno a la realidad de la política, y concretamente de la política a la izquierda de los socialistas, le debe resultar cansino tener que estar escuchando o leyendo continuamente sobre el PSUC. Partit Socialista Unificat de Catalunya. Tener que leer y aguantar a los que escribimos sobre el PSUC, cuando se fundó, cuando creció, cuando creyó ser el partido, cuando fue el partido, cuando se encontró con la realidad, cuando no quiso sobrevivir a la realidad. Cuando todas esas cosas pasaron y cuando esas cosas ya pasaron y seguimos enredados en saber qué y porqué y quién recoge el testigo y todo eso. Debe resultar ciertamente cansado, aburrido, pero al mismo tiempo inquietante. ¿Por qué? ¿A santo de qué reivindicar algo que se decidió que ya estaba? ¿A santo de qué seguir paseando unas siglas que se supone que han perdido ya la vigencia que tuvieron y que los propios participantes de la historia decidieron obviar? ¿Qué mística entorno a la historia de un partido que fue comunista y que fue partido de tantos no comunistas nos vuelve a traer a la cabeza una y otra vez momentos, luchas, secretarios generales, nombres, militantes anónimos, barrios, ciudades, nuevas siglas, experimentos, críticas y autocríticas? ¿Qué nos lleva a pensar que el PSUC debe ser objeto de nuestro recuerdo inmisericorde y que en ese recuerdo vamos a reunir a un número de personas que están deseando escuchar lo que tengamos que decir y recordar sobre el PSUC? 

Las luchas, los nombres, los represaliados, los encarcelados, los muertos, los que estuvieron mucho, los que estuvieron hasta el final, los que estuvieron un tiempo, los que renegaron, los que nunca estuvimos, los que nunca hubieran estado. Las siglas, el nombre, la fundación, las esciciones, las continuidades, los recuerdos, el bar de la plaça del Pí, la revista Treball. 

El V Congreso.

A cualquiera que se acerque a la historia política de Catalunya y a la historia política del Estado, le debe parecer un tanto obtuso estar dándole vueltas a la historia de un partido que ya fue, que hace casi 30 años que ya no es. Y aquí seguimos, aprovechando para recordar carteles, cuadros, posters, fotos antiguas, personajes, historias, anécdotas, Santa Coloma, el cura, todo.

Cada año, a cada rato. Debe parecer mentira que el PSUC haya desaparecido. 

jueves, 22 de julio de 2021

Franco sigue muerto


Se pongan como se pongan, que se ponen, Franco, Francisco Franco Bahamonde, el Generalísimo Franco, Caudillo de España por la Gracia de Dios, sigue muerto. Da igual que salgan momias de aquí y de allá queriéndonos contar una película de indios. Que si golpe de estado no, que si españoles contra españoles, que si la República era un foco de tal, que si desorden, que si la culpa fue de unos y de otros, que si la culpa fue de la República, que si hay que olvidar. Da igual que digan o que hagan o que pretendan. Hay un hecho incontrovertible. Y es que el Generalísimo Franco sigue muerto. 

Por muchas banderas que sigan sacando, por muchas proclamas que hagan, por mucho revisionismo histórico de tweet y banderita, por mucho que digan por un lado que Franco hizo o por mucho que digan otros que Franco sigue vivo, la noticia que hay que dar una y otra vez, es la siguiente: Franco sigue muerto. Por mucho que algunos y otros algunos se empeñen en decir que Franco sigue ahí, tengo una noticia que dar. Franco, el Generalísimo Franco, sigue muerto. 

Por muchos libros que saquen, tertulias en las que le den la vuelta, por muchas hazañas bélicas, por muchas calles que vuelvan a renombrar, por mucho que quieran darle la vuelta a la historia, por aquí o por allá, por mucho que quieran decir que la historia no ha avanzado, que van a volver o que no se han ido, la realidad, la puritica realidad, es que Franco, el Generalísimo Franco, sigue estando total y absolutamente muerto. 

Por mucho que digan que la ley de memoria democrática es floja o que la van a derogar mañana porque es dura y no llama al a concordia, hay algo que es irremediable, un dato que te va a molestar o que te va a alegrar la tarde. Brindemos por ello, porque Franco sigue estando muerto. Franco sigue estando muerto a esta hora de la tarde, a las siete y veinte. Da igual que lo mires dentro de dos horas más, Franco sigue estando muerto y seguirá estando muerto. 

¿No es maravilloso?

¿No es acaso algo de lo que tengamos que alegrarnos cada día de nuestra vida? Franco, el generalísimo Franco, sigue estando muerto. 

Y sigue estando literalmente muerto, físicamente muerto, cuando parece que no se ha muerto y quienes lo quieren vivo quieren que nos parezca que está vivo. Franco ha muerto y Franco, a esta hora de la tarde, de nuevo, sigue estando muerto y bien muerto. Franco no para de estar muerto desde 1975. Por mucho que españoles mucho españoles, por mucho que la España carpetovetónica, por mucho que la España atávica, por mucho que la España profunda, por mucho que la España que tanto debe a la concordia y al perdón y por mucho que digan que van a volver a poner la cruz de pie cuando la cruz caiga. Franco, está muerto. Esté enterrado aquí o allí, esté maquillado como una puerta, esté en una foto con Hitler, esté jugando al golf, o pescando, o en el Alcázar de Toledo o paseando junto al rey emérito o diciéndole a su hija que hable con los niños del mundo, en todas esas circunstancias ya no va a estar más. En ningún caso, excepto enterrado, claro. En ningún caso. En todo caso, como está ahora es muerto.

Y muerto se va a quedar.

Mientras que lo mantengamos muerto, claro. Recordar que ahora mismo sigue muerto. Ahora, casi ya a las ocho de la tarde. Franco sigue estando muerto. Y no volverá a vivir a no ser que nos despistemos mucho. 

No nos despistemos.  

miércoles, 21 de julio de 2021

El señor Cucumetre


El señor Cucumetre no había nacido aquí, había nacido en otro sitio. El caso es que había llegado a Barcelona de niño y no, no se puso a trabajar desde abajo para llegar a ser quien fue. Su padre, el señor Cucumetre había llegado a la ciudad con un encargo desde algún ministerio, un encargo que le prodigó divisas, fondos, dividendos, dinero y poder. El señor Cucumetre desde buen principio hizo todo lo que usted puede imaginar que hace un señor en este tipo de situaciones. Todo y más. Por conservar su poder. Cuando murió, el señor Cucumetre tuvo un funeral al que asistieron todo tipo de personajes de la cultura y de los negocios, sobre todo de los negocios. El señor Cucumetre fue propuesto como patrón eterno de una institución benéfica e incluso se propuso su nombre para una calle. Finalmente la calle tuvo otro nombre. 

El caso es que, años después, alguien quiso escribir la vida del señor Cucumetre, por encargo de la institución municipal. Ese alguien se informó y documentó sobre la vida del señor Cucumetre y le salió una biografía que, de hecho, ponía mejor al señor Cucumetre de lo que había sido la percepción general sobre su vida. Finalmente la calle en cuestión tuvo el nombre del señor Cucumetre.

En la calle Cucumetre viví los primeros años de mi estancia en Barcelona. Nunca me pregunté por el nombre de aquella calle. Me hacía gracia. Siempre que escribía alguna carta o luego un email enfatizaba mi estancia en la calle Cucumetre. Un día, en un bar de la zona, un buen bar, un bar de esos a los que se nota que podría haber ido el señor Cucumetre, alguien estaba hablando sobre el señor Cucumetre. Decía que ya no había personas como él, que ellos habían hecho de Barcelona la ciudad que hoy disfrutamos y que el señor Cucumetre no solo se merecía una calle, se merecía algo más. 

Me documenté sobre el señor Cucumetre. Entonces yo estaba estudiando e hice una tesis sobre él. No sé cómo salió la tesis y no sé cómo llegué a escribir lo que escribí, pero hoy la universidad donde doy clases se llama Universidad Cucumetre Banc Castellarnau. 

Así que mejor dejar al señor Cucumetre en paz. 

martes, 20 de julio de 2021

Karpov


Con el calor que hace y con el calor que hace que no se puede pensar nada más que en el calor que hace y que me cogéis además en esta partida contra este señor filipino, no os voy a dar demasiado la paliza, pero si lo que me pedís es que os diga algo sobre el Día Mundial del Ajedrez os diré lo siguiente. Muy rápidamente. Os diré que uno imagina el día mundial de lo que sea como un día en el que nos pasamos el día pensando en algo. O haciendo algo relacionado con. Si es el día de tal pues salimos de manifestación, hacemos algún tipo de anuncio, nos acordamos, lo hablamos y nos proponemos que todo el año será como el día en especial. Mentira podrida. Pero con el día del ajedrez pasa, creo, algo distinto. Porque a fin de cuentas la vida, vivir la vida es como jugar al ajedrez. Ya sé que es un tópico muy manido, pero es que es así. Desde que nacemos hasta que morimos, seamos de personalidad fuerte, de talante calculador o unos viva la virgen de tomo y lomo, nos pasamos la vida haciendo movimientos, tomando decisiones, previendo que si hacemos tal pasará tal y que si la vida nos viene con según que movidas, responderemos de determinada manera. Jugadores de ajedrez que luego han sido auténticos desastres en sus vidas, los hay a centenares, supongo. Porque esto como todo no te conjura contra nada. Pero nos gusta hacer estos símiles y estas composiciones y estas reflexiones de todo a cien que nos consuelan pero que, ya os digo, en este caso yo me lo tomo muy en serio. Si nos pasásemos un día como este día jugando al ajedrez, en realidad no estaríamos haciendo nada por el ajedrez, ya que vivir es la partida superior, la partida máxima, el gran tablero del mundo, todas esas mierdas. Pero que son mierdas con su sentido y con su idea. Yo, ahora mismo, ya un anciano que va dando tumbos sin qué ni porqué por la vida y que me veis aquí jugando contra Eugenio Torre y vamos pasando la vida. Y seguro que no os habéis parado a preguntaros lo del día mundial del ajedrez hasta ahora. Pero es que tampoco merece demasiado la pena. Vosotros ir jugando, ir moviendo y ya irá saliendo. Yo os aconsejo que no os precipitéis, que no vayáis de guays y que poco a poco. Que al final todo sale. 

lunes, 19 de julio de 2021

En este momento


En este momento, no es un buen momento. Hace unos días se me ocurría escribir sobre la extraña sensación de estar viviendo con la sensación de que ya se había acabado todo y de que todo estaba igual. O peor. Por primera vez en mucho tiempo, algunos colegas no veían bien lo de salir a tomar una birra. Las noticias de que personas cercanas estaban contrayendo el virus justo cuando la gran mayoría de conocidos y conocidas ya estaban cumpliendo con las pautas de vacunación, me tenía sorprendido. Me tiene alucinado. ¿Cómo puede ser que en este momento en el que parece que hemos decidido de manera consuetudinaria, alentados en parte por las autoridades, que podemos hacer una vida más o menos normal, donde casi casi casi dábamos por sentado que lo de la mascarilla ya era cosa pasada, nos encontremos en esta situación?

La noticia ayer del fallecimiento de Pedro Cano, supone un duro golpe. Pedro Cano es un personaje fundamental para entender la ciudad. Sea en su faceta de promotor cultural y musical, de escritor y agitador, de conocedor de esa Santa Coloma a la que usted no se atrevería a entrar si él no se lo recomendase, desde el fútbol, la hostelería, o lo que fuera, hasta su más reciente faceta como regidor en el Ajuntament de Santa Coloma. Su pérdida, su fallecimiento a causa del virus del Covid, supone muchas cosas para la ciudad y seguro que hay gente mucho más allegada a Pedro Cano, a Peter Kane, que sabrán escribir y contar lo que significa. Yo solo puedo decir que, quizás por la conexión jiennense que me hace desconocer de dónde viene, a dónde va o dónde está la persona en cuestión, siempre me pareció que era una persona con una vida intensa, vivida con una seriedad y firmeza solo entendible desde otro lado de la realidad, y con la que siempre se aprendía algo. Creo que las veces que nos encontrábamos siempre fue cariñoso conmigo y yo intenté serlo con él, aún con las diferencias. Siento mucho su pérdida, porque también sé que mucha gente, mucha mucha gente, le tenía en especial estima.

Su fallecimiento supone además como un tremendo golpe por lo que supone que, pasados un año y varios meses, continúe el reguero de personas que siguen falleciendo por causa de este virus que ha trastocado nuestras vidas de una manera que nos cuesta asimilar. Vivimos pendientes del momento en el que parezca que ya, que se ha acabado, que todo vuelve a la normalidad. Medimos nuestra vida en el momento en el que podamos volver a. Volver a salir, volver a beber, volver a quedar, volver a planear, volver a viajar, volver a consumir. Hemos pensado que todo se ha de basar en recuperar un sentido lúdico de la vida. En despreocuparnos, en pasárnoslo bien, en estar en la calle, en los lugares que solíamos frecuentar. Todo desde una idealización de un tipo de vida de personas de clase media que al parecer son las que existen en los medios de comunicación y las que reciben y consumen y viven en este mundo. El resto del mundo, no existe. 

Estamos deseando volver y queremos pensar que ya todo será como siempre fue. Salir, beber, el rollo de siempre. Mientras tanto, sigue muriendo gente, sigue habiendo gente que se contagia y que lo pasa realmente mal. Y sigue habiendo gente que ha visto su vida reducida a la puta mierda por culpa de ERTES, regulaciones, descenso de la producción, pérdidas de empleos, cierres, etc. Gente que tiene que pedirle comida a la vecina de enfrente porque se ha quedado sin nada en la nevera, y no es ninguna imagen retórica, es la vida misma, en directo. Quienes saben cómo está el tema, nos alertan de lo que va a venir en septiembre, las oleadas de desahucios, el sufrimiento que conlleva. Los indicadores de pobreza disparados, pero a quién le interesan esos pobres, si sabemos que esos pobres no van a votar. El miedo a la pobreza sin embargo, sí que vota. Y vota siempre para el mismo lado. 

Y en las televisiones, seguimos viendo a los representantes de los gremios quejándose amargamente del recorte de media hora. Mientras, vemos cómo sigue muriendo gente. Es devastador y desconcertante. Ya no me quejaré de los gobiernos y de sus acciones. Ni siquiera pondré el foco en quienes lo niegan todo y consideran que somos borregos, ovejas, inertes ante una maniobra descomunal de control social. Paso. 

Sí que tengo la sensación, como en la canción de los Talking Heads, de que estamos avanzando hacia ningún sitio. De que vamos a ninguna parte. Que estamos haciendo un camino ambivalente. Uno cegado por la perspectiva de que ya hemos llegado sin querer ver que seguimos otra vía donde no encontramos respuestas más allá de la necesidad de la vacunación y de mantener unas ciertas precauciones. 

Y la vida sigue, aunque se termine para otros. Echaremos de menos a Pedro Cano entrando como un torbellino en las Tannines, brindando por los presentes y los ausentes y discutiendo, como buen jiennense, de cualquier cosa, hablando por los codos, acaparando la atención y creando polémica y opiniones encontradas sobre Santa Coloma y la vida, sus misterios y sus contradicciones.  

viernes, 16 de julio de 2021

Vamos muy bien


Comiendo un chuletón al punto o deforestando el Amazonas. Vaciando las cuencas de los ríos o riéndonos de las placas solares. Estamos yendo a tope. Las farmacéuticas controlan todo el juego. Hace dos días vi un episodio de El Ministerio del Tiempo, el que hablan del virus de la gripe española. En un momento hablaron también de la gripe A o del Sars, no me acuerdo y hablaban de cómo las farmacéuticas se inventaron un negocio redondo. Las farmacéuticas y las vacunas. Suben los indicadores, los contagios se están disparando, gente que hasta ahora lo estaba esquivando, les está cayendo con todo. Estamos muy bien. Creo que hubo un momento en el que la gente hizo click, en el que la gente hicimos click, creo que fue antes de que nos dijeran que ya no era necesaria la mascarilla en la calle. Antes de Sant Joan aproximadamente. En ese momento, hicimos como que ya estaba. Que ya iba todo palante. Que a nuestros conocidos, más o menos de nuestra misma edad, cuarentones y cincuentones, ya los estaban vacunando y que esto ya no tenía vuelta atrás. A programar fines de semana y vacaciones de verano como si todo hubiera pasado ya. 

¿Qué nos ha pasado? No lo sé. Supongo que eso mismo que cuento, ese relajo, esa despreocupación, finalmente nos ha pasado factura. O yo que sé. Los mensajes institucionales ya parecían anunciar que todo esto ya se trataba únicamente de levantar la economía, de mejorar los datos, de que la cosa vaya fluyendo. Aquí en Catalunya, de repente parecía que los festivales de verano volvían a funcionar. Con todas las medidas de seguridad y todo eso que se dice, pero con las imágenes que te llamaban la atención. ¿De verdad estábamos ya para festivales multitudinarios? Veíamos también las imágenes de los partidos de la Eurocopa y nos daba esa impresión. Todo está ya bien. Otra vez. 

Y otra vez nos encontramos con que no, con que no hemos calculado bien, con que nos hemos colado todos. 

Esta mañana, desayunando, en la tele de la Cantina do Magin, la locutora del programa de la mañana en la Primera, una reportera que estaba en un pueblo creo que de costa, decía que había que animar a la gente a hacer turismo, que la economía hay que levantarla poco a poco. Justo cuando estamos en el momento que estamos. En TV3 manteniendo el discurso habitual. Primero las medidas y las cifras y la historia de uno al que se le ha quedado el pulmón como fatal y acto seguido el testimonio de uno que tiene un bar con terraza diciendo que la situación es muy mala y que esa media horita que van a cerrar por el toque de queda, que fíjese usted. 

Así que más o menos estamos en el mismo punto que lo dejamos. No hemos aprendido nada. Los gobiernos los primeros. El gobierno catalán el primero. No se ha aprendido nada y todo consiste en anunciar lo antes posible que todo va a volver a estar bien de momento. Que somos los mejores, veranito, la playita, los hoteles llenos y las terrazas a tope. Y que bueno, alguien tiene el covid y eso, pero que ya no es nada. 

Y así podemos durar hasta otro añito más o quizás esto sea lo que nos quede por vivir. 

miércoles, 14 de julio de 2021

Cuba


No es fácil escribir sobre Cuba. Es fácil, o no es fácil. Cuba vive en un estado de guerra contra el enemigo más poderoso que existe, que no son solo los Estados Unidos, es nada menos que el mundo capitalista, desde que a finales de los años cincuenta, triunfara una revolución que aunque no en principio, después se convirtió en socialista y la situó en el campo de los países a los que había que hundir. No va a ser una reflexión muy sesuda esta, ni voy a aportar nada especialmente relevante. Efectivamente, el bloqueo. El bloqueo económico como una manera de hundir un experimento político con estarás, querido lector, más o menos de acuerdo. El bloqueo como maniobra bochornosa para hacer que un país entero claudique y cambie de bando. Un bloqueo para que la gente tenga que salir de allí cagando ostias si lo que quiere es eso que queremos las personas aquí que somos tan pro cubanas y revolucionarias, el bloqueo para que vivas siempre pensando que todo es precario, poco, mal. Al menos, reconozcámoslo, lo pensará una parte de la población. Y será legítimo que lo piense. Y que piense que no todo tiene que ser por culpa del bloqueo. Aunque es por culpa del bloqueo y por la decisión de un país, los Estados Unidos, sea cual sea el equipo de gobierno que allí gobierne, el que tiene decidido que en Cuba no puede haber un gobierno que no sea el que ellos quieran, ya no el que ellos quieran, que no se plegue a lo que ellos demanden. 

No es fácil escribir sobre Cuba y sentir una especie de miedo irracional a que un día lo de Cuba acabe. Un día la resistencia puede que no de para más. Un día, quizás los americanos y quienes no son los americanos den con la tecla y sepan tocar a quien tienen que tocar y el experimento termine. Y terminará mal. Y será horroroso. Y tendremos que ver imágenes que a los que somos como somos nos llenarán de una tristeza infinita. 

Nunca he estado en Cuba. Nunca he querido viajar a Cuba y hacer un viaje para comprobar si la cosa funciona o no funciona. Nunca he querido saber tanto. Con Fidel, con el Ché... ¿será para siempre?

No me creo las informaciones. No me las quiero creer. Quiero pensar que son como las cosas que decían de Bolivia y que resultaron ser un bluff. Quiero pensar que no es verdad y que es todo un intento más. Intoxicación. Quiero pensar que las cosas son como son y no quiero saber demasiado. Quiero pensar que todo se quedará como está y el gobierno cubano, que no es un gobierno democrático como aquí queremos entender, pero sí lo es el colombiano y fíjate tú que gente tan santa, quiero pensar que el gobierno cubano logrará torcer el brazo a lo que está pasando. Si está pasando. 

Y si está pasando. No es fácil escribir sobre Cuba. 

martes, 13 de julio de 2021

El rock, música antigua


Día Mundial del Rock. Atención. Es el día mundial del rock ya que hoy se conmemora el nosecuantos aniversario del concierto del Live Aid que reunió a nosecuantas bandas allá por los años ochenta. Efeméride. Una celebración que confirma que el Rock está tan muerto como sospechábamos. El rock como música antigua, como una ceremonia de la emulación de posturas, músicas, melodías, estereotipos, clichés, vestuarios, lenguaje, sonidos, que hace al menos 60 años que se van repitiendo. Han habido evoluciones, han habido nuevas maneras de entenderlo, pero para qué nos vamos a engañar, el rock es cosa de puretas, de vejestorios que se agarran a unos cuantos estereotipos para disimular que su tiempo ha pasado y que su contribución al progreso de la humanidad ha sido escasa. El rock es un muerto que solo sirve para sacar dinero de nuestros bolsillos apelando a una nostalgia por los tiempos gloriosos. El rock en un disco de vinilo que te compras para emular tu propia ceremonia de la compra de discos que ejercías hace mil años, cuando viajabas a comprar discos, cuando ponías el tocadiscos, cuando limpiabas el disco, cuando lo sacabas de la funda. El rock de pelos largos, el rock de gente teñida tocando canciones potentes, rudas, tremendamente contundentes, pero ay, con unas goticas de sensibilidad, que tenemos todos un corazón y un mechero para corear las lentas. Lentas y rápidas. Canciones con mensaje, rock urbano que cuenta los problemas de la calle, poesía de rabia y de ratas y de barrio y de miel y de lágrimas y de cervezas y de todas esas cosas que salen en las canciones que le gustan a la gente que se tiene a sí misma por. 

Día Mundial del Rock, festival de música antigua. Recreemos las músicas de otro tiempo, toquemos de nuevo la batería, el bajo y la guitarra eléctrica, metamos algunas cosas acústicas, demos un salto adelante y toquemos el sintetizador, cantante femenina, cantante masculino, falsetes, otra guitarra solista que haga punteos, canciones de tres minutos, el punk, el pop, el pop rock, el hard rock, el heavy metal, el AOR. 

En realidad todo es ya AOR.

Música adulta. Música para gente mayor. Música que hacemos para consolarnos y recordar que una vez fuimos jóvenes y vimos a Sonic Youth. Yo y mi camiseta de Sonic Youth. Sonik Death. Muerte a la música. Calvos con coleta. Camiseta de Jack Daniels. Bigotes oliendo a cerveza. Peinados perfectos y tupés en crecimiento. Camisetas impolutas. Gafas de sol por la tarde. Rock and Gol. Temazos. Cintas de sesenta llenas de cancionacas. More than a feeling. Layla. eltoni, elpako & elaitor. Alcaldesa y regidores haciendo la señal del demonio. Universidad del rock. School of Rock. Así se hace el rock, esto es el rock. ¿Os acordáis del rock? Circuito de salas, conciertos de cuarenta y cinco minutos, que no se hagan muy pesados, porque luego la gente se tiene que ir a cenar. Camisetas en el puestecico de las camisetas. Las tengo todas. Anécdotas sobre Lemmy. Un curso sobre cómo hacer un curso sobre cómo hacer un curso sobre cómo hacer un curso sobre cómo hacer un curso sobre rock. El rock se aprende en las calles. El rock es mi vida. El rock está en cada uno de los surcos de mi chupa de cuero. El rock está en la garganta del Robe. Pantalones ajustados, mallas, muñequeras de pinchos. Camisetas de Iron Maiden, camisetas de Iron Maiden, camisetas de Ramones. Camisetas de Ramones. El rock me da angustia. 

El puto rock and roll. Mi amigo Rock and Roll. Guitarras eléctricas, Frank Zappa yendo de listo. La mejor guitarra de acompañamiento en What's going On de la Velvet Underground, repitiendo anécdotas que has leído en el AllMusic. Las portadas del Ruta 66. La otra revista aquella que no era el Ruta y que era como amateur, cómo se llamaba. Analfabeto del rock.  

Un momento. 

Creo que voy a poner Sister Ray. Sí, de ese disco, del negro de la Velvet Underground. 1967 pero salió en 1968. White light / White heat. Que se jodan. 

lunes, 12 de julio de 2021

Comanches y turistas


Tenemos dos opciones. O bien dejar de ser territorio comanche o bien marcharnos para dejar paso a personas mejores. En todo caso, parece que en Santa Coloma, los colomenses no pintamos mucho. O al menos, no hemos hecho nada bien durante mucho tiempo y por eso ha llegado el momento de que otros vengan, residan aquí, sepan disfrutar de la Universitat de Torribera que a nosotros, mentes estrechas, obtusas, no nos ha calado como referente, y que con sus rentas altas, hagan de Santa Coloma esa ciudad residencial por la que suspira nuestra alcaldesa. Una ciudad rockandroll, una ciudad gastronómicamente gastronómica, con tapas, corretapas y más que tapas a cada momento. Una ciudad para vivir, bien comunicada y toda exterior. Olvidémonos del nivel de renta de una buena parte de la población, más bien baja, procupántemente precaria, y pensemos en otra cosa, pensemos en cosas bonitas. Pensemos en la CIBA como elemento fundamental de un nuevo clientelismo revestido de buenas intenciones, pensemos en la proyección que nos va a dar ser un referente de un feminismo que ya solo vive en las mentes de quienes piensan que es la institución la que debe regir los designios de cualquier movimiento, justo cuando la ministra adalid de esa visión del feminismo ha sido defenestrada. Pensemos que podemos ser muy diferentes si nos convertimos a la nueva fe de la buena comunicación con Barcelona, plan que no se le había podido ocurrir a nadie, las oportunidades, la gastronomía, esa ciudad universitaria que de vez en cuando se empeñan en meternos por los ojos pero que a la ciudadanía colomense no le acaba de entrar. Pensemos en atraer turistas. Pensemos en barcelonizar pero para mal a nuestra ciudad. Releamos este reportaje de aquí mismo, enlazado tal que así, en el que se nos presenta una ciudad que ciertamente tiene muchos problemas pero que para nuestra más alta representante, se solucionan con un plan marbellí, todo exterior, bien iluminado, buenas vistas, en nada estás en Barcelona, y qué tapas oiga. Y tenemos la Ciba. Puedes echar un curriculum. Esta visión que tiene nuestra alcaldesa, acompañada por otras voces que aparecen en el reportaje en cuestión, me ha hecho pensar. Quizás, solo quizás pudiera haber una alternativa a todo esto. Una alternativa que no pasara por recetas como 'hazte de los nuestros y prueba suerte' o bien 'no nos fijemos en la renta, que es una matraca que no nos hace ningún bien y pensemos en repoblar la ciudad con gente de posibles, a ver si así'. 

Pero si no teníamos suficiente con esta dosis de más de lo mismo pero esta vez ya en plan fuera colomenses de Santa Coloma, quienes se proponen sustituir al PSC mantienen el rollito del 'territorio comamche' como principal caballo de batalla. Aquí, la colomense recientemente elegida parlamentaria de ERC Ana Balsera incide en algo que siempre se utiliza como un soniquete que llega un momento que a uno le subleva. 'No seremos independientes hasta que no consigamos buenos resultados aquí'. Abunda además que hasta hace poco 'Santa Coloma era territorio comanche', donde los independentistas no obtenían buenos resultados y que ahora poco a poco van consiguiendo evangelizar a las masas que, por algún motivo comanche que se me escapa, no entendían lo del indepentendismo. La receta es sencilla, te convences de que la independencia es mejor, te olvidas de tu comanchismo y le añades unas gotitas de izquierda a la manera del mismísimo PSC y ya está, a resucitar una ciudad que hasta ahora vivía en la penumbra y que necesita la luz de quienes se han convertido como los cristianos renacidos para seguir aplicando las mismas políticas pero con una estelada por montera. 

Faltan solo dos años para las elecciones municipales y tanto el PSC como ERC se van posicionando, jugando sus bazas. Unos prometiendo una ciudad Marina d'Or, más allá del nivel de renta (es que cada vez que leo la coletilla 'más allá del nivel de renta', no sé de qué color ponerme). Y otros prometiendo que la conversión a una ciudad homologable al resto de ciudades catalanas ya despojadas de los restos de comanches, con partidos indepes manejando el cotarro, significará progreso, paz, armonía y recuperación de la tradiciones, etc. Ah, y unas gotitas de cosa social para que no se diga. 

Quedan dos años donde estaría bien construir una alternativa a todo esto que se preocupara por los problemas de la gente común, transformando su día a día, respetando la ciudad y su gente, aprovechando la fuerza increíble de una ciudad que está viva y que sufre, poniendo en valor el trabajo que se hace por parte de entidades y de personas que se dejan la vida por mejorar las condiciones de sus vecinos y vecinas. Sin querer fagocitarlos. Sin querer cooptarlos. Estaría bien construir una alternativa que recuperara lo mejor de la Santa Coloma popular, la de la calle, y que pudiera poner en práctica las políticas que hacen de otras ciudades de nuestro entorno un ejemplo. Y si no están esas políticas, probar otras. 

Tengo la sensación de que este artículo lo he escrito ya antes. Pero cada vez nos queda menos tiempo. 

jueves, 8 de julio de 2021

La carne es débil


El cuñadismo español ha vivido hoy un momento ciertamente insuperable. Si ayer el ministro y compañero Alberto Garzón anunciaba una campaña para concienciar a la peña de que esto de comer tanta carne roja no es bueno ni para nosotros ni para el planeta y se le tiraban encima propios y extraños (la cobertura de la noticia en La Sexta ya nos regaló momentos de palillico en la boca y copa de coñá en mano que para qué) aduciendo que la carne es como fundamental y a ver qué daño hace comer carne si tal y cual, como si yéndote precisamente a puestos de mercado donde se vende carne no fuera ya una manera de condicionar las opiniones... si, como digo, ayer ya se rayó muy alto en el índice de cuñadez, hoy el presidente del Gobierno, el Kennedy patrio, el ejemplo de mensajes estereotipados y calculadamente inocuos, Pedro Sánchez, se ha desmarcado con una frase que le perseguirá o tendría que hacerlo durante mucho tiempo. 'El chuletón al punto es insuperable'. 

Que tengamos presidentes de comunidades autónomas que a duras penas no produzcan vergüenza ajena ya lo teníamos más que asumido. Escuchar a García Page hoy mismo ha sido también digno de cubo para vomitar. Pero lo que no esperábamos es que Pedro Sánchez se nos colocase delante del espejo de Manolo el del Bombo y soltase la barbaridad que ha soltado. 

Que nos encontramos en un momento de emergencia climática es algo que no solo queda bien decirlo y reproducirlo en mensajes vacíos, se trata también de implementar políticas que, seguro, no parecen bien entendidas por parte de una población que viene de donde viene. Porque si hay un país donde la miseria está impregnada en todas y cada una de nuestras manifestaciones culturales, políticas, gastronómicas, es este. En España hemos pasado hambre, un hambre atávica, y eso de comer carne, carnes rojas, blancas, amarillas o del color que fuera, no era una cosa habitual, ni siquiera excepcional. Comer carne, para nuestros mayores, es comer. Comer sin carne, era una cosa de gente que estuviera enferme. Si no podías comer carne, qué sentido tenía todo. Ya estabas acabado. Mi abuelo Antonio o mi abuela Juliana hacían broma con que los grillos comían mucha verdura y fíjate qué chicos estaban. Normal. Comer carne como un lujo. 

Así que cuando hemos podido acceder a un nivel de consumo más o menos homologable a los países que nos rodean, no escatimamos. Aquí comemos carne como una forma de estar en el mundo. Puedo comer carne, como con fundamento, como como los señores. Cualquier plato sin un poquito de carne, parece menos. Lo sé porque tengo un colega que... no, te voy a decir una cosa, ese colega soy yo. Yo soy el primero que mira la carta en cualquier restaurante y localizo primero los platos con carne. Yo soy el primero que le tiene que poner a las lentejas un loquesea, a la pasta algo, al arroz unas costillas. Si no, parece que no. 

Y sin embargo, pese a todo eso, entiendo perfectamente la propuesta del ministro y el toque de atención. No comemos bien. No comemos teniendo conciencia del daño que le hacemos a la Tierra con la explotación del suelo, con las carnes 'industriales', con las carnes procesadas. No parece que nos importe mucho. No todo pasa por reciclar y tirar la basura en el contenedor que toca. Ni con conducir coches eléctricos. Ni con poner más árboles en las plazas. Está también el cambio de hábitos alimenticios. Si somos el país que más carnes rojas consume de la UE, nos lo tendremos que hacer mirar. No se trata de un indicador de riqueza, se trata de un indicador de unos hábitos alimenticios que están por los suelos. 

Que hemos abandonado la cocina tradicional, porque es complicada y no tenemos tiempo y nos es más fácil recurrir al filete, la hamburguesa, las salchichas, el lomo, el pollo, etc. Y, yo el primer pecador, deberíamos aprender a comer. Cocinar con un poco de cabeza. Es difícil, o es fácil, porque no todo tiene que pintarse de colores complicados. En todos los países lo hacen y comen otras cosas. No todos los países son más listos que nosotros.

Aunque viendo al presidente del Gobierno decir la cuñadez que ha soltado hoy, quizás solo para incordiar al ministro comunista que ya ves tú qué cosas dice, anda pírate comunista que no vales para nada y deja a los verdaderos tetes socialistas que sí que saben... es que no me lo puedo creer. 

Presidente del Gobierno de España en Lituania. Es que han debido de flipar. Bueno, los de las industrias cárnicas han tenido que aplaudir con las orejas, pero es que no son estos a los que te debes, presidente del gobierno de coalición progresista. 

Eso. Que adelante con la movida y a repensar lo de comer. Y no me propongáis más hamburguesas y esas cosas. Que la carne es débil. Mira, qué buen título para el artículo. 

miércoles, 7 de julio de 2021

Entidades y partidos


Se trata de un tema recurrente en la política local. La relación entre las entidades y los partidos. La identificación inmediata que hacemos entre las entidades y determinados partidos políticos. Tal entidad, por su composición y su línea de actuación, se vincula con tal partido. Aquella entidad, que en principio parecía haber surgido como algo inmaculado y con carácter independiente, poco a poco va siendo engullida o atraída por tal institución controlada por aquel partido o aquel partido que controla tal institución. En Santa Coloma, es un arma arrojadiza por parte de unos y otros, calificar a las entidades que no nos son afines como elementos manipulados, armas arrojadizas, incluso para descalificar el trabajo que se hace desde ellas ya que no se valora como tal sino como meras herramientas electorales al servicio de partidos determinados. ¿Qué tenemos?

Tenemos entidades en cuya formación, gestación y posterior desarrollo aparecen personas vinculadas con partidos políticos que, indudablemente, trasladarán a estas entidades su visión política. Estas mismas entidaddes, en muchas ocasiones, por su composición plural si es que tienen posición plural, se cuidarán muy mucho de vincularse estrechamente con un partido, de satelizarse. Hay otras entidades que no tienen ningún problema en vincularse siempre con el mismo partido y hacen gala de ser parte de un conglomerado de entidades que orbitan a veces en torno a unas siglas o a una idea concreta de ciudad. Hay entidades creadas ex profeso como pantalla para hacer una cierta labor política que, con determinadas siglas por delante, podría no tener la misma acogida y ahí sí que hablaríamos de entidades cuyo fin no es otro que la promoción de personas que a través de sus propias siglas no llegarían demasiado lejos. Hay entidades, por otra parte que, creadas como un apéndice institucional, han conseguido volar solas pese a que eso las haya situado como reacción a la independencia como entidades al servicio de tal o cual partido. Hay partidos que se desviven por intentar monopolizar las entidades, coparlas que se decía o se sigue diciendo, o incluso aprovechar el buen trabajo que se hace desde estas entidades para hacer labor de partido y propaganda propia aprovechando concentraciones o manifestaciones para sacar sus siglas a pasear, cuando jamás nunca nadie había incurrido en semejante desatino. Hay partidos que necesitan crear sus propias entidades para hacer sombra a las entidades que ya funcionan y que en la foto aparezca algo más que lo que se les escapa. 

Las modalidades de relación y de reacción son diversas. Hay partidos que consideran también que algunas entidades son de manera oficiosa una voz propia y que se llevan sorpresas cuando estas entidades deciden ir por libre. Hay plataformas de entidades y partidos, donde la convivencia entre personas que militan en partidos y que se enfrentan por sistema pero que han de colaborar en según que espacios, convierte a éstos, en laboratorios que podrían servir muy bien de ejemplo de lo que podría ser un futuro colaborativo o al mismo tiempo la prueba de que al final las cabras tiran al monte y lo que no puede ser no puede ser y además es imposible. Hay entidades que luchan desesperadamente por mantener un pequeño margen de independencia. Hay entidades que se plantean si deben mantenerse únicamente en un entorno determinado o abrirse en su composición. Hay entidades que buscan un espacio al que abrazarse. Hay partidos que van locos haciéndose fotos con entidades para agrandar espacio. Hay partidos que son tan escrupulosamente escrupulosos con que no, que a veces uno no sabe ya. 

Una relación compleja de la que algunos no aprendemos y otros aprenden muy rápido. Una relación de la que dependen ya no sé si muchos votos, pero sí influencia. Una relación entre entidades y partidos en la que hay que tener en cuenta qué tienes que ofrecer. Una relaciónn entre entidades y partidos donde a veces no nos damos cuenta. Una relación entre entidades y partidos donde nos damos cuenta de todo. En fin. Seguimos. 

martes, 6 de julio de 2021

Repentismo


Aquel año no sé ni cómo ni porqué pero dentro del Programa para el Intercambio y Alegría entre los Pueblos, nos enviaron a Vanka y a mí a Cuba durante unos meses para recoger diversas muestras culturales que podrían tener algún tipo de interés educacional dentro del sistema soviético. Llegamos una mañana en la que estaba nublado, después de un viaje en barco de ni me acuerdo de los meses que duró. Vanka pensó que Cuba iba a ser como Moscú. Aquella misma tarde cayó una tormenta fiera que nos impidió salir a la calle y Vanka se puso a recordar Praga. En Praga, había conocido a uno de los mayores personajes insólitos de todo el bloque socialista, precisamente un cubano llamado Efraín Balenciaga. El tal Balenciaga era uno de los agregados culturales de la embajada cubana en Praga y en otro de esos viajes que Vanka y yo hacíamos nos tocó pegar la hebra con él durante un congreso. En Praga. 

Efraín Balenciaga le contaba a todo el que le ponía oído una terrible historia sobre una infancia desdichada, buscándose la vida en un pueblo del interior cubano, sin haber oído nunca hablar del mar. De hecho, Balenciaga nos contaba que él creyó hasta casi los 16 años que Cuba no era una isla. Fue entonces, cuando a los 16 años se enroló en un grupo de personas que el gobierno había elegido para representar a su país como troveros, ya que su familia le apuntó en una lista por casualidad sin haber tenido nunca nada que ver con la canción. Así que allí que enviaron a Efraín Balenciaga a cantar canciones que no conocía. El primer número musical en el que participó, se inventó la letra de  Guantanamera. Cuando le pidieron que volviera a cantarla, se la volvió a inventar. El público, asombrado, pidió una tercera canción y volvió a aparecer una letra diferente. Ganó fama en los pueblos vecinos, llegó hasta Santiago y de ahí pasó a La Habana. 

Seguía sin conocer o reconocer canción alguna del clásico repertorio musical cubano, así que recurría a inventarse las letras de las canciones, siempre una distinta. Esta habilidad no pasó desapercibida para el nuevo gobierno revolucionario, ansioso de incorporar las muestras populares más innovadoras. Así que le promocionaron ya no solo como cantante oficial y reglamentario sino que también le pusieron una oficina para que recogiera por su cuenta propuestas que pudieran llegar desde el pueblo llano. Efraín Balenciaga basó su gestión en el mismo procedimiento que su forma de cantar. Cada día la normativa variaba, la reglamentación, los proyectos, los análisis, los informes, las causas y las consecuencias, los memorandums, todo, de día en día iba de un lado a otro. Siempre con coherencia dentro del mismo día, pero sin un hilo conductor. 

El tremendo éxito de esta forma de gestionar el departamento le hizo ascender y le propusieron para que fuera al extranjero a llevar esa semilla de la gestión dinámica allende las fronteras de la pequeña isla caribeña. Ante el alborozo del ministerio de asuntos Exteriores por esta sugerencia, le destinaron a Praga, por entonces recién salida de su experiencia sesentayochesca y ahí se convirtió en un ejemplo para todo el personal de embajadas de la capital checoslovaca entonces. Nada era igual de un momento para otro, el festival programado para dentro de un mes quedaba desconvocado mañana y proyectado de nuevo pasado para ser quizás reconfigurado al día siguiente. Y todo se hacía y todo se deshacía. 

Y allá en Cuba preguntamos por Efraín Balenciaga y todo el mundo a que le preguntamos nos dijo una cosa distinta. 

lunes, 5 de julio de 2021

Mariconadas


Lo políticamente incorrecto hoy en día es ser abiertamente machote. Un hombretón, con pinta de venir de los tercios de flandes, con camisetas del ejército español, bien varoníl, bien tiaco, que nadie te confunda. Una cosa transgresora es hoy dejarse de mariconadas. No dejar ni un solo centímetro de duda a la masculinidad más cerril. Que en estos tiempos líquidos, en los que hemos dejado que todo pueda ser cualquier cosa, no se nos confunda. No somos esas cosas informes, que pueden parecer lo que sea, somos hombres. Somos hombres, vosotras sois mujeres, tenemos hijos que no queremos que sean otra cosa que jugadores de fútbol, o algo así que no deje resquicio a la duda. 

Veo las imágenes de un enfrentamiento entre niñatos con la bandera nacional, camisetas de la selección, que van a meterse con una concentración o reunión de un colectivo o entidad lgtbi. Veo esas cabezas de quince o dieciséis años provocando, mostrándose abiertamente, no hay resquicio a la duda, están seguros de que son heterosexuales y no solo eso, heterosexuales sin mariconadas. Maricón el que no bote. ¿Qué es eso de que la gente pueda ser lo que quiera ser? ¿Cómo lo podemos consentir? Las cosas son como son y hoy, lo verdaderamente antisistema, lo transgresor, lo que es provocador y fuera de la norma es decir que tú, si tienes un hijo maricón, no lo vas a comprender y vas a aceptarlo porque su vida es suya, sino que le darías un buen par de hostias para que se le quitase la tontería. 

Leo que en La Coruña un chico de 24 años ha sido asesinado al grito de Maricón por un grupo de jóvenes. Leo que hay polémica por los subterfugios que nos buscamos para negar lo que es. Un asesinato por su condición sexual, por su elección, porque le gustan los chicos. Maricón que merece la muerte. Leo en el tweet de alguien que primero crees que lo que está pasando es que vamos ganando y que lo que está pasando son los coletazos de quienes se resisten a cambiar cuando como los japoneses perdidos en una isla no saben que la guerra la tienen perdida. Leo en ese mismo tweet que a veces tiene la sensación de que eso que cree que pasa no es verdad y que quizás se viene un tiempo de oscuridad. 

Leo que en Hungría se legisla como si viviéramos en los años 20 o 30. Pero en regímenes fascistas de los años 20 y 30. Leo que el presidente de turno de la Unión Europea, esloveno, es más o menos del mismo palo. Veo los partidos de fútbol de la Eurocopa. Creo que se está volviendo a ver un buen fútbol, fútbol del imperfecto. Miro las gradas. Veo las aficiones en las gradas. No puedo evitar sentir algo de repulsión viendo algunas aficiones de algunos países. Uniformes, machotones en grupo demostrando que no les cabe en el culo el pelo de una gamba. Se estaba mejor con las gradas vacías, sin medio para que esos grupos de súperhombres pudieran expresarse o hacerse visibles. 

No sé qué pensar. Si estamos yendo adelante o hacia atrás. Yo creo que es que vamos adelante, como decía, y lo que pasa es que la gente se resiste a reconocer que su tiempo ya ha pasado. Que ya está. Que han perdido. Y los estertores de quienes no tienen nada que perder son peligrosos. Cuando has perdido y vas a la desesperada. Cuando tu tiempo ya se ha pasado. 

Noto que para hacer daño políticamente se utiliza cualquier cosa. La condición sexual, (condición sexual lo repito mucho y no sé si está bien). Salir del armario. El exceso de exposición pública. Demasiadas banderas. No nos gustan. Quédate en tu casa y allí haz lo que quieras. Pero no en público. 

Han matado a un chaval de 24 años al grito de Maricón en las calles de A Coruña en el 2021. Es que suena espantoso. Matan a las mujeres por ser mujeres, y es igual de espantoso. Ya lo sé. 

Supongo que habrá alguien en la derecha que no está por las barbas como los tercios de flandes que le podría ir dando una vuelta al tema. Alguien que no confunda la libertad con mi polla y lo que me sale de la polla. Alguien. 

Alguien en la izquierda que no diga tristezas como que teme más a la ley trans que a Vox. Alguien que no camufle su odio hacia quienes le discuten la primacía del chiringuito con el blanqueamiento de la lgtbifobia. 

Alguien que sepa hacer política y que sepa leer que los tiempos no están para no descolgar el teléfono y hacer una llamada para evitar ridículos locales. 

Alguien que se de cuenta de que si de verdad la bestia está herida y a punto de morir, lo que hay que hacer es seguir apretando para ganar derechos, cada uno como pueda, pero sin parar. 

domingo, 4 de julio de 2021

Rayonismo


Somos de una manera de ser que bueno. Y si no la hacemos a la entrada, la hacemos a la salida. Vanka y yo no somos diferentes a los demás. La princesa Manakova llevaba años muerta y nadie se acordaba ya de todo el pollo que había montado. Intentó huir y no lo consiguió, se quedó recluida en una suerte de granja donde internaron a unos cuantos enemigos del pueblo y con el paso del tiempo incluso había gente que hablaba bien de ella. Nos acordamos de lo mejor y olvidamos lo que había sido. La princesa Manakova era una persona que había sido, por voluntad propia o porque hacemos caso de quien no debemos, protagonista de una serie de sucesos que habían precipitado su caída en desgracia. Cuando llegó la revolución, no tenía demasiados amigos. Quiso salir del país, pero la detuvieron en un control, unos ucranianos que estaban piradísimos, la confundieron con una espía y se la quisieron entregar a uno de los generales que luchaban contra la revolución. La llevaron en presencia del tal general, pero ese general se acababa de pasar al ejército rojo y éste aprovechó para pillar a los ucranianos y a la princesa para intentar ganarse el favor de los bolcheviques. La princesa acabó internada y el general fusilado. Vanka y yo coincidimos con la princesa durante su internamiento. Nosotros estábamos haciendo una inspección en nombre del comisariado y un miembro de la nosequé, un organismo internacional para el cuidado de los derechos. Vanka y yo la vimos y ella nos vio a nosotros también. Y la recordábamos tan puesta y tan peripuesta, siempre un poco de aquella manera, pero muy señora y ahí la teníamos. Vanka me dijo. 'Parece un rayajo'. 

Era cierto. Parecía una raya. Delgada, seca, con los ojos como rombos puntiagudos, la cabeza terminada en punta. Una raya. Que se movía como una flecha. Se movía de manera incesante. No quiso hablar con nosotros. Le contamos que la recordábamos de otros tiempos, que no tuviera miedo, que si quería podría salir del país siempre que se comprometiera a no hacer nada contra la nueva patria de los trabajadores. Ella no nos escuchaba, se movía de lado a lado, arriba y abajo, por todas partes. 

Vanka y yo nos despedimos de ella y le dijimos que volveríamos a verla para ayudarla con el papeleo si quería salir. El día que llegamos de nuevo a aquel centro de internamiento, un comandante nos dijo que la habían tenido que fusilar. Que no habían podido tolerar que aquella mujer tan inestable perturbase la paz del grupo. Le preguntamos por el responsable del fusilamiento y nos dijo que él mismo. Fiodr Antonovich Viatov. Vanka apuntó su nombre y, bueno, pues eso. Que al final pasa lo que pasa. 

viernes, 2 de julio de 2021

Frances Ha - Noah Baumbach


 Esta es una de esas películas que hay que ver. Una película que va de eso que nos cuesta tanto. Crecer, madurar, entrar por el aro. Creer que vamos a dejar de ser como somos porque entremos en algo que creemos que es 'adulto', o serio o formal. Esta es una película que va también sobre algo que nos interesa. La amistad. La amistad y crecer. Crecer y entrar por el aro. Ver que las amistades entran en un algo que no entendemos y que quienes no lo hacen es porque pueden permitirse el lujo de no hacerlo. Alargar la broma, alargar la vida en la parra, en la parranda, en la fiesta, en la inconcreción. Esta es una de esas películas en la que vas con la protagonista. En la que la protagonista, pese a ser esa persona que no quiere, no te resulta cargante, excéntrica, demasiado flipada, incómoda. Esta es una película en la que te preguntas porqué la protagonista no ha hecho una película cada año y porqué no la has visto antes. 

Esta es una película dirigida por Noah Baumbach y escrita junto a su compañera Greta Gerwig, que es la actriz que te preguntas porqué no la has visto más veces. Es una película del director de la aclamada Historia de un matrimonio y de la genial The Meyerowitz Stories. Me quedan otras muchas películas que ver de este señor. Esta es una película que va también de Nueva York y de esa gente que creemos que únicamente podría vivir en Nueva York. Esta es una película de gente que quiere ser cosas que nos gustaría ser a los demás y que probablemente ya no seremos nunca, porque además de no crecer, no vamos a ser eso que alguna vez, en algún momento de flipe, se nos presentó que podríamos ser. Una película de fiestas en casas, de vivir con gente, de vivir de manera itinerante, de negarte a trabajar en cosas serias. Una película de gente que no es como yo. 

Una película que te gusta desde el principio. Una especie de Woody Allen sin el tipejín ese de las gafas que siempre sale. Una película con una protagonista maravillosa. La palabra maravillosa se la he robado seguro a alguien y creo que es la primera vez que la utilizo en ningún texto. Con una amiga que es genial. Una amistad y unos diálogos entre ellas fascinantes, porque podrían ser los que cualquiera podría tener. Una película en blanco y negro. Y una película en la que sale Dean Wareham y Britta Phillips. No se puede pedir más. 

Al final es un poco si lo piensas pasa, y es Nueva York y son americanos y tal. Pero qué más quieres. 

jueves, 1 de julio de 2021

Crooner - Marco Fonktana


 Este es, sin duda, un disco de madurez. Pongamos esta primera frase como pilar sobre el que fundamentar el resto de la crítica de un disco, Crooner de Marco Fonktana, que según cuentan es el tercero en la carrera de este músico colomense que no es otro que el Marcos, persona con la que coincido habitualmente en el bar de la esquina al que solo van chicas pero al que también vamos nosotros. Nos depositamos allí. Músico colomense, como si fuera un oxímoron, una de esas cosas que ocurren de manera muy poco habitual. Hablemos de música, hablemos de este disco. Hagamos eso que quisimos hacer alguna vez, que hemos hecho otras veces y que no ha servido nunca para nada más que para decir que sí o que no. Es que sí en este caso. ¿Y por qué es que sí?

Es que sí porque no es el disco del rapero que viene a decirnos que él está aquí arriba, que lo tiene todo y que tú nunca vas a llegar a ser como él, jamás. Y es que sí por que también lo dice igual pero de otra manera, desde aquí, claro, recurriendo a los temas habituales del MC del género y haciéndolo de una manera sencilla. Recurriré a los pocos clásicos del género que conozco para introducir algo que me vino a la cabeza primera vez que escuché Crooner. Hecho, es simple. 

Porque es un disco que suena fácil, que se escucha fácil, que entra como si fuera la cosa más natural, como si lo hubieras escuchado toda la vida. Un disco que no busca sorprender con cosas raras, con movidas extrañas y que te mete en una especie de. Te mete en una especie de no es la mejor manera de intentar describir un sonido, más cuando lo has dicho muchas veces y has utilizado esto para otros discos. El caso es que el disco, Crooner, tiene un sonido relajado, tranquilo, que te lleva a otros sonidos y otros ambientes y otras músicas alejadas del estereotipo del rapero que uno espera. Si es que sabe lo que espera. 

Un disco con un comienzo fantástico, con esa Introducción a crooner, que ya marca el ritmo por el que vamos a ir transitando y que finaliza con unas reflexiones de un joven MC que, creo, dan la medida del camino que nos quiere señalar Marco. El crooner como idea de madurez, como personaje que encarna el cantante que ya no necesita hacer malabarismos o excentricidades para demostrar que está ahí. El crooner alejado esta vez de ese recurso de los rockeros que se refugian en los standards para ir capeando el temporal. Esta vez, el crooner es una persona que se abre a decir lo que siente y lo que piensa, sin tener que acompañarse de grandes recursos, sino que desde la sencillez y desde lo que el propio nombre del artista nos sugiere, desde el funk más cálido. El funk más cálido. 

Salto de párrafo para ir concluyendo esta crítica. El puto charnego merengón nos dice lo que le pasa y le pone un fondo de musicón que, quizás, solo se pueda paladear cuando llegues a mirarte en un espejo y pensar, vaya, se me está poniendo cuerpo de Crooner. 

* Marco Fonktana actua este sábado 3 de julio en Ca la Sisqueta.