martes, 21 de octubre de 2025

Thank you, Goodnight: The Bon Jovi Story - Gotham Chopra


Yo era pequeño y mi madre compró una especie de canasta pequeñísima con una pelota de baloncesto también pequeña y yo jugaba a ser Kareem Abdul Jabbar y hacía ganchos que nunca entraban mientras escuchaba la radio y sonaban en los 40 Bon Jovi y dos canciones, Bad Medicine y Living on a Prayer. Ni confirmo ni desmiento que tarareaba esas canciones. Bon Jovi no me interesó jamás y si he visto este documental de cuatro episodios sobre su vida y milagros es porque el mes de agosto es largo y las siestas con Martí pueden ser eternas. A mí me gusta entre poco y nada Bon Jovi y la pregunta que me hago al final del documental es si a Jon Bon Jovi le gusta Bon Jovi. Porque durante todo el documental pareciera que Jon Bon Jovi no quiso ser otra cosa que Bruce Springsteen, que por edad es un poco mayor y que, al compartir prácticamente vecindario y orígenes, es un poco el espejo en el que se mira. Esa lucha por la autenticidad no resuelta, ese no poder desligarse de algo que además te está matando, esos agudos de heavy suavón que vas arrastrando toda la vida y te están quitando la voz. A Jon Bon Jovi se le ve a disgusto en muchos momentos del documental ya que lo filman mientras está recuperándose de una afección vocal que no le permite darlo todo y si no lo das todo no eres auténtico y si no eres auténtico no te pareces a Bruce. Y he salido a pasear en coche con Bruce. Y sale el propio Bruce diciendo cosas en el docu, porque es su amigo. La historia de Bon Jovi contada por ellos mismos, también por Richie Sambora, guitarrista y rockero a gusto con su papel de rockero fiestero y melenas y cliché absoluto, que acabará fuera de la banda porque no puedes ser dos cosas a la vez y tienes que elegir y al final vale, mi banda puede tener vicios, pero lo auténtico no puede compararse con lo cliché. Y Jon Bon Jovi quiere ser auténtico y sonar bien y si tiene que pillar músicos los pilla para que suene todo bien y tu solo de guitarra ya no vale. La historia de Bon Jovi, la banda que se ve obligada a parecer metalera cuando no lo es, cuando no lo siente así su vocalista y alma mater. Tu público son los de las camisetas negras, les dice un primer manager, y tienen que hacer conciertos de metal con bandas de metal, tampoco nada excesivo, Scorpions por ejemplo, pero huir de eso, salir de eso para irse al rock auténtico, cortarse la melena, esa banda sonora como de forajidos. Son cuatro episodios en los que aparecen todos los clichés, la amistad, el teclista que es un entusiasta, el batería vicioso, el bajista que palma, el guitarrista guaperas pero más guaperas es el cantante, la rivalidad, encontrar tu sitio en el panorama musical y terminar con cara de estar hasta el gorro y preocupado porque no llegas a esa parte de Living on a Prayer en la que lo más sano sería dejar al público que grite. Un documental sobre la historia de Bon Jovi desde que salen de New Jersey hasta que no me acuerdo si al final termina dando una gira después de operarse o no. Han pasado muchas cosas y he visto muchas mierdas. ¿Os he dicho que he visto un documental de dos episodios sobre Billy Joel? 

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