domingo, 16 de abril de 2023

Jerry Lee Lewis. Trouble in mind - Ethan Cohen


Cuando uno lleva un rato viendo el documental que ha hecho Ethan Cohen, de los hermanos Cohen, sobre Jerry Lee Lewis, se pregunta ¿Pero qué hay de Ethan Cohen en este documental? ¿Qué hay del sello de los hermanos Cohen en este documental? Pues parece que nada. Pero hay algo. Quiere decírnoslo de alguna manera y no sabe cómo. O sabe pero no quiere ser explícito. Yo creo que me di cuenta de lo que quería decirnos no en un momento en el que hable de Jerry Lee Lewis, mejor dicho, no en un momento en el que hable Jerry Lee Lewis, sino en un momento en el que están cantando juntos Jerry Lee Lewis y nada menos que Little Richard un pedazo de cancionaza como es I'll fly away. Esa canción dice muchas cosas. Me iré al cielo y ya habré tenido bastante. Es una canción que aparece, en otra versión, naturalmente en la película O Brother de los Cohen. Bien. Little Richard, pecador impenitente junto a Jerry Lee Lewis que no le va a la zaga, cantando, no cantando, berreando en estado de éxtasis, que llegará el día en el que volarán y todo lo que han hecho y todas las movidas que han tenido y las contradicciones y los excesos y los pecados y caer y recaer y volver a caer y aprender y no aprender, pasará y estarán en la gloria. Llevo muchos días sin hacer un punto y aparte. 

Jerry Lee Lewis es uno de los padres del rock and roll y del concepto de estrella del rock en general. Empezó jovencísimo y prolongó su carrera pese a enormes tropezones personales hasta el último día de su vida, que fue hace poquísimo. El documental es un repaso por su vida, sin ahondar en sus momentos más escabrosos, pero no soslayando que estamos delante de un auténtico perla. Y no nos lo cuenta nadie, nos lo cuenta siempre todo él mismo y su música. Una música que puede parecer limitada, pero que se prolonga a lo largo del tiempo unas veces encarnada en un joven que es un disparate, otras en un maduro con pinta de peligro y finalmente en un anciano que se las sabe todas, también las que llevan hacia una supuesta redención que él sabe que no va a conseguir. Una persona que sabía que había sido dotado de un talento natural, que podría haber empleado para pastorear el rebaño y lo que hizo con ese talento es irse de fiesta y no volver. Incluso cuando se deja barba porque dice que va a interpretar un papel encarnando a Jesús, le notas que como pueda, se va a ir de marcha. El documental, sin ser una obra maestra de los documentales, tiene algo. La música, claro, un musicón increíble que te tiene enganchado al señor este del piano toda la hora y pico que dura, cantando rockabilly o country o canciones cristianas. Da igual. Es un imán que te tiene atrapado durante todo el metraje. Salen todos los clásicos aunque no sale mucho Chantilly Lace, una de las canciones que más gracia me hace de la vida, precisamente la toca con barba. Pero qué más da. Un homenaje a una personalidad imprescindible si te gusta el rock y la música y los personajes contradictorios y llenos de aristas y con el que, de manera absolutamente insospechada, llegas a simpatizar. Y por eso sabes que Ethan Cohen lo ha hecho bien. 

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