martes, 23 de enero de 2024

Almas en pena de Inisherin - Martin McDonagh


Hay películas o historias que son un canto a la nostalgia, al 'aquellos buenos tiempos', a querer recuperar un tiempo pasado donde todo era más auténtico y mejor. Irlanda es escenario propicio para esas historias de gente sencilla, humilde, de antes, cuando todo era limpio y no estaba contaminado por todas estas mierdas que tenemos ahora. Pero todas esas historias son mentira. El inefable Pedro Vallín nos dice que no hay mayor bendición que la ciudad y que la reivindicación de la vida campestre, pueblerina, es reaccionaria. Y esta película es exactamente eso. Una historia de Irlanda, que puede ser una historia de cualquier parte, pero que está especialmente bien ambientada en una Irlanda de taberna, guerra civil, simplicidad y autencicidad, llevada al extremo. Tan extremo que acaba produciendo una sensación de ahogo que muchos vídeos de U2 o canciones de The Pogues, no nos pueden ocultar. Aquí hablamos de dos amigos y uno de ellos acaba de decidir que esa relación de amistad se ha acabado, que no le aporta nada, que prefiere enriquecer su espíritu de otra manera. El otro amigo, el repudiado, no puede acabar de entender porqué su amigo quiere dejar de serlo y se esfuerza en intentar recuperarlo. El amigo que quiere pasar del tema tiene inquietudes, le gusta tocar el violín y componer, puede que a través de eso llegue a relacionarse con otras personas. El amigo repudiado vive con su hermana y esta, soltera, ve como la vida pasa en la isla teniendo que estar al cuidado de un hermano que es un poco especial. Tan especial que no cejará en su empeño de querer recuperar al amigo que ya no aun a costa de que esto pueda tener consecuencias irreparables, ya no para la amistad, sino para el físico y la integridad de uno y de todos. La asfixiante sociedad cerrada donde todo el mundo sabe lo de todos y donde cualquier movimiento es interpretado y juzgado sin piedad. La película va avanzando hasta un desenlace que no porque no lo consideremos posible, no podamos dejar de pensar que es alucinante. La huída es el único camino, la vida en otro ámbito, la relación con más personas, más diferentes, diversas, nos hace indudablemente mejores. Ese es el mensaje. 

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