viernes, 29 de abril de 2022

Gran Biblioteca Universal del Pensamiento


Anastás Vandeloff vuelve por sus fueros con una novela costumbrista en la que a sus protagonistas les pasan cosas, conocen gente y visitan sitios. Una novela que lleva por título 'Haber' y que se mueve por derroteros ya transitados por el autor de 'A ver', 'Ver' y 'Saber', cimentando una carrera que le ha llevado a ser considerado como uno de los escritores vivos con mayores posibilidades de alcanzar la categoría de clásico una vez que haya muerto. Anastás Vandeloff ha presentado su nueva novela en una entrevista al diario 'Pormenor', en la que ha declarado que la literatura está más viva que nunca y que tanto lectores como creadores deberían felicitarse por estar viviendo una edad de oro de las letras. Estas declaraciones han suscitado una reacción visceral por parte de quienes llevan décadas clamando por la desaparición de la literatura y el fín de la cultura. El crítico Fermín Valdealomar, de la prestigiosa revista literaria 'Nieper y Niester' ha calificado a Vandeloff como un iluso y una lástima el tiempo que se emplee en pretender salvar algo que a todas luces ya no.

Carmina Recabarren se luce en 'Arias Térmicas'. Una auténtica obra de orfebrería poética, lírica, sensorial, que nos aclara la visión del mundo de una manera tan real, tan perfecta, que pareciera que nunca nadie hubiera encontrado el significado de las palabras y las hubiera combinado de manera tal que las imágenes que crea fuesen como lentes que nos ayudan a corregir lo defectuoso del entorno. Una maravilla constreñida a unas pocas páginas que seguramente será una de las piezas imprescindibles del panorama literario de este curso. La obra de Carmina Recabarren, cada vez más conocida y reconocida, va camino de ser un complemento ideal para caminar por la vida sin pausa pero sin prisa. 

Son seis ya los discos que Almon Deferris ha publicado y en todos ellos encontramos el mismo defecto. Él. Él, ya sea acompañado por una banda o por una guitarra tocada por el mismo, supone una presencia ciertamente insoportable en todas y cada una de las hendiduras del vinilo, de los cortes del láser, de los pedacitos de cromo, de lo que sea que lleven dentro las canciones del spotify. Él. Su voz, su presencia, lo que transmite en cada una de las canciones que ha compuesto a lo largo de su carrera, suponen una prueba insoportable para el melómano que, por buena voluntad, por afinidad personal, porque no le quede más remedio, haya de acercarse a su música. Reseñable por su parte, ha sido el esfuerzo de la cantautora Adelina Usinos, demostrando que las canciones de Almon Deferris no son intrínsicamente malas, sino que él las hace malas. En su disco de versiones 'Dealmon', coge diez temas del uruguayo y los interpreta casi sin cambios o arreglos nuevos y oiga, qué cosa tan bonita. Es que es él.

'Él', es el título del ensayo de Filemon Malinovski que trata sobre uno de los temas imprescindibles de nuestro tiempo que no es otro que el análisis de 'él'. Un ensayo donde Malinovski nos enseña quién es, quién puede ser, quién debería ser y si ese 'él', podemos ser cada uno de nosotros. Si somos nosotros. La construcción del otro, de alguien que no conocemos o que conocemos pero queremos que tenga la personalidad que a nosotros nos interesa. El otro como malo, el otro como bueno, el otro como vete a saber qué pero que nos tiene todo el día obsesionados. Obsesionados. Todo el día. Con él. Con 'él'. Que no es lo mismo.

Miles de personas arracimadas en las puertas del aeropuerto de Copenhague esperando a que aterrice el avión de la famosa cantante Reila. El último disco de Reila, titulado Ponderosa, ha supuesto un auténtico bombazo sonoro para sus millones de fans. Y ha conseguido sumar a millones de seguidores más, que hasta ahora no se habían atrevido a conectar con su música. Un disco compuesto en los estudios Nihil de Toronto con el prestigioso KIKarro a los mandos en el que se ha hecho una apuesta por el minimalismo de tal manera que los 58 minutos que componen el disco únicamente tienen quince segundos de sonoridad y el resto es silencio. Y en esos quince segundos está todo. Y solo sale ella cantando un poco con una guitarra de palo de fondo que rasguea algo. Infinito. 

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