viernes, 5 de abril de 2024

30 años sin Kurt Cobain


Esto ya lo habré contado unas mil quinientas veces, pero el día que Kurt Cobain se suicidó yo estaba en un autobús camino de Falset, en el Priorat, que íbamos a hacer un trabajo de la Facultad, con el Soldat y el Cucurull y no sé si se vino el Nando también o quién vino. Y estábamos en el autobús y en la radio o no sé cómo nos enteramos de que Kurt Cobain se había suicidado. Los cuatro éramos de Nirvana, claro. No sé si alguno de nosotros los había visto en directo. Yo no. Esto también os lo he contado muchas veces. La vez que vino Nirvana a Barcelona y no los vi porque tenía un examen. Un examen de esos de teoría de la televisión, que contenía mucho rollo de ondas electromagnéticas y no sé qué mierdas más y que yo jamás entendí y estuve toda la santa noche pensando que tenía que haber ido al concierto. El Edu fue. Siempre me lo recuerda. Y no fui y fui al examen y saqué un dos y medio. Una auténtica vergüenza. Y que me compré el disco del niño en la piscina en Praga. O lo he soñado. O en Praga se compró el Edu una cinta. El Edu se compró en una feria del disco un montón de discos piratas. O los robó. Y tuve una camiseta de Nirvana, de manga larga. Cómo nos dio tan fuerte por Nirvana. Supongo porque era la música que necesitábamos en ese momento. O alguien nos dijo o consiguió vendernos muy bien que era la música que necesitábamos entonces. Porque somos indomables y rebeldes y todo eso, pero siempre acabamos haciendo lo que hace una buena porción de todo el mundo. Creo que supimos más cosas de Kurt Cobain cuando se murió que cuando estaba vivo. Cuando se mató, escribió aquellas líneas de 'rust never sleeps' o 'mejor quemarse que desvanecerse', de Neil Young. Y yo tenía el disco aquel de Neil Young. El óxido nunca duerme. Y creo que fue Sonic Youth que le dedicó una canción justo cuando se murió. Y no sé si alguien más. Qué cosa nos dio con Nirvana. Ostras, de hecho hoy mismo, ahora caigo. Hoy mismo he visto a un chavalito en el metro, iban de excursión, un chaval de unos diez años, no más, con una camiseta de Nirvana. No había caído. Una camiseta de manga larga de Nirvana. Y llevaba un pañuelo en el pelo. Me imagino que esos padres deben ser de mi edad. No sé ahora si tengo muchas más cosas que contar de Nirvana. Al poco de morirse ya casi no escuchaba Nirvana. Supongo que el culto al muerto me espantó. Escucho poquísimo Nirvana. Cuando hay alguna canción que suena, que me acuerdo, que la tengo, entonces digo, ostia, Nirvana, cómo me gustaban. El fuerte flojo. El Cobain y ese desgarro interior. Qué jóvenes éramos. Pero ya parecíamos viejos. Esto supongo que también os lo habré contado. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario