viernes, 1 de diciembre de 2017

Nosotros, entonces.

Iba a hacer un texto sobre el Iceta y el icetismo. Sobre cómo están inflando al candidato del PSC para a acabar de cubrir todos los flancos. La derecha desorbitada ya tiene dónde acogerse, a Ciudadanos y a PP, sin duda. Pero se necesita cubrir el lado de los que quieren orden y regresar a un espacio idílico, el espacio de hace unos cuantos años, antes de las manifestaciones del Procés, antes de que el monotema fuera lo que lo copara todo. Se necesita resucitar al PSC como partido de orden, que vende además una alternativa a lo que en realidad apoya. Una alternativa a lo que ya es parte del PSC.
Y así vemos a Iceta en la tele, cubierto por los medios de derechas y de progresismo de toda la vida, vistiéndolo como el candidato preferido de los que quieren que no pase nada. Que no se mueva nada. El regreso al pasado. A volver  los consensos, a las pérdidas, a las derrotas de siempre.
A volver a la vida anterior, cuando nosotros no existíamos o existíamos poco o ya estábamos resignados a darle palmaditas en la espalda al sistema para que fuera bueno y se apiadara de nosotros. Nosotros.
Nosotros, entonces qué. Hacer un texto criticando a los demás. Ayer vi en Twitter un texto de Sarrionaindia, el de la canción del Sarri, Sarri, en el que criticaba a los equidistantes. Los que decían ni capitalismo, ni socialismo. Se supone que eran pequeño burgueses que no queriendo elegir, elegían. Supongo que ese texto nos quiere decir algo. Pero no a mí. Porque en esa pelea, yo tengo bando. No sé en cambio qué bando tienen otros, precisamente los que cuelgan ese texto.
No sé.
Nosotros.
Nosotros saliendo en la tele y abusando del relato. Nosotros hablando como si todo el mundo estuviera en nuestro acto y no como el Iceta que parece que esté en el acto de todos. Nosotros yendo hoy a la fábrica de la SEAT para poner en el centro del tablero el mundo del trabajo y de repente uno ve la foto y piensa que la gente no sé si quiere poner eso en el centro del tablero. Y debería. Y hablamos de sindicatos y a nadie se le ocurre que los sindicatos son importantes, no para cortar carreteras, sí para defender derechos.
Hoy salen cifras que dicen que los beneficios de las empresas suben y los sueldos bajan. Y parece una noticia menor. Es una noticia menor, cuando la patria se rompe, cuando el agua de las fuentes es amarilla. Cuando eso ya lo hemos dado por perdido, cuando aspiramos a que no sé porqué ni cómo ni cuándo, cuando seamos esta república de unicornios, no habrá contratos temporales. Los mismos que aprietan la legislación laboral nos van a llevar al socialismo. Y cuando eliges atacar al capitalista, te llaman equidistante porque no eliges patria. O proyecto de patria. O proyecto de nación.
Va a dar igual. Hay varios bloques. Usted elige.
Nosotros. Nosotros somos los que queremos transformar desde la izquierda. Los que más o menos sabemos que el color de la bandera significa poco si no se altera el sistema. Hoy, no mañana. Hoy, no cuando lleguemos a cambiar el color de la bandera. Pero aquí, en Santa Coloma, eso significa poco, los del cambio banderil son pocos.
Aquí la pelea es convencer de que el futuro no es volver al pasado. Que el futuro no es perderlo todo e ir a peor. Que avanzar no es regresar a la nada, a un pasado de fantasía cuando antes todos éramos hermanos y nos hablábamos de todo porque... de qué hablábamos antes. Antes, cuando la Generalitat era de convergència y el Ajuntament Socialista y se vivía de puta madre y no pasaba nada mientras lo ibas perdiendo todo.
Gente de izquierdas apostando por volver a la nada. Al vacío. Al orden. Antes era mejor. Esto ha sido un desastre. Y en ese desastre seguro que también nos incluyen a nosotros, los que hemos puesto en riesgo los sueldos de 600 euros. Los que ponemos en riesgo lo de 'al menos trabajas'. Los que ponemos en riesgo los de 'ara no toca parlar d'això'.
Gente de izquierdas que creen que nosotros somos lo que dicen de nosotros.
Nosotros.
No hablemos más de relato. Nosotros somos lo nuevo. Seguimos siendo lo nuevo, porque lo nuevo es lo que tiene que llegar y lo que nunca llega. Lo que se aspira a conseguir, la justicia social, la vida digna. Nosotros entonces, no somos los que aseguran que todo va a ser como fue una vez, hace tiempo. El ABC no nos va a apoyar. Vilaweb tampoco.
El Periódico haciendo textos elogiando que en la ciudad con la renta per cápita más baja de Catalunya se come bien. Nosotros.
Nosotros tenemos que seguir siendo la esperanza de la gente joven, de los que saben que este presente es una mierda y que el futuro no es volver a pasado ni un futuro de la mano de quien no quiere saber nada de nosotros. De quien jamás ha ido a tomarse un café con leche a un bareto a escuchar cómo te dicen que... y rebatirlo. Sin torcer el morro.
Son muchas cosas a la vez y al mismo tiempo. Van a ser días muy así.
Pero los vamos a llevar con humor. Café con leche y a correr. Leer elPeriódico y ponerte de mal humor. No perder el humor. Ir a todas partes y hablar con todo el mundo. Y que la gente sepa que uno es de esos, de los comuns, de los de esquerra unida, de los de encomú podem, de los otros. De esos que dicen. 

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