jueves, 21 de julio de 2022

Viajes: París


Una calle de París... no me gusta esa canción, o no me gusta Duncan Dhu o yo que sé. En definitiva, que fui a París. Ese viaje que es como el viaje que todo el mundo hace alguna vez. París, la nuit, París para vivir, París para olvidar, París la primavera nosequé. Eso era de una canción de Carlos Cano. Digo yo. Fui a París y volvería a París. Esa gente que dice que París es un estereotipo es porque viven en la amargura y en la oscuridad. París es la ciudad, París es una de esas madres de la civilización que te reconcilia con lo que significa la planificación, el orden, la cultura, la música, la luz, la pintura, la literatura, la bohemia, lo monumental, la grandeur, todo. Francia, París. 

Fui a París con mi compañera el primer año que estuvimos juntos. Tópicos nefríticos. Todo junto. El amor, la sensualidad, París. París me enamora desde que el mundo es mundo. Soy un fanático de la cultura francesa y de la fuerza del influjo de las cosas que han pasado allí y que han pasado en París como elementos que han hecho un mundo mejor. La Revolución francesa, La Comuna, Mayo del 68, las vanguardias artísticas, los movimientos literarios, el auge del pensamiento y también, porqué no decirlo, su decadencia. 

Íbamos a París con la idea de ir a un concierto de Air. Pese a que quizás el París de hoy tenga más que ver con el conglomerado de músicas y culturas que han hecho de Francia el verdadero país europeo, donde la multiculturalidad en fricción con el movimiento conservador que siempre late en ese país. Contraste entre lo moderno y lo otro. Pero París. Digo, que me pierdo. Concierto de Air pese a que lo que deberíamos haber visto hubiera sido otra cosa. Pero soy fanático de Air y conseguí que a mi compañera le gustara también de manera completamente insospechada. Como fuere, eran tres días en París. Amor, música, París. 

París es maravillosa. Puede que ya esté trillada, que esté más que pervertida, que al final todas las ciudades se parezcan en lo fundamental, que la verdadera París no la ves porque está en los barrios, que tantas cosas que se han dicho de París. Caminando por París, a orillas del Sena, por Pigalle, tomando unos vinos cerca de Montmartre, callejeando por el Latino, escuchando a unos músicos callejeros africanos en una plaza, París, me chifla. La obligada visita al Louvre, la monumentalidad, la grandeur, la cultura. Es ese viaje que tienes que hacer y que cumple con lo que promete. Es lo que es. Mi compañera estaba enamorada de París. Fue de pequeña con sus padres a Eurodisney y habís ido también de viaje de fin de curso con los del colegio, sabía bastante de París. 

Fuimos al concierto de Air en la sala Bataclan. Conciertazo. Al salir quisimos dar una vuelta por ahí. Y no encontramos nada abierto. Fue raro. Fue como una sensación un poco rara. Después de un día o dos de subidón, la última noche parecía que no iba a pasar nada. Salimos del barrio para otro barrio y a otro barrio, queríamos encontrar como fuera algún sitio interesante que nos hiciera terminar en alto ese viaje soñado. En el hotel nos tomamos un vino de la habitación. Nos dio igual. 

Viviremos del vino y del amor. Le dije a mi compañera. Toda la vida esperando decir esa frase. París. 

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