martes, 14 de abril de 2020

Confinamiento #25. La República

La República. Pese a las apariencias, no vivimos en una República. Aunque vivamos republicanamente y consideremos que los avances son indudables y que hay que reconocer una y otra vez que esto no es lo que había. Hoy es 14 de abril y celebramos el 89 aniversario de la proclamación de la II República. ¿Conmemoramos más que anhelamos? ¿Recordamos más que imaginamos? Ya sabemos que imaginar no es revolucionario y que es el trabajo y lo palpable, lo tangible, lo que es únicamente válido. La praxis. Si yo supiera lo que es la praxis. Estamos a punto de cumplir el 90 aniversario, puerta de entrada al centenario. Cien años ya. Hoy a las nueve de la noche toca salir con cacerolas a reclamar la República. Una república que puede ser de muchas maneras, unitaria, federal, confederal, una república que no toque el sistema, una república que signifique un cambio en el sistema, al menos de valores, una república que haga digno su lindo nombre. Una república al fin y al cabo, y ya lo escribo en minúsculas, porque con el teclado como lo tengo no me puedo poner a hacer florituras, una república es mejor que una monarquía. Incluso mejor que esta magnífica monarquía que prácticamente ya se parece tanto a una república que, ojo, no abramos la caja de pandora, no vaya a salir lo que no sabemos. Hoy es 14 de abril y toca hablar de la república y hablamos de memoria y de futuro. Al menos hablamos de futuro. El futuro qué será.
Día un més más un día de confinamiento. Hoy hemos vuelto a la rutina del desayuno, trabajo, actualización y cierto dolor en la muñeca debe ser porque no he estado delante del ordenador todos estos días y la postura se resiente. Por estas fechas siempre suelo escuchar Vainica Doble, porque me sale escuchar Déjame con Alegría y compartirla como un posible himno republicano. Pero si estoy haciendo discursos encendidos sobre la necesidad de innovar y no repetir las canciones de siempre, las de la pena, las de la nostalgia, las de hace 50 años, no puedo caer en el error. Y he puesto una de Triángulo de amor Bizarro de contenido críptico pero que nombra la guillotina y ya nos vale. Y paso de poner canciones muy obvias. Lo obvio es tan así, verdad.
Como la compañera ha tenido que salir ha ido al mercado a comprar y ha traído migas. Qué ilusión. Migas. A calentarlas, he visto que el tupper igual se nos quedaba pequeño. Migas, qué ricas. Vamos. Dos platos colmados. El eterno engaño de las migas. Tan solo medio plato ha bastado para buscar el sofá con denuedo. Quedan migas para otro día.
Vuelta a escuchar la radio, a escuchar las tertulias, vuelta a repasar el twitter de nuevo, vuelta a morderte la lengua, a morderte los dedos, a no querer responder y no responder casi nunca. Y cuando respondes o haces alguna mención, cada vez con menos gracia, si es que tuviste gracia alguna vez.
¿Dónde estaba la gracia?
Vuelve el sol. Me acuerdo de un 14 de abril en Jaén con un cielo azul increíble, todavía tambaleándonos y haciendo árboles genealógicos en una libreta. Vuelve el sol pero hace frío, hoy me he quedado en camiseta por la mañana y me he puesto a estornudar.
Estoy viendo una serie, que es como un documental, que es un documental. La Familia en Netflix. Sobre una especie de grupo cristiano que redefine el cristianismo y que explica lo que vivimos. Un poco. Se trata de explicar que Jesús, única medida de todas las cosas, era un líder. Y el cristianismo ha estado equivocando predicando y salvando a los débiles. Es a los líderes a los que hay que proteger y a tener al lado, porque son los líderes los que Dios ha elegido como Dios eligió a David, por ejemplo, que aunque era un mamonazo, por ser Rey, ya era elegido y por tanto, eso. ¿Guay o no? Pues todos los presidentes de los Estados Unidos, ahí están, todos. Todos.
Supongo que estábamos cariacontecidos porque Sanders se había retirado pero ahora consideramos buena decisión que apoye a Biden, porque claro. Claro. Es como estar en una república ya.
¿Qué república?
Me preguntas.
Desde luego que Croacia o que Hungría son también repúblicas. Claro que lo son. Si de saque el planteamiento de una república es ya el partir del punto croata, no me verás sacando la bandera republicana, naturalmente, la estelada ya que me preguntas. Por eso uno es republicano de su república que puede ser de muchas maneras, pero debe hacer honor a su santo nombre.
La República, hoy 14 de abril. Cumplir años hoy debe ser una cosa. Mi madre que los cumple el 20 de noviembre, por ejemplo. Fechas.
Hay un brillo en la terraza que me tiene desconcertado porque creo que hay alguien fuera y no hay nadie, es el brillo. Y aunque he mirado veinte veces, creo que hay alguien.
La República. No vivimos en una República, otra vez en mayúsculas, y no sé si lo llegaremos a ver alguna vez. Pongámonos en lo mejor. Tampoco nos íbamos a quedar nunca todo un mes en casa y aquí estamos. No sabemos lo que va a venir, igual no queda más remedio que cambiar algo. Una república, por ejemplo.
Porque a ver.
La monarquía para qué está sirviendo. Íbamos a estar igual, encerrados, un mes, pero por lo menos sabiendo que al jefe del estado nos lo podemos pulir. Ya es algo.
Y podríamos votar. Que en Hungría ya no.

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