lunes, 3 de noviembre de 2025

La acompañante - Drew Hancock


Es que el feminismo ha llegado demasiado lejos. Este mantra que se escucha una y otra vez para justificar que seres humanos que parecen tener dos dedos de frente se hayan ido a la derecha o la extrema derecha porque es que fíjate que es que ya no se puede nada, oye, comienza a ser respondido por una serie de películas que denuncian la fantasía creada y ya absolutamente irreversible de 'mujeres florero' que se dediquen a lucir, a alabar los éxitos y grandezas del señor de la casa o bien a comprenderle en sus múltiples fracasos e inutilidades. Una de estas películas es esta reciente 'La acompañante' que presenta un argumento y una historia que es bastante sencilla y que no pasará a la historia del cine precisamente, pero que viene a poner el acento en el sueño dorado del joven nacional: una piba robot. Ella es nada menos que una de las protas de Yellowjackets y de la reciente Heretic y él es el hijo de Nosequé Quaid y como que es su hijo es Quaid también pero no me pregunten el nombre. Él con esa cara que tiene que hemos visto en The Boys, pues no puede ser malo, y ella pues claro, tiene que ser mala porque él no es malo. Y así se convierte la película en otra cosa de lo que nos habíamos figurado y oye, ya se ha pasado halloween y a otra cosa mariposa que hay muchas cosas que hacer y no se hacen solas. 

Task - Brad Ingelsby


Básicamente, en el trailer o la sinopsis con la que presentan la serie, te hablan de una cosa y acaba siendo otra. Y lo sospechas, porque si sale Mark Ruffalo, uno de esos actores 'buena gente' que no pueden aparecer en un producto sin que ese producto nos quiera tocar la patata de alguna manera, si sale Ruffalo, sospecha. Y la serie está bien, claro que está bien, porque los americanos raramente hacen algo mal o rematadamente mal, pero hay como una voluntad de entender y de comprender que los malos pueden tener razones para ser malos y que en realidad los malos no son ellos sino que son otros, que acaba resultando un poco bueno vale, venga, que sí que todo el mundo es bueno. Ni los atracadores a los que hay que atrapar son malos, ni los policías corruptos son corruptos porque sí, ni el motero despiadado es tan despiadado y así vamos avanzando por capítulos en los que nos preguntamos que si la serie tiene siete episodios, pudiera parecer que con cinco episodios ya estaría contado todo, resuelto, pero no, hay que completar todos los huequecitos hasta que sales de allí con el mensaje masticadito de que los malos, malos malos, de verdad malos, pagan y que los demás, pues bueno, si han sido malos y lo van a pagar, al menos que te vayas con un buen recuerdo. Y bueno, que acabas la serie y dices, pues no sé, no te sé decir.