miércoles, 1 de febrero de 2023

Crónica del #Plegramenet de Enero. Estoy francamente.


Ya estoy mejor. Bastante recuperado. Pero tengo que confesar que el lunes por la tarde, porque fue el lunes por la tarde y no por la noche y fue por la tarde y no por la noche porque el pleno municipal no terminó muy tarde, de hecho fue breve y tengo que confesar, digo, tengo que confesar que estaba en estado de shock. La política municipal, todo lo que es la política municipal, todo lo que podríamos concluir como política municipal se ha conjurado para conseguir que en Santa Coloma el PSC bata absolutamente todos los récords en cuanto a resultado electoral de abrumadora victoria y mayoría. El mundo de la política municipal parece haberse concentrado, de manera involuntaria espero aunque me cuesta pensar que según que decisiones se tomen de manera inesperada y cuando ya intervienen varias personas en la toma de decisiones que llevan a efectuar según que acciones te desengañan en cuanto a la improvisación y te dice que o bien el nivel es bajísimo o bien o mal o yo que sé. En este momento, para sorpresa de propios y extraños, el PSC tiene 17 regidores después de haber conseguido más de la mitad de los votos emitidos por la ciudadanía colomense, que creo que llegaron a ser unos 20 mil votos, número arriba o número abajo. Pues bien, después del lunes, no sé si eso puede variar, pero con dos o tres números más como el del lunes, puede ser que en el próximo consistorio no haya otro color político que el suyo. Estoy bastante mejor de lo del lunes, francamente, estoy bastante más entonado y creo que puedo decir que veo algún punto de apoyo cuando escucho a bastante gente de mi entorno decir que lo del lunes es difícilmente superable. Lo del lunes, si no lo vieron, no lo pienso explicar con pelos y señales y pienso simplemente dejar que la imaginación de cada uno vuele y trabaje en la remembranza, recuerdos, momentos, cosas. Pasos, gente, y que no falte el trote del caballo blanco, cada vez más hermoso, hermoso en el sentido en el que mi madre o mi abuela hablaban de lo hermoso, estar hermoso. El lunes vi cosas que no había visto nunca en un pleno municipal, también vi a personas que no había visto nunca en un pleno municipal. El hermoso trote, ya viejo y cansado, pero todavía capaz de hipnotizar a quienes buscan un lugar en el que socializar cuando todo está perdido, cuando estás solo, cuando vas cuesta abajo. El hermoso trote te conforta y te dice que sí, que hay un lugar. Sal de ahí. Corre. El caballo blanco no. Hablemos del punk. El punk como movimiento cultural o como simple género musical. Es muy controvertido. Controvertido en cuanto a que nos podemos dejar llevar por los clichés y pensar que el punk es esa imagen que tenemos de 'el punki' de toda la vida así como de 'el punki', 'el punko', etc. No sé cómo decirlo pero me entiendes. Entiendes también que esto del punk tenía mucho fondo y que había gente punk que era algo diametralmente opuesto a lo que era el punk que tú tienes en tu cabeza. Hoy no, pero ayer fue el cumpleaños de Johnny Rotten, que puede que sea la imagen de una cierta idea de punk. Ese punk ya no es punk o igual sí que lo es aunque diga que Trump mola. ¿Hasta qué momento se sigue siendo punk? ¿Es la familia el nuevo punk? Hay un movimiento rojipardo o de extrema derecha fundamentalmente que dice que lo punk hoy, lo provocador, lo irreverente es casarse, tener hijos, formar una familia tradicional, etc. Y uno se pregunta también por el fascismo. ¿Qué es el fascismo? Como venga mi madre a explicarte el fascismo lo vas a entender. Pero el fascismo es básicamente un movimiento político que niega la lucha de clases, que nos quiere a todos pegados a una bandera, un himno, una raza, una cultura y una forma de sentir que elimine conflictos y básicamente enriquezca a los más ricos. Si para eso tiene que cargarse a la totalidad de la población que no comulga con su idea, pues hágase. Eso es el fascismo. Si yo pienso que la alcaldesa debe dimitir no soy un fascista, claro. Si yo y digo ojo, como antes, que la alcaldesa es tal, no soy un fascista. Si yo hago otras cosas no seré un fascista y seré otra cosa que me cuesta definir pero fascista no, seré otra cosa, otra cosa que merece otra consideración, la que convengamos en llamar y el tipo de personas que queramos etiquetar. Ese tipo de personas que quizás piensan que es gracioso llamar nazis a los demás y que realmente deben pensar que viven rodeados de nazis, que nada menos que el 50% de la población, de sus vecinos colomenses son nazis. Esa gente que no sé en qué ciudad vive pero sí que sé en qué ciudad quiere vivir. Cosas que a uno le vienen así a la cabeza, uuuuuuh, sabes. El fascismo, el punk, la contestación, la irreverencia, subirte al carro porque pasa por allí, estar en este lado de la barricada y en el otro lado de la barricada, explicarnos lo que es el antifascismo que también tiene miga explicarnos lo que es el antifascismo como si los demás no hubiéramos redactado una moción sobre antifascismo y necesitásemos que nos iluminases pero qué sabré yo. Qué sabré yo si ahora hay gente diciendo que la familia es el nuevo punk. Si hay gente diciendo cosas y dejando en bandeja a nuestra alcaldesa la posibilidad de discutir en el próximo pleno con ella misma. En exclusiva. 

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