domingo, 31 de diciembre de 2023

Enjoy Yourself


¿Quieres que te cuente cómo ha ido? Pocas personas en este mundo tendrán tantas cosas que contar como he tenido yo este año. Todo el mundo ha vivido los mismos días, los mismos minutos y los mismos segundos. Todos hemos tenido fines de semana, todos hemos tenido días grises, todos hemos tenido motivos para estar contentos, motivos para estar tristes, motivos para odiar, motivos para desear que Israel merezca el castigo que merece por el genocidio al pueblo palestino, motivos para amar, motivos para darle una vuelta al tema, en definitiva, a todas las cosas o motivos para dejarlas como están. Al final, como siempre, volvemos a la canción que lo explica todo. Aprende, porque es más tarde de lo que crees. Este año ha sido un año de aprendizajes importantes. El aprendizaje principal quizás ha sido el del compromiso. Queda así como muy serio decirlo, pero es lo que ha sido. Comprometerte en muchos aspectos puede llevarte a, pero también puede ser que te comprometas porque tienes que hacerlo, porque es lo que hay que hacer y te da igual si te lleva o te trae, te sube o te baja, te quita o te da, se tiene que hacer y se hace. Este año ha sido importante, un año grande, un año tremendo, un año de muchas cosas y todas ellas han servido para algo. Este año ha sido un año donde hemos aprendido que no estamos solos, que no estoy solo, que hay mucha gente que está ahí y que a veces de manera inexplicable, quiere que te vaya bien, que estés bien, y eso es lo más importante. Y gente con la que comprometerse a hacer cosas, a hacer más cosas, este texto está siendo muy diferente de otros textos si es que ha habido otros textos antes. Porque este año no ha sido como los anteriores. Este año ha sido trepidante, ha sido intenso, ha sido bárbaro. Y hemos aprendido. He aprendido. 

Enjoy yourself, it's later than you think. Es bueno creerte muy listo cuando eres joven. Pero no eres joven para siempre. Aprende, que es más tarde de lo que crees. 

sábado, 30 de diciembre de 2023

Los libros del 2023


Una muy buena cifra. Si nos ponemos a pensar que este año ha sido especialmente intenso y que no ha habido muchos momentos de paz o bien si pensamos que ante tanto disparate el mejor refugio de siempre ha sido la lectura, lo que viene a ser la evasión de toda la vida, podemos decir que es una muy buena cifra haber alcanzado los 13 que en realidad pueden ser 15 si somos ratoneros y decimos que el libro de Cuentos de Bolaño en realidad recogía tres libros de cuentos, pero no lo voy a hacer, aunque al decirlo ya lo estoy haciendo. Son 13. Como siempre, demasiada inclinación hacia los temas de divulgación política, víctima de las presentaciones de libros, pocas novelas y noto también que hay poca novelística contemporánea, un mal que no sé corregir. Cada visita a una tienda de libros es para acabar comprando más o menos lo mismo de más o menos los mismos autores. Aportar que la recuperación de los viajes en metro a partir de septiembre ha supuesto recuperar la costumbre de leer en los viajes y eso se nota en el tramo final de la lista. Solo recordar que esto de poner los libros leídos, además de una boutade, forma parte de un reto que hace años instauraron en La Página Definitiva, consistente en leer 50 libros en un año. Jamás lo conseguí, pero oiga, 13 (que pueden ser 15) está muy bien.

  1. Antonio Manuel - Flamenco. Arqueología de lo jondo Imbuído en el espíritu andalucista y atrapado por sus conferencias, finalmente compré el libro de Antonio Manuel y me leí el libro de Antonio Manuel y disfruté del libro de Antonio Manuel, aunque no me pude abstraer en muchos momentos de esa sensación de que me estaban contando una historia muy bonita que ya me venía bien, pero que se basaba en intuiciones, en deseos, en la voluntad, en la reivindicación y en lo que el sentido común nos dicta, pero que finalmente no estaba fundamentado en algo académico. Y qué más dará. Uno ya no puede ver el flamenco de otra manera y cada vez que escucha un ole, sabe que se está conectando involuntariamente con lo sagrado. El flamenco, fellah menkub. 
  2. Anton Chéjov - El beso y otros cuentos Uno es más viejo que los viejos y se acuerda de algunas cosas y de otras cosas no se acuerda. Y leyendo este libro de cuentos de Chéjov uno se acuerda de haber leído antes alguno de esos cuentos o quizás los hubiera leído todos o en otra colección, quién sabe. Cuentos rusos protagonizados por rusos y rusas con sus vicisitudes que son muy rusas pero uno no sabe porqué conectan con un algo universal que los convierte en indispensables. Y necesarios. Cada cierto tiempo, cada año, un ruso o dos. 
  3. Vladimir Nabokov - Pnin Nabokov fue ruso y dejó de serlo. No sé ahora mismo, cuando han pasado supongo que casi diez meses desde que me leí este libro si con este libro podemos hablar de un autor ruso o si aquí ya era norteamericano del todo. Creo que era norteamericano del todo aunque el libro es ruso o quiero yo que lo sea. La historia de un particular profesor ruso en los Estados Unidos, sus problemas sentimentales y sus problemas en general. Un libro que es una delicia porque te conecta con muchas cosas que son de uno y que aunque no lo fueran te hacen sentir una simpatía especial hacia el tal Pnin. 
  4. James Joyce - Dublineses Jamás leí nada de James Joyce. Ahora, con la muerte de Shane MacGowan todos nos hemos vuelto otra vez irlandeses. La fascinación por lo irlandés a todos nos ha arrastrado alguna vez en la vida. Leer a James Joyce no sé si entra dentro de esto, pero este libro Dublineses, es todo aquello que uno quiso saber sobre los irlandeses y no se atrevió a preguntar. Irlandeses en un momento muy concreto de su historia, antes de. Justo antes. Un libro que contiene ese famoso cuento que John Huston adaptó al cine y que yo todavía no he visto y no sé si una vez leído el cuento famoso voy a querer verlo. Un libro triste, un libro sobre la dignidad, cuentos sobre personas que sobreviven, que se acuerdan, que son irlandeses antes de que ser irlandés se redujera a otros estereotipos o quizás este libro contribuyera también a un estereotipo mayor. Yo que sé. Decir se pueden decir tantas cosas. 
  5. Erika Flatland - Sovietistán. Un viaje por las repúblicas de Asia Central. Este libro me lo dejó el Mendo y me lo leí a la correprisa porque se lo quería dejar al Albert Gerard para que leyera cosas sobre Kirguistan. El libro es el recorrido de una periodista por esos países del Asia Central que fueron repúblicas soviéticas y hoy ya no lo son y son países independientes pero pueden ser cualquier cosa. Países con historias milenarias y hoy sometidos a gobiernos que nos parecen en muchas ocasiones objeto de burla, mofa, pero que sirven para lo que sirven y que han encontrado en el pasado distorsionado una manera de sobrevivir en un futuro que parece que nunca va a llegar y si llega ten mucho miedo. Que dan ganas de ir a Uzbekistán, pues dan ganas. Pero no sé. 
  6. Pierre Lemaitre - El Ancho Mundo Al fin una novela y qué novela. Historión por parte del francés Lemaitre donde se mezclan las ubicaciones indochinas (vietnamitas), libanesas y francesas. Un libro en el que se mezclan varias historias familiares y que desembocan en historias a veces inconexas aunque te atrapan igual. Con muchos ecos, para mí, en las historias que pasan en Francia del maestro Simenon, el libro te mantiene enganchado durante toda la lectura y uno echa de menos leer algo más de eso, algo más de novela que te cuente una historia que te enganche, un libro largo. un libro para disfrutar, un pedazo de libro. 
  7. Salvador Seguí Rubinat, El Noi del Sucre - Antología En el centenario de su asesinato, qué mejor momento para leer sobre una figura fundamental en la historia del anarcosindicalismo y, ahora voy a provocar, en la izquierda. Este libro recoge los escritos del líder (aunque no podamos hablar de líderes) del anarcosindicalismo que, leído, analizado y digerido, realmente no se aleja demasiado de un pensamiento revolucionario por lo pragmático y revolucionario por todo lo que propone por ser precisamente garante de una revolución que no es solo retórica o simbólica sino que va mucho más allá. Tan allá que como siempre, tiene que lidiar con enemigos exteriores pero también con quienes lo quieren todo y lo quieren ya. Un libro que leído ayuda mucho y que desenmascara también a quienes hacen de la revolución una cuestión banal. 
  8. Jaume Bosch - La nostra policia En tiempos en los que el tema de la seguridad se ha convertido en un asunto sobre el que la izquierda debe tener un discurso y ese discurso se necesita ya, resulta que Jaume Bosch ya tenía ese discurso hace muchos años y no lo hemos sabido o querido ver. Quizás la influencia del discurso ACAB nos ha hecho más mal que bien y no sabemos si ir hacia detrás o hacia delante. El libro de Jauma Bosch nos habla de la historia de los Mossos y cómo construir un cuerpo y fuerza de seguridad, de lo que se proyectó a lo que es y de las distintas luchas por que la policía sea de una manera o de otra. Las policías pueden ser de muchas maneras y la izquierda tiene su modelo. Un libro necesario. 
  9. Xavier Domènech - Lucha de clases, franquismo y democracia. Obreros y empresarios (1939 - 1979) Un libro denso. No es un libro como para ojearlo u hojearlo o como se diga. No es un libro para pasar el rato. Es un libro que nos habla de como la lucha de clases fue el vector principal de un movimiento antifranquista que existió y existió gracias a la organización de la clase trabajadora reivindicando y consiguiendo derechos. Esos derechos que el franquismo como garante de los intereses primeros de los empresarios y el capital, pensaba defender a sangre y fuego, fueron finalmente los que terminaron por demostrar su obsolescencia. Y ahí, oliendo el peligro, los empresarios juegan una vez más sus cartas para defender sus intereses de la mejor manera y la más cómoda. Hasta que les interese otra cosa. La parte de los trabajadores muy bien, pero la que realmente es iluminadora es la de los empresarios. 
  10. Kim Gordon - La chica del grupo Kim Gordon es la bajista y cantante y una de las compositoras de la magnífica, mítica y referencial banda Sonic Youth. Después de un desengaño amoroso y vital de tres pares de narices, se lanza a escribir un libro sobre su vida en el que el dolor traspúa a cada momento pero en el que descubrimos que, detrás de la voz femenina de Sonic Youth hay toda una artista multifacética e inspiradora, al menos para mí. Un libro sobre el papel de una banda, el papel de cada uno en una banda, las relaciones dentro de una banda, las relaciones con la música, con la familia (importantísimo en el caso de Kim Gordon), con el espectáculo, con el negocio y con hacer del arte una forma de vida. 
  11. Genaro Villagrasa - Una casita junto al río Asistí a la presentación de este libro sobre la vida en las Casas Baratas de Buen Pastor y me encantó de tal manera la manera de explicar de su autor, Genaro Villagrasa, que me tuve que comprar el libro. Una novela histórica que funciona como un documental de la vida en esas Casas Baratas que nos habla de fenómenos como la precariedad laboral, la ocupación de la vivienda, la autoorganización, el clasismo, la política, y el tirar para delante como principal ideología. Un libro con un puntito siempre de humor que quita hierro a lo que supuso un drama generacional de órdago, la derrota de la República y la derrota en la Guerra Civil, a partir de la vida de una familia que llega desde cualquier parte y se irá a cualquier sitio, porque somos eso. 
  12. Roberto Bolaño - Cuentos Este libro contiene tres libros de cuentos de Roberto Bolaño. De esos tres libros yo recuerdo haber leído al menos dos, quizás los tres. Hacía mucho tiempo o quizás no lo había hecho nunca, releer un libro. Pero me apetecía leer o releer a Bolaño y sentir aquello que se siente cuando lees a alguien que te mete tanto en su mundo que, de repente, todo parece estar en un libro de Bolaño. Y mola, asfixia, enriquece, aplasta, apasiona y preocupa. Al recuperar los viajes en metro, largos viajes en metro, únicamente leía uno o dos cuentos por viaje, no más. Cada cuento había que digerirlo y masticarlo. Porque no puedes pasar páginas y pasar páginas y ya está. Son cuentos escritos que parecen sacados de la propia vida y hay que tomárselos con el debido respeto. Un universo terrible que una vez que se prueba, no tiene fin. 
  13. Fermín Chueco - El tiempo pasado que se fue Por último, el libro del Fermín. Un libro que merecerá una crítica con más tiempo. El libro del Fermín nos habla de la historia de su familia en Lopera, un pueblo de Jaén que bien pudiera ser el pueblo de mis padres aunque no lo es. Y aunque no lo es, como me pasa con el propio Fermín, cuando leo esas vidas pareciera que estás leyendo las vidas de gente que conoces. Aunque mi historia familiar de emigración no es esa, sí que puede ser la de otros miembros de mi familia que no son los directos, mis padres, pero sí pudiera ser la de mi chacho José, por ejemplo. Una primera parte del libro va de eso y una segunda parte del libro va de la vida de Fermín, en Lopera y también aquí en Santa Coloma. Interesante saber qué cuenta Fermín de su vida y qué le cuenta Fermín a sus loperanos. 


jueves, 28 de diciembre de 2023

La latica


Harto ya de escuchar programas y podcasts de gente que va alardeando de ser así como tú y como yo y de hablar como habla la gente y de no cortarse un pelo y de decir lo que nadie se atreve y de ser los portavoces de una autenticidad que no se casa con nadie menos con el patrocinador o con el partido político que todo el mundo sabe que votas o que más o menos apoyas o que tal y que cual, en definitiva, un poco ya hasta el moño de que todo el mundo tenga su ventanita para poder decir y hacer, he decidido que voy a hacer yo lo mismo. La latica. Había otros nombres, pero con La latica (o La latuni, que también se barajó), tengo además la oportunidad de poder hacer yo también publi de la latica que toque que casi siempre será una latica de birra para que la gente no piense que soy un moñas de mierda de esos que van bebiendo cocacolas o nesteas o puta agua. Tendré un equipo de colaboradores y si acaso tendré un equipo de reporteros y tendré un equipo de expertos y tendré muchas cosas y pondré también a una chica, una chica para que se escandalice de las cosas que decimos mientras bebemos una latica de. Porque yo sí que voy a escandalizar a la gente. Vamos a hablar sin tapujos, vamos a hablar con ganas de ofender, porque ya está bien de gente que se cree que está bordeando los límites, nosotros, yo, porque el programa voy a ser yo, yo me voy a cagar en todo pero en todo de verdad, no voy a dejar títere con cabeza o sin cabeza y voy a pasar tanto de los convencionalismos y de lo políticamente correcto que toda esa caterva de inadaptados que están en el mundo esperando a que alguien les diga lo que nadie les dice, me van a adorar. Y mientras me bebo otro traguito de cerveza les iré colando mi mensaje que es un mensaje en el que hay unos enemigos claros, esos enemigos que solo yo veo y que aunque los vea todo el mundo nadie se atreve a ir contra ellos, pero yo y mis colegas entre traguito y traguito de birra, lo vamos a decir todo y no nos va a callar nadie. Y vamos a hacer giras por teatros y giras por lugares donde nadie se ha atrevido a decir lo que yo digo, y nos vamos a reír de los subnormales, de los que tú y yo sabemos, de los cerdos, de los garrulos, de los del Espanyol, de los andaluces, de los castellanos, de los gallegos pero poco porque tengo un colega gallego que está medido en una movida super guapa, y buah, es que lo estoy pensando y me estoy emocionando y luego ya cuando eso, como además contaré mis movidas y tendré un espacio para mí para que yo me explaye porque soy yo el dueño del programa, pues entonces, entonces, me presentaré a las elecciones municipales y entonces sí, no volveré a cometer el mismo error. Entonces sí que voy a petarlo. 

miércoles, 27 de diciembre de 2023

Alexander Pushkin va a una cena


Todo el mundo le conoce y todo el mundo sabe cómo buscarle las vueltas. Alexander Pushkin ha sido invitado por la familia Fedorov a una cena con motivo del aniversario de la abuela, la matriarca de la familia, doña Galena Fiodorovna. Apresuradamente, porque está metido en la redacción de un poema en prosa o de una prosa versificada o vete a saber, ha conseguido llegar a tiempo aunque la cena ya está empezada. Están buena parte de sus amigos, pero también algunos de los que no le queremos bien. Ya sabemos cómo es y cómo podemos ponerlo nervioso. Su última novela o lo que sea eso que ha escrito parece que es una imitación de su propia vida. Llega corriendo y se sienta junto a la esposa de Valeri Gregorovich Fedorov, la bellísima Turkana Ismaileva. Azorado, no se ha dado cuenta de que el asiento estaba reservado para el hermano de Turkana, Ilyá. Así que cuando Ilyá vuelva a su asiento después de haber tenido que salir un momento a resolver un asunto con uno de sus jinetes turcomanos se encontrará con Alexander Pushkin sentado en su lugar. Ilyá, que es un tanto rudo, no sabe quién es Pushkin y pide que ese negro salga de su asiento inmediatamente. Pushkin no oye o no quiere oir lo que ha dicho Ilyá. Entonces yo, que estoy justo enfrente de Pushkin y que ya he bebido más de lo que muchos beberán esa noche, me dirijo a Pushkin y le digo que si la mezcla de razas le ha dañado el sentido del oído, ya que el sentido del decoro ya doy por supuesto que no lo tiene. No han pasado ni cinco minutos y la cena se ha interrumpido, estamos en el jardín, he recibido un disparo en el hombro, ni siquiera he podido apretar el gatillo de mi pistola, estoy de rodillas en el suelo y pido otro vaso de vodka, tengo la garganta seca. Pushkin se ha ido, enojadísimo, a sentarse de nuevo junto a Turkana aunque Turkana ya no está allí. 

viernes, 22 de diciembre de 2023

Mikhail Bulgakov entra en un bar


La nieve está sucia, un perro desmayado no te deja entrar, empujas la puerta y en el bar solo hay tres clientes. Una chica joven bebe en la barra un líquido que no sabes qué es y los otros dos son dos tipos con monos de trabajo que beben cerveza. Te quedas en una esquina de la barra y pides algo fuerte, que hace mucho frío. Se abre la puerta y entra Mikhail Bulgakov. Entra tosiendo y con muy mal aspecto. Le haces sitio en tu esquina de la barra pero él parece preferir una mesa que hay al fondo del bar. El camarero, alguien que debería haber abandonado su profesión hace años, se acerca tambaleante al escritor y le pregunta qué quiere. Mikhail Bulgakov le contesta que quiere una mañana soleada y los pies calientes. El camarero sonríe y se va a por una botella. Se la deja en la mesa, sin vaso. Bulgakov bebe a morro. Le miro mientras bebe y pregunto, 'señor escritor, cómo le va'. Bulgakov hace un gesto con la mano diciendo que me calle. Insisto y no solo eso, me acerco a la mesa y me quiero sentar con él. Me han dicho que estás escribiendo algo. Bulgakov me mira como si no me reconociera, efectivamente no me conoce. Contesta diciéndome que un escritor siempre está escribiendo algo. Le respondo que no esperaba una respuesta tan vulgar. Bulgakov me señala con el dedo y me dice, qué habrías respondido tú. Yo le habría ladrado. Bulgakov amaga una carcajada y vuelve a mirarme. Eres tú. Claro que soy yo. 

jueves, 21 de diciembre de 2023

Crónica del #PleGramenet de diciembre. El vídeo.


Hubo un momento en el que él dijo 'ya tiene el vídeo que quería'. Y con eso prácticamente se resume el pleno y no voy a abundar mucho más en él. Unas cuantas líneas. Tan solo decir que, de la misma manera que él dijo 'ya tiene el vídeo que quería', él mismo tenía el vídeo que quería. Y así todo el rato. Uno tiene su vídeo y el otro tiene su vídeo interpelando al del vídeo, porque es lo único que tiene que decir. Imagínense a 52 así. Ya es la tercera vez que lo dice, al menos. El otro, los otros, ellos. Ellos son dos. El señor mayor y poco a poco se va destapando el joven. El joven comenzó con un look Tecnocasa y el lunes se destapó con el look Feria, con una camisa El Capote, de esas con mucha bandera española aquí y allí para que la gente sepa que eres español, no te confundas, que a lo mejor te has pensado que soy italiano, o soy rumano, o soy bengalí, o soy nativo de Windhoek, o vengo de reventar zurdos en Argentina, no, soy español y para eso atuendo al respecto que no confunde. Ciertamente interesante ver cómo el joven dice y hace, porque ese joven puede que sean tantos jóvenes que no conocemos. Otros jóvenes que no son tú todo el rato asomando la cabeza a ver si sales en el plano. Ese joven ya está saliendo y lo que dice, cuidado. Por lo demás, como digo, la política. Nuestra alcaldesa ha conseguido convertir la política colomense, quizás gracias a esos dos, en algo absolutamente intrascendente. Voluntad de diálogo, consensos, propuestas, hasta última hora la mano tendida, abstenciones a presupuestos y a ordenanzas fiscasles. Es simple, quienes venían a asaltar el cortijo se encuentran con que lo otro era el averno y que a nadie le gusta situarse al lado de. Así que desde el Partido Popular, cuyo portavoz Jurado se está convirtiendo en la auténtica revelación de la temporada y así va recogiendo halagos y parabienes de todos y todas porque lo otro es el horror, hasta Esquerra y por supuesto Ciudadanos han salido corriendo de esa oposición contumaz para situarse por precaución no muy lejos de donde marque el PSC. No porque el PSC, sino por lo otro. Y así nos encontramos a PP votando mociones a favor de Ningú Sense Llar. Bueno, lo otro también votó a favor. En fin. ¿Lo del PP solo lo veo yo? No creo. También os digo una cosa, que no quiero parecer aquí yo que sé, qué otra cosa queda. El horror es tan profundo, la sinrazón es tan alarmante, la barbarie es tan tangible, que no sé qué otra cosa se puede hacer sino preventivamente no estar, ni por asomo, compartiendo ni una sola posición con esa gente. Cada uno tiene el vídeo que quiere y el PSC nos tiene a todos a su disposición. 

martes, 19 de diciembre de 2023

Crónica de la actuación de Cocoteva en el Teatre Sagarra interpretando aquella obra que también tiene Coco en el nombre. Santiago de Compostela.


En el mundo del fútbol hay un dicho que dice que quien perdona acaba perdiendo. En el mundo de la política hay quien dice que el que se mueve no sale en la foto. En el mundo de la jardinería se habla de que el exceso de agua puede matar a algunas plantas. En el mundo de la música se dice que los primeros discos eran los buenos. Todo el mundo tiene algo que opinar sobre cualquier cosa y hay opiniones que se han establecido como canónicas al ser adoptadas por una mayoría que posiblemente hubiera podido generar otras opiniones si hubiera tenido la posibilidad de expresarlas. La quizás última representación de Cocoteva de esa obra que tiene el Coco en el nombre es una experiencia que mueve a la opinión y al aprovechamiento de recursos. Ha sido. Quién sabe si volverá a ser porque a esta central de noticias y opinión llegan informaciones contradictorias. Una vez más, pues, un año más, Cocoteva se lanza a la escena para interpretar una obra que todo el mundo conoce, que a todo el mundo sorprende, que todo el mundo ya tiene calculada, pero que siempre encuentra a alguien nuevo que a tu lado dice 'no me estoy enterando de nada', y tiene usted toda la razón porque aquí no hemos venido a entender nada, aquí hemos venido a esperar los momentos estelares y cada uno de nosotros tiene el propio y a aplaudir y a seguir el ritmo con cada amago de canción que aparezca en el audio. Con todas, no. Ojo. Hay una tarifa sentimental en la conciencia de uno que le obliga a ser selectivo en ocasiones. Pero así a bulto, todas se aplauden. Efectivamente, el año fui uno de ellos y el año pasado disfruté tanto que no he querido este año emborronar aquella cumbre interpretativa y sensorial con una nueva interpretación a la que quizás no le hubiera encontrado ya matices. Lo di todo y todo recibí. Así que lo mejor era no empañar ese vívido recuerdo en las retinas y oídos de toda Badalona y continuar con mi vida por otros caminos y derroteros. Sin embargo, allí estaba, dispuesto a enfrentarme al monólogo de Kike Hita por enésima vez, al número de las gaitas, a las incursiones movidas y en esta ocasión riesgosas y trompicadas de la grandísima Merche Meneses, a la canción cabaretera de Víctor Guerrero (esta vez no cantó la del pito), a los enfrentamientos dialectales, perdón, enfrentamientos entre todos los miembros de la compañía, la Andrea, la Rosa, el Hugo, los dos chavales que viven en mi calle que nunca me acuerdo de cómo se llaman, la super vedette Eli, la impresionante Alós que sí, este año ha adquirido nuevos matices en su interpretación y ha añadido cosas que no estaban y se nota y permítanme que me detenga por unos instantes en la sublime Ponxi Dávila. Qué quieren que les diga, es mi debilidad. Desde que aparece con el chandal de Tactel escaleras abajo se gana el escenario y marca un singular antes y después con su lata de cerveza que estás viendo que la lata de cerveza tiene ese último culillo calentorro que no sabes cómo quitártelo de encima y es eterno. Todo eso. Y el momento de la interpretación de María de las Mercedes, se perderá como se perderán las lágrimas en la lluvia si es verdad que nunca más habrá una representación de la obra que tiene el Coco en el nombre. Y tantas cosas. Una obra divertida, contradictoria, a veces tremendamente trasnochada, a veces con morcillas que la quieren adaptar a los tiempos modernos, que tiene siempre al público en estado de alerta. Ahora globos, ahora trapos, ahora cajas, ahora muñecas hinchables. Y así llegamos a un año más de Coco y quizás sea el último y muy merecidamente Xavi Villena puede salir a sacar pecho por haber estado tantos años con esta obra que encaja como anillo al dedo con las características de la compañía y que incluso ha condicionado el resto de performances de la banda. Pero ya está. Lo glorioso es ver cómo la gente se guarda el bocadillito para luego, no vaya a ser. Y es eso lo que le da sentido a la obra. Y eso es lo que es Santa Coloma. No secuantos espectadores, tantísimo dinero recaudado y siempre esa sensación de ser el patito feo de la escena teatral de la ciudad. Ahora, el quue quiera verla, que se vaya a Santiago de Compostela. 

PD. Mi estado no es el mejor como para acometer un texto como este y que la fiebre y la edad se juntan y pasa lo que pasa. El papel de Alex Mas. Lo tenía en la cabeza y finalmente se me fue y no dije lo que tenía en la cabeza. Y es que Alex Mas es una suerte de hilo conductor de la obra, de pegamento, que ha ido evolucionando con el tiempo. Ya que el propio Alex Mas ha crecido y ya no es el jovencito disparatado que fue, sino que su papel ha adquirido un patetismo que lo hace aún más interesante. Su tradicional entrada en escena con la rebanada de pan luminosa y el megáfono, es ya historia del teatro colomense. 

domingo, 17 de diciembre de 2023

Cuatro años sin el papa


Nada, no hace ni una semana. alguien volvió a preguntarme en el curro que porqué era del Athletic Club. Naturalmente me regodeé una vez más en explicar la historia de mi padre y de cómo en Jaén, sin tener ninguna relación con Euskadi, él y muchos como él se hicieron hinchas del Athletic Club y cómo eso lo hemos heredado y yo y otros muchos somos rojiblancos para toda la vida. Ese mismo día, hablando de música, me enseñaron un disco de 45rpm de Miguel Ríos, el de Vuelvo a Granada y El Río. Les dije que ya tenía ese disco, no en esa edición sino en una que sacaba la Mirinda, que tenía varios discos de la Mirinda, que en realidad esos discos no eran míos, eran de mi padre. 'Tienes muchas cosas de tu padre'. Pues efectivamente, tengo muchas cosas de mi padre. Hace cuatro años que, aproximadamente a esta misma hora, mi padre nos dejaba después de unas semanas de mierda y lo hacía mientras mi madre le cantaba la canción del lobito bueno, la bruja hermosa y el pirata honrado. Tengo muchas cosas de mi padre. Me pasa y me pasaba antes también, pero últimamente noto que me pasa más y es que en ocasiones estoy hablando, estoy contando algo, estoy lanzado y de repente soy mi padre. Es una sensación extraña, porque me hace detenerme un segundo y me da un poco de vértigo. Ya no es que utilice refranillos, giros, palabras, expresiones, es que incluso me da la impresión de que es la misma voz de mi padre. Es algo asombroso. Tengo muchas cosas de mi padre es una manera elegante de decir que soy mi padre. Como ven en la foto, mi padre y yo no nos parecíamos demasiado. Yo tengo caraza, boca finilla, etc, y él no. La barba pelirroja, sí. Pero poco más. Pero es cierto que nos parecíamos mucho. Han pasado cuatro años desde que mi padre nos dejó y todos los días hay algo que nos recuerda a él, algo que me obliga a pensar en mi padre, en su historia, en su vida, en sus gustos, sus aficiones, sus manías, sus obsesiones, sus miedos, sus vergüenzas, sus complejos, sus virtudes, sus defectos y compararlos con los míos. Han pasado cuatro años en los que eso tan manido que decimos que nuestros padres o abuelos o lo que sea que nos falte vive en nosotros, se convierte en una realidad a veces escalofriante. Qué hubiera pensado y opinado mi padre de este último año, de mi último año. Qué me hubiera dicho, qué le hubiera pasado por la cabeza, de qué manera se lo hubiera tomado todo lo que me ha pasado y lo que he vivido. Esa incógnita también me obsesiona, no mucho, pero lo justo. Lo justo para pensar que hago cosas que mi padre no hizo nunca. Qué me hubiera dicho mi padre. Si es verdad que vive en nosotros, se hubiera liado la manta a la cabeza o me hubiera intentado disuadir, follones, líos, gentuza. Vete a saber. Cuatro años sin el papa, cuatro años con el papa en la cabeza. 

viernes, 15 de diciembre de 2023

Creí que éramos amigos


En primer lugar, al publicar una foto con Carlos Azagra, no puedo sino agradecerle una y mil veces y mil millones de veces que nos hiciera el cartel para las elecciones municipales. Una vez más, nunca jamás podré agradecerle algo semejante ya que para mí, los dibujos de Azagra fueron parte de un aprendizaje sobre política, música, movidas, estética y muchas cosas intangibles, que me influyeron de una manera absoluta durante la adolescencia y primerísima juventud. Que Azagra dibujara mi careto para un cartel, aunque el resultado no fuera el merecido después del esfuerzo realizado, es, sin duda, uno de los momentos inolvidables no solo de este año que ya termina, algo que ya se quedará para mí para siempre, sino un orgullo haber podido contar con tan buenos apoyos, porque no estás solo, y no estar solo ya es una victoria. 

Pero yo no venía a hablar de eso. Aunque tendrá relación. Cuando yo era chaval miraba y contemplaba los dibujos de Azagra en sus historietas o en sus carteles y me fijaba en todas y cada una de las banderas y siglas que aparecían. Azagra era especialista en hacer acopio de todo tipo de 'movidas' y volcarlas en sus historietas. Los dibujos de grandes manifestaciones, de conciertos, estaban plagados de banderas, chapas, pegatinas, carteles, etc., donde aparecían grupos, partidos, sindicatos, colectivos, bandas, lo que fuera. Y todos eran de los míos. 

De una manera muy infantil, muy inocente, durante muchos años pensé que, poco más o menos, y con las consabidas diferencias, en realidad todos aquellos que aparecían reflejados y recogidos en aquellos dibujos, finalmente éramos compañeros, éramos algo colectivo, todos éramos uno. Muy al final, algo nos unía, algo nos empujaba a estar en el mismo lado. 

Pero el paso del tiempo, conocer, saber y estar, te demuestra que de aquella impresión feliz, no queda prácticamente nada. Así las peleas fratricidas, las desconfianzas, el sectarismo, el no conocer y lo más grave, no querer conocer al otro, me ha enseñado que todo aquello que aparecía en los dibujos, aquello que quería transmitir Azagra, era mentira. No es que Azagra nos engañara, era que Azagra nos dibuaba un mundo en el que todos, bajo nuestras distintas banderas, estábamos por algo. 

Y no es así. Y Azagra sigue haciendo sus dibujos y las movidas siguen existiendo, pero yo, por mi parte, hay algo y no es poco, que ya se fue. Pero a ver, que puedo hacer como si no pasara nada. 

jueves, 14 de diciembre de 2023

¿Un Milei de izquierdas?


No es que vaya yo ahora de yo que sé, pero he tenido este chispazo, me ha venido una cierta inspiración y quizás, por decir algo, lo diré así y a ver qué pasa. Milei ha ganado las elecciones en Argentina, también las han ganado personajes más o menos inverosímiles representando opciones de extrema derecha en diversos países. Piensen en los candidatos y piensen en las barbaridades, auténticas barbaridades, sin propuestas políticas, simplemente insultos, insinuaciones, agresividad, números histriónicos, pintas extremas, verbo alejado de cualquier corrección, constante intimidación del adversario, ridículo autoasumido pero que genera simpatía entre la gente que piensa que el que está ahí piensa diferente y que, si no tiene miedo a decir esas cosas que dice, directas, claras, sin ambages, una persona sin pelos en la lengua, que se enfrenta a lo correcto, a lo político, a lo institucional, a lo establecido, ya saben, que impugne lo que hay porque nada es suficiente y todo está podrido y esas cosas que se dicen, piensen, piensen, que quizás eso aquí no lo tenemos ahora en la derecha y en la extrema derecha, que sí, que dicen y hacen barbaridades, pero todavía tienen ese tufo de frío de la sierra, de misa de montaña, de cacería en la loma, de aliento a lavabo, de barba cerrada, de corrección en las formas y cuneta en el fondo, pero que todavía no han encontrado al personaje extremo que les haga ampliar el círculo. Pero, ¿puede ser que a alguien especialmente avispado se le haya ocurrido que la mejor manera de ganar un espacio que se ha ido perdiendo pueda ser recuperar eso que se fue una vez y que se perdió porque la política es lo que es y si encima tienes éxito y te lleva donde te lleva, has de asumir, digo, que la mejor manera de volver, de estar y de crear un nuevo personaje no sea esta asunción del estilo Milei, de no cortarse, de decir las cosas clara, de la agresión, del exceso, del culto a una manera de hacer y de decir y de comportarse y de no plegarse y de estar contra todo y utilizar a la vez los micrófonos más demandados para quejarse de todo y desde ahí insinuar, insultar, amedrentar, cargar, movilizar, qué se yo, incluso aspirar a volver a ser lo que se fue una vez? ¿Puede ser que eso sea así o es que ayer me dio por pensar y uno piensa a veces demasiado? ¿Estoy viendo un patrón o se me está yendo a mi también?

martes, 12 de diciembre de 2023

Crónica de un viaje al Pays Catalan. Deviation


El Pays Catalan, el Rosselló, el Conflent... Un viaje a la falda del Canigó por la otra parte, por la parte francesa, por la parte de más allá de la frontera. Una frontera que ya no es tanta, pero que es más que evidente, palpable, está. Una frontera por la que ya no te detienes, aunque haya caravana, una frontera que piensas que no será tanto y vaya que si es. Un viaje durante un largo puente que nos lleva a poblaciones pintadas, pueblos bonitos, pueblos sin bares, ciudades sin bares, países sin bares. La importancia del bar como elemento sobre el que pivota una visita a cualquier lado. Un paseo, una excursión, una caminata, una vuelta, un bar en el que descansar, tomar algo, socializar, comentar la jugada. Francia y los bares que no existen. Nos alojamos en Los Masos, pueblo que no parece pueblo, con el Canigó nada más salir al balcón. Preparados para el frío, el frío es evidente, pero el frío no es abrumador. En el alojamiento hay una chimenea o estufa de leña y el primer día se escapa el humo y nos atufa todo, pero no nos rendimos y gracias a la Esme conseguimos que la estufa funcione y caliente y no haya sensación alguna de frío. Yendo por la carretera me fijo que hay un pueblecito pequeñito tendido en una loma. El pueblo se llama Eus y tiene pinta de ser muy bello, tan bello que es uno de los pueblos más beaux de Francia. Tenemos que ir. Vamos primero a Prades. Prades es una ciudad o pueblo grande con cierto nombre. La universitat d'Estiu de Prada, se hace allí. Y Pompeu Fabra está enterrado allí. Motivos para ir. Dar una vuelta, tomar algo, yo que sé. Ya sabemos que los horarios franceses no son los nuestros, no pensamos que fuera tan exagerado. No pensamos, no pienso, hablo por mí. A las 13h ya parece que tiene que estar todo hecho y comido y planificado, cuando a las 13h todavía estamos a tiempo de todo. Menos en Francia. Damos una vuelta por el pueblo pero nos encaminamos al cementerio. Buscamos la tumba y la tumba está señalizada y en la tumba una estelada y entonces. Entonces yo pensaba hacerme una foto allí y pedirle perdón a Pompeu Fabra por todas las veces que el idioma catalán ha sido dañado por mí. Y me acordaba de todas esas veces que he dicho que Pompeu Fabra debe estar retorciéndose en su tumba, chillando, cagándose en todo, cada vez que hablo en catalán. Y entonces la estelada y pienso que se haga una foto en la tumba otro, otra persona a la que le haga gracia pensar que la estelada y Pompeu Fabra, pero no yo. Y nos dimos una vuelta por el pueblo y no encontramos ningún bar y nos fuimos a Eus. Porque el plan inicial era ir a Eus, pero había una deviation y el paso estaba fermé pero no le quisimos hacer caso al cartel y seguimos y acabamos en Prades, pero el plan inicial era Eus y volvimos a intentarlo por otro camino y llegamos a Eus y joder qué bonito pueblo, subimos a lo alto y es una iglesia y es muy chulo todo pero son la una y algo y una cervecita tampoco nos iría mal y es jueves y no hay ni un bar abierto y nos vamos para casa. Y ya en casa. Y hay un bistró en el pueblo, en Los Masos, un barecillo que no es nada y que pensamos que no está ni abierto y vamos y el camarero habla en castellano y me tomo un Ricard. Y al día siguiente es viernes y sabemos que por la noche va a llover y que entonces va a nevar en las montañas y cuando nos levantamos está el Canigó nevado y qué bonito, Paco. Escuchamos música, escuchamos listas de música, desde las sesenteras, a System of a Down, a una lista de navidad improbable de la Esme, y las canciones más escuchadas por el Sancho, las brasileñas que no falten y coloco muy al final la lista de los Pepinos Compartidos. Ese día es viernes y nos vamos a Vilefranche del Conflent y es una ciudad o pueblecito amurallado por Vauban y tiene mucha historia y es la historia de un territorio que perteneció a la Corona de Aragón pero que se acabó perdiendo en beneficio de Francia y que Francia fortificó porque no se fiaba y ya ves tú, pero parece ser que en la guerra del 1793 el general Ricardos va y la conquista y se ve que tenían razón los franceses de no fiarse, luego la pierden otra vez los españoles y ya no habla ni dios catalán aunque tengan el rollo y tal, pero hablarlo la gente así de saque y natural, como que no y lo oyes nada de nada y no tienen ni un bar abierto. En Vilefranche sí que lo tienen, un barecillo regentado por un ex bombero. Un vino, dos, la botella. Nos vamos pa casa, hacemos un arroz con... no, eso fue el día de antes. Y lo del Ricard no fue ese día o fue el otro. Qué más da. 

Salto adelante y nos vamos al sábado, hemos dicho de ir a Carcassonne que yo pienso que hemos ido a un sitio que no está cerca de nada y me dicen que no que Carcassonne está cerca, a una hora y digo, vamos, y luego miro y está a dos horas y pico y nos da igual. Vamos a Carcassonne y no sé si se escribe así o Carcasonne o yo que sé. Es muy bonito, me gusta mucho, hace un día de invierno, mola. Está todo, todo, absolutamente todo lleno de españolitos. Como nosotros. Y vamos al castillo y visitamos el castillo y la verdad es que hay que poner un límite alguna vez a visitar castillos que no aportan nada. Fotos chulas, fotos con gente. Ir a sitios con gente, donde hay gente, tolerar a la gente, qué cosas, qué experiencia. Fotos de cruces de cementerios. Por ejemplo. Si no hubiéramos ido al castillo no habría foto de ilustración del texto. Francia como cementerio, no está mal tirada. No va por ahí. Yo que sé. Salimos del cementerio, damos una vuelta, vamos al sitio que hemos reservado para comer. Quiero comer Casoulette y en el sitio nos dicen que quiénes somos, soy Antonio Molina, qué Molina, Antonio Molina, qué dice usted, que sí, que no, que aquí no ha reservado nadie, a ver mira la llamada, vale, nos ponen en un sitio guapísimo y como Casoulette y quesos de postre. Salimos del Restaurante, no me preguntéis nada más. Atomic bomb. Todo es muy bonito pero no puedo ver anuncios de comida. Dicen de ir a Narbonne, lo que sea. Narbonne tiene pinta de molar mucho pero yo no sé si me estoy cagando o me he cagado ya. La casoulette. Tengo que beberme un vino caliente por lo que valga y me lo bebo y yo ya no puedo más y para casa. Un día completito. A las siete y media la ciudad parece que ha entrado en el medioevo, no encontramos ni un bar. 

Nos tenemos que ir. El domingo hay feria navideña. Como indicativo del carácter francés, señalar que los muñecos, personas disfrazadas de muñeco, se retiran a las once de la mañana porque deben considerar que los niños a las once ya han tenido tiempo de verlos. Francia, amigos. Sí, parezco el notas ese del Leo Harlem, hay muchos notas, todos podemos ser un notas, en plan, ya sabes. Volvemos para casa, quiero ir por la costa, pero ya parece excesivo, nos comemos una caravana antes de salir de Francia. Escuchamos Bad Gyal pero yo en mi cabeza tengo a Gainsbourg. Lo llevo bien hasta que suenan los Figa Flawa. Hasta aquí. Lo mejor de Francia, la compañía. Quiero ir al norte de Francia alguna vez, por Simenon y esas cosas. A ver si eso. 

lunes, 11 de diciembre de 2023

Total Impunidad


Un día son nosecuantos muertos, otro día más son unos cuantos muertos más, otro día es un hospital, el otro es una escuela, tal día un vídeo en el que se ríen de nosequé, el día siguiente son otra cantidad de muertos, cien, doscientos, otra mezquita volada, el día siguiente son imágenes de prisioneros desnudos, al día siguiente se ríen de otra cosa, mañana quinientos muertos más, tal día una imagen nos destroza el alma, la siguiente nos destroza otro trocito, mañana se vota una resolución, pasado no se vota nada, mañana doscientos muertos, al día siguiente una declaración, pasado doscientos muertos, al día siguiente una escuela, pasado mañana un anuncio que proclama que hay que trasladar a la población, hoy son doscientos muertos más, quizás ciento cincuenta, no se descarta que todos los muertos sean de Hamas, pasado mañana ha dado igual, un hospital ha sido destrozado, antes de ayer se reían de los juguetes de los niños palestinos, hoy un vídeo de un ministro israelí diciendo que la ONU es una mafia, por la tarde miles de tuiteros de derechas replican y dicen que la ONU es defensora de Hamas y una mafia, por la mañana doscientos muertos más, unas cifras nos dicen que la mayoría de las muertes son de mujeres y niños, por la tarde nos dicen que esos muertos son utilizados como escudos humanos, este periodista por la mañana estaba vivo y ahora ya está muerto, han volado otra escuela, se han reventado otro hospital, ya menudean en las noticias las imágenes de ataques a población de religión judía en países de Europa, en Gernika hacen un pedazo de bandera con los colores de Palestina, imágenes en la tele de un tipo con una motosierra en la mano diciendo que los zurdos de mierda nosequé, unos días después ese tipo es presidente de Argentina, mañana doscientos muertos más, toda nuestra solidaridad y empatía con Israel, esta tarde han volado otro hospital, imágenes de soldados haciendo coñita con bañarse en la playa de Gaza, mañana atacarán otra escuela, edificios destrozados, familias enteras que se mueren, el presidente o primer ministro o cualquiera de esas peculiaridades de los británicos que los convierten en seres emulables a los cuales todos nos gustaría parecernos en vestuario, modos, lenguaje, gustos musicales, color de piel, peinados como el cantante de los Stone Roses, el primer ministro británico que se llama Rishi Sunak, dice que los Derechos Humanos se los va a pasar por el forro porque lo primero es lo primero y los Derechos Humanos son un incordio, la noticia no le interesa a nadie, alguien dice algo sobre el fascismo que nos está llegando ya a los tobillos y por la tarde Israel ataca otra lo que sea y se carga a otra familia y le ponemos cara y le ponemos rostro a cada uno que va muriendo y la vida continúa y dentro de un rato, algunas horas, os contaré que he estado de puente y es cierto que he seguido las noticias y vosotros y vosotras también y que han habido concentraciones una vez más, pero cada día que pasa muere y muere y asesinan a más gente. Asesinatos. En masa. No está pasando nada. Hasta que nos pase. 

martes, 5 de diciembre de 2023

A lo mejor nos estamos olvidando de algo o de alguien



Yo no quiero ahora venir a darle lecciones a nadie, pero es posible que tengamos que ver lo que pasa en otros países para intentar, no digo que lo vayamos a hacer ahora todo así deprisa y corriendo, digo simplemente que tendríamos que mirar a ver qué pasa en otros países y ver de qué manera en lugar de estar mirando cómo pasa en otros países sin pensar que esto vaya a pasarnos aquí, pues intentar poner alguna cosa de nuestra parte. Estaríamos hablando de esa gente. Esa gente que parece que no está, que no cuenta, que no existe, que no participa ni en esto ni en nada y que no entiende ni lo que le decimos ni porqué lo decimos. Esa gente que parece que no espera nada, puede que esté esperando algo y ese algo puede llevar una motosierra o puede llevar el pelo ese que nos da mucha risa o puede que viva en un pueblo catalán al pie de la montaña y no lo parezca pero lo es y lo es mucho. Y puede que todo consista en saber detectar qué espera esa gente y de qué manera, rápida y eficazmente, podamos lanzar una propuesta que ponga en valor nuestros valores y que conecte de una manera muy loca eso y lo otro. Las dos cosas a la vez. No hablo de rojipardear como en Alemania, no, ni mucho menos. Hablo de que en este paisito pequeño que tenemos tenemos al menos una propuesta que está ahí y que ya no existe en ningún otro país de nuestro entorno y que deberíamos estar pensando, que ya lo hacemos pero no por eso no voy a ponerme pesado con el tema, digo que deberíamos estar pensando en cómo hacemos para que esa propuesta se consolide y crezca y sepa conectar con toda esa gente que un día, cuando toque, decida que ya no conecta con nada o que quiere conectar con algo por primera vez y ese algo no sea una fascistada como un castillo de grande. Y por eso, creo, y que se me entienda claramente, debemos escoger de una manera muy sencilla qué y a quién nos estamos dirigiendo y en una localidad como la de nuestra Santa Coloma de nuestra alma querida, debemos saber muy bien qué es lo que estamos defendiendo y a quién estamos defendiendo. Creo que se me entiende cuando digo que Santa Coloma de Gramenet es una localidad de 120mil habitantes de los cuales una porción muy importante tiene problemas severos para llevar esa vida que parece que normalizamos como la vida y que se enfrenta a una precariedad constante. Constante y que debemos entender como prioritaria. Prioritaria y que no deberíamos equiparar a otras situaciones que no están relacionadas con salvo de una manera tangencial. Es el mismo balón pero es otro deporte. Y hay movidas, cosas, momentos, escenarios, con lo que es muy posible que no conecte prácticamente nadie en esta ciudad. Nadie. Absolutamente. Nadie. Movidas. Nadie. Y junto a esa gran porción de población hay otra porción todavía más numerosa que vive y que está y que tiene unas espectativas y unas perspectivas y cosas que ya tiene y que ha conseguido y que disfruta de una manera que generaciones anteriores jamás pudieron que no podemos olvidar. Esa gente y la otra gente, son esa gente que conforman prácticamente la totalidad de nuestra población colomense de Santa Coloma y es esa gente a la que le debemos enviar alguna propuesta. Si es que queremos enviar alguna propuesta, que también existe la opción de no enviar nada alternativo y simplemente mimetizarnos con lo que ya es la opción preferida de los colomenses y las colomenses y dedicarnos a hacernos fotos por la ciudad como si estuviéramos pasando cuatro años en Santa Coloma haciendo turismo y disfrutando de las cosas que pasan en la ciudad sin ningún tipo de intención de crítica, reivindicación o alternatividad sino asumiendo que lo mejor que nos puede pasar es que nos confundan con lo que tiene 17 regidores y convertirnos todos en Equipo de Gobierno voluntario o mocito feliz. Y como se viene el puente y las fiestas, no quisiera despedirme sin desearos a todos y a todas una feliz entrada de año. 

lunes, 4 de diciembre de 2023

Roberto Bolaño - Cuentos


Este libro está en casa desde hace tiempo. Lo tenía porque alguien me lo dio, regaló, lo sacó de algún sitio y yo no pensaba leerlo porque son libros de cuentos que ya tengo por separado y había leído. Llamadas telefónicas, Putas asesinas, El gaucho insufrible, recogidos en un solo volumen. En mi cabeza, en la teoría, esos libros ya estaban leídos. En la práctica no. Porque así como ha habido cuentos que estaban en mi memoria, otros parecía que venían a mí por primera vez. Y que te venga por primera vez algo de Bolaño, es repetir otra vez la experiencia que significa leer algo de alguien que no solo está escribiendo, sino que está viviendo la escritura y te la hace vivir a ti y te vuela la cabeza. Así que para volver a leer o releer o lo que sea es te libro me he tomado mi tiempo. Un tiempo dedicado a leer uno o dos cuentos al día, no más. Porque no es cuestión de leer a bulto, de leer al peso, sino de disfrutar y digerir lo leído, de no pasarlo por alto. Y de apreciar que, lo que se está leyendo, no es únicamente un ejercicio de composición, efectos, intrigas, tramas, etc., es algo más. Es una memoria de vida, inventada o real, real e inventada, todo a la vez y en todas partes. Desde los cuentos más opresivos a los más abiertos, de las historias más deliberadamente convencionales a las más barrocas, todo parece que está vivo, que pasa, que está pasando una y otra vez. Lo peor de todo es que piensas que todo eso te puede pasar a ti. Que todo eso que estás leyendo podría ser también tu vida. Y porqué tú no estás escribiendo todo eso que también te pasa. Que también te imaginas que te puede pasar, que le puede pasar a la gente que conoces. Naturalmente hay una vida de Bolaño que tú no vas a vivir, la vida del chileno exiliado, la vida del escritor latinoamericano y el peso de una fama buscada y encontrada con la que emular a los grandes que pesan tanto. La vida del adolescente mexicano, la vida del escritor que solo vive por la escritura, la vida del hijo, de la pareja, de lo que sea, la vida. En estos cuentos está Bolaño, está A. Está Belano. Están todos los personajes reales e irreales, las situaciones espantosas, negras tristísimas, las relaciones sentimentales más absurdas, las más apasionadas, todas. Está el peso de la literatura latinoamericana, el peso de los grandes, de los pequeños, de los escondidos, de los tótems, de lo que se aspira a ser y no se será nunca, pero se es. Están las ganas de escribir siempre como si fueras Bolaño. Está plantarte ante la necesidad de escribir un texto y encontrarte que ya no eres capaz de, ni siquiera, intentar escribir como Bolaño, de hacerlo a tu manera, que se han agotado los temas, que ya no eres ni serás nunca lo que hace veinte años, cuando leíste esos mismos cuentos y los libros grandes de Bolaño, pretendiste emular, pretendiste ser. Falsas imitaciones de un escritor cuya vida tú no alcanzarás a vivir, ni te atreverás a imitar. Estos tres libros de cuentos, un solo volumen de cuentos, no son lo mejor de Bolaño porque todo el mundo ya ha canonizado qué es lo mejor de Bolaño. Y sin embargo, en estos cuentos está también lo mejor de Bolaño. No creo que haya que decir mucho más.