miércoles, 25 de junio de 2025
Marcos Gendre. Blues de la Frontera. Anarquía y libertad de los Amador.
Por si tenéis alguna duda para la próxima vez, cuando llegue mi cumpleaños regalarme libros. Aquí alguien tuvo a bien considerar que este libro quizás me podría gustar y acertó. Probar suerte vosotros también. Cuando quité el papel de regalo y vi que libro era rápidamente pensé, este libro me va a gustar. Porque me gusta Pata Negra aunque sea precisamente el disco del Blues de la Frontera el que menos he escuchado como disco. Canciones sueltas, cómo no vas a haber escuchado nunca Me quedo en Sevilla, o Camarón, o Lunático, o la inmensa Pasa la Vida o la canónica Blues de la Frontera. Porque uno es más del gamberro Guitarras Callejeras o del rockero extraño Rock Gitano. Pero claro, este disco... Pues bien, el autor Marcos Gendre, periodista musical, nos cuenta la gestación no solo de este disco emblemático, sino también de todo un sonido, de la historia de la fusión (oh no, maldita sea, lo he tenido que decir) de la conjunción, de los caminos que llevaron a dos gitanos de Sevilla, de las Tres Mil Viviendas, a hacer una música que no era más que el producto de años y años escuchando las músicas de su tiempo y las músicas de sus ancestros. No sólo escuchándolas, sino formando parte de una industria musical rudimentaria, oculta, a veces obtusa, casi siempre reacia, no solo con lo que suponga un avance, sino con lo que provenga de lo popular. La música de Pata Negra no es más, ni nada menos, que un paso más de un camino largo por el cual la música, en este caso un apéndice del flamenco, le sirve al propio flamenco para seguir vivo y sobre todo, para acercarse a mucha gente que tiene por el flamenco, por lo jondo, por la guitarra la bailaora el palmero el cantaor, una aversión atávica, visceral. No escuchar flamenco por ideología, por considerarlo ajeno, por creerlo cañí, españoleante, señorito, tópico, rancio. Y el flamenco es mucho más que eso, es tanto que no lo sabría definir, así que lo dejo ahí. El libro está construído a partir de las declaraciones y entrevistas con protagonistas del tema, desde los tiempos de Sabicas hasta los omnipresentes Smash y el inefable Kiko Veneno. La familia Amador y allegados como el ketamínico Antonio Carmona, la omnipresente y oculta a la vez Cathy Claret, van dando su opinión (a veces un poco redundante, porque da la impresión de que hay mensajes que se quiere que se tengan claros y se repiten) y su versión de la cosa, del surgimiento de una pareja artística, la de los hermanos Rafael y Raimundo Amador que, tras muchos años de briega, justo cuando parecía que habían dado con la tecla de lo comercial, separan sus caminos. Y en esto el libro es muy pulcro. Así como se remarca y se recalca mucho algún que otro aspecto de su biografía y de su formación, se es muy respetuoso con los motivos de la separación y con los devenires posteriores, como si no se quisiera hacer sangre sobre el declive de Rafael y el éxito mainstream de Raimundo. Especialmente recomendables son las disecciones de cada canción del disco, que nos llevan a otros mundos que también están en este y que nos obligan a escuchar el Blues de la frontera una vez más, porque se nos había escapado algo. Gracias, una vez más.
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