jueves, 18 de abril de 2024

Revolution 9


No viene el calor y te encuentras con días como este. Días en los que parece que va a hacer bueno y hace frío. Y el frío es bueno y que llueva es bueno y todo es bueno. Pero en nuestra cabeza, bueno es otra cosa. Tendría que dejar de hacer este frío. Hoy caminando por la montaña, bajando de ella, me han adelantado unas chicas corriendo y he tenido miedo de que me empujaran. Soy una persona mayor. Bajando caminando de la montaña he buscado el sol y no la sombra. He intentado asomar la cabeza en la conversación que se tenía en la parada del autobús, pero no he podido. Caminando por la montaña he notado que las plantillas de las bambas venían bien para esto pero siguen apretándome mucho el pie y todo se solucionaría aflojándome un poco los cordones. Pero todo se solucionaría siempre haciendo algo sencillo y no es todo tan sencillo. En el metro, volviendo de la montaña, estaba escuchando el Barstool Blues de Neil Young, esa versión en directo de nueve minutos. Nueve minutos. Número nueve. Number 9, number 9, number 9. Se ha subido una chica con un altavoz y antes de que comenzara a cantar he sacado un euro para dárselo. Se lo he dado. Estaba escuchando Barstool Blues y cuando he acabado he parado el spoti. Barstool blues no sé de qué va, creo que habla de algún colega suyo, como muchas de sus canciones que hablan de colegas que se mueren. Una vez tuve un amigo que se murió mil veces. Eso dice la letra de la canción. Dice muchas más cosas pero no sé qué dice. Hoy en la montaña había una fila entera de señores escuchando. Señores en la primera fila, también señores en la segunda. Solo tíos. Había pocas, muy pocas señoras, chicas. Casi ninguna. El tema del compañerismo es algo que también me tiene ocupado. No lo he pensado mientras bajaba por la montaña, pero, sí ayer y un poco esta mañana. No lo sé. El tema del Ben Yart también me tiene atrapado. Escucho canciones. Cada día escucho una nueva. Creo que entiendo por donde quiere ir el pájaro, pero no sé si tomármelo en serio o considerarlo un vendedor de crecepelo. Que es lo que parece. Es muy malo. Pero malo de ser malo, de persona que quiere parecer mala, que no tiene yo que sé, un mínimo. La calle, el chándal. El vídeo en los barrios chungos. La pena es de pega. Los gitanos en la plaza tocando la guitarra. Podría vivir un millón de vidas y no entender nada. No entender a todo el mundo tampoco es un problema. No entender porqué pasan las cosas, qué piensa la gente, no preocuparse por todo. Qué hacemos, dónde vamos, porqué el Madrid asesina el fútbol cada año o cada dos años. Porqué el fútbol es la puta mierda. Bueno, no siempre. Este año el fútbol es una maravilla. Aunque no haga calor. Ya hará calor.  

miércoles, 17 de abril de 2024

Agaporni


Me quisieron explicar cómo era y me dijeron 'es como un agaporni'. La gente debe pensar que yo soy biólogo porque regularmente me ponen ejemplos del mundo animal o vegetal que consideran que tengo que conocer y la verdad es que nada más lejos de la realidad. Como un agaporni qué es. Cuando alguien me habla de agapornis, automáticamente mi cabeza viaja hasta aquellos lejanos tiempos en los que debías mantener vivo a un animalito gracias a una maquinita diminuta que había que accionar de una determinada manera y que ahora no recuerdo pero que debía parecerse a la palabra 'agaporni' para que yo me vaya a eso. A esa maquinita, a ese animalito que puede que fuera un agaporni, pero ya no lo recuerdo y ahora dudo si utilizar el móvil para informarme. A veces, no siempre, prefiero mantener un puntito de ignorancia, un espacio sin completar. A veces, por ejemplo, no recuerdo si ya he dicho antes que no quiero mirar en el móvil si tal o cual cosa es cierta, ni siquiera si ya he utilizado antes este mismo ejemplo o esta misma situación o esta misma imagen de alguien que no quiere mirar en el móvil si una cosa ya la has dicho o si está por decir. Me quedan muy pocas cosas por decir y es posible que en algún momento empiece a repetirme. Hay a quien le gusta escuchar o leer mil veces la misma cosa. Disfrazada más o menos. Hay quien hace de escribir o tocar exactamente lo mismo un sello de fábrica. ¿Quién no está buscando siempre algo que se parezca a algo que le gustó una vez? El caso es que en esta ocasión voy a utilizar el móvil para que no tengáis una imagen distorsionada de mi sabiduría infinita o penséis que por timidez o arrogancia prefiero dármelas de algo que en realidad no soy porque me puede la curiosidad y voy a ver lo que es un agaporni. Y sí. Se parece. 

martes, 16 de abril de 2024

Chucrut


No, amigo, le dije. No es así. Así se hacía antes, ahora las cosas han tomado otros derroteros y tal y como tú lo planteas no lo va a entender nadie. Es algo de lo que yo también me he dado cuenta quizás demasiado tarde. Antes yo hacía las cosas tal y como se me decía, sin plantearme ningún tipo de alternativa o pensar en la posibilidad de ser yo quien imaginase alguna manera diferente y quizás hasta mejor. Pero con el paso del tiempo, me he dado cuenta de que lo mejor es no pensar en que hay algo por encima de nosotros que tiene claro de que va el tema y tirar por tu cuenta. Así, todo lo que me has explicado sobre el procedimiento y tal, está absolutamente desfasado porque sigues hablando tal y como se espera que hables. Parece que simplemente te has limitado a aprenderte el folleto, o el libro, o lo que sea, y me lo estás explicando y no me interesa. En absoluto. Antes yo era de los tuyos y por eso te entiendo. Comprendo perfectamente que estés ahora mismo un poco perdido y que sientas la necesidad de volver a explicarme algo que ni yo, ni nadie, está dispuesto a encajar. Ya no encaja. Ese es el problema. Tengo una nueva receta. Y esa receta contiene los mismos elementos que tú utilizas, pero mezclados de una manera diferente. Tan diferente que pensarás que no es lo mismo, pero en realidad es lo mismo. Al final, es todo un tema de forma. Pero es igual. No te enfades. Si está igual de malo.  

lunes, 15 de abril de 2024

Nueva victoria de la civilización occidental


En el Telenotícies del día siguiente al ataque de Irán sobre Israel, el clima que pintaban era el de una sociedad que ya se ha acostumbrado a estar protegida ante cualquier circunstancia y que hacen su vida aunque a su vera esté sucediéndose un genocidio protagonizado por ellos mismos y aunque esa misma noche hayan vivido un ataque con misiles sobre su cielo. Gente joven opinando y sacándole fotos a los pasteles que se iban a comer para colgarlos en Insta, supongo. Esa noche, los drones y los misiles y la civilización occidental se habían puesto de acuerdo para abatir las decenas de misiles que Irán lanzó sobre Israel para 'vengar' el ataque sobre su embajada en Damasco. No hubo víctimas mortales en este ataque iraní. La superioridad manifiesta de occidente, Israel y los Estados Unidos junto a Reino Unido, acompañados estratégicamente por Jordania y Arabia Saudí, han desbaratado el plan de esos salvajes iraníes. Salvajes que habían advertido previamente a Estados Unidos, ojo, con lo que todo al final parece un paripé por el cual yo hago algo, tú me paras el golpe y que la cosa no llegue a mayores. ¿No llegará a mayores? ¿Se puede permitir Israel no llegar a mayores cuando ha emprendido una campaña de 'me la bufa absolutamente todo' porque cuento con todo a mi favor y tengo amigos poderosos y yo soy de hecho el más poderoso en la zona? Claro que se lo puede permitir y qué puede salir mal. Al final, quién pondrá la carne serán otros y quién morirán serán otros. Y se puede seguir desestabilizando la región, provocando, atizando rencillas, enfrentando gobiernos que no se toleran, dictaduras que necesitan del enemigo exterior para vivir. Mientras tanto, el exterminio y la desvergüenza sigue ahí, en Gaza y también en Cisjordania, con masacres, arbitrariedades, escenas que quitan el hipo, bromas, risas mientras la matanza continúa, más niños muertos 'porque Hamas los pone ahí', toda la solidaridad con Israel y misiles y drones y pronto más cosas para que la juerga continúe y las fotos de los pasteles no salgan movidas y la civilización se imponga sobre la barbarie. Porque tú, con quién vas, con esos salvajes que lloran por unos muertos que rescatan de los escombros y que resultan finalmente tan cansados, o con esa gente que se parece a ti o a lo que te gustaría ser y que vive como tú, feliz, sonriente, desayunando carrotcake. Con quién vas a ir. Eso se han preguntado en Alhora por ejemplo, hasta cuándo vas a ser un perdedor, hasta cuando vamos a seguir estando de lado de los perdedores, qué ceguera. Perder. La civilización. Los muertos. Los vivos. Palestina. Israel. Ricos. Pobres. Se lo merecen. Piénsalo. 

jueves, 11 de abril de 2024

Siete años, la virgen


Mientras estoy escribiendo este texto están subiendo por la ría de Bilbao con la Gabarra. El Athletic Club, no sé si lo sabéis, ha ganado la Copa. Y claro. Hoy hace siete años que a mi padre le dio un ictus en el pueblo y su vida y la nuestra cambió. Y no sé qué he escrito estos años cada 11 de abril, tampoco sé si he escrito cada uno de estos años. Ese día mi padre se levantó, estaban en Vilches, fue al lavabo, se lavó la cara y cayó al suelo. Rápidamente lo llevaron a Linares y de ahí a Jaén. Y ahí estuvo, en el Hospital Neurotraumatológico durante casi dos meses hasta que pudo volver a Santa Coloma. Ahí estuvo él y ahí estuvimos todos. Ahí estuvo mi madre todas las noches. Todo el día. No sé si esto lo he contado o si merece la pena contarlo todos los años. Pero no sé. Imagina que tu padre, de repente, se convierte en otra persona. Para empezar, imagina que tu padre está a punto de palmar. Se recupera, pero no puede hablar. Imagina que la persona más ágil mentalmente, más rápida, más ocurrente, deja de hablar. Imagina que alguien del Athletic Club, nacido en Jaén, que lleva a gala ser del Athletic como una seña de identidad, hubiera podido llegar a ver lo que estoy viendo yo ahora. Dicen que cuando pasen por San Mamés van a tirar flores los jugadores por los que no están. Perdonar el inciso. La virgen. Desde la ventana del hospital neurotraumatológico de Jaén, se veía esta virgen. Nunca he sido religioso y no lo voy a ser. Pero ver la imagen esta todos los días, pillándote en ese momento en el que estás y no estás, pues mira, de repente apelas a lo que sea. Y habrá quién se pregunte porqué a veces me da por las imágenes de Vírgenes en cada sitio que visito. Y en mi cabeza suena siempre la canción de The Beta Band, Simple Boy, cuya letra no tiene nada que ver con la virgen, creo, pero que en su estribillo cantan 'my mother of earth where are you when we need you' y era como un mantra que ayudaba. Ayudaba a pasar los días, a llevarlos con humor, a llevarlos con una canción en la cabeza, cosa que siempre ayuda muchísimo. Madre, dónde estás cuando te necesitamos. Mi madre estaba allí, claro, hablábamos de otra cosa. Hace siete años y sigue siendo así. Cada vez que vea una Virgen seguiré haciéndole la foto. My mother of Earth where are you when we need you. Han pasado siete años y mi padre estuvo con nosotros dos años y medio más. Dos años y medio y mi padre, Paco, Paquito, era el mismo, pero ya era otro. Y nosotros también. Han pasado siete años, parece mucho y en realidad no es nada, porque ese día parece que es ayer, y supongo que debe ser pesado leer a alguien que sistemáticamente apela a un recuerdo, que además no es agradable, pero para nosotros supone y supuso y supondrá mucho. En fin, siete años y lo que hubiera disfrutado el hombre viendo la tele y disfrutando de todo lo que está pasando, precisamente hoy. 

martes, 9 de abril de 2024

Crónica del #PleGramenet de marzo. Pululan.


Si contemplan la pampa y sus rincones, verán las sequedades del silencio. Si vieron el pleno municipal de Santa Coloma de hace dos semanas, comprenderán que se hace difícil escribir algo que no genere una inmensa bola de. Así que no lo haré. No haré la crónica de un pleno en el que se tuvo un recuerdo para una persona muerta en la calle y se hizo una intervención acertada y centrada en el tema que nos ocupa sobre el tema de la gente que duerme en la calle. Que nos gustará más o menos reconocer que el problema existe y que el problema no es sencillo y que no todo es tan claro y tan cierto como que la primavera es una estación inestable, pero no parece tan complicado asumir que una intervención en un pleno municipal puede servir para mucho y puede colocar un tema y luego si sale bien bien, y si no, pues también. Se escoge la persona que va a intervenir, se prepara un texto, se escoge el formato de la intervención, es todo un proceso que merece la pena seguir. Si lo que quieres es buscar amigos para cagarte en los socialistas, naturalmente el proceso es otro y también en el pleno municipal tuvimos una prueba palmaria de esto. La crónica del pleno no merece la pena. Porque hacer la crónica del pleno sería reconocerle un mérito a alguien que quiere que le enseñes la herida, que sangres y no estoy sangrando, estoy contemplando cómo la política es exactamente lo contrario que uno tiene en la cabeza. Por lo que parece. Si nos damos una vuelta por ese otro mundo que manejamos entre las manos, nos convertimos en decorado. Decorado de quienes nos dan un abrazo, nos rodean con sus brazos tiernos, se ríen mientras caminan, señalan hacia algún sitio dirigiendo algo que no imaginamos su importancia pero la tiene porque se ostenta un cargo que te lo voy a volver a repetir para que te des cuenta de que tengo un cargo y con ese cargo dime qué te hace falta, me tomo un café y te escucho, te aplaudo y te envío a los mossos para que no pases de ahí, de ahí no te muevas, de ahí te he dicho que no te muevas, no pases de ahí, no me toques, no me toques, le he dicho que no me toque, no te muevas, venga, vamos a calmarnos y no vamos a montar más follón o lo vamos a tener que hacer de otra manera, y ahora un aplauso y estamos con vuestra lucha y tal. La memoria es frágil. Y me gustaría saber en qué momento, bueno, me imagino cual es el momento, en el que nosotros hemos pasado a ser el gobierno más progresista de la historia utilizado como un insulto y te has buscado otros aliados porque aquí no venimos a otra cosa que a cagarnos unos en los otros y poca cosa más. Qué pena de política local. Qué pena de oposición. Qué lástima de situación de emergencia habitacional resuelta con tan pocos escrúpulos. Qué absoluta falta de escrúpulos. Y a todo esto, mientras unos y otros juegan a ponerse una camiseta ajena, el pleno estalla en aplausos cuando el lobo con piel de cordero hace una broma sobre los micrófonos, porque estamos deseando, en realidad, llevarnos todos bien y estar encantados de habernos conocido y lo que nos da rabia es no poder ser más amigos. Todo el pleno aplaudiendo la broma de los micrófonos. Siempre da con la tecla para hacernos reír, para rebajar la tensión, para desviar el tiro. Él no es como el otro, es evidente. Claro, es que el otro. El verbo pulular. Aísla el verbo pulular. Pulular. En tu cabeza, tú solo, di pulular. Dilo otra vez. Repítelo insistentemente. Pulular. Deja la palabra suelta, flotando en tu cabeza. Recuerda aquellas intervenciones en espiral de Diego Arroyo y deja tu mente en blanco. Introduce únicamente el concepto. Pulular. La palabra misma, sin significado. Solo signos. Pulular. Las dos u. Las dos l. Utilizar el verbo pulular no es inocente. Una persona está. Una persona pulula. Casi no es una persona. Y nos va diseminando en cada pleno conceptos, ideas, expresiones, que no nos esforzamos en rebatir, pero que merecen una respuesta contundente. Lejos de mí la intención de decir 'pues si estuviera yo', porque nunca se sabe. Da igual. Él, ellos, continúan. Pululan. Está sonando en el piso de al lado Felicità, de Romina y Al Bano. Creo que lo dejo aquí, en seco. 

lunes, 8 de abril de 2024

Athletic Txapeldun.


Igual esperabais que no se escribiera sobre esto, pero es que lo que pasó el sábado por la noche, ya domingo de madrugada, no había pasado desde hacía 40 años. Muchos no lo habían vivido nunca. Otros éramos tan pequeños que nos acordamos como en un sueño. Centraba Argote, la bola se le iba un poco alta, pero bajaba y la recibía Endika que bajaba con el pecho y la clavaba y todo lo de después. Todo. Otros pensaban que esto ya no lo iban a vivir nunca. Estuvimos a punto muchas veces, pero siempre pasaba algo. Yo me acuerdo de la final que vino justo después de aquella de Endika. Contra el Atlético, atacando atacando y sin marcar y uno a cero y para casa. Y esa sensación de que era injusto. Pero bueno, igual otro año... nunca pasó. Nunca ganamos nada. Jugamos finales, sí, pero casi siempre teníamos cara de perder antes de empezar. Y tantos partidos. Tantas eliminatorias perdidas de manera infame. Y pensar que este, precisamente esta final, con este equipo precisamente, esta colección de jugadores, muchos de ellos a los que no dábamos por titulares ya no en el Athletic sino en muchos equipos de Primera, con estos hemos sido campeones. Pero es que además de estos, es que tenemos otros con los que no contábamos. Me estoy yendo. El sábado viví algo que pensé que no iba a vivir. Ni siquiera cuando se supo que la final era contra el Mallorca, equipo que está sensiblemente por debajo del Athletic, me las prometí felices. En otras circunstancias yo iría con el Mallorca, equipo pequeño, a defender, a perder tiempo, a llegar a los penaltis, como Italia en en tantas ocasiones, como aquella Argentina del 90, como esos equipos que nunca ganan una final y un día la ganan. Y como lo sabía que eso podía pasar, tenía miedo. Y no me gustaba que hablaran ya como si la final estuviera ganada. Y sabía que íbamos a sufrir. Y sufrimos. Y sufrí. Mucho. Ni un momento de paz, ni un momento de sosiego. Ser del Athletic Club parece que está reñido con la sobradez que se presupone a los de Bilbao. No puedes nunca ir de sobrado. Ni un segundo de paz. Partido con nervios, partido de nervios, mal para el Athletic. Lo salvamos por los pelos, lo salvamos sufriendo, lo salvamos en los penaltis, pero lo salvamos. Ganamos y somos campeones. Esa gente que dice 'porqué dice ganamos si tú no juegas, si los clubes son patatín y patatán', dejarme en paz. De verdad, dejarme en paz. Yo jugué ese partido el sábado, durante dos horas estuve en tensión, me cansé, tenía agujetas el domingo. Y más cosas. Nos juntamos unas 20 personas en el Gaudir, la Peña Centenario revisited. Todos los clásicos vivos. Gente nueva, gente joven que se sumó después de tanto tiempo. Algunos habían ido a Sevilla. El partido, como siempre. Nervioso, en un momento estallo, empiezo a cagarme en todo, todo mal, joder. Joaquín me dice que siempre hago igual. No lo sabía. Me quejo cuando va mal peero cuando va bien no digo nada. Alba me mira con ojos como platos y no deja de hacerme fotos a las caras de pánico, terror, preocupación que pongo. El book es inenarrable. Han venido dos merengones, quizás tres, para ayudar. Un merengón no viene a ver la final si no es porque va a ganar el equipo al que anima. Estoy de pie ya toda la segunda parte y hasta el final. Con los penaltis, a pesar de que el primero de Muriqi lo tira de puta madre, tengo una corazonada. Una va a la grada. No contaba con que Julen parara uno. La cosa se pone de cara. La vieja guardia, Raul García y Muni no perdonan. Vesga tira el penalti y se resbala pero lo mete. No podemos perder. Una va a la grada. Berenguer es el jugador idóneo para tirar ese penalti. Lo mete. Entonces sí. Entonces yo había imaginado que iba a llorar. Que no había llorado desde hacía mucho tiempo, ni cuando se murió mi padre, ni cuando me casé, ni tantas otras veces. Pero solo de imaginar lo que iba a pasar me emocionaba. Y sin embargo, cuando marcó Berenguer estaba tan contento que no podía llorar. Estaba contento y estaba contento acordándome de mi padre, abrazado a mi hermano, tantos paseos camino de cualquier parte hablando del Athletic, acordándome de mi padre, pero no lloraba. Estaba tan contento. Estoy tan contento. Se acabaron las camisetas gafes, se acabó. Somos campeones de Copa, al fin. Lo hemos visto, hemos visto a Muni subir la copa. Hemos visto a los hermanos Williams abrazándose contentos por fin. Hemos visto cosas que pensamos que no veríamos nunca más. Tantos partidos, tantas decepciones, tantos pies fríos, arrimando la estufa en eliminatorias deprimentes para perderlas. Aquella eliminatoria de la que se acordaba el Oscar contra el Formentera que fuimos a la peña solo él y yo. Y perdimos. Y hemos ganado. Y no hay nada más grande que ser del Athletic Club. Y hay una foto con mi hermano, unas cuantas con mi hermano, que creo que voy a hacer un poster. Julen, De marcos, Vivian, Paredes, Yuri, Prados, Galarreta, Williams y Williams, Sancet y Guruzeta, súmales Lekue, Vesga, Berenguer, Raul García, Muni, Unai Gómez... no nos vamos a olvidar nunca de estos jugadores. Campeones de Copa, copón. Su su su su su su sun, Athletic Txapeldun!