martes, 21 de enero de 2020

La Mirada Ovoide

Unos cuadernos encontrados en los archivos de la Fundación Almayr acaban de ser publicados por la propia Fundación y no sabemos si le hacen ningún bien a los estudios del profesor Almayr sobre la Mirada Ovoide, pero los han publicado y nosotros nos encargamos desde aquí de publicar un pequeño extracto de estos textos que reproducimos inmediatamente:
'Todas las mañanas me levanto con una extraña sensación. Desde que volví de aquel viaje al Congreso de Gotemburgo, si no recuerdo mal. Creo que sí. Tengo la sensación de que, cada vez que me despierto por las mañanas, los ojos me dicen cosas. No creo escuchar ninguna voz o sonido que provenga de mis ojos, pero tengo la sensación de que los ojos se comunican conmigo. Ya no es que los ojos, en cuanto órgano, me comuniquen cosas porque me hacen de ventana al mundo, es que además, los propios ojos se convierten en elementos que se comunican conmigo. Creo que mis ojos han comenzado a almacenar algo de la información que van recogiendo y que me la escatiman, se la quedan y me la van dosificando. Se la guardan. A veces, creo estar negociando con mis propios ojos para que me digan cosas que deberían trasladarme al cerebro y que soy consciente de que no me llegan. Mis ojos no quieren decírmelo todo, mis ojos se están guardando parte de la información. Cuando me dirijo a ellos para que dejen de ocultarme las cosas, mis ojos se inventan excusas, se van por las ramas, me proyectan en el cerebro imágenes que no entiendo, de un tiempo que parece ser futuro, de personas que no conozco, de momentos de la historia que no necesito recordar, de libros que están escritos en idiomas que desconozco, con cubos llenos de restos de comida, con personas que inician conversaciones banales sobre asuntos que parecen extraídos de un diálogo de taberna.
Mis ojos se cuentan historias entre ellos. Mis ojos, entre sí, se hablan y se comunican y se hacen entre ellos lo que me hacen a mí. Mi ojo derecho hay días que se niega a funcionar. Según que cosas me las cuenta y se confiesa conmigo. Mi ojo derecho dice que tiene celos el ojo izquierdo. Mi ojo izquierdo es más listo y me adula, no se corta, me hace la pelota, mientras que el derecho se vuelve loco de celos porque aunque el derecho es más cariñoso el izquierdo es más divertido y quieras que no, el ojo izquierdo me llama más la atención.
Mis ojos han comenzado a robarse información. Esta mañana me he encontrado con el ojo izquierdo fuera de lugar y el ojo derecho ocupando su posición. El ojo derecho, pese a estar fuera de sitio, se ha comportado como un ojo normal. Durante unas horas he creído recuperar una visión normal, aunque por un solo ojo. Creo que mi ojo izquierdo ha desaparecido.
Mi ojo izquierdo ha vuelto. Han hablado los dos ojos. Se han puesto de acuerdo. Cuando me duermo, creo que ambos ojos se meten dentro de mi cuerpo y hacen excursiones. Han decidido que mi interior es mejor que lo que se ve fuera. El resto del tiempo todo es normal.
Ya no me rasco los ojos. Tengo miedo de enfadarlos y que todo vuelva a enloquecer.'

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