domingo, 23 de noviembre de 2025

Sobre la revolución - Hannah Arendt


Los días previos a que llegara el final del libro Sobre la revolución, yo ya había establecido las líneas generales de mi crítica. Llegado a la página 400 aproximadamente, de un libro de 467 páginas, el libro no daba lo que prometía y no me había ilustrado sobre lo que yo buscaba cuando vi la tapa, con una ilustración referente a la Revolución rusa o a la sinopsis que aparecía en la contratapa, en la que se hablaba de una obra que versaba o ilustraba las tres grandes revoluciones: la americana, la francesa y la rusa. Y de la rusa, hasta entonces, hasta la página 400 y pico, no se habla. Hasta que de repente, se habla. Y Hannah Arendt descarga sobre la Revolución rusa tan solo una crítica, pero una crítica contundente. Y es una crítica que es tan sangrante que le basta y le sobra para darle sentido a lo que se nos dice y a lo que, al final, parece ser el corolario de un libro, de una propuesta, que habla de la revolución, de las revoluciones, de las revoluciones que nosotros pensamos, las revoluciones que creen que deben ser los revolucionarios, las revoluciones que están haciendo los que hacen la revolución, en definitiva, las diferencias y las realidades entre lo que debe ser una revolución y lo que terminan siendo. No es un libro sencillo. Otro de mis puntos fuertes a la hora de establecer un guión para hacer esta crítica era el de señalar lo difícil que es este libro. No es un tratado divulgativo sencillo, es una obra compleja sobre el fenómeno revolucionario desde un punto de vista teórico, pero también fundamentado en la realidad. Una realidad que supera lo que se planifica en los papeles, lo que los sabios pontifican y lo que queremos creer los que nos decimos revolucionarios. Así, a grosso modo, Arendt nos dice que de todas las Revoluciones, la americana es la que podríamos calificar como más exitosa. Si no consideramos el hecho de que mantener la esclavitud es un gran qué, de lo que se trataba en esa revolución, que no era sino terminar o culminar una obra o una manera de hacer que ya se establece desde que los pioneros del Mayflower van en el barco, se termina consiguiendo. Y una vez que se consigue, se procura que no exista más. El influjo de las ideas de la Revolución americana, parece terminarse en la propia revolución. No puedo, ni aunque quisiera, entrar en las consideraciones sobre qué es lo que se busca cuando se hace la revolución y el porqué. Qué se quiere. La felicidad, la libertad, la justicia social... podríamos nosotros, con una inteligencia o con un índice de revolucionariedad básico, pensar que todo y todo a la vez, son los motores que mueven y desatan una revolución. Pero para Arendt, las revoluciones se joden cuando se busca la justicia social, cuando se trata de arreglar el tema social, las injusticias sociales basadas en la erradicación de la miseria. Porque eso implica que entran en escena actores que no compatibilizan sus aspiraciones con las que, teóricamente, fundamentan una revolución. Y es así que para dominar a esos actores y que no... las revoluciones pierden su sentido. Si la revolución americana se acerca al ideal, la revolución francesa es un modelo revolucionario que fracasa, fracasa mucho y fracasa tan bien que es el modelo que se coge de referencia para todas las revoluciones. También la rusa. El análisis que se lleva a cabo de la revolución francesa y especialmente del período jacobino, del Terror y de Robespierre, es demoledor. Pero es demoledor porque, en definitiva, no podría ser de otra manera al plantearse unos objetivos concretos que superan a lo que se puede aspirar, más aún si lo que se lleva a cabo es la supresión de lo que es verdaderamente revolucionario. Y es aquí, cuando se habla de la revolución rusa, cuando Arendt nos da la luz. Lo revolucionario es lo que surge de manera libre, espontánea, como manera de organizarse absolutamente nueva. Hacer una revolución para llegar al poder, un poder que ya estaba y que ya estaba constituído, no sirve para nada más que para colocar a otra gente en puestos de poder, otra gente que no estaba. En cambio, son las formas organizativas que surgen para organizarse porque hay una revolución, porque son revolucionarias, las que dan sentido a la revolución misma. Y siempre acaban reprimidas. O no se llegan a organizar, como sucede en la revolución americana. Se reprimieron en la revolución francesa y de la misma manera los soviets perdieron su sentido original al ser adoptadas por el partido bolchevique. Al menos, esto es lo que nos dice Arendt. Y yo no soy Hannah Arendt. Ni siquiera soy capaz de interpretar correctamente lo que nos quiere decir Arendt, supongo. Quién hace la revolución, porqué motivos, qué constituye una revolución, qué constituye el nuevo poder, quién legitima ese poder (otra de las líneas argumentales que iba a seguir para la crítica era comenzar con un 'Dios me bendiga por haber acabado el libro', siendo Dios el elemento que da legitimidad a mi obra, y así todo), tantas cosas que te parece al leer que asambleas, reuniones, comisiones, plataformas, nos quedamos tan lejos de lo que tenemos que objetivo que nos podría desanimar hasta caer en el conformismo. Es tan difícil ser revolucionario, que mejor no comenzar ni a planteárselo. O sí. Porque Arendt no nos dice que no hagamos nada. O al menos, no me lo ha dicho a mí. 

viernes, 21 de noviembre de 2025

A Franco le sale a devolver


Que haya sido el 20N precisamente el día en el que el Tribunal Supremo haya anunciado la sentencia para el caso de la acusación al Fiscal General del Estado por presuntas filtraciones en el caso de la pareja de... Ayuso, creo que convendremos en que no es un dato casual. Esperar o apretar para que justo en el día en el que se cumplen 50 años de la muerte del dictador y que sea el día en el que las izquierdas de todo pelaje recuerdan con alegría la muerte del asesino y se congracien con la necesidad de explicar y argumentar que ese franquismo que se idolatra en redes no fue más que un sistema de gobierno opresor, opresivo, gris, cerril y oscuro, que no tiene nada que ver con esa suerte de garantía paternalista de piso, coche, trabajo y familia como dios manda que nos están vendiendo, hacer que todo eso quede oscurecido con un golpe encima de la esa de la judicatura, no es fruto de la casualidad. Nada es casualidad. Mientras nosotros nos concentramos en repasar nuestra memoria y revisar cómo y de qué manera ha podido pasar que  con tantos años de gobiernos socialistas tanto en el Estado como en tantas comunidades autónomas, nos plantemos en 2025 y todavía el franquismo siga latente, poco rebatido, poco denostado y poco prohibido, coño, mientras todo eso pasa y nos conjuramos para que pase algo que no sabemos cómo se hace sin romper unos cuantos cascarones, resulta que hay un franquismo o sistema que considera que esto del gobierno socialista y comunista ha llegado ya demasiado lejos en el tiempo, que no se para en la memoria, sino que dicta el presente. A Franco, así, el 20N le sale a devolver ya que no solo no se acaba convirtiendo en el protagonista del día y sus crímenes son puestos en la palestra, sino que se nos advierte desde el lado vencedor del 39, que cuando quieran y como quieran y con el paraguas legal que les de la gana, cuando necesiten paraguas y cuando no, esto sigue siendo su cortijo y ya no tienen vuelta atrás. Ellos están ahí, nos lo hacen saber continuamente y nosotros, muchas veces, queremos creer que no, que eso ya pasó, que Almodóvar, que el 47, que las cosas modernas, que ya estamos en otro nivel. Y no. Y tiene pinta de que quieren apretar el acelerador. 

lunes, 17 de noviembre de 2025

Crónica de la entrega de Premis Climent Mur 2025. Lo punk.


Que ser buena persona tenga premio, que hacer el bien sin mirar a quien esté reconocido, parece una cosa del pasado, una cosa antigua, casi disruptiva. Casi punk. Es punk. Ahora que nos dicen que hacerte el malote, que demostrar inhumanidad, que colocarte la banderita de Israel, que hacerte fotos con el presidente de RyanAir, que hacerte fotos con Milei, que quieres salvar Catalunya de la gente pobre, que ser pobre es una mierda que eliges porque quieres o porque no haces suficientes abdominales, que colocar carteles gigantes a la entrada de Santa Coloma diciéndonos que es bueno que el coche eche todo el humo que te salga de los huevos porque para eso tienes tú unos buenos huevos gordos, que nos dicen que lo que nos pasa, si es que nos pasa, nos pasa porque nos lo merecemos, que el malismo en definitiva, se impone como categoría de comportamiento, que ser un cabrón, un hijo de puta para con los demás, se ha convertido en una especie de nueva religión por la cual solo sobrevivirán los más fuertes y los que tengan la barba más puntiaguda y la mujer más sumisa y los hijos más rubitos y con más goles a favor, ahora que todo eso parece que es lo que va a ser y si no estás preparado, trabaja y calla, ahora que todo eso pasa y que no hay que tener miedo a poner sobre la mesa algunos debates, que los de fuera son un problema, que hay que abordar el problema, que no tenemos que esquivar ningún debate, que merecemos un respeto, que merecemos que se integren, que no podemos acoger a tanta gente, que me sobran, que nos sobran, que esto es insostenible, que no se oye hablar mi idioma por la calle, que las mujeres van con velo, que los hombres van con velo, que todos los bares se los han quedado ellos, que les dan las ayudas, que les dan las ayudas, que tienen todas las ayudas, que las mujeres se han pasado de rosca, que no se puede decir nada, que al final todo está mal, que parece que vivimos peor que en la dictadura, que al menos en la dictadura tenías trabajo y coche y piso, y aparcamiento en la puerta de casa, y conocías a todo el mundo, y todo el mundo dejaba las puertas abiertas de su casa y si necesitabas un poco de sal ibas a la vecina y en las fiestas de los pueblos te reencontrabas con tu gente y los sindicatos y los partidos de izquierda eran de verdad y no como ahora que es todo mariconeo y pañuelo palestino, ahora que nos dicen todo esto, ahora precisamente, que haya una entidad que mantenga que preocuparse por gente que está pasando un ratico malo merece ser recocido, parece que es lo punk. Y es punk que se reconozca el trabajo de madres que suman a su lucha por un presente por sus hijos la lucha por el bienestar común, y es punk que se reconozca a quien sacando horas de su curro hace cosas por lo demás y lo hace no por presentarse a unas elecciones municipales, sino porque se lo cree. Se lo creen. Es auténticamente punk creer que lo que haces lo haces porque hay que hacerlo. Sea por la fe, por las creencias, porque no puedes parar quieto en casa, por lo que te de la gana. Ayer en el Teatre Sagarra el Área Cultural Oriol, de manera involuntaria, montó un acto punk. Un acto en el que aparecían caras conocidas de la ciudad, otras que no lo son tanto, pero que nos enseñan que más allá de lo que los vídeos de Vox quieran pintar de este pueblo, Santa Coloma de Gramenet merece la pena siempre. Ahora que parece que está de moda, que rinde, que renta ser mala persona, un acto como el de ayer tiene una relevancia espectacular. Muy punk. Aunque no lo fuera. Ver a mi Pepa ahí, ya lo vale. Si encima, si además, si lo cerramos todo con un canto colectivo del We are the world, yo ya es que no sé qué más queréis. 

jueves, 13 de noviembre de 2025

Crónica del #PleGramenet extraordinario de aprobación inicial de Presupuestos. Payacho.


Hola amigos. Ayer tuvo lugar el pleno de aprobación inicial de presupuestos y como sé que os chiflan estas cosas, pasaré a comentar algunos aspectos, notas, trivialidades, aspectos superficiales, cucamonas, pamemas, tontás y elementos discursivos que nos dan cuenta de con quién nos estamos enfrentando. Nos estamos enfrentando a lo siguiente. La aprobación inicial de presupuestos en pleno consiste básicamente en que el equipo de gobierno presenta así en plan trazo grueso lo que son las líneas básicas de inversión del presupuesto municipal para el año que viene. Nos vamos a gastar tanto en esto y en lo otro. En total, el Ajuntament de Santa Coloma estima en 169 millones de euros el presupuesto, de los cuales 153 son gestionados por el mismo Ajuntament, resultando además que el 63% de este presupuesto se obtiene debido a transferencias de otras administraciones. Porque amigos y amigas colomenses, Santa Coloma de Gramenet es una ciudad especial, como ya dijo Lluís Hernández, y como es especial no puede generar por si misma recursos. No hagan caso a los fascistas que hablan sistemáticamente del dinero del contribuyente, porque los y las colomenses por nosotros mismos, por las características de la población y el territorio, no podemos aportar la pasta con la que todo lo público debe funcionar. Así que es el Estado, la Amb o la Gene quien pone buena parte de esta pasta. Sea como sea, en este pleno inicial, simplemente se expone el sentido del voto ante la propuesta inicial del equipo de gobierno, puedes abstenerte para después fijar el voto en la aprobación definitiva o bien marcar un voto crítico en contra para marcar perfil y si se obtiene algo en las negociaciones pues vender el triunfo. Y cada uno en cada momento utiliza los argumentos que considera necesario para ilustrar sus pensamientos. Hay quien se va a la Camboya de Pol Pot para los ejemplos y hay quien saca a relucir sus dotes como estadista para que digamos 'és molt saberut aquest'. Hay quien proyecta un 'si lo piensas pasa' y hay quien no acaba de resultar convincente en su defensa del orden establecido porque no suena fluído y suave, sino como cuando no controlas las marchas y vas como tú sabes. Y luego está Vox. Porque lo que hizo ayer Vox tiene diversas maneras de explicarse pero yo las reduciré a Vox, digo, a dos. Una es que el grupo municipal de Vox tiene un conocimiento de la realidad de la ciudad escasa, nula o absolutamente cero. No conocen Santa Coloma y no conocen ni siquiera el mundo en el que viven. Al analizar el presupuesto y las partidas, vieron cosas, leyeron nombres, vieron un trapito rojo y se lanzaron contra él. E hicieron el ridículo. Criticar las partidas dedidadas a la Fundación Champagnat y al Casal dels Infants es de traca. Simplemente de traca. Desconocer el trabajo que llevan a cabo estas entidades con la gente menos favorecida de los barrios de Santa Coloma de Gramenet, es una auténtica barbaridad. No saber, ver un nombre, no buscar, no relacionar, no preguntar, es de una ineptitud política absoluta. Esta es una de las hipótesis. La otra hipótesis es que sepan perfectamente a qué se dedican estas entidades (Centre Obert Rialles, Casal dels Infants), y que quieran cargárselos a conciencia, estigmatizarlos, ponerlos en la diana. Considerar un derroche el servicio que hacen estas entidades. Hay que ser malnacidos. Y eso es lo que es Vox. Luego pueden convocar manifestaciones vecinales, hacer vídeos poniendo caritas de concordia y diálogo. Pero lo del pleno de ayer es de auténticas alimañas. Y hay que ponerlo encima de la mecha. 

miércoles, 12 de noviembre de 2025

Ozzy. No Escape from Now - Tania Alexander


Hacer de tu vida un espectáculo hasta el final. Ozzy tuvo que pasarlo muy mal, fatal, espantosamente mal. En algún momento decidió que todo le daba igual con tal de estar vivo. Y en algún momento decidió que la exposición a la que los artistas, los rockeros, los rockeros que son expuestos ante el gran público como ejemplo de escarmiento, los rockeros que van a morir, que tendrían que estar muertos, que esa feria, ese circo, merecía la pena. Y que merecía la pena lucrarse de él. Y así hasta el final. Este documental (me entero ahora de que hay otro documental que cuenta lo mismo y que, cómo tiene que ser, la familia lo ha vetado) nos cuenta los últimos años de la estrella, de uno de los pioneros del heavy metal, de una persona y de un personaje. Nos cuenta el proceso por el cual alguien decide o le deciden o vete a saber, que hay que contarlo todo y que hay que morir, prácticamente, sobre el escenario, ante los fans, ante los discípulos, ante las cámaras. Y que hay que retratar el dolor, el deterioro, la puta mierda en la que te conviertes, que hay que hacerlo, que se lo debes a tu público, que lo necesitamos, que debemos estar ahí viendo cómo no puedes ni caminar, pero que eres capaz de, aún muriéndote, poner la cara de Ozzy y hacer los cuernos si hay una cámara cerca. El personaje no puede morir y Ozzy no puede dejar de ser Ozzy. Este documental viene a ser como una continuación de aquel The Osbournes, aquel reality en el que Ozzy y familia, qué familia, se tiraban los trastos a la cabeza y descubríamos que Ozzy, el demonio del metal, era padre y que sus hijos eran unos desastres y que su esposa era quien realmente llevaba las cosas, todas las cosas, en ese manicomio. Este documental no deja de ser un poco una coda, un final, a ese The Osbournes. Con unos hijos e hijas muy dignos, con una Sharon que todo lo domina y lo puede, y con un Ozzy que no puede despedirse de su personaje de cualquier manera. Una caída, unas intervenciones quirúrgicas chapuceras, rehabilitaciones, la edad, las facturas, la máquina que no puede parar incluso cuando para, homenajes que se hacen y que tienen un punto entre grotesco y emocionante, la reverencia hacia alguien que significa tanto para millones de personas y que al mismo tiempo, es capaz de arrastrar su imagen quitándole cualquier tipo de aura mitológica para exponerse como es, como un tarambana al que solo subirse a un escenario, cantar, la música, el show, es capaz de convertir en otra cosa. En este documental vemos cómo se muere Ozzy, cómo emplea sus últimos coletazos en brindarse un homenaje y un reconocimiento fetén en su ciudad natal. Y como no vemos el contenido de ese concierto final y sabemos que lo veremos tarde o temprano en otro documental con el que hacer caja, no es uno capaz de zanjar el tema Ozzy. Hasta que no hayamos exprimido su limón, no podremos darnos por satisfechos. Y no podremos perdonarnos del todo por contemplar cómo podemos adorar a esa persona que no hay por dónde cogerla pero que nos cantó en Killing yourself to live, en el disco Sabbath Bloody Sabbath, todo lo que tenía que ser y lo que es. Ozzy se mataba para vivir.  

sábado, 8 de noviembre de 2025

Lux - Rosalía


Querer o poder estar siempre en el lugar de vanguardia de la creación no es fácil. Conectar con la calle, con la vida subterránea, con lo que está latente y tú y quien te acompaña lo hacéis aflorar y lo resignificáis y le dais un sentido nuevo que es acogido precisamente por quienes lo habían gestado y alumbrado y lo sienten como propio. Eso, hacerlo repetidamente, no es sencillo. En el mundo de la música pop no siempre puedes estar siendo quien marca el signo de los tiempos, no siempre eres el que decide que se avanza y cómo se hace. David Bowie no siempre acertó y no siempre tuvo el fuelle o la decisión de convertirse en faro de lo que pasaba. Ni The Beatles tuvieron fuerzas más que durante unos pocos años para ser eso que fueron The Beatles. El nuevo disco de Rosalía, después de haberlo escuchado UNA VEZ, me parece que es un intento de Rosalía de resignificarse, de bjorkizarse. Me explico. Motomami es un discazo. Si en una primera escucha podía parecer un pastiche de cosas que parecían poco trabajadas o apresuradas, al final entendías que eso es lo que estaba pasando, lo que sonaba, lo que esa porción de gente numerosísima que seguía y sigue a Rosalía, estaba esperando. Calle, mucha calle, calles quizás no de aquí mismo, pero podrían serlo. Rosalía se había convertido en foco de polémica ya desde que empezó, cuando cogió el flamenco como excusa, como telón de fondo, para organizar una propuesta musical que pasaba por la izquierda, por la derecha, por arriba y por abajo, lo que se vendía aquí como moderno. Rosalía ponía la modernidad en conexión con lo telúrico y le ponía un chándal. Esa era una dirección arriesgada, le iban a dar palos, pero eran palos de incomprensión, de no aceptación, de que eso podía pasar y pasar aquí. En sus primeros discos lo rompe y en el Motomami desmiente a quienes ya esperaban la repetición, el filón, la copia. Con Motomami, creo, que la Rosalía de vanguardia callejera (por muy artificial y producto que sea) quema las naves. Antes y durante, muchos singles, canciones, colabos y demás, que nunca llegaban a dar lo que esos discos prometían. Y así llegamos a este nuevo disco, Lux. Este disco pretende una polémica que nos indica un estado de las cosas en el que los que estamos perdidos somos nosotros: Rosalía descubre a Dios. Utilizar a Dios, la religión, los símbolos, como recurso artístico, no es nada nuevo. La provocación mediante lo espiritual, está más visto que el tebeo, pero siempre funciona. Eso es verdad, siempre funciona. Saber meter el dedo en el ojo, saber colocarte en la diana, no es tarea fácil. Hay que saber dónde, cuándo y con quién quieres asociar tu imagen y en este caso, Rosalía ha sabido colocarse en el foco. La propuesta musical, en cambio, dice otra cosa. Ayer mismo, como consecuencia de, con mi compañera comenzamos a ver un concierto de Björk, el Cornucopia. Dos o tres canciones. Aquello tenía que ver poco con música pop, con algo parecido con música que tararees, que puedas bailar, que puedas yo que sé. No. Era Björk, un personaje omnipresente, con su voz omnipresente, que riza el rizo de su Björkidad para deleite de quienes creen que entienden a Björk y para quienes aceptan la propuesta de Björk como cúspide de algo que se sale ya del pop alternativo para ser otra cosa que solo Björk ofrece. Algo de eso intuyo en el nuevo trabajo de Rosalía. Salir de lo alternativo/masivo, para entrar en lo artístico/selecto. Hay una storie de Brigitte Vasallo caminando por la calle con los auriculares puestos en el que dice 'Rosalía, ¿esto cómo se baila?'. Sería eso. Ya no quiere que bailemos, ya no quiere Despechá en la carpa de las fiestas del barrio. Ahora quiere otra cosa, ahora nos quiere llevar a otro sitio y le da igual, supongo si hace prisioneros o no. Ni siquiera los pretendidos momentos de 'flamenco o rumba' que hay en el disco quieren saltarse esa pretensión. Todo está más contenido, menos afilado, menos contundente, no hay percusiones machaconas, ni minimalistas. Lo que hay es un sinfonismo o una intimidad o una instrumentación que huye de lo conscientemente chandalístico y aboga por el vestido blanco vaporoso o una cotidianeidad que asusta a quienes no quieren reconocer que hay casas en las que se plancha. Berghain es un temarral, ahora bien, ¿es un temarral como Saoko? Giro de guión. Estos saltos estilísticos no han sido siempre para peor, buscar la respetabilidad se hace de muchas maneras. The Rolling Stones, por ejemplo, quisieron hacerse los punkis en el 78 con el Respectable. Deep Purple y su insoportabilillo disco para Grupo y Orquesta. Rosalía quiere ganarse la respetabilidad tirando hacia otro sitio. Hacia la björkización. No sé si me dejo algo. Tendré que escuchar el disco más veces. 

viernes, 7 de noviembre de 2025

Zohran Mamdani, Zohran Mamdani, Zohran Mamdani


Por aclamación popular. Resulta que en tiempos en los que intentamos autoconvencernos de que la culpa es nuestra por ser como somos nosotros y no como creemos que deberíamos ser ante los tiempos y los cambios de clima y el espíritu de la época, resulta que en Nueva York nada menos, consigue ser alcalde alguien que encarna buena parte de lo que nos dicen que es un problema. Un hijo de inmigrantes, de religión musulmana y que se declara abiertamente socialista, consigue la alcaldía de la ciudad de las ciudades. Parece un sueño. Un sueño que nos despierta un poco de una pesadilla. Un sueño que nos despierta, qué cosa de decir. Nos habíamos y nos seguimos enfrentando a discursos que nos dicen que hemos perdido, que vamos a perder y que nos merecemos lo que nos pase, por haber abandonado nosequé y nosecuantos, por no ser muy tal o por no adaptarnos a cual. Y resulta que desde el corazón del imperio, nos llega un ejemplo que puede ser puntual, que puede ser incluso efímero, que puede no tener ningún contacto con ninguna película que nos podamos montar, pero que gana. Ha ganado la alcaldía de Nueva York y rápidamente nos hallamos ante el análisis, el porqué, el cómo lo ha hecho y porqué no lo hacemos nosotros. Porqué nosotros no tenemos un o una Zohran Mamdani. ¿Cómo se hace? ¿Cómo hacer vídeos chulos y divertidos en los que no tenga miedo de decir cosas que o resultar ridículo o no lo suficientemente consciente de la estructura y la superestructura y las condiciones materiales o vete a saber o no parecer excesivamente superficial o que estás imitando al mismísimo Zohran Mamdani? Ya hemos visto que mucha gente se ha apuntado a felicitar al nuevo alcalde desde posiciones políticas diversas. Siempre es positivo reconocer las victorias en tiempos en los que solo recibimos derrotas y palos. Siempre es positivo saber reconocer las victorias. Y saber que hay victorias que hace 20 años las considerabas ajenas y hoy las sientes propias. Porque Trump y el trumpismo, la desfachatez y la agresividad desde una derecha desacomplejada que viene a alterar algo que a muchos nos parecía absolutamente insuficiente para transformarlo en la absoluta nada y lo que es peor, transformarlo en lo peor, nos obliga a reconocer los aliados, los amigos, los adversarios y la gente que directamente nos está estorbando con su sempiterna obsesión con señalara posibles aliados como parte del problema. Fuera. Que viva la alegría y que viva el entusiasmo por hacer las cosas con gente que crea que es posible parar ahora la barbarie y que contra el terrorífico y tenebroso aliento de la bestia ultraderechista, se puede convencer a la gente, a nuestra gente, de que hay otro camino, que siempre es el mismo camino. Es que ni sé ni me importa el programa de Zohran Mamdani, solo sé que ha ganado Zohran Mamdani y que está bien. Muy bien.