domingo, 19 de octubre de 2025
M. Il figlio del secolo - Joe Wright
Apabullante y terrorífica. Una serie que no es documental, pero que quiere ser un documento, sobre el ascenso al poder de Benito Mussolini y su propuesta política, vanguardista, moderna, revolucionaria y desprejuiciadamente criminal. Un viaje a través de los primeros años del fascismo sin romanticismos, sin blanqueamientos, sin ocultamientos, sin edulcoramientos, sin tecnicismos, sin lágrimas, sin llantos y sin paños calientes. Una serie documental de ocho episodios con unos episodios de entrada salvajes, tremendos, que te dejan sin aliento, que te incomodan y te molestan, que pueden provocar que dejes la serie porque no te gusta nada lo que ves, no te gusta lo que estás sintiendo, no te mola nada ese terror, con unos episodios centrales que se enredan en el proceloso mar de la política más subterránea y finalmente emergen con un último episodio esquizoide, alucinógeno, pirado, con un final en el que el personaje principal, Benito Mussolini, asume que finalmente es Benito Mussolini y que le da igual. Como si no le hubiera dado igual antes. La serie nos explica de manera sencilla qué es el fascismo y lo hace sin necesidad de recurrir a análisis, a símiles o a complejidades. Es una propuesta política que nace de la mierda, que está impulsada desde el odio y el rencor, que se nutre y se abastece de violencia y que sin el auxilio interesado de la burguesía, que proporciona dinero y miedo, se hubiera quedado en eso, una propuesta de matones sin rumbo y con un pirado al mando con capacidad de crear una síntesis basada en el odio. El odio, el rencor, la violencia. El fascismo es estar contra todo. Es todo y contra todo. Son diferentes los momentos en los que esta serie ejemplar nos muestra qué es el fascismo y porqué puede triunfar. Triunfa principalmente si piensas que lo puedes utilizar, si crees que puedes domesticarlo, si crees que te puede ser de provecho para algo. Si le das alas a los matones de la porra, ya no hay salida. Esta serie es un hallazgo, un producto absolutamente revolucionario hecho desde una Italia que todavía es capaz de mirarse hacia dentro y reconocer las señales de su dolor. Una Italia que sufrió y padeció a un personaje que creyó ser tan amado por todos los italianos que incluso en el odio animal que generó, vio amor. Benito Mussolini, sin ningún escrúpulo, sin ningún asidero moral, sin ninguna brida ideológica y conocedor de todos los recursos ideológicos, es capaz de crear una bestia que matará de miedo a Italia y será el faro que iluminará a todos los hijosdeputa del mundo. Mussolini viola, miente, engaña, utiliza, se arrastra, grita, se exaspera, golpea, vocifera y sobre todo, maneja las situaciones de manera que nos puede parecer un personaje especial, único, providencial en su locura. Todo eso si no fuera porque sin el apoyo acobardado de los burgueses, los empresarios, los eclesiásticos de alto rango, su dinero y sus facilidaes, su permisividad y su tolerancia, el fascismo, los fascistas, hubieran muerto ya en 1919. Y sin embargo, no lo olvidemos, si el fascismo gana, si el fascismo avanza, si los imitadores de mierda, si los fetichistas del uniforme, si los totalitarios de postal, pueden alzar la voz y levantar cabeza es porque a otros, elegantes, cultivados, serenos, majestuosos, regios, les interesa y abren sus billeteras para comprar más uniformes, balas, porras. Una serie que es un recital de interpretación de un Luca Marinelli que no sé si se ha visto en otra igual que esta, pero que debe haber vivido una experiencia tan abrumadora como la que nosotros sentimos en la pantalla viéndolo interpretar a un... ¿Cómo es que no la están viendo ya?
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