miércoles, 1 de abril de 2020

Confinamiento #15

Otra caja. Esta caja me la regalaron las compañeras del curro para la Navidad. Ignoro si tiene fecha de caducidad o no, pero no la he abierto hasta hace poco. Objetivo: acabarla. Y soy el único que le mete mano. Un nevadito, dos nevaditos al día. No estoy más gordo. El hecho de no beber cerveza desde hace al menos 21 días si no recuerdo mal, debe tener algo que ver. Pero comer, como. Me lo regalaron a raíz de una conversación de cosas de comer en Navidad y los restos que iban quedando hasta la Semana Santa. Supongo que con estos días no tendrá nadie ya nada en casa.
Esto de que al estar en casa te vas a estar rascando los mengues todo el día y que el teletrabajo es una bendición del cielo, que me lo vuelvan a explicar. Entendiendo que he trabajado poco y mal la mayor parte del tiempo antes de, esto es un sin vivir. Y cuando te quieres poner, no te pones. Sobre todo con esto. Porque ¿qué cuentas?
Vayamos a lo básico. Ayer vimos a mi madre por videollamada. Presentaba un aspecto muy mejor y parecía estar a punto para salir a jugar. Con esto ya encima, el día se encara mejor. Ayer no hice la comida, vino todo dado. Mejor ir dosificando este arte mío del cocinar que se me ha descubierto. Comer. Todo el día.
Parece ser que esto se va poniendo en su sitio. ¿Hay que dar ya una visión positiva de las cosas? ¿Hay que decir que ya está todo en camino? ¿Hay que poner ya la otra mejilla?
Mi hermano dice que ya no escucha más la SER, que tampoco puede ya con más Radio 3, que qué emisora puede escuchar. Yo sigo escuchando RAC1 pero en pequeñas dosis. Mucha música. He redescubierto o descubierto a My Bloody Valentine. A mis años. No precisamente el Loveless, sino canciones de antes del Loveless. Son muy de indie básico, y ruidaco y eso, pero me gustan. Y me dan ideas. No os contaré otra vez la anécdota del Primavera Sound porque me hago pesado.
Y al hilo de esto se puede hablar ya del nacimiento del Cotarelo colomense. El radical ultraizquierdista anarco todo que de repente se descubre haciendo publicaciones defendiendo a la Generalitat y su gestión y cargando con todo lo que tiene a mano contra el Gobierno. Y habla de Podemitas como lo haría cualquiera que fuera de aquel bando de allí. Podemitas. El Cotarelo colomense, al menos, tiene tanto eco en la sociedad colomense como... no se me ocurre, pero su clarividencia no parece tener más adeptos que la clarividencia de otras luminarias locales de la suma cero.
El caso es que son gente capaz de defender la gestión de la Generalitat y sobre todo de JXCat en un tema tan horroroso como el de las residencias de la Gent Gran, donde no hablaremos de cifras pero digamos que la situación viene prolongándose en el tiempo donde precisamente más empeño se tenía que poner, que es con las personas mayores. Pero no. Todo va bien y la culpa es de España. Ayer otra vez. El idioma. El conseller Buch hablando de Estado Español, Gobierno Español. Esto del idioma tiene huevos. Si viene en catalán, no lo leo, no lo comparto, y soy capaz de compartir publicaciones de otros partidos solo porque viene en castellano, que ya lo hacen con toda la idea. No hay un solo pueblo, cada vez más, hay dos comunidades. Y la una va sintiéndose fuera de la otra cada vez más, sin nada que compartir. Mal asunto.
Porque nos vienen tiempos alucinantes. Cada vez que veo noticias de la UE tiemblo. No por lo que hacen, por lo que no hacen. No hacen nada. Si en la pasada crisis, fue la UE la que nos obligó a padecimientos sin cuento aplicados con alegría por los buanas locales, en este caso es que no va a haber ni UE que diga para atrás ni para delante. Y entonces qué. Habrá que poner las bases para algo, algo que el Gobierno y me temo que arrastrado por las circunstancias está intentando poner.
Quién te ha visto y quién te ve, Antonio, tú que eras la vanguardia, defendiendo a. Pero es que hay que ver que en estos momentos, en los que todavía quedan muchas cosas por pulir, se están aprobando movidas que ni en los sueños más excitados del más irredento nosecuantos se hubiera podido imaginar. Y ahí están. Pero tú, fiel funcionario de la administración local que sueñas con repúblicas nosecuantos, crees que la ministra de trabajo es lo peor. Tú.
Y así seguimos. Encerrados en casa.
Ayer hice un Gabriel Aresti y volví a la case de mi madre. Luego me duché. La misión consistía en ir a comprar algo de comer y un cable de red. En la tienda de la Pompeu Fabra tenían, pero cortos. Y no había más tiendas abiertas. Vi gente por la calle. Policía callejero. Cola larga en el Carrefour. Y pequeños corros que a la desesperada pegan hebra ya que están en la calle porque han salido a.
Y hoy es miércoles y sigue lloviendo y haciendo puto frío.
Habrá que desayunar y esquivar los nevaditos.
Seguimos.

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