miércoles, 26 de febrero de 2025
La vida (breve) - Cristóbal Garrido y Alfonso Valor
La Historia de España está contada de aquella manera y para contarla mal, pues la contamos un poco como nos viene y esta manera de contarla al menos es entretenida y, aunque ya sabemos que no va a ser del gusto de todos porque eso de que los reyes parezcan personas, aunque sean personas bastante idiotas pero a las que les acabas cogiendo cariño, no sea aceptado porque los reyes mal y fatal siempre y la capacidad para abstraernos y salirnos del personaje nuestro parezca también complicado ya me he perdido pero vuelvo ahora mismo. La serie La vida (breve) narra de manera magistral, para contar solo con seis episodios de menos de una hora de duración, el breve reinado de Luis I, que quizás tú no sabías que habíamos tenido un rey Luis (rey Loui). Y ya que contamos lo de Luis, contamos también lo de Felipe V y lo de Isabel de Farnesio. Lo de Felipe V. Este país. Un país que cae en manos de una persona que está de aquella manera nada más, aunque mejor de lo que estaba Carlos II que directamente no estaba, y que, en su pequeño momento de lucidez o quizás para prepararse porque a lo mejor le caía el trono de Francia aunque aquí lo cuentan de otra manera, digo que cómo estaría el hombre que él mismo decide pasar del trono y dejárselo a su hijo Luis, que venía de estar en la parra. Y a Luis lo casan con una muchacha que viene de Francia y que es prima suya y que ha quedado en los libros de historia como una persona con trastorno límite de la personalidad. Así. Luisa Isabel de Orleans. La serie nos narra esos breves meses en los que reina o intenta reinar Luis, básicamente ficcionando sobre qué pasó y lo que pudo haber pasado. Y lo que pudo haber pasado a lo mejor no está tan alejado de lo que pasó. Y como muy bien reflexiona el personaje de Luisa, admirablemente encarnado por Alicia Armenteros, aquí cuando las mujeres 'son raras' se las califica de 'locas', pero cuando los hombres están pa'llá, los calificativos son otros. El animoso, el bienamado, el hechizado... La serie pivota en torno a cuatro actores y a unos secundarios que arman un bloque que se beneficia de unas ambientaciones que son las que son porque es lo que tenemos. Javier Gutiérrez hace un Felipe V que ya no podrás ver de otra manera por mucho decreto de Nova Planta y mucha guerra de Sucesión y batalla de Almansa. Un borbón con las sempiternas ganas de meterla caiga quien caiga. Leonor Watling una Farnesio que tiene tres días con pasado mañana. Ya hemos hablado de Alicia Armenteros como una reina Luisa que ni está loca ni es rara ni tiene trastorno, simplemente es como es y no es lo que se espera que tenga que ser. Y por último Luis, que comienza siendo un nada y acaba uno cogiéndole hasta algo de simpatía, encarnado por Carlos Scholz que, paradójicamente, se da un aire con cierto alcalde. Hay momentos en los que la cabeza se te va a películas como la Maria Antonieta de la Coppola, o a series españolas como Justo antes de Cristo e inevitablemente a las películas de José Luis Cuerda. Lenguaje, expresiones, giros, guiños a la situación política actual o a la situación política de los borbones de cualquier tiempo (el momento Milans...). Una serie muy divertida que va transcurriendo hacia otra cosa a medida que van pasando los capítulos y la sensación, cierta, de que hemos estado y estamos todavía, al albur de los intereses de unos pocos que, siendo conscientes de que esto no es lo que tiene que ser, han pasado toda la vida de ponerse al tema. Porque no. La resolución de la serie no tiene desperdicio. Un rey que ve ranas, que delira, que es imposible que esté en su sitio, no solo recupera el trono, sino que gobierna 20 años más. Imaginen qué fueron esos 20 años. Da para otra serie. Ojalá la hagan.
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